Aclaración: Los párrafos que están en cursiva son recuerdos de días antes, o días de ayer.
El arduo trabajo que el trío de chicos tenían era bastante agotador, con lo poco que hablaban esos días, Changmin sentía que su amistad se estaba desvaneciendo. Y aquello era algo que le preocupaba, ya tenía demasiado con pensar quien le pudo mandar aquel oso de felpa, pues aunque su desilusión se acabó el mismo día que lo recibió quería averiguar quien era aquella persona.
Caminaba de lo más entretenido contándole a Riri unas cuantas cosas que le había sucedido, pero a su parecer su preciada amiga no le daba la mas remota atención. Buscó alguna mesa libre de la cafetería, pero al hacerlo no notó que ambos se habían separado. Ahora caminaba solo entre medio de los bulliciosos jóvenes de su escuela.
Sin pensarlo dos veces, dejó de buscar a Riri para salir de la cafetería. Por el pasillo largo, lleno de mesas a ambos lados, puedo notar una en particular. YooChun bebía Coca Cola mirando el paisaje. La curiosidad en ese momento lo invadió y sin pensarlo, se dirigió a él.
— Buenos días Hyung —saludó cortésmente. Algo que siempre lo caracterizaba de los demás.
— Ah, Hola Changmin —YooChun miró a su alrededor como si buscara algo o a alguien.
— ¿Estás solo? —con su bandeja en mano preguntó. Changmin sintió su extraño comportamiento, y temió que estuviera con alguien, o mucho peor... una novia.
— S-si —sacó las mochilas de la silla para invitarlo a tomar asiento— ¿Sucede algo?
Se sentó torpemente, las sensaciones que le producía estar cerca de YooChun era únicas, irrepetibles y sobre todo para él, especiales. Changmin quizó responder, pero ¿Qué es lo que realmente le diría? ¿Tendría las suficientes agallas para preguntar si él era esa persona?
— Yo... este
— ¿Pasa algo Changmin? —el rostro preocupado de su hyung le produjo que sus mejillas se tornaran un poco rosas.
— Muchas gracias por el obsequio —bajó la cabeza avergonzado, sonrojado y con buena educación. YooChun quedó un poco sorprendido viéndolo.
— Changmin —le habló, a lo que el menor alzó su rostro para mirarlo— ¿Qué obsequio? ¿De qué me hablas?
Y ahí fue cuando sus ilusiones de niño enamorado se desvanecieron con el viento al romperse como cristal. Vergüenza, era una de las cosas que sentía en ese momento, sin decir ni una palabra se levantó de su asiento para correr. No podría ver a YooChun después de aquella patética escena.
~*~*~
No podía creerlo, el trataba de ser amable con le menor y este, ¿cómo le pagaba?
Acercándose a YooChun. No le cabía en la cabeza de JaeJoong que el pequeño no había pensando en él como sospechoso del regalo. Una vez más releyó aquella nota. La guardaba como oro en su billetera, aunque no fuera dirigida para él, las letras de Changmin y su esencia era una de las principales razones para conservarla consigo.
— Jae-hyung, ¿Qué haremos hoy? —preguntaba el menor del grupo, Kyuhyun.
Todos se encontraban en una sala oscura, con muchas cosas. Televisor, sofás, mesas, una pequeña estufa para prepararse algo, sin duda aquel cuarto parecía más un departamento que una sala de reunión.
— ¿Molestaremos a alguien? —YunHo extendió sus brazos con los ojos cerrados en el sofá.
Tardó unos segundos en contestar, pues aquello le recordó como comenzó a fijarse en Changmin. Primero lo observó como futura víctima, y antes de que comenzara el juego ya se encontraba dentro de un callejón sin salida, ante los pies del menor. Sin darse cuenta había caído en su propio juego, sabía que algunas de sus víctimas anteriores –mujeres y hombres- caían en sus redes, en sus encantos y les era divertido, algo de diversión era lo que le hacía falta a la vida de JaeJoong.
Pero lo que ahora sucedía se le había salido completamente de sus manos. Changmin era importante, no supo en que momento, pero si alguien le preguntara allí mismo si daría lo que fuera por tenerlo no dudaría en robar, golpear y todo lo que pudiera hacer para tenerlo solo para él.
— ¿Jae-hyung, estás? —RyeoWook le pasó por su rostro una de sus manos, tratando de captar su atención.
— Wookie, tu eres diferente a nosotros, ¿cierto? —el aludido fue tomado de una brazo siendo observado detenidamente.
No sabía exactamente a que venía ahora la pregunta del castaño. Kyuhyun miraba la escena, había dejado el videojuego al escuchar el nombre de su fiel amigo. YunHo ya tenía en mente algo, la mirada de su líder era diferente, extraña, con ninguno de ellos se comportaba de esa manera, ni los miraba con los ojos esperanzados.
— Hyung, no entiendo —el menor era ingenuo, pero comprendía que lo que le pediría tenía algo que ver con Changmin.
— Tú eres más amable, más tierno, el más diferente a todo nosotros —miró a sus compañeros para verlos con un rostro de casi de sorpresa— Quiero pedirte...
RyeoWook no lo dudó dos veces y aún sosteniendo la mano de su hyung lo sacó a rastras fuera de la habitación. El castaño tenía en cuenta los sentimientos que despertaba su líder hacia cierto compañero de la banda y aunque a ambos lo quisiera con respeto, no podía verlos juntos pues eran personas con personalidad casi iguales y en este mundo quería ver a cada uno de ellos con parejas totalmente distintas.
— Ahora si hyung —le soltó la mano una vez estando afuera. La idea de ver a Kyuhyun sorprendido ante su acción le producía cierta gracia, quería a su pequeño dongsaeng mucho más de lo que pensó— ¿Querías pedirme un favor cierto?
— H-hai —JaeJoong se sentía débil, ¿tan notable era?— Pero, ¿por qué...?
— ¿No querrás que todos se enteren, cierto? —agradecía infinitamente que el pequeño fuera mucho más consciente que el a la hora de no estar en sus cabales— ¿me dirás ahora?
— RyeoWook —el nombrado lo miró. Junto sus manos para proseguir— ¡Ayúdame!
~*~*~*~
Finalmente el final del día llegó, y con ello el cerrar la cafetería Delicius solo significa unas horas de descanso antes de llegar a dormir. El gerente les ordenó que el local estuviera impecable para el siguiente día, pues los reclamos por su tardanza en el día no se hicieron esperar. Changmin sabía el por que su tardanza, pero el motivo de sus dos compañeros no los sabía.
— Hasta mañana muchachos —se despidió el gerente caminando— No se olviden llegar mañana temprano, si estarán despedidos.
Y lo vieron desaparecer en la curva de la siguiente cuadra. Ahora solo quedaban ellos tres y el ambiente de por sí ya era tenso. En la mente de Riri solo cabía preocupación y cierto enojo por un pelirrojo, desde el día de ayer no podía lograr cruzar una palabra con Junsu. Aunque este no sospechara la verdadera molestia por su parte. La rubia no era una persona ingenua ni mucho menos lenta, y aquellas palabras que habría logrado articular con su compañero fueron suficientes para darse cuenta de las cosas.
Al observarlos juntos la angustia los invadió, pues aunque no pensara que Junsu era de aquellas personas, ahora por su mente divagaba aquello. Sus sentimientos por el pelirrojo quedarían destrozados al comprobarlo, no le cabía en su cabeza que el muchacho resultara ser.... igual que Changmin.
— YooChun —saludó tratando de sonar enfadada— Junsu, ¿puedes acompañarme un momento?
Observó la sonrisa sincera que le propiciaba al mayor antes de irse tras ella. Los celos de solo tener la idea de verlos juntos se estaban apoderando de ella, apretó el oso que llevaba consigo contra su pecho.
— Podrías explicarme, ¿Qué haces con YooChun? —le preguntó una ves estando ambos a unos metros de la cafetería, sin nadie que caminara lo bastante cerca para escucharlos.
— Pues... —el pelirrojo tardó en responder, debía sonar convincente sus palabras para que le creyera— Ayudo a Changmin.
— No me mientas —en su rostro podría apreciar la frase “te estoy mintiendo” y aquello era algo que sacaba a Riri de sus casillas— Dime tus verdaderas razones, ¿Qué pasa aquí? ¿De que me perdí?
— No entiendo por que haces tanto escándalo, Riri.
— No eres bueno para mentir, Junsu. Así que dime tus intenciones directamente. ¿Estas con YooChun para ayudar al tierno de Changmin?
— No —negó, la mirada de su amiga se había clavado con sus palabras muy dentro de él. Y ahora se sentía culpable, dándose cuenta de sus actos.
— Dime la verdad —con voz entrecortaba busco fuerzas para seguir— A ti también te gusta YooChun, ¿cierto?
El pelirrojo bajó la cabeza avergonzado. Y aquello era suficiente para saber su respuesta, la decepción se apoderó de ella, consigo llevaba la amargura de no ser correspondida, lastimada y herida por sobre todas las cosas. Riri se dio media vuelta sin decir nada, pues no tendría las palabras adecuadas para decirle algo coherente.
Sus lágrimas le amenazaron con salir de sus castaños ojos y por más que quisiera gritarle mucho reclamos a Junsu, no podría hacerlo en delante de Changmin. Apreciaba mucho al pequeño, como su hermano pequeño y no quería que este saliera herido de todo aquello.
Changmin era tierno e incrédulo, pero se daba cuenta de algunas cosas y ahora era la situación exacta para saber que entre ellos tres algo sucedía. Él era consciente que no había hecho algo para molestar sus amigos, pero las medias miradas que se daban Junsu y Riri le explicaba lo bastante para entender que no tenía mucho que ver con él.
— ¿Hablaran ustedes, o empiezo yo? —captó la atención de los dos y ninguno dijo nada— Esta bien, comenzaré yo —suspiró, era la primera vez que una situación como esa se presentaba ante sus amistades— Si hice algo malo para que estén molestos conmigo, lo siento mucho chicos. Saben que soy demasiado ingenuo para algunas cosas y si los lastime sin darme cuenta, perdónenme, ¿si?
Junsu y Riri levantaron sus rostros para mirarlo con sorpresa y cierta culpa dentro de sus miradas. A la rubia no le cabía en duda que tenía un hermanito del cual tenía que cuidar mucho, pues era ingenuo, tierno y sobre todo de buen corazón. El pelirrojo tenía muchas sensaciones y no sabía si lo que estaba haciendo era correcto, él también sentía ciertos sentimientos por el basquetbolista pero al escuchar la confesión animada de Changmin calló y ahora no sabía si había tomado la decisión correcta en ese momento.
— Tú no hiciste nada Changmin —Riri lo tomó del hombro sonriéndole— Aquí el que tendría que disculparse no eres tú, sino otro.
Aquella indirecta era más que suficiente para que Junsu se diera cuenta de la mirada fría que le propiciaba Riri.
— ¿Ah, que dices Riri? —se sentía excluido y no entendía para nada lo que su amiga le había dicho.
— No te preocupes —habló finalmente— No hiciste nada Changmin y si lo hubieras hecho ya te lo hubiéramos avisado.
— En todo caso, seguimos siendo amigos, solo espero que esta vez confesemos todo y seamos completamente sinceros —esta vez los dos chicos agacharon su cabeza, uno por ocultar un secreto y el otro por no decir lo último que les había sucedido en el día.
— Por cierto —soltó el hombro del menor para rebuscar en su mochila— Esto es tuyo Changmin.
— ¡Tu lo tenías! —recibió el oso de felpa entre sus manos para sentir un aroma que ya conocía— ¿Le echaste algún perfume Riri?
— No, ¿por qué? —miró la cara del menor mientras revisaba cada parte del pequeño oso, tal vez Changmin podría darse cuenta finalmente de quien era esa persona.
— No importa —metió el obsequio en su mochila. Por alguna extraña razón lo conservaría aunque había decidido tirarlo tras que se lo entregara, miró su reloj— ¡Oh, es tarde! Nos vemos chicos.
Salió corriendo a toda prisa, pues no quería llegar tarde a su casa para recibir un gran regaño por parte de su madre. Desapareció en una esquina dejando de ver a sus callados amigos atrás. Sin duda alguna, había algo más que Junsu y Riri no le habían contado.
~*~*~
— ¿Estas seguro que esto funcionará? —JaeJoong aun tenía presente preocupación en sus palabras, pues no estaba del todo convencido con todo lo que podría suceder.
— Claro que si, hyung —el pequeño le daba los último retoques— Confía en mí.
— Sigo sin entender que tiene que ver mi apariencia.
RyeoWook sonrió ante lo distraído que era su líder, aquella faceta nunca la había conocido y ahora que se encontraba completamente enamorado el verdadero JaeJoong dulce estaba por renacer.
— ¿Quién podría fijarse en ti, si cuando te miran piensan que eres un matón o ladrón?
— ¡Hey! —se quejó el castaño— Ten cuidado con lo que dices Wookie, muestra respeto a tu hyung.
— Listo —ignoró completamente su comentario.
JaeJoong se levantó de la silla para mirarse frente al espejo, sin duda el menor era un artista a la hora de cambiar apariencias. Podría jurar que se enamoraría de sí mismo al verse tan genuino, angelical y sobre todo aquella apariencia tan tierna e infantil. Changmin le recordaba aquello, y sin dejar de mirarse suspiró como niño de primaria enamorado.
— Lo que hace el amor —comentó RyeoWook guardando la crema facial y el paño con el que había hecho desaparecer el delineador negro que caracterizaba a su hyung.
— ¿Dijiste algo?
— No, hyung —sonrió mientras tomado un bolsón y se lo entregaba, el castaño no comprendió el motivo de ello— No preguntes. Sé que la necesitaras.
Sin decir algún comentario se levantó de la silla con el bolsón y las cosas que le hacían falta, la llave de su moto, y un pequeño obsequio que llevaba consigo. Su dongsaeng le deseó suerte al verlo salir por la puerta, luego le agradecería a ambos, a RyeoWook y a Kyuhyun también, este último se había encargado –según el pequeño- de la tarea más fácil. El local donde llevaría consigo a Changmin.
~*~*~
— ¡Mamá, ya llegué! —gritó con cansancio al abrir la puerta.
No recibió respuesta, seguro su madre estaba trabajando arduamente y se le había hecho tarde. Dejó su mochila en la sala y se adentró a la cocina. Tenía hambre y mucha, estaría dispuesto a comerse un animal en ese mismo momento si no encontraba algo comestible.
“Me ofrecieron unos trabajos extras asi que no llegaré a casa. Hijo prepárate algo de comer. En la cocina tienes lo necesario para comer, solo no quemes la casa.
Con amor, tu mamá”
Pudo leer al abrir el refrigerador y encontrarse con verduras, carne y cosas que necesitaría al prepararse algo comestible para comer. Solo tenía un problema, no tenía la menor idea de que preparar, además de no saber cocinar.
Se encontraba muerto, y con su rugiente estomago hablarle, sonó el timbre de su casa. Caminó para abrir la puerta, aunque no sabía exactamente de quien se trataba, rogaba por que el trabajo de su madre fuera cancelado y pudiera prepararle algo de comer.
— ¡Tu! —Changmin quedó estupefacto al ver a la persona que se encontraba frente a su puerta.
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Waaah...
ResponderEliminarQuien diria que Su tambn esta enamorado de Chun...
Yo creo q Yoo tambn lo esta de Junsu...
Jae de verdad esta enamorado x3
Ai.