Al llegar a casa, cada uno corrió – literalmente - hasta las habitaciones para comenzar a empacar cosas para pasar las vacaciones con familiares, incluso cuando no pudiésemos irnos sino hasta el tercer día de descanso. Yo sin embargo no emprendía camino y cuando lo hice, lo hice lentamente como si estuviese sedado. Vislumbré borrosamente cómo una sombra caminaba rápidamente a mi lado hasta sobrepasarme. Era Yunho, que se volteaba hacia mi pero con su rostro de perfil mirando hacia el suelo por lo que serían décimas de segundos y continuó caminando hasta llegar a la habitación de Junsu, Changmin y suya.
Di dos pasos más hasta alcanzar el sofá y me desplomé allí. Me estrujé el rostro como para espantarme el sueño y al mismo tiempo prestaba atención al ritmo de mi respiración. Me quedé en blanco como por dos segundos con la mirada perdida y me puse de pié efusivamente como listo para dar comienzo a la acción.
Entré sigilosamente a mi habitación. Yoochun estaba empacando sus cosas rápidamente como un maniático; tomó una pequeña lámpara de lava con descuido y se le cayó de las manos casi rompiéndola.
- Puede esperar a mañana – Le dije acercándome a él y recogiendo la lámpara del suelo.
- No – Contestó Yoochun amargado arrebatándome la lámpara de las manos - No puede.
- ¿Cuál es el problema? – Pregunté con un semblante de preocupación en voz baja.
- ¿Me vas a decir que quieres quedarte aquí? – Preguntó con tosquedad - ¿Acaso me vas a decir que te quieres quedar al lado de Yunho todos estos días?
Su comentario me hirió; me hizo sentir como si me sintiera a gusto con cualquier cosa. Suspiré y miré hacia el suelo.
- … Lo siento – Dijo reduciendo su tono de voz y devolviéndome la lámpara – No necesito eso.
- … No hablaba de la lámpara.
- Me voy hoy, Jae – Contestó mirándome a los ojos – No hay nada que me lo pueda impedir. No soy un preso y me niego a obedecer.
- Todos los demás querrán irse, también...
Yoochun se inmutó por un segundo y miró hacia el frente para seguir empacando en su pequeña mochila.
- Piénsalo, ellos también querrán largarse y tal vez te frustren tus planes de – alcé las manos e hice el gesto de comillas – “Escapar”. Yunho, Changmin, Junsu…
- Me voy con él – Contestó en seco Yoochun mientras me arrojó una mirada de confesión. Una mirada de cristal que implora no ser delatada.
Tenía ganas de contestarle algo, pero mi mente no me permitía organizar las ideas. Se escaparan o no, me hacía sentir aun peor. Ellos dos se iban… se escapaban. Era como mirar atrás para ver mi pasado con Yunho.
- No comentes nada, por favor…
“Se iban… “
- Sólo – le dije poniéndole una mano en el hombro y esbozando una frágil sonrisa – Tengan mucho cuidado. Sólo eso.
En seguida me apresuré a salir de aquel cuarto. Tenía ganas de gritarles a todo gañote ‘Van a Sufrir!” pero qué derecho tenía a hacer tal cosa.
Me asomé con cuidado a la otra habitación para ver a Junsu empacando también con disimulo. Sin querer vi también a Yunho acostado a medias en su cama. Volteé a ver el inmenso reloj de la repisa marcando las dos de la tarde y me dispuse a marcharme.
Me colocaba un abrigo y accesorios que me permitieran pasar desapercibido en la calle mientras encendía mi auto, cuando de repente di con mi reflejo en el retrovisor. Parecía tan determinado y predispuesto, casi un anuncio letal de que lo que estaba a punto de hacer era irremediable e irreversible. Miré hacia arriba, di un largo suspiro y por un segundo vacilé en mi decisión hasta que a mi mente vinieron los recuerdos de Yunho diciendo:
¿Te gusta así, Jaejoong?... ¿Así, Jae?
- Así... Yunho – Dije encendiendo el motor sin piedad y endureciendo mi expresión.
Al llegar al estacionamiento, comencé a hacer todo con sigilo, sin embargo no lo conseguía. Cada paso que daba se sentía como una tonelada de plomo atravesando el suelo; mis pisadas no imprimían ligereza si no culpa. Un paso y pensaba en Yunho abrazándome en el balcón. Otro paso y pensaba en Yunho besando salvajemente a Jin Hun. Un paso y pensaba en Yunho haciéndome el amor. Otro paso y pensaba en Yunho fornicando con Jin Hun, en todo el sentido de la palabra, gozando como nunca y seguramente riéndose de mi mientras rozaba con su lengua la oreja de él.
Él abrio la puerta.
-… De verdad pensé que no vendrías – Dijo Jin Hun.
- Si es que hay algo bueno en mi – Dije arreglándome el cuello de la camisa – es que siempre cumplo mi palabra. Siempre.
Jin Hun me hizo pasar a su apartamento. Era un poco oscuro y tenía un toque bohemio. El lugar parecía más bien una pequeña disco. Tentador y oscuro.
“Tal como le gustaría a él” Pensé.
- Siéntate – dijo él
Tomé asiento en el sofá donde me fue instruido e hice un gesto de rebotar suavemente. Aquella cosa parecía realmente cómoda.
- ¿Cómo han estado las cosas? – Preguntó.
Me los imaginé teniendo sexo como nunca en aquel sofá… porque era cómodo.
- ¿Todo bien? – Preguntó él nuevamente.
Era suave…
- ¿Cómo marchan las ventas allá en Japón?
Era grande…
- Al grano, Jin Hun! – Contesté exasperado adoptando una expresión de amargura al verlo - ¿Qué es lo que quieres realmente?
- Ya te lo dije – Contestó extrañado – Quiero hablar de él.
- Mira… - Dije mientras entrelazaba los dedos en mi cabello para quitármelo del rostro – Ya hemos hablado de él por teléfono. Muchas veces…
- ¿Por qué me dejo? – Preguntó interrumpiéndome.
Le eché una mirada de culpa rápidamente. De las veces que nos habíamos comunicado jamás habíamos hablado de aquel tema. Ni yo mismo sabía en efecto que Yunho lo había “dejado”.
- No lo sé.
- Yo creo que sí lo sabes – dijo acentuando su mirada inquisidora.
- No conozco a Yunho mejor que tú – Contesté con nerviosismo. Me frustraba el hecho de que quizás lo supiese todo.
- Yo…? - Dijo mientras lo veía sonreir con triste resignación sirviendo un trago de whiskey – No. No lo creo.
- ¿Cómo es el sexo? – Le pregunté secamente mientras lo observaba beber suavemente su trago. Esa pregunta la tenía reservada para más tarde pero mis impulsos eran incontrolables.
- ¿No lo sabes?
- No…
- Lo hace bien – Contestó sin abandonar su lasciva sonrisa mientras viraba su mirada hacia mis ojos – Me lo hace muy bien.
- ¿Quién lo diría? – Pregunté tratando de esconder mi asombro. Pese a que bien esperaba tal respuesta jamás estuve preparado para aquello – Ese Yunho…
- Lo hacía divino – Continuó Jin Hun como si tratara de buscar cierta reacción en mi. Su lasciva sonrisa me provocaba una sensación cortante en el estómago. Me sirvió un trago y me lo alcanzó.
- Entiendo – Contesté procurando esconder cualquier mueca de dolor.
- ¿Cómo es que estás tan cómodo hablando sobre esto? – Preguntó Jin Hun examinando cada expresión de mi rostro.
Reí con ironía y me metí un buen trago de whiskey.
- Entonces no hay respuesta? – Preguntó.
- Tú qué crees? – Le contesté devolviéndole la mirada con el mismo gesto lascivo que él utiliza.
- Ah! – Exclamó él mientras parecía sonrojarse – Ahora pregunto yo ¿Quién lo diría?
- No te expreses así – Dije mirando hacia el frente.
- Eh?
- No hables como si me conocieras – Contesté violentamente volviéndolo a mirar pero ésta vez con un gesto de seriedad asesina – No me conoces ni un centímetro.
Jin Hun se echó para atrás como una presa asustada. Mantuve mi semblante a modo de intimidación. Jin Hun se encogió de hombros y volvió a sonreír.
- Y qué quieres? – Preguntó - ¿Que nos conozcamos?
Volví a reír con ironía mientras negaba con la cabeza. Mirando a Jin Hun entendí por qué a Yunho le gustaba tanto. El maldito era tan guapo como cualquier tipo podría serlo, tenía una sonrisa lasciva y maligna que a la vez resultaba tan sensual. Aquellos hombros suyos tan bronceados como el sol y su cabello tan largo como el mío. Por ironías de la vida, nos parecíamos un poco pero en formas opuestas.
- Habla – Dije señalando - ¿Qué es lo que quieres?
- Contéstame – Dijo - ¿Por qué?
- Ya te dije que no lo sé. Pregúntaselo a él.
- ¿Crees que estás hablando con un niño?
En aquel momento sonó el teléfono en la cocina. Continuó mirándome como esperando por una respuesta antes de contestar, pero abandonó su intención cuando se percató que debía atender la llamada en ese momento y se puso de pié rápidamente.
Revisé el teléfono rápidamente. Había un mensaje de texto de Yoochun.
“Hyung, dónde estas?”
- Yoochun?
- Hyung, dónde estas?
- Estoy en casa de un amigo – Respondí con nervios.
- Un amigo? – Preguntó Yoochun extrañado.
- ¿Sucede algo, Yoochun?
- Nada, solo… recuerda que me voy hoy y espero que no lo arruines.
- Llegaré temprano, te lo prometo.
- ¿Quién sabe la verdad, últimamente?
- Déjame hacer esto y regreso, lo juro.
- Recuérdalo!
- Yoochun! – Exclamé exasperado mientras veía el perfil de Jin Hun regresando por teléfono – Tan importante como tu “escapada” es esto que estoy haciendo. No me pidas que me vaya ahora porque estarías arruinando mis intenciones.
- Es que, Jaejoong…
- Es tan importante como tu escape, Yoochun!
- Hyung…
- ¿Entendido?!
- Sí – Contestó con vergüenza – Lo lamento, nos veremos más tarde.
- Hasta entonces – Culminé colgando.
- ¿Problemas? – Preguntó Jin Hun.
- Para Nada – contesté sonriente colocando el celular en el bolsillo del pantalón.
- Entonces…
- Yunho es promiscuo y ya debes saberlo – Acuñé bruscamente.
- No se trata de promiscuidad – Replicó él sirviendo una nueva ronda de tragos – Lo que él y yo teníamos era más que promiscuidad.
- ¿Ah, si?
- Sí… - Dijo él vacilando a beber de su trago – No importa cuántas veces termináramos, Yunho siempre vuelve a mi.
- No gracias – Rehusé al trago que me ofrecía Jin Hun – Fui suspendido por un mes por beber.
- ¿Te gusta beber, no?
- Entonces es como… un esclavo? – Pregunté incisivamente cambiando el tema y diciendo aquella palabra con la que Jin hun disfrutaba acuñarle a Yunho.
Jin Hun se volteó a mirarme totalmente estupefacto.
- E..exacto – Añadió sin abandonar la expresión de sus ojos.
- Te dejó porque se encontró a alguien a quién esclavizar – Comenté con tosquedad mientras me ponía de pie.
- ¿Qué dices?! – Preguntó atónito.
- Seguramente – Añadí con frialdad – Quizás ya aprendió todos tus trucos y los está aplicando con alguien más.
- Entonces…
- Si? – Pregunté encarándolo.
- ¿No está contigo? – Preguntó.
- Jajaja – Reí estruendosamente – Yunho no es mi tipo, Jin Hun. De hecho, no nos llevamos nada bien. Pretendemos ser
- Pero… pensaba – Balbuceó mientras miraba hacia todas las direcciones.
- No se a qué querías que viniera concretamente, pero yo sí vine por algo en específico…
- Habla – Dijo él poniéndose de pie escuchando atentamente.
- Me debe un par de favores – Dije sacando una cajetilla de cigarros – Y me los pienso cobrar todos.
- ¿Qué propones? – Preguntó él con sumo interés.
Le arrojé una mirada de deseo a Jin Hun de arriba abajo y me mordí los labios. Jin Hun adoptó un semblante de vacilación y dio dos pasos hacia atrás. Al parecer el maldito aun arrojaba señales de respeto por Yunho.
- No me vas a decir que esas estupideces te dan miedo – Acuñé luego de encender un cigarrillo.
- No es eso lo que temo – Dijo – Es sólo que…
- ¿Qué?
- No entiendo nada. Parecías querer ayudarlo hace unos meses atrás.
- Teníamos una amistad decente en aquel entonces. Y…
- Ustedes son tan parecidos – Murmuró Jin Hun en completo asombro. Me le quedé mirando y me limité a guardar silencio.
Mi papel de villano debía terminar cuando pusiera el primer pié en casa y fue exactamente lo que hice.
- Son las cinco y media – Le dije a Yoochun poniéndole el reloj frente al rostro– Nunca falto a mi palabra.
- No necesito escaparme – Comentó con un resoplo – Nos dieron libertad para irnos desde hoy si eso deseábamos.
- ¿A qué se debe la caridad? – Pregunté con sarcasmo.
- El manager regresó ésta tarde a las tres y al no verte pues… dijo que era mejor que nos diera libertad antes de vernos haciendo locuras.
- Sólo salí un rato – Refunfuñé.
- Es que Yunho habló con él primero. Creo que discutieron por un buen rato
Hice un gesto de mirar hacia la otra habitación y señalé en esa dirección.
- Sí, él está – Dijo Yoochun mientras guardaba un par de zapatos – Changmin se fue a casa y Junsu se marchó un poco después para… esperarme.
Asentí con un gesto de despreocupación y me excusé para salir de la habitación. Fui a tomar un baño que duraría por horas. Me sentía sucio y cargado. Un buen rato después saqué las manos de la tina y le eché un vistazo a las arrugas de mis manos. En seguida pude recordar aquel maldito sueño y me apresuré a salir rápido.
Cuando caminé fuera del baño, noté que varias luces estaban apagadas. Llamé a Yoochun fuera de la habitación pero cuando me asomé pude ver que ya se había ido. Fue cuando decidí preparar algo de comer y me encaminé a la oscura cocina.
Hacía poco tiempo habían hecho remodelaciones y no podía encontrar el encendedor de la luz y a tientas busqué la parte en donde se iluminara más. Sin embargo sentí que algo agarró con fuerza mi mano y sentí un fuerte empujón que me acorraló automáticamente. Dos delgadas manos se entrelazaron en mi cuello.
- El problema, Jae… – Musitó Yunho aplicando un poco de fuerza en sus manos.
Todo fue tan rápido que no pensé qué hacer rápidamente si no simplemente me limité a forcejear.
- El problema es que – Dijo ahora intensificando la oración.
- ¿Qué demonios te sucede ahora?! – Pude preguntar con dificultad debido a que me estaba ahogando lentamente.
- Tú no me dejas, Jaejoong! – Dijo él aplicando más fuerza.
En aquel momento abrí mis ojos y adopté un semblante desafiante al recordar aquel horrible sueño donde Yunho me ahorcaba porque escalofriantemente llevé mis manos a su cuello y lo ahorqué con más fuerza aún. Apliqué toda la fuerza posible como si de matarlo se tratará.
Yunho me soltó enseguida pero se repuso rápidamente y acercó su rostro al mío en medio de aquella oscuridad.
- Tu a mi no me dejas – Dijo con una lágrima deslizándose por su mejilla derecha.
- Lástima – Dije con mis ojos aun bien abiertos – Ya es tarde para hacer advertencias.
Yunho se alejó de mi con pasos torpes, como si estuviese a punto de desmayarse y se aferró a la mesa para no caer. Observé toda la escena con escepticismo, como si tal cosa no estuviese ocurriendo.
- Idiota – Aquella palabra se me salió de los labios. No sé qué ente ni que fuerza extraterrestre me motivó a decirla, ni mi cerebro tenía contemplado hacerlo si quiera, sin embargo, la dije.
- Boojae … - Dijo él en aquella posición denigrante.
- Todo terminó – Añadí abandonando la oscura cocina.
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