- ¡¿Dónde has estado?! – Preguntó él abriendo la puerta
- No hagas preguntas, Jin Hun – Contesté adentrándome arbitrariamente en su apartamento aun sin invitación.
Me quité el abrigo dejándolo caer en su cómodo sofá y caminé hasta unos sillones cerca de su pequeño balcón. Me senté ahí dándole la espalda.
- Si pensé de vez en cuando que él era complicado… pues contigo ya ni siquiera es un pensamiento…
- Cállate! – Exclamé mirándole de perfil desde el sillón.
- ...Contigo es una certeza.
Suspiré con fuerza y me puse de pié.
- ¿Qué haces aquí? – Preguntó escurriendo sus manos en mi espalda a modo de caricias. Con toda su aberración, tenía claro que lejos de controlarlo yo a él, muchas veces se me escapaba de las manos. Jin Hun era una incógnita que se alzaba muy por encima de Yunho… muy por encima de mi.
- No lo sé – Dije encarándolo con cierto asco – No lo sé, con mil demonios!
- Yo sí se a lo que has venido, sólo que eres muy orgulloso como para que lo pronuncien tus labios – Comentó esbozando una sonrisa triunfante pero discreta - Poco a poco… me necesitarás.
- ¿Seguro? – Pregunté sacando el celular de mi bolsillo ahora siendo yo el sonriente - ¿Quién necesita a quién?
A Jin Hun se le borró la sonrisa y se dirigió lentamente a su sofá en vez de darme la razón. Miré un gran reloj antiguo cerca de una repisa, marcaban las siete y media de la mañana; Fue cuando me percaté que había dado muchas vueltas antes de parar en su casa. En algún instante de mi mera distracción, Jin Hun colocó música… un Jazz magnífico, de esos que te hacen sumirte en una especie de ensueño y fascinación, mas sin embargo… estaba muy cansado para sentir algo como eso.
- Ven acá – Dije con bajo tono de voz pero de forma imperante.
Jin Hun se acercó en el acto y comenzó a besarme. Yo no respondía a su beso, mi cuerpo simplemente no respondía. Él me tocaba enloquecidamente todo el cuerpo con una sensualidad desmedida, tan parecida a esa a la que invadía a Yunho cuando estaba conmigo. Cerré los ojos con fuerza y poco a poco me dejé llevar.
A los pocos minutos estaba fornicando como nunca con Jin Hun en el mismo suelo. Lo hacía gritar del placer. Entraba una y otra vez en él como si no me costara nada. Yo no escuchaba nada, tan sólo podía observar cómo mi sudor se escurría sobre él, cómo viraba sus ojos hacia arriba como un drogadicto cuando entraba y salía rápidamente, también cómo abría su sucia boca para entonar sus gemidos inaudibles para mi.
Le terminé en el rostro… de una forma sucia tal y como a él le gustaría y luego le asesté una buena bofetada. Jin Hun se quedó postrado en el suelo con su rostro virado por mi golpe sin hacer nada. Aunque él estaba completamente desnudo yo no hice intento alguno por desprenderme de mi ropa; me levanté de rodillas y me subí la cremallera. Me limpié la boca con la parte anterior de mi mano izquierda, me peiné el cabello con las manos y me puse de pié. Por último, me acomodé la camisa y me le quedé mirando.
Jin Hun tenía su rostro virado hacia otra dirección y continuaba tirado en el suelo como un cadáver. Nuevamente volví a sentir lástima por alguien… lástima por él.
Me di la vuelta y fui a recoger mi abrigo. En ese momento Jin Hun se puso de pié y casi corrió hacia mí; me abrazó desde atrás. Nuevamente sentí lástima por él. Era la primera vez que adoptaba una actitud afectiva y no sexual. Era como estar en presencia de otra persona
- No te vayas, Jaejoong – Dijo con cierto aire de desesperación – No te vayas!
- Vine porque... – Me di vuelta para encararlo – ésta será la última vez.
- Todos dicen lo mismo… - Dijo él tratando de sonreír, pero en el fondo sé que moría de pánico.
- No sé cómo… pero te tengo un poco de respeto – Agregué colocándome el abrigo – He venido ha darle final a esto.
- ¿Final? Jajaja, Tú… tú no me podrás dejar – Dijo él palideciendo.
Jin Hun se colocó el pantalón rápidamente e hizo un gesto de espantarse el sueño de los ojos con las manos.
- No me vas a decir – Comenté riéndome con un poco de asombro – que en alguna parte del camino te confundiste.
Esas palabras lo paralizaron por completo. Hizo un esfuerzo grande para poder pronunciar algo... pero simplemente no se le ocurrió nada.
- Esto ya no me hace gracia - Dije aun haciendo ademanes de acomodarme la ropa - Hace tiempo dejó de ser divertido.
Jin Hun estaba iracundo. Trató torpemente de darme un puño en el rostro, pero logré esquivarlo y en retorno, le puse las manos en el cuello.
- Mucho cuidado… No soy como él, conmigo no vas a jugar!
Al soltarlo, cayó sentado en su sofá. El disco de Jazz seguía sonando como si nada hubiese sucedido. Jin Hun parecía estar llorando y no quería mostrar el rostro.
- ¿Quién demonios te crees? – Preguntó en un leve llanto mientras escondía aun su rostro - ¿Quién demonios crees que soy yo para hacerme esto?!
- ¿Sabes por qué nadie está realmente contigo? – Pregunté. Jin Hun alzó la cabeza lentamente como si esperase mi sentencia – Porque eres como una visión, un camino fácil, una fantasía que dura poco más de media hora. Eres como una prostituta, excepto que sabes mucho menos que ellas.
- Eres… eres despreciable.
- Realmente, Jin Hun?
Él se irguió en el sofá aun dándome la espalda con la cabeza gacha. Yo caminé hasta ver medio perfil de él.
- Si quieres amar a alguien y ser amado… comienza a ser real.
- Eres un maldito, Jaejoong!
- Estoy siendo sincero y auque me cueste… estoy tratando de ayudarte. ¿Te da miedo mostrarle al mundo quién eres realmente?
Reinaba el Jazz celestial de fondo y las lagrimas silentes e invisibles de Jin Hun.
- Si lo que quieres es vivir como una prostituta toda tu vida pues… al menos aprende a ser profesional. No te enamores de tus “presas”
- ¿Crees que estoy enamorado de ti? – preguntó con dificultad.
- Sí – Contesté con desenfado y casi a carcajadas – Creíste que ibas a jugar conmigo y todo se volvió en tu contra, ahora ves cómo estás comenzando tú a necesitar de mí, de mi buen sexo y de mi compañía pero yo soy diferente a él… yo no te necesito.
Jin Hun agarraba la tapicería de su sofá con fuerza, como si fuese a desgarrarla. La ira lo consumía. Me dispuse a marcharme y antes de cerrar la puerta, Jin Hun volvió a hablar:
- Esto… lo vas a pagar.
- No, Jin Hun… - Sonreí suavemente y de espaldas - tú me las estás pagando.
Al cabo de unos instantes estaba en mi auto. Ya había dado por terminado aquello. Esa suciedad que había estado intentando llevar a cabo: Una venganza absurda y descabellada. Me había topado con el malsano de Jin Hun, un tipo que proveía amor a todos pero que era incapaz de conseguir amor.
No sé si había ido a terminarlo… pero pocos instantes de estar en su apartamento, esa sensación de asco que aborda cada vez que él está cerca me ayudó a percatarme de que así era...era el final. Era como si una parte de esa carga que me apaleaba comenzara a aligerarse. Primero Yoochun y ahora Jin Hun… ¿me dirigía hacia la redención?
… Ahora sólo restaba lo más importante.
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