Sun Shower - Prólogo

Podrían decir que era coincidencia el hecho de que se encontraran en el avión que se dirigía a su país natal. Podrían minimizar el incidente, pretendiendo que no tenían un destino ni propósito en común. Pero ambos sabían que estaban en ese avión por el mismo motivo.

Para asistir al funeral de Junsu.

Jung Yunho aparentemente regresaba a casa después de un viaje de negocios a Nueva York, he hizo escala en Los Angeles debido a complicaciones del clima. Park Yoochun tenía la pésima suerte de estar no solo en el mismo vuelo, sino de estar sentado al otro lado del pasillo. Ambos sabían que tendrían que enfrentar al otro y al pasado durante las próximas 24 horas, pero habían planeado pasar las 12 horas de vuelo preparándose para ese momento. Este encuentro había sucedido demasiado pronto.

El funeral fue demasiado pronto y no lo suficientemente pronto.

Este pensamiento cruzó por sus mentes, de las dos personas en el avión y de las dos personas que ya estaban ahí, Kim Jaejoong y Shim Changmin, quienes se habían quedado durante todos estos años y ahora contaban los minutos hasta que terminara. Si los cuatro tuvieran la habilidad de cambiar las cosas, detendrían el tiempo para que el funeral nunca sucediera, o lo adelantarían para pasarlo y terminar con todo esto de una vez por todas.

No, eso no era cierto. Si en verdad tuvieran esa opción, regresarían y cambiarían el pasado.

Entonces, tal vez Junsu no estaría muerto.

Estos pensamientos prohibidos flotaban en el aire entre Yunho y Yoochun. Por lo tanto, la conversación fue tensa y forzada, tomando en cuenta que no se habían visto en los últimos cinco años. Hubieron momentos en los que una chispa de lo que fue su amistad amenazaba con salir a la luz, pero como si una fría ráfaga de viento imaginaria pasara, ese prospecto era rápidamente extinguido. Esencialmente, ellos no eran más que extraños, aún peor de hecho, y el vuelo se extendía infinitamente ante ellos.

Tomaría más que un encuentro coincidencia-del-destino para superar el pasado. Sentados a una distancia considerable entre ellos, la presencia de cada uno solo servía como recordatorio de porqué se habían encontrado en primer lugar.

Con el funeral acercándose cada vez más a cada segundo, ambos tenían batallas internas con sentimientos conflictivos de culpa y alivio. Culpa de que Junsu se haya ido. Alivio de que Junsu se haya ido.

¿Cómo podría alguien desencadenar semejantes reacciones contradictorias?

Pero ya no importaba más. Este sería el fin. Estaban cansados de huir. Pronto ya no habría la necesidad de hacerlo.

Después de todo, Junsu ahora estaba muerto.

En verdad desapareció.

Tal vez ahora el pasado podría ser sepultado.

Olvidado.

No más sombras que persigan sus almas.

Siguiente