Entre el estado de casi inconsciencia en que me encontraba pude oír el sonido de pisadas acercándose hacia mí y creí entonces que así terminaría mi vida, tirado en aquel piso, sufriendo de dolor, llorando por todas las equivocaciones que cometí, y me pregunte qué hubiera pasado si no me hubiera ido jamás de Corea.
Pero eso ya no importaba por que ahora era ahora y el ahora que vivía era producto de la sencillez de saber que el amor te puede llevar tan lejos como la locura y antes de morir por lo menos podía comprender que amar había sido su mayor error.
***
Ahí bajo la pequeña ventana del cuarto se encontraba la imagen que por menos se había esperado encontrar, aquel patético pequeño como la primera vez que lo vio temblaba incontrolablemente, acostado boca arriba en el viejo piso, respirando con dificultad mientras lloraba y la luz del sol que entraba por el sucio vidrio creaba un irónico efecto en el, en las heridas superficiales que Yoochun alcanzaba a mirar y que sabia no serian nada comparadas para las que tendría debajo de su ropa.
Rápidamente se agachó a lado del muchacho tomándolo de la nuca.
-Hey – lo removió despacio y los hinchados parpados se abrieron con lentitud, un gemido de dolor salió de aquella pálida boca y pudo ver los rojos ojos chocolate mirándolo con débil sorpresa, sintió el liquido espeso que ya conocía de memoria, colarse entre sus dedos mientras tomaba de la cabeza al chico – dios mio… - vio como trataba de decir algo y se acercó a un mas a él pero nada parecía querer o poder salir de sus labios – espera… llamare a una ambulancia – quiso levantarse pero la mano del muchacho lo retuvo apenas con la fuerza que le debía quedar aun.
-n no te vayas – Y a pesar de la poca energía que sabia debía tener en su desgastado cuerpo su desesperación era palpable, sus ojos transmitían pánico y su respiración se descontrolo un poco mas – ya… ya viene – al principio no entendió a que se refería pero luego… luego lo supo, porque si su hipótesis cuadraba entonces aquel muchacho ahora mismo corría peligro, porque si ellos supieron que él había sido registrado en ese hotel, fácilmente los que lo perseguían lo habrían sabido quizás antes que la misma policía y metido en sus cavilaciones como estaba escucho toser al chico entre sus brazos – lle… llévame contigo – y aquellos pequeños ojos que apenas podían enfocarlo lo miraron directamente, con una angustia que le removía con sutileza cada fibra del cuerpo. Hace años que había dejado de sentir pena en sus casos, no recordaba la última vez que lo había hecho
Lugo el muchacho se desvaneció allí con Yoochun aun sosteniéndolo y sin pensarlo dos veces lo levantó en brazos con toda la motivación de llevárselo al hospital el mismo.
Entonces la adrenalina se disparó por todo su cuerpo, escuchó claramente los pasos que venían de las escaleras, pasos apresurados y él sabía que tenía que actuar rápido.
Salió hacia el pasillo y los pasos se acercaban mucho más mientras su pulso se aceleraba. A su lado derecho unos metros más adelante una puerta abierta, y no tuvo tiempo de cavilar cuando ya se vio dentro del obscuro cuarto cerrando con rapidez la puerta tras de si y se deslizó hasta abajo aun con el chico a cuestas.
Con esfuerzo saco su pistola y esperó.
Los pasos se hicieron más claros y luego un grito de frustración y por extraño que sonara por la situación Yoochun sonrió satisfecho. Luego otra vez los pasos alejándose, bajando, gritándole algo al recepcionista que no logro captar.
Tenían que salir de allí, tenían que hacerlo o estarían perdidos, no podía arriesgarse a que por lograr un arresto el único testigo que tenia saliera mas herido de lo que ya estaba o hasta él, porque sabía ya a esas alturas que la gente que perseguía a Kim Junsu no era cualquier delincuente con aires de grandeza.
Pero ese era el problema porque ya a esas alturas el recepcionista le habrá contado al hombre que Yoochun subió al cuarto, que Junsu no había salido aun, por lo tanto y contando con que el hombre poseía algo de inteligencia sería lo bastante rápido como para ponerse a buscar por el resto de habitaciones.
Hizo una imagen mental del pasillo, cinco puertas a cada lado, la tercera del lado derecho era la de las escaleras de emergencia, a dos puertas en la que se encontraba el. Podía hacerlo, con un poco de rapidez y en el tiempo preciso lo lograría.
Los pasos no se escucharon nuevamente y tomó la teoría de que quizás aquella persona no tenía la capacidad de reflexión que se había supuesto tendría y eso era malditamente genial y debería aprovecharlo. Guardó nuevamente su pistola y se levantó con el menudo chico en brazos preparado para salir de allí. Pero no todo salía como uno quería y pudo escuchar al hombre gritar una vez más pisos más abajo.
Se apuró en el pasillo mientras se escuchaba ya claramente la vos de aquel delincuente, sus pisadas más nítidas le tensaban y podría jurar que no llegaría a la puerta de emergencia a tiempo y tampoco tendría tiempo de sacar su pistola para defenderse.
Pero lo hizo y cuando la puerta metalizada volvió a cerrarse tras su espalda pudo respirar con tranquilidad mientras bajaba las gradas de aquel lugar y se dio cuenta entonces que esos ojos chocolate lo estaban mirando apenas y sintió los brazos del muchacho aferrándose a su cuello. Lo último que escucho fue un “gracias” susurrado en su oído mientras salía por la puerta trasera de aquel viejo hotel.
***
Parpadeó varias veces tratando de que su vista lograra enfocarse apenas, se sentía débil por alguna razón y estaba totalmente confundido por que aquel cuarto definitivamente no era el suyo.
La fragancia de aquel lugar y el repiqueteo constante que le era ya conocido le hizo saber que terminantemente no estaba en su casa y se asustó por que no recordaba ninguna razón por la que debería encontrarse en un hospital.
-Jae…Jaejoong
-Tu hermano ya está viniendo – Un cálida sonrisa que pudo tranquilizarlo y de un solo golpe la puerta del lugar se abrió dejando entrar a su jae.
-¡Oh minho! – Los delgados brazos se aferraron a él mientras su hermano parecía estar llorando y eso le preocupo aun mas ¿qué diablos había pasado?
-Jae…– el castaño se alejó a penas para mirarlo pero no dijo nada - ¿qué me paso?
-Llegaste aquí con una bala en la cabeza
-… - un pequeño sollozo de parte de su hermano…
Y luego todo volvió a él.
Jaejoong llegando borracho a casa, él ayudándolo a entrar, él saliendo de casa y luego recordó la sensación de la sangre corriendo por su frente, mas allá todo era negro.
– la operación fue difícil pero todo salió bien - aquel alto chico, que por supuesto debía ser un doctor, le sonrió nuevamente con calidez mientras sentía los pequeños besos que dejaba Jae en su cabeza, pero algo era extraño – Si me permites quisiera hacerte una revisión rápida – sin hacer caso apresuradamente lanzó su mano hasta su cabeza, palpándola – bien, parece que no hay problema con el brazo derecho.
-Me… ¿me raparon?
-Era necesario para la operación. Trata de mover tus dedos de los pies – y así lo hizo - bien
-No importa – exclamo Jae sonriendo - sigues igual de guapo – Un beso más en su frente y su hermano se alejó totalmente de él mirándolo con preocupación – ¿Verdad que está guapo?
-Emm… eh – La amenazante mirada que le lanzo su hermano a aquel inocente doctor lo hizo sonreír - …s si muy guapo.
-¿ves? – y no pudo detener su risa aun que sintió un poco de dolor al hacerlo
-bien parece estar casi todo en orden, hay falta de sensibilidad en ciertas aéreas y parece que el lado derecho del cuerpo no está funcionando con total normalidad, nada de qué preocuparse – aclaró viendo a Jaejoong – lo que haremos es dejarte interno por una semana más para hacer revisión diaria y si se te dan de alta tendremos que comenzar con las terapias ambulatorias de rehabilitación ¿de acuerdo? – Minho apenas asintió – no te preocupes, mientras más empeño le pongas más rápido saldrás de esta – otra vez aquella sonrisa cálida – yo personalmente me hare cargo de ti
-Muchas gracias – otro sollozo de parte de Jae que lo tomo de la mano.
-no, es mi trabajo, ahora los dejo – una pequeña inclinación y salió de la habitación mirando una última vez a Minho.
Jaejoong lo volvió a abrazar llorando entre su hombro
-Creí que te perdería
-Ya, no llores– trató de sonreí pero todo aquello se le hacía tan extraño, porque podría haber muerto pero él no recordaba nada y sentía pena de el mismo - ¿sigo vivo no? - y si hubiera muerto ni siquiera lo habría sentido, se habría desvanecido así sin más y todo era tan raro porque él se sentía ido, como en otro lado - ¿Qué paso Jaejoong?
Su hermano dejo de abrazarlo y se quedo parado a lado de la cama, acariciando su brazo.
-Tú fuiste a guard..ar el ca..rro – hipaba mientras hablaba, como siempre que lloraba – yo… yo solo esc…uche disparos y Sa…lí a verte – el no recordaba haber escuchado nada, y apenas recordaba haber salido de su casa – te en…encontré boca abajo… san…sangrando – Pudo sentirse llorar pero no sabía por qué, porque era como si lo que le contaba su hermano no fuera de él, porque lo sentía tan ajeno que no tenía sentido.
-¿Qui…Quién me disparó? – los delgados dedos tratando de secar su lagrimas
-No se sabe, hay detectives en el caso
-¿Así de grave?
-Así parece, hubo uno en la mañana, quería hacerte preguntas.
***
Sintió el teléfono vibrar contra su muslo persistentemente.
-¿aló?
-Yunho… es Yoochun, acabo de encontrar a kim Junsu.
-Por lo menos esas son buenas noticias ¿Dónde estás?
-ahora mismo lo estoy llevándolo al hospital
-¿Al hospital?
-Necesito que SunHee mande una patrulla un hotel, ella sabe cuál.
-Espera espera…
-mira dile que haga una revisión, sospecho que allí está o estuvo la persona que persigue al chico con suerte podremos atraparlo.
-¡Porque no lo hiciste tu!
-No pude, luego te cuento debo irme – y así la llamada se corto.
-Maldito imbécil – marcó el número de Sunhee en su teléfono pero la línea sonó ocupada, ¿porque diablos Yoochun no la había llamado directamente?
***
Escucho la puerta a su derecha abrirse y apresuró su vista hacia el lugar
-Bien todas las heridas han sido tratadas, tiene algunos puntos, dos costillas rota y un desligue en el tobillo, mande a hacerle una radiografía por el golpe en la cabeza pero no parece ser nada grave, así mismo mande a hacerle un examen completo porque quiero saber cómo esta su hierro, parece que tiene anemia pero no podre determinarlo hasta que me den los resultados, mas allá de eso no le veo algo más grave, que se quede la noche aquí y mañana podrá llevárselo.
-Gracias.
-Puede entrar a verlo si quiere, está dormido ahora pero pronto despertara
-Oh… o no no… yo no… - pero de nada de le servía explicarle a una desconocida la situación, sobre todo porque ya lo había hecho al ingresarlo, pero más que nada él no era relativo al muchacho y no tenía más que el ligue legal que le unía a él. Le parecía incomodo y poco personal que él entre ahora cuando aun se mantenía dormido, quizás cuando este despierto para hacerle algunas preguntas entraría, pero no pudo decir nada al ver la casi imperceptible sonrisa que la doctora le daba – está bien – y entro bajo su propia negativa
Los moretones seguían ahí, así como la herida en el labio, un parche debajo del ojo izquierdo cubría la gran abertura que horas antes se encontraba en su lugar y eso era todo lo que alcanzaban sus ojos, el cuadro no parecía alentador pero era mucho mejor que el que había encontrado en aquel hotel.
A lado de la cama una enfermera cuidaba del suero que se le había dispuesto y pudo ver en sus brazos otro tanto de moretones que en la mañana no había podido ver, realmente le habían dado una paliza a aquel muchacho.
-Deje sus pertenecías en el sillón – señalo un pequeño mueble color crema que supuso estaba dispuesto para las visitas y se encontró con la ropa ya gastada.
Recordó entonces las dos maletas con las que lo había visto el primer día en la escena del crimen y supuso que ya las debería ver como perdidas. Pero algo más allá llamó su atención, encima de los gastados y sucios jeans, a lado de su billetera, un gran reloj plateado.
-¿Todo esto es de él? – pregunto acercándose hacia el asiento. L enfermera lo miro confundida y asintió, luego con una inclinación salió del cuarto.
Tomo entre sus manos aquella joya, por que a primera vista más parecía eso que un burdo reloj, porque él podía no conocer de relojes menos de lo que conocía de mujeres pero eso que tenía en sus manos no era cualquier artilugio.
Y se pregunto entonces ¿cómo es que un ciudadano común y corriente podía costearse un reloj de tal calidad?
***
Hacer zapping en la televisión jamás había sido de sus actividades favoritas, pero ahí estaba el, postrado en un incomodo sillón, mirando de vez en cuando a su hermano dormir para volver nuevamente a su tarea de cambiar canales y arrepentirse cada tanto por haber mandado a EunHee de nuevo a casa y luego recordar que era un maldito neurótico acosador sexual y se preguntaba una y otra vez porque diablos era su amigo y más aun como diablos llego a ser su ex novio
Y así seguía el círculo vicioso hasta que escucho a Minho removerse y bostezar.
-¿Como estas?
-Igual que la primera vez que desperté pero menos confundido – una suave sonrisa y lo vio acomodarse en la cama de hospital. - ¿EunHee se fue? – se rio y luego se contesto a si mismo – lo has mandado botando
-Se lo merece, sabiendo cómo soy me ha traído la ropa más horrible que pudo encontrar en el closet
-Eso es imposible, tú no tienes ropa fea – Jaejoong se levantó mostrándole el conjunto que llevaba.
Una sudadera holgada de color verde olivo que se deslizaba por su hombro derecho y le llegaba hasta las caderas y unos pantalones cortos
-wow! Creo que eso ni siquiera es tuyo – un gran carcajada lo hizo fruncir el seño una ves mas desde que EunHee le había dado la ropa y se volvió a sentar en el mueble
-No, esta ropa no es mía y ese desquiciado lo sabe - y otra vez al zapping
-Jaejoong hyung
-… mm?
-tu… tu dijiste que… hay detectives en el caso
-si ¿por qué? – y puso toda su atención en él, se veía inquieto, jugando con la cobija que lo cubría, sin mirarlo a los ojos
-Dijiste que uno vino en la mañana y te dejo una tarjeta para que… amm… lo llames
-¿Que pasa Minho? – y por fin los ojos de su hermano lo miraron y a pesar de verse incómodo sus ojos se veían seguro
-Quiero que lo llames
***
-aló
-Yoochun
-Yunho ¿Qué pasó?
-Se mandó la patrulla al lugar pero no pudieron capturar a nadie, el recepcionista nos dio el retrato hablado de la persona y cogimos algunas huellas del lugar en el que se hospedaba el muchacho que ya las mande al UIE pero después de eso nada.
-Bien
-¿Dónde estás?
-aun en el hospital
-Puedo mandar a algún policía para allá, no es tu responsabilidad quedarte allí
Y su mano se detuvo a unos centímetros de aquella piel lastimada
-Lo sé – se masajeo el puente de la nariz desacomodando sus lentes del lugar – no mandes a nadie
***
Leyó la tabla de resultados de los exámenes marcando cada uno de los datos a los que debería poner atención, pasó a la segunda hoja y su lápiz paró en su lugar.
-…tiene diabetes.
***
¿Cuántas llamadas había tenido en todo el día? ¿Unas ocho quizás diez? Pero de esas ocho o diez solo tres le habían importado y esa última le había hecho reír tanto que le había alegrado el día.
Entró en el hospital recorriendo el mismo camino que esa misma mañana y la sonrisa no podía desaparecer de su rostro, solo cuando deslumbro el número 307 en la puerta de madera artificial trató de ponerse serio con la situación.
-Buenas tardes - y casi, casi ríe alto mirando aquel seño fruncido
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Continuara…
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OMGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG OMGOMGOMGOMGOMG LO ADOROOOOOOOOOOOOOOOOO x__________________________________________________x AMO ESTE FANFIC AMO A ESTA AUTORA Y ES TODA UNA PRECIOSURA QUE AÚN LO ESTE CONTINUANDO, GRACIAS *-*
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