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Rosa de invierno. Cap. 20

Se dice que cuando una relación se basa en la solidez y no solo en el sexo se convierte en una pareja estable donde las dos personas que forman la pareja pueden mantener una vida juntos como si fuera un matrimonio.

Y en realidad así lo era, pero un matrimonio que habían estado juntos 30 años. Así era nuestra relación ahora.

Como el detonante de aquella monotonía aún más acusada, nuestra primera relación sexual había sido un auténtico desastre.

Estábamos juntos y no queríamos mucho, nos teníamos aprecio, pero la pasión se apagó, la única que siempre estuviera encendida, la de mi parte.


No sabía si la noche de nuestro 100 día juntos había sido especial porque así fuera o por que mi mente lo quería creer de esa manera. Ya que las escenas de su rostro, como queriendo no ver lo que estábamos haciendo fuera como un trauma para él a mis ojos.

Me debatía llegando a tener dolores de cabeza si era así la relación real que teníamos o si era simplemente que tenía demasiado tiempo para comerme la cabeza ya que no volviéramos a tener un momento tan íntimo como el anterior en dos meses.

Mi mente no paraba de preguntarse que era lo que fallaba, que era lo que hacía que nuestra relación no funcionase.

Y lo peor de todo es que lo único que lograba hacer al final era comparar todo lo que hacía, sus gestos, sus expresiones, su tono de voz al decirme las cosas y su postura fría con Junsu.

Esa noche al contrario de lo que en un principio quería se había vuelto la escusa para no dejar de pensar en él.

Anhelaba tanto aquella primera vez con Junsu que fuera tan sumamente maravillosa y llena de sentimientos, aunque fuese bestia y me hubiese forzado a hacerlo, con la primera vez con Changmin que mi mente solo se negaba a ver lo visible.

Nuestra relación no funcionaba.

No había química, no había esa chispa, no veía colores y ni siquiera brillos o destellos de sabores. Era mate, sombría e insípida.

Monótono...

Nuestra vida juntos como pareja se había vuelto algo normal para un matrimonio rancio.

Y estaba desesperado. No quería creer que en menos de 6 meses había solo sentido el perder el tiempo con alguien. Me negaba el pensar que sólo fuera palabrería, que todo lo que una vez tenía matices de colores vivos se volviera pálido, ni siquiera pastel.

Mi mente solo maquinaba como conseguir que su atención se tornase en solo yo y yo, dejando su trabajo a un lado, "forzándolo" a hacerlo e incluso incitándolo.

Todas esas mismas maquinaciones que una vez había hecho con Muerte.

Me recordaba tanto esa época, que solo sabía percibir un sabor. El sabor de la amargura...


Me negaba, estaba harto de siempre dar con la pared. Changmin no reaccionaba y parecía reacio a hacerlo. Me estaba cansando de quererlo animar y que esa relación recuperase parte de la chispa inicial que hacía verse todo de una manera más viva y colorida.


Pasadas semanas después de los 5 meses de noviazgo tuve mi primera tentación.


Como acostumbrábamos últimamente, me quedaba a dormir a su piso los fines de semana, solamente para pasar más tiempo juntos y poder afianzar la relación. Era algo que ambos teníamos que insistir.

Y fue aquella noche de sábado mientras dormíamos en nuestra cama, un recuerdo de Junsu vino a mi mente.

Aquella noche de sexo desenfrenado de tantas noches en el yate cuando me empotrara contra la mesa de la cocina y allí mismo me lo hiciera.

Sus gemidos volvían a mi cabeza, resonando y calentándome por dentro, me estremecía en la cama sudando del calor que el cuerpo de Changmin me daba y el que yo mismo tenía de recordar aquello.

Me puse duro de solo recordarlo y fue en ese mismo instante cuando le fui infiel a Changmin.

Mi mano se deslizó por dentro de mi calzoncillo agarrándome y deslizando mis manos como caricias por todo el largo.

Jamás aquel recuerdo se sintiera tan vivo en mis pensamientos. Era tan colorido que por un instante quise pensar que el cuerpo de la persona echada a mi lado no era otro que el de Junsu después de follar como locos toda la noche.


Cerré mis ojos fuertemente y me solté. Negué en mis pensamientos que alguna vez había tenido tentación tal y procuré echarme a dormir.


Tenía que reanimar el amor de Changmin de alguna manera, ya que si rellenaba ese hueco que le faltaba, si lo animaba, podría rellenar el mío propio con un empujoncito.

Volvería a intentar reanudar la relación de cero, como si la monotonía que hasta mis huesos notaban desapareciera dando paso a la ilusión de un nuevo amor.


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Habían pasado dos semanas desde que comenzáramos a replantearnos el hacer borrón y cuenta nueva de nuevo en nuestra relación. Habíamos intentado el reavivarlo y que volviese a recuperar la chispa inicial cuando le conté mis preocupaciones al haberlo hecho por primera vez.

Changmin se disculpara conmigo por lo desastroso de aquella noche y me prometió volverlo hacer en nuestra cita número 200, como era lo típico celebrarlo después de la número 100.

A unos días de ese día nos encontrábamos descansando en su cama y dándonos besos sin parar.

Había sido la mejor decisión que ambos tuviéramos. Ya no era todo tan sombrío y amargo como lo veía tiempo atrás.

Él se esforzaba en conseguir que se encendiese la chispa de la pasión siendo cariñoso como había sido desde el inicio y yo realmente le agradecía que ese Changmin volviese.

No sólo porque necesitaba saber que él quería darme cariño, sino para evitar pensar en un intruso que aun encima de no haberse despegado de las paredes de mi cráneo estuviera poco a poco ocupando de nuevo un hueco dentro de mi corazón.

Era extraño todo aquello, pero era incapaz de poderlo olvidar. Algo sin saber porqué quería que lo tuviese en mente todavía y aunque me esforzase en mantener una relación viva con Changmin no podía evitar pensar en Junsu cuando alguna vez me besaba.

Aquel roce nocturno me había devuelto parte de las sensaciones que quería olvidar, y no se iban por mucho que mintiese a mi cerebro y lo intentase borrar.

Era como un parásito.

- Dime... ¿que piensas?

Me había pillado....

Me sonrió y me volvió a besar metiendo mi mano por mi camiseta.

Si ese día no hubiese estado tan afectado por que estaba pensando en Junsu a la vez que me besaba habríamos tenido una relación sexual... Pero como estaba demasiado colorado solo supo reírse y mirarme fijamente al pelo.

- ¿Tienes una cana o es un reflejo?...

Eso me llamó la atención y quise pasar de él, tampoco es que me importase tener una...

- Espera... no es una - llevó su mano a mi pelo y revolvió- aquí hay otra... y aquí otra... vaya... tienes unas cuantas... y aun encima visibles...

Su expresión como diciendo "estás ya mayor" me atravesó el cuerpo dejándome un hueco vacío.

Entonces apresurado y asustado me levanté sacándolo de encima y corriendo al espejo del cuarto de baño me miré el pelo y fue ahí cuando vi mechones de pelo blanco asomándose y siendo totalmente visibles en mi precioso y adorado pelo negro.

- ¿¡COMO PUEDE SER POSIBLE!?

Revolvía mi cuero cabelludo en busca de señales de madurez. Me había dado tal ansiedad que a cada cana que encontraba pegaba un grito de rabia.

Me peinaba con mis dedos, pero esconder aquellas canas era imposible. Ese inicio de la decadencia de mi juventud estaba llamando a mi puerta y me negaba a abrírsela.

No quería envejecer tan pronto y menos tener que pensar en teñirme por lo que como loco pillé una pinza de depilar y me arranqué las canas que se veían más visibles.

- Con eso sólo lograrás que te salgan más...

Giré mi cabeza mientras estaba enfaenado con mi pelo y lo miré mal pasando de lo que me decía. Volví a lo mío y sentí como los pasos de Changmin se acercaban más y más a mí.

- Si no quieres que se vean tíñetelo... pero es una tontería hacerlo ya que es ley de vida... y es buena señal... así no se te caerá el pelo...

Me intentaba convencer de que no las arrancase pero yo seguía a lo mío.

Se me puso al lado del lavabo apoyándose de espaldas mirándome fijamente como me arrancaba las canas y podía sentir como se reía al verme de esa manera.

- Que pasa... tu eres joven no te salen aún... yo no quiero que se me vean punto y me niego a teñirme...

Algo de lo que dije le hizo tanta gracia que se echó a reír como un condenado.

¿Que tenía de gracioso hacerse abuelo?...

Lo miraba con mala cara y luego de dejar la pinza y revolverme el pelo para que el resto no se viese limpié los pelos arrancados del lavabo y lo empujé para que me dejase tirarlos en la papelera, haciendo que casi se tropezase con la alfombrilla del baño.

- Sigo diciendo que no deberías hacerlo... te ves bien igual... te da un toque maduro y sensual... por qué te crees que estoy con un Hyung... me gustan los maduritos...

Lo fulminé con esa mirada mientras veía como se cachondeaba de mí y lo empujé haciendo que cayese de culo en el váter echándole una mala mirada y yéndome a cocinar.

La cocina fuera lo único que me había estado relajando en nuestra relación, y como todo lo que hacía todo se lo comía como si no hubiera mañana, había aprendido un montón de nuevas recetas que cada vez sabían mejor.


--------


Habían pasado las horas en ese sábado y yo había hecho unos cuantos pastelitos y tartaletas saladas para la cena. Le había pillado el gusto a cocinar.

Diría que demasiado.

Mientras estaba mirando en mi portátil nuevas recetas que hacerle a Changmin apareció una de Lasaña, parecida a la receta de mi madre.

No sabía porqué pero recordé aquella noche cuando por primea vez besara a Muerte, también conocido como Junsu.

Como me engañara deliberadamente montando aquellas escenas fatales de persecución. Lo había preparado tan bien que parecía como si en ese mismo instante hubiera vivido una película.

Se había tomado tantas molestias por mí todo ese tiempo...

No pude evitar sonreír con una pizca de tristeza.

"Me he enamorado de ti Jaejoong"....

Mis ojos se volvieron acuosos cuando recordé aquella noche que me dejara y estuviera todas mis vacaciones encerrado en mi piso llorando su pérdida...

"Tengo muchas cosas que explicarte todavía..."

¿Porqué ahora esos recuerdos?... ¿Porqué ahora ese dolor en mi pecho?...

Mi mentón temblaba al ver como una inminente ola de recuerdos inundaran mi mente, y eses sentimientos tan extremos que solo sintiera con él volvían...

No entendía porqué, pero lo echaba muchísimo de menos...



De pronto una mano en mi hombro me sacó de aquel trance dándome un susto y haciendo que saltara en mi asiento, logrando que las lágrimas de pesar que mis ojos aguantaban, resbalasen de una vez por mis mejillas dejando un surco brillante en mi cara.

- Eh...- dijo al ver como mi rostro desfigurado por la tristeza lo miraba con ojos llorosos- ¿Que pasó?...

Se agachó poniéndose a mi lado y me miró fijamente a los ojos buscando respuestas.

- No es nada es solo... la lasaña...

Me miró como no entendiendo nada levantando las dos cejas y apretando los labios.

- ¿Una lasaña te hace llorar?...

Me miró con aquellos ojos tan expresivos y sentí la sensación de explicarle la verdad, pero mi boca me traicionó...

- Mi madre... hacía una lasaña igual...

Vi como su expresión de burla había cambiado a una más seria y se acercó a mí abrazándome.

- Entonces llora cuanto quieras...

Me apretó entre sus brazos y yo incrédulo al darme cuenta que le había mentido deliberadamente sentí culpabilidad y como me dijera mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no por mi madre, sino de decepción de todo, y un 90% de ella solamente referente a Junsu...

"Junsu... Junsu... Junsu..."

Era lo único que mi mente en ese momento podía pensar.

Me aferré fuertemente a él, pero no era a quien quería, no lo quería a él, yo quería otros brazos, otro cuerpo, otro olor... otro que no fuera Changmin... y me dolía ya que era 100% consciente de que a quien yo quería, no...A quien yo amaba, estaba lejos de mí y sería incapaz de verlo...

Echaba de menos sus besos, sus caricias, incluso sus arranques de fuerza. Esas miradas juguetonas y tiernas a la vez que salvajes y provocadoras. Una persona que solo despertaba en mí tanta pasión y cordura al mismo tiempo.

Esa persona que había significado tanto para mí durante tantos años. La misma persona por la que me encontraba llorando, engañando al que se suponía ser mi pareja, mintiéndole y ocultando mis verdaderos sentimientos.

Él y sólo él, mi rosa escarchada, mi albino endemoniado, mi único y verdadero amor que ahora que lo había perdido me daba cuenta que lo amaba de verdad...

Ahora que no había vuelta atrás...

Ahora que todo estaba perdido y jamás lo volvería a ver...


Ahora comprendía que era amar.


------------



La noche fuera prácticamente parecida al resto del día anterior. Mis ojos acuosos y soltando lágrimas por cada pensamiento y recuerdo que me hacían solo centrarme en él me habían cansado tanto y de tal manera que tan pronto pillé la cama me quedé dormido al instante.

Y fuera por la mañana con la tranquilidad de un domingo que Changmin me despertó de la manera más tierna que había hecho jamás.

Dulces besos por mi cara, tan suaves y agradables me habían despertado aquella mañana. Entre sus brazos y sintiendo su peso encima de mí me besaba con tranquilidad y con dulzura mientras yo abría los ojos lentamente.

Me miró sonriendo y antes de que dijera palabra me besó los labios de tal manera que en vez de sentir el amor que me daba sentí lo desgraciado que me sentía al ver como le mentía con mis palabras y gestos.

Iba a ser demasiado duro ahora que afrontaba que nuestra relación no iba a ningún sitio.

- Mi bello durmiente se ha despertado por fin...- me sonrió- buenos días...

Sonreí como pude e intenté parecer calmado mientras me acariciaba el rostro y me seguía besando con esa ternura.

Me sentía tan culpable por mentirle así y de esa manera fingiendo que estaba deprimido por los recuerdos de mis padres fallecidos hace años que solo pude sentirme más miserable.

¿Pero como romper la relación?... ¿Como decirle que no lo quería a él?... y sobretodo...

¿Cómo volver a dar con Junsu de nuevo y pedirle perdón por mi falta de madurez?

Quería estar sólo con él y me sentía tan sumamente egoísta que no dejaba de culparme mentalmente al ver como Changmin intentaba que nuestra relación fuera a algún lado.


Llegaba a tal punto que incluso me acompañó a teñirme el pelo al día siguiente. Su amabilidad para conmigo ya no encontraba límites en eses momentos.

Me encontraba ya en la silla después de haberme teñido el pelo y veía por el espejo como Changmin miraba una revista de peinados. ¿Acaso él también quería arreglarse el cabello?

Media hora pasó desde que me habían puesto el tinte. Pero estaba intranquilo, tenía miedo que aquello hubiese salido al revés. No me fiaba de aquella peluquera, tenía la impresión de que el resultado no sería el que yo esperaba...


Y como si me lo hubiese olido, en el momento en que la toalla se desenredó de mi cabeza vi aquellos pelos rubios platinos, tan blancos que el cambio de mi pelo anterior con este era como un reclamo estilo "mírame, mírame estoy aquí".

Me asusté y horroricé al ver aquel desastre que tenía por pelo oxigenado.

Reclamé a la peluquera que solo se limitó a pedirme disculpas y a pedirme que por favor no la pusiera en evidencia ya que era su primer tinte y se había equivocado.

Quise cambiármelo al instante, pero se negaron a hacerlo ya que si no el pelo sufriría las consecuencias de la química que llevaba.


Era el colmo que me faltaba, ese pelo claro solo hacía sentirme aún peor. ¿Tan irónica podía ser la vida en ese momento?

No solo estaba destrozado por saber que a quien amaba de verdad lo perdiera completamente, sino que engañaba a mi pareja y aun encima tenía el pelo rubio platino, como cierto albino.

Alguien sinceramente me había echado el mal de ojo...


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Habían pasado los días y ya nos encontrábamos celebrando nuestra cita número 200.

Aunque esta vez no hubo tanta ostentación como el primer día, Changmin hizo todo lo posible para que aquella noche fuese especial.

Ya que había estado decaído por lo sucedido con mi pelo y resto me preparó la cena. Ni siquiera quiso decirme que era y cuando llegué de mi trabajo a su piso para pasar la velada juntos me quedé petrificado al ver como se encontraba la casa.

Había llenado de velas la estancia y la cena la tomaríamos en la mesa del salón. Había decorado todo tan minuciosamente en toda la casa que me había maravillado con solo entrar.

Escuchaba los cacharros de la cocina y sigilosamente me asomé para ver como lo estaba preparando todo.

Me quedé en el sitio con la boca abierta. No solo estaba preparando los platos para cenar, sino que solamente llevaba un delantal....

Ese cuerpazo desnudo me dejó la boca completamente abierta.

Y recordé que esa noche como me había prometido sería nuestra segunda vez.

A veces odiaba que fuese tan programado, en el sentido de que ese día, a esa hora y no antes...

Pero que le iba a hacer, Changmin era así...


Me volví a la entrada e hice ruido dejando las cosas en el sitio y sorprendiéndome de la decoración.

Al instante Changmin me saludó desde la cocina y me dijo que esperase en el sofá que me llevaba una copichuela.

Me sonreí y me fui a sentar mientras veía toda la decoración del salón, realmente se había esmerado... ¿de donde sacara el tiempo?


Crucé mi pierna y me saqué mis gafas dejándolas en la mesa mientras me rascaba los ojos. Estaba híper cansado...

Entonces sentí como un sonido de copas se escuchaba al posarse sobre la mesa y miré. Allí estaba Changmin con su delantal con estampado como si fuera un traje de mayordomo y llevaba en su cuello un cuello de camisa con pajarita y el pelo recogido en una coletilla.

Abrí mis ojos al ver como aquello le sentaba tan bien, estaba para comérselo y rechupetearlo.


Se sentó conmigo para tomar la copa y vi como me miraba con otros ojos diferentes a los de siempre.

Me preguntó por el día en mi trabajo y no dio tiempo a mucho más ya que un pitido se escuchó y se levantó para decirme que me fuese sentando a la mesa.

Así lo hice y en poco tiempo vino con la comida. Lasaña.

Cuando lo miré me quedé extrañado.


- Sé que a veces es doloroso... pero quiero que nuestra relación tenga un nuevo inicio y que sea la lasaña representante del cambio de dejar todo en el pasado y seguir hacia el futuro... ¿Quieres seguir conmigo otras 100 citas más, y para siempre?

No sabía que contestarle, por el calentón le diría que sí. Pero la respuesta era y sería no durante un tiempo.

Pero como mi boca solo sabía traicionarme, acepté su petición y se acercó a mí dándome un beso en los labios.

Me sentía culpable, realmente se había esmerado, pero a menos que cambiase... seguiría viéndolo tan insulso y soso como siempre.


Me sirvió el plato y yo empecé a comer mientras Changmin intentaba hacerse el interesante y sexy echándome miraditas e intentando caldear el ambiente.

Pero lo hacía de manera tan... poco natural... que parecía ensayado.

Terminamos de comer y me esperé por el postre pero no se movía del asiento y lo miré extrañado preguntándole con la mirada si ya era eso todo, si no había más.

Me indicó que lo siguiera ya que el postre y un regalo especial me esperaban en el cuarto a lo que accedí y fui con él.

En efecto había una caja envuelta con un regalo y me dijo que la abriera el regalo y para mi sorpresa no era otra cosa que nata montada en tubo.

Pillé la indirecta directa y mirándolo vi como se quedó completamente desnudo mientras lo miraba fijamente y sostenía el tuvo de nata con mi mano.

Me sacó el tubo cuando se acercó y lo agitó mientras se sentaba en la cama y me miraba sonriendo.

Abrió la tapa y se echó en uno de los pezones y luego en el otro. Dejó el bote al lado de la cama y me miró llamándome con un dedo.

Me acerqué tragando saliva y me dijo que estaba listo para ser devorado.

Abrió sus piernas dejándome paso entre ellas mientras me ponía de rodillas y fui acercándome poco a poco hasta su pecho para lamerle el pezón y luego el otro rechupeteándolo y limpiándolo con mi lengua mientras me echaba para atrás y veía como me sonreía.

- ¿Estaba bueno?

No sabía que contestarle, realmente me apetecía y fuera un paso más por su parte para complacerme. Debía de estar complacido, pero no lo estaba.

Asentí con mi cabeza y vi como comenzó a bombearse el mismo su propio miembro y agarrando el bote de nuevo lo agitó y se echó nata en la punta de su pene.

- Cómemela...

Su voz sonaba poco excitada y como si eso fuese una obligación. Estaba arruinando su imagen intentando ser sexy, pero no lo era, prefería al Changmin soso por lo menos no me haría sentir violento.

Para no contrariarlo accedí y fui a su miembro mientras él lo sujetaba, lo alzaba para mí, y acercándome le di una chupada. Gimió un poco exagerado para lo poco excitado que estaba y levanté la vista viendo como se mordía el labio.

No podía ser que solo por eso estuviese con esa cara... era poco creíble.

Cada vez me sentía más violento, prefería desvestirme y terminar cuando antes. Así pasaría el mal trago.

Me levanté y me desvestí mientras él sentado me miraba fijamente como me sacaba todo que quedaba como dios me trajo al mundo.

Al verme desnudo sonrió de lado y volviendo a agitar el bote se volvió a echar en la punta y la largura de su pene.

Me pedía directamente una felación. Así que accedí.

La fui introduciendo en mi boca y agitándola para que se excitase de verdad y se le pusiera dura. Se lo hice lo mejor que las ganas me hicieron querer hacérselo y volví a ver esas expresiones en una mirada furtiva. Volvía a cerrar los ojos fuertemente, parecía realmente que lo pasaba mal.

Y a mi ya se me estaban quitando las ganas de siquiera querer intentar hacerlo de nuevo.

Cuando conseguí que se pusiera erecto del todo y gimiese cuando sus labios se lo permitían, me subí encima de sus piernas y me lo metí. Me abracé a él colocando mi cabeza a un lado de la suya notando como se ponía estático, como si no fuese lo planeado.

Me moví encima de él mientras lo abrazaba e intentaba no pensar mirando el blanco de las sábanas, dejando así también mi mente, si no lo miraba podría por lo menos pensar que le estaba gustando y que eses semi-gemidos eran de puro placer.

Como la otra vez me dijo que bajara de su regazo y me pusiera a cuatro patas.

Esta vez las embestidas fueron más fuertes y el sexo fue más duradero. Mis ojos soltaban algunas lágrimas furtivas al gemir, pero no era de excitación, si no de desesperación.

Ahora sí podía sentir que no había química sexual ninguna, que ambos estábamos obligándonos por alguna razón que no conocía y que teníamos que finalizar nuestra relación cuanto antes, antes de que fuese a peor.

Se corrió al rato de darme duro y se tumbó en cama conmigo al lado. Respiró un poco hasta que se calmó y se giró sobre si mismo al ver que no me movía ni decía nada.

Mis ojos todavía llorosos estaban derramando lágrimas al sentirme tan desdichado y vacío.

Jamás incluso estando engañado por Junsu me había sentido tan basura y tan mierda.

No amaba a Changmin... y solo deseaba cortar la relación de cuajo.

Al final había caído rendido de tanto llorar en silencio.


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A la mañana siguiente el despertador sonó y ambos nos despertamos y nos preparamos para ir a nuestros respectivos trabajos.

Yo me duché mientras él estaba preparándose un desayuno para él solo ya que a mi no se me antojaba hasta que fuese para el trabajo.

Aunque en realidad prefería no tentar la suerte y tener que pasar el mal trago de él sirviéndome la comida y besándome mientras yo solo pensaría en deshacerme de él.


Cuando estuvimos listos bajamos las escaleras y cerrando la puerta de la entrada Changmin se dio la vuelta y me dio un beso en los labios. Se fue a su trabajo diciéndome adiós con la mano.

Al ver como subía al coche mi mentón comenzó a temblar y mis ojos se aguaron al sentirme tan desdichado.



Pero no supe lo desdichado que podría llegar a ser hasta ese día. Ojala me hubiese tragado la tierra y enterrado de una vez por todas ya que aquella persona en la oscuridad vestida completamente de negro había observado aquel maldito beso y me miró fijamente.

Aquellos ojos como de gato, tan brillantes en la oscuridad me acusaban con la mirada y me tachaban de culpable.

Eses ojos grises con detalles verdosos en ellos, tan reconocibles por mí a esa distancia, que solo pude sentir que por lo que más quisiera que no hubiera visto nada.

Junsu había reaparecido en escena después de meses.

Y yo sólo podía temblar de miedo y de impotencia al ver como su endemoniada y perfecta figura salía de la penumbra de la sombra del edificio acercándose a mí anunciándome con la mirada su furia y decepción por lo que acabara de ver.

Estaba realmente asustado...

1 Comentarios:

  1. Anónimo1/30/2015

    Por las bolas de cristo !!!!!0.0 junsu donde estabas
    Amo este fic me encanta me da pena minnueT.T jae no lo quiere abuuuu el no tiene la culpa

    ResponderEliminar

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