Last Vow/Bow cap 24

Tuvimos suficiente tiempo para desayunar a la mañana siguiente. Estábamos todos presentes en la cocina.


- ¿Por qué salir a esa hora a ver una película? – Pregunté mientras sorbía mi café.



- ¿Aun no lo sabes, Jaejoong? – Preguntó Junsu con un semblante presuntuoso - ¿Cómo planeas ir al cine en Corea si te reconocen hasta en una fábrica para suelas? Las funciones de media noche son las mejores!



- ¿Entonces aprovecharon la noche? – Pregunté y seguidamente Yunho me arrojó una mirada lujuriosa y sospechosa… la típica mirada de alguien que comparte un secreto. A continuación comencé a tartamudear y a sonreír a ratos – Porque… se quedaron… Eh, mucho tiempo.



Traté de evitar su mirada y me limité a soplar el café que aun estaba muy caliente. Ni siquiera podía hablar con fluidez bajo el efecto de su mirada.
- ¿Ustedes sí? – Preguntó Yoochun levantando la mirada.



- Sí - Comentó Yunho entre sonrisas sospechosas mientras engullía su desayuno – Nos relajamos… demasiado.


Me ahogué con el café y comencé a toser desaforadamente. Changmin tuvo que ponerse de pié para golpear mi espalda.


- Oh… ¿de verdad? – Preguntó Yoochun dirigiéndose a mí con un tono malicioso.


- Eh – Balbuceé mientras me aclaraba la garganta – Aproveché para revisar el foro. Hace mucho que no escriben.


- ¿Con qué propósito? – Comentó hurgando su comida Yoochun.


- ¿Qué sucede? – Pregunté con carácter general.


- Por eso salimos, hyung – Afirmó Changmin con tono grave – Uno de nuestros managers nos confesó que no sólo tú corres el riesgo de ser rotado. Yoochun está en la misma situación.


Me acerqué de súbito a él y tomé su mano haciéndole soltar los palitos.


- ¿Yunho no te lo comentó? – Preguntó Yoochun frunciendo el seño.


Negué con la cabeza y dirigí una mirada a Yunho.


- Lo lamento mucho – Dijo él componiéndose – No quería preocuparte, ya habías pasado por mucho anoche.


- No me vuelvas a ocultar nada jamás! – Exclamé imperantemente con tono de hermano mayor – Jamás, Yunho!


La tensión se reavivó con mi reclamo. Sin embargo Yunho no abandonaba aquella típica mirada que imploraba perdón a sabiendas de que era culpable. No podía soportar ablandar mi temperamento con aquella mirada. No importa lo que él hiciese… siempre podría ser perdonado.


Partimos a realizar múltiples presentaciones, como era acostumbrado. Practicábamos demasiado, así que no sentíamos muchos nervios antes de cantar. Estaríamos esperando nuestros acostumbrados cinco minutos antes de salir a cantar cuando sentí que algo me haló hacia las ranuras del control de la iluminación.


- Creo en ti – Dijo él en mi oído.


Seguidamente me besó apasionadamente y con apuro. Yo tomé sus manos que a su vez tomaban mi rostro y me dejé guiar por su beso. Cuando terminó sentí haber visto estrellas, se sentía tan bien que Yunho hiciera algo de ese estilo. Me hacía sentir muchísimo más feliz y calmado acerca de todo ese asunto de la rotación. Necesitaba de su confort para no derrumbarme. Lo necesitaba a él, más que nada.


Yo también creí en ti Yunho… Y salimos cantar. Te entregué mi alma por completo sin esperar nada a cambio. Nos presentamos como siempre y cantamos como nunca.


Yoochun se puso emocional y lloró frente a las fans en plena presentación. Era tan triste tener que atravesar por algo así. Yo me mantenía en pié por el apoyo de mi Yunho… pero, qué había de él?


Enseguida, los rumores se colaron a la web. Las fans estaban al tanto de todo lo sucedido y reaccionaron y de qué manera.


Siempre pensé ser el miembro con menos popularidad del grupo. Con frecuencia recuerdo un incidente donde había filas kilométricas para firmar autógrafos de cada miembro mientras yo no tenía a nadie en lo absoluto en mi fila. Era una de las tantas cosas que me entristecían de mi vida profesional. Sentirme tan poco amado.


Tan pronto se supo, me percaté de todas las fans que siempre había tenido. Tanto apoyo resultaba increíble y alentador. Las chicas incluso boicotearon a SM para lograr la cancelación de aquella rotación. Sería pues, nuestra primera gran victoria como grupo.


Me sentía amado tanto profesional y sentimentalmente. Pero como cada cosa acaecida en mi vida, tenía la sospecha de que todo se fuera al caño. Porque tengo la maldita manía de jamás sentirme suficientemente feliz por las cosas buenas que nos sucedían. Pronto los fantasmas de siempre regresarían a perseguir esa efímera felicidad que gozaba.

Siguiente