KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Last Vow/Bow cap 19

Los dioses nacientes del este.



Ni siquiera desayunábamos en casa ya. Hacíamos lo posible por convertirlo todo en trabajo, incluso el aire que respirábamos. Así fue la mañana siguiente… un ambiente lleno de tensión por las constantes actividades pendientes. Sin tiempo para disfrutar, descansar o de vivir siquiera. Comenzaba a sentirme exhausto. Exhausto física y emocionalmente.



Nuestro trabajo nos devoraba pero rendía frutos. Éramos lo más candente del momento y como tal debíamos duplicarnos para poder cumplir los exigentes horarios y estar en todos lados. Nos seguían a todos lados y la base de fans comenzó a crecer desaforadamente. Mi creciente y constante depresión me obligaba a actuar con indiferencia. La frialdad se apoderó de mi personalidad.


- Luego debemos ir a Bexco para una entrevista de Mtv- contestó Yunho.



- … Me encanta Bexco… - Escuché decir entre balbuceos a Junsu. Estaba totalmente absorto en mis distraídos pensamientos.



- Jaejoong, tienes llamada – Dijo nuestro hyung con tono lúgubre.



Nunca las llamadas son tan relevantes como para interrumpir nuestro trabajo. Pero esta sin duda lo fue. Ameritó una pequeña reunión con mis padres justo después. Me daba escalofríos verlos en el edificio de SM pero era mejor verlos así a no verlos en lo absoluto. La reunión fue nefasta, como todo lo ocurrido en aquel periodo lúgubre de mi vida.



- Qué sucede, hyung? – Preguntó Changmin con tono de consternación.



- Um… No sucede nada, Changmin-ah.



- Es que es extraño que suspendan una actividad por…


- No han suspendido nada, Changmin – Interrumpí – Ya he hablado con nuestro hyung. No ha sucedido nada. Nos vamos? – Dije señalando la salida del edificio.


Changmin accedió y cuando me dio la espalda enseguida sentí como mi rostro se derretía. Se derretía realmente. Tomaba mi cabello y no dejaba de abrir mis ojos.



- No pasa nada… - Murmuré arreglando mi ropa frenéticamente mientras tomaba mi puesto en la Van - No pasa nada, Jaejoong.



El camino a Bexco fue un recorrido bizarro y horrible. Tenía ganas de romper el cristal de la van y lanzarme a la carretera. Todos hablaban las trivialidades diarias por el camino ¿Cómo es que mi vida se había convertido en ésta lamentable comedia?



- Qué sucede… Boojae? – Preguntó la voz de Yunho.



- Eh? – Volteé torpemente tratando de encontrarlo en el puesto delantero.



- Aquí… Dime qué ha sucedido? – Preguntó. No sé en qué punto del camino cambió de puesto con Changmin para sentarse a mi lado.



- No… No ha pasado nada – Respondí agachando la cabeza.



- Te conozco bien y sé que eso no es cierto.



Permanecí en silencio. No pretendía confiarle nada más a Yunho. Si de algo me sentía exhausto, era de Yunho… en mi alma me sentía exhausto. Yunho había jugado tanto con mi corazón que no había más posible cabida para él.


- Quizás debas hablarlo con Yoochun primero… – Comentó sarcásticamente cuando se cambiaba nuevamente de posiciones.



Yoochun alcanzó a escuchar y me dirigió una mirada de inmediato. Hice un gesto de desdén. Poco me importaban los celos de Yunho en este punto. El desamor me estaba pegando fuerte y no quería compartir nada más de mi vida con él excepto lo profesional.


Sentía que iba a explotar en cualquier momento. Le hice la paloma a Yunho. Pude haberlo golpeado, pero me limité sólo a manifestar groserías gestuales. Odiaba que pretendiera preocuparse por mí.


Esa noche fui a embriagarme en un bar de alta alcurnia. No podía hablar con nadie sobre lo que sentía. No había forma de desahogarme mejor que en muchos sorbos de licor. Fumé un paquete completo de cigarrillos, también. Una bella y extraña mujer se sentó a mi lado. No paraba de mirarme con ansiedad… quería hablar conmigo, hasta que finalmente se decidió.


- Eso sólo puede significar algo… – Dijo ella señalando mi botella. Me quedé en silencio como esperando una decepcionante respuesta de semejante mujer atrevida.


- No tienes con quién hablarlo. – Agregó. Fue acertado. Quizás sólo estaba hablando patrañas para conquistarme, pero maldición! Cómo tenía razón.


- ¿Quieres un trago?


- Quiero un bocanada – Dijo señalando mi cigarrillo.


Le ofrecí un cigarrillo nuevo y le prendí fuego de prisa. Qué lastima que era un maldito gay esclavo de otro gay reprimido que no corresponde su amor! La chica era sin duda hermosa y me animó a seguir bebiendo sin ataduras toda la noche… ya me sentía suficiente ebrio como para entrar en calor.


- … De quién huyes ésta noche?


- No huyo de nadie.


- De qué, entonces?


- Nada en particular…


- No te había visto aquí – Dijo llevando un cigarrillo a sus sensuales labios – Para tomar así debió haberte sucedido algo…


- No tengo con quién hablarlo… quizás.


- Habla conmigo – Acuñó agresivamente mientras clavaba su mirada en mis ojos.


Jamás me había comportado de ese modo con otras mujeres pero estaba lo suficientemente ebrio como para arrojarle miradas sucias y pensar toda clase de indecencias. Era un maldito gay, pero esa mujer encendería a cualquiera.


- ¿Cómo te llamas?


- Me vas a decir que… - Dijo en medio de risas sarcásticas – Te importan esas estupideces?


- Vamos a bailar – Le dije al oído.


La chica apagó su cigarrillo y accedió. Tomé su mano con propiedad y la arrastré hasta la atiborrada pista de baile. Tomé su cintura y ella colocó sus delgados brazos en mi espalda para bailar. No hacía otra cosa que mirarme con deseo. Cómo pueden ser de descaradas algunas chicas ricas!


- Eres muy sexy – Me dijo ella al oído.


Al instante la besé con lujuría. La bese como si fuese a violarla. No movíamos más nuestros pies, sólo movíamos nuestras lenguas cómo si caváramos por algún secreto escondido en mi alma.


Poco me importaba esa chica. Poco me importaban las chicas con las que me había acostado estos últimos meses. Sin embargo ésta ocasión era más desenfrenada que las demás.


- A quién besas así? - Me preguntó al oído - Oye… él viene contigo?


- ¿Quién? - Pregunté preocupado, uno de nuestros managers había estado vigilando de cerca mi comportamiento… pudo haberme seguido hasta el bar.


- Él – Señaló en dirección a la barra – No hace más que mirar aquí.


Era el maldito Yunho! No podía creer que me había seguido hasta ahí.


- ¿Quieres ir algun lado? – Pregunté con impaciencia.


- ¿Qué clase de mujer crees que soy?


- Algun otro lado de la disco…


- De ése te escodes?


La miré desconcertado… cómo lo sabía? Y por qué besaba a un maldito homosexual a sabiendas? Me volvió a besar. El sudor corría por nuestros cuerpos y comenzaba a sentirme un poco excitado pese a la extraña situación. Sabía a la decepción tan grande que atrevazaba aquel entonces. Sabía a cigarrillo y licor. Decepción y confusión. Deseo y vergüenza.


- Jaejoong, debemos irnos – Trató de gritar Yunho en medio de la estruendosa música.


-Déjame en paz – Grité en retorno – Vete a casa!


La chica aquella me empujó con crueldad. Era una mujerzuela extraña. Le dolió haberla ignorado por el celoso Yunho. La empujé en retorno como si se tratase de un hombre.


- Jaejoong! – Gritó Yunho – Mira lo que haces! – Me tomó un brazó y le abalancé un puño sin éxito. Lo empujé hasta lograr zafarme. De repente la pista se abrió para ver el lamentable espectáculo. Dos guardias de seguridad me escoltaron hasta una salida especial. No me echaron a la calle como el perro que era por mi status de celebridad.


- Maldita sea, Jaejoong! – Gritó Yunho en el oscuro y húmedo callejón. Se escuchaban las bocinas de los autos y cómo cortaban en aire cuando pasaban. Era el sonido de mi ya tan acostumbrada ebriedad. Yacía acostado en un montón de escombros mientras sentía que palidecía.


- Ya no eres un niño… qué demonios quieres hacernos? Qué hay de la banda?


- Puedes meterte maldita banda por el culo y dejarme en paz! – Le grité desgañitándome ya en pie – Déjame en paz!


- ¿Qué es lo que te sucede, imbecil? – Preguntó arrastrándome por el cuello - ¿Qué demonios es lo que te sucede ahora? ¿Quieres acabar con tu vida?


- No es tu maldito problema!! – Grité desgañitándome nuevamente.


- Puedes hacer de tu vida un infierno, pero al menos piensa en los demás miembros! Todos trabajamos lo mismo que tú y no nos ves matandonos con licor todos los días ni besando a prostitutas caras por todos lados. Piensa en nosotros! Piensa en lo que ya hemos logrado! ¿Quieres arrojarlo todo?


- Arrojar qué?


- Te lo imaginas en primera plana? “Youngwoong besando a próstituta en distinguido club”


- ¿Qué es lo que más te molesta del titular? – Pregunté en una especie de malévola sonrisa con un tono más que sarcástico. - ¿Qué exactamente te molesta?


- Eres un imbecil! – Dijo soltándome.


- Deberías hacerlo tu también de vez en cuando y así no te entrometes en la triste vida de otros – Le empujé desafiantemente.


- Tu vida es triste, Jaejoong. No tienes razón para hacer lo que haces.


- Piensas que es egoísta? Eh, desgraciado? – Poco a poco me sentía más ebrio.


- Sí. Si no puedes pensar en los demás… no pudiste si quiera pensar en mi? También he trabajado duro!


- En ti, maldita marica?


- ¿¿Qué has dicho??


- Lo acabas de escuchar, marica! – Reiteré con ahinco y actitud desafiante - ¿Qué vas a hacer al respecto?


Yunho me dio uno de sus más fuertes puñetazos en rostro. Me tumbó instantáneamente. No tenía fuerza en lo absoluto para resistir sus golpes, me tambaleaba para conseguir alguna clase de estabilidad para no derrumbarme en mi ebriedad.


- Quiero que me lo vuelvas a decir, maldito – dijo tomando mi cuello – Quiero que me expliques tu maldita tristeza.


- Oh, si. Niño rico – Dije agarrando fuertemente sus muñecas – Quisiera verte trabajar todo lo que yo trabajé. Aguantar las humillaciones que yo aguanté antes de entrar a esta banda! Quisiera verte comer sobras del maldito restaurant donde trabajas! Quisiera verte ser rechazado por la persona que amas.



Yunho abandonó la fuerza de sus manos en mi cuello, todo lo que lograba decir lo conmovía de una forma vergonzosa.


- Quisiera ver a tus padres llegar mañana y decirte que eres un maldito adoptado, solo para que lo sepas antes de que un estúpido periodista te lo pregunte primero! Quisiera verlo, Yunho!


- ¿Qué has dicho? – Inquirió Yunho tomando esta vez el cuello de mi camisa totalmente consternado - ¿Qué has dicho, Jaejoong?


- Sólo quiero imaginármelo para ver qué se siente estar en mis zapatos…


- Jaejoong … tú?


- Sí, maldita sea! Mi vida es una estúpida comedia que no entretendría a nadie… ni siquiera a ti, Yunho.


- Lo siento… Boojae – Me dijo dedicándome una de sus sinceras miradas - De veras lo siento, yo...


- No necesito lástima, Yunho. Suficiente tengo con la mía – Exclamé en agrias lágrimas.


- Lástima… Por qué?


- No necesito decírselo a nadie. Ni siquiera a ti, porque ya no me importas… - Dije recostando mi cabeza en la helada pared – No necesito tú lástima.


- La necesitas de aquella mujerzuela? – Preguntó decepcionado.


- Quizás…


- Vamos a casa ahora.


- Debes estar bromeando – Dije encaminándome al club nuevamente.


- Jaejoong, vamos! – Gritó exasperado Yunho, mientras volvía a forcejear con mi brazo como solía hacerlo – Ya ha sido suficiente, ya estás ebrio.


- Maldito, suéltame ahora! Dije que voy a entrar!


Yunho volvió a empujarme contra la helada pared y tomó mis muñecas para continuar forcejeando. Yo me rehusaba a rendirme, pero las fuerzas me abandonaban. Mi estado de ebriedad era deplorable.


- ¿Quieres morir, maldita sea?


- ¿Y qué te importa, maldición?! – Le grité - ¿Qué rayos te podría importar eso a ti, maldito sin corazón?


Yunho continuaba forcejeando contra mí como nunca. Yo palidecía paulatinamente ante sus fuerzas.


- JAEJOONG! – Gritó con todas sus fuerzas.


Su grito me paralizó pero traté de componerme rápidamente. Yunho me acorraló en la helada pared dejándome sin oportunidad alguna para defenderme.


- Eres un testarudo y vamos a casa ahora mismo!


- No es más mi casa porque renuncio ahora mismo. Renuncio, Leader-sshi.


- Tu no renuncias! - Dijo tomando nuevamente mis muñecas. El cuerpo de Yunho se encontraba totalmente sobre mi languidecido cuerpo. Poco a poco fui sintiendo lo que sentí en aquella infame cabina de grabación. Mi pene estaba tan erecto como un joven árbol. Jamás me habia sucedido frente a Yunho así que aparté la vista de inmediato. Tendría que ser una amarga pesadilla antes de poder aceptar que eso realmente me estaba pasando. Gemí un poco al percatarme que Yunho no abandonaba sus fuerzas para someterme.


- Jaejoong …


- ¿Qué quieres de mi ahora, Yunho? ¿Qué más podría entregarte excepto mi total humillación y exposición?


Yunho se acercó aun más de modo de estar complemente en contacto con mi cuerpo. ¿Acaso respondía a mis bajos deseos o era otra jugarreta de mi ebriedad?


- Ya me tienes, Boojae …


Esa frase selló el resto. Yunho comenzó a jadear suavemente mientras parecía olerme el mentón. Estaba totalmente inmóvil. No sólo estaba sumamente excitado si no que ya mi cuerpo no respondía a mis comandos. Cerré los ojos cómo si se tratase de esperar el peor golpe.


- ¿De… de qué estás hablando?


Yunho limpió una de mis pasadas lágrimas con la yema de sus dedos. Un escalofrío comenzó en mi espina hasta recorrer el cuero cabelludo. Mi pene seguía tan erecto como antes, El momento no lograba pasar rápidamente y no podía tragar mi propia saliva.


- ¿Humillación? – Preguntó Yunho soltando mi otra muñeca para colocar sus manos en mi rostro – Yo sí que me sentiría humillado si me besaras luego de que besaras a esa asquerosa mujer.


¿Acaso Yunho acaba de pronunciar esas palabras? ¿Estaba soñando? ¿Era otra horrible pesadilla? Estaba totalmente pegado a aquella pared e inmóvil.


- ¿Be … Besarte? – Pregunté entre tartamudeos con mis ojos tan abiertos como platos.


- Pero tengo miedo, Boojae – Agregó Yunho acercándose aun más – Tengo miedo de perderte si no actúo esta misma noche… ¿Dijiste que ya no te importaba?


Permanecía inmóvil y sin poder respirar. Sólo jadeaba en mi excitación.


- ¿Por qué la besaste? ¿Acaso no sabías que yo vendría a perseguirte como siempre?


Yunho también estaba tan excitado como yo. Ya no había espacio entre mi cuerpo y el suyo. El éxtasis se había apoderado de él y de su hombría. Pude sentir su miembro tan crecido como el mío. Fue una sensación, súbita y completa.


- Te amo… Yunho.


Yunho me besó. Un beso corto y excitante. Lo miraba como si aun no entendiera nada. Pero volví a pronunciar esas palabras aun en contra de mi voluntad.


- No lo digas… porque…


- Te amo, Yunho.


Me volvió a besar, pero esta vez de mi cerebro nació el comando de responder a su increíble beso. Nos dábamos besos cortos y sensuales hasta despuntar en varios largos besos. Al fin mis manos respondieron para poder tocar el cuerpo de Yunho con arrebato y sin control alguno.


Nuestros labios al fin en el mismo contexto. Muchos besos de Yunho al fin eran para mi.



- Qué clase de noche es esta? – Murmuré mientras Yunho moría mi labio inferior muy sensualmente.


- La noche en que te digo que también te amo.


Nos callamos y nos miramos fijamente por un momento hasta que nuevamente Yunho volvió a besarme intensamente. Su lengua atravesaba mi boca con fiereza y firmeza. Yo me estrujaba en su cuerpo y viceversa. Era tan intensamente placentero que parecíamos hacer el amor de esa forma. Nuestra respiración era al unísona y desaforada.


Las fuerzas volvieron a mi cuerpo, ahora fui yo quien acorraló a Yunho hasta la otra helada pared de ladrillos. Nos estremecíamos sin parar. Lo besaba como si no hubiese un mañana. Lo besé como sólo se puede besar a Yunho. Sin fin.


- Jaejoong – Jadeó zafándose de mis labios – Espera…


- ¿Qué sucede?- Pregunté jadeando también.


- ¿Qué vamos a hacer?


Volví a besarlo. Sabía que esa clase de pregunta no tendría cabida en ese mágico momento. El sudor de nuestros cuerpos se compactaba en un solo.


- Te amo, Boojae.


Una puerta se abrió repentinamente y empujé a Yunho con toda mi fuerza. Un guardia de seguridad irrumpió en la escena. Se quedó mudo al presenciar lo sucedido. Lo miré por un segundo con expectativa muy preocupado, la mirada de Yunho era idéntica y quizás peor que la mía.


- Deben abandonar el club inmediatamente! Su manager así lo ha pedido.



Él y yo nos miramos cómo si el mundo se había acabado. Él guardia regresó dentro. Estábamos muertos de miedo. ¿Qué iba a suceder con nosotros? ¿Nos había visto nuestro manager? Me encaminé hacia la puerta y Yunho volvió a besarme.


- Todo estará bien, Boojae…

¿Qué clase de noche era ésta? ¿Era verdad o era ficción?


2 Comentarios:

  1. *0* YunHo también lo ama!!!!

    disfrutaron de unos agradables besos pero ahora viene el miedo....los habrá visto el manager???

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  2. *0* YunHo también lo ama!!!!

    disfrutaron de unos agradables besos pero ahora viene el miedo....los habrá visto el manager???

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