Titulo: Sigue tu camino
Autora: Jung Naomi
Pareja: YunJae
Género: Slash
Extensión: One Shot
Resumen: A mi edad con un matrimonio y un hijo empezaba a comprender que la vida no tenía un único camino predestinado. Equivocarse es humano, pero haber ignorado por tanto tiempo aquel sentimiento que mi pecho gritaba por él era casi un pecado.
A mis treinta y seis años de edad… ¿Qué hacía en una cita para San Valentine? ¿Cómo me había podido dejar engatusar por mi propio hijo…? Y aún peor ¿Por qué YunHo había aceptado?
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El automóvil había terminado por estacionar en las afueras de aquel lujoso restaurante. Dejando salir un corto suspiro me comenzaba a cuestionar cómo era que había cedido con tanta facilidad a aquel pequeño que ahora me miraba desde el asiento de atrás. Presioné el volante entre mis dedos y controlé el reloj que marcaba las 20:10 con exactitud. Seguramente la cita que había preparado mi hijo ya estaría esperándonos. La puntualidad era una de las cualidades de mi amigo a pesar de tener su agenda apretada.
La vocecita me alertó sobre que debíamos descender y movió con lentitud su cabeza al ser el primero en salir. Abrí la puerta trasera para acomodar con mis dedos el sombrero que cubría la mayoría de los cabellos oscuros de mi pequeño, antes de acomodar mis inseparables anteojos de sol con las intenciones de pasar desapercibido en una primera instancia. Odiaba que pusieran bajo el foco de atención de los periodistas mi vida privada, sobre todo a aquel niño que extendía sus brazos hacía mí para ayudarlo a bajar.
Entrelacé nuestras manos y caminamos con calma hasta ingresar a la recepción del lugar que desprendía bastante ostentación. Al parecer las mesas eran privadas con pequeñas separaciones de paredes de madera. Eso me dejaba comprender por qué había sido el lugar seleccionado para nuestra “cita”. Y fue inmediata la forma en que un mesero se nos acercó con un cuadernillo en la mano.
-Disculpe señor ¿Tiene alguna reservación?- Inquirió al observarnos luego de una reverencia.
-Sí, se encuentra al nombre de Kim SeonSu.- Respondió y de inmediato sentí la mirada del pequeño sobre mí. Pero sabía que no debía dar mayores explicaciones, al fin y al cabo era “su cita”. Yo me convertía en un simple acompañante y el simple pensamiento me hizo sonreír con cierta amargura. Empezaba a tener celos de mi propio hijo.
-En efecto tienen la mesa número diez. Por favor síganme.- Indicó mientras que empezaba a guiarnos por un pequeño pasillo.
A lo mejor era por la fecha pero en la mayoría de los cuartos anteriores había parejas en cenas íntimas. Por lo que agradecí apenas nos hubieran dejado solos. Ayudé a mi hijo a subirse a una de las sillas antes de acomodarme del otro lado. Notando cómo en la zona cerca de la mesa había algunas velas encendidas y las rosas en el centro combinaban con los toques rojos.
Una ligera sonrisa se escapó de mis labios al pensar que terminaba en uno de estos lugares en San Valentín esperando que mi hijo le quisiera entregar un chocolate a su “tío”. Los compromisos en esta época eran notorios, aunque yo pudiera manejar mi agenda al ser el ámbito japonés más accesible. Pero él, siendo el CEO de la SM estaba seguro no tendría una salida tan sencilla como la nuestra.
Sumando el hecho de que aquella noche del 14 de Febrero era especial aunque yo no quisiera celebrarlo. Según los rumores últimamente se lo había visto muy cercano de nuevo con BoAh, quien en su momento hubiera sido su pareja. Aunque los rumores eran muy fáciles de expandirse, esperaba que hubiera sido un vil error de su parte. Aún no recordaba cómo eran constantes las relaciones que nos daban dentro del grupo, aunque ahora que lo planteaban esos eran buenos momentos.
Aunque todo se había consumido aquel día que había sido el primero en anunciar mi matrimonio. De alguna forma rompí muchas ilusiones de las fans, e inclusive algunas propias que tardé en darme cuenta.
-¡Papi! ¡Papi! ¡Quiero ir al baño!- La suave voz de SeonSu en japonés me despabiló. Asentí con mi cabeza dispuesto a incorporarme y acompañarlo, pero de inmediato negó con su cabeza de un lado al otro con euforia. – ¡SeonSu es nene grande! Puedo ir solito.- Me mencionó con confianza, acentuando aquella “r” que le costaba pronunciar a su corta edad. Y como me hubiera dicho aquello desapareció por el pasillo.
YooChun solía decirme que había sacado mucho de mis gestos. Pero personalmente creía que él cargaba con una dulzura y ternura que siendo niño yo no poseía. No tenía aquella máscara de indiferencia que siempre se mostraba en mi rostro al conocerme. En varias oportunidades decían que un matrimonio fallido era una pérdida de tiempo; pero sin embargo, haberme casado con Ayumi me había dado el mayor de los regalos de la vida que hubiera podido tener.
¿Cuánto era ya desde que me había divorciado de Ayu? El primer aniversario ya estaba por cumplirse y era una de las primeras veces que me animaba a salir. Había aprovechado aquellas situaciones de mi vida para encasillarme y componer, salir de tour y mantener mi mente demasiado lejos de lo que significaba haber desarmado una familia. Aunque eran constantes los momentos en los cuales sonaban en mi mente aquellas palabras que me había dicho el día que tomé mis bolsos y me retiré del departamento.
Jugué con mis manos en la servilleta sintiendo que a pesar de pasar los treinta años aún fuera como un adolescente en algunas cosas. Suspiré con lentitud mientras dejaba la tela sobre la mesa y suspiraba con suavidad, me preocupaba que algún periodista me reconociera y nuestros nombres encabezarán mañana los diarios. “¿Reencuentro romántico? Kim JaeJoong y Jung YunHo en una cita por San Valentín”, sí, estaba seguro que así sería los encabezados. Aunque tal vez SeonSu pudiera disimular un poco la situación prefería que arregláramos las cosas entre nosotros a involucrar a mi hijo.
En ese momento fue cuando vi la pequeña silueta de mi hijo regresar. Miró con curiosidad a los lados y terminaba haciendo un puchero más marcado casi como si quisiera llorar.
-¿Tío Iunjo no llegó?- Jugó con las mangas de su chaqueta mientras se me acercaba.
-No, y es raro. Lo llamaré.-
Saqué mi celular verificando que ya habían transcurrido veinte minutos desde que habíamos llegado. Y sin titubear busqué en números favoritos y presioné aquel que seguía con el mismo nombre de cuando éramos unos niños: “Mi lindo YunHo <.3. Como era de esperarse en el segundo tono su voz se escuchó del otro lado.
“-¿Jaejoongie? Estoy en camino, perdón la tardanza. Me seguían unos periodistas y creí era conveniente nadie nos entorpeciera. Lamento mi tardanza.-”
Una de las habilidades de YunHo siempre había sido saber qué decirme sin siquiera haber mencionado una palabra. Algo tan sencillo me hizo sonreír de forma boba.
-Está bien Yunnie. Te esperamos.- Terminé cortando y apenas hubiera bajado el aparato de mi oído vi la mirada suplicante de SeonSu. –Tranquilo. Ya está en camino, tuvo unos problemas nomás.- Sonreí mientras deslizaba mis dedos por su cabello.
Suspiró por lo bajo y fue cuando noté que había algo más al ver sus pequeños pies jugar en forma nerviosa. –Papi…- Aquel tono que siempre utilizaba para sobornarme había salido, así que debía prepararme. –Hay juegos allí… ¿Puedo ir?- Me preguntó y señaló en la dirección donde había ido al baño. Me obligó a moverme confirmando que efectivamente se podía ver desde mi lugar la zona mencionada. –Por favor… Unos minutos nomás.-
Dudé algunos segundos, pero si desde mi sitio podía controlarlo creía que no había motivos para negarle.
-Está bien, pero recuerda de nada de peleas ni ensuciarte. Sabes que a tío YunHo le gusta los niños limpios ¿Ok?- Le acomodé la gorra con cuidado y besé su frente.
Un “¡Sí!” enérgico salió de sus labios y escuché sus piecitos moverse contra la madera. Verlo de esa forma me traía a la mente la noche en la cual había anunciado que Ayumi estaba embarazada. Por un segundo el silencio había sido demasiado tajante, y sabía que la mirada de ChangMin no significaba alegría ni mucho menos, el menor siempre había sido el más crítico y por más que los demás hubieran reaccionado para abrazarme en felicidades, él solo había negado con su cabeza. YunHo me había susurrado un “estoy feliz por tí” contra mi oído, aunque en ningún momento me volvió a ver a los ojos.
Esa noche había notado que algo entre nosotros se había quebrado por completo. Inclusive mucho más profundo que los años que hubiéramos estado separados por la demanda y fue la primera vez que noté cuánto podía llegar a doler la indiferencia que esos ojos me podían dar.
En los años anteriores muchas veces sucumbidos por la soledad y cierta desesperación habían jugado en forma cruel con nuestros sentimientos. Para ninguno de los miembros era una sorpresa saber que cerca del 2007 YunHo y yo habíamos comenzado juegos peligrosos, aquellos en donde nuestros labios se encontraban en forma constante y las manos en más de una ocasión tomaban protagonismo recorriendo el cuerpo del otro. Ni YooChun, ni ChangMin, ni JunSu habían dicho nada. Él siendo en ese momento mi líder tampoco. Inclusive llevando aquellos fugaces encuentros después de separarnos por la demanda, de sus labios solamente salían palabras tiernas y murmullos al tomarme. Era un pacto silencioso, aquel que se rompió esa misma noche en que no estaba seguro de todo lo que estaba por perder.
Sabía que era tarde, pero con tantos años corridos comprendía que no sentía una obsesión con YunHo, sino que el sentimiento era mucho más complicado que solo mencionarlo como un capricho. Era casi estúpido, pero había tenido que vivir por completo para darme cuenta que él significaba mi perdición hace años.
Jamás había sido la persona con mayor eje, pero ahora no podía simplemente tomar el camino correcto porque hace mucho tiempo que no deseaba hacer lo correcto.
-¿Por qué es tan complicado?... ¿Por qué jamás pude decirte que te amaba?- Suspiré resignado, apoyando el codo contra la mesa, deslizando los dedos por el borde del plato.
-Depende el significado y a quién se lo digas. Suelen decir que los sentimientos reales son los más difíciles de expresar ¿No crees BooJae?-
Aquella voz había hecho dar un vuelco a mi estómago. Haciendo que levantara la cabeza y mi rostro se tiñera de rojizo. De inmediato mis ojos chocaron contra los amables de YunHo que se desprendía el saco y se sentaba en frente mío. Aún sin dejarme la oportunidad de que pudiera reaccionar.
-Por lo visto el amor te tiene una vez más distraído.- Se burló con lentitud mientras que elevaba una de sus cejas.
-Yo… Yo.- Murmuré con cierto tartamudeo, sin poder fingir alguna mentira inmediata.
Pero antes de que pudiera decir alguna clase de torpeza nos vimos interrumpidos por el ligero chillido de SeonSu. Aquel que ingresó y se abrazó de inmediato al torso de YunHo con un humor risueño.
-¡Tío Iunjo! ¡Llegaste!-
YunHo siempre había sido un padre nato y se notaba cada vez que se encontraba con un niño. Y mi hijo de alguna forma siempre había sido el mayor consentido de mi mejor amigo. Inclusive ahora nos sorprendía a todos que él aún se mantuviera soltero a pesar del gran deseo de familia que siempre expresaba.
-Papi…¿Dónde está el legalo de tío Inujo?-
Se me acercó al hablar, como si fuera un secreto por más que su voz hubiera sonando fuerte. YunHo rió y me provocó una pequeña risa a mí también. Levanté el pequeño paquete que habíamos traído y lo alcance a la altura de las pequeñas manos. SeonSu lo tomó y le extendió a nuestro acompañante con una sonrisa amplia, haciendo que él tuviera que agacharse para recibirlo y besar su frente en agradecimiento. Provocando que el pequeño se enrojeciera apenas.
“Por lo visto ningún Kim se resiste a los encantos de Jung YunHo.” Pensé recordando la frase que una vez JunSu me había dicho al ver a SeonSu embobado con el ex líder. Aunque constantemente debía repetirme que era tan solo un niño y no debía de tener esa clase de pensamientos.
-Aquí tienes Seo.- Esta vez fue YunHo quien me despertó de mis pensamientos cuando sacó un paquete y le extendió a mi hijo haciendo que este saltará de la emoción.
-¡Glacias!-
En esos momentos me di cuenta que me había convertido tan solo en un espectador entre ellos dos. Y sin darme cuenta mis labios se habían fruncido en un pequeño puchero.
-Feliz San Valentín JaeBoo.-
Pero en esta ocasión nuevamente YunHo me terminaba por sorprender. Parpadeé varias veces, con mis labios ligeramente abiertos al observar el paquete que me extendía. Logrando que él riera por mi obvia sorpresa consiguiendo que me sintiera ligeramente cohibido.
-Gracias… Yunnie, pero no debiste.- Musité con vergüenza cubriendo mi rostro. Al fin y al cabo yo no había traído nada para él. –Lo siento… Yo no-…-
Mi frase fue cortada por una de las manos de mi amigo que hizo que comiera mis palabras. Mordiendo con fuerza mi labio inferior con la mirada que ahora me dirigía. Él solamente me sonrió.
-No se regala para que se devuelva el gesto.- Me dijo con aquella mueca tranquila que sus rasgos maduros sólo terminaban por acentuar.
Bajé unos segundos la mirada, jugando con cierto nerviosismo con mis dedos con el paquete que me había otorgado.
-¡Tío Iunjo te quielo dar un beso!-
Esa era una de las cualidades que SeonSu había sacado de mi persona. Apenas se sentía ignorado buscaba llamar la atención de inmediato con cualquier persona. Ambos dirigimos nuestra mirada al pequeño que sonreía en forma inocente al lado de la mesa.
-Es que tío Iunjo me agladeció con un beso. Y se debe hacer así ¿No?- Preguntó parpadeando varias veces mientras hacía un vaivén entre la mirada de Yun y la mía.
Solté una pequeña risa que cubrí con mis manos de inmediato. Captando las miradas de ambos que no sabían exactamente qué decir. Pero mi amigo terminó por agacharse y dejar que el pequeño logrará alcanzar su mejilla y besar sobre esta.
-¡Papi! ¡Tú también tienes que agladecele!- SeonSu no tuvo reparo en empujar a YunHo a donde me encontraba.
Consiguiendo que de inmediato negara con mis manos, viendo con cierta vergüenza al menor. Desde que había comenzado mi vida en Japón con una familia, había dejado de tener aquel contacto íntimo con él. Y tenía el suficiente miedo que si sintiera su piel de nuevo de aquella forma mi corazón latiera sin remedio como un loco.
-Papi… No tienes que ser maleducado-
Y así es como un niño de tan solo seis años me terminaba reprochando mis modales y mi amigo se reía abiertamente del gesto que estaba formando mi cara.
-Tu hijo tiene razón, JaeBoo. Debes de enseñarle buenos modales.- Me terminó reprochando, provocando que una de mis miradas fulminantes se dirigiera contra su persona.
Me acerqué a sostener su camisa con mis dedos. Dejando que su rostro se quedara cerca del suyo y mis labios se apoyaran directamente contra su mejilla. Fueron unos segundos donde rocé su piel, pero por más que ahora ya no lo estuviera besando no me separé. Y de alguna forma él tampoco parecía tener intenciones de hacerlo.
-¿Ves papi? No era tan difícil.- La repentina voz me sobresaltó, logrando que retrocediera en su totalidad.
Cuando mis ojos hubieran buscando a mi acompañante este ya me daba la espalda y se acomodaba en su asiento. Provocando un puchero entre mis labios que fue ignorado. Pero me volví a acomodar en mi asiento mientras que mis dos acompañantes terminaban por hacer lo mismo. No tuvimos tiempo de volver a hablar cuando el camarero hubiera ingresado.
Cada uno había pedido un platillo individual, y la mayor parte del tiempo SeonSu hablaba haciendo algunos gestos mientras le contaba a YunHo en japonés cómo iba en su colegio nuevo, con sus tareas y cómo le gustaba el acompañarme a grabar o inclusive de los dibujos que había visto en la mañana. En todo momento él le estuvo prestando atención por completo, como si fuera lo más interesante.
La comida no tardó tanto tiempo y una vez hubiera llegado, la conversación se extendió por unos treinta minutos más. Apenas hubiera terminado, mi pequeño pidió permiso para retirarse a los juegos de nuevo. Dejando de esta manera que el ambiente se volviera más calmo entre nosotros dos que hablábamos sobre música, las giras y nuestros amigos.
-JunSu se puso histérico con las fotos, pero fue divertido y valió la pena.- Le comenté terminando por reír fuerte.
YunHo se rió, negando con su cabeza con lentitud. –Siempre has tenido una fascinación por molestar a Su.- Comentó con aquel tono que bien conocía. Un reproche amable.
-Sé que él se sentiría vacio sin mis cariños.- Aseguré tomando la copa que contenía vino blanco en frente.
Pero antes de que pudiera tomar, la mano del menor había tomado mi bebida y alejado de mis labios con rapidez.
-No deberías de beber. Tienes que conducir de regreso.- Me reprochó esta vez en forma más notoria, elevando una de sus cejas.
-¡Yunnie! Ando bastante grandecito como para que me estés controlando.- Reproché de inmediato, intentando quitarle la copa, extendiendo mis brazos a él. Pero no cedió en ningún momento evitando mis manoteos. –YunHo…- Le advertí entrecerrando mis ojos, intentando sonar amenazante aunque parecía más un ligero lamento.
Él sólo se limitó a reír sin apartar sus ojos de mí. Eso no me gustaba, porque mis movimientos empezaban a ser más torpes de lo normal y mis manos temblaban ligeramente terminando por suspirar. No quería retroceder, mucho menos al sentir cómo se reía de mí. Entrecerré de nuevo mis ojos luchando para no apartar la mirada de la suya. Pero fue en un instante, en aquel donde quedamos a centímetros por encima de la mesa, que sentí su rostro moverse. Algo ligero, pero una presión húmeda directa contra mis labios. Siento tan sólo un contacto corto, sencillo donde pude experimentar aquel inconfundible vuelco de mi corazón, con su carnosa boca acariciando la mía, antes de que se separara con una sonrisa calma. Conforme con mi momento de sorpresa.
-Te gané…- Me dijo a mi silencio, mostrando la copa efectivamente entre sus dedos largos.
Resoplé de inmediato, cruzando mis brazos y frunciendo mi ceño. Seguramente me veía como un niño molesto, pero quería calmar un poco el agitado corazón que golpeaba mi pecho. Tal vez era el momento exacto para hablar sobre aquellos sentimientos que estaban atorados en mi garganta, y cuando elevé mi cabeza observé directo a sus ojos. De nuevo aquella mirada que bien conocía y me cortaba por completo la respiración.
-¡Papi! ¡Papi!-
Una parte de mí agradecía la interrupción, mi corazón seguía latiendo con fuerza dominado por completo por la cobardía. Dejando salir un corto suspiro volteé a ver como SeonSu ingresaba al cuarto frotando con una de sus manos su ojo izquierdo. Llegando directo a mis brazos en donde lo envolví y levanté para acurrucarlo contra mi pecho. Se notaba su cansancio y sueño.
-Sueño…- Habló contra mi cuello mientras que se acurrucaba por completo, dejando que lo envolviera con la chaqueta extra que tenía por si acaso le hacía frío.
-Supongo que es hora de que nos vayamos.- Miré a YunHo unos segundos mientras que él asentía. Recién notaba cómo sus ojos demostraban cansancio también. -¿En qué viniste, bear?- Pregunté mientras que sentía a SeonSu dormirse por completo.
-Bus…- Dijo soltando una pequeña risa. –Después de dar muchas vueltas en mi automóvil y ver que no podía perderlos tuve que optar una segunda opción. Aunque lo dejé al lado de tu departamento, en un aparcamiento.- De alguna forma la sonrisa que me dirigió me daba a entender que no era casualidad aquello, pero sólo le sonreí y asentí.
-Entonces vamos, te llevamos.-
Accedió de inmediato y la conversación amena volvió a surgir con naturalidad, haciendo que sintiera que todo lo que había vivido hace minutos era cuestión de mi imaginación. Pero sabía que no podía ser así. YunHo acomodó mi cabello una vez hubiéramos subido al automóvil y él se ofreciera a manejar, y fue una cuestión natural para mí apoyar mi cabeza en su hombro unos segundos mientras que conducía. SeonSu ignorante a todo dormía profundamente en la parte trasera.
Faltaban algunos minutos para que el 14 de Febrero se acabara. Al menos hoy no había sido acosado por las fans y la peculiar compañía de YunHo había hecho valer la pena.
Me estaba contando del nuevo grupo que estaban planeando lanzar cuando llegamos al área donde tenía mi departamento en Corea, estacionando en el subterráneo. Se me adelantó subiendo entre sus brazos a mi hijo, acariciando su espalda mientras que lo guiaba por el ascensor. Entró con confianza a mi residencia, sabiendo exactamente dónde se encontraba la habitación del más pequeño. Arropó y besó su mejilla cuando lo hubiera acomodado por completo. Desde la puerta observaba a los dos con total fascinación.
Me miró desde la oscuridad de la habitación y sus pasos lentos se fueron acercando a mí. Pero lejos de pasar de largo a mi lado como creí haría, me observó haciendo que retrocediera. Cerrando la habitación detrás nuestro mientras que mi espalda chocaba contra la puerta.
“Un ‘te amo’ no puede ser tan difícil…” Me repetí en mi mente. Subiendo con lentitud mis manos a apoyarlas en los hombros anchos, quedando en silencio simplemente al verlo profundamente en los ojos.
Sonreí levemente.
-¿Todo está en orden, JaeBoo?-
-Yo…- Murmuré apenas, mientras que terminaba por acercarme a él. Nuestras bocas chocaron con lentitud, presionando fuerte aquella deliciosa carnosidad. Sentí cómo él me respondía de inmediato, sujetando mi cintura y quedando así ligeramente presionado contra su pecho. En un pequeño suspiro contra su sabor, se sintió un pequeño sonido de humedad al separar nuestros labios, aquellos que agitados aún se rozaban. –Feliz San Valentín… Yunnie.
Una lenta sonrisa se dibujó en él, mientras que dejaba un último beso sobre mi nariz. Susurrando un corto “Feliz San Valentín BooJae”. Dejé mi cuerpo apoyado contra la madera mientras que lo veía separarse con lentitud, viendo cómo mi ex líder se marchaba con lentitud luego de un corto toque más de mi boca. Un profundo suspiro se escapó de mis labios. Ya eran muchos recuerdos acumulados por hoy, no era necesario declararme este 14 de Febrero.
-¡Puede ser cualquier día!- Exclamé mientras que cerraba la puerta del departamento con su partida, dejando caer con lentitud mis dedos por el material. -Algún día...-
FIN
OHHHHHHH
ResponderEliminarNO IMPORTA CUANTO TIEMPO PASE YUNHO
SIEMPRE VA A AMAR A JJ.
PUEDE QUE HAYA HECHO SU VIDA Y TENGA UN HIJO PERO EL AMOR ES DEMASIADO, ESPERO QUE HAYA UNA CONTI AUN QUE SALE QUE ES UN ONE SHOT,PERO ME GUSTARIA UNO EN DONDE JJ SI PUDIERA DECIRLE A YUNNIE LO MUCHO QUE LO QUIERE, ADEMAS SU HIJITO LO ADORA
GRACIAS POR ESTE SHOT ME GUSTO MUCHO
K-EDE
esta muy bello se le hubiera declarado y se hubiera quedado con el para que pasara un muy pero muy romántico San Valentín que buena falta les asía por que se be que yunho lo seguía amando aun que jae se hubiera casado el lo estaba esperando
ResponderEliminarAhhhh que hermoso y doloroso al mismo tiempo, pero tiene razon yunho siempre amara a jae jeje y ojala jae algun dia se arme de valor y ae confiese pero estuvo hermoso el shot ♥ !!!!
ResponderEliminarMe quede con las ganas de mas en esta historia. Me gusto mucho como esta relatado todo.
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