Corazón arrinconado

Titulo: Corazón arrinconado
Autor: Kanda_san
Pareja: YooSu
Extención: Oneshot
Género: slash- Romance
Resumen: Una situación algo complicada para Junsu, y agridulce para Yoochun.
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Fuera, una débil brisa despuntaba en la noche bajo un cielo poblado por estrellas diminutas. Max se había ido pronto a dormir, estaba algo cansado después de un día lleno de sesiones fotográficas y entrevistas. Yunho y Jaejoong se disponían a salir al pueblo cercano, para tomar algo y relajarse un poco conversando. Junsu decidió que iría con ellos, pero al ir a avisar a Yoochun, se percató que no se hallaba por ningún lugar de la acogedora casa: <<.id vosotros delante, ya os alcanzaré luego, voy a buscar a Yoochun.>>, dijo Junsu tratando de disimular un ligero nerviosismo. Yunho y Hero se marcharon alegremente entre sonrisas y gestos cómplices, que solo una persona enamorada podría adivinar.
Junsu buscó por todos lados, hasta que, finalmente, se dio cuenta de que Yoochun estaba fuera, a orillas del mar, sentado en la arena y dejando la cálida agua mojar sus pies; una pequeña luz exterior proveniente de la casa, lo iluminaba tenuemente. Llevaba puesto un fino pantalón corto de lino blanco y una gastada camiseta de algodón en color azul. Xiah quitó sus zapatos y los dejó junto a la escalerita de madera que conducía hasta la playa, acercándose despacio y con sus manos metidas en los bolsillos, pensativo. Cuando estuvo justo a su altura, Yoochun supo que era él; simplemente, lo supo.
—Hace una noche espléndida, ¿verdad? —El tono de voz de Junsu era calmado.
—Sí —Respondió Yoochun lacónicamente. Entonces, Junsu notó claramente que le ocurría algo, y se preocupó, pues sabía de la sensibilidad de su amigo. Así, se sentó a su lado, dejando que el mar bañara también sus delicados pies y, colocando los brazos sobre sus rodillas, preguntó dubitativo:
— ¿Te ocurre algo? —Micky se mostraba con la mirada perdida en mitad del hermoso firmamento, que parecía adornado de pequeños farolitos colgantes. Junsu lo miró, lo observó, y un ligero estremecimiento le recorrió cuando comprobó que, de los ojos de su amigo, brotaban difusas lágrimas que se perdían a lo largo de sus mejillas… Xiah se giró hacia él y le secó las lágrimas pasando dulcemente su dedo por ellas.
— ¿Por qué lloras? —Preguntó confuso.
—No importa —dijo—. Solo es una estupidez.
—Nada de lo que te ocurra es una estupidez, Micky. Por favor, te pido que me hables, habla conmigo —Junsu parecía suplicante. Micky bajó la cabeza con timidez y comenzó a hablar entrecortadamente:
—Es solo que… es solo que… que antes te he visto jugando muy acaloradamente con Changmin, y me he sentido extraño, no sé por qué me ha ocurrido eso, lo siento, no debería sentirme así ante la felicidad de los demás.
Xiah suspiró vagamente, buscando la manera de confesar a su amigo la turbación que guardaba en su interior; tenía un gran peso en su pecho. Se acercó más a Yoochun y con una de sus manos atrajo suavemente la cabeza hacia así, quedándose frente con frente.
—Micky, verás, yo… yo amo a Changmin —Yoochun pareció que iba a decir algo cuando Junsu tomó su rostro entre sus manos y lo besó, lo besó apasionadamente. Micky se quedó desconcertado—. Pero… también te amo a ti, Yoochun, no puedo evitarlo, ni puedo negarlo, por favor, perdóname —Ahora era Junsu quien parecía no controlar sus sentimientos y evitaba a toda costa echarse a llorar. Micky comprendió el mundo de incertidumbre por el que su amigo debía estar pasando, y decidió que en ese momento y en ese lugar, nada importaba más que ellos dos; y lo besó, lo rodeó con sus brazos y lo besó una y otra vez, hasta quedar totalmente recostados sobre la arena, bajo un cielo que los abrigaba y los observaba impasible, y el cielo tuvo celos, tuvo celos de que un amor así no le perteneciera a él. Las caricias, el calor y los húmedos besos que se entregaron esa noche, llenaron unos corazones sedientos de amor, unos corazones que necesitaban descanso en aquel loco y acelerado mundo en el que vivían; más hubo un momento, mientras Junsu le hacía el amor a Yoochun, en que una lágrima traicionera y perdida rodó por su cálida mejilla, esa lágrima tenía un nombre: Changmin.

Fin