Footspets cap 10

El sentirse rechazado era una sensación desagradable para YooChun, mucho más cuando perdía un partido en la cancha por su culpa. Sentía que el pecho se le oprimía, que el dolor que sentía por sus labios dañados –resbalando de ellos un sabor metálico- no se comparaba con la decepción amorosa que sentía al no ser correspondido.

— Él... JaeJoong me olvidó.

Susurró estando solo mientras caminaba, a esas horas en la escuela, los alumnos estaban inmersos en las clases matutinas. Gracias a ello, no habían podido presenciar toda la escena desagradable que había pasado en segundo. Pero poco le importaba verse débil ante los demás, que los chicos le miraran con asco ante su declaración. Por que solo algo hacía latir su pecho con fuerza, y ese era el dueño de sus sentimientos, JaeJoong.

Limpió nuevamente sus labios, pero estaba pudo sentir que en sus manos no solo habían rastro de sangre sino también las lágrimas se habían unido a ellas para salir con rapidez.
Lloraba, con la cabeza agachada siguió su camino. Quería estar solo, en esos momentos solo pensaba en sus sentimientos y no su error. Cuando vió unos pies aferrarse al suelo impidiéndole pasar.

— ¿Qué quieres? —le cuestionó viéndolo frívolamente. Sus lágrimas estaban a la vista.

— Hablar contigo, YooChun —era lo menos que necesitaba allí, pero no podía huir de sus errores. Debía hacerles frente para librarse de ellos adecuadamente, pidiendo perdón si era necesario.


~*~


Riri había dejado a la pareja sola tras la petición especial que le había hecho el pequeño Changmin, por más preocupada que estaba prefería que arreglaran ellos sus problemas para poder echarle una mano al más lastimado, quizás, de todo. Su amor no correspondido, Junsu.

— Hyung —lo llamó el menor sentado en una banca. En sus piernas largas, el moreno yacía acostado con una mano en su frente para impedir un poco la molestia del sol.

— Dime.

— Puedo pedirte un favor —el mayor quitó un poco sus manos para mirarlo, su pequeño tenía una mirada llena de brillo y tristeza, movió la cabeza para que continuara— Perdona a YooChun y....

— ¿Estás loco? —rápidamente se levantó para sentarse en la banca. Estaba molesto, las ganas de querer partirle la cara le regresaban a su cuerpo— ¿Como puedes pedirme eso, cuando pensaba utilizarte Minnie? Aún sabiendo que tu lo que querías, que te gustaba mucho... y que aún lo....

Se detuvo ante lo que decía, se estaba poniendo la soga al cuello el solo con aquellas abrumadoras palabras. Pero, por más que le doliera tenía la sospecha de que fuera cierto, que su lindo Minnie aún amara al desgraciado que quería usarlo. Agachó su cabeza aguantase las lágrimas que amenazaban con salir.

— No —Changmin sabía que frase saldría luego de que el mayor se había callado— Hyung mírame.

Pero el moreno no le hizo caso, no quería levantar su rostro para escucharle decir aquellas palabras que tanto deseaban que fueran para él, sintió las manos del menor tocarle el hombro y se alejó. Se sentía tan vulnerable en ese momento por escuchar un rechazo que le dolería hasta el alma, que lo partiera en mil y que el JaeJoong en el que se había convertido muriera para siempre.

— Kim JaeJoong, ¡me vas a escuchar! —le gritó acercándose a él. Por más que este se alejara escucharía las palabras que le tenía que decir, por que solo le pertenecían a su demonio— Mírame.

Y con más que terquedad lo tomó de su barbilla para que levantara el rostro.

— ¿Estás llorando? —jamás lo había visto llorar, se veía un hermoso diablo, vestido de gris y sus labios rojos que se relamía. El mayor desvió su mirada y Changmin buscó sus ojos con brusquedad— Hyung, yo quiero decirte....

— Lo sé. Pero no quiero escucharlo —sus lágrimas seguían recorriendo su rostro— Por favor, no lo digas —subió sus manos a su cabeza y se tapó los oídos— Por favor, por favor.

— ¿¡Es que no me vas a dejar continuar!? —Changmin quitó los brazos del mayor del oído, este cerró sus ojos— ¿¡Es que no quieres escucharme decirte que Te amo!?

JaeJoong abrió los ojos con sorpresa, el menor se había levantado de su asiento por el poco enojo que le había provocado con su miedo. Y el hizo lo mismo, aún su mente no procesa las palabras.

— ¿Qué es lo que estas diciendo? —le preguntó no creyéndole— Changmin tú....

— Te amo —le dijo tomando sus manos para entrelazarlas en el aire— JaeJoong te amo tanto que le gritaría a todos lo mucho que he llegado a quererte en unos días.

— No es cierto —aún no podía creerlo— Tú... YooChun....

— Para mi ya no existe él... —le interrumpió—... solo existimos tu y yo. Por que JaeJoong yo....

Unos suaves labios interrumpieron sus palabras, Changmin abrió los ojos ante el sorpresivo beso pero no pasó ni dos segundos cuando comenzó a responderle el gesto. Cerró sus ojos entregándose al roce, pero el quería más, como su hyung también lo deseaba al sentir como mordía su labio inferior pidiéndole permiso para saborear su cavidad, permiso que no negaría.

JaeJoong sentía que las lágrimas que antes había derramado no se comparaban con las que ahora se resbalaban con sus mejillas, por que estas eran abundantes y estaban llenas de otro sentimiento. Un sentimiento opuesto al anterior, felicidad. Sus lenguas recorrían sus cavidades, no dejando ni un lugar que no pudieran saborear. Pero como todo beso apasionad necesita aire, este no sería la excepción.

— Hyung —logró susurrar al sentir las manos del mayor sobre sus mejillas rojizas. Apoyados frente a frente se miraron por segundos, cuando quiso preguntar— ¿Tu también me amas?

— Minnie —rozo sus labios una vez más— Siempre te he amado y nunca lo dejaré de hacer. Te amo, Changmin.

Y esta vez el pequeño fue el que quiso comenzar nuevamente con un beso, capturando los labios de JaeJoong posesivamente. Sintiéndose la persona más feliz del mundo a lado del demonio.


~*~


— ¿¡Es que no tienes sentimientos!? —RyeoWook se levantó del sofá para mirar con ira a su hyung— Jamás podría haberlo esperado de ti. Yunho me decepcionas, ¿cómo pudiste hacer eso?

— Para ti soy YunHo hyung —le corrió.

— Claro que no. Un hyung es un ejemplo a seguir y tú no lo eres —Kyuhyun se sorprendió al ver los ojos de su novio. Jamás lo había visto de aquella manera.

— Lo que digas —ignoró su comentario y se acomodó con sus brazos en la estrecha silla— Además a mí JaeJoong siempre me ha gustado, lo he querido en secreto. He guardado todos estos sentimientos por mucho tiempo, ¿no pueden comprender? ¿es que no pueden dejarme ser feliz con él?

— Esa no es la manera —esta Kyuhyun intervino— Amor no es lo que tú haces. Amar es querer la felicidad de la persona que quieres aún si eso es a costa tuya. No es lo que tu hiciste, utilizar a YooChun con tus juegos sucios para que se liara a Changmin de esa manera. El sexo no es amor, YunHo.

— ¿Y tú me lo vienes a decir cuando hace dos noches te tiraste a un tipo del bar que te lleve?

El menor abrió los ojos de par de par. El mayor sonrió ante su silencio y es allí cuando RyeoWook no quiso aguantarse sus ganas de querer golpear. El moreno se lanzó sobre él para darle una cachetada.

— ¡Jamás vuelvas a decir tonterías! —estaba molesto por lo que había escuchado— ¡Menos si metes a Kyuhyun en esto!

— Es la verdad —se defendió sobándose la mejilla izquierda— Allá tu sino quieres creerme, ¿no Kyuhyun?

— Si tanto dices que el amor es jugar con los sentimientos, seducir. ¿Por qué no te ligas a la amiga de Changmin? —dijo sin pensarlo, seguro después se arrepentiría de ello.

— ¡Kyuhyun! —gritó RyeoWook caminando hacia él— ¿¡Pero que demonios est... ¡?

— ¿Tomarlo como un reto? —su sonrisa se agrandó y el menor asintió— Es pan comido. No solo me la ligaré, sino que le quitaré su virginidad.

Estaba decidido. Yunho jamás rechazaba un desafío y menos cuando no podía negar que la chica ruda que le había pegado, era atractiva y buenas proporciones. Escuchó como RyeoWook comenzó a regañar a su novio. Y antes de que siguieran salió sin decir una palabra del lugar.


~*~


Dentro de una casa, no más bien mansión, se podía ver a varios guardaespaldas parados en una puerta. Hombres fuertes, con grandes habilidades trabajaban para aquel señor que se encontraba tras la puerta.

— Nombre —dijo uno de los guardaespaldas al tener en frente un señor vestido de negro, su chaleco hasta el suelo y unas gafas que lo hacían ver demasiado misterioso.

— Solo dígale que vengo a informarle el trabajo que me pidió sobre su hijo Kim —vió como el hombre habló tras un pequeño micrófono en su ropa y un “adelante” fue lo que le respondió al abrirle la puerta.

La oficina tenía decoraciones luminosas, no cabía duda que el que el hombre que estaba de espaldas con su silla frente a él, era el dueño de la herencia Kim.

— Señor aún no tengo su trabajo completo, deme más tiempo —le dijo.

Aquel hombre de mayor de edad, unos cuarenta y ocho años, con bigotes blancos y un gran estómago se giró para tomar ver al hombre. Observó su rostro que le daba para que le diera más tiempo de investigas, alzó su ceja para luego arrugar su frente con molestia. Golpeó la mesa antes de pararse.

— Secretaria, consígame otro investigador privado ahora mismo y despida al actual. Quiero saber todo lo que mi hijo esta haciendo en Corea —y colgó con fuerza.


~*~


JaeJoong suspiró resignado mientras tenía al menor apoyado en su hombro mirando el jardín de la escuela. No podía negarse ante la petición de Changmin.

— Esta bien —sobó la mano del castaño, ambos la tenían entrelazadas en un suave contacto— Perdonaré a YooChun y YunHo si ambos me dan las explicaciones que pida.

— Gracias —se levantó de su hombro para besar su nariz con dulzura, pero al ver al el rostro infantil del mayor se acercó a él dándole un pequeño roce en los labios, uno inocente — Ahora no me pidas más.

— ¡Minnie! —gritó el mayor con sus mejillas infladas.
— Olvídalo, no te daré otro beso hyung.

— ¡No es justo! —gritó JaeJoong feliz, estaba contento luego de ser correspondido por la persona que más amaba en el mundo. Daría la vida por ver a Changmin con una sonrisa cada día— ¡Ven acá!

— ¡No!

Y el mayor comenzó a perseguirlo, tratando de alcanzarlo. La inmensa felicidad que sentía por el amor que se sentía no podía compararse con nada. Ni siquiera en sus más hermosos sueños habían vivido algo tan especial como lo que ellos ahora compartían.


Continuará