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Arualthings

Middle Of Nowhere cap 3


A la mañana siguiente en Evergreen, los alumnos comenzaban a entrar a sus salones para empezar las clases. El profesor de Física entró como siempre muy relajado y con una expresión de superioridad. Dejó los libros sobre su mesa y se paró frente a los alumnos, analizando sus caras.

“Bien. Veo que no falta nadie” hizo una pausa para asegurarse que todos le prestaban atención, y luego habló de nuevo. “Primero que todo, bienvenidos a un nuevo año escolar, el último para ustedes, espero. Y también espero que no hayan olvidado que, como primera clase de Física del año, tenemos examen… cierto?” Algunos alumnos ahogaron un jadeo de sorpresa, otros simplemente bajaron la cabeza sabiendo qué les esperaba. “Muy bien. Hoy me siento amable, así que voy a darles media hora para que repasen, y luego comenzamos el examen. Eso sí, en silencio”.

Sacando su cuaderno de la mochila, JaeJoong miró a su lado el puesto vacío de YooChun. Seguro se había quedado dormido… ese flojo… Un poco más adelante, y en la fila de al lado estaba sentado quien le había ayudado para este examen, y aunque aún lo único que recordaba de su nombre era que empezaba con Yun, no podía dejar de sentir una opresión muy molesta en su pecho, y ganas de discutir con la primera persona que le hablara. Yun no lo había llamado la noche anterior para decir que había llegado bien, y JaeJoong esperó la llamada hasta tarde. Muy tarde, con su celular al lado de su almohada. Es cierto que mientras esperaba había podido repasar un poco para el examen, pero de todos modos sentía que había sido un tiempo perdido.

Además, qué se creía ese chico, ignorándolo así? Sí, ignorándolo, porque en la mañana se lo había topado en la parada del autobús donde su padre lo dejaba cada mañana (pues él tenía que irse a trabajar a la clínica, y sólo podía permitirse llevarlo en el auto hasta ese paradero, que le quedaba de camino a su lugar de trabajo), y Yun ni siquiera había dicho “Hola”. Ni siquiera una excusa barata acerca de por qué no había llamado anoche. Y eso enfadaba a JaeJoong en demasía.

Aprovechando que el profesor estaba ahora sentado en su mesa revisando unos papeles, YunHo dejó de lado su cuaderno y volteó sólo un poco el rostro, mirando al rubio que le quitaba el sueño. Sus ojos se encontraron, y en los del más popular vio un destello de enfado. Lo más seguro es que JaeJoong no volviera a hablarle, después de haberse portado tan desconsiderado con él al no llamarlo. Después de todo, Kim JaeJoong no le da su teléfono a cualquiera, y era entendible que estuviera enfadado de no recibir el llamado, pues obviamente no estaba acostumbrado a ser ignorado.

Su corazón se oprimió cuando JaeJoong desvió su mirada, posándola en su cuaderno, haciendo una mueca clara de indiferencia, que hizo que al moreno se le partiera el corazón. Una cosa era haber pasado años sin recibir ni una mirada de JaeJoong, y otra muy distinta y dolorosa era recibir una mirada así, tan fría, después de haber pasado toda una tarde con él, en la que creía que se había acercado un poco al hermoso rubio.

Todo parecía resultarle mal… Por qué ahora que por fin había hablado con JaeJoong tenía que malentenderse todo? Por qué~?

No había tenido el valor de hablarle desde que lo vio en la mañana tomar el autobús, pero sabía que tendría que darle alguna explicación en algún momento, preferentemente luego de hacer el examen o podría alterar al rubio e impedirle realizar con soltura la prueba.

Dio un suave suspiro de cansancio y acalló un estornudo que picó en su nariz, como también en su garganta. Haber quedado medio desnudo luego del asalto, había propiciado que los gérmenes de su hermano abandonaran su cuerpo para meterse al propio, dándole ligeros mareos y logrando congestionarlo.

El día no era ni sombra de lo pasado la tarde anterior.
Aún en medio de su sopor, YunHo se las arregló para sonreír recordando a su BooJae alimentando a su hermano y luego, dándole de su comida a él también, siempre con esa sonrisa preciosa que lo hacía alucinar.

Recibiendo un manotazo de su amigo pelinaranjo, puso los pies nuevamente en la tierra y le sorprendió ver tantas personas rodeando su puesto en el gran salón. Las chicas batían sus cortas pestañas y los hombres le daban confianzudas palmadas en la espalda como si fueran amigos de toda la vida. No había que ser un genio como YunHo, para saber que todos aquellos interesados sólo estaban ahí, riendo forzadamente para que el nerd los ayudara a pasar el difícil test, enseñándoles lo justo y necesario para obtener la nota mínima de aprobación.

HeeChul, a su lado, rodaba los ojos molesto cuando las pintadas uñas de algunas mujeres tomaban sin su permiso las notas que tenía sobre su cuaderno y comenzaban a comentarlas entre ellas, sulfurándolo.

“Sabes YunHo, no comprendo esto” un alto chico se acomodó a un costado del castaño y le enseñó su propio cuaderno que tenía unos grandes signos de interrogación, obviamente como un recordatorio para preguntar la materia antes del examen.


Mientras Jung intentaba explicar de la forma más clara los complicados y múltiples conceptos y fórmulas que correspondían a física, un chico delgado, con un gorro gris ladeado hacia un lado, hacía su entrada por la puerta trasera sonriéndole despreocupadamente al maestro que lo fulminó con la mirada por atreverse a llegar tarde a esa primera lección del día.

Park YooChun, casi como una burla, se atrevió a levantar la mano y hacerle un común y aniñado saludo con la mano que murió cuando se sentó junto al divino rubio, que arrugaba papeles entre sus manos como si consiguiera de aquella forma saciar un poco la rabia que carcomía su interior.

“¡Hey, sexy!” saludó como todos los días, el heredero Park, besando sonoramente la mejilla que tenía disponible del rubio que de reojo lo observó, sin siquiera tener ganas de abrir la boca y devolver las palabras “¿Qué pasa?” un segundo le bastó a YooChun darse cuenta que su mejor amigo estaba resentido/enfurecido por algo ó, en su defecto, por la culpa de alguien.

“Nada” replicó JaeJoong, cerrando su cuaderno y estirando el labio inferior creando un arrebatador puchero que deshizo el corazón de la mayoría del salón “Nada que importe” reafirmó tomándose la libertad de estirar los brazos hacia YooChun, tal cual había hecho el pequeño HyukHo, y abrazarlo con fuerza buscando en su calidez algo de consuelo por el mal rato vivido en la madrugada.

Maldito nerd, pensó para sus adentros oliendo el perfume de su mujeriego amigo y dándole un suave beso, en el recodo del cuello y el hombro, asegurándole que estaba bien, nada más un poco molesto.

“Tsk tsk” chasqueó la lengua el del sombrero mirando por sobre su hombro la serie de número y fórmulas que adornaban las bellas hojas rosa que utilizaba su compañero para repasar “¿Estudiaste?”

“Sólo un poco en la noche” masculló cerrando los ojos, sin ganas de jugar a las miraditas calientes con SiWon, menos ver a ese tarado-cuatro.ojos-ratón.de.biblioteca-cerebrito, que le enseñaba a una niña hablándole de cerca en el oído, pues ella alegaba que no oía por el barullo que hacía el resto del salón, sin importarles la mirada asesina del profesor que ordenaba las hojas del examen macabramente “¿Tú?”

“Yo tuve fiesta” contó YooChun, mirando al frente donde Kim JunSu daba saltitos mientras respondía las preguntas a modo de cuestionario que le hacía un niño gordito de mejillas redondas “Volví a casa a las cinco. No preguntes como es que estoy aquí sin caer dormido sobre la mesa”

“Por lo menos te has bañado” rió suavemente el rubio pasándose una mano por los ojos, algo adormilado “Odio cuando llegas oliendo a quién-sabe-qué-mugre”

“Por ti haría cualquier cosa, baby” le guiñó un ojo, tomando su cuaderno, intentando memorizar alguno de los ejercicios para por lo menos reprobar con alguna nota decente y no con la mínima del punto base.

“No soy una de tus conquistas” JaeJoong se separó de él, algo entretenido por las palabras que usaba el otro, que se notaba aún andaba medio mareado “Quita la modalidad de player de tu sistema y sé mi lindo Chun”

“Está bien” le sonrió, desviando la mirada de los papeles, pero de reojo aún veía a su alocado vecino que sentado sobre su mesa estiraba los labios mirando atentamente el libraco de física que había conseguido en la biblioteca “¡Una condición!” pidió de pronto, iluminándosele el rostro.

“Dime” garabateó unas cuantas cosas en su mesa, útiles para cuando diera el examen y no tuviera sus apuntes para recordarlo.

“En el almuerzo nos sentaremos con mi vecino y sus amigos”

“¡NO!” la sola idea de compartir alguna cosa con ese Yun, lo ponía de nervios, haciendo que se sonrojara y no de vergüenza precisamente.

“No soy idiota. Sé que algo te pasa con ese loco de ahí” señalando despreocupadamente al pelinaranja que peleaba, casi como cuento viejo, con SiWon que había osado acercarse al más inteligente pidiendo un poco de ayuda “O puede ser…” sonrió notando el pequeño salto que dio en su asiento el rubio, manteniendo la vista pegada en sus bonitos zapatos negros “¿Aquel niño nerd?” Sin obtener respuesta de su amigo, lo tomó nuevamente entre sus brazos besándole la frente “Sin querer, has estado mirando en su dirección todo el rato que llevamos hablando, ¿qué pasó?”

“Nada. Qué me va a pasar con ese nerd? No se ni siquiera quien es” dijo intentando sonar despreocupado e indiferente, mientras revisaba sus apuntes. Por nada del mundo quería hablar de eso, menos sabiendo que seguramente YooChun se reiría de él al saber que se preocupaba por un nerd. No es que le preocupara demasiado…pero por alguna razón no podía quitarse el enfado de la cabeza.

“Vamos~~ A mi no me engañas tan fácilmente, Joongie-ah~” acercó su mejilla a la de su amigo en forma cariñosa, pero sin alejar la vista de YunHo. “Vamos a comer con los impopulares” sonrió burlonamente, abrazando aún a JaeJoong. “Quiero ver una sonrisita ahí~” señaló los rosados labios del rubio, logrando por fin que éste sonriera tímidamente.

“Eres tan tonto…” avergonzado se soltó del abrazo de YooChun y fingió concentrarse en las formulas de su cuaderno.

“Pero de todas maneras me quieres, soy tu Chunnie~”

YunHo, por segunda vez miró hacia atrás para echarle un vistazo a su JaeBoo, encontrándolo ahora de lo más contento con Park YooChun. Y esa sonrisa tierna que ayer había tenido la suerte de obtener, ahora estaba dirigida al player del colegio…

“Bien alumnos, vamos a empezar. Y nada de trampas, porque si los sorprendo, los repruebo de inmediato” pero no era ni necesario decirlo; todos los alumnos sabían que intentar copiar en los exámenes de este profesor era un suicidio.

Una vez que las hojas del examen estaban repartidas, empezaron a correr los 40 minutos que tenían para contestar. JaeJoong miró las preguntas y se sorprendió al darse cuenta de que sabía, con seguridad, más de la mitad. Por primera vez en su vida un examen de Física le estaba resultando sorprendentemente fácil, así que estaba seguro de aprobar con una nota decente.

Cuando llegó a una pregunta sobre la Energía Cinética, recordó claramente que en ese momento se había distraído mirando el lunar sobre el labio del chico, y le costó bastante recordar lo que había repasado en su casa…Sacudió la cabeza con fuerza para quitarse todo pensamiento de ese nerd de la cabeza, y siguió con la siguiente pregunta.

YunHo contestó todo rápidamente, y se dedicó el resto del tiempo a pensar en la manera de hablar con JaeJoong sin que estuviera ese Park YooChun cerca, tarea difícil considerando que eran casi inseparables.

Los estudiantes entregaron sus exámenes cuando el timbre sonó, y YunHo se dio cuenta como JaeJoong se apresuraba a salir de la sala, sin siquiera preocuparse si su amigo venía detrás. Tal vez ésta era su oportunidad de hablar sin la presencia de Park YooChun.

Recogió su mochila con rapidez y haciéndole una seña con las manos a HeeChul, que quería decir que lo buscaba luego, corrió tras la delgada figura que ya bajaba las escaleras con rapidez, como si huyera de alguien.

YunHo bajó los peldaños de dos en dos, saltando los últimos cinco para tomar con fuerza el codo del popular rubio, cuando lo tuvo a su alcance, que se giró para ver sorprendido a su opresor.

Mordiendo el interior de sus mejillas, el más bajo frunció las cejas perfectas, apretando los puños y forcejeando para soltarse del agarre que tenía el otro en su delgado brazo. Viéndose libre, simplemente giró sobre sus talones y continuo su camino en línea recta sin destino fijo aún. Quería estar solo, cerrar los ojos y calmar el calor que lo quemaba. ¿Por qué perder su tiempo recriminando a ese tipo que nada valía?

“JaeJoong” el sonido de su nombre sonó desesperado en los labios del otro y sin querer, avanzó más rápido deseando deleitarse con los ruegos que seguramente haría el moreno para volver a tener su atención “¡JaeJoong por favor!”

Haciendo oídos sordos fingió buscar algo en su bolsito rosa, y YunHo se sintió aún más culpable cuando lo vio sacar su moderno celular y marcar unos números, deteniéndose frente a una ventana y sentándose al borde de ella, mientras esperaba que le contestaran.

El nerd de verdad había querido llamarlo, ¡lo partiera un rayo si es que estaba mintiendo!; pero justamente ese día habían elegido robarle su único medio de comunicación y acercamiento a su rubia fantasía. Ni le pasó por la mente llamar a ChangMin, pues seguramente el más alto estaría durmiendo y lo maldeciría por sacarlo de sus húmedos sueños, ya más despierto, habría comenzado a molestarlo y en menos de dos segundos TODO el colegio se habría enterado que Jung YunHo andaba tras el KingKa de la High School Evergreen, no como que muchos no lo supieran ya.

“JaeJoong. De verd—”

“¡SiWonnie~!” la tierna y juguetona exclamación del popular rompió el pequeño corazón que tenía, más por el drástico cambio de humor, que el nombrado en ella. “Estoy esperando que vengas aquí” hizo un irresistible puchero, omitiendo con elegancia la rota mueca de YunHo, que estaba parado frente a él no sabiendo si reír o llorar “¡Siiii~~! Quiero que t—”

El pelicorto bloqueó sus oídos y recorrió con lentitud el caminó hacia donde, con seguridad, encontraría a sus amigos. No era tonto y sabía que JaeJoong no tenía ni la más mínima intención de hablarle, menos oír su versión de la historia sobre lo pasado la madrugada de aquel día. Suficiente con amarle calladamente, como para que también mendigara un poco de su atención. Si el rubio no lo quería cerca, él no sería quien se le arrojara encima ni se atravesara por su camino… Quizás porque eso lo dañaría más a él, que molestar al otro.

En cuando el popular vio la alta forma del nerd abandonar el corredor, dejó su tonta charla consigo mismo y bajó el aparato de su oído donde extrañamente uno de sus piercieng dolía. Dando un suspiro se llevó las manos al cabello, aún medio mojado, y apoyó toda su fragilidad en la ventana que dejaba que el sol mañanero bañara el lugar.

“¿Por qué no llamó?” y su pregunta sin respuesta resonó con fuerza por el desierto pasillo.


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En el patio se encontraban JunSu y ShinDong cuando YunHo llegó a reunirse con ellos. Traía una expresión terrible, y ninguno se atrevió a preguntar qué le pasaba. HeeChul se encontraba comprando una bebida y cuando volvió de inmediato sintió el ambiente un tanto tenso; le bastó sólo mirar la cara de su mejor amigo para saber que tenía que ser algo relacionado con el rubio desabrido.

“Yunnie-ah~ Por qué esa carita de derrotado?” se abalanzó a abrazar al de anteojos dejando de lado la bebida. “Dime quien te hizo algo y se las verá conmigo” bromeó pinchándole las mejillas, pero ninguna de sus acciones logró mejorar un poco el ánimo de YunHo.

“Y… cómo les fue en el examen?” intentó cambiar el tema ShinDong.

“A mí decentemente. No creo que me haya ido tan bien como a Yunnie, pero… por lo menos pasé, creo” dijo el pelinaranja, aún abrazado a su amigo.

Un grupo de chicas empezaron a cuchichear a su lado, riendo de pronto; otro tumulto de chicas se acumulaba un poco más allá, como esperando algo. YunHo miró a su alrededor, pero no hacía falta, era obvio que los del equipo de basketball venían pasando. Y al medio de todos, con la camiseta del número 1 y la bandita de ‘capitán’ en el brazo, Choi SiWon, sonriendo con la misma superioridad de siempre.

Al pasar cerca de ellos, el popular miró burlonamente a cierto pelinaranja, quien echaba chispas por los ojos, queriendo estrangular al primero que le hablara.

“Por qué tiene que ser así ese idiota?” dijo alterado una vez que el tumulto de chicas pasó.

“No sé. La verdad no veo por qué lo odias tanto, y él a ti” preguntó YunHo mirando con cierta diversión la cara de furia de HeeChul.

“Es como tratar de explicarse por qué odia tanto a Kim JaeJoong. La única respuesta es: estamos hablando de HeeChul” ante lo dicho por ShinDong todos empezaron a reír, y HeeChul sonrió también a pesar de que era a él a quien molestaban: al menos Yunnie se veía un poco más alegre.

“Escuché que el campeonato de basket va a empezar en poco menos de un mes. Tal vez por eso los del equipo ya están practicando” JunSu se fijó cómo todos habían pasado usando su uniforme, como si fueran a practicar.

“Iría a apoyar al equipo del colegio, pero lamentablemente hay cierta persona que no quiero ver” de nuevo todos rieron ante el comentario de HeeChul, y empezaron a caminar hacia su sala, aún conversando.


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En uno de los pasillos JaeJoong miraba por la ventana, con YooChun a su lado, escuchando su ipod. El rubio aún no le había dicho a su mejor amigo qué le pasaba, aunque pensaba que no diciéndolo se le pasaría. Después de todo, era una persona insignificante, al lado de él que era importante, y rodeado de otras personas importantes como él. No había por qué preocuparse de un nerd.

“Quiero salir a bailar hoy” dijo de pronto mirando con fijeza la muralla frente a el, a la par que tocaba sus huesudas rodillas, que se notaban, incluso bajo el pantalón de colegio, con las manos extendidas un poco resecas.

“¿Podría preguntar por qué tan repentinas ganas de eso?” Chun tomó su mano derecha, palmeándosela suavemente para llamar su atención y le contara todo lo que le ocurría esa soleada mañana.

JaeJoong tenía tantas ganas de ir al comedor y abofetear a ese estúpido cerebrito por burlarse de él. Porque de una u otra forma eso hizo: enseñarle un poco de física, mostrarse amigable, respetarlo, cortejarlo y preocuparlo.
¿Para qué?
Para dejarlo media noche despierto, mordiéndose las uñas para no llamar a la policía y dar cuenta de su desaparición.
Mordió su lengua, al notar que su tren de pensamientos tenía sólo una parada en cada vuelta que hacía en su atolondrada cabeza, y esa parada tenía por nombre: Yun-algo.

“Solamente quiero salir hoy por la noche“ Usando un tono de voz duro, replicó a la pregunta con segundas intenciones de su mejor amigo y, de reojo, vio la ligera curva que hacían los antojables labios de YooChun y se llevó un dedo a la boca, nervioso.

Se negó a contarle lo que le ocurría y hastiado se levantó de su improvisado asiento caminando en círculos por el solitario pasillo, una especie de modelaje sin luces ni cámaras que el de sombrero disfrutó bastante.

“Vayámonos” sus cortas palabras hicieron eco en el lugar, llamando el interés malvado de Chun por primera vez en el día “Vamos a la playa. Al cine. Al parque. Al campo. ¡Vayámonos de aquí!”

“¿Por qué?”

“Porque no soporto un segundo más en este asqueroso lugar”

“¿Por qué echarle la culpa a la escuela cuando ambos sabemos que no es así? Deja de mentirme y de mentirte” mientras hablaba se levantó pesadamente del suelo y sacudió la inexistente mugre en sus finos pantalones de tela “Si no quieres decirme, lo entiendo. A mi tampoco me gusta contarte con quien salí ayer ó cuánto bebí ó con quién me bese; pero hay una diferencia entre omitir y mentir” rebuscó en sus pantalones la llave de su auto último modelo y caminó con elegancia escaleras abajo, con una JaeJoong cabizbajo junto a él “¡Ya apúrate!” cogiéndolo de la mano tironeó de él para correr hacia el estacionamiento y fugarse de clases a las diez y algo de la mañana a un lugar sin destino aún “Yo también quiero salir de aquí” lo cogió de la cintura y lo dirigió hacia el asiento del copiloto.

“Chun...”

“No. No. No. Después hablaremos” subió al asiento delantero y encendió el motor, sonriéndole al portero del lugar que los miraba sorprendido, pues debían estar en clases y no saliendo del establecimiento “Y bien... ¿A dónde?”

Y sin siquiera esperar salir de las altas rejas negras con dorado y verde que adornaban la Evergreen High School, JaeJoong le contó todo, en una especie de monólogo sentimental, acompañando los hechos con sus supuestas interpretaciones de las acciones de cierto nerd que alteró su vida sin intenciones.


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JunSu entró cansado al aula de Biología, luego de haber animado todo el descanso a cierto basketballista que le quitaba el sueño cada vez que sonreía. Sonrojado se acomodó en su asiento de la primera fila y ordenando sus cosas tuvo el deleite de ver a SiWon entrar algo mojado por la ducha que debió tomar al terminar su práctica.

Más rojo aún, si es que eso se podía, miró con fijeza el pizarrón, sorprendiéndose al notar las instrucciones sobre un proyecto en pareja, que su maestro se había dado el trabajo de escribir para que nadie estuviese ajeno o perdido sobre tan importante calificación. Un bonito 50%, adornaba la esquina inferior de la pared blanca, señalando que ese informe valía nada y nada menos que la mitad de las notas que obtuvieran en ese año del ramo de ciencias biológicas.

SiWon se sentó despreocupadamente, mirando a su alrededor con su radiante sonrisa, esperando encontrar al rubio, pero descubriendo que ni él ni su amigo Park YooChun estaban en la sala. En cambio, sí pudo notar como cierto pelinaranja lo miraba fijamente, con el ceño fruncido. Sin darle mucha importancia volvió su vista hacia el pizarrón, notando el trabajo en parejas. Realmente deseaba que le tocara con JaeJoong, o en su defecto que al menos no le tocara con Kim HeeChul.

El profesor se paró frente a la clase con el libro de clases en sus manos, mirando atentamente la lista de alumnos. Algunas veces en los proyectos en parejas se les permitía a los alumnos elegir sus propias parejas, pero no en su clase. No, porque había dos chicos en su clase que desde el principio habían mostrado interés nulo en la materia, y ya le tenían enfermo con sus conversaciones no muy discretas durante sus clases. Por eso no iba a permitir que Kim JaeJoong y Park YooChun hicieran el trabajo juntos, por nada del mundo. Mejor si él mismo arreglaba las parejas.

“Bien, como ya habrán notado tenemos un proyecto en parejas. Para los que se lo estén preguntando, las parejas serán designadas por mí, y no acepto reclamos de ningún tipo. El tema del proyecto será Mitosis y Meiosis; quiero un informe hecho por ustedes mismos, y una representación de la mitosis y meiosis. Puede ser lo que quieran, diagrama, dibujo, maqueta, sólo tiene que ser original. Si sorprendo dos trabajos iguales les descontaré puntaje a ambos trabajo” toda la sala estaba en silencio, esperando el momento decisivo: designar las parejas. “Veamos. Ahn Suyeong con Park YeongMin. Choi SiWon con… Kim JunSu. Kim HoDong con Shim ShinDong. Kim JaeJoong con Kim HeeChul—“

“QUÉ!?” la voz del pelinaranja se hizo escuchar por toda la sala, y varios estudiantes se dieron vuelta a ver su expresión de completo shock. YunHo miró su cuaderno, algo decepcionado que JaeJoong no hubiera sido designado con él…

“Tiene algún problema con trabajar con el señor Kim JaeJoong?, señor Kim HeeChul?” dijo el profesor alzando una ceja, hablando más en tono irónico que realmente preocupado.

“Sí, no quiero. No con él”

“Bueno, señor Heechul, no sé si me habrá escuchado bien mientras estaba explicando las condiciones del proyecto” por supuesto había notado cómo HeeChul en vez de poner total atención se limaba las uñas despreocupadamente. “Pero no acepto reclamos. Las parejas las designo yo, y así trabajará” el profesor miró el asiento vacío de JaeJoong y agregó. “En cuanto vea al señor JaeJoong infórmele del proyecto, porque si no lo hacen, me veré obligado a ponerles la nota mínima”

HeeChul tuvo que tragarse su rabia y se quedó callado, dejando al profesor continuar designando las parejas. YunHo posó una mano en su hombro, como dándole su apoyo, a pesar de que realmente sentía que HeeChul era muy afortunado.

“Bien, sigamos. Kim YeonHee con Lee Mikyoung. Park YooChun con Jung YunHo. Lee SangHee con Shim YuNa…” el profesor continuó designando parejas, hasta que terminó con todos los alumnos de la clase, y entonces se sentó y les dio permiso de sentarse con sus parejas para empezar a preparar algo del proyecto.

YunHo y HeeChul permanecieron en sus lugares, ya que JaeJoong y YooChun nunca volvieron del recreo; el pelinaranja estaba realmente furioso. Nada peor podría haberle pasado. Aunque pensándolo bien, que le tocara con SiWon habría sido igual de trágico.

“JaeJoong no es tan malo, Chul” aseguró el de anteojos anotando las instrucciones que les había dado el maestro, así como también las posibles cosas que haría para obtener una buena calificación. No tenía ni intenciones de recibir cooperación de Park YooChun, antes el se casaba con su BooJae y se iban a vivir al trópico.

Ay~~~, BooJae

“Mira quién me lo viene a decir ¡Si lo amas es obvio que no verás sus defectos!” el pelinaranja se cruzó de brazos y movió su pie derecho con rabia contra el suelo en una vaivén molesto e intermitente “Para mi no es más que un cara de pez oxigenado”

“Pero Chul...” intentó discutir con su mejor amigo, pero antes de comenzar la batalla la dio por perdida. HeeChul era una de las personas más tercas del mundo y él no se encontraba en las mejores condiciones para decir que tan magnifico era su rubio amor “En realidad... ayer estudiamos muy bien. Quizás puedas hacer con él un buen trabajo”

“No quiero. Y no ayudaré” aniñadamente, se cruzó de brazos mirando a la pared, de reojo notando como las demás parejas hablaban entretenidas sobre lo que harían para su presentación, pero lo que cogió su ojo rasgado fue la familiaridad con que cierto millonario hablaba con el pelirrojo tan simpático hasta el momento, pero que ahora le resultaba terriblemente molesto.

“DEBES trabajar” YunHo cerró su cuaderno y apoyó su mentón en una de sus manos, suspirando lastimeramente en cuanto cerró los ojos y pensó en el popular rubio que se había convertido en la mejor niñera de HyukHo, como le había contado en la mañana. De hecho, YunHo tenía en su bolso, un dibujo algo abstracto que el niño había realizado en la hora del desayuno para su Joongie-hyung.

Oportunidad para entregárselo, tuvo.
Oportunidad para disculparse, nunca.

“¿Y por qué debo? ¿Qué te crees? ¿Mi mami?”

El castaño levantó la mano y pidió permiso para ir a la biblioteca, que le fue concedido casi al instante. Tomando un lápiz y una hoja salió del salón sin ganas de oír los murmullos de los otros alumnos ni la voz cizañera de Chul, como tampoco tener que mirar el puesto de JaeJoong y ver nada ahí.

Cuando YunHo salió, JunSu levantó la cabeza interesado por la repentina huida de su recién conocido amigo. De cierta forma, el ambiente en el salón se sentía mucho más despejado cuando ese asqueroso Park YooChun y su lapa teñida no estaban ahí para intoxicar el lugar con sus sarcásticos comentarios, sus respuestas mal intencionadas a los maestros y sus feos modales.

“¡JunSu-ah!” Choi SiWon sacudió una mano frente a su infantil rostro para llamar su atención siempre con ese gesto de suficiencia en todo lo que hacía.

El menudo pelirrojo se coloreó nuevamente admirando la forma en que SiWon se desenvolvía en todos los lugares y en cada situación que estaba, temiendo que el popular notara su febril estado, fingió leer algo en su cuaderno pasándose una mano por la mejilla que quedaba frente a la vista del otro.

Sonrisas [aka SiWon] era el hombre que anhelaba llegar a ser. Esas muecas varoniles, desinteresadas, soberbias y refinadas hacían al más bajo estremecerse de gusto y envidia mezclados. Su forma de hablar y expresarse, lograban que Kim JunSu, repasara textos, poemas y canciones frente al espejo intentando imitar a su ídolo, pero sin resultados aparentes, menos cosas que pusiera en práctica. De seguro Park se burlaría hasta orinarse en sus pantalones de él.

Fue cuando el millonario le pasó una mano por la curva de la espalda, que se dio cuenta que no quería ser como SiWon, lo quería a él.



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En el salón de ChangMin, la clase de música pasaba tranquilamente. Por alguna extraña razón, el profesor de música siempre había sentido simpatía por el pequeño Kim, y ahora se encontraba hablando con él mientras los demás alumnos ensayaban una canción que estaba escrita en el pizarrón. El profesor, Park JungSu, no era el profesor más joven, pero sí era el más cercano a los alumnos, los cuales frecuentemente hablaban con él como con un amigo, sin las formalidades respectivas.

“Así que ahora tu hermano quiere entrar al Taller de Canto” dijo el profesor Park, con cierto tono divertido.

“Así parece… No se realmente por qué decidió entrar… Realmente pensé que entraría a algo más… no se… fácil? O algo que supiera hacer, como Cocina” ChangMin se acomodó en su asiento, habiendo ya escrito la canción en su cuaderno.

“Y me sorprendí aún más al ver que el chico Park YooChun no se inscribió en Canto; siempre ha sido bueno en mi clase. Además su hermano me ha dicho que le gusta componer…”

Como si lo hubieran llamado, Park YooHwan se acercó a la ventana de la sala, que quedaba al lado de la mesa de ChangMin, no sin antes dedicarle una radiante sonrisa, que le daba a su rostro un aspecto de causa-problemas, aunque en realidad no era así. Al menos no tanto. “Escuché mi nombre por aquí. Que hablan?”

“Park YooHwan, te he dicho mil veces que por más que te guste mi clase, no puedes simplemente salirte en medio de la tuya para venir aquí. Si te descubren…”

“Pero profe~ Mi sala está solo al lado de aquí, y pedí permiso para ir al baño, así que se supone que ahí es donde estoy~” sonrió de nuevo, intentando poner una expresión de súplica para que el profesor no siguiera insistiendo. Después de todo, esa conversación la habían tenido miles de veces ya, y YooHwan seguía haciendo lo mismo, casi desde que entró al colegio.

“Bueno, pero vuelve luego a tu sala” Park JungSu reprimió una sonrisa y siguió hablando. “Le decía a ChangMin que tu hermano compone música, cierto?”

“Sí, hyung adora eso. Casi tanto como adora salir a bailar y emborracharse” rió fuerte, y entonces su rostro sí reflejó sus 15 años en cada una de sus facciones.

ChangMin miró su reloj, viendo que sólo faltaban 10 minutos para el término de la hora de clases, sacando el móvil de su bolsillo y marcando unas teclas para ver si tenía o no alguna llamada perdida y/o algún mensaje sin leer. Todo, mientras oía al Park menor, hablar entusiasmado con el maestro sobre las últimas notas que había compuesto su hermano.

“Kim JaeJoong las canta” comentó apoyado sutilmente en el asiento que ocupaba ChangMin que los miraba algo sorprendidos, debido a lo último dicho.

Su hermano no había querido cantar más en casa ni en eventos de alta sociedad a los que asistían, luego que una vez que su madre pellizcó su brazo por negarse a los avances verbales de un director de cine, amigo del glamour de Seoul, que le ofreció participar en lo que él llamaba hermosas películas de desnudos. JaeJoong se había negado, sonrojándose de rabia, e incluso, llegó a empujarlo cuando el tipo se atrevió a apresarlo entre sus brazos.

Obviamente, su madre nunca toleraría tan grande falta de respeto.
Por ella, se vendieran, mataran y/o entregaran, sólo para evitarle pasar una vergüenza como aquella que dejó a todos los invitados boquiabiertos por el comportamiento del siempre callado y discreto Kim JaeJoong, que los había deleitado con la pasividad de su voz unos minutos antes.

Desde aquel fatídico día, ChangMin nunca más oyó ni ápice de las hermosas notas que solían fluir de la garganta de su hermano, como una cadena irreal y mágica. Ahora, nada más oía esos comentarios antipáticos y las burlas infaltables junto a YooChun.

“Mi hermano no canta” hizo saber a JungSu y el Park más pequeño “Una vez tuvo un problema y como castigo no deseo cantar más. Espero que usted pueda hacerlo cambiar de parecer” se encogió de hombros viendo al maduro hombre que se llevaba una mano a la barbilla, pensativo.

“Sí canta, ChangMin” reclamó YooHwan sacándole la lengua cuando no tuvo otra arma que utilizar “Tú siempre buscas algo para llevarme la contra”

“¡Ay, YooHwan! Solamente piensa que ni siquiera perdería el tiempo en eso” el timbre sonó y despidiéndose respetuosamente del maestro salió al corredor en busca de alguien con quien pasar el descanso, pues aún faltaba un bloque de clases para el almuerzo.


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Después de haber pasado media mañana en la playa, JaeJoong y YooChun se subieron al auto para volver a la escuela, al menos al almuerzo.

“Chunnie” dijo el rubio, acomodándose en el asiento del copiloto, aún sin cerrar la puerta, quitándose el arena de los pies para poder ponerse los zapatos.

“Mmmm?” YooChun estaba en la misma posición, con una sonrisa en el rostro.

“Gracias” no había necesidad de decir más, ambos entendían. Siempre su amistad había sido más acciones que palabras, y eso agradaba a ambos.

Poniéndose el segundo calcetín, el moreno miró a su amigo, que ahora se notaba mucho más calmado y con mejor ánimo que antes. Y ahora sabía que menos que nunca iba a permitir que ese nerd se acercara a su JaeJoongie.

El camino de vuelta al colegio fue corto, y pronto los dos entraban de nuevo al establecimiento, recibiendo otra mirada de extrañeza por parte del portero. Sin realmente preocuparles qué pudieran decirles los inspectores, pasaron la entrada y caminaron por los pasillos como si fuera su casa, hasta llegar a la cafetería. Ya habían calculado el tiempo, y para llegar al colegio justo a la hora del almuerzo. Las chicas al verlos pasar se quedaban mirándolos como embobadas, ya sea por Jae o por YooChun, e incluso algunos chicos los miraban disimuladamente.

“Vamonos entonces a almorzar con mi querido vecinito…” la sonrisa en los labios de YooChun era una promesa de hacerles pasar un mal rato a ese chico pelirrojo.

“Ok… como quieras” a JaeJoong ya ni siquiera le importaba tener que ver al nerd ahí. Por un momento se le había olvidado todo eso que había pasado, y se sentía más tranquilo. Se sentía más JaeJoong,

La mesa de los ‘impopulares’ estaba en ese momento ocupada sólo por YunHo y HeeChul; ShinDong estaba comprando algo para que comieran todos y JunSu… aún no sabían donde estaba JunSu.

Con la sonrisa traviesa aún en el rostro, YooChun se acercó a la mesa, pasándole un brazo por los hombros a su amigo. Sólo HeeChul notó que los dos populares se acercaban, pero no tuvo tiempo de decir nada. “Hola, podemos sentarnos aquí?” no era para nada una pregunta, pues ni siquiera esperó la respuesta cuando ya estaba cómodamente sentado al lado de YunHo, con Jae a su otro lado.

“Hay miles de otras mesas desocupadas” siseó el pelinaranja, mirando con cierto odio a JaeJoong y YooChun.

“Pero hoy nos gusta esta mesa. Algún problema con eso?”

HeeChul quiso responder, pero justamente en ese momento, ShinDong volvió, trayendo entre sus brazos, tres bandejas verdes: una para él mismo, una para Chul y otra que dejó en el puesto vacío de su izquierda, que no tardó en ser ocupado cuando un radiante pelirrojo se sentó ahí.

“¿Y tú que demonios haces aquí, Park YooChun?” preguntó frunciendo la boca en cuando su mirada sonriente cayó en los populares que nada más estaban sentados ahí, conversando entre susurros.

“¿Qué quieres para comer, Jae?” se giró a su amigo haciendo caso omiso a la pregunta del enojado pelirrojo, que mientras esperaba una respuesta, abría sus sellados cubiertos para comenzar a comer.

“No sé Chunnie” inconscientemente hizo un medio puchero pensando en que saciaría a su estomago “¿Qué comes tu?”

“Obviamente, NO esa cosa que están comiendo ellos” con un claro disgusto se levantó de la mesa, rodeándola para inspeccionarla sobre el hombro de JunSu “¿Qué hay ahí, baby?” susurró en su oído en voz baja “¿Ya tienes los pompones listos para animar a SiWon ó has sacado alguna calificación decente?“ la malicia en sus palabras era claramente perceptible.

JunSu jugó un poco con la pasta que le habían servido, sintiendo la sangre hervirle, un poco por la vergüenza de que alguien más escuchara lo referente a SiWon, y otro tanto por tener cerca de su maldito vecino, pero decidió usar la misma táctica empleada por su vecino con anterioridad: no tomarlo en cuenta.

“Déjalo tranquilo y vete de aquí” medio chilló HeeChul poniendo sobre el cuaderno de YunHo su ensalada y postre. Ante esto, JaeJoong dio un saltito, preguntándose por qué el nerd no estaba comiendo al igual que sus amigos ó alguna de las cosas preparadas en casa que le hacía su madre. Una ráfaga de culpa lo golpeó fuerte cuando recordó el suceso de su madre dándole las últimas monedas para el transporte público y... las galletas de animalitos.
¿YunHo no tenía dinero para comer ese día? ¿Por haberlo llevado a su casa?

“Quiero el menú del día con porción de papas fritas extra grande y la hamburguesa con doble queso” declaró de pronto el rubio, luciendo algo alterado a vista del nerd, que no se atrevía a mirarlo directamente por vergüenza a contarle su terrible suceso.

“¿En serio?” YooChun parecía algo descolocado por el nunca conocido apetito de su mejor amigo. Siempre comía muy poco, preocupando a más de algún amigo debido a eso. JaeJoong era demasiado delgado para el gusto de Chun, y si ahora quería comer eso, él se lo daría, incluso más “Espera por mí”

El nerd negó lo ofrecido por su mejor amigo, disculpándose con que no tenía hambre y que ya comería al llegar a casa. Todo eso, mientras buscaba algo entre sus libros, finalmente sacando una hoja de oficio que contenía una serie de líneas de colores.

“Debes comer Yunnie... ¿Y tú que demonios miras Kim JaeJoong?” la pregunta seca y dura de HeeChul, lograron hacer fruncir las cejas al rubio y desafiar con la mirada al otro.

“¿Qué te importa, eh?”

“Me molestas. ¿Qué? ¿Acaso quieres ser como yo?”

“Eso te gustaría. Pero... ¿Para qué ser otro loco que se tiñe día a día el cabello?”

“Basta” masculló YunHo mirando la hoja entre sus manos, deteniendo sin éxito el vaivén de pesados comentarios entre los más delgados del grupo.

ShinDong nada más comía, hablando de tanto en tanto con JunSu que tenía un brillo en los ojos que ni siquiera Park YooChun, su mayor pesadilla, había sido capaz de borrar.

“Solamente maldigo mi suerte por tenerte como compañe--”

“¡Hey! Me voy cinco minutos y tú: ¿te atreves a molestar a mi baby?” el pelinegro popular se quitó su gorro formal, descansándolo en su rodilla cuando besó a JaeJoong en la mejilla empujando la cargada bandeja hacia su estrecho pecho “¿De qué trabajo hablan en todo caso?”

“Trabajo en parejas para biología” contestó YunHo abriendo y cerrando la hoja de colores, en la cual se entretenía mientras el resto comía golosamente “Meiosis y Mitosis. Presentación original. Entrega en dos meses y medio”

El rubio jugueteó con sus papitas fritas odiando el peso en su estómago cuando oyó al nerd hablar. Recordaba perfectamente los graciosos saltos que hacía ese pequeño lunar cuando hablaba serio sobre algo. Maldito lunar.

YooChun, por otra parte, lo miraba con un odio que era difícilmente de pasar desapercibido por quien hablaba, contestando la pregunta que se había hecho en general. Ahora más que nunca, Chun tenía una razón contundente para hacerle la vida imposible y pobre de él si se le ocurría sobrepasarse con su precioso rubio.

“¿Parejas? Suena como que ChangMin nos tendrá que ayudar, ¿verdad Joongie?”

“Ese rubio desabrido es mi pareja” escupió HeeChul, rodando los ojos, aún molesto por la decisión de su maestro al emparejarlos, cuando todo el staff de profesores sabían que ellos nunca podrían hacer algo bueno juntos.

“El profesor evitó eso de las mismas parejas siempre y decidió elegirlas él mismo” JunSu nuevamente parecía brillar con ese trozo de información que entregó a los populares que tenían sendos signos de confusión en sus rostros.

“Mi pareja... ¿quién es?” exigió saber YooChun dejando caer con fuerza sus cubiertos en la mesa.

“Yo” fue la corta respuesta.

YooChun y JaeJoong miraron incrédulos al nerd, quien evitaba sus miradas magistralmente. No era nada cómodo para él tener que trabajar con Park YooChun, y no era lindo tampoco ver cómo éste se pegaba a JaeJoong mientras el rubio comía.

ShinDong, que odiaba los silencios incómodos más que a cualquier otra cosa en el mundo, y que siempre tenía la tarea de animar a sus demás amigos, comenzó a contarles una historia graciosa acerca de unos chicos de segundo año, y por un momento los ‘impopulares’ olvidaron la presencia de cierto dúo que ocupaba el otro extremo de la mesa.

YunHo aún jugaba con la hojita de papel en sus manos, el dibujo de su hermano parecía gritarle ser entregado a JaeJoong, pero definitivamente YunHo no lo haría ahí. Había demasiada gente, además no todos sabían que ayer él había estado en su casa con Kim JaeJoong y quería ahorrarse la serie de preguntas de sus amigos. Y para colmo, el obstáculo final: Park YooChun.

Con un suspiro casi inaudible el moreno de gafas guardó el dibujo entre su cuaderno y miró a la nada, sintiéndose un poco miserable.

“Yunnie-ah, si sigues negándote a comer voy a tener que darte la comida en la boca, como a un niñito” HeeChul sonrió tiernamente acercándole de nuevo la ensalada y el postre. Y como si estuvieran conectados, JaeJoong y YunHo miraron al pelinaranja, ambos recordando la misma cosa.

“Abre la boquita Yun-ah!”

YunHo desvió la mirada; sentía como si cualquier recuerdo del día anterior con JaeJoong fuera doloroso, todo le recordaba al incidente en que había perdido lo único que le había dado JaeJoong en toda su vida; sentía que haber perdido ese número de teléfono había sido como perder al propio JaeJoong…

Mientras, JaeJoong frunció el ceño y siguió comiendo. Maldito nerd, qué se creía ignorándolo… Se supone que todos lo amaban e idolatraban; a pesar de que no quería ver al nerd, esperaba que al menos le diera alguna explicación de por qué no había llamado. Algo, lo que sea, para poder volver a sentirse… volver a sentirse él mismo y dejar de preocuparse de estupideces.

“Ok, voy a comerme el postre…” dijo YunHo, apartando la ensalada de su lado y tratando de sonreír a su amigo.

“Así me gusta, mi YunYun” el pelinaranja terminó de comer su almuerzo, y se quedó callado un momento, intentando no escuchar los murmullos de los dos desagradables en la mesa. “Hoy sí vienes a mi casa?” le preguntó al de gafas, poniendo su carita de súplica.

“Por qué?”

“Yunnie! TOT! Hace como una semana completita que no vas a mi casa… Ya no soy tu amigo? T^T” entonces HeeChul [aka Rey del Drama, después de JaeJoong], usó las mas variadas técnicas para convencer a su amigo, llegando al punto de hasta dejar que una solitaria lagrima rodara por su mejilla. Todo para conseguir su objetivo.

“Ok…”

“Tengo miles de cosas que hacer contigo” empezó a contar el pelinaranja, cortando un pedazo de pollo ofreciéndoselo a su mejor amigo sin mucho interés “Muchas, muchas... ¿te quedas a dormir en casa, verdad? Así le digo a nani que haga la cama gemela en mi cuarto” pensó un momento “¿O quieres dormir conmigo?”

“No vamos a dormir, HeeChul” comentó como si nada, YunHo que saboreaba el postre de chocolate lentamente, pues sería lo único que comería lo que quedaba de día, hasta que su madre volviera luego del trabajo a dejarle las compras en casa.

En cuanto las palabras salieron de la boca del nerd, JaeJoong sintió que hervía por sólo tener conocimiento de los planes que a YunHo se le pasaban por la mente. ¿No dormir? Quizás que tipo de cosas haría con el pelinaranja que parecía feliz ante la propuesta que oyó y no se negó en ningún momento a lo desconocido.

“Es verdad YunYun” le dio la razón pasándose la servilleta roja por los labios al terminar su merienda “Nunca dormimos cuando pasas la noche conmigo”

Suficiente, pensó el popular rubio levantándose de pronto, botando su silla de paso al empujarla con la parte trasera de sus largas y tonificadas piernas. Ahí estaba su respuesta... ¿Por qué YunHo no lo había llamado? Porque, aprovechando el viaje, se anduvo revolcando con Kim HeeChul en quién-sabe-qué-lugar. Debió suponerlo, no podía hacer oídos sordos a ese rumor que se expandió como pólvora el día de ayer, cuando habían andado de la mano en el aula.

“¡Mira JunSu! Ahí va SiWon” señaló, con su índice juguetonamente, el de sombrero.

El millonario giró en mitad de su recorrido hacia la dependienta del casino y sonriendo lo más sensual que podía se dejó caer en la peculiar mesa del rincón del lugar. JaeJoong arqueó una ceja cuando lo vio parado frente a él y se medio atoró con un pedazo de tomate que se negaba a seguir el curso natural hacia su estómago.

“Precioso... ¡Te anduve buscando todo el día!”

“¿Ah sí?” JaeJoong le sonrió tímidamente, ocultando su sonrisa tras sus largos dedos “¿Buscaste bien SiWonnie?”

“Cuando se trata de ti, lo hago todo bien Boo”

El rubio sonrió coquetamente y se acercó más a SiWon, quien tenía de nuevo esa mirada depredadora. “Vamos?” no especificó el ‘donde’, pero al más alto no le importaba. En tanto tuviera a su rubia tentación cerca y a disposición, podían ir donde sea.

YunHo los observó irse conversando animadamente, y de pronto el postre de chocolate ya no sabía tan dulce…


♥~♥~♥~♥~♥


Los dos chicos caminaron por los pasillos por largo rato, haciendo caso omiso a las chicas que se agrupaban para verlos, o a los profesores que ya entraban a las salas con sus libros en mano.

“No deberíamos entrar a clases?” sugirió el rubio, aunque no muy convencido de querer entrar.

“No. Mejor ven, vamos a un lugar divertido…”

La sonrisa traviesa de SiWon pasó desapercibida para Jae, y sólo lo dejó que lo tomara de la mano y lo llevara hasta el final del pasillo. Luego subieron la escaleras y llegaron al piso en donde quedaba su sala “Vamos a clase?” preguntó el rubio frunciendo levemente el ceño.

“No, precioso. Vamos a hacer algo divertido…”

Caminando lo más rápido posible pasaron su sala, y siguieron hasta que llegaron al baño de hombres. Jae miró su alrededor extrañado; qué había de divertido en un baño?

SiWon pareció captar la mirada del otro, y se cercó a los lavamanos, abriendo una llave como si fuera a lavarse las manos. Pero sin hacer eso, y solo dejándola abierta.

“Qué haces?” una pequeña sonrisa y una mirada de curiosidad se habían implantado en el rostro de JaeJoong, y SiWon sonrió complacido al ver que el rubio empezaba a entender la diversión en el asunto.

“Le causo problemas al conserje”

Pronto JaeJoong se unió, abriendo hasta el fondo las llaves y dejando el agua correr. Minutos después el piso ya empezaba a inundarse, y los dos chicos salieron corriendo, con las ropas un poco mojadas, hacia el otro baño más cercano.

Jadeando por la carrera, JaeJoong y SiWon llegaron al otro baño, unas salas más allá, y cuando los dos hubieron entrado, el más alto cerró la puerta, por supuesto sin asegurarla, y se acercó a Jae con esa mirada de absoluto deseo. A través de la camisa mojada podía ver como la pálida piel del rubio se traslucía, provocándolo. Cuando ya estuvo cerca de su cuerpo, rodeó su cintura con sus brazos, no dándole ni siquiera tiempo al rubio de separarse o reaccionar.


♥~♥~♥~♥~♥



Mientras tanto YunHo copiaba unos ejercicios de matemáticas en su cuaderno, mirando el puesto vacío de JaeJoong de vez en cuando.

Desde que se había ido con SiWon, su pecho se apretó y ya no pudo ni hablar ni sonreír más con sus compañeros, como lo había hecho un poco antes de que llegaran los populares a invadir su tranquila mesa.

Luego que su hermoso rubio los dejara, Park YooChun no había encontrado nada mejor que hacer en su aburrimiento, que burlarse lo que quedaba de almuerzo de la nula atención que le había puesto el millonario a cierto pelirrojo que revolvía su comida sin muchas ganas. HeeChul había intentado defenderlo, pero el de los sombreros nada más lo calló con un mordaz comentario sobre la empresa de su padre y la inversión del propio en ella.

“¡YunHo!” el pelinaranja, aún algo sulfurado, marcaba con fuerza los números en su calculadora, haciendo al nerd preguntarse si con sus largos dedos podría romper alguna de las teclas “Debes poner atención a la pizarra, no a un puesto vacío junto al player de Evergreen”

YooChun dio un gruñido al oír el fin del osado comentario, mientras escribía desinteresado las fórmulas en su cuaderno con pocas hojas y, de tanto en tanto, unas palabras que rimaban, adornando la esquina de ellas. Se preguntó una y mil veces dónde estaría JaeJoong, cómo estaría y si volvería sano y salvo a su lado.

Colocó un audífono en su oído y encendió su iPod en alguna canción cualquiera que lo sacara de su ensimismamiento, previniéndolo de caer dormido sobre su puesto de madera y metal.

La idea de su amigo solo le ponía de nervios, pero si el había decidido irse, por algo sería. Era su amigo, no su niñera; además, si SiWon le hacía algo, como que se llamaba Park YooChun, lo desfiguraba a golpes.


♥~♥~♥~♥~♥



En el baño, JaeJoong miró su sonrojado reflejo en el espejo del lado izquierdo cuando ladeó el rostro rápidamente en el momento que el millonario se acercó a su rostro con intenciones que su mente se negaba a entender.

“Estoy incómodo” dijo de pronto colocando sus largas manos sobre el pecho de SiWon, empujándolo sin mucha fuerza “¿Podrías dejarme ir?” buscó su mirada, obteniendo como resultado un enorme sonrojo en las mejillas que se expandió a sus orejas y cuello.

“¿Por qué haría eso, precioso?” su mano derecha acarició suavemente la curva lumbar-coccígea de la espalda baja de JaeJoong, entreteniéndose con la suavidad de la tela entre sus manos, preguntándose que tanto más suave sería la propia piel del rubio, ahora bastante nervioso.

“P-porque no... no me g-gusta que me to-toquen” se odió por el balbuceo de su voz y también por ser débil y no poder rechazar los avances del sonrisas que, sin esfuerzo, lo tenía acorralado contra una de las paredes.

“¿No?” él sonrió ladinamente, haciendo aparecer en sus facciones, unas muecas sombrías y lujuriosas que lograron que el corazón de Jae saltara y se hundiera con fuerza en su estómago “Pues te aseguro que conmigo te encantará” logró tomar su mejilla en un beso, mientras empujaba al rubio hacia el sector de los cubículos; JaeJoong negándose, pero ni voz tenía para gritar.

Pronto SiWon tenía sus manos recorriendo su piel ardientemente, y sus labios besando con pasión el pálido cuello que tenía en frente. JaeJoong se sentía sofocado; sus mejillas estaban tan sonrojadas que ardían, y a pesar que las caricias del más alto no se sentían tan mal, no quería seguir. Odiaba que lo obligaran a hacer cosas, y ésta era una de esas ocasiones.

De nuevo intentó separarlo de su cuerpo, pero SiWon no se dejaba vencer, y siguió con su trabajo, dejando un rastro húmedo cuando su lengua lamió el cuello del rubio, hasta llegar al lóbulo de su oído.

Todo el cuerpo de Jae fue recorrido por un escalofrío, y exhaló aire fuerte en el mismo momento en que la mano traviesa del otro chico popular se posó en su estómago bajo la camisa. No podía pensar, no podía gritar y no podía apartarlo de su cuerpo. Por primera vez en la vida se sentía completamente controlado por otra persona…

“Y…? Te está gustando más ahora?” preguntó SiWon cerca de su oído, bajando un poco más su mano por el liso abdomen del más bajo.

“Ahh…” fue un leve jadeo, pero para SiWon fue suficiente. Con maestría desabotonó el pantalón del rubio y posó su mano en la entrepierna de éste.


♥~♥~♥~♥~♥



“Yunnie ah…” intentó llamar de nuevo el pelinaranja, sin recibir repuesta. Además, la maldita tinta de su lápiz no quería salir, por más que lo agitaba. Y eso que lo había comprado ayer! “YunHo… me escuchas?” agitando aún su lápiz con fuerza se volteó a ver a su amigo, quien lucía con expresión de querer suicidarse. “YunHo, alegrate~ una sonrisita para tu Rella~”

Pero justo en ese momento, cuando agitó el lápiz una última vez, un chorro de tinta se desparramó, cayendo justo sobre la camisa de su mejor amigo y manchándola toda.

YunHo saltó en su asiento al sentir el líquido frío, y se levantó no sabiendo qué hacer. Por suerte el profesor lo había visto, y lo mandó de inmediato a lavarse al baño; así salio de la sala, escuchando a lo lejos como Chul aún se disculpaba.

Caminó hasta el baño más cercano, y al entrar sus pies tocaron el agua que estaba desparramada por todo el piso. Quien habría hecho esto? Si lo encontraban ahí seguramente pensarían que fue él, así que decidió mejor limpiarse en el otro baño, que no quedaba muy lejos.

La tinta se había esparcido más por su pecho, y le daba una sensación un poco asquerosa. Con paso más rápido se dirigió al otro baño, y abrió la puerta, entrando sin problemas. El baño al parecer estaba desierto, así que sólo se acercó al lavamanos para limpiarse. Al verse ya solo se quitó la camisa, que estaba un poco pegada a su pecho, y así comenzó a tratar de quitar la mancha de tinta morada, cuando escuchó otras voces provenientes del cubículo más lejano a los lavamanos. No quería entrometerse, pero no pudo tampoco evitar escuchar. Y lo que oyó lo dejó un momento paralizado.

La grave voz de SiWon y… Joongie.

“¡Ahhhh~~!” los gemidos a medio callar de su rubia fantasía lo descolocaron, dejándolo sin habla ni respiración, mientras miraba, casi como si pudiera atravesarla, la puerta que cubría a ese par que se divertía en horas de clases.

Sintiendo todo su cuerpo tieso, YunHo volvió la vista al espejo frente al lavamanos que empapaba su camisa, viendo como el agua se llevaba la morada tinta, casi como los quejidos de placer rompían su corazón.

Se negó a llorar, a hablar, a gritar u otra cosa que lo descubriera como testigo de ese acto en el que, al parecer, SiWon era un maestro. Apretando con fuerza los nudillos contra las baldosas, apretó los ojos con fuerza, sintiendo que casi podría romper lo que tenía entre sus manos debido a la rabia y furia que recorría su ser.

¡Oh, por todos los Cielos! ¡JaeJoong!

Estampó las manos contra el fluido de agua, quitándose de un manotazo las gafas, que salieron volando hasta chocar con la puerta del baño que se encontraba entreabierta. Mojó su rostro con abundante agua y apretó diente contra diente, mordiéndose la lengua entre ellos para controlarse.

“¡OhhhH! Ahh... SiWonnie... yo n-no pued-do...”

“Claro que puedes precioso” las palabras graves del millonario resonando por el vació baño, sólo oídas por un YunHo que casi y pretendía ahogarse bajo el chorro de agua helada que salía con fuerza, explotando contra su helado rostro y mojado pecho tostado.

“P-pero...”

“Déjalo ir, amor” susurró, mordiendo con hambre el lóbulo derecho de JaeJoong, divirtiéndose con los piercing que encontró allí, dejando un sabor metálico en su boca que no se quitaría en un buen rato “Vamos... Yo sé que quieres” lo tenía sujeto de la cintura, mientras su otra mano se encontraba presa entre sus pantalones moviéndose como loca para darle el mayor de los placeres al rubio, que con ojos cerrados y piel sudorosa, le daba el mejor espectáculo que en su vida había tenido.

“Mmmmm n-no” intentó negarse Jae, abriendo mínimamente un ojo, sólo para encontrarse viendo el rostro sonriente y cargado de deseo de SiWon, deseo que él provocaba “D-dej...” pero un apretón doloroso en mitad de su excitación lo obligó a cerrar su bellas orbes y sostenerse con todo a uno de los hombros del más alto para no doblegarse ante las sensaciones que recorrían su cuerpo como miles de descargas eléctricas.

Era obvio que más de una vez se había tocado a sí mismo, pero nunca, ni menos se le había pasado por la cabeza, dejar que otro hombre hiciera ese trabajo por él. Se sentía tan extraño, quizás porque nunca estuvo en sus planes llegar a estos extremos con SiWon ni con otra persona, pues hasta el momento nadie le llamaba la atención lo suficiente, como para comenzar una relación que le permitiera tales toques íntimos, que sólo los novios podrían darse.

Pero aquí estaba Choi SiWon, su mano caliente apresando su despierta virilidad, susurrando porquerías en su oído y entreteniéndose con su cuerpo como si fueran amantes por más de un año. Esto NO estaba bien. Chun lo iba a matar.

“No qu-quiero” masculló rodeando con su pálida mano, la muñeca activa de su compañero “Detente” dijo en voz baja, controlando en parte su excitación, pero en cuanto SiWon mordió la sensibilidad de su cuello y su mano cosquilleó lo que tomaba, su poco auto-control se fue como agua por la alcantarilla. Demasiado parecida al agua que caía por el lavamanos que no mojaba el pecho de YunHo.

Oyendo en parte los gemidos y jadeos afanosos de su BooJae y Sonrisas, el nerd se acercó lentamente a la puerta que al abrirse sería su perdición, no sin antes recoger del suelo sus anteojos. Sabía de antemano que lo que haría destruiría la nula esperanza que tenía con el popular rubio, pero por lo menos, se daría el gusto de interrumpir el placer del KingKa.

Tiritando, más por la visión que encontraría, que por lo mojado de su cuerpo, incluido parte de sus pantalones, se detuvo estoico frente a la puerta, algo manchada, del cubículo.

JaeJoong, pensó antes de llevar sus temblorosos dedos hacía la esquina de ella y empujarla suavemente. Lo primero que vieron sus ojos, fue la frondosa y húmeda cabellera rubia-dorada con la que soñaba día y noche.

Apretando los puños, vio como el KingKa tenía a su BooJae contra la pared del cubículo, y su cuerpo pegado al del más bajo. Después de eso no supo si lo que le paralizó más fue la mano de SiWon dentro de los pantalones medio mojados de JaeJoong, o la expresión de placer que éste tenia plasmada en el rostro.

Cuando la puerta se abrió, al principio ninguno de los dos chicos dentro del cubículo lo notaron. Luego, cuando una ráfaga de aire le chocó en el rostro, JaeJoong abrió lentamente un ojo para echar un vistazo, y pensó que estaba alucinando, porque ahí, parado frente a ellos y con una expresión de suma contradicción, estaba el nerd sin camisa y mojado. Parpadeó un par de veces para asegurarse que no era una ilusión de su mente, pero una voz le hizo comprender que era real.

“JaeJoong,,,”

De inmediato la mano que estaba rodeando la muñeca de SiWon forcejeó hasta que logró que se detuviera, y el KingKa miró a quien los había interrumpido.

YunHo estaba parado ahí sin saber qué hacer o qué decir. Ni siquiera sabía de donde había sacado el valor de abrir esa endemoniada puerta… qué derecho tenía él de reclamarles nada? Qué derecho tenía de reprocharles?

Sin embargo ahí estaba, siendo observado por un visiblemente molesto Choi SiWon y un sonrojado JaeJoong. Y lo único que podía hacer era observar. Ni siquiera reaccionar.

Todas las cosas que llegaron a la mente de JaeJoong en ese momento fueron demasiado, demasiadas para procesarlas todas. Sentía vergüenza, al mismo tiempo sentía que estaba dándole una lección a ese nerd, sin saber por qué, sentía que así estaba demostrando que no le importaba ese nerd en absoluto.

“Te importa?” preguntó con irritación en la voz SiWon, enarcando una ceja mientras aún se mantenía cerca del rubio.

Quería responder algo a eso, lo que sea, pero no pudo articular palabra, y tampoco podía seguir mirando. Entonces se dio media vuelta y salió del baño, alejándose de ellos, alejándose de todo, sin importarle su camisa mojada en el lavamanos, o su pecho mojado y desnudo, o esas lágrimas, mezcla de tristeza e impotencia, que pugnaban por escapar de sus ojos.

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