KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Kiss b



Título: Kiss b
Autor: Alexia Vainith
Pareja: Minjae
Género: Slash, Humor, Lemon.
Extensión: Oneshot
Reseña:   La verdadera razón de Kiss b. Según la relación de Kim Jaejoong y Choikang Changmin.

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«I want to give you. Your favorite ice-cream. White vanilla cream. To be honest, rather than hold your hand. I want to kiss you »




Jaejoong no atendía a sus llamadas.  No respondía los mensajes, y estaba harto de escuchar su voz solo en la contestadora.  Por eso decidió tomarse la tarde libre, antes de reanudar  sus actividades, para buscarle y preguntarle qué rayos pasaba, él porque no se encargaba de las responsabilidades que conllevaban cuando se era novio de Shim Changmin.


Así que ahí estaba, bebiendo rápidamente la lata de su Coca-Cola, con su chofer confundido y sumamente preocupado. Después de todo, era demasiado sospechoso que  una de las vans de TVXQ estuviese justo afuera del Coffe Cojjee.

Changmin se acercó a  la ventana de vidrios polarizados, de ante mano sabía  que Jaejoong  después de ir al estudio de grabación siempre hacia una parada en  el establecimiento  para comprar algo, un café o una simple malteada.

 “No vas a escaparte.” Murmuró mientras se quitaba los lentes oscuros, relamiéndose los labios y frunciendo el ceño.

Si fuera posible y no tan trastornado, lo mantendría vigilado las veinticuatro horas del día.
Cuando apareció un lujoso auto de la marca japonesa Mitsuoka Himiko entrando al estacionamiento,

Changmin apretó la mandíbula. Entre dientes comenzó a  presionar el hombro de su joven chofer.

“¡Ahí esta! ¡Baja y tráelo!”  Usó más fuerza de la necesaria para hacerlo obedecer, en esos momentos era un hombre desesperado. No se habían visto en  casi un  mes, poniéndolo aquello ansioso e inseguro –pero todo era culpa de Jaejoong-

“Pero...Pero… ¡hyung! Pensará que soy un acosador.” El muchacho miró a todos lados confundido intentando localizar al objeto de deseo de Changmin, pensaba en que hubiese sido mejor si trabajaba para el buen hombre de Jung Yunho y no ese pequeño mimado pervertido que todos los días lo molestaba con algo diferente.

“Sólo ve.” Entonces Changmin abrió la puerta de su chofer y lo empujó fuera de la van.

El pobre hombre volteó un par de veces a ver a su jefe, suplicando porque no le insistiera en hacer eso. Jaejoong podía ser realmente intimidante en persona, tanto como por su  casi sobrenatural belleza física como por esa aura fría que desprendía cuando un desconocido se le acercaba.

Tragó saliva, sus manos sudaban, así que las metió en sus bolsillos y con las rodillas temblándole –en parte porque secretamente era  fan del artista - se dirigió hacia la figura delgada que aparcaba el coche.


“D-disculpe, Kim Jaejoong-ssi” Llamó con la voz un tanto ronca.

El pelirrojo vestía una chaqueta de cuero con gorro y unos desgastados jeans, luciendo demasiado bien para el pobre tipo, quien no pudo evitar observarle de arriba abajo. Jaejoong arqueó una ceja, manteniendo la distancia.

Con un volumen demasiado bajo de voz, Jaejoong murmuró: “¿Necesitas algo?”


Mientras tanto Changmin desde el vidrio polarizado, hizo un mohín cuando vio como Jaejoong le daba un autógrafo a su chofer y le palmeaba el hombro.

Después aquel pelinegro le decía algo de forma tímida al mayor quien seguido de eso lanzó una pequeña risita. Changmin abrió mucho los ojos cuando su chofer se acercó un poco más y envolvió a Jaejoong en un abrazo superficial, rápido e inocente.

Sí, podría serlo, pero a Changmin no le habia gustado nadita.

Se reacomodó los lentes  de sol, aunque fuera de noche, y subió el cardigán de su jersey hasta cubrirse la nariz, acto seguido salió del vehículo a grandes zancadas  hacia los dos hombres que conversaban.
Carraspeó un poco para llamar la atención.

Su chofer se sobresaltó, poniéndose más pálido, habia olvidado por completo a Changmin y la expresión en el cantante no era algo que se tuviese que tomar a la liguera. Porque era oficial, estaba en la lista negra.
Baekseung llevaba cinco meses trabajando como chofer para TVXQ, específicamente para Changmin también ,casi como un asistente y solo habia bastado ese corto periodo de tiempo para darse cuenta de lo que sucedía entre él castaño y Kim Jaejoong.   Obviamente Changmin le habia  pedido “amablemente” que no le contara a quien fuera sobre eso.  Y Baekseung no podía decir que no estaba advertido.
Desde ese momento, conoció un poco más  a Changmin y lo molesto que se ponía cuando “ese bastardo de hyung” estaba   con otros tipos  de bajas pasiones y  malas intenciones.
Sintió sudor en su nuca cuando Changmin frunció el ceño y cruzó sus brazos. Oh, sí…junto con todos esos sujetos también estaba en la lista negra ahora.



*
*
*

“¿Por cuánto tiempo estuviste ahí…esperando?” Le preguntó Jaejoong con media sonrisa, apoyando la mitad de su cuerpo junto a Changmin,  y aunque deseaba incomodarlo de esa forma, el menor no sé movió.

“Te lo voy a decir para que te sientas culpable, hyung.”  Siseó: “Cuatro horas.”

“Eres lindo, eh, esperaste por mucho tiempo” Jae cubrió su boca, tratando de ocultar el crecimiento de su sonrisa. Pero no estaba burlándose, en realidad, estaba feliz porque le importaba a Changmin después de todo.

Changmin habia estado muy ausente las últimas veces que se encontraron y Jaejoong habia decidido  que era mejor si esperaba a que Changmin  dejara el estrés con sus actividades, asi que no lo distraería. Jaejoong no quería estorbarle incluso para eso. Pero ahora  todo  parecía  en orden, porque ya estaba buscándolo personalmente.

“Oh, cállate.” Shim volteó su rostro antes de que Jaejoong pudiese besarlo en los labios. “No estoy muy  feliz contigo. ¿Por qué no contestabas? ” Después puso el dedo índice sobre el centro de su frente  y lo separó por casi medio metro.

Jaejoong tenía que reprimirse una buena carcajada cuando vio al chofer observándolos con el rostro acalorado por el espejo retrovisor. Se mordió el labio y le giñó un ojo. El pobre de Baekseung tragó saliva sintiéndose a punto de desmayarse, para luego devolver su vista al frente mientras apretaba el volante con fuerza. Changmin estaba viéndolo como si tuviese rayos láser en los ojos y quisiera matarlo lentamente.

Changmin hizo un adorable siseo para después hundirse más en el asiento.

“¿Estas enojado, bebé?”  Le molestó.
El ahora castaño quiso decirle que sí, y que no estaría feliz hasta que no se disculpara por crearle todos esos celos que definitivamente no le gustaban, por no atender a sus llamadas y por no estar ahí cuando quería hablar con alguien ajeno a su trabajo, mas no contestó.

“¿Hay algo que  pueda hacer?”
“Nada.”

Entonces su estomago protestó no perdiendo una oportunidad de expresar su hambre con un fuerte gruñido.

“¿Absolutamente nada?”  Jaejoong  rio e intentó acercarse de nuevo; besó su barbilla. “¿Quieres comer?”

“Jae, para…” gimoteo estremeciéndose  cuando la experta y perfecta boca del mayor llegó a su cuello.

¿Qué tal si vamos a mi departamento y nos reconciliamos?” le propuso contra su piel, erizándole los vellos.

Changmin no dijo nada. Peinó su cabello nerviosamente con los dedos y desvió la mirada, aun con el rostro caliente. Jaejoong  le removió sus cabellos antes de dar un par de pasos hasta el chofer.

“Hola” Pudo ver como el pobre tipo comenzaba a transpirar.  Jae entrecerró los ojos. “¿NO le dirás a nadie, o sí?”

Él  negó con la cabeza rápidamente, intentando aguantar la respiración para no oler el delicioso aroma que el mayor desprendía.

“¡Muy bien!” El pelirrojo cambio su semblante a uno más relajado. “Entonces por favor, dé vuelta por aquí. ¿Sabe donde vivo, verdad?”

Baekseung asintió avergonzado. Visiblemente afectado por la cercanía de aquel hombre. ¿Por qué Changmin no se habia ido en el auto del mayor y a él lo dejaban en paz? Pero claro, porque el modelo  japonés era demasiado vistoso y casi todos sabían  que era conducido por Jaejoong, por eso decidieron irse en la van.

Practicó sus ejercicios de relajación respirando profundamente cada tres segundos, pero fue inútil, no podía con el mayor justo a su lado.

Podrían llamarle mentiroso, pero él era hétero, además estaba próximo a su boda, aún así nunca le diría que no a Kim Jaejoong. Eso lo tenía muy claro con tan solo verlo.

Cuando Jaejoong le agradeció y regresó a su asiento,  Baekseung no pudo evitar voltear la cabeza para una mejor perspectiva. Un grave error.  Porque nuevamente se encontró con la aterradora mirada de Changmin diciéndole algo en silencio, esperando a que le leyera los labios.

“Es mío ¿puedes entenderlo?”
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“Lo hacías a propósito”.


“Sabes que no, cariño.” Canturreó el mayor, entrando con una gran sonrisa a  su departamento. Invitó a pasar al castaño,  después revisó por si alguien los veía entrar antes de poner seguro a la puerta.


“Puedes sentarte.” Señaló la pequeña mesa en medio de la sala. "O esperar a que te cocine algo o tomar una ducha…”
Changmin asintió considerándolo seriamente interrumpiéndolo, acababa de tener una práctica para el tour japonés. Changmin llevaba unos shorts un tanto largos y una sudadera ancha de Yunho. Hacia un clima cálido como para seguir usando esa ropa, y ni que decir si estaba sudada. Se recriminó durante un segundo el no haberse visto si quiera  en el espejo por un momento  antes de ir a buscar a su hyung. Su cabello debía estar despeinado y debía  tener la cara brillante.  Changmin se ruborizó avergonzado  cuando recordó como Jaejoong lamió su cuello con sudor.


Cuando quiso responderle, Jaejoong ya tenía la camisa afuera. "¿Entonces, Min?"


El menor tragó saliva." Ve...tu primero."  Murmuró bajo." Voy a jugar con la consola por mientras."
Jaejoong le sonrió y camino hasta el segundo baño, el más cercano a la sala.


Cuando estuvo solo, el castaño revolvió sus cabellos.  Fue hasta el estante para revisar los juegos que el mismo había dejado la última vez.  Puso cualquiera y se sentó a que comenzara.  Pero cuando estaba a punto de tomar el control para iniciar la partida, su estomago hambriento volvió a molestarlo.
Sin pensarlo mucho, más bien de forma instintiva  decidió ir a buscar algo para mantenerlo tranquilo.

Caminó por el primer pasillo del  cuadro de la calavera. Entonces al pasar por una de las habitaciones con la puerta entreabierta, pudo percibir ligeramente el perfume de Jaejoong.


"No entres, es una trampa." Se dijo a sí mismo tratando de alejar los recuerdos de la última noche ahí.

Gracias a ellos, de un momento a otro se precipitó   a la cocina antes de que su fuerza de voluntad flaqueara e hiciera aquello que estaba deseando.  Abrió las estanterías pero no encontró nada más que ingredientes para hacer alguna comida elaborada, por lo que se dirigió al refrigerador. Sólo soju y verduras. No le extrañaba que Jaejoong estuviera más delgado ya que no había nada de carne.


Suspiró pesadamente antes de revisar el congelador. Hay había un antifaz de hielo artificial  para las líneas de expresión. Esa cosa claramente era para una mujer mayor. Era absurdo, debería sentirse celoso o preocupado de que eso perteneciera a una mujer...pero no...Definitivamente era de Jaejoong


Estaba a punto de rendirse y tumbarse en el sillón  cuando encontró una pequeña cajita rosa con una florecita amarilla en la esquina justo al lado del extraño artefacto de belleza. Llevaba unas bonitas letras doradas en francés. Changmin lo tomó y olisqueó un poco. Helado de vainilla. Mordió su labio tratando de abrirlo con cuidado. Era una sustancia blanca con olor dulzón que le empalagó de tan solo respirarlo.  La probó con un dedo para después hacer una mueca. Demasiado dulce, incluso si le gustaba el helado de vainilla.

Lo dejó todo como estaba y caminó de regreso al pasillo.

Otra vez pasó por la puerta entreabierta, la habitación de Jaejoong.  Entró. Uno de sus lugares favoritos en el mundo.  Respiró profundamente aquel aroma que amaba, por el simple hecho de evocarle muchos momentos perfectos ahí.
Entonces vio la cama destendida, las blancas sabanas revueltas, una de sus mayores tentaciones desde que vivían juntos. Se veía demasiado cómodo, demasiado tentador dejarse caer ahí, que no tuvo tiempo de decirse a sí mismo que ni lo pensara.

Se tiró en la cama boca abajo y abrazó la almohada, olfateando con los ojos cerrados y media sonrisa el familiar aroma a Jaejoong. El cual habia extrañado mucho, mucho también.
Se permitió relajar sus músculos por un momento. Poco a poco su respiración se volvió acompasada, comenzando a divagar cosas más parecidas a un sueño.

Cuando creyó que pronto llegaría a dormirse, unas manos calientes y mojadas se colaron por su sudadera, al mismo sintió un peso extra sobre su cuerpo.

Una de las muchas costumbres que tenía Jae era que solía subirse arriba de Changmin, pero esta vez lo habia tomado completamente desprevenido por lo que solo atinó a reaccionar con un sobresalto en el colchón.
“¿Qué hacías?” Le susurró al oído. Changmin pudo notar el vapor que aún emanaba del cuerpo albino, casi siente como, por alguna extraña razón, se le hacía agua en la boca “¿Changmin?”

“Solo descansaba”

“Bonita forma de  hacerlo.” Jaejoong acarició sus cabellos, y luego rodó hasta quedar su lado. Sus rostros quedaron muy cerca. Tanto que las mejillas de Changmin se humedecieron por algunas gotas del cabello de Jaejoong. “¿Sabes que te extrañé mucho?” Susurró Jaejoong, deslizando su mano por la mejilla cálida de Changmin.

“No tanto como para contestarme.” Aun dicho eso, Changmin tomó la mano de Jaejoong y la presiono levemente contra su piel.

“No quería distraerte…estabas ocupado  ¿recuerdas?”

“Oh, tu también. Y no me gusta. Incluso si significa quedarme ocho horas extras por distraerme en el trabajo, quiero que contestes mis llamadas. ” Habló rápido el castaño, con la vista fija en el hombro desnudo y húmedo de Jaejoong. El pequeño relieve del hueso envuelto en la suave piel le invitaba a besarlo.

Después hubo silencio. Jaejoong no le respondió a lo dicho y aquello terminó por preocuparle. Kim Jaejoong siempre tenía algo que decir.

Alzó su mirada a los orbes oscuros. Jaejoong le sonreía sin mostrar sus dientes. Luego se acercó más a él, si es que era posible, apretó su torso desnudo hasta mojar la tela gris de la  sudadera. Juntó sus labios de forma ruda, provocando uno de esos sonidos húmedos, aquellos que hacían derretir al menor.
Después, en pocos segundos la sudadera de Yunho terminó por desaparecer en alguna parte.  Changmin tuvo que entreabrir la boca cuando la lengua caliente se le dio por recorrer sus labios y presionar  para obligarle  a que le dejara entrar a su boca.

Nunca se acostumbraría a aquella sensación tan intima. Tembló ligeramente cuando ambas lenguas se encontraron. Los dedos de Jaejoong recorrían su piel morena. De un momento a otro Jaejoong ya estaba sobre él.

“Estoy sucio” Se quejó Changmin cuando Jaejoong bajó a lamer su pecho.

Metió la mano por la cinturilla del short antes de preguntar con voz ronca. “¿También aquí?”

“No seas idiota, por supuesto que sí. Necesito un baño.”

Jaejoong descendió un poco más para succionar la piel de su cadera. “No lo creo. A decir verdad así sabes mejor.”  En menos de un segundo Changmin ya no tenía ni siquiera sus boxers.

No podía ser su imaginación. Definitivamente Jaejoong estaba desesperado por tenerlo. Eso le hizo sentir realmente bien.  Pero no tan bien como sentir la respiración de Jae en sus muslos. Como sus pulgares masajeaban su piel mientras le sostenía levemente. Changmin mordió sus labios y echó la cabeza hacia atrás, anticipando lo que vendría.

La calidez y humedad en la boca de Jaejoong era lo que más amaba en el mundo después de las mañanas donde despertaba en los brazos delgados del mayor.

Jaejoong lamió la piel sensible de su masculinidad, sintiendo como aquella poco a poco crecía dentro de su boca mientras succionaba. Formó un anillo con los dedos alrededor de la base, empujó ligueramente con los labios y la lengua la aureola del glande. Cerró sus ojos, mientras sus mejillas se sonrojaban; el mismo estaba excitándose también por los gemidos tan lindos que salían de aquella boca.

“Ja...e…”  Changmin gimoteo con los ojos cerrados, la cabeza apoyada hacia un lado de la almohada. Jaejoong lo sacó de su boca, y repartió pequeñas lamidas. Enseguida depositó un pequeño beso en la punta. “Yah ¿Q-quién te crees que eres?” jadeó el menor.

Jae soltó una risita, relamió sus labios sensualmente, antes de engullirlo por completo. Comenzó a succionar haciendo vibraciones con su boca y  moviéndose dócilmente  de acuerdo a como lo hacían las caderas del menor.

Se detuvo cuando supo que pronto se correría, , por los tirones de su cabello, por las pulsaciones del sexo de su pareja, los movimientos más rápidos en la pelvis de Changmin

“¡O-oye…! Continúa…”

“Esto me ha dado una idea.”  Jaejoong llegó a su altura y besó sus labios dulcemente. “Espera justo aquí. No te muevas”

“No...” suspiró con los ojos entrecerrados.

“Haz como digo. No te toques.”

Entonces desapareció por el pasillo. Changmin mordió la almohada mientras la abrazaba,  juntando sus piernas, pero eso solo consiguió empeorarlo.

“Ah...te odio, Jaejoong.”

Podía sentir como su cuerpo se estremecía y la sangre se le iba  a la cabeza, lo suficiente para dejarle los ojos húmedos.

En menos de un minuto. Jaejoong estaba de regreso. La toalla que anteriormente rodeaba sus caderas estaba cayéndosele.

“Como es tu sabor favorito, estaba guardando esto sólo para ti.” Le sonrió mostrando la cajita de helado de vainilla.  Jaejoong subió ya desnudo a la cama y  gateó hasta Changmin. Sintió la agradable sensación de  los vellos de las piernas morenas  en sus pantorrillas.

“No te atrevas a sentarte ahí. O no respondo.”  Suspiró Changmin. Internamente deseándolo con todas sus fuerzas.

“Compré esto hace unos días. Pero es muy dulce para mí y supongo que para ti también”.  Jaejoong sacó un poco con los dedos, manchando la clavícula del más alto.

Changmin jadeó. “Jae…ah... ¿Qué…?”

“Oh,  no te quejes.” Jaejoong vació todo el contenido sobre el miembro de Changmin, parte de su vientre y sobre el pecho, ignorando los quejidos y los débiles manotazos del menor.

“¡JODER, KIM JAEJOONG! ¡Eso va a congelarme!” Tiritó Changmin de forma exagerada, casi pataleando.  Se sonrojo profundamente casi hasta las orejas.  Se sentía ultrajado.

“Haz lo que te digo y todo va a salir perfecto”

Bajó de nuevo para la piel suave de aquel pedazo. “Es tan caliente, y… dulce.”
Jaejoong se iba a divertir esa noche.
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Por la mañana Jaejoong se levantó muy temprano, se puso lo primero que encontró y después de dejarle una nota a Changmin pues no quería despertarlo, salió  del edificio.

No muchos lo reconocieron en el centro comercial que estaba a unos minutos de su departamento. Podría ser por el carro negro que habia estado utilizando para pasar desapercibido.
Caminando con la cabeza un poco gacha, ingresó a un establecimiento un tanto lujoso y con muchos colores pastel por todos lados, en los empaques y las mesas. Abrió una de las neveras buscando algo en particular.

“¿Es todo?” Preguntó  una señora con grandes anteojos, guardando las tres cajas de nieve de vainilla en bolsas de plástico.

“Así es.” Aceptó sus compras. Pagó lo correspondiente y con una sonrisa tímida  caminó hasta la salida.

Al abrirse, las puertas deslizantes eléctricas, Jaejoong chocó contra el pecho de  otra persona. Casi termina por caer al piso, porque es un tanto torpe y porque iba distraído, pero debido a que una mano lo sujetó a tiempo por la muñeca, no sucedió.

“Deberías tener más cuidado.” Le regañó su novio. “¿Vas chocando contra chicos guapos por ahí a propósito?”

Jaejoong puso los ojos en blanco. “Por supuesto. “Contestó. Hizo una pausa, y se alejó casi un metro del menor. “¿Qué haces aquí?”

“Te seguí. Tomé un taxi” Contestó. Caminaban a una distancia considerable uno al lado del otro. Jaejoong, sin embargo, quería arrojarse a los brazos de Changmin, llenarlo de besos y mimarle por el resto del día.

“¿Así?”

“Algo así.”

“Iba a regresar pronto, no debiste.”

“No creo que haya algo de malo si nos ven juntos.  ¿No estamos tomándonos de las manos o sí?” Changmin se acercó al ver que no habia nadie al ser tan temprano aún por la mañana, rodeó sus hombros amistosamente, mientras caminaban  por el estacionamiento hacia el auto de Jaejoong.

“Sería lindo.” Contestó distraídamente sin pensarlo mucho.

“No lo creo.” Jaejoong no logró escuchar claramente aquello, no obstante, no tuvo tiempo de preguntarle.

Apenas los dos jóvenes entraron al auto, Changmin ya estaba  casi sobre él, apretando los labios contra los suyos. “Me gusta más besarte así, que tomarte de la mano, hyung.” Susurró  alejándose un poco, solo para juntar sus frentes.

Jaejoong sonrió al escuchar eso., muy pocas veces podría hacerlo.  A veces incluso él, a pesar de no ser una chica, necesitaba esas acciones tiernas por parte de Changmin.
Como usualmente, por  el placer secreto de Jaejoong -para ver sus manos maniobrando el volante, los músculos tensarse, como tomaba la palanca de cambio con esos elegantes dedos -  Changmin conducía el pequeño modelo  negro de Volkswagen.

“¿Por qué no quieres que aparezcamos juntos?”Preguntó Changmin mientras reducía la velocidad, después de un minuto en silencio. “Junsu ha estado con Eunhyuk, incluso tú con Heechul… ¿Qué hay de malo?”

“Porque…porque ellos solo son mis amigos.” Contestó, buscando la mirada color chocolate.

“¿Y?”

“Si voy a salir contigo no voy a resistirme, ¿sabes?” Volteó su rostro para verlo pero no pudo corresponder la sonrisa que el otro le dirigió  “Estoy tan acostumbrado que podría besarte sorpresivamente, como suelo hacerlo, pero frente a todos. Y tú no quieres eso ¿verdad?”

“N-no…” Respondió sorprendido.

“¿Y ni siquiera frente a nuestros amigos?”Jaejoong mordió su lengua, como si eso regresara las palabras antes dichas. No debió haber preguntado eso y menos, de forma tan seria, si ya lo tenía claro. Changmin jamás habia querido que nadie lo supiera, al punto en que siquiera Junsu o Yoochun estaban al tanto. A su vez, Changmin lo mantenía en secreto de Yunho.

Al  principio habia pensado, y lo habia entendido, que se debía a que ambos eran hombres. Pero entonces, cuando Kyuhyun y Sungmin les habían dicho a todos que salían, y solo habían recibido alegría y aceptación por parte de todos. ¿Por qué Changmin insistía en no compartirlo?

El  único que sabía, podría ser aquel joven chofer.

“Tampoco.” Susurró Changmin finalmente,  concentrando su vista al frente, rehuyendo a los ojos oscuros.

Jaejoong no dijo nada más. Poco a poco las cosas, desde hace un tiempo, se volvían más claras. Changmin quería salir con Jaejoong como un amigo, pero nunca lo presentaría como su pareja frente a nadie.  Quizás…solo tenía vergüenza de su relación… ¿Se avergonzaba de salir con él?

¿Era por lo delicado que llegaba a comportarse frente a los medios? ¿O era su situación actual como artista, donde no tenía tantas oportunidades? ¿O ya era muy viejo? Ya casi llegaba a los treinta y…y…. ¿Cómo no lo pensó antes?  Kyuhyun y Sungmin estaban en el mismo grupo, eran casi de la misma edad, ambos eran muy talentosos y bonitos.

Y Changmin mejoraba día con día en TVXQ. Cada día estaba más guapo, mientras que Jaejoong  se sentía mayor y qué perdía más de ese brillo.  Seguramente era eso.  Changmin se apenaba de él. Por eso estaba tan incomodo cuando intentó besarlo frente a Baekseung.
Sus ojos se sintieron húmedos y calientes al pensar en eso, no se dio cuenta que apretaba la tela de su pantalón con fuerza, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

“¿Jaejoong?” Llamó Changmin. Pero el mayor no contestó. “¿Qué sucede?”

“¿Es eso?”Murmuró, su voz se apagaba.

“¿A qué te refieres?”

“No tiene nada que ver con que sea bisexual, no…incluso dijiste que  eso no se lo dijera a nadie. ¿Entonces...es que te avergüenza ser mi novio, Min? ¿Ya no soy lindo?”

“Hyung… otra vez estas pensando en cosas estúpidas.” Changmin intentó reírse, pero se detuvo al ver como una pequeña lágrima bajaba por esa pálida mejilla.

“También soy estúpido.” Siseó Jaejoong, cruzándose de hombros.

“Vamos, deja de morderte los labios y suéltalo. ¿Qué tienes ahora?” Changmin se estacionó antes de llegar al edificio de Jaejoong, justo al lado de una rotonda  por donde ningún auto circulaba. “¿De verdad crees que es eso?”

“Sí. Por eso no quieres decirle a nadie.”

“Así que según tú me avergüenzo de ti por... ¿qué? Lo único que me tiene con cuidado es tu, ahora sí, inexistente trasero. Fuera de eso eres perfecto, Jaejoong.”

“¿Inexistente…? ¡Hey! No es cierto.” Protestó Jaejoong, pero Changmin ya estaba fuera del coche y lo rodeaba para llegar a la puerta del copiloto. “Yah, ¿Qué estás haciendo? ¡Changmin!”

El castaño lo tomó por la muñeca, manteniéndose impasible por los forcejeos del mayor, sacándolo del vehículo, lo jaló hasta estar en medio de la rotonda, sobre el césped mojado entre los arbustos y tan solo tres arboles a su alrededor quedando tal vez solo un poco ocultos al exterior.

“No quiero que sepan que eres bisexual, ni que estás conmigo. Porque después ellos va a pensar que tienen oportunidad contigo.” Changmin apresó su cintura, acercándolo lo suficiente para que el tono bajo de su voz fuera escuchado perfectamente por Jaejoong. “Y no me gusta compartir, así que tendría que pelear y no creo que eso llegue a gustarte.”

Lo tomó del mentón. Jaejoong no podía evitar observar los labios del menor acercarse, y no pudo alejarse cuando lo besó en medio de los autos. Incluso cuando el sol aún no salía, la luna podía verse entre el cielo entre oscuro y anaranjado. Quizas faltaban unos cuantos minutos para el amanecer.
Changmin presionó sus labios sintiendo la boca cálida y esponjosa, los labios carnosos del mayor le dieron la bienvenida, como solo él podía hacerlo, con ternura, y con desesperación. Changmin lamió un poco la pequeña herida en el labio inferior, succionó el pequeño pedacito mojado mientras bajaba sus manos hasta las caderas del más bajo, haciendo fuerza para acercarse aún más.

Jaejoong presionó sus caderas a las de Changmin, quien ahogó un  pequeño quejido entre el beso.  Pasó sus dedos por el corto cabello castaño y lo tomó por la nuca, para profundizar el contacto introduciendo ansioso su lengua a la exquisita calidez de aquella boca.

Changmin lo estampó contra el árbol y Jaejoong sintió como la suave textura de sus labios lo abandonaba para llegar a su cuello.  Emitió un gemido ahogado mientras abría los ojos. Su vista era borrosa, pero pudo ver desde el hombro de Changmin, apenas consciente de que ya podía respirar, como el sol comenzaba a salir y las nubes se tornaban doradas y lilas.
Es ahí cuando ambos recordaron donde estaban, regresaron rápidamente al auto. Exactamente al mismo tiempo en que un semáforo pasaba a verde y los carros comenzaban a transitar la avenida como todo jueves por la mañana
*
*
*

Habían intentado subir al ascensor como personas normales, de verdad lo habían intentado. No con toda la fuerza de voluntad del mundo, pero el esfuerzo habia sido  medianamente sincero.
Sin embargo ambos sentían esa presión en sus vientres, el sabor del otro en sus labios y la extraña frialdad que se sentía cuando sus cuerpos no estaban tocándose.

Así que al fin y al cabo, no pudieron evitarlo. Jaejoong mordió los labios de Changmin con ansiedad apenas las puertas metálicas se cerraron. Pasó al cuello donde chupó y lamió cada parte que le permitiera la camisa blanca que llevaba, dejando marcas rojas y húmedas por doquier.

Changmin tironeaba del suéter que llevaba el mayor, como si así pudiese arrancárselo. En algún momento cuando sus labios volvieron a tocarse, tuvo que rendirse y abrazarlo por la cintura debajo de la tela, presionando las yemas de sus dedos sobre la suave superficie de la piel desnuda que se tensaba en cada pequeño toque.»«

Jaejoong tenía mucha suerte de que el elevador estuviera a tan solo unos cuantos metros de su puerta, por lo que solo tuvo problemas a la hora de encontrar las llaves en su bolsillo y recordar como inhalar y exhalar. Fue un poco más difícil gracias al joven de un metro ochenta y siete que lo abrazaba por la espalda y mordía juguetonamente los cabellos que llegaban a   su nuca. Gracias a eso sus manos temblorosas tiraron las llaves al menos dos veces al suelo hasta que al fin pudo abrir la cerradura.
Se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada cuando caminó con Changmin apoyado en su espalda, con las manos sobre la piel desnuda de su estomago.

La bolsa  con la nieve de vainilla quedó tirada en el recibidor.
Cuando se dio cuenta, ya no tenía el suéter gris  y estaba atrapado entre Changmin y el sofá.

“Hyung-yah…estoy hambriento.” Expresó, aparentemente, con un tono inocente. Entre tanto se situaba en medio de los muslos del mayor.

Changmin bajó lo suficiente para que sus narices se rozaran.  Sonrió de lado con una mirada sugestiva a la boca sonrosada de Jaejoong. Entreabrió la suya, descendiendo tan solo un poquito más  para tomar con sus dientes el labio superior y mordisquearlo de manera traviesa.
Pasó su lengua con maestría, por el interior húmedo del ahora rojizo segmento. Jaejoong cerró sus ojos, soltando un pequeño suspiro ante el estremecimiento que llegó a su espina dorsal cuando Changmin rozó con la punta de sus dedos fríos, alrededor de su ombligo, descendiendo, descendiendo lentamente hasta el elástico de sus pantalones.  Min usó su dedo pulgar para bajarlo, hasta sentir el vello púbico.

“Nhg…”

“Hyung…” Pronunció con voz profunda “¿Quieres cocinar algo para mí o…podría hacer otra cosa?”

“P-puedes hacer lo que quieras.”  Changmin sonrió malicioso ante la débil respuesta en forma de jadeo.
Usó toda su mano como si una zarpa fuese, casi arrancándole las dos prendas bruscamente, sin cuidado alguno con la creciente erección del otro. Lo habia desnudado demasiadas veces, que incluso podría hacerlo con los ojos cerrados.

Presionó un beso en la frente de Jaejoong, sintiéndola realmente caliente. Llevó su pulgar a los carnosos labios de Jaejoong, introduciéndolo. Lo humedeció un poco, y suspiró cuando el cálido aliento de Jaejoong lo envolvió.  Sus pantalones  estaban ajustándose  a su entrepierna con tan solo eso.

“¿Estarás bien?” Inquirió Changmin, apresó su mejilla, repartiendo cortos besos en sus labios.

Jaejoong asintió con la cabeza. Rodeó el cuello de Changmin con los dos brazos, luego tiró casi
desesperadamente del cuello de la camisa hacia arriba para intentar sacársela. Changmin mordió sus labios para reprimir una pequeña risita, pero le ayudó a quitársela, para después lanzarla por sobre su cabeza hasta al suelo.

El mayor sin perder tiempo, ya estaba acariciando su pecho, tanteando sus músculos hasta llegar a la espalda, donde aprovechó para atraerlo hacia sí. Jaejoong le dedico una sonrisa un tanto tímida, antes de juntar sus labios. El beso fue diferente, sin embargo, desesperado y desordenado, utilizando su lengua a la primera oportunidad. Chupó y mojó los labios del menor, sin detener sus manos, empatando con las caricias que este le daba a los costados; desde las costillas a las caderas palpando, apretando la carne blanca casi con saña.

Algo de saliva escurrió por los labios del pelirrojo cuando soltó un jadeo, sus gemidos comenzaron a ser más altos, Changmin había abandonado su cintura y  tomaba su miembro semi-despierto firmemente, moviéndolo de forma lenta y desesperante de arriba abajo.
Jaejoong suspiró,  y recargó su frente en el hombro de Changmin, tratando de silenciar sus vergonzosos gemidos.  Dejó pequeñas marcas con labios temblorosos sobre la piel morena.

“Oh…Dios…”

“¿Es así de bueno, hyung?” Susurró  contra su  sien, casi con malicia que no le duró mucho. “Oh, joder…no.” Gimoteó, cuando Jaejoong dirigió su mano al cierre de su pantalón,  y torpemente intentaba deshacerse de él hasta que pudo bajarlo hasta la altura de sus nalgas.  “No llevo boxers.” Confesó entre dientes.

“Lo sabía.” Suspiró casi sin aire. Envolvió la erección  pulsante de Changmin descuidadamente, lo masturbó, moviendo su mano sobre el eje de su longitud, a veces presionando con más fuerza o acariciando de forma superficial.

“Jae...Jaejoong…hn...” se quejó Changmin con los ojos entrecerrados cuando Jaejoong aceleró el ritmo para después detenerse abruptamente.
El mayor respondió  besándole de nuevo, ambas lenguas se tocaron, peleando por controlar el beso.

Jaejoong, separándose brevemente, movió sus caderas para apretarse más a él. Changmin gimió correspondiendo el vaivén, incluso más ansioso.

“¿Desesperado?” Bromeó. Pero Jaejoong lo calló quitándole los dedos de su propia erección, guiándolos. Se levantó un poco para introducirlos en su entrada.

“Solo hazlo.”

Estaba, de verdad, muy ansioso, y la sola visión de Jaejoong con los cabellos desordenados, esa manera de morder sus labios mientras estos temblaban a la par de que soltaban aquellos pequeños gemidos de ansiedad, hacia que quisiera tomarlo justo en ese momento.

Changmin sonrió maliciosamente orgulloso por su férreo control. Se alejó, con toda la fuerza de voluntad y con ayuda de ese enorme orgullo que tenía, del cuerpo bajo el suyo.

Calló cualquier reclamó del mayor con un pequeño besó en los labios y repitió las mismas palabras en nombre de la venganza: “Esto me ha dado una idea.”

“¿Eh?”

“Espera justo aquí. No te muevas” Le dijo lentamente, sintiendo como al  pronunciarlas la pequeña venganza comenzaba.

Caminó unos cuantos pasos hasta llegar a la elegante bolsa de papel con hileras rosadas y blancas para sacar una cajita de helado. Sonrió mientras la sostenía en sus dedos.

Se arrodilló frente al más bajo. Tomó sus muñecas con las dos manos para evitar cualquier posible resistencia y con habilidad, abrió la tapita de plástico.
La nieve cayó entre el miembro pulsante y se escurría hasta llegar a la entrada de Jaejoong.

Lo besó de nuevo, disfrutando de los jadeos entrecortados del mayor a causa de las extrañas sensaciones que le provocaban la fría temperatura. Sintió como se estremecía y la piel se le erizaba.
Changmin presionó sus dedos  manchándose con la sustancia dulce, sintiendo el interior de los músculos que se contraían al menor movimiento.

“Por favor.” Susurró viéndolo directamente  a los ojos. Changmin se arrodilló, situó su mano libre en la parte interna del muslo caliente.  Abrió un poco más las piernas pálidas de Jaejoong y dirigió su miembro hasta la pequeña entrada rosada.  Incluso si lo forzó un poco, pudo deslizarse dentro de él, sin que Jaejoong le mordiera el cuello. Aun así habia enterrado las uñas en su espalda.

“Mueve…” Ordenó al cabo de pequeños besos que intentaban relajarlo,  lo hizo tan pronto como logró su cometido. Lentamente inició las estocadas, con los gemidos roncos de Jaejoong animándole a que continuara y apresurará el ritmo.

“Te amo.” Murmuró quedito. Changmin lo apresó entre sus brazos posesivamente mientras lo penetraba, enterrando su rostro en el cabello de Jaejoong. Aspiró su dulce aroma a vainilla y sudor
Aceleró el ritmo de sus embestidas, con cuidado de no lastimar a Jaejoong.  A su vez, este movía sus manos por la espalda de Changmin, apretujando la piel de forma placentera.

“Min…” susurró al oído, causándole un escalofrío. “Más…rápido, ahí.”

El menor obedeció, sacó su miembro y lo volvió  a enterrar más profundo. Jaejoong dio un gemido ronco  cuando tocó su próstata, sus glúteos temblaron, y los dedos de los pies se le endurecieron cuando se corrió en el vientre de ambos.

Changmin incrementó el ritmo conforme él lo necesitaba, más fuerte, más duro, de forma un poco más ruda. Entornó los ojos cuando su vista se nubló. Su vientre se tensó, llenando el interior del mayor con su semen.
Respiraba entrecortado. Intentaba tranquilizar su respiración mientras repartía pequeños besos en los hombros y pecho de Jaejoong.

Lo atrajo a su pecho. Sus pieles se tocaban pegajosas una a la otra, pero eso no les provocó a levantarse. Se quedaron así, con sus extremidades enredadas en el pequeño sillón de cuero.


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La cocina se llenó del relajante olor a hotcakes  con mermelada  y mantequilla. Jaejoong dejó las dos tazas de café negro en la barra.  Solo llevaba puesto la camisa blanca de Changmin, a pesar de que ni siquiera lograba cubrir sus muslos.

“¿Qué es esa absurda letra de Kiss b?” Preguntó el  menor al llegar con una toalla en el cabello mojado

“Solo una canción.” Jaejoong se encogió de hombros.

“Prácticamente habla de los dos.” Protestó. “Solo debería decir Choikang Changmin para  estar 1% más del 99% seguro de que se trata de mí.”

“No deberías espiar mis cosas, Min. Es grosero.”

“Solo hacia una revisión necesaria.” Contestó seriamente.

“Sí, claro.” Rodó los ojos mientras les servía a ambos los hotcakes.

“Y bueno...No creo que debas mostrarla.” Insistió con la boca llena. “Podrían darse cuenta. Y entonces…y
entonces…”

“Calla y come.” Atajó, metiéndole otro trozo en la boca. “Ya después hablamos de eso”

“Te ves muy sexy con esa playera blanca, hyung.” Intentó persuadirlo.

“Aún así voy a cantarla, Min.”
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Jaejoong terminó por buscar debajo de la cama, incluso en la alacena. Changseok llevaba tiempo siguiendo de un lado a otro a su nuevo amo,  llorando adorablemente para que le prestará un poco de atención.

 Por todo su lujoso penthouse, el joven de cabello rojizo caminaba  mientras hablaba por celular

“Estúpido y controlador…Mi bonita canción ¿la perdiste? En primer lugar ¿Por qué la tomaste? Voy a tener que escribirla otra vez. ¿Cómo vas a regresar de Japón  a ayudarme? Olvídalo. Ya le diré a otro dongsaeng que  sí me respete.”

2 Comentarios:

  1. Anónimo5/01/2013

    ME ENCANTO, GRACIAS POR ESCRIBIR DE ESTA PRECIOSA COUPLE Y TAN BIEN <3

    Molly

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  2. me encantoo...plasmaste toda smis emociones sobre kiss b ...relamente muy buneo me encantooo este MinJae!! muchísimas gracias por este encantador shot :3 <3

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