Miraba mi cara en el espejo del cuarto de baño después de volver a ducharme.
Con mi dedo tocaba aquella parte amoratada que se me formara en la cara después de Changmin haberme propinado aquella leche, merecida, por haberlo provocado.
Dolía y yo de masoca tocaba y toqueteaba aquella mancha morada-azulada de mi piel
- A ver quien cojones explica esto ahora... auch
Volví a engominarme el cabello y fui a por hielo para bajar la hinchazón. Caminaba despacio sintiendo pinchazos en mi trasero. Tenía que aplicarme también una crema para que dejase de escocerme allí abajo.
Sabía que Changmin me había dado mi merecido. Pensaba y pensaba sobre su manera de responder a aquel impulso que me diera. Tuviera tan poco tacto en castigarme que se había pasado de la raya.
Quería creer que se le fuera la mano sin querer...
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Al entrar en la empresa, todas las miradas se posaron en mí, unas recriminatorias y otras de sorpresa al verme el rostro magullado. El hielo lo había aplicado un poco tarde y el amoratamiento era notable.
Si hubiese sido una chica quizás, y en cierta manera, me hubiese sido menos complicado pasar desapercibido por el segundo motivo y mayoritario motivo por el que mis compañeros de oficinas me miraban sorprendidos; pero como no tenía maquillaje, era imposible ocultarlo.
Llegué a mi despacho y mi jefe ya me esperaba allí. Sólo hizo falta verme para darse cuenta de que no hacía falta echarme nada en cara, tenía mis razones para haber tardado.
Lo saludé con una reverencia y él poniéndome la mano en el hombro me hizo una señal con la cabeza.
Los japoneses todavía estaban allí y teníamos que zanjar el tema.
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Pasaron horas en aquella reunión hasta el siguiente descanso de la comida. Pero esta vez las cosas cambiaran, parecían más dispuestos a colaborar y a no poner tantas pegas en la solución del problema. Habíamos llegado a un acuerdo y tanto mi jefe como los japoneses me felicitaron por tal espléndido trabajo.
Le había dado vueltas a la cabeza, una y otra vez a como solucionar el problema, y fui yo el que puso ese punto y final a aquel percance que sucediera entre las dos empresas.
Saliera de la sala después de que todos lo hicieran, mientras con una reverencia me despedía de los clientes japoneses.
Mi jefe me volvió a poner la mano en el hombro y asintiendo me dejó irme a descansar.
Llegué a mi despacho y me sentí realmente exhausto cuando me senté en mi sillón. Tonteaba en él al haberme apoyado en el respaldo y echado hacia atrás para recostarme mientras tenía la mente en blanco y los ojos cerrados.
Bostezaba. No durmiera apenas desde que me despertara de noche y era imposible que pudiera echarme a dormir allí. Abría o más bien intentaba abrir mis ojos, pero se me querían cerrar. Con mi mano me pasaba los dedos por los ojos y los rascaba estirando la piel para despertarme. Luego me daba palmaditas en la cara.
Miraba el reloj y me cercioraba de que hora era. Tenía que comer algo ya que ni desayunara.
Bajé desganado a la cantina de la empresa y cogiendo un par de sándwich y un zumo de melocotón me fuera mirando el móvil mientras buscaba un asiento. No había llamadas ni mensajes.
Tampoco es que esperaba que Changmin me dijese nada pero, no sabía que podía esperar al mirar la pantalla.
Me senté en una mesa apartada del resto. Di un primer bocado a mi bocata mientras escribía un sms a Junsu.
"Estoy pensando en ti... ¿Donde estás? Quiero verte..."
Nervioso le di a enviar y dejé el móvil en la mesa suspirando. Deseaba tanto verlo que al mirar ese bocata no tenía ni ganas de comer. Quería que me respondiese.
Pero pasaron unos minutos y no contestó ni dijo nada. Entonces me centré en comer antes de que me quedara sin tiempo suficiente.
Y fue ahí cuando vi como me llegaba un mensaje de Junsu. No me lo podía creer, me había respondido.
Apresurado abrí el mensaje y sólo pude echarme a reír de lo que me había mandado.
Había tardado tanto tiempo en mandarme el mensaje debido a que había dibujado un corte de manga con mi nombre. Me sorprendía de lo ingenioso que podía llegar a ser. Mis carcajadas se escucharon en todo el lugar y yo no fui consciente del escándalo que armara.
Seguí masticando lo que tenía en mi boca y le mandé otro mensaje.
"Te lo chupaba todito él... ¿Porqué no te acercas a mi casa y hablamos?"
No tardó en volver a mandarme otro mensaje de la misma manera que me hizo reír pero esta vez con las palabras "Vete a la mierda"
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Me descojonara vivo todo el día mientras me mandaba SMS con Junsu. Incluso de vuelta a casa seguíamos contestándonos los mensajes del otro.
Ya me encontraba en cama metido cuando decidí de dejar de mandarle mensajes de texto y hablar directamente con él.
Marqué su teléfono y esperé que descolgara. Estaba ansioso por escuchar su voz de nuevo.
- "¿Es que mis sms no te lo dejaron clarito?... no quiero saber nada de ti"
Sonreí al ver del buen humor que estaba, aunque fuese extraño sentía que sabía que esa contestación ocultaba tras de sí una sonrisa.
- No... Con tanto dibujito me fue imposible entender bien el mensaje...
Se hizo el silencio de nuevo entre los dos y no pude aguantarme más.
- Quiero verte... ¿Donde estás?
Un Junsu con genio me contestó enfadado diciéndome que no era de mi incumbencia. Y volvimos a estar los dos en silencio.
Abría la boca y suspiraba, no podía dejarlo atrás no ahora que era consciente de que sin él no era igual, de que con él todo tenía sentido, de que me moría por besarlo y por estar con él, por ver sus ojos de nuevo, por todo...
- Junsu...- él me respondió con un "Oh" sin rudeza, sino con pena- te amo...
Ese ruidito que hacía con su nariz que siempre hacía cuando se reía, sonó melancólico y triste aunque sonase a burla.
- "¿No estás contento de estar con tu novio que ahora que he vuelto a aparecer tienes ganas de mí?... vamos... no seas hipócrita..."
Me moví en la cama y me dio un pinchazo de cuando Changmin abusó de mi por la mañana y sin querer solté un quejido.
Se hizo el silencio por su parte y volvió a hablar.
- "Que... ¿Que fue eso?"
Yo me acomodé de lado y suspiré para contarle lo que había sucedido. Sin ser consciente de que esa misma contestación podría herirlo.
- Changmin... que se pasó y ahora me duele el culo...
Al darme cuenta de lo que le dije sin explicar, noté como lo había pillado de la forma que era, pero no sabía lo ocurrido y en cierta manera no fuera del todo consentido, si no como un castigo.
- "¿Dices que me amas y te acuestas con tu novio?... ¿Tu te piensas que yo soy gilipollas?... eres un cabrón... y tan tranquilo te quedas..."
Intenté aclarar el asunto cortándolo con respuestas como "no, eh no, no es lo que aparenta, déjame explicarte..."
- "¿Sabes lo más gracioso?...- se quedó en silencio hasta que yo me quedé también y prosiguió- Que yo sí, te engañé, pero siempre estabas tu en mi lista como el único... mientras hacía todo eso tú eras el único en mi mente y no me andaba follando a otros por el calentón que me daba.... quédate con ese quien sea "Chanbin" o como se diga... ¡NO ME LLAMES MÁS, ESTAMOS!..."
Y colgó...
Me cagué el la madre que había parido a Changmin y a mí por haberme dejado llevar por ese calentón-subidón que me había dado de hablar con Junsu la noche anterior.
Hice un ruido de molestia y cerré mis ojos dejando el móvil a un lado de la cama y me di la vuelta hacia el otro agarrándome a las sábanas y mirando fijamente a las paredes. Aquellas que decorara para él.
Las mirara de arriba a abajo, había puesto tanto amor en ello y todo para Junsu que no podía dejar que todo terminase así. No, no podía. Me importaba más que mi vida. Y si era necesario lo buscaría de la manera que fuese utilizando el GPS para dar con él. Pero lo vería. De eso estaba seguro.
Me fui a dormir con ese único pensamiento y dormí placidamente.
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Los días pasaron y Junsu seguía cortando mis llamadas y no quería saber nada de mí. Estaba desesperado. Ya no volvía a atender mi trabajo como cuando estaba en la maderera y ya me daba igual. Esta vez me importaba un rábano quien no fuera Junsu o yo.
Changmin desde aquel día no me volvió a llamar, pero yo tampoco lo hice. Sabía que lo había provocado malamente, pero no me daba la gana de admitir que su acto fuera justificado. No, me negaba a ser tan comprensivo con aquello que parecía más una violación que un castigo por haberle pegado un bocado.
Recordara como me diera con rabia y tenía todavía la marca en la cara que le costaba tanto irse.
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Y fue una de tantas mañanas a las 7am que llamé a Junsu, sin parar, una y otra vez al móvil. Cansado de ser molestado incesantemente por mí, descolgó, y esta vez descolgó pegándome un grito.
- Sabes que no voy a dejar de insistir- le dije todo convencido- no pienso dejar de llamarte hasta que accedas a hablarme, no me importa quedarme sin dinero si con ello me escuchas y accedes a verme...
Junsu se le notaba ya sin paciencia ninguna. Sabía perfectamente que mi comportamiento de andar llamándolo lo molestaba, pero era, obligarle a darme un no de una vez o ahorcarme ya... porque el suicidio era la última opción en mi lista de lo desesperado que estaba.
- Junsu, queda conmigo... solo unos minutos... necesito ver como estás, necesito enmendar mis fallos y ya no te pido el volver juntos... aunque eso sea lo que más quiera...- suspiré y dije suplicante- pero por favor... accede...
Me parara en mitad de la calle destino al trabajo. Dos calles de aquel polígono industrial me separaran del trabajo y yo.
- Por favor...
Escuché un sonido de resignación de Junsu y me contestó.
- "Está bien...- casi doy saltos de alegría en la calle si no fuera porqué prosiguió- pero rompe con tu novio primero, no recibiré una sola llamada tuya hasta que no me confirmes que has roto definitivamente con él..."
Y volvió a colgar.
Lo que Junsu no sabía es que prácticamente Changmin y yo llevábamos, desde el día que lo llamara; sin dirigirnos la palabra.
Aunque tampoco era algo que no quisiera hacer o tuviera en mente. Se me hacía difícil el querer tener frente a mí a Changmin. De sólo pensarlo me estremecía.
Y aunque podía poner ese percance como un hecho evidente por el cual quería romper con él, no me animaba nada a llevar esa idea a cabo.
Me resigné a ir a mi trabajo y centrarme en él mientras se me ocurría la manera de romper con Changmin.
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Habían pasado dos semanas desde que aquel incidente con Changmin había sucedido y me encontraba en una cafetería del centro tomando un café esperando a que llegase.
Me había pedido ya un capuchino con un trozo de tarta de chocolate. Necesitaba un chute de azúcar para tener la energía suficiente para enfrentarlo.
10 minutos y no llegaba.
Suspiraba mirando la carretera pensando en el mensaje que le había mandado a Junsu.
"Hoy romperé con Changmin... cuando lo haga coge mi llamada y quedemos... no puedo esperar más a verte"
Removía mi café suspirando y mirando mi reloj. Changmin llegaba ya media hora tarde.
¿Eso ya era sinónimo de que no quería tener nada que ver conmigo?
Me sentía decepcionado en cierta manera, no en el hecho de romper, sino en el hecho de que pensaba que de verdad lo conocía y que sabía que iría a vernos aun pasando tanto tiempo.
Pero solo me demostró que no estaba interesado en verme. ¿Quizás por miedo a que la ruptura fuese oficial?
No quería cometer el mismo error que con Junsu, ya que ambos jamás rompiéramos la relación, fuera yo el que lo diera por hecho.
Cansado de esperar allí parado me levanté y fui a pagar a la caja. Ya no esperaría más por Changmin.
Salí por la puerta y lo primero que hice fue llamar a Junsu. Descolgó al instante. Su voz parecía tan ansiosa como yo antes de haber quedado con Changmin.
- ¿Habéis roto ya?...- fue su primera frase.
Yo suspiré y negué con mi cabeza.
- No... No rompimos...- pero Junsu me cortó y no me dejó seguir llamándome cobarde y de todo- Oye... déjame explicarme...
Junsu me colgó al instante lo que hizo cabrearme y lo llamé de nuevo.
Tanta llamada definitivamente me dejaría pelado de dinero.
No descolgaba y yo llamaba y llamaba hasta que accediera a descolgar. Tardó unos minutos hasta que lo hizo y antes de que me dijera nada le contesté.
- Changmin no apareció... ¿vale?... no pude romper con él porque ni siquiera se presentó para romper oficialmente... estuve tiempo y tiempo esperando por él... pero no apareció... no me vuelvas a colgar...- soné amenazante.
Se hizo ese silencio incómodo entre ambos y lo escuché desganado suspirar.
- Junsu... ¿Qué debo hacer ahora?... quiero verte...
Mi voz sonaba melancólica mientras escuchaba como estaba molesto por lo sucedido y volvía a suspirar.
- "Otro día... hoy no me siento con ganas de verte... estoy muy sobresaturado de todo... no me encuentro de ánimos y todavía no me fío de ti... ¿Cómo sé que no me has mentido?.."
Entendía el porqué no me quería creer, de verdad lo entendía... pero le estaba siendo 100% sincero. Y aunque me dijera que accedería a verme, ahora resultaba que no quería ni hacerlo, me molestaban sus cambios de opinión. Podía yo ser un cabrón, pero él era un chaquetero y ahora como era yo el arrastrado que suplicaba que me hiciera caso, no cedía y me estaba jodiendo.
- Así que se supone que aunque hubiese roto con Changmin, tú no querrías verme... interesante. Vamos que estuve apunto de armarla en un café, ponerme en evidencia y eso para ti no es suficiente como para creer en mi palabra...-hice una pausa y le contesté algo alterado- el que se va a ir a la mierda eres tu... tanto suplicar... parezco un mendigo... estoy cansado de tener que ir detrás de tu rabo para que te dignes a dirigirme la palabra. ¿Acaso no sientes ni un poco de cariño como para verme unos putos 5 minutos?
Mis contestaciones, que eran más chillidos que otra cosa; se podían escuchar por toda la manzana, pero me daba igual. Siempre detrás de Junsu, me estaba hartando. Me estaba cansando de tener solamente el favor de que me descolgase el teléfono para al final nada.
Nuestra discusión estaba calentándose cada vez más, y no en el sentido de ponernos cachondos entre los dos. Ambos estábamos cabreados y frustrados de verdad. Y cada uno por razones que el otro no lograba digerir.
- ¿Y que coño se supone que debo hacer para que el señorito me digne con su real presencia?- decía irónicamente- ¿Sabes qué?... no eres muy diferente de aquel tipo mimado y acosador que tenía por jefe, lo que no entiendo es como coño me fijé en ti. Debo de estar cegato... y mucho para pensar siquiera que serías lo que yo pensaba que serías. Estaba tan equivocado contigo que te idolatré, y lo hice demasiado...- me empecé a reír- esto solo me pasa a mí por fijarme en gente que debería de haber ignorado...
La respiración de Junsu se volvía cada vez más pesada y fuerte. Su cara sería un auténtico cuadro de terror.
- Pero sabes lo peor... yo... el gilipollas que está en mitad de esta calle en el centro de Seúl... aún con todo... prefiere mil veces discutir contigo que hacer el amor con otro...- mi voz empezó a ahogarse de la agonía que sentía en mi pecho y mis ojos empezaron a aguarse- ¿Que tengo que hacer para demostrarte que realmente te amo?
El silencio se hizo de nuevo y yo ya era incapaz de aguantar mis lágrimas. Caían por mi mejilla y mi nariz estaba húmeda, con esa agüilla que se formaba cuando me emocionaba. Aspiraba esa leve viscosidad mientras sentía como del cabreo y de la pelea mi corazón quería escapar de mi pecho.
- "Lo mejor que puedes hacer ¿sabes lo que es?.... tírate por un puente..."
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