Inconcebible.
MinHo bajó la cabeza, mordió su labio inferior y apretó con fuerza la maleta en sus manos.
—¿Y entonces Choi, alguna excusa más para su atraso?
—Es que el auto se daño y tuve que venir a pie, pero le prometo que…
—No me prometa nada, Choi. Sus atrasos son demasiados, voy a llamar a su padre.
MinHo agachó todavía más la cabeza, con aquella expresión de derrota en el rostro, y una mueca de que ya suponía se iba a quedar muy castigado por demasiadas semanas.
—Profesor…— La voz de su hermano mayor fue una gotita de esperanza, levantó la mirada con una sonrisa en el rostro y Siwon con aquella expresión de chico serio que de vez en cuando le servía se acercó —¿Sucede algo con MinHo?
—Es la décima vez que llega tarde y sin justificación escrita o comprobada. Tengo que darle notificación a su padre.
Siwon lo miró con reproche, MinHo solo intento sonreír –Nuestro padre está muy ocupado, yo soy su hermano mayor. Se lo pido de favor, dígame todo respecto a su comportamiento y prometo que no volverá a comportarse de esa manera. De otra forma puede llamar a mi padre, solo le pido una oportunidad.
El hombre frente a los dos muchachos pareció pensárselo mucho, pero finalmente suspiró.
—Esta bien, aquí está las justificaciones que él me ha dado. Choi vuelva a su salón.
MinHo ni siquiera se lo pensó. Asintió con una pequeña sonrisa y se empezó a alejar mientras la voz de su hermano leyendo sus excusas se alzaba de tono, MinHo y Siwon lo sabían, esas eran puras mentiras.
—¿’Me quedé dormido’? ¿’Mi papá se atrasó con el desayuno’? ¿’Vivo muy lejos’? ¡¿’No me coge el bus’?!
Para cuando entró en el salón y luego de que su profesor lo regañara por entrar tarde una vez más. MinHo solo se sentó en su asiento. Mirando del otro lado de la ventana el patio. Llegaba tarde por que intentaba seguirle la pista a ChangMin por que había días en que el muchacho no llegaba a clases y otras en las que llegaba sumamente tarde.
Pero hasta ahora nunca lo había podido atrapar, siempre se le escapaba.
—¿Lo has oído, MinHo?
La muchacha a su lado le sonrió y MinHo solo la vio extrañado —¿Oído que?
—Dicen por todas partes que vieron a ChangMin Oppa besándose con un tipo mayor que él a la salida de un cine.
El cuerpo entero se le estremeció, las expresiones en su rostro huyeron.
MinHo acababa de aprender lo que era sentir ‘Que el corazón se hundía’
ChangMin no le había dado tiempo, ni siquiera para decirle que se había enamorado de él.
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—¡Pero estoy enamorado de él!
MinHo se exasperó, Siwon únicamente se levantó de su asiento mientras empezaba a masajear los hombros de su hermano menor, quien con el entrecejo arrugado aceptaba la caricia y se cruzaba de brazos.
—Y puedes seguir queriéndolo en la maravillosa comodidad de tu soltería, no digo que rechazar su propuesta de matrimonio signifique que no lo quieras, pero aún eres muy joven— Siwon giró a MinHo, lo justo para que lo mirara a la cara –Es más, pueden irse a vivir juntos si lo que quieren es estar metidos en la cama todo el día… Digo…
MinHo entrecerró sus ojos y se levantó de su asiento, desde que su hermano le hubiera pedido que hablaran a solas en su habitación, supuso que se trataría de una conversación de esa índole.
—Siwon, hermano. En primer lugar no fue ChangMin quien me propuso que nos casáramos.
—¡Lo sabía!— Siwon sonrió –Es que no entiendo por que todo el mundo cree que eres un angelito bajado del cielo. Como sea, Min casarse es mucho más serio que irte a vivir con alguien. Es casi como firmar un contrato.
—¿Puedes dejar tus estúpidas teorías de relacionarlo todo con tu trabajo?
—Solo digo que…
—Yo AMO a ChangMin, y que tu le tengas alergia a esa palabra no quiere decir que yo también. Es todo, tengo clase, hablamos en la noche.
MinHo tomó su pequeño bolso con despreocupación y salió de la habitación. Siwon únicamente suspiró, mirando el techo de su habitación y moviendo su pierna sin percatarse de que lo hacía.
—No es alergia… Es precaución.— Suspiró con pesadez y cerró los ojos, el vacío de no haber llegado a querer de ese modo ni siquiera a Jae siempre se hacía presente. Pero al final de todo y a estas alturas de la vida, Siwon estaba casi seguro de que Jae era lo más parecido al amor que tenía y ni siquiera suponiendo eso, se sentía completo —…Estúpido, MinHo.
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—¡¡Ya llego la comida!!
JunSu entró con aquel hermoso pastel en las manos y la gente mayor dentro de ese piso colocó una sonrisa en el rostro y aplaudió la presencia del muchacho, quien acompañado por otros muchachos llegaban con más comida.
—Pequeño, que bueno que llegaste. Nos tenías un poco abandonados.
—Si, bueno. Estaba saliendo con alguien.
—¿Y por que no vino?
—Ya terminamos— JunSu sonrió –Pero mejor así, ahora ya tengo más tiempo para ustedes.
La gente del asilo asistió de inmediato a todos los muchachos que acababan de entrar y JunSu se dedicó a saludar a todas las personas ancianas que con una sonrisa en el rostro le demostraban lo bien que les sentaba su presencia.
—¡Hey! Niño S, ¿Jugamos un poco de Tenis de Mesa?
—Moh~ Señor, usted que sabe muy malo con eso.
—No importa, muchacho. Lo importante es divertirse ¿Qué dices?
—¡Está bien!
JunSu se acercó con una sonrisa en el rostro y jugó con el hombre. Las enfermeras observaron casi enamoradas la soltura con la que el muchacho rico se desenvolvía todos los días. La sorpresa de que fuera tan apuesto, divertido y con un gran corazón, enamoraba a cualquiera.
JunSu era el nieto preferido de todos aquellos ancianos en el lugar.
—¡Perdiste!
JunSu hizo su mueca de derrota, no comprendía por que aquel hombre lograba ganarle siempre, las abuelitas del lugar le dieron un par de palmadas en la espalda y el hombre que sonría victorioso se acercó —¿Que dices muchacho pagas o no tu apuesta?
—¡No apostamos nada!
—¡Está implícito!
JunSu rodó los ojos, giró un poco su cuerpo y cuando sintió la mano del anciano en su trasero, dándole una pequeña nalgada su rostro se azoró un poco y de inmediato se alejó, abrazando a una de las mujeres que sonreía tiernamente.
—Ya te hemos dicho que no juegues con ese viejo pervertido.
—¡Pero es que quiero ganarle aunque sea una vez!
Los doctores y enfermeros presentes rieron, los ancianos compartieron la alegría. Y JunSu sintió esa maravillosa calidez que ayudar a los demás siempre le proporcionaba.
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—¿Se puede saber que hacemos aquí?
ChangMin miró de un lado a otro, mostrándose un tanto escéptico del hecho de que MinHo se sintiera como pez en el agua en aquel lugar. No es que fuera un niño rico presumido, pero ese lugar se veía inseguro, las escaleras sonaban con cada paso, las húmedas paredes y los rostros de aquellas personas que los veían de pies a cabeza.
Miró sus ropas y por un momento deseó que MinHo le hubiera avisado con tiempo para no ir con aquellas ropas que de lejos los hacía ver como niñitos con casa en la playa. Suspiró, estaba faltando a clases y por suerte no había traído su auto.
—Llegamos.
—¿A dónde? ¿Podrías por favor responder una de mis preguntas?
MinHo sonrió –Tranquilo. Vinimos a buscar a un tipo que me recomendó una amiga de mamá.
—¿Qué clase de tipo?
ChangMin se mostró asustado, en especial cuando tocó la puerta y un muchacho de cabello algo pelirrojo la abrió —¿Y ustedes quienes son?— Oh, que adorable muchacho. Tan educado que ChangMin ya empezaba a sentir deseos de llorar.
—Hola, venimos a buscar a YooChun. Park YooChun.
La puerta terminó de abrirse por completo por otro muchacho de cabello negro algo alborotado que ni siquiera llevaba una camisa puesta, ChangMin golpeó con el codo las costillas de MinHo, odiaba cuando los ojos de MinHo viajaban demasiado rápido en otras personas.
Choi carraspeó e intentó no ver aquel torso desnudo.
—¿Para que lo buscan?
—Una amiga nos lo recomendó y tenemos una oferta que hacerle.
El muchacho pelirrojo rió bajamente y de inmediato el azabache lo miró –Guarda silencio, Mir.— El muchacho rodó los ojos y caminó hasta la cocina. El de cabello alborotado los dejó pasar y ambos se sentaron en el pequeño sillón de la sala.
—¿Podrías ponerte una camisa?
La petición por parte de ChangMin logró robarle una sonrisa al muchacho, así que solo para no llevarle la contraria, buscó entre los cojines y se puso la primera camisa que encontró. MinHo rió bajito, ChangMin solo abrió la boca dispuesto a hablar, pero prefirió callar.
…Demasiado anti higiénico para su gusto.
—¿Tu eres YooChun?
—YooChun es un tipo demasiado libre y despreocupado, de vez en cuando se porta como un maldito desgraciado, hijo de… En fin ¿Por qué creen que yo podría ser él?
—¡Por que si lo eres!
—¡Dije que te callaras, Mir!
ChangMin se levantó –Bien, creo que esto fue una mala idea.
—Tranquilízate.— MinHo lo jaló del brazo volviendo a sentarlo, miró al tal YooChun y él únicamente les sonrió.
—¿Qué? ¿Acaso me equivoqué? Es así como soy.
—¿No estarás pensando en serio en llevarle este sujeto a uno de mis hermanos?
—¿Este sujeto?— YooChun fue obviamente ignorado.
—Es muy apuesto, y créeme a JunSu le encantará.
—¿JunSu? ¿De que están hablando?— Sin embargo, Park volvió a ser ignorado.
—Si lo miras de esta forma, JunSu es el mas enamoradizo, se compromete con YooChun y antes de que siquiera ponga fecha a la boda y JunSu se aburre. Te lo aseguro.
—Pero necesitamos que se casen, sinceramente estaba esperando que le presentaras a alguien, no que le contrates a alguien.
—Que se casen o comprometan. YooChun solo va a tener que mantenerlo entretenido el tiempo suficiente como para que nosotros nos casemos. Ya casados ellos se pueden comprometer y des comprometer cuantas veces les da la gana.
—Esto no me da buena espina, MinHo.
—¡Ok, ya basta!
Los dos menores pegaron sus espaldas al sillón y YooChun bufó un poco antes de volver a mostrarse tranquilo. Mir se acercó con unos vasos con jugo de naranja y todos asintieron con gusto, Mir se sentó junto a su hermano y YooChun volvió a hablar.
—¿Qué es exactamente lo que quieren?
—Contratarte. Necesitamos que entretengas el tiempo suficiente a uno de los hermanos de mi ChangMin, se comprometan y listo. Solo tienen que durar hasta el día de la boda.
—No.— Mir habló de inmediato, YooChun sin embargo no protestó –Mi hermano es contratado cuando las dos partes están de acuerdo, él y la otra persona involucrada. Eso de enamorar a una persona y luego dejarla. No.
—Es como lo dijo, Mir. Eso no.
—Cinco mil dólares— ChangMin fue directamente al punto, los ojos de YooChun se abrieron en demasía, pero volvieron a su normalidad cuando Mir le piso el pie discretamente.
—No… Lo siento.
—Si es por lastimar a JunSu, créenos no tienes de que preocuparte— MinHo bebió un poco de jugo y luego sonrió –Él que debería cuidarse eres tú. Es muy fácil enamorarse de una persona como él.
—¿A que te refieres?
ChangMin suspiró –Mi hermano es un tanto… Cree que esta enamorado, pero cuando pasa la euforia simplemente decide que no, ya no está enamorado. Siempre ha sido así, desde que tengo memoria. Sin embargo es muy buena persona, incluso atiende a un asilo casi todos los días.
—De todas formas…
—Diez mil.— ChangMin miró a MinHo, sin embargo Choi miraba directo a aquellos ojos oscuros de YooChun, esa era una suma ya un tanto más alta.
—Veinte mil y tienes en menos de una semana a tu hermano encaprichado con mi hermano.— En esta ocasión fue YooChun el sorprendido, las palabras de Mir habían sonado tan frías y serias.
MinHo ni siquiera se lo pensó –Es un trato. Los mil, mañana mismo bajo la condición de que por lo menos JunSu ya lo conozca. Cinco más cuando ya estén saliendo. Ocho mil cuando estén comprometidos y el resto cuando todo acabe.
—Supongo… Que está bien— Mir miró sorprendido al muchacho que ya sacaba algo de maleta, un montón de papeles dentro de una carpeta.
—Estos son unos cuantos datos de JunSu que pueden servirte y este un contrato que nos asegura que no nos vas a estafar. Y por cierto necesitamos una copia de tu cedula.
ChangMin bebió un poco de jugo y respiró profundo —¿Cuándo preparaste todo esto?
—En la noche, tener laptop es muy malo, lo hice antes de dormir.— ChangMin sonrió mientras veía YooChun leer el contrato y a Mir levantarse a buscar algo entre los cajones, Shim supuso que se trataría de la copia.
Mir miró la imagen en el espejo y notó su reflejo algo asombrado. Tomó la copia de la cedula de identificación de YooChun y lo pensó de nuevo, pero para cuando regresó, YooChun ya había firmado. Y los dos muchachos ya se habían levantado.
—Gracias.
MinHo tomó la copia, lo guardó en su maleta y sonrió. ChangMin se veía contrariado. Mir sintió que todo volvió a suceder demasiado rápido, para cuando lo volvió a analizar los dos muchachos ya salían.
—Interesante trabajo…
—¡¿Por qué firmaste?!
—Por que tú aceptaste.
—¡Pero yo creí que no aceptarían, es demasiado dinero!
YooChun optó por no responder. Respiró profundo y paso un brazo por lo hombros de su hermano menor.
—Como sea, me parece el mejor trabajo que he tenido hasta ahora.
—Pero…
—Me pregunto… ¿Cómo será ese tal JunSu?
+—+—+—+
—¡Esta buenísimo!
JunSu sonrió y comió un pedazo del pastel que había traído, complacido por los halagos de todos los presentes hacía el postre que tanto le había conseguido conseguir.
—¿Verdad que si? Lo hizo mi hermano mayor. Jae siempre ha tenido buena mano para la cocina.
—Su… ¿No tienes clase a esta hora?
—¿Uh?— Kim contempló la hora en su reloj —¡Es cierto, ya voy tarde!
Lo más rápido que pudo, JunSu tomó sus pocas cosas, se despidió con un par de movimientos y con una sonrisa en el rostro salió del asilo. Buscó las llaves en su bolsillo y lanzó la maleta en el asiento de atrás, estaba en su último semestre y no podía faltar así como así.
Piso el acelerador casi sin pensarlo y en cuanto estaba a punto de salir del estacionamiento un fuerte golpe le recordó que nunca, jamás, por nada del mundo debía salir del parqueadero sin mirar.
Bajó del auto y mordió inconsciente su dedo índice al notar que el golpe no había sido tan grave. Un muchacho se bajó del auto y JunSu intentó poner su mejor sonrisa –Lo siento mucho iba apurado y aunque no es excusa…
—Esta bien, no es mi mejor recibimiento después de tanto tiempo lejos de Corea, pero supongo que todos tenemos nuestro días malos. Kim HeeChul mucho gusto.
—Kim JunSu.
Apretaron sus manos y JunSu todavía no se lo podía creer. ¿Iba a perdonar el accidente así como así?
—¿Eres el hijo de Kim Ohn, cierto? La familia dueña de los mejores hoteles de Corea— JunSu se mostró sorprendió –Yo soy el heredero de la cadena de Restaurante ‘Paradise’ nuestros padres están haciendo convenio.
—Si, algo escuche. Respecto a que sus restaurantes se ubiquen en nuestros hoteles.
—Exacto. Escucha tengo que ir a visitar a alguien, pero podríamos solucionar esto en otra ocasión. ¿Te parece?
—Oh, claro. Es más ¿Qué te parece si vas a mi casa a cenar esta noche y hablamos allá?
—Supongo… ¿A las siete esta bien?
—Perfecto.
HeeChul jugó con las llaves en sus manos, le regalo una última sonrisa al muchacho de cabello negro y volvió a subir a su auto. JunSu soltó un poco de su aire aliviado, por lo menos no había nada grave de que preocuparse.
Miró la parte delantera de su auto y realizó una pequeña mueca con su boca, tendría que llevar el auto a la concesionaria cuanto antes.
—¡Mis clases!
El recuerdo vino de repente. Volvió a subir a su auto y esta vez comprobando bien el lugar y mirando por todos los espejos. Finalmente decidió volver a arrancar.
+—+—+—+—+—+
Cuando JaeJoong volvió a pisar el taller se sintió intimidado.
Por que los hombres andaban de aquí para allá sin camisas, llenos de grasa de auto, y resultaba que eran musculosos. Pero esencialmente no era eso lo que lo intimidaba sino el hecho de que todos lo miraran y susurraran quien sabe que.
—¿Eres el dueño del súper carro, cierto?
Un muchachito de linda sonrisa se acercó. JaeJoong únicamente asintió, recordando que su carro del año, era demasiado caro. Y supuso que sería toda una conmoción, miró su camisa blanca y se odió por llevarla en ese momento en especial por que en el taller había suciedad por todas partes.
—¿Sabes donde está el chico que me acompañó el día que traje el carro?
YeSung sonrió y ladeó su rostro —¿El jefe? Son las doce, así que seguramente está detrás de la oficina.
—Gracias.
JaeJoong sonrió levemente y caminó hasta donde el muchacho le había señalado, el lugar donde estaba la oficina no era muy grande, camino con lentitud hacía la parte trasera suponiendo que se encontraría al muchacho lavando un carro o algo parecido debido al sonido del agua caer que escuchaba.
—¡Oh, por… Dios!
JaeJoong giró sorprendido, tapando con su mano indirectamente el lugar por donde sus ojos de vez en cuando se dirigían hacía la imagen recién contemplada. Jung YunHo, vestido apenas con un bóxer aparentemente se echaba agua encima con una manguera.
—¿Quién eres?— La voz de YunHo fue grave, sumamente masculina. El rostro de JaeJoong enrojeció, incluso sintió un calor tremendo en el rostro y por supuesto siguió dándole la espalda.
—No sabía que la gente se bañara con mangueras al medio día en su lugar de trabajo.
—Pues no conoces mucho sobre la gente que no pertenece a las oficinas con aire acondicionado y que trabaja bajo tanto calor, JaeJoong.— YunHo sonrió divertido
Kim rió nervioso —Vaya, que gracioso. Yo no recuerdo tu nombre.
—Pues me llamo Yal.
—¡Mentira! Dijiste que te llamabas YunHo.
JaeJoong volvió a girar y una vez más sus ojos recorrieron el cuerpo casi desnudo de Jung, y esa sonrisa en los labios del más alto no se hizo esperar.
—¿No que no recordabas mi nombre?
Kim desvió la mirada, pero no se movió –Da igual. ¿Podrías comportarte como la gente normal y ponerte algo para que podamos hablar?— YunHo respiró hondo, se colocó una toalla alrededor de la cintura y una vez comprobó que le llegaba hasta las rodillas, aplaudió levemente para que JaeJoong regresara a mirarlo.
—Bien ¿De que quieres hablar, JaeJoong?
—Tus abdominales… ¡Quiero decir! Tu automóvil. ¡¡Digo!! Mi automóvil.
YunHo rió, le hizo una pequeña seña para que lo siguiera y apenas entraron a la oficina, JaeJoong se sorprendió al notar que la oficina era levemente grande, elegantemente decorada, muy limpia, con cuadros y adornos de buen gusto. Algo para nada similar con todo lo que había visto fuera.
—¿Este es tu lugar de trabajo?
—Es mi taller, soy el jefe. Necesito una oficina ¿No?
—Si, pero…
—Tu auto no estará listo hasta dentro de unos días más.
YunHo leía atentamente la carpeta en sus manos, mientras bebía un poco de agua. JaeJoong pensó que era un mal educado, ni siquiera le había invitado algo de tomar. Supuso que leía un informe detallado de los daños de su auto.
Un pequeño alboroto afuera llamó su atención, las persianas de la oficina no lo dejaron observar bien, pero por lo que pudo notar, los muchachos afuera saludaban y alagaban a alguien que acababa de entrar. YunHo dejó la lectura curioso por el alboroto. Entonces la puerta se abrió.
—¡Yunnie~!
El muchacho de cabello castaño que entró, observó la oficina con asombro, se saco las gafas de sol y sonrió gustoso con lo que veía. Divisó a YunHo y casi de inmediato corrió a abrazarlo.
—¿HeeChul cuando regresaste a Corea?
—Hace unas horas— El muchacho se alejó un poco y observó a YunHo de pies a cabeza a pesar de estar sentado –Mmh~ Yunnie, veo que has desarrollado muy bien esos músculos.
HeeChul tocó descaradamente los brazos, abdominales y pectorales del hombre, JaeJoong supuso y quiso suponer que solo estaba jugando, enarco una ceja y tosió disimuladamente para hacer notar su presencia. Los dos muchachos lo miraron, pero aparentemente decidieron ignorarlo por que HeeChul volvió a dirigirse a YunHo.
—Yunnie, no sabes cuanto me alegra que no haya cambiado nada. Todo está igual que la última vez que estuve aquí. Los cuadros, los papeles, el librero, el teléfono, incluso la lámpara que tanto odias.
—Te extrañaba.— YunHo volvió a leer, JaeJoong supuso que era por que a Jung le resultaba difícil decir aquellas palabras. No miraba a HeeChul, pero por esa sonrisa en su rostro, JaeJoong sintió envidia de no haber recibido alguna vez ese tipo de palabras de parte de Siwon –Es mi manera de recordarte, como si nunca te hubieras ido.
—Yunnie~ Solo me fui por dos años. Pero ya me gradué, soy todo un profesional y como todo un decorador de interiores te digo que todo esto ya paso de moda, así que es hora de que re decore este lugar de inmediato.
—Como quieras, Chul.
—¿Y… Quien es él?
—Kim JaeJoong. Un cliente.
Inesperadamente un retorcijón en su estómago le indicó a JaeJoong que ser llamado ‘Un cliente’ frente a aquel muchacho, no le gustaba.
—Oye Yunnie~ ¿Y por que estas con tan poquita ropa frente a un cliente? ¿Una nueva forma de atraer clientela?— HeeChul rió junto a YunHo y JaeJoong decidió que era suficiente. Se levantó de su lugar con una extraña molestia en su interior.
—¿En un par de días, cierto?
—Si, no es tan grave pero hay que ajustar unas cuantas…
—No me importa. Solo arréglenlo, el dinero no es problema— JaeJoong se escuchó extremadamente frío y YunHo arrugó el entrecejo ante la prepotencia de esas palabras –Llamaré en un par de días.
JaeJoong se marchó azotando la puerta y HeeChul volvió a abrazar a YunHo —¿Un tanto déspota el niño, no?
—Mas bien diría que es muy raro… No lo conozco mucho, pero no parecía de esos niñitos engreídos hijitos de papi.
—Da igual. ¿Estas ocupado esta noche, Yunnie?
—No ¿Por?
—Te invitó a cenar a la casa de un chico que me chocó el auto.
—¿Tu auto? ¿Estas bien?
—Si, tranquilo. No tienes que ser tan sobre protector.— HeeChul hizo un pequeño puchero —¿Qué sucede?— HeeChul notó que YunHo miraba demasiado hacía la puerta por la que el tal JaeJoong había salido.
—Es que no sé como me va a llamar, si no tiene mi número.
HeeChul únicamente rió.
+—+—+—+—+—+
—Delicioso… ¿Por qué tanta comida?
Siwon saboreó un poco de la Lasaña que la ama de llaves servía y la mujer sonrió cuando el muchacho se quejó al recibir el golpe en el dorso de su mano, proporcionado por el cucharon en sus manos.
—El joven JunSu dijo que vendrían visitas, así que como usted también venía y por obviedad el joven MinHo también, cocine el plato favorito del joven MinHo.
—¿Y yo no cuento?
—Es que el joven MinHo y el joven ChangMin se la pasaron muy mal con todo eso de su compromiso frustrado.
Siwon rodó los ojos y decidió ir a la sala por un momento mientras esperaba a que JaeJoong terminara con la reunión con sus hermanos en su habitación. Se sentó en el sillón y contempló el fuego de la chimenea. Le gustaba ir en la noche a la casa de Kim Ohn, su chimenea por alguna razón era realmente bella.
El timbre de la casa sonó y curioso levantó la mirada para ver a los dos muchacho que entraban a la mansión por cortesía de la empleada. El muchacho de cabello castaño le entrego el abrigo a la mujer y él más alto solo negó con la cabeza.
No los conocía, en realidad no recordaba haberlos visto antes.
—¡Esperen!
El siguiente en entrar fue MinHo, quien con una sonrisa en el rostro, le entrego su maleta a la empleada, giró para observar a los recién llegados y sus ojos mostraron una sorpresa absoluta. Siwon lo sabía conocía a su hermano demasiado.
—¡YunHo! ¿HeeChul?
El nombre tintineó en sus oídos. Y finalmente su boca se abrió en sorpresa. No podía ser él, no se le parecía. Se levantó y tropezó, llamando la atención de los tres. Se irguió elegantemente y observó al castaño.
HeeChul cuando lo conoció, era rubio.
..::..::..::..
—¡Mira tú! El niñito popular es Gay, y de paso con un tipo que le lleva varios años.
El sujeto se acercó a ChangMin, y él en respuesta únicamente arrugó el entrecejo, ajustó la maleta a su espalda. Y decidió seguir caminando sin siquiera prestarle atención, ignorándolo por completo.
—¡Oye! ¡¿Qué no piensas decir nada?!
El muchacho agarró por el hombro a ChangMin y Shim solamente se soltó de manera brusca, la gente a su alrededor empezaba a temer lo peor, por que ChangMin fue agarrado de las solapas de su camisa y levantado con fuerza.
MinHo bajó las escaleras lo más rápido que pudo, sus hermanos respectivos ni idea de donde estaban, pero Choi no iba a esperar, jaló por el hombro al sujeto que agarraba a ChangMin y los alejó. ChangMin era demasiado caballero como para pelearse en el Colegio.
Pero él… A él no le importaba arriesgarse a ser expulsado.
—No le hables así a ChangMin Hyung. Es claro que le tienes envidia.
—¿Envidia? ¿Envidia de que? A mi no me gusta andarme revolcando con hombres.
—¡No te permito que…!
ChangMin por fin reaccionó, sin embargo MinHo estiró su brazo pidiéndole que se detuviera. Enfrentando al muchacho ante sus ojos y endureciendo la mirada.
—Podrás decir lo que quieras, por que gay hasta Alejandro Magno, reprimido y cobarde solo tu.
ChangMin miró con sorpresa a MinHo, la determinación en aquellos ojos logró robarle una sonrisa. El muchacho enfrente de ellos se azoró y se marchó, el lugar se llenó de aplausos por parte de sus compañeros.
MinHo analizó lo que acababa de suceder, respiró profundo y sonrió. ChangMin ahora lo abrazaba, susurrando muy cerca de su oído, la más dulce de las palabras escuchadas por él hasta el día de hoy.
—Gracias…
woaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa esto esta rebueno, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Yunho es la maximo y Jae lo sabe, jijijiji.
ResponderEliminarjjajaaja yunho bañandose con manguera baba jajajaaj me encanta ah minho tan lindo y yoochun contrado es como un gigolo creo que se dice asi jajaj junsu el que bota vs el padrote jajaj
ResponderEliminar¡Hola!, realmente tú fic me ha dejado con una gran sonrisota en el rostro. Tú redacción es muy buena y el contenido de la historia es bastante interesante.
ResponderEliminarEspero que pronto puedas actualizar un nuevo capítulo.
Realmente vale la pena leer tú historia, es un fic super interesante.
PD: Amé el momento en que Jae se confunde y le responde a Yunho:
—Bien ¿De que quieres hablar, JaeJoong?
—Tus abdominales… ¡Quiero decir! Tu automóvil. ¡¡Digo!! Mi automóvil.
Espero leer otro capítulo pronto!!! ^^
No me gusta la actitud de Minho..................
ResponderEliminarNo me gusta la actitud de Minho..................
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