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Arualthings

Last Vow/Bow cap 29

¿Era mi culpa haber hallado a Yunho envuelto en una supuesta infidelidad finalmente? En parte. Toda mi psicosis y paranoia había arruinado todo desde un principio y me predispuso a encontrar algo que jamás había perdido porque por lo visto, era algo que nunca estuvo en mi poder para empezar.


- ¿Dónde demonios estabas?! – Gritó Yoochun exasperado empujándome. Yo me quedé en silencio y bajé la mirada en medio del backstage.


- ¿Jaejoong, qué te está pasando? – Preguntó Changmin totalmente contrariado.


- Te esperamos tanto tiempo! Te llamamos tantas veces! – Replicó Junsu dándome la espalda.



- ¿Estas bien? – Preguntó Yunho dirigiéndome una mirada vidriosa pero a la vez compasiva y dándome una palmada en la espalda. Odiaba que reaccionara tan bien en esta clase de situaciones, odiaba que no me hubiese golpeado en vez de haberme recibido. El hecho de que su dulzura se pusiera en manifiesto me enervaba.


Faltaban 5 minutos para presentarnos y ante mi horrible aspecto Yunho quiso brindarme atenciones. Estábamos extrañamente solos en el vestidor y no sabía si quería apuñalear a Yunho con el cuchillo que tenía en el bolso, destrozarlo con mis propias manos o ahorcarlo hasta la muerte… no lo sabía, tenía las lágrimas al borde de salir de mis ojos y la urgencia de hacer algo que me librara del foso a donde había caído.


Sin embargo lo besé… Lo besé en frente de todos los demás. Lo bese con fuerza y ahínco, lo besé como aquella fría noche en que nos besamos por primera vez… como había que besar a Yunho… como si no hubiese un mañana.


La perplejidad de todos era notoria y se creó un silencio incómodo cuando me decidí a hacerlo. Podía notar los nervios de Yunho, mas sin embargo… no me apartó y lo odié por eso. ¿Por qué no podía equivocarse ni una sola vez en aquel momento? ¿Por qué me seguiste la corriente? ¿Por qué?


Cuando nuestros labios se separaron, mi frente se refugió en su hombro izquierdo. Cerré los ojos y al fin las palabras comenzaron a fluir:


- Perdónenme – Dije con la cabeza hundida en su hombro – Tuve un que resolver un problema muy serio y no podían ser parte de él…


Sentí cómo los muchachos emitieron resoplos desagradables, a modo de una extraña compasión hacia mí y al mismo tiempo la tensión de haber besado a mi supuesto novio frente a todos. Cómo lamentaba hacerlos parte del espectáculo! pero en aquel momento no estaba siendo yo mismo... no era yo.


- Un minuto – Dijo el manager que en ese momento entró al vestidor – Prepárense!



Luego de percatarse de mi presencia, el manager sorprendido se acercó a echarme un vistazo.



- ¿Es cierto que te asaltaron? – Preguntó palpándome el rostro y registrándome. Por poco descubre las cortadas que me había hecho hace un rato y halé el brazo en seguida. También miré a los chicos con cara de confusión… casi les arruino la coartada.



- Sí… lo asaltaron hace poco cuando iba a la farmacia por algunas medicinas – Se apresuró a decir nerviosamente Junsu.



- ¿Cuántas veces les tengo que pedir que no salgan solos a la calle?! – Replicó exasperado el manager – Cualquiera podría descargar su odio contra uds. Por ahí y quién podrá defenderlos?



- Fue una emergencia – Explicó Yunho – Él no se ha sentido bien.


- ¿Qué te han hecho? – Preguntó aun examinándome - ¿Cuándo pondremos la denuncia?


- Eh… No creo – dije torpemente – No creo que haga falta…y no pude ver bien al agresor.


- Bueno… - Suspiró el manager- Tienen una presentación que hacer. A trabajar!


Caminamos como autómatas hacia el escenario y no podía evitar mirar a los demás miembros que a la vez evitaban mi lamentable mirada. Yunho era el único que tenía la mirada clavada hacia el frente, como una especie de comando sólo seguia caminando a hacer lo ordenado como de costumbre, pero con la pequeña diferencia de que ésta vez estaba tomando mi mano.


- Gracias… Junsu – alcancé a decirle a sus espaldas.


- Tenemos trabajo que hacer – Dijo sin voltear. Tenía la sensación de que los había defraudado a todos y sin embargo… pese a todo lo ocurrido, Yunho y yo seguíamos tomados de la mano. ¿Por qué me costaba tanto mirarlo a los ojos? ¿Por qué, Yunho? Porque me remitía a sólo refugiarme en tu afecto cuando habías sido tú el pecador...


Pero es que… se sentía tan bien.


Después de una larga jornada de trabajo llegaríamos a la media noche a casa, como se acostumbraba. No era capaz de pronunciar palabra alguna luego de que le había agradecido a Junsu; me remitía a moverme como un fantasma y a ocupar una asiento en la van de regreso.


No sé en qué me había convertido aquel día. Todo era muy extraño y me sentía como si hubiesen abusado físicamente de mí por horas. Me posé en las barandas del balcón para poder sentir la brisa fría de las noches de otoño. No quería pensar en aquel cuchillo, no quería pesar en Jin Hun si quiera.



No quería pensar en nada… tan sólo dejar escurrirme en la brisa, como si se tratase de barrer todos esos males que me asechaban y consumían todo mi cuerpo.


- Es muy alto desde aquí – Musité al ver la clase precipicio que se apreciaba desde nuestro Penthouse. Sentí un vértigo horrible al ver el lejano pavimento y una endemoniada sensación de lanzarme.



Cerré los ojos y me di la vuelta apoyando mi espalda en las barandas. Hice un ademán de mirar al cielo excepto que mis ojos estaban aun cerrados y la brisa del precipicio soplaba mi cuello con inclemencia. Mis cabellos volaban y aferré mis manos a las barandas como recuperándome del horrible vértigo. Paradójicamente era una sensación sublime.


De pronto sentí cómo dos manos se deslizaron por mi rostro suavemente y como una proximidad bárbara me brindó calor


- ¿Quieres contarme lo que te está sucediendo? – Preguntó la suave voz de Yunho.


- ¿Tú… crees que he sido muy cerrado en todo este tiempo? – Pregunté abriendo lentamente los ojos como si me despertara de un sueño placentero - ¿No lo he sido?


- De qué hablas?


- Contéstame…


- No estaría mal saber qué es en lo que tanto piensas… A veces pienso que quieres culparme de todo sin haber hablado primero.


Su frase me pegó fuerte. Era como sin saberlo… estaba describiendo la situación a la perfección. Me di la vuelta y volví a mirar hacia abajo e hice una mueca de dolor.


- Estoy… Estoy atado y sin salida – Comenté mientras seguía mirando hacia abajo.


Yunho deslizó sus manos por mi cintura, posó su mentón en mi hombro y me abrazó de espaldas. Aquella movida que tanto me gustaba… cómo me conocía!


- ¿Por qué? – Preguntó el suavemente.


- Estoy perdido, Yunho – dije posando suavemente mis manos en sus brazos entrelazados en mi vientre. Nos mecíamos de un lado al otro con ternura.


“¿Cuánta fuerza requería para arrastrarnos a ambos hasta el precipicio?” Pensé crudamente.


No había lágrimas, pero mi alma se sentía pender de un hilo. Me sentía como un desquiciado cada vez que escuchaba ecos de la voz de Yunho pronunciando el nombre de Jin Hun. Me sentía miserable, sucio y listo para quitarme la vida…



- Jae… - Comentó Yunho – ¿Sabes lo que pensé la primera vez que te vi?



Apreté los ojos suavemente y negué con la cabeza.


- Pensé que eras un alma en pena…


- ¿Qué?


- Sí – dijo en risas tenues de vergüenza – Desde que ví tus ojos percibí que eras una persona muy profunda y solitaria y no me equivoqué. Quise conocerte sólo por eso, ignorando si podías ser un idiota. Parecía cómo si estuvieses entonando un grito de ayuda al otro lado de un profundo abismo. No es que sintiera lástima, pero sentí la urgencia de salvarte…


Me mantuve silente por un par de segundos tratando de digerir su confesión hasta que brevemente continuó.


- Pero él único que debía ser salvado era yo y eso hiciste por mi… Jaejoong.


Nuevamente abrí los ojos lentamente y mantuve una intensa mueca de dolor.


- Me salvaste…


- Yunho… - Verbalicé con voz gangosa evitando llorar para tratar de acallarlo.


- Me salvaste, Jaejoong.


Bajé la cabeza en aquel momento y en pocos segundos ya me había arrepentido de todas las cosas que había hecho aquel día. Quería olvidarlo todo. Era aquel momento el que me hizo sentir más vivo que nunca y me hizo desistir de cualquier intento de suicidio.


Pude haberle quitado la vida a mi amado Yunho. Tenía todas las intenciones de asesinarlo a sangre fría para satisfacer mi ira, pero sus confesiones eran la clase “salvación” oportuna para mi y para él. No importaba cuántas sospechas tenía de él… yo no podía hacer otra cosa más que creerle infinitamente.


- Déjame salvarte – Dijo justo después de haberme dado vuelta y encararlo – Déjame salvarte… mi cielo.


Contemplé su bello y robusto rostro por minutos que parecieron eternos y me refugié en él por completo. Me acerqué aun más y lo besé muy suavemente. A la vista de todos parecería como si nuestra relación estaba en todo su esplendor, como una flor en primavera pero no había nada más alejado de la verdad; sabía que el final se acercaba.


Aquella noche tuvimos sexo breve y placentero y extrañamente Yunho lloró un poco luego de haber terminado… Me hizo sentir aun más miserable. Aun hoy en día pienso que fue el día en que Yunho se percató que me amaba realmente porque de otra forma… sus lágrimas eran inexplicables.


En las penumbras de aquel cuarto no sabía qué esperar. Todos los pensamientos torturantes volvieron a mi mente pero con un poco más de cordura. Sería yo ahora el penetrador? Con Yunho realmente a mi lado sabía que no tenía nada que perder pero… todo lo que había descubierto realmente existía, también.


Tristemente acepté que aunque Yunho me engañara con mil hombres y si no me amase en lo absoluto yo lo soportaría… porque más grande que el amor que le tenía era el temor que tenía de perderlo del todo. Prefería vivir en incertidumbre y jactarme de las limosnas que significaba ese fugaz pero amoroso e intenso Yunho que me salvaba cada vez que estaba al borde de la locura.


- Mientras más veces caiga, Yunho – Murmuré mientras acariciaba su espalda desnuda en su profundo sueño – Mientras más veces… me acostumbraré al dolor que me causas.


- Me acostumbré – Repetí, pero ésta vez con una lagrima hirviente cayendo en mi mejilla la cual parecía desgarrar mi piel con su corrosiva miseria.


- Y mi corazón se resignó, Yunho… se resignó a tenerte no teniéndote verdaderamente. Mi corazón se resignó a perder.


Me resigné a perder.


1 Comentarios:

  1. Anónimo10/08/2011

    O_O!<--asi qede!
    por dios yunho se atrevio enganiar a Jae,yo lo mato..xD!,bueno no hay q sacar conclusiones pero esa faceta de Jae emo,es lo max..xD! qisiera un pokitin de yoochun,,:)!

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