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Arualthings

Last Vow/Bow cap 30

Sentí que de algún modo había recuperado mi vida. Me sentía muy bien con Yunho y había bloqueado cualquier pensamiento proveniente de mis acostumbrados y enceguecedores celos. Preferí evitar leer entre líneas y adoptar ésta nueva bonanza nuestra.

Hace algún tiempo habían concluido las grabaciones para el segundo álbum, se venía una gira y el showcase de Rising Sun. Como siempre, las fechas estaban copadas de actividades sin fin. Sin embargo, pese a todo el trabajo logré ignorar todo a lo grande y sentí un poco de paz… así fuese superficial realmente la sentí por breves momentos.

Aquel día todo el mundo amaneció de un humor de perros. Llegó un punto en el que sentí que todos los miembros me arrojaban miradas de odio como si hubiese hecho algo malo. Poco después un miembro del staff vino corriendo con mi telefono celular en manos que no paraba de sonar. La llamada se perdió, pero intenté llamar de vuelta.

- Madre! – Exclamé con felicidad cuando escuché su voz al otro lado de la línea – Perdóname, no oí sonar el telefono. Estamos practicando para el showcase y ya sabes cómo todo se queda tirado al olvido.

- Me lo imaginé – Agregó ella con su encantador acento provinciano – ¿Cómo te encuentras, hijo?

- Muy bien! Me siento entusiasta para comenzar hoy ¿Y tú mamá?

- Muy bien… algo ocupada. ¿Has comprado algo ya?

- eh? – Balbuceé mientras le hacía una seña para que esperase a Yunho quien no paraba de hacer gestos como para hablar en privado. Él sabía bien que si era mi madre, debía esperar.

- Lo sabía! – Replicó ella con dulzura – Desde que eres famoso lo olvidas todo! Hasta los cumpleaños de tus hermanas!

- Jung Hye!!! – Exclamé mientras vislumbré a Yunho acercarse a mi rápidamente – Es cierto! Lo olvidé por completo…

- No hay apuro alguno ya que no la podrás ver mañana de todas formas. Despreocúpate porque…

- Necesito que hablemos – Dijo Yunho con un semblante enfadado.

- ¿Quién es? – Preguntó mi madre sorprendida - ¿Es Yunho?

- ¿Qué quieres? – Le pregunté tapando la bocina – Sí, mamá. Es Yunho…

- Mándale mis saludos! – Exclamó mi madre emocionada.

- Te manda saludos, Yunho – Dije tapando la bocina nuevamente.

- Ahora! – Me gritó exasperado – Ahora mismo!

- Sabes que estoy hablando con mi madre – Le respondí con firmeza - no puede esperar?

Yunho se cruzó de brazos como para no cometer una locura. Yo estaba totalmente estupefacto y confundido ante su desafiante actitud, pero como no deseaba problemas ni discusiones innecesarias accedí a colgar la llamada.

- Madre… estamos un poco ocupados. Te llamaré en la noche.

- No te preocupes por nada hijo! – Dijo ella apenada – Hablaremos luego! Cuidate!


Me encogí de hombros con el teléfono aun en mano como tratando de inquirir qué era lo que le ocurría pero pronto me percaté que Yunho no podía siquiera verbalizar palabra alguna. Estaba atascado en su propia ira y no podía hacer otra cosa excepto dirigirme una mirada flamantemente iracunda y cristalizada.

- Pero… qué sucede, Yunho?- Inquirí con un tono de preocupación.

- Me dijiste que… No la volverías a ver.

- ¿A quién, Yunho? – Pregunté con cariño, tratando de drenar su rabia.

Yunho emitió una carcajada nerviosa con su inquebrantable semblante enfadado y miró hacia abajo en todas las direcciones. Su actitud comenzó a preocuparme. ¿Había hecho algo malo?

- Boojae… - Dijo aun con su bizarra y triste sonrisa en los labios – Me lo merezco?

- No entiendo nada…

- Dónde estuviste ayer? – Preguntó con cierto aire de ironía y tristeza a la vez.

- Tú lo sabes… fui al salón para cambiar el corte. No lo recuerdas?

Yunho abandonó su sonrisa por un segundo y abrió sus ojos. Estaba estupefacto y se veía muy confundido. En aquel momento se acercó Junsu desprevenido. Yunho volvió a esbozar su extraña sonrisa y resopló mientras lo vi limpiarse una lágrima. Yo también estaba tan estupefacto y confundido como él.

- Vamos a alistarnos – Agregó Yunho tratando de componerse y alejándose enseguida.

- ¿Qué le sucede? – Le pregunté sin vacilar a Junsu.

- ¿No lo sabes, hyung? – Preguntó él estupefacto

- Debería saberlo?

- Esta mañana lo vi ver unas fotos tuyas en Internet, hyung

- ¿Fotos mías? – Inquirí sorprendido.

- Sí… – Dijo Junsu preocupado – Pero tan pronto me vio cerca cerró todo lo que estaba haciendo.

No tenía ni la más mínima idea de qué podía estar hablando, pero en aquel momento supe que tenía que llegar al fondo de todo el problema así que corrí un poco del salón de baile para poder alcanzar a Yunho y confrontarlo.

- ¿Qué fotos, Yunho? – Pregunté energéticamente exactamente cuando me encontré frente a él en medio de la algarabía de la jornada de trabajo - ¿Qué fue lo que viste?

-Ah… ¿Junsu te lo dijo ya? – Preguntó él esquivando mi mirada y aparentemente revisando su celular.

- Mírame ya, Yunho! – Exclamé con obstinación. Me molestaba que Yunho se comportara como un mezquino, porque generalmente conservaba un comportamiento muy maduro para contestar de esa manera – Tus evasivas me …

- Míralo – Me interrumpió él colocando la pantalla de su teléfono celular justo frente a mi rostro - ¿Te parecezco evasivo ahora, Jaejoong?

Tomé el teléfono en mis manos estupefacto en medio de aquel lugar atestado de gente. Era Eun Mi y… alguien demasiado parecido a mi, incluso usando el mismo peinado que tenía yo. Miré a Yunho con los ojos muy abiertos y volví a mirar el teléfono en escepticismo.

- ¿Qué es esto? – Pregunté atónito sin abandonar la expresión en mis ojos.

- ¿Eres tú quien necesita una explicación?

- ¿Yunho, Acaso no me conoces?

- De qué hablas?

- Ese no soy yo! – Exclamé con rabia – Maldición! Tu lo sabes!

- Si esta persona no eres tú…

- Si…?

- Explícame la entrada de tu blog.

Me alejé un poco irguiéndome de golpe. Era cierto que hacía una semana había hecho una entrada dedicada a Eun Mi, sobre todo lo que la amé, de cómo había jugado conmigo y de cómo tristemente nunca la olvidaría. Sin embargo, fue sólo un impulso… no es que de ninguna manera yo aspirase a regresar con Eun Mi. Aun en aquel momento no sabía por qué lo había hecho… pero estaba hecho. Mi breve silencio inmerso en el ruido de todas las personas trabajando hizo un eco dañino entre nosotros dos.

- Pero es que eso… - dije tartamudeando – eso, eso no tiene nada que ver!

- Es así, Kim Jaejoong? – Dijo él tomando su teléfono de vuelta con la misma sonrisa triste y extraña de hacía un rato… como si se forzara a sí mismo a reir para no romper a llorar.

- Comencemos! – Gritó el director de coreografía.

Yunho se alejó justo después que se guardara el teléfono en el bolsillo. Todos los demás hacían gestos para comenzar a bailar y los miembros agitaban las manos para que me espabilara y me acercara al grupo. Yo estaba en aquel lugar tratando de entender lo que sucedía mirando a todas las personas como si fuese un gato perdido. Yunho estaba atrás de Junsu para comenzar a practicar la rutina de baile. Estaba serio y se le veía sereno… como resignado.

Bailamos la primera vez y Yunho parecía un autómata. Hubo muchos errores, cometí muchos yo mismo. Me reprendieron fuertemente y él sólo guardaba silencio. Bailamos la segunda vez y fue más de lo mismo.

“…Pero no fui a verla…” Pensé mientras bailaba con todas mis fuerzas “No fui a verla!”

Bailamos la tercera vez y me concentré en hacer la rutina a la perfección y así lo hice. Apenas terminamos me excusé para ir al baño. Tan pronto llegué llamé enseguida a Eun Mi. Aun cuando tenía un teléfono nuevo, yo conservaba su número… seguramente porque eventualmente lo necesitaría.

- ¿Si? – Contestó ella extrañada.

- ¿Qué significa esa foto?

- ¿Cuál foto? – Respondió Eun Mi manteniendo un molesto tono monótono. Sabía de sobra que me había reconocido.

- No disimules, maldición! – Le contesté exasperado mientras mi sudor escurría del mentón como una cascada.

- Y… ¿Qué tiene que ver contigo?

- Me estás perjudicando. Lo sabes muy bien y estás tomando ventaja de ello. ¿Tienes idea alguna de la cantidad problemas que tendré por esa foto, Eun Mi?

Ella se mantuvo en silencio, lo que me desesperó más aun.

- Quieres vengarte, verdad? –Pregunté añadiendo una risa sarcástica – Pues… te felicito. Te felicito, Min dul lae.

Colgué enseguida y pateé la puerta en vez de abrirla decentemente. Me apuré a ponerme en la formación. Deseaba golpear a alguien más no hice nada parecido. Cuando miré al espejo me encontré la mirada de Yunho. Negué con la cabeza como tratando de explicarle la situación y él simplemente desvió su mirada. Se veía dolido y parecía no querer entenderme en aquel momento.

Comenzamos a bailar de nuevo y yo mismo no podía lidiar con mi frustración e ira de aquel momento. Comencé a arruinar la rutina inevitablemente hasta que en cierto punto repetimos todo desde el principio para evitar errores, sin embargo yo no podía sacarme mis estupidos pensamientos de la cabeza:

“Min deul lae… para qué se puso ese nick?” Pensé mientras trataba de no tropezar a los bailarines de apoyo.

- Ahora: uno, dos, tres. Giro! – Exclamó el director de coreografía.

“Pero… Me beneficia? Me cree? Me creerá?”

Creo haber tenido una expresión cómica en aquel momento porque estaba muy concentrado en no echarlo todo a perder. ..Y no podía dejar de pensar

“Tú también me has engañado antes…”

- Ahora: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y flexión!

- AAAAAAH! – Grité sordamente. Quedé tendido en la misma posición e inmóvil. La rodilla me temblaba sin cesar. Coloqué mis manos encima como si tratara de aliviar el dolor pero tan solo lograba agravarlo. Alcé la mirada hacia aquellos inmensos reflectores de luces blancas que enceguecen a cualquiera… me sentí como cuando despertaba de una de mis acostumbradas borracheras.

Todos se acercaron rápidamente hacia mi tratando de socorrerme. Sentía que sudaba frío. Yunho se acercó más y se arrodilló hasta estar a mi altura. Yoochun me sostenía por la parte anterior de brazos para que no cayera al suelo como un desmayado.

-¿Estás bien, Jaejoong? – Preguntó políticamente Yunho al igual que me lo preguntaron todos los demás. Me hizo salir de mis cabales; bien sabía que me pudo haber deseado algo así por venganza y su preocupación francamente no se sentía sincera.

- Suéltame, Yoochun! – Grité obstinado mirando a Yunho – Sueltame ahora!

Yoochun no accedió a soltarme y muchos miembros del staff tuvieron que cargarme porque no podía caminar de ninguna manera, asi que de cierta forma terminamos forcejeando. Era extraño como un accidente de este tipo tenía que ocurrir exactamente en un momento como ese. Un momento totalmente crucial en mi vida profesional y sentimental.

Fui llevado de emergencias a una clínica lujosa. En todo el camino me acompañó Changmin, pedí estrictamente que Yunho saliera de la ambulancia. No soportaba verlo en aquel momento. Tenía muchas preocupaciones en la cabeza.


- Sí – Dijo el doctor traumatólogo encargado – se necesitará una cirugía para corregir el problema.

- ¿Por cuánto tiempo deberá guardar reposo? – Preguntó el manager. Odiaba que hablaran por mi, pero me mantenía silente mirando hacia la ventana, como si el problema no tuviese que nada ver conmigo.

- Por seis meses aproximadamente – Agregó enérgicamente, como si le causara algún placer. Enseguida me volteé a verlo estupefacto.

- Sí… serán tres meses, Jaejoong – Dijo – Al menos que no quieras bailar mas en tu vida.

- Perfecto! – Contesté con sarcasmo aplaudiendo lentamente – Es perfecto. Siento como si todas las piezas de éste rompecabezas comienzan a encajar!

- Jaejoong, tus modales! – Gruñó el manager azotándome la nuca. Era vergonzoso pero era justo lo que necesitaba en aquel momento.

Cuando el doctor abandonó la habitación, le pedí a nuestro hyung que me dejara solo. Protestó un poco al principio, pero accedió al final. Me encontré finalmente sólo con mis pensamientos; más calmado y más resignado…

- Quizás pueda sacarle provecho a la situación – Tan pronto terminé de verbalizar la frase me llevé las manos a la boca. ¿En qué clase de persona me estaba convirtiendo? ¿Era capaz de usar mi herida como un arma para manipular?

- No puedo… no puedo – Dije recostándome en la camilla y colocando la muñeca en la frente – No voy a hacerlo, Yunho. Tienes suerte de que tenga integridad.

- Hablas solo, hyung? – Preguntó Changmin – Podemos pasar?

- Sí y sí Changmin-ah – dije sin abandonar mi posición.
Sentí una caricia en el brazo. Junsu trataba de consolarme al menos de esa manera.

- Escuchamos lo de la cirugía – Comentó Yoochun – Lo sentimos, Jaejoong.

- Sí ¿Qué podemos hacer por ti, hyung? – Preguntó Changmin.

Al abrir mis ojos me encontré a Yunho alejado de los miembros amontonados alrededor de mi recostado de la pared con los brazos cruzados, como si no quisiera ceder ni una pulgada, con esa voluntad de hierro que él tiene. La visión en sí me causó risa, una suave risa irónica.

- No pueden hacer nada, Dongseng – contesté dulcemente sonriendo y desviando la mirada al techo, hacia esas luces blancas que hacen desvariar a cualquiera. Era un cuadro de muerte.

- ¿Te sientes mejor? – Preguntó Junsu con esa típica mirada de sorpresa inocente y pura.

- Sí, Junsu. Me siento bien.

- Necesito hablar con Jaejoong – Dijo el del lunar sobre los labios con un tono de obstinación - déjennos a solas.

Todos hicieron una mueca de obstinación. Yunho se comportaba como un fastidioso muchas veces, pero siempre le obedecíamos y los muchachos lo hicieron. Se despidieron para seguir practicando el showcase; Yoochun me alcanzó un muñeco de felpa de shrek y en seguida reí a carcajadas. Amaba a los muchachos y no se merecían un mal trato debido a mi mal humor, pero es que a veces todo se hacía tan difícil…


- ¿Cómo te sientes? – Preguntó él mientras seguía mirando hacia el suelo.

- Acabas de escucharlo – Le dije tratando de sentarme de nuevo - ¿O Acaso crees que miento?

- Cuidado – Dijo Yunho acercándose deprisa - déjame ayudarte

- Ya te lo dije – Respondí mientras extendí la mano para bloquearle el paso – No la he visto desde aquella vez.

Yunho se quedó exactamente donde lo detuve con su acostumbrada expresión de seriedad.

- Y no pienso repetirlo de nuevo – Dije logrando sentarme y con un tono relajado pero imperante – No voy a repetirlo, Yunho. Tómalo o déjalo ¿Te parece?

- ¿Te gusto? – Dijo él tomando el muñeco. Odiaba que me ignorara – Te lo compré hace un rato.

- ¿Has entendido, Yunho? – Dije sin abandonar mi tono.

- Creo en ti – Dijo finalmente brindándome su mirada – Pero prométeme que no la volverás a ver mientras estés conmigo.

“Podría decirte lo mismo, descarado” Pensé. Aun no lograba entender cómo no lo había interrogado sobre Jin Hun, sin embargo una cobardía extraordinaria se adueñaba cada vez que lo intentaba.

Mi teléfono sonó antes de que pudiera contestarle. Lo más irónico de todo es que era Eun Mi quien me estaba llamando.

- Es gracioso – Le comenté a Yunho – Es ella.

- No contestes la llamada!

Abrí la tapa del teléfono y miré la pantalla unos segundos.

- Jaejoong…- Dijo él casi a modo de ruego

- ¿Qué pasa, Eun Mi? – Contesté mirándolo a los ojos de forma desafiante. Dejé que ella hablara y se explicara, cosa que tomó sólo segundos - Está bien, adios

- ¿Qué te dijo? – Preguntó mirando el suelo nuevamente y suspirando.

- Está bien, te lo prometo – Contesté colocando el celular justo a mi lado – Te lo prometo, Yunho.

- ¿No me preguntarás por qué?

- No – Dije encogiéndome de hombros – Así de simple.

- Jae… - Musitó Yunho cerrando sus ojos mientras se acercó de súbito a besarme.

- Ve a ver el lugar donde supuestamente viste todo – Acuñé fríamente arruinando sus intenciones.

- Pero, Jae…

- Me dijo que aquella persona no era yo… como si necesitase escuchar eso.

- ¿Eso te dijo?

- Ahora vete, Yunho – Acuñé señalando la puerta y sonriendo levemente. Me encantaba demostrarle que no todo el maldito tiempo tiene la razón y por eso sonreía.

Él tomó mi rostro con sus manos y asintió. Después hizo una pequeña reverencia y puso su mentón en mi frente.

- Lo lamento, Boojae – Dijo él dándose la vuelta rápidamente y abandonando la pieza al instante.

Min dul lae… yo le acuñé aquel apodo. Es como la flor, el diente de león. Es hermosa cuando la ves pero se deshace con tan sólo un soplido y verás la raíz y el tallo simple y poco glamoroso de la original flor. Así era Eun Mi, como un diente de león; con indagar un poco tenías la sensación que se desmoronaba su hermosa fachada y bajo esa capa de hermosura la dura realidad aguardaba para sorprenderte. Mi Yunho y Eun Mi eran tan diferentes; pero me volvían loco sus misterios y secretos y sabía que en algún momento iba a llegar al fondo de todo.

- No…ésta vez no tendré ni un ápice de integridad, Yunho.


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