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Arualthings

KeiMin cap 3


Titulo: Dark clouds cast a shadow over our hearts… (Las nubes oscuras ensombrecen nuestros corazones...)
Autor: enchanted1312
Traductor: Lnitaz
Pareja: KeiMin (Changmin / Keita)
Género: Romance, Lemon
Resumen: Créeme cuando digo que te amo.
Letras de Canciones Por: Feng (Maple) - Jay Chou
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Tocaba una nota musical una y otra vez como un disco rayado. Una melodía que traía nada más que recuerdos dolorosos.

Cuando giró hacia la ventana, vio una gota de lluvia que caía, tocando el cristal de la ventana y sus manos dejaron de moverse, quedándose congelado espontáneamente.

La lluvia representaba a las palabras que no podía decir su corazón.

Era lo que creía, lo que había elegido creer.

Se negó a llorar, lo había jurado hace una semana atrás y se negó a dar marcha atrás, la terquedad reflejada en lo que estaba diciendo. Estaba furioso en su interior, el mundo exterior tampoco estaba mucho mejor.

¿Por qué era todo tan confuso? ¿No se supone que para Changmin son cosas simples y fáciles de descifrar? ¿Por qué siempre tenía que echarte atrás cuando el peligro aparecía?

Sin darse cuenta, apretó los puños, sus uñas se enterraban profundamente en su piel. Esas mismas manos que golpeaban las teclas del piano a la vez que liberaba su frustración desde lo mas profundo de su ser.

Aún cuando las lágrimas caían por sus mejillas, no se detuvo, tenía la necesidad de no hacerlo. Incluso cuando Jae-Hyung lo agarró de las manos y Yunho-Hyung apartó su cuerpo del piano, las lágrimas seguían cayendo.

Incluso estando en el cálido abrazo de Jae, calmándolo poco a poco con sus palabras tranquilizadoras, las lágrimas fueron imparables.
Paró cuatro horas más tarde, después de ser víctima del agotamiento, dormía en el regazo de Yunho.

¿Con qué frecuencia ocurre esto?

No podía contarlo porque había pasado muchas veces.

¿Por qué?

Es por él.

La razón por la que su mundo se venía abajo.


=
Sólo te quiero a mi lado...
=

Sus uñas cavaban profundo en la pared, hasta que la pintura fue saliendo, dejando rastros de marcas antiestéticas. El sudor chorreaba por su frente mientras jadeaba pesadamente tratando de no perder la compostura.

Se detuvo por un momento mientras ambos trataban de relajarse. Pero tan pronto como su respiración se calmó, comenzó de nuevo y no paró.

"Min"- Dijo con voz ronca, estremeciéndolo al oír aquella voz seductora.

Keita llevaba el ritmo, y él le seguía. No fue una sorpresa ya que había sido el dominante desde el principio. Las estocadas se tornaban más rápidas. Su piel golpeaba contra la suya, el sudor lo hacía menos doloroso.

Cuando el placer nubló su visión, se quejó. Lo presionó más sobre la pared, de modo que su rostro casi se fundía con la blanca pared. Podía sentir a Keita ejerciendo presión contra él a la vez que sus manos lo sujetaban alrededor de su cintura con fuerza.

"Me vengo…" - Dijo Min y él asintió con la cabeza mientras atacaba su cuello, dejando una estela de ronchas rojas.

Estaba sensible, no importaba cuan diferente tratara de verlo. Ambos se vinieron juntos, en uno de esos extraños momentos.

Cuando todo terminó, Min se sentía tan pegajoso, luego Keita lo soltó. Se deslizó lentamente por la pared.

Se le oyó alejarse. Ni siquiera se había molestado en quitarse la ropa, sólo se había abierto la cremallera del pantalón, hizo su trabajo y luego la volvió a subir.

Y mientras sus manos temblorosas presionaban sus pantalones y subían la cremallera, Min secaba sus lágrimas. Deseaba que Keita le hubiera dejado algo de dinero o un pequeño gracias, así podría oficialmente convertirse en un prostituto en vez de sentirte como tal.

Habían pasado tres meses desde que había acordado con el diablo.

Tres meses desde que su vida se había puesto de cabeza por un hombre.

No estaban arrepentidos.

Pero tampoco estaban agradecidos.


=
La ternura del pasado quedó atrapada en el tiempo...

=
"¿Así que ya lo has decidido?"

Levantó la vista de su libro de música favorita y frunció el ceño. Ahí estaba el, de pié y apoyado en el umbral de la puerta con una sonrisa en el rostro. Lo miró con superioridad, como de costumbre y no le sorprendió.

Calmadamente puso su libro a un lado, prestándole total atención. Sus lentes de marco rojo se deslizaban sobre su nariz, así que lo empujó a su lugar y aclaró su garganta.

"¿Qué quieres decir?" – Min preguntó claramente con el rostro confundido.

"No trates de actuar inocente conmigo, porque ¡sabes de lo que estoy hablando!" – Keita levantó la voz, con evidente ira.

Min se estremeció mientras el otro aumentaba repentinamente el tono de su voz. Su mano temblaba un poco al colocar el libro sobre la mesa del café delante de él.

"Yo-yo..."

"Sólo quiero una simple respuesta de ti, Min. ¿Es un sí o un no? “- Le indico con frialdad y una vez mas Min se encontraba sometiéndose cuando el usaba ese tono de voz.

“Estás loco " – Min susurró mientras se ponía de pie.

Sabía que él era un atleta antes de convertirse en cantante. Pero no sabía que podía andar tan rápido, en un instante estaba en frente de él, apretándose a su cintura. Y sólo podía controlar los jadeos y empujones con las manos sobre su pecho actuando como una barrera.

"¿Quieres ser mi compañero de sexo casual o no?" - Keita susurró, su aliento golpeaba su rostro. - "Es una pregunta simple, Min, solo tienes que decir sí o no. ¿Cuál es tu respuesta? "

"Yo...yo…" - Aún luchaba por responder a la pregunta.

"Creo que necesitas algo que te convenza"- Le sonrió maliciosamente y el otro estaba que se derretía.

Comenzó a besarlo y como siempre estaba demasiado débil como para impedir que tomara lo que quería. El control sobre Min se intensificaba tal y como el beso se profundizaba. Él ya había afirmado el control desde el momento en que capturó sus labios y no hubo protesta. Unos minutos más tarde, lo dejó de nuevo sin aliento cuando él se separó de Min.

"¿Es un sí o un no? No voy a repetir mi pregunta de nuevo Min" – Dijo jadeando un poco.

Le tomó un momento pensarlo mientras Keita lo miraba profundamente a los ojos. Quería romper la mirada, pero fue como si estuvieran sosteniéndose fuertemente y no se podía. Finalmente, después de unos momentos de espera, respondió con voz temblorosa.

“S...sí... "

Él sonrió. Sonreía victorioso a la vez que se inclinaba para darle unos piquitos en los labios. Lo soltó y rápidamente recuperó la compostura. Hizo una reverencia burlona y Min hubiese fruncido el ceño si no fuera por el patético estado en que se encontraba.

"Hasta luego, amigo" - Susurró con la voz llena de significado.

Y con eso, tan rápido como apareció, Keita desapareció detrás de la puerta de roble y Min suspiró de alivio.

Pero una pregunta le daba vueltas en la cabeza a medida que se hundía en su cómoda silla.

¿En qué te has metido?

=
Deja que el amor se desborde…
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Su primera vez desde aquella propuesta fue en el desierto pasillo. Min estaba yendo a tomar una copa en la cocina, se frotaba los ojos poco a poco para aclarar su visión. Se había despertado a las tres de la mañana con la garganta seca.

Al caminar hacia el pasillo, lo vio tan oscuro excepto por unas cuantas lámparas aquí y allá. Pero no era nada fuera de lo normal, por lo que continuó su camino por el pasillo.

Pero entonces, Min sintió algo inusual. Algo no estaba bien y no podía entenderlo. Tal vez si su mente no estaría tan perturbada por el sueño, podría haberlo sentido automáticamente ya que era muy sensible, pero no lo hizo.

Entonces, cuando una mano ajena pero familiar se deslizaba alrededor de su cintura, Min abrió la boca sorprendido. Pero antes que sus labios pudieran emitir algún sonido, una mano le impidió hacer ruido alguno, ya le había cubierto la boca.

Min fue empujado poco a poco hacia la pared mientras sus ojos se abrían de miedo. Prácticamente podía sentir su corazón golpeando nerviosamente su espalda contra la pared.

"Relájate, Max, sólo soy yo" - Respondió una voz y la mano cubriendo su boca se había retirado, logrando un pequeño quejido.

"¿Keita…a?"- Respondió débilmente a la vez que el otro asentía con la cabeza.

"De hecho he estado esperando un largo tiempo para que salieras de esa maldita habitación tuya" – Keita se quedaba sin aire en su frustración y Min gemía en respuesta- "¿Recuerdas mi propuesta Min?"

"¿Qué…qué?" – Min se encontraba asombrado ante la súbita pregunta " - Es…estamos e…en el pasillo y...alguien podría ve…vernos" – intentaba rechazar su idea.

"Nadie se despertará a las tres de la mañana sólo por el gusto de hacerlo. De todos modos este pasillo está oscuro, si alguien viene, nos daremos cuenta y luego nos escondemos"- Keita se inclinó hacia Min y él podía sentir su cálido aliento en su cuello - "Relájate, pensé en todo"
Keita mordió ligeramente el cuello y Min se quejó - "Y no veo que te estés quejando" - Le dijo en broma, Min quería contestar, pero no pudo pues él cerró la boca sobre la suya. Y la única respuesta que dio fue enroscar sus brazos alrededor de su cuello.


=
Escucho con atención los sentimientos que durante mucho tiempo han sido callados...
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Min se preguntaba si su corazón podría alguna vez reemplazar a su cerebro. Si, sería capaz de tener el poder de hacer lo que su corazón dice que en lugar de obedecer a su cerebro. Pero el mundo siempre ha sido gobernado por los hechos de la ciencia, no del amor.

¿Cómo decirle lo mucho que lo amaba? No podía, no era lo suficientemente fuerte.

¿Estar sufriendo es mucho mejor que decirlo en voz alta? Bueno, ahora mismo, lo era.

¿Podría alguna vez decirle 'Te Amo'? No lo sabía.

Eso era algo tan patético y se desahogaba con la música, sus lágrimas comenzaron a nublar su visión y las secaba con dureza.

Comenzó a usar jerseys de cuello alto, teniendo un gusto súbito por ellas. Ambos sabían el motivo. Trataba de ocultar las “mordeduras de amor” que le habían dado. Es curioso cómo a Keita le encantaba dejar marcas, mientras que a Min nunca le permitiría hacer lo mismo.

Min quería preguntarle por qué, pero ¿cómo podría si lo dejaba justo después de hacerlo con él, como si fuera un trofeo descartado?

"Sabías que sólo duraría un instante"

Levantó la vista para ver al confiable representante apoyado en la puerta como siempre lo hacía cuando estaba enojado con él. Min le dio una suave sonrisa y él se suavizó un poco. Siempre funcionaba y Min no sentía ningún remordimiento usarlo en momentos como este.

"¿De qué estás hablando, Hyung?" - Preguntó inocentemente.

"No deberías conformarte con un momento de placer, vales más que eso, los dos lo sabemos" - Susurró mientras se acomodaba en el sofá junto a él.

"Tu sabes" - Min lo miró en silencio.

"¿Qué sé yo?" - Dijo Jae con una sonrisa de complicidad - "En realidad, no sé tanto como tú, pensé que te conocía. Sólo soy un observador silencioso y me di cuenta de pequeñas cosas como tu gusto por usar jerseys de cuello alto" - Señaló su ropa de color púrpura y él lo rehuía.

"Hyung, yo…yo..."

"Changmin-ah, no necesito que me respondas. No es necesario, deja de complacer a los demás" - Le reprendió con calma a medida que se sentaba junto a él en el cómodo sofá - "Yo solo quiero que no salgas herido. Sabes cuánto te amamos Yunho y yo, ¿cierto? "- Jae le preguntó.

“S…si... "

"No voy a intentar que te detengas porque esa es tu decisión, es tu vida, y no tengo ningún derecho a interferir"- Jae le sonrió - "Pero quiero protegerte tanto como pueda, no porque tenga que hacerlo si no porque quiero hacerlo. Tú eres como mi hermano pequeño y yo no quiero verte herido. Hay una gran diferencia entre el amor y el placer. Espero que sepas que van muy bien juntos, pero al final, tienes que elegir uno " - Jae besó su frente mientras Changmin asentía con la cabeza, entendiéndolo.

"¿Qué pasa si no puedo tomar una decisión, Hyung?" – Lo miró esperando obtener una respuesta.

"Oh no, no Changmin, eso debes decidirlo tú, sólo tú. Cualquiera sea el camino que elijas, recuerda que siempre estaré detrás de ti, apoyándote. Recuerdas lo que significas para mí, ¿verdad? “- Jae miró lo miró profundamente en los ojos.

"Está grabado en mi corazón" – Changmin sonreía mientras le daba un apretado abrazo.

Fue como si una pequeña parte de su carga se levantara de sus hombros.

Fue capaz de pensar de nuevo.

Para poder elegir.


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El anhelo es como las hojas del árbol de arce, poco a poco van cayendo...
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Hay muchas razones por las que optar por decir que sí. Tal vez fue la presión, pero Changmin manejaba situaciones de presión todos los días de su vida. El sabía que era mucho más profundo que eso, pero se negaba a explorar la posibilidad, entonces lo dejó así.
No era por el.

No importó lo mucho que trató de negar que no fuera debido a él en ese momento, no podía. El estaba allí sin poder pensar con claridad.

El era Choikang Changmin el que había aceptado la propuesta que el cantante le había ofrecido. Fue el y nadie más. Y no podía negar que lo amaba.

Pero hubo otro hecho importante al que tampoco pudo negarse.

Cada momento que tuvo con Keita, le fue dejando una cicatriz emocional. Cada vez que daba una parte de él, cada vez que estaba dentro de Min, apostaba a que no lo sabía. Él era agresivo, se convirtió en alguien tan poco familiar pero al mirarlo bien, se daba cuenta que él no había cambiado en absoluto.

Pero todavía había una pequeña esperanza en él.

Perdió al antiguo Keita. Aquel que solía bromear por todas partes o que hacía cosas innecesarias para hacer que la gente le sonriera. Aquel que solía decir humildes palabras así convertirse en alguien al que la gente quería proteger.

Min perdió al antiguo Keita, muy mal.

Esa pequeña parte de Changmin que está deseando que el "viejo Keita " pueda volver.

Pero sabía que no era posible.

Fue por Min.

Changmin lo hizo de ese modo y no había manera de haberlo hecho mejor.

A menos que pueda volver el tiempo atrás.

Y sin romper su corazón.

Pero no podía volver atrás.


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Traté difícilmente de tomar tus frías manos...
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"¿No puedes quedarte?" – Min soltó un día.

Min se quedó helado cuando lo dijo, la mano de Keita agarraba el pomo de la puerta con fuerza. Aún estaba asombrado de haber dicho esas palabras. Aquello solo fue otra sesión de sexo, las sucias sábanas debajo de él mientras su trasero latía dolorosamente.

Min estaba desnudo mientras Keita completamente vestido. ¿Qué podría obtener con esta situación incomoda?

Silencio.

Entonces Min pensó que Keita podría girar el pomo de la puerta y salir de la habitación, como de costumbre. Pero se sorprendió cuando Keita se volteó, caminó hacia su cama y se acostó sobre ella. Envolvió sus brazos alrededor de su cintura mientras cubría a ambos con la manta.

Min colocó su cabeza sobre el pecho de Keita, escuchando su respiración rítmica. Y por un momento, se olvidó de la estúpida proposición o lo mal que el otro hombre le había tratado. Pensaba en lo mucho que lo amaba y cuanto Keita solía amarlo.

Y se quedó dormido, escuchando los latidos del corazón y deseando que aquel momento nunca terminara. Pero sabía que cuando llegara la mañana, él se habría ido y no había ninguna esperanza de lo contrario.

Así que Min quería atesorar ese momento, tanto como pudiera, logrando mantenerlo por un tiempo antes de dejarlo ir.

Pero se quedó dormido demasiado rápido.

Si hubiese esperado un poco más, habría sentido a Keita derramando lágrimas sobre su cabeza o lo pesada que su respiración se había vuelto por el llanto.

Min no lo supo.

Tal vez si lo hubiera echo, las cosas habrían resultado mejor.

Pero no lo hizo.

No supo que Keita estaba sufriendo demasiado.

Que él lo echaba de menos también.


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Enciendo una vela para calentar el otoño de este fin de año...
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Keita se había marchado a la mañana siguiente.

No fue una sorpresa para Min. Sintió frío de repente tanto que tiró de la manta más cerca de el.

Se sintió estúpido. Antes de cerrar los ojos, su pequeño corazón tenía la esperanza de que quizás, tal vez él estuviera allí a la mañana siguiente. ¿Por qué tenía esperanza? ¿Por qué no pudo dejar todo como estaba y tomar lo se podía? ¿Por qué siempre esperaba más?

Debido a que creyó que el valía más que eso, fue por eso.

Y estaba equivocado.

Entonces ¿Qué si Min era un famoso pianista? No lo diferenciaba de Keita. Para él, eran tan sólo su compañero de sexo casual y nada más.

Error.

Changmin no debería esperar ya más de esto. No importa cómo se sintió al final, frío e inútil, no podía culpar a Keita porque él solo estaba siguiendo el acuerdo.

También debería hacerlo.

Min sabía que tenía que encender su propia vela cada vez que sentía que el frío se filtraba en sus huesos.

Keita nunca estaría allí para él.

Era tiempo de que se diera cuenta de aquello.


=
Pero, no podré recobrar tu rostro familiar de nuevo...
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Otra estocada más de Keita y Min se vino. Keita se había venido unos segundos antes que Min. Gemía queriendo resistir la descarga de placer que estaba recibiendo.

Cuando Keita salía de Min, el silencio se tragó el gemido que no había querido soltar. Se cubrió con la manta, sintiéndose vergonzoso cuando salía de él.

Keita sonrió a su reacción y desvió la mirada, tratando de ocultar su rubor. Keita le agarró el mentón, y sus ojos se precipitaban hacia él.

Sólo por un momento, notó algo más, algo más que lujuria e ira, pero se esfumó en un abrir y cerrar de ojos. Keita se inclinó y lo besó con dureza. Abría la boca tanto como la lengua del otro lo solicitaba.

Min perdía, como de costumbre, ya que lo dominaba con un beso. Si bien una de sus manos cogía su barbilla, la otra estaba en su cabeza. Él estaba controlando el beso. Incluso un simple beso violento estaba siendo controlado por él.

¿Desde cuándo necesita ser cada vez un monstruo controlador? ¿Desde cuándo necesitaba tener el control de todas las cosas pequeñas?

"¿Dónde está el Keita de antes?" - Sus magullados labios se abrieron para poder hablar y él se quedó helado.

Keita evitó su mirada ardiente mientras se apartaba. Min se maldijo por hacer esa estúpida pregunta.

"¿Por qué, acaso te importa? Lo que deseas solo es un buen momento, ¿cierto? “- Se las arregló para decir con amargura.

"¿Es eso lo que piensas de mí?"- Min susurró en voz baja, su voz de repente era fría.

"Changmin-n, yo…yo..."

"Sal"

En el momento en que dijo esa palabra, Keita lo miró. Min miró hacia un lado, distanciándose de él. Por un momento, Keita abrió la boca, como si tratara de hablar, pero lo pensó mejor y calló de nuevo.

"Lo siento; Yo nunca quise hacerte daño" – Su voz lo hizo voltearse y lo miró.

Y cuando se dio la vuelta, ya era demasiado tarde porque ya estaba girando la perilla de la puerta. Cuando quería decirlo, él ya estaba al otro lado de la puerta.

Min se dio cuenta de que ahora las cosas se habían vuelto mucho más complicadas.

Y algo más.

Ya nunca sería el bueno y dulce "viejo" Keita Furuya.

Lo había convertido en esto, era su culpa.

Su culpa y de nadie más.


=
La aurora usurpa al horizonte...
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La sesión de sexo de hoy fue rápida y dura. Ambos no tenían ganas de sexo lento y caliente. Keita lo dejó en claro cuando le arrancó la camisa, los botones volaron por todas partes. Min lo dejó en claro cuando se inclinó para darle un áspero beso.

La conversación de la otra mañana se la dejó intacta.

Siempre estaba el deseo antes de que el cerebro.

Tal vez haría menos daño de esta manera, sin demasiada carga emocional.

Y mientras Min se desahogaba de la ira de la conversación anterior, no podía dejar de sentir alivio. Las ronchas de color rojo que habían quedado en su piel le hizo sentir satisfecho. Cuando mordía duramente, entre la unión del cuello y los hombros, dibujando un poco de sangre, gemía.


No le importa si las mordeduras le traían placer. Acababa de desahogar su ira y nada más. Hoy, por primera vez, Min quería ser el dominante, no Keita.

Min lo empujó hacia la cama, con fuerza. Lo oyó jadear, pero no le importó. En los próximos minutos, había quitado todas sus ropas y las suyas. El era tan hermoso y lo recordaba cuando era tan inocente.

La imagen de Keita lo hacía temblar mientras sentía que su ira estallaba. Min capturó sus labios, hundiendo su lengua en la boca. Keita se quejaba de dolor, pero no le importo. Sentiría placer después.

"Changmin, me duele"- Susurró a medida que entraba en él, pero no le importo.

Min empujó en su interior le gustaba apretarlo y gemía. Se retiraba y empujaba de nuevo, haciendo caso omiso de su protesta. Cuando golpeaba su próstata, lo hacía gemir.

Ambos se vinieron juntos, otro de esos raros momentos. Cuando Min se acostó a su lado, le oyó tomar grandes bocanadas de aire.

No lo podía creer.

Esa fue la primera vez que había entrado en Keita, en lugar de lo contrario. A Min le encantó, pero le gustaba más cuando Keita era el que entraba en él.

Cuando Min se durmió, sentía que dormía con el sonido de su pesada respiración.

Es cansador ser el dominante.

Pero muy satisfactorio.

Mucho.


=
¿Por qué debo tratar de recuperar todo antes de que llegue el invierno?
=

"El álbum ha sido lanzado al público" - Dijo Jae-Hyung a Min.

Min asintió con la cabeza a medida que se reclinaba en la silla. Había tenido un tremendo encuentro la noche pasada. Lo hicieron hasta el amanecer, antes de caerse dormidos debido al agotamiento.

"Hiciste bastante ruido anoche de acuerdo con tu hermana"- Jae respondió con una sonrisa y el se sonrojaba.

"Yo…yo..."

"Tu hermana no sabía nada de tu acuerdo con Keita, ¿verdad? Ella pensó que ambos estaban juntos oficialmente " - Jae dijo de pronto y Min se quedó estático.

"Ella no tenía que preocuparse por asuntos triviales como este." – Min dijo con amargura, tratando de evitar el tema principal.

"No"- dijo Jae con una cálida sonrisa - "Esto no es un asunto trivial que se pueda dejar de lado. Es el momento para que elijas, el se marchará pronto. "

"¿Por qué siempre debo ser yo el que tiene que hacer esto?" – Min dijo, cubriéndose la cara con ambas manos" - ¿Por qué siempre será mi culpa?"

"Finalmente me doy cuenta de lo que Keita había estado tratando de decirte" – Min se congeló al escuchar lo que Jae había dicho.

"¿Qué…qué?" – Min murmuró confuso.

"Tu realmente no conoces el amor, Min. Es una lástima porque tienes mucho que dar" – Jae susurró mientras se levantaba.

"¿Qué quieres decir, Hyung?" - Se levantó alzando la vista hacia él.

"El amor nunca va a significar una carga. Una vez que lo es, entonces ni siquiera es digno de ser llamado amor " - Jae le dio un último vistazo antes de salir de la habitación.

Changmin se quedó esperando.

Las palabras que le habían dicho antes.

¿Por qué trataba a este amor como una carga?

¿No le amaba?

¿Por qué hacer las cosas mas complicadas de lo que ya eran?




=
Mi amor por ti trasciende todos los tiempos...
=

"Te amo. Nunca dejaré de amarte"
Keita levantó la vista de lo que estaba escribiendo cuando Min le habló tan de repente. Su rostro se llenó de confusión, mirándolo como si de repente hubiera crecido dos cabezas.

"¿Qué…qué?" - Dijo.

"Te amo. Bueno, ya lo dije. Sé que es demasiado tarde para mí decir esto, pero yo... “– Changmin se sintió nervioso cuando Keita caminaba hacia él.

"¿Quién dice?" - Lo interrumpió.

"¿Qué, qué?"

"¿Quién dice que es demasiado tarde?" - Sonreía mientras envolvía sus brazos alrededor de su cintura - "Nunca es tarde cuando se trata de confesar amor por alguien."

"Yo no sé mucho sobre el amor y nunca lo haré. No es que sea insensible, sino que el amor para mí es algo muy complicado de entender " - Confesó.

"El amor no tiene por qué ser complicado. Te amo y me amas. "

"Tu…todavía me amas?"

"Changmin, me siento insultado" - Keita frunció el ceño - "¿Podría acostarme todas las noches contigo si no te amara? …Sobre lo de la otra mañana, tú sabes, que yo nunca quise hacerte daño. Te hice la propuesta para que te decidieras. Así por lo menos lo habría intentado... "

"Y tuviste éxito"- Min sonrió.

"Lo hice, ¿cierto?" – Le dedicó una brillante sonrisa.


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Me balanceo con el toque suave del viento, tratando de despertar este amor abandonado...
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"¿Estás bien?" - Keita lo miró - "No estas enoja…do, cierto?

"Estoy tratando de no estarlo" – Min se quejó.

"Relájate, Min..." – dijo con cautela.

"¡¿Cómo puedo relajarme?!" - Gritó y Keita sentía morirse de vergüenza- "¿Has visto esto?"- Dijo señalando la cocina -"¡Es donde me preparan la comida!"

Changmin se fue a casa y vio una cocina sucia, los ingredientes estaban por todas partes. Vio a Keita en un delantal y admitió que se veía muy lindo con el. Pero ¡eso no era excusa para este desorden!

"Bueno... Yo...yo" - Keita lo miraba con una sonrisa - "Hicimos este pastel para ti... ¡Donghoon! - gritó Keita.

Un momento después, un niño de seis años de edad daba sus primeros pasos tambaleándose debido a la torta que llevaba en la mano. Llevaba un delantal que hacía juego con la harina que adornaba sus enrojecidas mejillas.

"¡Feliz día de la Madre, Umma!" - Él niño dijo tiernamente y Min no pudo hacer nada, más que pellizcar sus mejillas.

"Estuvimos pegados a tu libro de cocina como esclavos sólo para encontrar esta receta de pastel de chocolate. No sabía que vendrías a casa temprano "- Dijo Keita tontamente.

"Gracias chicos"- Dijo Min y abrazó a los dos después que Donghoon colocara cuidadosamente el pastel sobre la mesa de la cocina - "Ustedes son mis dos chicos favoritos en el mundo entero"

Y cuando vio a Keita y Donghoon comer la torta, lo hizo feliz, no podía hacer nada mas que quedarse boquiabierto ante el retrato familiar perfecto.

No, Min no quedó embarazado. Ambos habían adoptado a Donghoon y lo hicieron su hijo. El niño se adaptó lo suficientemente bien, atrapándolos con sus malintencionadas travesuras.

"Te amo, Changmin" - Keita susurró mientras Min se inclinaba para darle un beso.

"Yo también te quiero"

Choikang Changmin amaba a Furuya Keita.

Furuya Keita amaba a Choikang Changmin.

Era simple

Nunca debería ser complicado.

Las cosas sólo se hacen realidad si se decide creer en ellas.

Uno elige a su amor.

Ese amor es su realidad.

Min finalmente abrió los ojos a este dormido amor y cambió su dura realidad por él.

Era su elección.

Y Min estaba feliz de haberlo elegido.

Fin

2 Comentarios:

  1. KYAAAAAAAAAAAAA POR QUE ACABO TAN RAPIDO U_U

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  2. Anónimo3/10/2012

    No comente antes pero me parece un muy buen fic
    Me recuerda a lo mal que la podemos pasar por el miedo y la falta de comunicacion.
    Me alegro por Min y keita y es verdad nadie se acuesta con otra persona por tanto tiempo solo por jugar,

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