Y mi corazón se resignó, Yunho… se resignó a tenerte no teniéndote verdaderamente. Mi corazón se resignó a perder.
Yunho me ahorcaba. Yo lo ahorcaba a él. Le dí mil puñetazos. Veía a un niño sin rostro que repentinamente apuntaba su dedo hacia mi. Yunho reía a carcajadas. Yo reía al verlo. En el aula de clase, Eun Mi murmuraba con sus amigas mientras miraban atrás hacia donde yo estaba, fue el día siguiente al que le confesara lo que sentía y ahí estaba ella con sus amigas en los pupitres delanteros murmurando y riendo, burlándose hasta más no poder de mi; casi podía leer sus labios pronunciando la palabra ‘idiota’. Vino la imagen de la habitación oscura de Yunho justo como cuando hicimos el amor la primera vez.
Mis pensamientos se escuchaban nítidamente como en una cabina de grabación…secos, inminentes y sobre todo más claros que nunca:
“Piénsalo, Jae ¿Podrías imaginar a Yunho y a ti tomados de la mano? ¿Besándose en público? ¿Te lo imaginas presentándome a sus padres? ¿Te imaginas al apuesto y varonil Yunho haciendo todas esas cosas para satisfacer tus fantasías? Seguramente él ya ha pensado en esto y lo habrá descartado todo”… “Él también habrá pensando en todo.”
“Él jamás aceptará lo que es y lo que siente por ti. Acepta que eres un maldito gay que jamás encontrará felicidad en alguien como Yunho!”
“¿Cuáles eran esos secretos de Yunho? ¿Cómo era su vida, realmente? Nadie lo conocía mejor que yo, pero… No lo conocía realmente.”
“No vayas… Jaejoong” … “Me voy a arrepentir…”
“Eres un farsante” “Un maldito mentiroso. Un comediante… un maldito comediante, Yunho”
“¿Es un sueño?”
“Quiero despertarme ya de ésta horrible pesadilla… No… quiero despertarme ya!”
Ahora en el aula de clase veía a Yunho sentado en los pupitres de adelante de espalda a mí murmurando con otra persona. Mis pensamientos acallaron ante aquella visión bizarra. Hice un gesto como si quisiera alcanzarlo pero lo unico que conseguí fue ver mis manos eran arrugadas como las de un anciano. Curiosamente todo el mundo a mi alrededor lucía como adolescente; un muy joven Yunho se daba vuelta lentamente hacia donde yo estaba hasta cruzar miradas…
Y al ver su rostro comencé a escuchar voces distorsionadas, voces con un hiriente y nauseabundo eco:
- Ya me tienes, Boojae…
- ... Soy tan débil como cualquiera, mi querido Yunho.
- ¿De verdad me amas, Jaejoong?... ¿Lo juras?
- Lo juro, Yunho.
- Jamás había hecho esto.
- Me estás engañando… Yunho?
- ¿Te gusta así, Jaejoong?... ¿Así, Jae?
- Me moriría… Yunho.
Veía a aquel niño sin rostro señalándome. Poco a poco se develaba su identidad.
- ¿Conoces a Yunho?
- Él jamás habla de ti…
Su rostro era el mío; mi rostro cuando era un infante. Era escalofriante. Muchas sombras a su alrededor comenzaron a tomar vida y comenzaron a señalarme también; caí de rodillas. Todos se reían a carcajadas burlándose de mí. Yo tenía a Yunho desplomado en el suelo con mis manos en su cuello; cada vez que sus carcajadas se hacían más fuertes ahorcaba a Yunho más fuerte a modo de desquite, casi para complacer a aquel niño para que no llorase más, él ya casi no ofrecía resistencia. Sin embargo aquel niño sin alma… lloraba.
- Sí, maldita sea! Mi vida es una estúpida comedia que no entretendría a nadie… ni siquiera a ti, Yunho.
- Debes buscarlo… Él te necesita.
- Espera! Dile que… lo sé y que también lo necesito!
- Todo puede terminar en un segundo… En un segundo, Yunho.
- De acuerdo... La próxima vez me aseguraré de que haya una despedida.
- Sí… Yo también me aseguraré de que haya una despedida.
La otra persona que hablaba con Yunho se dio vuelta a mirarme. Yunho continuaba cotilleando con él… con Jin Hun, hasta que finalmente ambos despuntaron en carcajadas mientras me miraban. Entonces fue cuando comprendí que la visión de Eun Mi riéndose de mí con sus amigas hacía cuatro años atrás era la misma, era un vil reflejo. Era simplemente más de la misma basura.
En compañía de Jin Hun , Yunho parecía pronunciar la palabra ‘idiota’ sólo que esta vez era aquel niño quien la verbalizaba en medio de aquel infierno. Rompí a llorar con todas mis fuerzas para tratar de escuchar mi llanto, pero por alguna razón solo escuchaba un tenue grito. Yo me esforzaba por gritar mientras veía aquel cuadro infernal. Alcé mi vista tratando de ignorar que sentía las rodillas húmedas y di con unas luces blancas al estilo de un hospital: brillantes y con poca vida. Sin embargo cuando volvía mi vista hacia el frente todo seguía tan oscuro como el infierno.
- Idiota.
Escuché en coro. Les gritaba que se callaran pero ni yo mismo podía oír bien lo que decía; me llevé las manos a los oídos pero continuaba escuchando aquel lamentable coro que se mezclaba con las risas de las sombras.
- Cállense!!
Grité desesperado y al no obtener respuesta decidí ahorcar aquel cuerpo que yacía en el medio de mis rodillas. Lo ahorcaba con placer cada vez que escuchaba cómo su garganta ahogaba la bilis y la saliva; me reía como un loco mientras mis lágrimas rozaban mis mejillas.
- Idiota! Idiota! Idiota!
Balbuceé hasta escuchar cómo se quebraba el cuello. Mi cuerpo se sobresaltó ante tal asquerosa sensación. Cuando volví a mirar aquel niño noté que ahora no me señalaba a mi si no que señalaba el cuerpo y ahora las risas se hicieron más agudas e insoportables. Alcé mis manos hasta la altura de mis ojos. Mis manos arrugadas como las de un anciano llenas de sangre y con recelo comencé a virar la vista hacia aquel cuerpo sin vida…
Era yo, con el rostro totalmente desfigurado y con los ojos fuera de órbita. Comencé a temblar y me puse de pié torpemente para notar que mis rodillas estaban llenas de la sangre de aquel cuerpo… de mi cuerpo.
- NOOO!!
Grité en medio de las horribles carcajadas, trataba de caminar dando pasos torpes. Mi grito hacía que aquel cuerpo se deshiciera, mas sin embargo no podía evitar gritar… no podía. Ahora veía a Yunho en el lugar del niño riéndose estruendosamente de mí.
- Idiota…
Dijo él acercándose a mí con un puñal. Yo no podía moverme ni hacer nada salvo tratar de gritar. Apreté los ojos y seguí gritando mientras sentía que se había apoderado de mi y comenzaba a sacudirme…
- Jaejoong! – Gritó alguien mientras me sacudía con fuerza.
- …No?! – Grité incorporándome a la cama de un sacudón mientras intentaba tragar mi saliva. Yoochun me observaba con los ojos bien abiertos y con una expresión temerosa.
- ¿Pesadilla? – Preguntó.
- Sí – Dije secándome el sudor – Una horrible.
- ¿Estás bien? – Preguntó encendiendo las luces.
- ¿Qué hora es? – Pregunté cubriéndome los ojos para no encandilarme.
- Hora de levantarnos – Contestó él acercándose el reloj a los ojos – en dos minutos…
Me levanté de sopetón para aprovechar la ducha pese a que Yunho era siempre el primero en bañarse.
Hacía dos meses y medio que había terminado con Yunho. Esos días pasaron volando. Un día en medio del trabajo simplemente me acerqué y de la nada le dije ‘Vamos a terminarlo’ e igualmente simple Yunho contestó ‘Está bien’. Ninguno de los dos habíamos asumido lo que implicaba realmente, como si se tratase de un juego de palabras donde el ganador sería el que contestara más rápidamente. Asumir la ruptura era algo que no había – y seguramente, él también – internalizado y simplemente forzábamos actuaciones de cómo una ex –pareja debería actuar como por ejemplo no dirigirnos la palabra en ese período de tiempo.
Me mataba, pero a la vez le brindaba cierta paz a mi conciencia. Yo había asesinado al idiota de Jaejoong aquel día que apunté con el cuchillo hacia mi reflejo. Aquel tonto había muerto.
Usé la herida de la rodilla, cuando la tenía, como excusa la semana anterior al rompimiento, a medida de preparar el terreno para cuando ocurriese la gran pelea, sin embargo no la hubo y me hizo muy infeliz. Yunho simplemente contestó en aquella cabina de radio un sórdido ‘Está bien’ y así aceptó el término de algo que me estaba destruyendo la vida con tanta frescura y sumisión.
Pensar que ahora él tenía todo el camino libre me mataba. Pero Yunho no se movía a continuar su vida, simplemente vivía al igual que todos sumido en el trabajo como un perfecto robot.
Aquella recurrente pesadilla me recordaba lo que fue estar con él cada día. Un paraíso frágil y un profundo infierno coronado con unas horribles luces blancas que no lograba iluminar nada en lo absoluto.
- ¿Aló? – Contesté al número desconocido en mi celular - … ¿Aló? ¿Hay alguien?
- Jaejoong-sshi?
Me erguí al escuchar aquella voz en medio del frío aeropuerto de Narita quedándome atrás, pero bien sabía que debía apresurar el paso.
- ¿Estás ahí… Jaejoong-sshi?
- …Sí – Respondí con escepticismo – Sí, aquí estoy.
- ¿Es un mal momento? – Preguntó Jin Hun.
- No, pero pronto tendré que colgar. Voy a montarme en un avión.
- ¿Con quién hablas? – Preguntó Yoochun extrañado. En aquel momento vi cómo Yunho viró su cabeza un poco para alcanzar a escuchar.
- Nadie – Dije tapando la bocina – es un… amigo.
Yunho volteó totalmente y dejó de caminar. El manager haló la manga de su camisa demandando a que se apresurara, él accedió, pero continuaba pendiente de mi conversación.
- ¿Podemos hablar cuando llegues? – Preguntó él con la voz gangosa – Necesito hablar contigo sobre él ¿Está cerca de ti?
- Eh… Sí - dije mirando rápidamente a Yunho quien seguía pendiente de la conversación.
- ¿No puedes hablar?
- … No – Contesté incómodamente. Ya en aquel momento todos, incluyendo los del staff, sentían curiosidad por la persona al otro lado del teléfono - no puedo ahora.
- Te veré entonces en donde acordamos. No lo olvides - Concluyó él colgando el teléfono.
Cuando colgué el teléfono todos voltearon a verme. Me sonrojé de inmediato pero me compuse porque debía disimular. Nos esperaban nuestras cortas vacaciones en Corea y no pretendía arruinarlo todo.
Yunho se humedeció los labios con la lengua y se cruzó de brazos. Se veía molesto, amargado e intranquilo. No se podía estar tranquilo en el check in mientras abordábamos.
“¿Cuántas despedidas en mi mente se habían suscitado ya?” Pensé dándome la vuelta y contemplando los enormes ventanales que daban hacia la pista de aterrizaje “ ¿Cuántas veces tuviste mi corazón en tu poder, Yunho? ¿Cuántas veces estuve frente a ti, por ti, para ti, junto a ti?”
Me negaba a seguir siendo un idiota y ahora me preparaba para encarar la etapa más oscura de mí… y seguramente la más oscura de él, también.
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por DBSK... este capitulo fue... guau... me dejaste sin palabras
ResponderEliminarla manera en que describiste esa pesadilla, la manera en que manejaste todo, tus descripciones fueron... realmente, me reverencio. y no solo por este capitulo, si no por la historia completa, que cuando termine de leer no me quepa la menor duda que voy a recomendar. sos una escritora excelente. uno de los mejores fics que lei EN MI VIDA.
PD: ya habia dejado unos cuantos comentarios cada tanto, suelo firmar con "~DBSK y YunJae Fighting~" ^^ hubiera dejado en todos los capis si no fuera porque hace unos dias que encontre este fic, y ya esta terminado... ademas, hace poco que realmente comence a leer fics YunHae, porque hace poco que conozco la banda... si no, ya te hubiera llenado de comentarios para que actualices xDD
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