Changmin en ese momento abrió sus ojos con fuerza asombrándose ante la proposición del mayor. ¿Hacer el amor? ¿¡En que diablos pensaba ese muchacho!? Aunque su mente tardaba en procesar lo que sucedía, Jaejoong sonreía con mucha picardía y podría jurar que en sus ojos había deseos lujuriosos. ¡Oh, por dios! ¿Podría estar peligro?
— Oh vamos, no es para tanto —debía estar de broma. El más bajo guardó los platillos vacíos en la canasta dirigiéndose a su moto para sacar sábanas. Aquel moreno iba en serio con sus deseos, Changmin sintió algo de miedo con un sentimiento que lo acompañaba, no sabía que era— Y bien, ¿me pagarás?
— ¡Déjate de huevadas! —se levantó del suelo con torpeza. No estaba seguro si sentía más temor por lo que planeaba el diablo o no evitar lo que podría ocurrir— Quiero irme. Llévame a mi casa, no pasaré la noche aquí por más que hayas traído hasta una cama.
— Mmm... Pensé que con las sábanas podríamos estar calientitos —sonrió con ternura, su pequeño le causaba risa y no podía evitar molestarlo. Sonriendo de lo más bobo acomodaba la suave tela en el pasto verde, cuando unos fuertes brazos los desordenaron— Minnie, no hagas eso.
— ¡Que no me digas Minnie! —odiaba que lo sacaran de quicio, y él simplemente ya había rebalsado— Deja de hacer eso y llévame a mi casa de una maldita ves.
— Ah, ya entiendo —dejo de acomodar y se dirigió una vez más a su motocicleta sacando algo desde su caja trasera— Necesitaremos almohadas para dormir cómodos.
— ¡Ah! —grito Changmin eufórico por haber perdido la poca paciencia que le había quedado, tomó bruscamente una de las almohadas para comenzar a golpear a JaeJoong.
— Auch, eso duele —se quejó el mayor sonriendo, causando más que enojo en el más alto— Esta bien ya entendí.
— ¿Me llevarás a mi casa?
— No —rió soltando una de las almohadas para quedar con una pequeña en sus manos— ¡Guerra de almohadas!
~*~
La excitación que en ese momento sentía era demasiado grande para pararlo. Para detenerlo, por que RyeoWook también quería sentirlo tanto, o más de lo que el pequeño quería. En la suave tela de su pantalón un pequeño bulto se encontraba luchando por ser liberado, salir y divertirse con amor y sin control.
— Te quiero dentro Kyu —y aquello bastó para sentir como sus manos subían desde sus muslos, masajeándolo con deseo y lujuria, hasta llegar a su cintura.
— Te lo quitaré.
Con mucha delicadeza, pero rápidamente el menor lo había despojado de la elástica camiseta que llevaba bajo su polera. ¿Es que tenía que usar doble ropa?
La entrepierna de Kyuhyun ardía como fuego dentro de sus pantalones, con la ropa despojada de su esbelto pecho se apoderó de el recorriendo desde sus tetillas besándolas con suavidad, lamiéndolas. Sabían mucho más dulce que el chocolate y el dulce de luche juntos. Tardó minutos allí escuchando como el mayor gemía ante el placer de ser devorado por él, y solo por él; con suaves besos dejando en cada parte de su pecho bajo lentamente. RyeoWook se mordía el labio inferior con fuerza, haciéndolo sangrar. El placer que estaba sintiendo era demasiado bueno para creérselo.
— Hyung... —pronunció con sensualidad Kyuhyun.
El mayor bajo su vista para mirarlo. Sus mejillas ardían de un color carmesí y con solo ese toque podría considerarlo como el arte más hermoso que podría haber visto. Se acomodó un poco en el sillón, pues aunque no quería moverse mucho la posición en la que estaba no le dejaba disfrutar al máximo el momento.
— No te detengas —más que una petición sonaba a una orden de RyeoWook, algo muy extraño en él— Esta noche quiero ser tuyo y tu serás mío.
Lo tomó del cuello de la camisa levantándolo para apoderarse de sus labios. Mordiéndole sin brusquedad, pidiendo permiso a ser el inexperto de explorar toda su deliciosa cavidad.
~*~
— Debo irme. Es muy tarde —Junsu se levantó del sofá donde estaba recostado con la cabeza apoyada en el regazo de su amiga.
— Tienes razón, tu madre debe estar ocupada.
Se levantó ella también siguiéndolo hacia la puerta de la salida. Riri no se encontraba sola en su casa, antes de llegar a la puerta Junsu se despidió amablemente de su mamá y esta había notado algo raro en el preguntándole si le pasaba algo, a lo que el solo respondía que se debía al cansancio de los estudios.
—Te acompaño hasta....
— No. Puedo ir solo no te preocupes —quería estar solo. Por más que antes había tenido una platica para sentirse bien con él mismo y sus sentimientos, no le era suficiente para evitar llorar a cada momento de recordar un dulce beso o roce de YooChun.
— No te pregunte ni me ofrecí —Riri no es fácil de engañar y a veces podía llegar a ser bastante directa— Pero tengo que ir a comprar unas cosas en la esquina.
Un suspiro dejó salir su compañero para cerrar la puerta al salir ambos de la casa. Caminaron en silencio sin decir una palabra, ambos en su propio mundo. Junsu seguía aún melancólico y pensando ¿Por qué el tenía que haber resultado lastimado y usado por YooChun? Sus cristalinos ojos evitan a toda costa derramar gotas saladas por él, no se lo merecía. No merecía ni siquiera el dolor que el ahora sentía.
Por su parte la rubia sentía el doble de dolor, si antes había derramado infinitas lágrimas por su joven amigo que no le correspondía, ahora sufría mucho más al escuchar de sus propios labios que estuvo a punto de acostarse con el basquetbolista para luego ser botado antes de que se cometiera su cometió. Sentía preocupación y no solo por él, sino también por Changmin. El pequeño aún lo quería, los fuertes sentimientos que estuvo ocultando durante mucho tiempo no podían borrarse en un dos por tres. Aunque aquello solo quedaba en las manos de el interesado, y al recordar como era el príncipe de la seducción –o como lo llamaba su amigo El Diablo- podría llegar a conquistarlo con sus pequeñas atenciones.
— Ya llegamos —Junsu se paró en seco viendo por la avenida los autos pasar, antes de que Riri le dijera algo levantó su mano al ver un taxi vacío. Quería irse ya a su casa— Nos vemos mañana en clases. Gracias por todo.
Se acercó a ella y la abrazó como agradecimiento. Su compañero no dijo nada, pues estaba más que feliz con solo sentir algo de cariño por él aunque este solo fuera un agradecimiento por su ayuda. Junsu la soltó para luego depositar un dulce beso en su frente.
— Que descanses.
Y sin más que decir se subió al auto amarrillo para darle la dirección de su casa. Ella lo vió irse, desde lejos aún lo seguía con la mirada. Como hubiera querido evitar todo el dolor que ahora sentía para estar con él a su lado, ser más que una amiga para él. Sin embargo esto no se podía hacer, las cosas no eran tan sencillas como creía. Junsu era atraído por chicos y no por chicas como ellas, sus gustos habían cambiado, por más que intentara no podía hacerlo cambiar de opinión.... ¿o si?
Una vez escuchó que hombres son hombres con feromonas muy fuertes para salir en acción en cualquier situación excitante. Riri se consideraba atractiva, no es que estuviera muy orgullosa de su propio cuerpo, pero valía la pena intentarlo.
— Como me dice mi papá: “Más vale la pena intentarlo que nunca haber sabido que hubiera ocurrido sin dar su mayor esfuerzo” —se dijo así misma mientras gritaba un ¡Fighting! Con un puño cerrado.
No se rendiría tan fácilmente, quitaría del corazón tierno de Junsu al maldito que lo había lastimado, YooChun. Lo borraría de su mente y alma para que la amara solo a ella, como en sus sueños. Pero... tampoco podía evitar enfrentarlo para saber que era lo que planeaba con sus dos amigos. Riri averiguaría todo a toda costa.
~*~
— No puedo creer que hayas creído que te iba a violar —le recordó una vez más JaeJoong mientras estaba acostado en la suave tela, dándole la espalda a Changmin— Puedes dar una impresión de ser inocente, pero eres pervertido Minnie.
— ¡No! Claro que no —su rostro enrojeció, no solo por que sentía vergüenza de si mismo al pensar en eso sino por que –por más que le doliera en el orgullo- el tenía razón.
— Además, para ti hacer el amor es solo... ¿eso?
— ¿Eh?
No es que el menor se hiciera tonto o no captara lo que le quería decir, solo que en ese momento tener al mayor chocándole la espalda lo desconcentraba de todo lo que pensaba. ¿Como es que el diablo se le había metido en su mente todo las horas que llevaban allí? Changmin simplemente no comprendía eso o es que el no quería admitir que una parte de él se sentía atraído por el moreno.
— Tu silencio lo confirma —sabe esta sonriendo una vez más. Odia cuando lo hace, su cuerpo se estremece de solo imaginar al mayor sonriéndole con malicia— El amor... no solo es sexo, es mucho más que eso. Es sentirse atraído por alguien y sentir pequeñas cosquillas cuando estas a lado de esa persona. No es solo aspecto físico, te debe gustar su forma de ser, su sonrisa. Ante tus ojos aquella persona es un ser divino y perfecto en la tierra. Pero también te vuelves loco de solo verlo con alguien que no seas tú, dudas de ti mismo y piensas en una forma de conquistarlo. El amor podría definirse como algo cursi....
— No es necesario que me lo describas de esa manera. Se lo que es el amor —no tan seguro de si mismo le dijo. Ahora dudaba si su amor por YooChun era realmente real.
— Está bien. No eres un niño pequeño al cual le tengo que dar una clase, Minnie —y odia que lo llame así— El clima está cambiando.
El fuerte viendo mece los arboles del lugar y las flores del suelo. Algunos pétalos se ven volar dejando su lindo aroma en jardín, el pasto verde se balance de derecha a izquierda, y viceversa. Changmin sentía el aire fresco demasiado fuerte abrazándose así mismo con sus fuertes brazos, colocándose en posición fetal. JaeJoong comienza a preocuparse si el clima cambiará drásticamente arruinándole la velada, pero ahora solo estaba realmente preocupado por el menor. Lo escucha rechillar con los dientes confirmando que le hacía frío.
Con miedo al ser bastante brusco o directo se giró de posición colocándose frente a la espalda de su preciado Minnie. Se acercó a él para abrazarlo por la espalda, colocando una de sus manos en la pequeña y esbelta figura de su ser querido.
— ¿Qu-qué haces? —mala idea para el tartamudear. Aquello solo comprobaba lo que ahora JaeJoong le producía.
— Minnie, en este momento, para mí estamos haciendo el amor —le susurró en su oído tiernamente, aunque para el nombrado le había recorrido un escalofrío al escuchar su hermosa voz tan sensual.
— ¿Amor? —dijo más para si mismo que para su acompañante. Tal vez su cuerpo estaba comenzando a sentir algo y su razón rencorosa solo cegaba— Jae-hyung.
— ¿Mmm? —se sorprendió al escuchar salir de sus labios su nombre. Pero le gustaba, apoyó su cabeza en la espalda del menor atrayéndolo hacia su cuerpo.
— Quiero hacerlo.
— ¿Qué quieres hacer, Minnie? —estaba nervioso pero el palpitar de su corazón comenzaba a aumentar. Hacia mucho tiempo que no sentía como un niño con ilusiones y sueños que quería cumplir.
— Esto.
El menor tomó la mano de JaeJoong quitándola de su cadera, para luego girarse a mirarlo. A contemplarlo antes de hacer lo que deseaba en ese momento. Cerró sus ojos para tomar al mayor con sus manos sobre su rostro. Acercándolo hacia él, el moreno sentía su agitada respiración por lo que tanto anhelaba, cerró sus ojos con ilusión esperando. Pero el beso nunca llegó a sus labios sino a su frente, un lindo roce de los finos labios de Changmin.
— Te engañé —lo había engañado con su jugada. Él no era el único que quería jugar esa noche, él también se uniría— Pensaste que te besaría. ¡Pervertido!
Aunque estaba decepcionado de haber recibido un beso gustoso sin tener que robarlo, se sentía feliz al sentir como la relación entre Changmin y él habían cambiado quizás ahora no lo odiaba como le había dicho.
La cabeza del menor estaba hecha un lío. No solo por darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer, sino por sentirse decepcionado sí mismo al no continuarlo, al detenerse de haberlo beso. Por que Changmin si quería besarlo, esa era su primera intención.
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