Mi historia comienza, donde otra termina.
Aquella mañana despertó asustado.
La razón por la que el corazón se le aceleró de esa manera, o por que comenzó a sudar de esa forma no la recuerda bien, tal vez tuvo una pesadilla, o quizá tan solo tuvo un mal presentimiento.
Pero JaeJoong ya se encuentra sentado, en aquella habitación de paredes blancas donde no está muy seguro del por que se encuentra ahí, el olor a hospital es reconocible y la poca ropa de ese momento le hacen ver que es un paciente más.
La cabeza le duele, y tiene un brazo fracturado. El dolor es casi insoportable y supone que ha de ser hora de su medicina, por que de otra manera no debería dolerle tanto como ahora.
Se siente mal, incomodo, fastidiado, el hambre es su principal dolor y al mover un poco el cuello se da cuenta de que ha dormido en una mala posición o en la misma por demasiado tiempo.
No articula pensamiento alguno, se siente mareado y sabe que no es su mejor momento. Desorientado todavía y habiendo respirado hondamente un par de veces, se levanta de la cama, agarrándose de cualquier cosa medio sostenible en el camino. Tan solo por que teme perder el equilibrio.
Las piernas están débiles e incluso estuvo a punto de caer. Volvió a respirar profundo y un dolor de cabeza se apoderó de su estado de animo, ni siquiera notó la ventana en su habitación, dentro de la pequeña que esta era únicamente ubico la puerta.
En cuanto la abrió y el ruido de las personas y altavoz llego hasta sus oídos el dolor de cabeza aumentó. Volvió a sentirse desubicado y mareado, los dos hombres a un lado de su puerta se pusieron en alerta, giraron hacía él. Y JaeJoong empezó a tener nauseas.
Observó a dos enfermeras correr hacía él, a un muchacho de cabello negro mirarlo con sorpresa y luego con un odio absoluto, se apoyó en el pomo de la puerta y no pudo más, un par de segundos después su cuerpo caía desplomado en el suelo. Inconsciente.
Oyendo a lo lejos el grito eufórico de aquel muchacho que casi le salta encima.
—¡¡Maldito, pagarás por lo que hiciste!!
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—Es una pena, era tan joven, tenía un futuro realmente prometedor. Era un gran muchacho, inteligente, amable, jovial. Créanos que lamentamos su perdida y cualquier cosa que podamos hacer por ustedes no duden en pedírnoslo.
YooChun tan solo escuchaba a lo lejos, esperando que la pareja de esposos terminara con su discurso, con la mirada en el suelo Park tan solo apretó ligeramente el borde de su traje negro y respiro hondamente.
—Chunie…
El susurro de ChoiHang fue lo único que necesito para derrumbar su poca fortaleza, la mujer lo abrazó con fuerza y YooChun se sintió verdaderamente inútil y patético. Por que debería ser él quien esté consolando a la mujer y no ella a él. Por que es ella quien acaba de perder a un hijo.
…Pero él ha perdido a la persona que amaba. Y siente que la vida se le fue con él.
La mano de HangSook se posa sobre su hombro y puede sentir el respaldo del hombre con su solo tacto. Son los padres y lo están consolando a él. YooChun es fuerte, pero siente que hasta el día de hoy lo fue.
Comienza a llorar, abrazando con más fuerza a la mujer y sin importarle en lo más mínimo que haya gente atrás de él que también quieren rendir sus palabras a la pareja de padres que acaba de perder a su hijo mayor.
Pero YooChun no puede, ni tampoco lo intenta, el alma se le ha secado y se ha llenado de lágrimas por que no encuentra consuelo, por que no es justo. Por que ha vuelto a sentirse tan solo como antes de conocerlo.
—Sé fuerte, Chunie. Tú tienes una vida por delante.
—…No es justo.
Vuelve a esconder el rostro en el hombro de la mujer y recuerda cuando aquella pareja le dijo que de ahora en adelante sería como un hijo más. Recuerda que tenía tantos planes, tantos sueños que ahora se han quedado en la nada.
—Mi hijo te golpearía si te viera así, lo sabes ¿Verdad?
—…No quiero, no quiero que esto quede impune. No merecía morir, él quería hacerse cargo de las empresas del señor HangSook el próximo año. Quería que ustedes descansaran, que se fueran a vacacionar… ChangMin tenía tantos planes, tantos sueños. Y yo… Yo no pude hacer nada por él.
—Muchacho.
El cabeza de la familia Shim lo miró, suavizó sus expresiones e incluso le sonrió muy levemente, con aquel tono suave y comprensivo que muy pocas veces utilizaba, volvió a hablarle.
—No te paralices, sigue esos sueños, que si te detienes. ChangMin no te lo perdonaría. Esos sueños que tenían, pueden cumplirse todavía. Mientras lo recuerdes y comprendas que a una persona no solamente se la quiere cuando la tienes en frente, comprenderás que el amor es mucho más. Por que yo sé lo mucho que quieres a mi hijo, por que se que lo puedes seguir queriendo incluso después de la muerte.
YooChun solo asintió, por que sabía que de hablar la voz se le perdería y la poca fuerza que HangSook acababa de transmitirle terminaría esfumándose. Apretó las manos de ChoiHang una última vez e hizo un pequeño gesto con la cabeza al hombre.
—Ve…
El último susurro de la mujer y YooChun emprendió camino dentro de ese gran salón, camino los pasos necesarios y observó la enorme foto de ChangMin, aquella que él mismo le había tomado en un viaje a Dubai, la mirada alegre de ChangMin y esa pequeña sonrisa lo detuvieron.
…Era tan joven.
No había cuerpo que velar, ni siquiera cenizas que esparcir en el mar como él le había pedido alguna vez. Había un alma esparcida en la mitad de ese enorme mundo, quien sabe donde. Había una ausencia en su alma.
…Y un odio indescriptible que se hacía más grande con cada segundo que pasaba.
Kim JaeJoong pagaría, por el daño tan grande que ha provocado.
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—¿Qué me estas queriendo decir?
Siwon miró con dureza al muchacho que tenía en frente, y este intimidado ante la dureza en el rostro del mayor únicamente respiro profundo, apretó los puños y volvió a intentar hablar con la misma seguridad de hace un momento.
—Los médicos acaban de confirmarlo. Kim JaeJoong ha entrado en un estado de coma permanente.
—¡Pero si hace menos de una hora me dijeron que se había levantado e incluso abierto la puerta de su habitación!
—Capitán, no están seguros de lo que sucedió. Aparentemente recuperó el conocimiento de un momento a otro, pero al caer desmayado y luego de varias revisiones y comprobaciones, nos dijeron que efectivamente había entrado en un estado vegetativo.
—¡Maldición!
Siwon golpeó con dureza el escritorio, desvió la mirada y el muchacho comprendió que era su momento para marcharse, el silencio en la oficina de Choi fue momentáneo, unos segundos después Rain entraba tranquilamente, con una carpeta en una mano y un café en la otra.
—¿Es cierto lo de Kim?
—Si, acaban de confirmarlo.
—Pues eso es tener suerte— Rain rió irónicamente dejando la taza sobre el escritorio –Nuestra única pista, él único que podía llevarnos a LeeSang y que además ahora esta incluso acusado de asesinato y entra en coma.
—¡Es que no puede ser posible! Casi teníamos a LeeSang en nuestras manos, atraparlo iba a ser lo mejor para esta agencia de policías. Teníamos casi todo preparado y al niño este le da por asesinar al hijo de uno de los funcionarios más influyentes del país y de paso caer en coma.
—Siwon, cálmate.
—¡No puedo calmarme! No puedo calmarme cuando siento que volvemos a estar como al principio con NADA. Hemos quedado como unos imbéciles frente a toda la jefatura. Kim dormido y nosotros estamos vacíos.
—¿Por qué nunca te puedes tomar las cosas con calma? Te va a dar algo, escucha a tu Hyung.
Choi rodó los ojos y se sentó en la silla, sin tranquilizarse ni un poco todavía. Rain sin embargo espero unos segundos más y luego le puso la carpeta sobre el escritorio, donde la foto de un muchacho castaño venía adjunto unas cuantas hojas.
—Kim JaeJoong no era el único juguete favorito de LeeSang, no era el único quien tenía acceso a todo lo que LeeSang hacía.
—¿Me estas jodiendo?— Una gran sonrisa iluminó el rostro de Siwon, tomó la carpeta en su manos y revisó con rapidez las hojas.
—Su nombre es Kim HeeChul, al igual que JaeJoong es huérfano. Y vive con las mimas comodidades que lo hiciera JaeJoong, tarjetas internacionales, apartamento en un buen lugar, auto de lujo, etc. Tan o más influyente que JaeJoong en la vida de LeeSang.
En la foto el muchacho sonreía de una manera muy presuntuosa y en las siguientes tan solo se vía comprando quien sabe cosa en una tienda departamental.
—Tsk, no entiendo el gusto de ese hombre, por muchachitos tan afeminados como estos.
—No se ve afeminado.
—Tal vez no, pero ni el tal JaeJoong ni este HeeChul son para nada sorprendentes.
—Cosa de gustos, Siwon. En todo caso, volvemos a tener un eje de partida que es lo importante.
Siwon sonrió.
—Llama a DongHae dile que necesito un reporte entero de sus movimientos diarios, que más hace a parte de meterse en la cama de ese mafioso. Quiero saberlo todo, al igual que Kim JaeJoong. Necesito saber hasta en lo que esta pensando.
—Pues de mucho no nos ha servido saberlo todo de él. Mira que vigilado y todo, aún así planeó el asesinato de Shim ChangMin.
—Eso, HangSook ha estado aquí en la mañana me ha pedido que nos encarguemos como un favor personal del asesinato de su hijo.
—Pues eso va a estar muy difícil. No hay pruebas ni evidencias que inculpen a Kim JaeJoong, lo único que tenemos en su contra es que compartieron el mismo barco en donde asesinaron a Shim. Y que estaba junto a él unos minutos antes de que todo sucediera.
—Habrá que investigar, no quiero a ningún funcionario molesto en mi contra, no cuando necesitamos de todos los recursos habidos y por haber para atrapar a LeeSang.
—¿Sabes? A veces me pregunto en que momento Choi Siwon se divierte.
—En el momento en que mi trabajo está terminado.
—¿Y cuando se abre un nuevo caso?
—Esa es la vida que escogí, Rain. Y no intentes interferir, yo no digo nada cuando te pegas tus amanecidas y luego ni puedes mantenerte en pie al día siguiente.
Rain miró fijamente al muchacho y sonrió, Siwon parecía muy entretenido leyendo la información del tal HeeChul. Y si trabajar era lo que hacía feliz a Siwon, entonces él no interferiría.
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Francia, París.
—Listo, ya terminé.
Hyun Joong sonrió complacido al notar como JunSu dejaba las cajas en el suelo, dejó las cajas que el sostenía junto a las de JunSu y estiró un poco su cuerpo, comprendiendo de inmediato que de haber hecho el trabajo solo hubiera sido muy frustrante.
—En serio, muchas gracias, Su. Fuiste de mucha ayuda.
—De nada, ya sabes que siempre soy así de buen amigo.
JunSu rió en cuanto notó a Hyun Joong rodar los ojos, toma la botella con agua que el hombre le ofrecía y de inmediato bebió todo lo que pudo.
—Tu exposición de arte va a quedar realmente impresionante Hyun Joong.
—Eso espero, esto es muy importante para mí. Por cierto ¿Cómo así no andas perdiendo… Perdón es decir, ‘Guiando’ turistas?
—¡Oye! Soy un buen Guía turístico— JunSu realizó una pequeña mueca y se cruzo de brazos –En todo caso, mi trabajo es bastante flexible así que decidí tomarme unas pequeñas vacaciones.
—¿Vacaciones?— Hyun Joong rió —¿Vas a conocer todavía más Paris?
—No seas idiota, más que vacaciones son como un descanso.
—Haber si entendí ¿Me estas diciendo que descansas ayudándome con todo esto?
—Hyun Joong, ya te dije que soy un amigo demasiado generoso.
—JunSu… Eres muy extraño.
De inmediato JunSu arrugó el entrecejo y colocó una mueca de molestia y asombro en sus facciones, Hyun Joong rió abiertamente y abrazó al muchacho con tranquilidad. JunSu únicamente lo miró y bufó con fingida molestia.
—Idiota. No se por que pensé que dirías algo bueno.
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Corea, Seúl.
—Cinco días.
YooChun miró la fotografía sobre la mesa y sonrió, ChangMin lucía molesto en la fotografía mientras él lo abrazaba con fuerza. Recordó lo mucho que le molestaba el contacto físico exagerado y lo mucho que se había divertido ese día abrazándolo cada cinco minutos.
—Han pasado ya cinco días desde que el maldito ese cayó en coma.
Arrugó el entrecejo molesto al recordar al tal JaeJoong y decidió mejor sacudir la cabeza para esparcir esos malos recuerdos, la madre de ChangMin tenía razón. Vengarse no le iba a devolver a ChangMin, pero aún así no podía evitar odiarlo con la misma intensidad.
‘No hay pruebas’
Eso era todo lo que decía la policía, JaeJoong era el principal sospechoso, pero no había pruebas para inculparlo.
—¿Por qué tuviste que subirte a ese bendito barco? ¿Por qué no te acompañe?
El timbre del departamento lo sorprendió, dejó el porta retrato sobre la mesa y camino hacia la puerta con tranquilidad. Mir estuvo frente a sus ojos, con aquella expresión serena que últimamente había venido optando.
YooChun recordó que no había visto en el funeral a Mir.
—¿Puedo pasar?
—Si, claro.
Mir camino con una inusitada tranquilidad, YooChun supuso que seguía afectado por el asesinato de su hermano. Y se sintió culpable, por no haberlo visitado ni un día desde que todo sucedió. De solo imaginar lo suficiente mal que se debió haber sentido como para ni siquiera ir al funeral, YooChun se sintió egoísta.
Él no era el único que sufría, Mir acababa de perder a su hermano mayor, a su más grande apoyo. ChangMin después de todo siempre fue muy comprensivo y cariñoso con Mir, siempre desde pequeños enseñándole que hacer. Guiándolo en lo que podía, tratando de ser el mejor.
—Vine a ver como estabas.
Mir le sonrió levemente, y la culpa volvió a recaer en Park, lo vio sentarse en el sillón. Y YooChun únicamente rascó un poco su nuca.
—Estoy bien, pero creo que debería ser yo quien debió haberte ido a visitar, lo siento mucho es que…
—Esta bien, te entiendo YooChun. Esto no ha sido fácil para nadie.
Un suspiro por parte de Mir y todo pareció estar mejor.
—¿Puedo ir al baño un momento?
YooChun asintió y lo observó caminar hacia su habitación, entonces recordó y de inmediato se levantó a perseguirlo. Pero para cuando llegó, Mir ya observaba la habitación entre sorprendido y asustado.
—¿Qué es todo esto?
—Yo…
—¿Piensas irte?— Mir giró, solo para mirarlo a los ojos y expresar todo el dolor que le estaba causando —¡Responde!
YooChun lo sabía, desde el día en que ChangMin apareció en su vida. Park YooChun dejó de ser el muchacho que había huido de casa a los dieciséis y no volvió a estar solo nunca más, por que la familia Shim lo había tomado como un hijo más, como un hermano más. YooChun lo sabía estaba dejando a Mir sin un hermano más.
—¿Intentas dejarme solo YooChun? No solo acabo de perder a mi hermano, a mi único hermano, mi mejor amigo en el mundo, el único que me comprendía y me acompañaba. Sino que ahora… ¿También te voy a perder a ti?
—Mir por favor trata de entenderme. Les prometí a tus padres que seguiría adelante.
—¿Seguirás adelante marchándote quien sabe a donde?
—Min y yo dijimos que iríamos a ver una exposición de arte de un amigo suyo. Dudo que se haya enterado de lo que le paso a tu hermano y quiero ir a decírselo en persona. Él de verdad quería ir. Solo será por unas semanas.
—¿Él de verdad quería ir? Según recuerdo era TU sueño conocer Paris, no el suyo.
—Era nuestro sueño. Tanto suyo como mío. Y prometimos que iríamos como fuera— YooChun cerró una de las maletas que permanecía abierta sobre su cama y prefirió no mirar al menor –Ya he pedido permiso en el trabajo y no hay vuelta atrás.
—Solo tengo tres personas en el mundo a parte de mis padres. ¡¿Y ahora me piensas dejar solo tu también?!
—Mir…
YooChun intentó acercase, pero el muchacho de inmediato se alejó.
—Vete, haz lo que quieras, ve a llorar tu dolor solo, que yo iré a recuperarme solo también.
Unos segundos después y la puerta de su departamento era azotada con fuerza. YooChun perdió la fuerza y decidió sentarse un momento, respirar profundo y cerrar los ojos. Todo era más fácil cuando ChangMin estaba junto a él.
Por un momento su mente divagó en aquellos instantes cuando molestar al primogénito de los Shim era cosa de todos los días, ChangMin solía enojarse con facilidad a pesar de ser incluso más maduro que él. Y él reía a cada momento a su lado. No estaba tan apagado como hoy.
Pero todo se había quedado en recuerdos.
Y hasta el día en que Shim ChangMin se borrara de su piel, pasaría mucho tiempo.
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—Debes encargarte de él.
—¿Y que quieres que haga estando él en coma?
—No lo sé, pero necesitamos todo de tu parte.
—Rain has entrar en razón Siwon por favor.
—YunHo es TU trabajo.
—¿Te estas escuchando, Siwon?
—Oigan… Kim está despertando.
JaeJoong únicamente se removió incomodo, venía escuchando esas voces desde hace unos instantes y la constante discusión de esos dos solamente logró que le doliera la cabeza, abrió los labios con dificultad. Y abrir los ojos fue todavía más difícil.
Intento como pudo sentarse, pero las fuerzas le fallaron y el cuerpo entero lo sentía pensado y casi inmóvil ¿Cuánto tiempo había estado sin moverse que se sentía de esa manera?
Que algún sonido más allá de un gemido saliera de sus labios, fue casi imposible, en especial por que no terminaba de coordinar sus movimientos y pensamientos y sencillamente no entendía nada de lo que sucedía.
Uno de los tres hombres se acercó, lo miró con preocupación e inexplicablemente en cuanto lo vio JaeJoong olvido cualquier malestar que pudiera presentársele. Aquel hombre acababa de sacudir su alma con solo mirarlo a los ojos.
—JaeJoong… ¿Estás bien?
—…No lo sé.
Su voz sonó rasposa e incluso sintió la boca seca, el hombre frente a él tocó su frente e incluso revisó su pulso con una rapidez casi impresionante. A JaeJoong le tocó únicamente continuar observando.
—Creo que habrá que llamar al Doctor.
Recién en ese momento, JaeJoong recordó que había otros dos en la habitación al hombre que salió en busca del médico no lo alcanzó a ver, pero el hombre que se encontraba justo frente a él, únicamente se encontraba de brazos cruzados, con una mirada fría en sus ojos.
—JaeJoong ¿Tienes nauseas, mareo, dolor de cabeza o algún dolor en particular?
—…No, creo que no.
—Entonces está perfecto— Aquel hombre mirada fría lo observó fijamente, y JaeJoong prefirió la mirada de aquel hombre que estaba a su lado –Es hora de que hables.
—Si… Pero antes podría decirme…— Kim se dirigió únicamente al hombre a su lado —¿Yo soy JaeJoong?
YunHo levantó la mirada y a pesar de la sorpresa Siwon continuó con su mirada fría y expectante. Jung volvió a agacharse levemente hacía Kim, y de la manera más cuidadosa que encontró habló.
—Si, ese es tu nombre ¿No lo recuerdas?
—…No, ahora que lo dice… Creo que tengo la mente vacía… ¡No recuerdo nada!— JaeJoong se comenzó a desesperar, llevó las manos a su cabeza y cerró los ojos —¿Qué me pasa? ¡¿Por qué no recuerdo nada?!
—Tranquilo, JaeJoong tranquilo…
Las manos de YunHo se posaron sobre las del muchacho y poco a poco logró que Kim bajara las manos y lo volviera a mirar a la cara. A pesar de que parecía asustado, extrañamente JaeJoong lo miraba con mucha confianza.
—¿Quién es usted? ¿Me conoce? ¿Nos conocemos?
—No, yo soy psicólogo. Trabajo aquí, mi nombre es Jung YunHo. ¿De acuerdo? Tu nombre es Kim JaeJoong y estás en el hospital central por un accidente que sufriste.
—En realidad…
Una mirada por parte de Jung y Siwon se ahorró su comentario, únicamente arrugó el entrecejo y observó con desagrado como YunHo trataba tan bien al posible asesino del mayor de los hijos del ministro y funcionario Shim.
—¿Voy a estar bien? ¿Qué me paso? ¿Por qué no puedo recordar nada?
JaeJoong estaba lleno de preguntas, hasta cierto punto lo entendía iba a intentar responder unas cuantas de sus preguntas cuando Rain volvió a entrar acompañado por el médico encargado del muchacho castaño que en este momento sujetaba sus manos.
—Vaya, veo que has abierto los ojos JaeJoong. Voy hacerte un pequeño chequeo ¿Bien?
El hombre mayor se acercó al muchacho y al sentirse rodeado por tantas personas desconocidas, JaeJoong se vio incapaz de soltar a YunHo, a pesar de que en estos momentos tan solo supiera su nombre.
—No te alejes… Por favor…
YunHo miró a Siwon y Rain brevemente y en cuanto Rain asintió, YunHo únicamente tomó una silla y continuó sentado junto a Kim, sujetando con sus dos manos, la mano derecha del muchacho.
—Bueno, JaeJoong por favor mira hacía esta pequeña luz.
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MinHo llevó en sus manos un par de frutas que se veían verdaderamente deliciosas, le pago a la mujer del pequeño puesto y se empezó a alejar con una pequeña sonrisa en el rostro. Observó el mar a lo lejos y respiró hondamente.
No había cosa que le gustara más a Choi MinHo que vivir en la playa.
Llegó hasta su pequeña casa y abrió las ventanas de inmediato, se asomó al balcón y volvió a contemplar el hermoso mar ante sus ojos, recordó la fruta recién comprada y decidió que era un buen momento para comer un poco.
Entro a la habitación y se sorprendió al notar como su huésped de tiempo indefinido se sentaba con dificultad en la cama.
—Oye, chico. Te dije que tuvieras cuidado.
—Odio estar acostado todo el tiempo.
—El doctor dijo que estarías así por un par de días más mientras te recuperabas totalmente y te acostumbrabas a la medicina fuerte para el dolor.
MinHo se sentó en una silla junto a la cama y le extendió una manzana al muchacho quien la aceptó con cuidado.
—Gracias… Supongo.
—¿Cómo que ‘supongo’? Gracias y punto— MinHo le dio una mordida a su manzana y escrudiñó con la mirada al muchacho que lo había dejado sin cama estos últimos cinco días.
Lo había encontrado en la playa, inconsciente y al parecer medio muerto. Eran las nueve de la noche y a MinHo no se le ocurrió mejor idea que llevarlo a su casa y llamar al doctor que era amigo de su hermano. ¿Peligroso llevar a un completo desconocido a casa? Pues si, y peor aún para él que vivía solo.
Pero tampoco lo podía dejar solo y abandonado, y el hospital más cercano estaba muy lejos de la playa y el doctor vivía muy cerca de su casa. Así que en pocas palabras MinHo está seguro de que hizo lo correcto.
Miro al muchacho, las vendas que rodeaban su cabeza debido al fuerte golpe que parece haberse dado quien sabe en que momento, y por supuesto aquel vendaje que tapaba casi todo su pecho debido a una herida de bala, motivo por el cual el muchacho pasaba sin camisa y en cama la mayor parte del día.
El solo pensar que habían herido de bala a aquel desconocido le hacía preguntarse a MinHo si en verdad podía ser peligroso, pero en cuanto más lo miraba y en cuanto más analizaba su actitud cortes y amable, más dudaba que fuera peligroso, a más claro de ese pequeño motivo por el cual todavía no lo había mandado a un hospital para que cuidaran de él.
—Y… ¿Has recordado algo?
—…No.
MinHo notó en su mirada perdida y algo triste que no le mentía. Así que únicamente suspiró pesadamente mientras lo observaba darle una mordida a su propia manzana. Si lo dejaba en el hospital de seguro para este momento ya le hubieran dado de alta, sin contar con que de seguro lo hubieran dejado a su suerte sin recordar nada ni a nadie.
—Oye chico y si…
—¿Sabes? Es molesto que me estés llamando a cada momento ‘Oye chico’
—Pero es que no sabemos tu nombre— MinHo le dio una mordida a su manzana y de repente sonrió –Oh, ahora que me acuerdo…
Buscó entre los cajones por un momento hasta que encontró una cadena de plata redonda, volvió a sentarse y la puso frente a los ojos del muchacho.
—La tenías puesta cuando te encontré en la playa.
—¿De verdad? ¿Y no tenía algo más?
—No, ni celular o billetera, no cargabas nada a parte de tu ropa, que por cierto se nota que es muy cara y esta cadena que colgaba de tu cuello.
Noto como tomaba la cadena entre sus dedos y la observaba con algo de nostalgia, como si realmente le doliera, más que sus heridas, el no poder recordar.
—Park YooChun— leyó levemente el muchacho mientras le daba la vuelta a la cadena –Shim ChangMin— Los nombres decorados por unos cuantos garabatos y formas extrañas le llamaron la atención, además de la linda letra con la que estaban escritos.
—Y entonces ¿Cuál de los dos eres tú?
—¿Cómo voy a saberlo? No recuerdo nada.
MinHo le dio otra mordida a su manzana, tan solo para no responderle como quería al muchachito ese.
—YooChun, si creo que ese nombre va contigo.
—No… Es decir, por alguna razón me gusta ese nombre— MinHo tuvo que admitir que era la primera vez en todo ese tiempo que lo veía sonreír, y que esa sonrisa verdaderamente lo había desubicado –Pero… No lo siento tan mío.
—¿ChangMin entonces?
—Si, ese me gusta más.— ChangMin volvió a sonreír y MinHo le correspondió la sonrisa.
—Hecho, de ahora en adelante ya tienes un nombre y ese es Shim ChangMin.
La forma en la que MinHo lució incluso más emocionado que el mismo al suponer que ese podía ser su nombre logró hacerlo sonreír un poco más. Apretó con fuerza la cadena entre sus manos y suspiró. Necesitaba, quería recordar.
Pero mientras lo hacía, debía recuperarse.
—Gracias, por todo, MinHo.
El agradecimiento por parte de Shim lo tomo por sorpresa, sintió un extraño nerviosismo en el cuerpo y desviando la mirada decidió darle otra mordida a su manzana.
—No tienes que darme las gracias… Lo hubiera hecho por cualquiera.
ChangMin sonrió, una vez más en ese día.
ahhhh al principio pense que changmin estaba muerto es un alivio que no lo este probre yoochun esta sufriendo se ve que lo quiere muxo ummm pero que extraño los dos no tienen memorias worales super mega interesante me encanta los misterios jijij asi que changmin mmm yminho ummm en la playa jojojo y yunho y jae pobre jae realmente trato de matarlo que onda los couples fantasticos me encanta y que hayas metido a mir y bi y heechu y siwon mejor me encanta continuala quiero saber quien esta detras de todo U_U si profis ^_^
ResponderEliminarWaooo!!! vaya esta historia está súper!
ResponderEliminarEspero que puedas actualizar pronto!!!
Quiero saber que sigue ^^