Bienvenida a Dong Bang Shin Ki cap 4

-Oh! Jae llegaste!- dijo el delfín entusiasmado.
-Adivina quien llee go oh!- dijo como cantando y en tono burlón el ratón.

Fue entonces cuando lo vi. La silueta de aquel ser con el que soñaba cada noche, el rostro mas hermoso que había visto, los ojos mas intensos y profundos que conocía, y los labios mas delicados y perfectamente dibujados de un tono rosa carmesí.
Simplemente perfecto.

Era mucho mas hermoso en persona, tan hermoso que cegaba la vista con su esplendor, tanto, que cada paso que daba para avanzar hacia mi me hacían sentir emociones nuevas y sensaciones distintas que solo el causaba en mi: Amor, pasión, asombro, maravilla, felicidad, incredulidad...
Ni siquiera podría expresar lo que sentí con palabras.

Era tan hermoso que hasta el simple hecho de observarlo, dolía. Sentía como que me quemaba la piel, me carcomía. Sentía que martillaban todo mi cuerpo.
El caminaba con una gracia impecable. Se veía tan delicado y frágil que hasta parecía no estar presente, parecía no existir. Pero a la vez era tan intenso y fuerte, tan fuerte que sentía que con solo una mirada podría desvanecerme en sus brazos.

No se cuanto tiempo había pasado mientras yo analizaba cada rasgo de mi perfecto ángel y al parecer y para mi increíble sorpresa, el hacia lo mismo conmigo. Estuvimos así, observándonos lentamente, analizándonos, memorizándonos en nuestro primer encuentro, hasta que una voz impaciente nos hizo regresar a la tierra. Lamentablemente.

-Oigan ustedes dos! Ya paren con eso! es raro.. y asusta. No se cuanto tiempo llevaran mirándose de esa forma, pero ya aburrieron!- dijo el manager.

Oh no.. raaayos de vuelta a la estupida risa ¬¬!

-Hola :)- dijo el algo nervioso.
-Hola ^^- dije yo con mi risita tonta.

Solo basto eso. De pronto todo pareció estar bien, todo parecía correcto y en su lugar.
Y lo digo por mi vida. El espacio y el tiempo se habían detenido y yo era inmensamente feliz. El me sonreía ansiosa y dulcemente, mientras yo lo miraba, tratando de demostrar y que el entendiera, lo mucho que había esperado esto.

Su hermosa sonrisa hacia que el brillara aun mas (si eso era posible) y su extraña pero encantadora y única risa me hacia sentir como en el cielo. Pensé que me moriría en cualquier momento. En conclusión, ambos parecíamos un par de tarados sin saber que hacer. Mientras todos los demás trabajadores dentro del edificio SM observaban aquella escena con caras de “y a estos que les pasa” y el resto de integrantes de, ahora, mi grupo Dong Bang Shin Ki nos sonreían y observaban detenidamente como mirando una película.

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