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Ai Maid Café cap 8

La única chica para YunHo



Jaejoong creyó ver cosas inverosímiles en su vida, pero no tantas como esta.

Acababa de entrar al Maid, con su abrigo gris, con la capucha puesta y unos jean algo desgatados. Es decir, estaba peor que malo. Se sacó la capucha para ver mejor, ese día se había levantado tarde y por tanto había salido corriendo y agarrando lo primero que encontró en el armario.

Pero el punto no era ese, el punto era que justo en ese momento. Una bella mujer de cabello castaño largo casi hasta la mitad de la espalda abrazaba con fuerza a Yunho, colocándose en cunclillas para poder guindarse de él como es debido.

Sacudió un poco la cabeza, hasta donde él tenía entendido él odiaba el contacto femenino por razones múltiples, cabe decir novia desconsiderada y frívola que lo dejo plantado en el altar como si nada.

Así que aquella mujer que abrazaba a Yunho tenía que ser un fantasma, vestía una blusa negra sin mangas y flores plateadas, una falda jean corta y muchas pulseras de plata. Un maquillaje perfecto. Era muy bella.

El estómago se le revolvió.

Cuando el rostro de su jefe estuvo a la vista. Una gran sonrisa iluminaba su rostro. Y sus manos se posaban en la espalda de la mujer, rodeando su cintura. El tiempo pasó lento para JaeJoong. Por que de repente se sintió engañado.

¿No se suponía que YunHo odiaba a las mujeres?

—¡Oh, por Dios!

Y la voz de ChangMin detrás suyo expresó lo que primero le hubiera gustado expresar, en realidad en estos momentos Kim solo tenía ganas de golpear alguien, y si ese alguien era Jung YunHo mucho mejor.





—…Es Boa.

JaeJoong giró en cuanto escuchó la voz de YooChun y de inmediato notó como todos los integrantes del Maid se habían reunido junto a él para observar lo mismo. YunHo interactuando con una chica, como si fuera la novedad del momento.

—Ah… Haberlo dicho, casi me da algo cuando lo vi abrazar a una chica.— ChangMin rió un poco y Jaejoong de inmediato miró a JunSu buscando una explicación. El menor le sonrió y suspiró.

—YunHo Hyung prefiere no tener contacto con las chicas. Eso es cierto, pero Boa es su amiga desde la infancia. Son amigos desde el kínder más o menos. Así que son algo así como hermanos de palabra. Así que de alguna manera Boa es especial.

JaeJoong regresó su mirada hacía YunHo y Boa. Jung comentaba algo y la muchacha reía educadamente ante sus palabras. YunHo tocaba su rostro con delicadeza, la trataba con cuidado como si de una muñeca se tratara.

Rodó los ojos con molestia y decidió caminar hasta los vestuarios se hacía tarde y no había tiempo que perder. Pasó de largo sin ni siquiera molestarse en saludar. Ni siquiera cuando YunHo lo saludó y él no respondió.

YooChun se apoyó en el hombro de JunSu y sonrió.

—¿No hubiera sido mejor decirle que en realidad YunHo no ve a Boa como una chica sino como un amigo más, por la confianza que se tienen?
—No~ Es más divertido verlo enojado.

YooChun miró asombrado a JunSu quien sacaba una legua como niño pequeño que acaba de cometer una travesura y Park no pudo evitar robarle un rápido beso en los labios.






—Muchas gracias, Jejuko—chan.

Y como cada día, JaeJoong prefirió no responder y únicamente poner una cínica sonrisa mientras dejaba la orden de pasteles en la mesa del grupo de adolescentes que en ese momento eran sus clientes.

Su ánimo el día de hoy era un verdadero asco. Y en general las cosas no parecían mejorar.

—Entonces… ¿Estás estudiando Jejuko—chan?

—¿Eh?...— Sinceramente JaeJoong se había dedicado a mirar hacía la caja, ahí donde Boa acompañaba a YunHo, y él le enseñaba a la castaña como hacer las transacciones. –Por el momento no, pero el próximo año entro a la Universidad.

—Oh, ¿En serio y ya tienes pensado a cual irás? Por que nosotros estudiamos en la Estatal de Seúl, tiene un buen campus y…

Y para ser sinceros, JaeJoong aprovechó el momento que el muchacho ocupó para hablar y hablar para fijar sus ojos una vez más en la pareja que permanecía en la caja. Sonrisas iban y venían. Ella se equivocaba, a él le parecía tierno.

…Y JaeJoong sentía ganas de vomitar.

Mantuvo la charola en sus manos y la apretó con fuerza. Su cuello girado observando a los dos muchachos. JaeJoong no pudo notar que sus clientes se habían percatado de la fijación que tenía sobre su jefe y su acompañante. Sin contar con el hecho notable de que a ella parecía molestarle.

—Ne~ YunHo—san. Dinos… ¿Ella se parte del Maid también?

Y JaeJoong decidió pedir un permiso y acercarse discretamente a una de las mesas, solo para poder escuchar mejor. Fingiendo una conversa casual con los muchachos que parecían deslumbrados con su presencia. Pero JaeJoong en ese momento solo los ignoraba, por que quería escuchar la respuesta de Jung.

—Por supuesto que no.

YunHo agarró por la cintura a Boa, abrazándola con fuerza y atrayéndola su cuerpo.

—Soy muy celoso. Además ¿Quién en su sano juicio compartiría a una mujer como ella?

Boa rió divertida y el cliente que se había acercado también lo hizo. YunHo registró un pedido de Yuna en ese momento y JaeJoong únicamente se irguió y respiró profundo, dejando de lado la conversación a medias con sus clientes.

Entró a los vestuarios velozmente. Se apoyó en uno de los casilleros cerrando los ojos y respirando profundo, por que se empezaba a dar cuenta que con cada segundo que esa mujer pasaba en el café, él se molestaba más.

Por que no le agradaba, por que no la quería cerca de YunHo.

Y por que lo hacía sentir cosas que no debería sentir… Como los celos.

Caminó hasta la pequeña nevera que apenas llegaba hasta su cintura y sacó una botella con agua. La bebió y pensó que se mantendría ahí por unos minutos en tanto pudiera cuando menos fingir una sonrisa.

¡Maldito YunHo que siempre provocaba cosas extrañas en él!






—Bienvenido.

Mina asintió con una particular sonrisa y Rain se sintió complacido con aquello.

Se sentó en la mesa que por lo general le correspondía y como cada día ni siquiera se tomó la molestia de abrir la carta y miró a la muchacha castaña con una sonrisa en los labios. Por que Mina era bella y cuando sonreía lo era aún más.

—¿Qué me recomiendas?

Mina sonrió. –Pues precisamente hoy HeeChul está experimentando un nuevo postre. Se llama. Lluvia de chocolate. Está delicioso, ya lo probé.
—De acuerdo, y una botella con agua por favor.

Mina asintió y mordió su labio inferior. Pensó en decir algo más pero no podía. Pensó también en imaginar que Rain no era Rain sino YooChun, para así poder actuar más naturalmente, pero luego eliminó esos pensamientos cuando llegó a la conclusión de que no quería terminar golpeando a Rain.

Y además tampoco, podía imaginar sintiéndose nervioso por la cara del estúpido que tenía por amigos, alias MonoChun. Así que obvio sus pensamientos y suspiró, regresando su mirada hacía Rain quien la miraba preocupado.

—¿Estás bien?
—Si… ¿Por?
—Por que te quedaste viendo demasiado tiempo tu libreta.

Y ChangMin descubrió lo que era sentirse avergonzado. Sonrió nerviosamente y guardó la libreta en uno de los pequeños bolsillos de su vestido, se inclinó un poco a modo de despedida pero cuando recordó la bufanda en su cuello, decidió volver.

—Eh… Por cierto… Yo bueno…

Rain levantó la mirada, puesto que aparentemente había fijado su atención en un libro que llevaba en las manos. El hombre observó su cuello. Y Mina volvió a sentirse nerviosa. ¿Por qué no podía controlarse?

—Veo que te gusto mi regalo.
—Si, muchas gracias.
—No fue nada, la vi y pensé en ti.

Rain sonrió y Mina respiró profundo. –Muchas gracias, de verdad.

Un asentimiento más y Mina por fin pudo girar intentando no girar una vez más para observarlo. Y por supuesto mientras iba caminando su mirada se encontró con la de Yuna, la azabache señalo sus propios ojos y luego lo señaló a él.

ChangMin decidió rodar los ojos e ignorarlo. A veces YooChun podía ser muy estúpido. Es más de ahora en adelante solo eso haría. Ignorarlo. Aunque en realidad a veces eso era muy difícil.

—¡Mina!

ChangMin pareció saltar de su lugar, en cuanto notó a YunHo molesto.

—Perdón Niisan… ¿Qué sucede?
—Qué llegaste hace como dos minutos y no has hablado para nada.
—Oh, si. Una lluvia de chocolate y una botella con agua.
—De acuerdo, por cierto busca a Jae hace rato que no lo veo.

ChangMin asintió y lo primero que recorrió fue la salida, siempre cabía la posibilidad de que lo encontrara huyendo. Eso todavía era posible, como JaeJoong todavía se creía un macho alfa dominante con pelo en pecho.

Sin embargo se había equivocado, entonces caminó hacía los vestuarios y lo encontró sentado en una de las bancas del vestuarios con varias botellas vacías en el piso. ChangMin se cruzó de brazos y enarcó una ceja.

—¿Ahora te emborrachas con agua?

JaeJoong levantó la mirada. Y colocó una mueca en sus facciones, Changmin decidió sentarse junto a él, quitarle la botella con agua de las manos y beber un poco.

—¿Estás así por Boa?— JaeJoong parecía no querer hablar, así que ChangMin optó por la psicología inversa. —¿Tienes celos de YunHo? ¿Acaso te gusta Boa?— JaeJoong pareció tensarse y mirarlo con los ojos abiertos.

—¡Estas demente! ¿Cómo va a gustarme esa mujer si ni siquiera he cruzado palabras con ella?

ChangMin sonrió. –Curioso, niegas que te pueda gustar Boa, pero no niegas que puedas estar celoso.— JaeJoong se removió incómodo. –Y si Boa no te atrae, entonces eso quiere decir que de quien sientes celos es de ella. ¿No?

—¡Claro que no!

JaeJoong se levantó y ChangMin suspiró. –Ya vas con tu salida toda dramática.
—¡No voy a ir a ninguna parte! Únicamente tomé mucha agua y quiero ir al baño.— ChangMin rió en cuanto lo observó ingresar al baño.

Decidió recoger todas las botellas en el piso y botarlas a la basura, se acercó un poco a la puerta del baño golpeándola ligeramente, como para que solo Kim lo escuchara.

—¿Sabes, JaeJoong? YunHo luego de lo que vivió con Seulgi únicamente había expresado cariño por nosotros, sus amigos, casi familia. El resto del mundo para él, simplemente no existía. Y un día apareces tú y ocupas un lugar en nuestra familia, como si nada, como si ese lugar hubiera estado esperando por ti. No robaste un lugar, tomaste uno que faltaba y complementaste a nuestra familia.

JaeJoong se apoyó un poco en la puerta escuchando la suave voz del menor.

—De repente un día veo a mi Niisan sonreír, jugar, disfrutar molestando a alguien más que no seamos nosotros. De repente un día YunHo acepta por primera vez en mucho tiempo a alguien como una persona especial en su vida. De repente un día YunHo vuelve a tener ese brillo en los ojos. De repente un día aparece un completo extraño que parece complementarse muy bien con nosotros pero especialmente con él.

Mordió su labio inferior, por que las palabras de ChangMin estaban haciendo que su corazón latiera apresurado y como si nada JaeJoong volvía a sonreír, su estado de ánimo empezaba a mejorar un poco.

—¿No es eso curioso también?— ChangMin parece sonreír un poco, JaeJoong no lo puede adivinar, por que la puerta continúa cerrada. Escucha un suspiró y un par de pasos, ChangMin empieza a alejarse. –No demores en salir, Niisan odia que dejemos en el trabajo botado.

Seguro de estar solo, JaeJoong abre la puerta. Y suspira.

Está preocupado, muy preocupado. Por que le ha gustado escuchar todo eso. Le ha gustado escuchar que es parte de la vida de YunHo. Le ha gustado escuchar que es la primera persona ajena a sus amigos de años, es la primera persona que YunHo ha aceptado en su vida una vez más.

…Luego de lo que alguna vez destruyó Bae Seulgi.






—Dos MoccaFrapuccino y una torta de algas y otra de zanahoria.

Junko coloca el pedido sobre la mesa con una sonrisa en el rostro y sus clientes parecen complacidos no solo con el pedido sino además con su brillante sonrisa. Los muchachos hacen un par de chistes y Junko aunque no los entiende ríe un poco.

No se percata en el momento adecuado, pero Yuna ha pasado tras suyo, Yuna ha pasado su mano por la estrecha cintura de Junko, y la pelirroja por supuesto se sonroja y se yergue ante el contacto.

—Oh, Junko—chan ¿Te has sonrojado por lo que hizo Yuna?

La voz curiosa de los muchachos y Junko sonríe nerviosa.

—No, no es nada. Es solo que me sorprendió un poco.
—Mentira. Te ha alterado su contacto.— El muchacho del rubio se acerca un poco, susurrando sus palabras y llamando la atención de Junko. —¿Acaso tu y Yuna tienen ese tipo de relación?

El color carmesí parece apoderarse de las mejillas de Junko. Los muchachos aplauden y sonríen descaradamente con un ‘Oh~’ saliendo de sus labios. Junko por supuesto de inmediato mueve sus manos.

—No, no tenemos ese tipo de relación. En serio. Solo somos amigas. Nada más.

El alboroto logró llamar la atención de Yuna, por que la azabache estuvo de inmediato en aquella mesa, con una charola llena de pedidos en la mano. Se detuvo un momento y sonrió.

—Muchachos, ya les dije que Junko—chan tiene novio y que se llama YooChun.

Los chicos de la mesa sonrieron y bebieron un poco. Al parecer todo había sido una broma. Junko notó el pequeño contacto visual que sus ojos tuvieron con los de Yuna y eso había arrancado una sonrisa.

—Oh, bueno. Es una lastima, por que Junko—chan es muy linda.— Y el mismo rubio que había lanzado la pregunta de pronto se acercó a Yuna, y pasó un brazo por sus hombros y sonrió. —¿Pero Yuna—chan si está libre, verdad?

Junko enarcó una ceja.

—No, Yuna—chan también tiene novio y se llama JunSu. Es jugador de fútbol y muy pronto llegara a las ligas mayores. Y apenas lo haga le pedirá matrimonio a Yuna—chan.

YooChun pareció quedarse de piedra con esas palabras, primero por que lo habían tomado por sorpresa, segundo por que se había sonrojado sin pretenderlo y tercero por que intentando distraer el carmesí de sus mejillas había empezado a sonreír nerviosamente.

—Moh~ No es justo. Las dos chicas más bonitas del Maid y no están libres.

Junko sonrió ante las palabras del rubio quien volvió a sentarse abatido.

—¿Y que hay de Mina y Jejuko?

—Mina me mira superiormente y dice que no le llego a los tobillos sin contar con que ya me ha pegado con la bandeja en la cabeza. Además creo que le gusta su cliente favorito y Jejuko creo que me asesina con la mirada, sin contar con que…

—¿Que?

El muchacho sonrió. —…Nada.

Yuna entrecerró un poco sus ojos, pero luego de su momento de estupefacción decidió ir a entregar el pedido en sus manos, volvió a compartir una corta mirada con JunSu y sonrió. Había algo de lo que muy pronto se enteraría, o cuando menos JunSu lo haría.






—Entonces me di mi pequeña escapada para poder visitarte. Pero ya pasado mañana tengo que estar de regreso en Corea antes que mi jefe se de cuenta.
—Oh, como siempre igual de alborotadora.
—¡Oye!

Boa golpeó en el brazo a YunHo y él únicamente rió ante el débil golpe por parte de la mujer a su lado. Notó cuando JaeJoong estuvo frente a él, pero ni siquiera lo miró, el muchacho únicamente leía su libreta.

—Un café latte y dos brownie.

YunHo facturó de inmediato, pero cuando JaeJoong en ese momento vestido como Jejuko. Giró tranquilamente. YunHo arrugó el entrecejo preocupado.

—Jae… Quiero decir, Jejuko ¿Te pasa algo?

La rubia giró apenas un poco su cabeza. —¿A mi? Nada. Estoy perfectamente bien.
—¿Segura?
—Por supuesto. ¿Debería pasarme algo?

YunHo levantó los hombros y JaeJoong bufó antes de marcharse definitivamente. YunHo pasó una mano por su barbilla.

—Que raro… Siempre se queda ha hacerme compañía un rato.
Boa movió un poco su cabeza. —¿Hacerte compañía?— YunHo sonrió y Boa notó algo que definitivamente le agradó en aquellos ojos.

—Si, bueno ella no se da cuenta pero eso es lo que hace. Me da la orden, la registro, la molesto, ella se enoja pero al final siempre se marcha con una sonrisa en el rostro. Ella no lo nota, pero es como una costumbre entre nosotros. Siempre conversamos cuando menos unos minutos antes de que vuelva a atender a otro cliente.

—Y esa costumbre te hace feliz. ¿Verdad?
—Pues… Si.

YunHo pareció darse cuenta en ese momento. Apenas sus labios hubieran pronunciado ese ‘Si’ YunHo parecía haberse percatado que JaeJoong era un factor muy importante al cual podía atribuirle muchas de sus sonrisas.

Boa sonrió ante el rostro de Yunho de un niño que acaba de descubrir como resolver un problema muy difícil de matemáticas. Miró a la rubia Jejuko y un hermoso sentimiento de esperanza creció en su interior. Colocó una mano en el hombro de su mejor amigo y respiró profundo.

Ella… Podía convertirse en las nuevas alas de YunHo. Quizás ella podía ser la encargada de sanar esas profundas heridas en el corazón de Jung. Tal vez Jejuko era la indicada.






MinHo subió los pocos escalones.

La hermosa decoración del Maid estuvo frente a sus ojos una vez más. Pero esta vez era diferente, por que esta vez Rain estaba ahí. Sentado en una de las mesas, bebiendo un poco de agua y leyendo un libro su sonrisa se amplió y arregló un poco su camisa.

—Ahí está, vamos.

Agarró por la mano a su inseparable mejor amigo, TaeMin ni siquiera reaccionó demasiado ante el contacto, únicamente se dejó guiar, el tiempo adecuado y tal y como TaeMin lo suponía en cuanto estuvieron en el campo visible de Rain, MinHo soltó su mano.

—Oh, Rain. Que bueno encontrarte por aquí.

La voz de MinHo incluso sonó suave, su sonrisa maravillosa y TaeMin rodó los ojos. MinHo estaba usando toda su dulzura en esos momentos, y sino fuera por que MinHo era su mejor amigo y arruinaría el momento, hubiera llevado un dedo a su boca en señal de aquella mueca tan conocida.

—¿MinHo? Vaya… No creí verte por aquí. ¿Cómo está todo en tu casa?
—Muy bien, padre me comentó que estabas dando clases en una Universidad.
—Si, tengo algún tiempo. ¿Cómo te va en el instituto?
—Primer lugar.

Rain sonrió orgulloso. –Eso es bueno. Saluda a tu hermano mayor de mi parte, desde que nos graduamos que no lo veo y eso es ya mucho tiempo.
—No te preocupes yo le digo. Oh, él es TaeMin mi mejor amigo.

—Mucho gusto.
—Igualmente.

TaeMin se vio obligado a la común presentación en las que estrechaban sus manos. La situación era sencilla, el hermano mayor de MinHo y Rain habían estudiado juntos la Universidad, y MinHo profesaba una admiración muy grande por Rain, admiración que en un momento extraño según Choi se había transformado en amor.

—¿Nos podemos sentar contigo?
—Claro.

Y claro, ahí estaba él de violinista. Sentado junto a MinHo quien entablaba una conversación amena con Rain. Hubiera preferido decirle al mayor. ‘¿Sabes que? Le gustas a MinHo. ¿Te gusta él? Pues entonces empiecen a salir juntos para que a mi deje de joderme por que le da pavor estar a solas contigo por miedo de hacer alguna estupidez’

Pero obviamente no podía hacerlo. MinHo probablemente le diría de todo y lo fastidiaría aún más que cuando le pedía ayuda para encontrar al dichoso Rain, que ahora que lo tiene en frente no le parece tan genial como MinHo lo describía.

En fin, el amor es ciego y de eso él sabía mucho.

Rodó los ojos por quinta ocasión. Quería irse y dejar de ver a su mejor amigo, coquetear con quien probablemente sería un imposible.

—¿Deseas algo más?

La voz de una muchacha y TaeMin levantó la mirada. La castaña parecía sorprendida al verlos ahí. Eso le causó cierta curiosidad.

—¿Quieren algo? Yo invito.
—¿En serio? Muchas gracias.

TaeMin solo pidió un poco de café, pero MinHo además pidió un pastel de lima y un té helado. Suponía que si Rain iba a pagar entonces no era correcto pedir demasiado. TaeMin observó a la muchacha castaña alejarse.

Aparentemente la muchacha no parecía muy a gusto con la imagen de MinHo hablándole tan cercanamente a Rain. ¿Es que acaso la castaña estaba celosa? Mil pensamientos corrieron por su cabeza, pero en cuanto volvió a escuchar la risa de su amigo.

TaeMin volvió a sentirse fuera de lugar y decidió armar un plan para huir de ahí.






JaeJoong volvía dejar un pedido sobre la mesa.

En ese momento sostenía un vaso con limonada en sus manos, cuando por supuesto casualmente giró hacía la caja, pero YunHo ya no estaba ahí. Inconscientemente lo buscó con la mirada y lo encontró en la vereda del café.

Hablaba con Boa de algo que obviamente por la distancia no escuchaba, pero la mujer sonrió. Y abrazó a YunHo, abrazándolo por el cuello y permaneciendo así por un largo rato. El leve ‘crack’ que llego a sus oídos fue suficiente.

Abrió su mano de inmediato al notar que el vaso en sus manos se había quebrado. Al parecer lo había sostenido con demasiado fuerza, el muchacho castaño al que atendía se había levantado velozmente y sacudía sus pantalones. Al parecer lo había mojado un poco.

—Oh, lo siento. Discúlpame yo no…
—Esta bien, Jejuko—chan. No pasó nada.
—Lo siento, de verdad.

Sonrió a modo de disculpa y miró una vez más a YunHo, dejaba embarcada a Boa en un taxi y sonreía, su estómago se contrajo, pero decidió concentrarse en pedirle disculpas una vez más al muchacho.






Siwon entrecerró sus ojos.

Pasó una de sus manos por su barbilla y sonrió. Tenía frente a sus ojos a una lamentada Jejuko intentando recoger los vidrios del vaso recién roto y también a un YunHo en la vereda del café agitando su mano en señal de despedida hacía un taxi que ya se alejaba.

HeeChul se apoyó en su hombro y miró a los clientes del café.

—¿Qué ves, Siwie?
—Lo que otros son incapaces de ver.
—¿De que hablas?

Siwon sonrió. –Yo me entiendo.

HeeChul no entendió en ese momento, pero prefirió no preguntar. Observo a JaeJoong que recogía con una pala los restos de vidrio. Que sabrá Dios cuando se quebró, y YunHo escribiendo algo en su celular volvió a ocupar su lugar en la caja.

—De verdad lo lamento mucho.
—No te preocupes Jejuko—chan, fue un accidente.

HeeChul no entendía lo que sucedía.






—Gracias por venir.

Los muchachos que Jejuko hubiera atendiendo empezaban a levantarse, y Jejuko no los podía dejar ir mientras tuviera aquella duda carcomiéndolo por dentro.

—Disculpa…— Llamó la atención del muchacho rubio y el giró con una sonrisa en el rostro.
—¿Si?
—¿A que te referías hace un momento con las razones por las que Jejuko no te aceptaría?

El muchacho rascó un poco su nuca y suspiró.

—Esta bien, te lo diré. Es que ¿Sabes? Hemos descubierto en varias ocasiones a Jejuko—chan mirando a su jefe. Conversa mucho con él, y aunque se la pasen peleando ella parece sonreírle sinceramente solamente a él.

Junko movió un poco su cabeza y mordió su labio inferior.

—¿Qué es exactamente lo que quieres decir?

—Bueno es que… Pues todos creemos que la razón por la que Jejuko—chan rechaza a todos los chicos que se le declaran es por que en realidad está enamorada de su jefe, es decir de YunHo—san.

Jejuko abrió los ojos con sorpresa, inclusive su boca se abrió un poco también.

—Por tu cara parece que es la primera vez que lo escuchas.
—¿Cuánto tiempo tienen esos rumores?
—Algunos días. Entonces… ¿Es verdad?

—Tengo que ir a lavar unos platos. Gracias por venir.

Y Junko decidió huir, a pesar de que su escusa había sido la peor, necesitaba huir en ese momento y solo en eso se concentró.






—De acuerdo, entonces dos café, un capuccino con crema y tres tartas de manzana.

Los muchachos presentes asintieron y Yuna terminó de anotar en su libreta. Observó de reojo a Junko y como se detenía detrás de ella, muy cerca de sus oídos, hablando en voz muy baja para su gusto.

—Andan diciendo que la razón por la que Jae rechaza a todos los chicos es por que está perdidamente enamorada de YunHo.
—¡¿Que?!

Yuna giró de inmediato, despidiéndose con un leve asentimiento de sus clientes y caminando junto a Junko como si nada pasara.

—Eso me dijo uno de los clientes.
—¿Y es verdad?
—Y yo que sé, pero eso andan diciendo.

YooChun mordió un poco el lápiz en sus manos y miró a la rubia a unos metros de distancia, una sonrisa surcó en sus labios, sabía la persona adecuada para responderle esa pregunta.






—Maldito Rain… Claro como llegan sus amiguitos decide ignorarme.

Mina permanecía sentada en el mesón doblando un par de servilletas, aprovechando su momento de descanso para evitar mirar la mesa donde Rain parecía demasiado contento con aquel mocosito de instituto.

Claro, él también estaba en el Instituto aún, pero definitivamente él se veía mucho mayor que cualquier chico de instituto. Claro está que en estos momentos no, pero cuando estaba vestido con ChangMin por supuesto que pasaba como todo un Universitario.

…No como ese mocosito, que parecía querer dejar ciego a Rain con sus perfectos y brillantes dientes vistos a través de su deslumbrante sonrisa. ChangMin retorció la servilleta en sus manos y arrugó el entrecejo. ¡Maldito mocoso entrometido!

—Léelo.

Yuna dejó una servilleta sobre las demás y Mina miró curioso el papel. Lo abrió y leyó la pequeña nota que YooChun había dejado mientras hablaba con YunHo sobre una orden.



‘Los clientes creen que Jae, esta perdidamente enamorado de YunHo.
¿Qué sabes de eso?’



Abrió sus ojos con sorpresa, más de lo normal, y regresó su mirada a YooChun quien asintió de inmediato, dobló el papel y decidió guardarlo en su bolsillo. Levantó los hombros fingiendo que no sabía nada y Yuna suspiró decepcionado.






—No, tienes que decorarlo con cuidado y suavidad, por que sino la crema se deshace.
—Ok. Lo intentaré de nuevo.

HeeChul asintió ante las palabras de Siwon y decidió seguir observándolo mientras bebía un poco de café, las puertas de la cocina se abrieron y por ellas entró un pensativo Changmin bajó el disfraz de Mina.

—¿Qué ha robado tus pensamientos, Min?

—Es Jae.— HeeChul y Siwon de inmediato miraron fijamente al menor. –Bueno Jae exactamente no, más bien lo que están diciendo de él.
—¿A que te refieres?

ChangMin suspiró y se apoyó en el pequeño mesón mientras llevaba un panqué a su boca.

—Todo el mundo cree que Jae está enamorado de YunHo y por eso rechaza a todos los chicos del café que se le han declarado.

HeeChul dejó la taza en el mesón y sonrió sorprendido, abrió un poco su boca y cuando Siwon lo observó salir de la cocina, supuso que las cosas pasaban por algo.






—Un café con leche, dos café helado y cuatro croissant.

YunHo asintió y se dedicó a digitar lo que JaeJoong le había dicho, sonrió divertido sin despegar sus ojos de la pantalla en cuanto notó que en esta ocasión JaeJoong si permaneció junto a él un rato más.

Sin embargo cuando HeeChul apareció de repente hablándole al oído, JaeJoong pareció moverse un poco en su lugar, como si aquello le incomodara. YunHo abrió los ojos sorprendido, miró a HeeChul y él asintió. Para YunHo fue inevitable reír divertido.

—Oh, así que era por eso.— YunHo miró a JaeJoong, y Kim lucía confundido con sus palabras. —¿Por eso lucías tan molesta toda la mañana, Jejuko?
—No se de que hablas.

YunHo sonrió, como si en verdad disfrutara este momento.

—Sucede que todo el café, incluyendo los clientes creen que estas completa y perdidamente enamorada de mí y por eso la presencia de Boa te ha tenido de mal humor todo el día. Por que estabas celosa.

Hubo un corto silencio, luego JaeJoong colocó la bandeja sobre el mesón, respiró profundo… Y gritó.

—¡¡¿QUE?!!






Yuna logró una mueca de inconformidad y bufó con molestia.

Mina con una gran sonrisa en la cara extendió su mano izquierda hacía el mayor y Yuna de inmediato depositó un par de billetes sobre su mano.

—¿Por qué sigues creyendo en esa excesiva masculinidad que solo Jae cree tener?
—No sé… A veces se lo ve tan seguro cuando habla, que en serio lo veo incapaz de hacer sus escenas dramáticas.

Junko hizo un pequeño puchero en sus facciones. —¡Dejen de apostar!

ChangMin rodó los ojos en cuanto escuchó como JunSu regañaba a YooChun en voz baja por seguirle el juego a él, por suerte los clientes parecían distraídos con el prominente grito por parte de Jejuko.

Descuidadamente dirigió su mirada hacía la salida, Rain se marchaba, conversando con aquel muchacho y seguidos por el otro muchacho todavía más joven. ChangMin se cruzó de brazos, haber ganado la apuesta ya no lo ponía de buen humor.

Rain se había llevado con él, su buen estado de ánimo.






JaeJoong refunfuñaba probablemente por quinceava vez desde que el café se hubiera cerrado y ahora ya todos duchados y cambiados en sus ropas habituales esperaban por que YunHo terminara de cerrar el local.

Pateó una pequeña piedra y maldijo a todos los clientes del Maid por andar con rumores como esos. Tan faltos de verdad, tan faltos de pruebas… ¡Tan exasperantes!

Desde su lugar JaeJoong pudo ver un auto amarillo convertible estacionarse frente al Maid, obviamente todos se encontraban en el pequeño callejón de la salida alterna, todos posaron sus ojos en aquel auto, y cuando JaeJoong reconoció a Boa, arrugó el entrecejo.

—Oh, ya llegó.

YunHo se apresuró en terminar de cerrar y sonrió ampliamente. JaeJoong sintió el aire en sus pulmones de repente muy pesado y un gran nudo en la garganta, por suerte tenía las manos dentro de los bolsillos de su abrigo, y podía apretar sus puños sin que alguien más se diera cuenta.

—Bueno, me voy con Boa. Se cuidan mucho y por favor vayan con cuidado.— Y YunHo parecía un niño pequeño con esa gran sonrisa, se alejó unos pasos pero luego regresó entregándole unas llaves a YooChun.

—Iré en el auto con Boa, así que supongo que le puedo decir que me deje botado cerca de mi casa, llévate mi auto. Con cuidado Park YooChun, por favor. Conduce como la gente que llevaras a mi primo y a mi hermanito menor adoptado.

YooChun lució indignado. –Ah, claro. Y yo importo un carajo.
—Exactamente.— YunHo rió ante la mueca extraña que YooChun puso. Miró a JaeJoong y sonrió, recordando una indicación para su mejor amigo. –Y lleva a Jae también por favor.

Soltó a su amigo y se dirigió a JaeJoong quien de pronto sintió a YunHo demasiado cercano. Por que Jung lo tomó por la barbilla y aprovechando que era un poco más alto, levantó su barbilla con una sonrisa en el rostro.

—No te preocupes, solo iré a cenar con Boa, además ella es como otro amigo para mí, o una hermana mayor, como mejor lo quieras ver. Después de todo… Jejuko—chan es la única chica para mí.

Hubo un momento de silencio. JaeJoong no se movió y todo el mundo temió lo peor.

—¡¡Grandísimo imbécil!!

JaeJoong empujó la mano de YunHo muy lejos y por supuesto lo golpeó varias veces en el brazo y en la espalda, obviamente sus golpes aumentaban en cuanto empezaba a oír la risa de sus amigos ante la broma.

—¡Mejor lárgate de una vez!
—Esta bien, esta bien. Como ordene mi JaeJoong.
—¡¿Cómo que tuyo?! ¡Ni en tus sueños! ¿Me oyes? ¡Lárgate de una vez!

Un último empujón y YunHo se alejó con una sonrisa en los labios al notar el pequeño rastro de una sonrisa en los labios de Kim.

—¡JaeJoong!— Lo suficientemente lejos. YunHo giró una vez más hacía donde sus amigos se encontraban, miró a JaeJoong y llevó su mano derecha directamente a sus labios por un largo rato y luego dirigió su mano hacía Kim en un hermoso beso volado. —¡Te amo!

Todos rieron pero JaeJoong solo pudo sentir el latir apresurado de su corazón.

Claro está. YunHo lo decía por molestarlo, pero eso había dejado sin palabras, sin aliento y casi sin alma a Jaejoong. Lo observó subirse al auto de un salto. Besar a Boa en la mejilla y luego ver como el auto se alejaba con ambos sonriendo abiertamente.

Por supuesto, antes de que el auto se perdiera de vista. YunHo lo miró una última vez, pero Jaejoong giró la cara, como si estuviera molesto. Como si sus palabras no le importaran, como si en realidad esas dos palabras no significaran nada más que una broma para él.

—Bueno, vámonos.

YooChun anunció la salida, por supuesto HeeChul y Siwon irían en la moto de Choi como siempre. JaeJoong apretó el pequeño bolso que llevaba cruzado en su cuerpo y suspiró.

—Por mi no se preocupen, me iré caminando hasta la estación de bus.
—Pero te vamos a llevar, es gratis~

YooChun bromeó y JaeJoong no pudo evitar sonreír.

—Necesito pensar un poco, pero no se preocupen por mí.
—De acuerdo, como quieras. Nos vemos mañana.
—Tengan mucho cuidado con el carro.

ChangMin rodó los ojos ante la última advertencia por parte de Jaejoong y terminó por subirse en la parte trasera del auto, por que obviamente JunSu iría de copiloto. A veces se sentía absolutamente protegido, por parte de sus amigos pero aún más por parte de YunHo y Jaejoong.

JaeJoong agitó su mano en cuanto vio la moto y el auto alejarse. YooChun había puesto una música a todo volumen y ChangMin peleaba con el mayor por que cambiara la canción y JunSu intentaba como podía calmar a ese par.

Negó con la cabeza y pensó entonces que los únicos que parecían capaces de calmar a ese par eran YunHo y él. Suspiró lentamente y comenzó a caminar, principalmente por que en realidad quería dejar de sentirse tan molesto—temeroso—angustiado—confundido.

…Todo al mismo tiempo.

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