Entre hermanos - Cap. 3

Una semana había pasado desde que el compromiso había sido acordado. Jae se terminó de bañar y salió, prendió el estéreo y empezó a cambiarse su ropa estaba en la cama se quitó la toalla que cubría su cuerpo totalmente desnudo. Su puerta cerrada con llave le daba esa seguridad, ahora que le estaba prohibido encontrase con Yunho en su casa no había motivo por el cual dejarla abierta cuando él estuviera.

-eres hermoso – escucho, volteo asustado y vio a min parado en la puerta que estaba cerrada entonces vio como ponía el seguro, subió el volumen del estéreo. La mirada que le dirigía era una que había visto en los ojos de Yunho de deseo pero que jamás pensó que lo harían sentir tan ultrajado como en ese momento, intento tomar algo para cubrirse pero en un abrir y cerrar de ojos min ya lo tenía tomado de las manos mirando su cuerpo de arriba abajo y lamiéndose los labios – no sabes cuánto he soñado con tenerte así alguna vez, me estas volviendo loco, no sé si puedo esperar hasta la noche de bodas teniéndote así, te deseo tanto,

-min reacciona – dijo y su cuerpo empezó a temblar – soy Jae tu hermano.

-no eres mi hermano – lo aventó a la cama y antes de que Jae pudiera incorporarse lo tenía encima de el – me alegra no serlo porque no podría hacer esto - y empezó a besar su cuello.

-suéltame o gritare – empezó a forcejear, el min que amaba, el min que quería tener a su lado no era ese.

-grita antes de entrar a tu cuarto tus padres iban de salida y dudo mucho que los empleados vengan a tu habitación si escuchan que gritas después de que tu prometido ha entrado en tu cuarto – eso era cierto seguro pensarían que la estaba pasando genial.

-por favor min, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir – suplico, probablemente si veía el dolor reflejado en sus ojos min despertaría.

-¿arrepentirme de probar tu cuerpo? eso jamás – sonrió con esa sonrisa con la que últimamente era común ver en él.

-¡soy virgen, podrías lastimarme! – era obvio que no lo era Yunho se había encargado de eso hace mucho tiempo, pero esperaba que se contuviera por ello.

-¿crees que soy estúpido? Sé que no lo eres Jae, te has acostado muchas veces con mi hermano – Jae que en shock.

-¿qué?

-la primera vez que descubrí que sentía deseo por ti – miro su cuerpo desnudo lo que alcanzaban sus ojos y Jae cerró los ojos fuertemente, sentía la erección de su prometido crecer ¬– fue en una ocasión que vine a tu casa estaba anocheciendo en ese momento venía a declararte mi amor.

-¿qué min? Tu estas confundido – como si no hubiera escuchado lo que dijo siguió.

-escuche gemidos, entreabrí tu puerta y entonces te vi, los vi, Yunho recostado en la cama y tu sentado en su erección subiendo y bajando, tu cuerpo sudado, tu rostro sonrojado y tus gemidos de placer, me crearon una excitación que no había experimentado antes, en ese momento decidí que no quería ser un niño para ti quería ser un hombre y que a quien montaras en la intimidad fuera a mí y no a mi hermano, entonces lo odie por tenerte, te odiaba por no mirarme como yo lo hacía, te deseo Jae, te deseo tanto que si supieras hasta qué punto te asustarías.

-esto no puede ser, si sabias lo que tu hermano y yo tenemos porque…

-tenían…

-no, min

-crees que dejare que estén juntos ahora, que he llegado tan lejos, no me creas tan tonto.

Bajo sus pantalones y a la mente de Jae se vino que lo violaría, aquel pequeño que siempre había visto como su hermanito lo violaría, estiro su mano para poder tomar el celular que se encontraba en la cómoda al lado de su cama, cuando min noto esto le dio una bofetada.

-no voy a tomarte antes de la boda porque a pesar de todo quiero que sea especial – bajo sus bóxers – pero no puedo salir de tu casa con el problema que me has provocado – Jae se rindió, dejo caer sus manos a los costados, empezó a escuchar los gemidos de min, estaba masturbándose encima de él.

-min… - y como si aquello fuera lo que su cuerpo estuviera esperando escuchar, si clímax llego solo al escuchar su nombre en los labios, de la causa de su extrema locura, de su pérdida de identidad.

-ah – después de un buen trabajo manual se vino encima de Jae, beso sus labios se levantó y salió de la habitación de Jae. Tomo su celular y llamo a la persona que más necesitaba en ese momento.

-Yunho, por favor ven, te necesito.

-¿dónde estás?

-en mi casa.

-estoy cerca voy para allá.

No paso por su cabeza levantarse cubrió su cuerpo con la misma sabana que cubría la cama, estaba demasiado asqueado, cansado interiormente, en algún momento de su letargo quiso creer que todo era una pesadilla, que en cuanto viera a Yunho, todo volvería a ser como antes, donde su hermanito seguiría siento un consentido, donde pasaría noches a escondidas haciendo el amor con Yunho, incluso deseaba eso tener un amor a escondidas que lo que estaba pasando.

-mi amor estas bien – Yunho entro en ese momento por la ventana, los empleados tenían la orden especifica de prohibirle la entrada en la casa, Jae se enderezo y abrió los brazos.

-abrázame Yunho por favor – no lo pensó dos veces, lo abrazo, lo observo y se dio cuenta de estaba desnudo.

-¿Qué tienes?

-min ha estado aquí – entonces una ola de inmenso coraje lo embargo, si min se habría atrevido a… - no me hizo nada, pero no hizo falta, quiero que esto termine, quiero despertar de esta pesadilla, no la voy a soportar más.

-encontraremos la forma ya lo veras, y probablemente, diremos la verdad que tu y yo estamos juntos.

-lo que sea, siempre y cuando permanezcas a mi lado no quiero que nadie que no seas tú me toque.

-nadie lo hará te lo prometo.

-min lo sabe

-¿Qué sabe?

-que tú y yo… - Yunho entendió de inmediato – incluso pude sentir que me culpo de haber hecho que quiera estar conmigo.

-¿Qué quieres decir?

-nos ha visto haciendo el amor, mas a mí que a ti, me ha dicho que lo he excitado.

-no digas nada más, tengo ganas de matarlo

-es tu hermano

-lo sé, pero lo que está haciendo es jugar sucio, nos está haciendo sentir mal, para que lo dejemos que se salga con la suya.

-también…

-sí, me ha dicho que sin darme cuenta te he ofrecido a el – no quería escuchar mas el también comprendía lo que sentía pues Changmin también lo había hecho sentir culpable.

-que pudimos haber hecho mal, para que ahora nos haga esto.

-no lo sé, pero ahora será más difícil tener intimidad, le han dado la llave de mi cuarto, podrá entrar cuando se le dé la gana y yo no poder hacer nada porque a los ojos de mis padres es normal.

-no puedo creerlo, Jae perdóname si hubiera hablado antes esto no estaría pasando – se recostaron en la cama.

-ambos tenemos la culpa por no darnos cuenta de los sentimientos de min, debimos poner más atención a esos ataques de celos que tenía.

-tienes razón – beso sus labios

-quiero que me hagas el amor – Yunho asintió – te amo.

-también te amo.

Y se entregaron una vez más a la pasión que ambos sentían, amarse ahora se les era prohibido por esas personas que se supone debían apoyarlos, cuando antes las únicas que interferían eran sus inseguridades, como deseaban regresar el tiempo.

-disfruten mientras pueden esta será su despedida – dijo min detrás de la puerta, este no se había ido, quería escuchar como su hermano y su prometido lo traicionaban, para tener más motivos para lastimarlos, tomando lo que él deseaba.