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Arualthings

Existencias Entrelazadas. Cap. 9

“Distancia”

(Narrado x Min)
Estaba de lo más feliz en tus brazos, todo era un bello sueño, disfrutaba de tan solo ver tu rostro, recostados ambos en mi cama, era pequeña lo cual hacia que estuviéramos mas pegados.

- Jae, ya no a de tardar YunHo.
No podía vernos juntos, pero al decirlo, me pegue mas a él, abrazándolo con más fuerza.

- Min, si me abrazas así, no me podre controlar.

Me sorprendió su comentario, estaba recostado en su pecho y quería ver su rostro para ver por que decía lo de no poder controlarse, pero al momento de levantarme un poco, su mano que estaba en mi espalda se deslizo mas hasta llegar a mi cintura, me sonroje, no podía moverme, sentí calor, el me miraba de una manera extraña, no supe identificar que era, me giro dejándome debajo de él y comenzó a besarme, no entendía su comportamiento pero no me iba a negar a recibir sus besos.

Me acariciaba por los costados, restregándose a mí, sentía mucho más calor, era sofocante pero no por eso desagradable, mis manos las tenia rodeando su cuello entrelazando los dedos en su cabello, sin dejar de besarnos en ningún momento, de pronto sentí sus manos debajo de mi ropa di un pequeño salto por la sorpresa acariciaba sin mas todo de mí y yo quería hacer lo mismo, baje las manos de su cuello a su pecho acariciándolo, quería sentir todo de él, saber cómo era cada parte de su cuerpo, lleve mis manos por su cintura, con cada movimiento sobre su cuerpo él hacía más intenso el beso.

El ruido de una puerta al abrirse lo sobresalto, apenas pude ver cuando se alejo de mi, saliendo de la cama de un salto y subiendo a la suya con otro, no podía reaccionar estaba perdido aun en todas las sensaciones que me había hecho sentir, aun sentía todo ese calor intenso en mi cuerpo, aun podía percibir sus manos recorrer mi cuerpo, me estremecía cada poco.

No me di cuenta cuando todo volvió a ser luz, YunHo se levanta dispuesto a ir a clases, se me paso la noche demasiado rápido pensando solo en Jae, en lo que había pasado, el no se bajaba de su cama, no sabía lo que pensaba y me daba cierto temor, YunHo salió del baño.

- Buenos días Min.
- Eh… Buenos días YunHo
- ¿Qué tal dormiste? Te ves un poco cansado.
- Estoy bien, perfecto – le sonreí.
Me dirigí al baño a darme una ducha, por extraña razón aun sentía todas esas sensaciones, parecía como si se hubieran quedado dentro de mi piel grabadas y quemaban cada poco.
Sentía el agua recorrer mi piel, refrescándome.

- Qué crees que estabas a punto de hacer ChangMin.
Abrí los ojos por la sorpresa, era SungMin, los había olvidado por completo.

- Contéstame, ¿que crees que es este juego que haces?, eres un ángel o ¿acaso se te olvidan tus raíces? Estas desobedeciendo las órdenes del Divino.

El oírlo me hizo sentir mal, desilusionado de lo que hacía, pero no podía evitarlo era incluso más fuerte que yo, el estar con él privaba todos mis sentidos, mi cordura.

- SungMin yo no entiendo que me pasa.
- Estas perdiendo tus sentidos y por un demonio, vamos ChangMin sabes que esos sentimientos son impropios, no deberías sentirlos.
- Pero en todo caso los siento.
- Pero no deberían de existir, mantén tu margen hacia él, quiero que solo le hables lo necesario y referente a tu obligación, tienes totalmente prohibido tener otro tipo de relación con él.

Sentía ese vacío en mi pecho, no quería pero debería hacer caso a las órdenes que me daban, tenía miedo, esto que siento hacia él me hace sentir tan bien y ahora me siento triste, decaído, como mantenerlo lejos si lo que quiero es tenerlo lo más cerca que se pueda, ¿Qué voy a hacer? No puedo denegar las ordenes, estoy defraudando al Divino y no debería de ser así.

- Quiero hablar directamente con el SungMin.
- El te escucha ChangMin.
Tenía razón el me escuchaba y sabia todo lo que hacía pero por que él no lo negaba o simplemente mandaba a alguien a que me regresara al cielo.

- Min, ¿estas bien? Ya te tardaste mucho, llegaremos tarde.
Hablo Jae, tocando la puerta del baño.

- S… si Jae, ya voy.
No podía moverme, estaba medio perdido entre mis emociones que mis actos no tomaban sentido.

- Voy a entrar Min – dijo Jae un poco preocupado.

Se escucho la puerta abrirse, estaba dentro de este pequeño lugar, rodeado de vidrios en una tonalidad grisácea, sabía que se podía ver mi figura por ellos.

- Jae… - solo pude susurrar eso.
- ¿estás bien Min?

Se encontraba del otro lado del vidrio a punto de abrir la puerta, vi su mano tocando el vidrio, se oía preocupado, ambos instintos el de tenerlo cerca y el de obedecer las órdenes estaban compitiendo entre si, al final el de cumplir las órdenes de mi Señor gano ante lo demás, tome la puerta, manteniéndola cerrada.

- Jae, estoy bien, puedes salirte.
- Min…

Percibí tristeza en su voz, me sentí fatal por causa de eso, no conteste nada el no dijo más y se salió, quería llorar ese vacío en mi pecho se intensifico, como pude me puse la ropa y salí del baño.

El me esperaba quieto delante de la puerta del baño, no podía ocultar lo que sentía, total tristeza, ese vacío me hacia actuar extraño, al parecer ya no era yo quien me controlaba si no ese designio del Divino.

- ¿Nos vamos?

Le dije a Jae, rodeándolo, tome mis cosas dirigiéndome hacia el salón de clases.

Lo deje ahí, no se movía solo me observaba irme, cada paso en su lejanía sentía que algo en mi se rompía, tome la manija de la puerta y no lo soporte mas, cristalinas lagrimas comenzaron a inundar mis ojos desbordándose cayendo por mis mejillas, salió de mi un ligero sollozo.

- Min… - su voz me sobresalto.
- Estoy bien Jae.
- No me parece – dijo en un tono de molestia – ¿Por qué estas así? ¿Qué tienes mi ángel?
- No te acerques Jae por favor, se me hará mas difícil.
- ¿Difícil que? Min… ¿Qué pasa?
- ¿Por qué no lo prohíben Jae?
Sentía mucha angustia, ese vacío no hacia más que asfixiarme, sollozando.

- No lo sé Min.
- Perdóname Jae, pero no puedo seguir…
Salí casi corriendo de la habitación, no sabía a dónde dirigirme así que solo camine por los alrededores.

Sollozaba, sentía todo demasiado fuerte, dolor, angustia, tristeza, desilusión, lo quería cerca pero no podía tenerlo, que tan malo es esto, es amor, nada más que amor, por que tenía que ser así.

Quería no sentir, ser ese ángel, pero la verdad prefería ahora en este momento ser un humano, un humano al que se le permitiera sentir, amar sin limitaciones, así podría tenerlo para mi, sin prohibiciones, lo necesitaba demasiado, no quería perderlo, pero… ¿Qué soy capaz de hacer para lograrlo? Sinceramente no sabía bien la respuesta, por ahora les daré por su lado a mis superiores, pero encontrare la forma de estar juntos Jae, lo prometí y lo cumpliré.

Paseaba, estaba un poco más tranquilo, pero ese vacío no desaparecía, era mucha distancia la que sentía entre Jae y yo, quizás no debí de a verle dicho eso, pero no es cosa de la cual me pueda arrepentir aun.

Por todo lo que sentía no recordé que debería haber ido a clases, se me había pasado la mañana demasiado rápido, aun estaba dando vueltas por los alrededores, quería sacar mi verdadero ser y salir más lejos, por supuesto sin que nadie me viera.

Estaba en duda, lo hacía o no, al final lo decidí, me fui a uno de los salones de ensayos, lo cerré y puse seguro, me coloque en el centro, esperando que la paz y tranquilidad se apoderaran de mi, pero no podía mis emociones eran un caos, no me controlaba lo suficiente para que mi ser saliera.

Poco a poco me fui imaginando a Jae, así, cerca de mí, abrazándome, sintiendo todo ese amor que el solo puede hacer que sienta, deje las preocupaciones a un lado y mi ser salió de pronto, mi camisa se rompió, mi completo ser se mostro ante esas cuatro paredes, rodeado de espejos me vi cambiar, mi cabello, mis ojos, de mi espalda fueron saliendo esas alas que pocas veces había mostrado ante los demás, todo lo vi, esto era “un ángel” un ser del Divino, un guardan de sus leyes, quería entender esto, si un ángel solo puede sentir amor hacia el Divino completo amor hacia él y sus hijos, por supuesto solo era un tipo de amor, ¿Cómo era que yo podía sentir este amor hacia Jae? O ¿Por qué la necesidad de tenerlo cerca? ¿será que la tierra me afecta?... estando en el paraíso jamás sentí enojo, angustia, nada de eso, podría ser cierto eso de que la tierra me afecta, o que en el cielo no estaba Jae para poder hacer que yo sintiera eso.

La puerta del salón se oyó, alguien tocaba.
- Min, ¿podemos hablar?
- ¿Eh?
- ¿Puedo entrar?
Tenía que volver a mi forma humana.
- Espera un momento…
- Min… se que estas… bueno ya sabes… en esa forma.

No conteste, simplemente volví a esa forma humana y me dirigí a la puerta, abriéndola.

- ¿Qué… que es lo que quieres?

No esperaba un ataque tan seguido, un aura de maldad se sintió demasiado cerca y ni siquiera había visto a YunHo en todo el día..

- ¿YunHo? – dijimos ambos.

Salimos corriendo, buscándolo mientras nos acercábamos a esa aura demoniaca, cada vez la sentía mucho más fuerte, no se comparaba con aquellos demonios que había venido en busca de YunHo, esta vez estaba seguro era uno de los demonios más poderosos, sentía escalofríos por todo mi cuerpo, mis instintos eran fuertes contra esa aura, sentía que estaba por salir mi ser de nuevo, me controle, no era momento y había demasiados humanos por todas partes.

- Chunnie…

Vi a Jae correr tras ese demonio, no podía acercarme estaba en mi limite, además el verlo así, tan emocionado, feliz, sonriendo, me molesto demasiado, el… solo debería de hacer eso conmigo.

“¿Un adiós?”


(Narrado x Jae)
Acaso esto era como estar en el cielo, en este pequeño espacio que compartíamos en un simple pero cálido abraso, sentirte tan cerca de mí en tu cama me volvía loco y a la vez me agradaba este intimo contacto.
-Jae, ya no a de tardar YunHo.- hablo ChangMin
Sabía que nadie podía vernos así pero era imposible alejarme de ese calor de su cuerpo y al parecer a él también le costaba ya que debes de separarse de mi me abrazo más fuertemente.

-Min, si me abrazas así, no me poder controlar.-

Y era verdad, su cuerpo me estaba sofocando en ese calor que desprendía, sentía todo su cuerpo cerca del mío y si esto seguía así terminaría haciendo una locura y si como si quisiera jugar conmigo, se levantó de mi pecho para mirarme haciendo que mis manos que antes estaban en su espalda se deslizaran a su cintura sintiendo ese calor que poco a poco aumentaba con cada rose de nuestros cuerpos. Sabía que a él le gusto ya que me miro sonrojado y no pude más lo deseaba demasiado, deseaba todo de él, sin meditar lo que aria lo gire dejándolo debajo de mí y lo bese sin miedo, el correspondió sin dudarlo entregándome ese dulce sabor que solo sus labios tiene.

Acariciaba lentamente su cadera, sus costados, temía que él se separara de mi por la forma en la que lo estaba besando, pero enredo sus brazos en mi cuello jugando con mi cabello y esto fue una dulce e inocente invitación para continuar con mi deleite, más convencido de lo que hacía, introduje mis manos por debajo de su ropa acariciando esa suave y tentadora piel que me invitaba a probarla, me sobresalte cuando bajo su tacto a mi pecho y empezó a acariciarlo esto era mucho para mí el beso lo intensifique mas quería probar esa cavidad húmeda que sabía no se negaría a ser profanada por mi lengua, pero se escuchó donde la puerta fue abierta y esto me sobresalto nadie podía vernos así.

Salí de la cama de ChangMin de un salto y de otro subí a mi cama que se encontraba arriba de la de mi ángel, me hice el dormido y sentí la presencia de YunHo, no pude serrar los ojos para poder descansar, aun podía sentir los labios de ChangMin entre los míos, podía sentir su piel en mis manos y lo peor podía ver su rostro sonrojado, esta sería una larga noche y tenía que controlarme para no regresar a la cama de ese ángel que me estaba volviendo loco.

No me di cuenta pero el astro rey entro por una de las ventanas anunciando la llegada de un nuevo día, el primero en levantarse fue YunHo, no podía creer que toda la noche me la pasara pensando en ese pequeño que dormía debajo de mi cama, esto era amar a una persona, si era así no me importaba pensar todo el día en el ya que su simple recuerdo me alegraba la existencia.

-Buenos días Min.- escuche saludar a YunHo
-Eh… Buenos días YunHo- respondí ChangMin
-¿Qué tal dormiste? Te ves un poco cansado.-
-Estoy bien, perfecto –

Los escuche sin moverme, quería ver la expresión de Min para saber si lo que había dicho YunHo era verdad, pero fui muy lento cuando me incorpore, solo pude ver la espalda de ChangMin quien ingresaba al baño, salte de mi cama, YunHo terminaba de arreglarse, algo estaba pasando no podía dejar de pensar en lo que había pasado anoche, me sentía completo pero algo me decía que eso no duraría mucho y un sentimiento desconocido recorría mi cuerpo, me sentía inseguro, incapaz de alejar este sentimiento de mi cuerpo.

-Jae, tierra llamando a Jae, me escuchas- la voz de YunHo me saco de mis pensamientos
-¿Qué pasa YunHo?- pregunto mirándolo un poco confundido
-Te decía que me adelanto al salón, quede con MinHo de ayudarlo con unas notas que nos encargaron-
-Está bien YunHo, yo espero a ChangMin-
-Jae, ¿te encuentras bien?, estas muy pensativo-
-No te preocupes estoy bien, solo me siento un poco extraño, nunca había salido de mi ciudad natal- mentí para tranquilizarlo
-Si, a todos nos pasa estar fuera de casa y sin la familia, nos pone un poco nostálgicos- dijo pensativo
-Bueno me voy los veo en clases ok- se despidió y salió de la habitación

Me senté en la cama de ChangMin observándola y recordando todo, ese cuerpo debajo del mío, si YunHo no hubiera llegado lo habría hecho mío, me hubiera convertido en el monstro que le quitara su pureza, pero que estaba pensando yo lo amaba no podía ser tan egoísta y quitarle su esencia de ángel de ser celestial.

-JaeJoong, tienes que obedecer a tu subconsciente-
Escuche la voz de Siwon en mi mente.
-Cállate no quiero escucharte-

Y era verdad no quería escuchar los sermones de Siwon en esos momentos, lo único que quería era ver a ChangMin, quería ver su sonrisa.

No me había dado cuenta cuanto tiempo había transcurrido, vi el reloj de pared que tenía YunHo y ya era tarde para ir a clases y ChangMin ya había tardado mucho en el baño, camine hasta este y toque la puerta estaba preocupado.

-Min, ¿estás bien? Ya te tardaste mucho, llegaremos tarde.
-S… si Jae, ya voy.- ChangMin se escuchaba extraño

Esto me preocupo más, algo estaba pasando ahí dentro, nunca había escuchado a ChangMin de esa forma.

-Voy a entrar Min-

Entre cuidadosamente, vi la figura de ChangMin atreves del cancel inmóvil, lo cual me preocupaba aún más.

-Jae… - murmuro el pequeño
-¿estás bien Min?- pregunte

Podía ver su silueta a través del vidrio, no me importaba su desnudes estaba dispuesto a abrir es pequeña puerta que nos separaba, pero no pude el la detuvo.

-Jae, estoy bien, puedes salirte.-
-Min…-

No sé cómo explicar lo que sentí, estaba confundido y triste, mi pequeño ángel ¿me estaba rechazando?, no dije nada más ese maldito hueco en mi pecho se apoderaba de mí, sentía que algo nos estaba separando y eso no me gustaba nada.

Salí del baño sin decir nada más, confundido me recargue en la pared frente al baño para esperarlo, necesitaba saber que estaba pasando y si había hecho algo malo, acaso se sentía mal por lo de anoche, no sabía que eso le aria mal y me mataba pensar que había cometido una estupidez.

Después de unos minutos salió del baño, me miro, pude ver en su ojos que estaba triste pero en ese momento me di cuenta que ese no era mi ChangMin algo más estaba con él.

-¿Nos vamos?- fue lo único que me dijo

Tomo sus cosas y camino a la salida para dirigirse a clases, no sabía que hacer me quede paralizado en mi lugar al escuchar la frialdad en su voz, o solo era mi imaginación.

Lo vi tomar la manija de la puerta para salir, pero no abrió la puerta vi como pequeñas lagrimas salían de sus ojos y esto me preocupo mucho más, algo estaba pasando y era algo grave.

-Min… - dije para detenerlo
-Estoy bien Jae.-
-No me parece – dije molesto – ¿Por qué estas así? ¿Qué tienes mi ángel?-
- No te acerques Jae por favor, se me hará más difícil.-
-¿Difícil que? Min… ¿Qué pasa?-
-¿Por qué no lo prohíben Jae?-

Lo es escuche sollozar, y comprendí a lo que se refería el mismo Siwon me había dicho que lo que hacíamos estaba prohibido.

-No lo sé Min.-
-Perdóname Jae, pero no puedo seguir…-

Y fue lo último que me dijo ya que salió corriendo de la habitación y no pude hacer nada para detenerlo, algo dentro de mí me lo prohibía.

Me quede en la habitación solitaria, las ganas de ir a clases se me habían quitado, me deslice por la pared hasta quedar sentado en el frio suelo.

Porque nos negaban esto, porque no nos dejaban amarnos como lo hacíamos, porque se oponían a darme la oportunidad de conocer el amor, sé que soy un ser demoniaco, pero yo no lo elegí, en estos momentos mi envidia asía los humanos creció mas a ellos si les permitían amar y a nosotros no, porque, porque tenía que ser esto.

-JaeJoong, es mejor así, recuerda lo que eres-

De nuevo la voz de Siwon en mi mente hizo eco.

-Estas ahí por una razón Jae y eso es cuidar a YunHo y solo eso, nosotros fuimos creados para corromper a la humanidad y no para sentir el amor, nuestra naturaleza no lo prohíbe-
-Pero Siwon, yo lo amo, no quiero separarme de el-
-Jae, en estos momentos el ángel a escogido su camino y creo que ese camino es alejarse de ti y cumplir con su tarea, como tu deberías hacer-
-Pero si me alejo de él, me sentiré vacío y este maldito hueco en mi pecho no me deja estar tranquilo-
-Jae, eso se llama dolor y si quieres dejar de sentirlo vuelve a ser tú, el demonio que se ganó el respeto de los demás, el que se ganó la confianza del señor de las tinieblas, el demonio que yo admiro por su frialdad y dureza. Si vuelves a hacer eso ese dolor no importara y todo seguirá igual-
-No sé si tienes razón, pero por el bien de ChangMin y el mío tenemos que dejar este sentimiento atrás no quiero fallarle al señor, no quiero perder por lo que tanto luche y me gane-
-Así está mejor, ahora vuelve a concentrarte en tu tarea y deja ese estúpido sentimiento atrás ok-
-Lo are…-

Me levante del suelo decidido a hablar con ChangMin y así terminar con esto de una vez, los dos sabíamos bien cuál era el motivo por el cual estábamos en la tierra y teníamos que cumplir con nuestra tarea, ahora solo nos tenía que importar YunHo y nada más, aunque me doliera dejar este amor asía el pequeño ángel, sabía que era lo mejor para los dos así no vería mas el sufrimiento y la tristeza en esos ojos cálidos que siempre me regalaron tranquilidad.

Ahora era mi turno para demostrar mi verdadero ser, tenía que dejar que los sentimientos humanos se apoderaran de mi tenía que volver a ser JaeJoong el demonio que custodiaba las puertas del inframundo, volvería a ser yo, el demonio que todos respetaban en el inframundo.

Salí de la habitación para buscar a ChangMin, pero no me fue muy difícil encontrarlo ya que su aura era muy fuerte, sabía que había tomado su forma original ya que una gran paz se sentía por todo el instituto, sin pensarlo e importarme me traslade hacia donde se encontraba usando mis poderes. Me encontraba frente a la puerta decidido a hablar, di unos golpes para llamar su atención.

-Min, ¿podemos hablar?- quise sonar frio pero no pude
-¿Eh?- lo escuche al otro lado de la puerta
-¿Puedo entrar?- pedí
-Espera un momento…-
-Min… sé que estas… bueno ya sabes… en esa forma.-

El aura de ChangMin se hizo más débil eso quería decir que había tomado de nuevo su forma humana.

-¿Qué… que es lo que quieres?- pregunto

No pude responder ya que percibir el aura de un demonio cerca, y YunHo se encontraba en peligro ya que ninguno de los dos lo estaba vigilando.

-¿YunHo? – dijimos ambos.

Salimos corriendo a todo lo que nuestros cuerpos humanos no lo permitían, el aura era muy fuerte y esto no me daba buena espina, era un aura de un demonio de clase muy alta y eso no era bueno, si el demonio estaba cerca de YunHo podía estar muerto ya, no sabía si llegaríamos a tiempo ni usando mi máximo poder podría contra él. Mi aura estaba incrementando pronto saldría mi verdadera forma pero estábamos rodeados de demasiados humanos y no podía permitir que ellos me vieran, me tranquilice un poco para concentrarme mejor en esa aura para ver de qué lugar provenía.

Llegamos hasta donde se encontraba aquel demonio, pero mi corazón latió rápidamente al verlo, ahí estaba el que me acompaño desde que tenía memoria.

-Chunnie…- grite emocionado, corriendo hacia él.

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