KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Tradición Familiar cap 4

Por que ellos no saben de empatía.



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—¿Estás terminando conmigo? Regresas de Paris… ¿A terminar conmigo?

JaeJoong miró enojado a Siwon, no tenía tiempo ni ganas para mostrarse sorprendido, por que sencillamente lo primero que sintió fue rabia, por que lo primero que se le paso por la cabeza fue que lo dejaba por alguien más.

—Jae, escucha…
—No, escucha tú.— Enojado como se encontraba, empujó levemente el pecho de Choi –Te vas por mes y medio. Y lo único que se te ocurre hacer es terminarme. ¿Estas demente?


Siwon suspiro –Analicé demasiadas cosas durante mi viaje. No quiero lastimarte Jae…
—Habla Siwon ¿Qué sucede?
—Solo pensé que sería bueno divertirme un poco antes de sentar cabeza, irme de fiesta y salir con más personas. Un poco de distancia entre los dos, eso sería bueno.

—Nunca siquiera te he insinuado algo semejante como que sientes cabeza.
—Es solo que no te veo a mi lado en una relación abierta, Jae. No eres de ese tipo de personas y no quiero lastimarte.

—¿Relación… Abierta?

JaeJoong arrugó el entrecejo ¿A que se refería con eso?

—Si, ya sabes. Ser una pareja ligeramente formal, pero con la libertad de poder divertirse de vez en cuando con otras personas.
—Tu… ¡¿Qué?!

Siwon volvió a suspirar –A eso es a lo que me refiero. Tu no eres capaz de algo así, Jae. Y yo no quiero lastimarte y menos mentirte. Y de todas formas seria una relación muy injusta por que tú no sabes divertirte de esa forma, no te sentirías a gusto.

Siwon empezó a salir, JaeJoong levantó la mirada. No. No. No. Él amaba a Siwon, lo hacía prácticamente desde que se conocieron en el Instituto. Desde que los dos junto a JunSu eran los más populares.

No podía perderlo ahora que por fin estaban saliendo, no, por que JaeJoong lo amaba, lo suficiente como para hacerle cambiar esa idea loca que se le había metido en la cabeza.

—Siwon… Espera.



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JaeJoong lanzó las migajas de galleta al suelo.

Las palomas se acumularon a sus pies y una sonrisa se poso en sus labios, los niños en el parque jugaban y las madres sentadas en las bancas conversaban entre ellas. JaeJoong suspiró. Estaba aburrido.

Ir a ese parque era relajante, pero últimamente sentía su vida aburrida. La casa, el trabajo, su extraña relación abierta con Siwon, la Universidad de vez en cuando y solo para revisar unas cuantas cosas respecto a su graduación. Y nada más, no había nada más que venir en su hora de descanso a darle de comer a las palomas.



Un niño encerrado en una jaula de cristal.



¿Seria cierto? Incluso hasta podía recordar con claridad la cara del tal YunHo mientras se lo decía. No estaba seguro de en que momento su vida se había reducido a ese punto en el que se había estancado tan patéticamente. Y ahora que lo pensaba dentro de su relación ‘abierta’ con Siwon.

JaeJoong no había salido con nadie más aparte de Choi, y prefería no preguntar o saber con cuantas personas más hubiera salido Siwon. Levantó su mirada al límpido cielo y suspiró. Más patético no podía sentirse.



Y de todas formas seria una relación muy injusta por que tú no sabes divertirte de esa forma, no te sentirías a gusto.



Arrugó el entrecejo molesto. ¿Cómo no le había molestado antes esa frase? Años atrás cuando su relación con Siwon comenzó. ¿Por qué no le había molestado? ¿Es que en todo este tiempo, en todos estos años algo había cambiado en su relación con Siwon?

La alarma de su celular lo despejó. Era hora de volver al trabajo. Sacudió sus manos y se levantó –Nos vemos pequeñas.— Miró a las palomas por última vez y se dirigió de regreso al Restaurante del Hotel, quizá era hora, de empezar a divertirse también.

Tenía que demostrarle a Siwon, que sin él, Kim JaeJoong también sabía divertirse.

Se detuvo entonces antes sus pensamientos y recordó su auto, recordó que no tenía un número para llamar a Jung y aún así había quedado en llamarlo, mordió su labio inferior. Era hora de regresar pero aún JaeJoong no quería regresar. Suspiró levemente y camino con rapidez hacía la avenida principal.

Necesitaba tomar un taxi antes de arrepentirse.






—Prueba esto.

JunSu levantó con los palillos un pequeño trozo de arroz marinado y YooChun sorprendido un poco ante la confianza solamente abrió la boca, JunSu le sonrió y esa sonrisa fue tan lejana a la que hubiera esperado en un chico acostumbrado a las cosas bien, que sonreír con gusto fue algo que lo tomó por sorpresa.

—Delicioso. ¿Cierto?
—Por supuesto.

YooChun siguió comiendo, viendo a ratos como JunSu miraba la comida sobre la mesa, tal cual un niño en una juguetería indeciso de que tomar. Bebió un poco de agua y tuvo que admitirlo, viniendo de alguien como Kim JunSu esperaba una invitación a un lujoso restaurante de comida italiana, francesa o quien sabe que.

Una comida tradicional coreana no había estado entre sus opciones. Pero tenía que tomar en cuenta también que estaban con ropa de trabajo, manchados de pintura aún. Y de una u otra forma YooChun había descubierto en JunSu, que el muchacho prefería estar en aquellos pequeños lugares que en los lujosos a los que sus clientas lo habían acostumbrado.

—¡Mmh! Es tarde.

JunSu se levantó de repente, moviendo un poco la mesa en el proceso, logrando que le vaso de YooChun se cayera y por ende lo mojara, YooChun apenas alcanzó a levantarse, el agua finalmente no lo mojó tanto, pero aun así. Era molesto. En serio, ‘Torpe’ no había estado entre las características que le habían dado.

—Lo siento, lo siento, lo siento…

JunSu se acercó con una servilleta, intentando secar el pantalón de YooChun, Park sin embargo optó por no mostrarse tan enojado. Detuvo las manos de JunSu tomándolas entre las suyas y sonrió.

—Esta bien, supongo que tendré que acostumbrarme a que me ataques inconscientemente.
—¡YooChun!— Los mejillas de JunSu se inflaron en un simpático puchero –No seas cruel~… No lo hice apropósito.

—Pues no lo parece…— YooChun susurró sus palabras adecuadamente bajo, para que Kim no lo escuchara, y con la misma servilleta que JunSu lo hubiera estado secando, él continuó haciendo lo mismo.

—¿Dijiste algo?
YooChun sonrió amablemente. –Que no te preocupes demás. Esta bien así. El almuerzo y tu compañía lo compensan todo, ha sido un almuerzo agradable, gracias por todo JunSu.

Kim rascó su cabeza un poco inconforme con esas palabras. –Pero… No he hecho más que ser torpe e involucrarte en el proceso.
—Pues para mi ha sido divertido.

JunSu sonrió, YooChun le simpatizaba mucho y ese latido persistente en su corazón cada vez que el mayor le sonreía seguí dándole un buen presentimiento.

—Bueno, es hora de regresar o Boa nos crucifica.
JunSu asintió con una sonrisa. –Si. Vamos.







El chofer abrió la puerta del auto con una expresión seria.

HeeChul salió del elegante carro con una expresión muy relajada en el rostro, arregló un poco su cabello y miró el elegante hotel ante sus ojos. Le hizo una seña al hombre para que se retirara y continuó su camino hacía el interior del Hotel.

Dentro fue todo un poco más sencillo, su llegada era esperada y por lo tanto la muchacha que le sería de guía se portó muy amable, HeeChul aparentemente solo fue amable, sonrió un par de veces y contempló su celular un par de veces más. Su padre seguía con lo mismo de que todo debía salir excelente.

Kim Ohn lo recibió con una sonrisa apenas las puertas de la oficina principal se abrieron. –Kim HeeChul, es un gusto recibirte.— El hombre lo abrazó con fuerza y HeeChul respondió al gesto con la misma fuerza. –Pero mira cuanto has crecido muchacho, la última vez que te vi tenías quince años.

—Si, bueno. El tiempo pasa rápido.
—Supe que cenaste en mi casa recién ayer. Lamento que ni Rye ni yo hayamos estado presente tuvimos un evento importante e ineludible al que asistir.
—Oh, no se preocupe por eso. Fue una cena… Muy particular.

—Me alegro. Todo solucionado con el auto ¿Cierto?— El hombre caminó a sentarse en su asiento tras el escritorio indicándole que podía tomar asiento frente a él. –JunSu me contó de su pequeño incidente.

—Si, no tiene de que preocuparse. Todo está en manos de las aseguradoras.

—Bien, me alegro.— Ohn pareció verdaderamente grato con su presencia. –Entonces serás el encargado de gestionar todo para la fusión de los Restaurantes de tu familia con nuestros Hoteles ¿Verdad?

—Así es, mi padre piensa que es hora de que comience con los grandes proyectos.
—Te graduaste hace poco. Pero ya tienes mucha experiencia en este tipo proyectos por lo que Rye me ha contado.
—Así es. Pierda cuidado trabajaremos muy bien.

—Oh, pues me encantaría poder trabajar a tu lado HeeChul, pero tengo unos viajes pendientes y prácticamente no estaré el tiempo suficiente en el país. Así que te dejaré con nuestro Gerente de Relaciones Publicas. No sé si lo conozcas, es el heredero y también Gerente Administrativo de las Concesionarias más grandes del país.

HeeChul sonrió levemente. —¿Me está hablando del mayor? ¿Choi Siwon?
—Por supuesto, MinHo, el menor aún estudia.

Las puertas se volvieron a abrir y Siwon entró con una sonrisa en el rostro. —¿Me habías llamado Ohn?— Sus ojos se fijaron en HeeChul quien vestido en aquel traje negro solo posó su dedo índice sobre su sien.

—Que bueno que llegaste Siwon. Ven te presento a Kim HeeChul, heredero de los Restaurantes con los que nos vamos a fusionar y por supuesto el representante de la empresa para todo los trámites que te comenté.

—Si, ya nos conocemos.— Siwon miro a HeeChul y luego volvió a mirar a Ohn. –Pero no supuse que mandarían precisamente a su heredero para todo esto.
—Pues HeeChul acaba de graduarse así que su padre ha depositado toda su confianza en él.
—Ya veo.

—Espero que trabajemos bien, Siwon.

HeeChul estiró su mano, con aquella sonrisa que hacía que Siwon contara mentalmente hasta diez y respirara profundo. Pero Choi no dejaría que HeeChul hiciera lo que quisiera. Apretó la mano que le era ofrecida y sonrió, de la misma forma despreocupada y divertida que una vez real.






—Jung YunHo.

JaeJoong entró con toda la confianza del mundo a la oficina del recién mencionado, sin embargo se sorprendió un poco al notar la oficina vacía. Arrugó el entrecejo confuso. ¿Estaría bañándose una vez más atrás de la oficina? JaeJoong sacudió la cabeza en el momento exacto en que sus instintos le gritaron que fuera a verificar si era así o no.

—¿Qué haces aquí?

YunHo salió de la puerta trasera con un montón de carpetas que sabrá Dios de dónde provenían. Las colocó sobre el escritorio y con el antebrazo secó el poco sudor en su frente. JaeJoong solamente intentó parecer indiferente al notar que el hombre solo utilizaba una camisa sin mangas y un Jean.

Otra vez esos malditos brazos.

—Iba a llamarte pero…
—¿Recordaste que no tienes mi número?

La sonrisa burlona de YunHo mientras se servía un poco de agua, lo enojó. –No seas tan creído, es un error que le puede pasar a cualquiera.
—Si, claro.

YunHo bebió el agua con tranquilidad. A JaeJoong solo le tocó observar por un mínimo segundo como la solitaria gota de agua que se le había escapado al más alto, recorría desde la comisura de sus labios hasta su cuello y se perdía en su pecho.

Kim desvió la mirada.

—Bueno a tu auto no le falta mucho. ¿Para que quieres mi número? Ven pasado o mañana.
—No tengo el tiempo para venir a cada momento a preguntarte si está o no mi auto. Para eso después de todo están los teléfonos ¿No?

YunHo sonrió. Era muy fácil exasperar a Kim JaeJoong.

—Ten…— Sacó una pequeña tarjeta de su escritorio y se la extendió al muchacho. —¿Ya saliste de jaula de cristal, niño?
JaeJoong arrugó el entrecejo. –No digas estupideces que no te conciernen.— Le quitó de las manos la tarjeta la observó con cuidado y luego volvió a su expresión indiferente.

—Como quieras. Ojalá algún día descubras que el cristal si se puede romper.
JaeJoong estuvo a punto de irse sin responder, pero la duda pudo más, así que antes de abrir la puerta volvió a girar. —¿A que te refieres?

—A que cuando te decidas puedes romper los barrotes de tu jaula de cristal. Libera tu mente, JaeJoong.

JaeJoong volvió a arrugar el entrecejo. Miró de mala manera a un sonriente YunHo y azotó la puerta con un –Idiota.— Pronunciado desde sus labios.






MinHo salió de clases con una sonrisa en el rostro, el deber que le habían mandado tal y como lo había predicho ChangMin se lo habían tomado como lección sorpresa. Por eso amaba al muchacho, miró de un lado a otro a través del Campus buscando a Shim, pero no lo diviso con facilidad.

—¡Hey, cute boy!
—¡Que no me digas así, Yang!
—Como sea, vamos a jugar básquet ¿Vienes?

El muchacho pasó un brazo por los hombros de MinHo, pero él de inmediato se negó. –No puedo tengo un par de cosas que hacer.
—¿Shim acaparándote solo para él para variar? ¿Debo recordarte que también tienes amigos?

—¿Perdón? ¿Desde cuando Shim acapara a Min? Siempre ha sido al revés.— Otro de los muchachos apareció sacudiendo los cabellos de Choi. –Este es el que no le deja a Shim tener vida social por andar acaparándolo solo para él.

Los dos muchachos chocaron sus manos en confianza y MinHo solo movió un poco sus labios. –Como sea… ¿Han visto o no a ChangMin?
—Pues se nota que cuando MinHo, no está busca sociabilizar.

Yang señaló divertido la pequeña banca donde Shim y una muchacha charlaban con toda la tranquilidad del mundo y con una que otra sonrisita por ahí. MinHo de inmediato cambió su expresión y levantó una ceja.

—Bueno vayan a jugar o lo que sea. Ya les dije que hoy no puedo.

Fue sencillo, MinHo dejó atrás a sus amigos y con la misma expresión seria en su rostro se acercó a donde ChangMin y la mujer de identidad desconocida se encontraban. –Oh, MinHo que bueno que te veo. Pensé que no vendrías.

—Si, bueno. Estaba dando una prueba.— ChangMin no dudo en mirar fijamente a la muchacha quien rápidamente se sintió incomoda, escondiendo su cabello largo tras la oreja para disimular.

—Te presentó a una compañera de trabajo, vamos a realizar una investigación sobre las cuentas administrativas internacionales, su nombre es Hae…
—Si como sea, lo siento. Pero mi PROMETIDO y yo tenemos cosas que hacer.

La muchacha asintió nerviosa y sonrió como pudo. –Esta bien, Opp… ChangMin, hablamos luego sobre el trabajo entonces.— Shim asintió, eso claro antes de sentir como la mano de MinHo empezaba a jalarlo para que empezara a caminar.

—¿Puedes dejar la escenita, MinHo?

ChangMin veía su brazo siendo jalado por el menor quien de repente sonrió y se detuvo. –No me agrada.
—¿Quién?
—Esa chica, no me agrada.

ChangMin arregló un poco su camisa. –No seas infantil, Min. Ya te dije que solo es una compañera. Además ¿Tengo que recordarte lo de ayer?
La sonrisa volvió a aparecer en los labios de Choi. —¿Puedo repetir mil veces que te quiero?

ChangMin hizo una indescifrable mueca. –No lo hagas.

MinHo rió divertido y continuó caminando. –Camina entonces. Recuerda que aún nos faltan JaeJoong y Siwon.
—¿Sigues con eso?
Choi giró, solo para sonreír. —¿No es obvio?






Cuando Siwon entró a la cocina, la mayoría se encontraba descansando después de un almuerzo agitado. Buscó con la mirada a JaeJoong y sonrió cuando lo observó vestido todavía con el traje de Chef Principal, arrimado al mesón, observando una tarjeta en sus manos. Aparentemente muy concentrado.

—¿Descansando?

Abrazó por la espalda al muchacho depositando un corto beso sobre el cuello de Kim. –Siwon, me sorprendiste. ¿Ya almorzaste?
—Si, no te preocupes.— Siwon abrazó un poco más fuerte a JaeJoong besando en esta ocasión su cabello. –Siento haber salido de esa forma de tu casa ayer.

—No te preocupes por eso. Supongo que estabas ofuscado. Aunque aún no entiendo el por que.— La mirada de JaeJoong y Siwon prefirió cambiar el tema.
—¿Qué leías?
—Oh, nada especial. Solo revisaba la tarjeta del lugar donde tengo el carro.

JaeJoong intentó guardar la tarjeta en su bolsillo pero inesperadamente Siwon se la quitó de las manos. —¿Y por que no lo llevaste a las concesionarias de mi familia?
—Por que todo ocurrió de forma inesperada.
—Ya veo… ¿Jung YunHo?

El genio de Siwon cambio notoriamente, soltó a JaeJoong y leyó una y otra vez la dichosa tarjeta, Kim miró curioso al hombre. –Si, ¿Lo conoces?
—¿No es el sujeto que estaba ayer con Kim HeeChul?

—Si. Ese mismo, me voy a cambiar devuel…— JaeJoong intentó quitarle la tarjeta de las manos a Siwon, pero de inmediato con una sonrisa Choi la alejó de sus manos.
—No te preocupes ya no la vas a necesitar.
—Pero…

—Yo solucionaré todo, tú tranquilo.

Y así, sin más, Choi Siwon abandonó la cocina con un pasmado JaeJoong que no acababa de entender lo que acababa de suceder. —¿Solucionar que?






—Bien muchachos, por hoy es todo.— Boa habló por el alto parlante y todos de inmediato dieron un par de aplausos mientras se comenzaban a esparcir en grupos. La mujer se acercó sonriente hacía los encargados de mural y sonrió. —¿Podrían guardar todo en la bodega?

YooChun y JunSu asintieron con tranquilidad, Boa se marchó satisfecha y JunSu accedió a dejar que YooChun cerrara los tachos de pintura, solo por seguridad. Una vez estuvieron cerrados. Lograron distribuirlos en igualdad dos para YooChun y dos para JunSu.

—¿Sabes? Pensé que esto de la caridad sería más sencillo.
JunSu sonrió ante el comentario de Park. —¿Es la primera vez que haces voluntariado?
—Si. Pero a pesar del cansancio resultó divertido y tiene su lado positivo.

Empezaron a bajar las escaleras dentro del lugar que los llevaría a la bodega y JunSu intentó ver bien los escalones a pesar de la poca luz. —¿Cuál es tu lado positivo?
—Que conocí a alguien llamado Kim JunSu.

YooChun se detuvo momentáneamente, solo para que JunSu viera su sonrisa y luego continuó. Aunque la impresión de aquellas palabras logró robarle un poco de aire, JunSu sonrió y continuó caminando. YooChun era muy coqueto.

No terminaba de bajar las escaleras cuando la puerta se cerró tras JunSu, Kim inevitablemente giró asustado. YooChun desde abajó solo observó lo asustado que se veía JunSu ante la poca claridad que había en el lugar.

—Yoo… YooChun la puerta se cerró.
—Si, ya me di cuenta. Baja y la abrimos ¿Cuál es el problema?
—¡Que se cerró sola!

JunSu terminó de bajar las escaleras dejó los botes de pintura en el suelo y se quedó muy cerca de YooChun. –Vamos JunSu, no me digas que le tienes miedo a la oscuridad o que crees en fantasmas.

—¿Y si fuera así?— JunSu miró nervioso a Park y él solamente le sonrió, camino dispuesto a subir las escaleras y abrir la puerta. Cuando notó la manera graciosa en la que JunSu parecía no querer separarse más allá de treinta centímetros de él.

Luchó con el pomo de la puerta por unos segundos y finalmente bufó molesto. –No abre. Se atoró o algo por el estilo.
—¡¿Qué?! ¡¡No!!— JunSu intentó abrir la puerta empujando a YooChun contra la pared. Park solamente hizo un gesto muy parecido a aquel que hacía cuando se le acababa la paciencia.

—Junsu…
—¡YooChun hay que huir! ¡¡De seguro nos atraparon por que va a venir quien sabe que a matarnos!! Yo no quiero morir tan joven~

Park agradeció mentalmente no tener puesta una de sus mejores camisas en el momento en que JunSu agarró su camisa y la apretó con fuerza. Antes de pegar el rostro a su pecho con miedo. YooChun solamente lo abrazo.

—Tranquilo JunSu. Ya verás como en algún momento viene alguien.
—Pero…
—No pierdas la calma, Su. Yo estoy aquí.

Aparentemente esas palabras sirvieron, por que Kim se separó un poco tan solo para poder levantar la cabeza y observarlo por unos segundos antes de volver a abrazarlo, temblando cada tanto.

YooChun pensó que aquella actitud ni siquiera vista en su hermano menor, de alguna extraña y retorcida manera era divertido, pero también por alguna extraña razón. El miedo y la seguridad que parecía sentir JunSu mientras lo abrazaba, de algún modo, le pareció… Lindo.







—¡Jefe!— YunHo levantó la mirada al notar a uno de los muchachos ingresar a la oficina aparentemente agitado por la corrida. –Hay un sujeto allá afuera con una grúa que dice que se quiere llevar el súper carro.

YunHo arrugó el entrecejo y salió de su oficina de inmediato. Afuera la mayoría de sus compañeros se encontraban rodeando el lugar y el dichoso sujeto, era Choi Siwon quien con una gafas para sol, veía el reloj en su muñeca.

—Disculpa, ¿Qué sucede?

Por obvias razones, Jung intentó solucionar todo por las buenas.

—Nada grave. Solo me llevo el auto de Jae a la concesionaria de mi familia.
—Pero…— YunHo sonrió. –Solo le faltan un par de arreglos y está listo.
—Si, pero de todas formas prefiero llevarlo a un lugar donde por lo menos me den una garantía del trabajo.

Ese comentario molestó a mucho de los compañeros de Jung y por obvias razones al mismo YunHo, quien con cortos pasos se acercó a Choi, con una mirada no tan amistosa como antes. —¿Insinúas que en mi taller no le daremos la calidad exacta que tu concesionaria si?

—No exactamente pero…

—MI taller no podrá ser sofisticado, elegante o los lugares a los que están acostumbrados. Pero aquí se trabaja bien. Nunca hemos recibido ni una sola queja de nuestros clientes y mis trabajadores son los mejores tanto como los profesionales que son que como personas.

Las voces y aplausos a favor de YunHo no se hicieron esperar. Siwon únicamente se quito las gafas, suspiró un poco y miró con atención al hombre frente a él. Así que por esto es que le gustaba tanto el dichoso Jung YunHo a HeeChul. Orgulloso de lo que es, profesional, serio y capaz de defender a los suyos a costa de lo que sea.

—YunHo, hagamos esto por el lado fácil. ¿Si?
—¿JaeJoong sabe que te estás llevando su auto?
—Lo sabrá apenas lo vea.

Siwon hizo un pequeño gesto para que engancharan el auto, un hombre dentro del convertible y el auto se empezó a movilizar. Fuera el auto de Siwon lo esperaba, YunHo decidió salir justo antes de que Siwon se trepara al auto.

—Dime algo Choi Siwon.— El hombre pareció prestarle total atención. —¿Todo esto en serio es por el auto de JaeJoong o siquiera por el mismo JaeJoong?— Siwon pareció no querer responderle. YunHo no pudo siquiera identificar aquella vacía expresión que el hombre le dio. El auto arrancó y YunHo decidió quedarse ahí por unos segundos más.

Y a pesar de todo eso, YunHo solo podía recordar los minutos exagerados que Choi Siwon y HeeChul pasaron la noche de ayer en aquel estudio en la mansión Kim. YunHo lo sospechaba, esto no tenía nada que ver con Kim JaeJoong o su auto.

Sacó el celular con tranquilidad y sin mirar la pantalla del celular mantuvo presionado el número dos. El aparato tecnológico de inmediato conectó la llamada con HeeChul y cuando la voz animada del muchacho llegó a sus oídos, los ánimos de YunHo mejoraron un poco.

—¡Yunnie! ¿Cómo así me llamas?
—Chul. ¿Ya estás trabajando en eso de la unión de tus restaurantes con los hoteles de los Kim?
—Si… ¿Por?

—¿Me podrías dar la dirección de donde estás?
—¿Vienes a visitarme?
—Algo así…

YunHo lo recordaba muy bien. JaeJoong había dicho, que trabajaba en los hoteles de su padre.







—¿Que hacen ustedes aquí?

La voz de Boa logró que ambos giraran de inmediato, sentados en la escalera, YooChun y JunSu se separaron y obviamente JunSu buscó rápidamente poder salir de ahí. —¿Qué pasó?— Boa volvió a preguntar y YooChun sonrió.

—Se nos cerró la puerta y no podíamos salir.
—Oh…— La mujer rió avergonzada. –Olvidé decirles que tuvieran cuidado con la puerta, se cierra solo por afuera. Lo siento~

JunSu respiraba hondamente el aire a libertad, con las manos en las rodillas únicamente sonrió, agitando un poco su mano derecha. –No te preocupes Boa, lo bueno es que pudimos salir.

—Lo siento, Su. Se cuento te disgusta la oscuridad.

La mujer abrazó protectoramente a JunSu, como si de un muñeco de felpa se tratara. YooChun solamente se sorprendió un poco ante esa confianza que parecían tener ese par y que él antes no había notado.

—¡Chunie!

La voz de Mir logró llamar su atención, el muchacho vestido con el uniforme de instituto agitaba su mano izquierda a unos metros de distancia, con una gran sonrisa en el rostro y un paquete en la mano derecha.

—Bueno, me tengo que ir. Nos vemos mañana.

YooChun se alejó con una sonrisa y corrió hacia donde su hermano lo esperaba, sin notar la mirada algo molesta de JunSu cosa que después de que estuvo cerca de su hermano supuso le serviría. Los celos después de todo, siempre eran la mejor estrategia.

—Mir… ¿Que haces por acá?

—Pensé en venir a verte hacer algo bueno por la vida de los demás.— Mir ayudó mucho, por que con una sonrisa en el rostro le enseñó el pequeño paquete en sus manos que aparentemente era un delicioso pastel. –Lo vi y pensé que estaría bien para el postre de esta noche.

—Mir eres tan lindo~.— Extrañamente a sus habituales gestos, YooChun agarró por la mejilla a su hermano y la estiró un poco antes de hablar muy bajito. –No digas nada y no hagas muecas raras.—

YooChun miró de reojo a JunSu quien aparentemente conversaba con Boa, y aparentemente por que la mujer hablaba pero JunSu solo asentía, viendo a ratos donde ellos se encontraban. Oh, eso era realmente perfecto. Había logrado llamar por completo la atención de Kim JunSu.

—Eres un asqueroso pervertido. Soy tu hermano.

Mir fue totalmente despreciativo pero por suerte no habló lo suficientemente fuerte, sin embargo si giró indignado, dispuesto a marcharse. YooChun velozmente pasó un brazo por los hombros de su hermano para seguirle los pasos al menor.

—Vamos Mir, solo es para sacarle un poco de celos al niño rico.
—Si, pero no es necesario que lo hagas conmigo.
—Solo te jalé de la mejilla.
—Igual… El solo hecho de proyectar esa imagen de nosotros es tan… ¡Guack!

YooChun rió ante el gesto, la mueca y la particular forma en la que Mir levantó y sacudió un poco sus brazos. Cuando quería el mocosito era muy divertido. Ahora solo le tocaba esperar al día de mañana y ver como terminaba de reaccionar la cajita de sorpresas en la que se había convertido Kim JunSu.






JaeJoong terminó de guardar las pocas cosas que tenía en la pequeña oficina que tenía como Chef encargado. Movió un poco su cabello algo húmedo por la reciente ducha y cuando la puerta de la oficina se abrió, JaeJoong solo pudo girar sorprendido ante el atrevimiento.

—No preguntes como llegué hasta aquí, porque no te gustará saberlo.

Jung YunHo depositó sobre el escritorio una pequeña caja con un par de sus cosas dentro. Cosas que JaeJoong suponía eran de su auto y que la verdad no entendía por que YunHo las había traído pudiendo haber esperado a cuando le entregara el auto ya reparado.

—¿Por qué has traído todo esto hasta acá?
—Por que al elitista amargado de Choi Siwon se le ha olvidado cuando se llevó TU auto de MI taller.— Una sonrisa forzada y mecánica por parte de YunHo que supo a sarcasmo fue lo siguiente que JaeJoong recibió.

—No entiendo. ¿De que estas hablando?
—Choi Siwon fue a mi taller diciendo que llevaría tu auto a un lugar donde hicieran un mejor trabajo. Eso es lo que pasa.
—¿Y por que estás tan molesto?

YunHo rió ante la audacia de JaeJoong. –Por que odio que subestimen nuestro trabajo solo por no tener un lugar elegante o sofisticado. Lo que importa al fin y al cabo es que trabajemos bien ¿No?— JaeJoong asintió. –Pues ese elitista amargado parece no entenderlo.

—No es un elitista amargado. Es mi pareja y no te…
—Pues ahora entiendo por que está amargado.— Inconscientemente JaeJoong levantó la mano. Depositando una sonora cachetada en la mejilla de Jung, quien solamente sonrió ante el golpe.

—Tal para cual. ¿Verdad? O como diría Chul, siempre hay un roto para un descocido.
—Eso aplicaría mejor para tú y el tal HeeChul.
YunHo sonrió. –Da igual, HeeChul y yo siempre hemos encajado demasiado bien. Lo tuyo con Siwon es una relación abierta en la que él único que parece divertirse es él.

Y JaeJoong volvió a replantearse… ¿En el cuando su vida se había convertido en eso? ¿Por qué un perfecto desconocido venía a juzgarlo con tanta facilidad y de paso teniendo toda la razón?

—Gracias por traer mis cosas. Ahora vete.
YunHo sonrió. —¿Las verdades duelen?
—¡Solo vete!

—Esta bien, pero antes…— YunHo se acercó levantó la mano y JaeJoong solo pudo cerrar los ojos. Jung estaba dispuesto a devolver el golpe. —…Piensa que solo tienes una vida y no estas aprovechando toda esa belleza que tienes.

JaeJoong abrió los ojos lentamente, YunHo acariciaba un poco su cabello y una vez notó que lo estaba mirando, la sonrisa de Jung hizo aparición. Volviendo a dejarlo desconectado del mundo. Reafirmando la misma conclusión a la que había quedado en la mañana.

Era momento de demostrarle a Choi Siwon, que también sabía divertirse sin él.

Para cuando el aire llego a sus pulmones una vez más. Jung YunHo ya abandonaba su oficina con tranquilidad, tomo aire y se sentó. Solo para recuperar un poco las fuerzas que YunHo sin querer le había robado.






—¡Yunnie!

HeeChul estuvo repentinamente frente a sus ojos. Inexplicablemente el buen ánimo que la corta platica con JaeJoong le había proporcionado, mejoró todavía más cuando las manos de HeeChul tomaron las suyas.

—¿Que tal el primer día de trabajo?
—Bien. ¿Viniste a verme?
—También.
—¿También?

YunHo sonrió, arreglando un mechón en el cabello de Kim. —¿Por qué no me enseñas un poco de este lugar, nunca había entrado?
HeeChul sonrió complacido. –Será todo un placer. Te puedo enseñar las habitaciones también.

YunHo sonrió ante la indirecta de HeeChul, pero únicamente rodó los ojos. No era el momento. Su humor iba mejorando de a poco, pero no por eso terminaba de sentirse bien con el coraje que Choi Siwon acababa de darle.






—¿Y a la final me vas a decir por que estamos en los hoteles de mi familia?— ChangMin entró al lugar asintiendo ante los saludos, mientras MinHo parecía entretenido buscando a alguien. —¿Debo recordarte que aquí no, por que cualquiera se lo podría decir a mis padres y…?

—Uhh~ ¿ChangMin quiere hacer cosas malas?

MinHo intentó acercarse, pero de inmediato Shim estiró su brazo lo suficiente como para detener al menor. –Tranquilízate, lo digo por ti y tus ideas locas.
—Como sea, vine por que ayer cuando peleábamos se me ocurrió una gran idea.
—¿De que hablas?

—Kim HeeChul.
—¿La razón por la que terminaste con YunHo?

—¡Exacto!— MinHo sonrió. –Son tal para cual, Siwon y HeeChul son perfectos el uno para el otro. Los dos con eso de cero compromisos. Es que si no se conocen, entonces está en los cupidos modernos.— MinHo abrazó a ChangMin. –Es decir nosotros. Lograr que se arrejunten.

—¿Arre…junten?— ChangMin negó con la cabeza. –No uses ese vocabulario, MinHo.
—Oh, ahí esta la otra parte de mi plan. Definitivamente es el destino.— Choi agarró por la mano al más alto y empezó a jalarlo para que caminara más rápido. –YunHo es perfecto para Jae.

—¡¿Piensas relacionar a mi hermano con alguien con quien TU saliste, perdiste la razón?!— ChangMin se detuvo, MinHo se cruzó de brazos. –Pero que cosas digo…— ChangMin rió sarcásticamente. –Si es obvio que ¡Ya perdiste la razón!

—Vamos ChangMin, mejor malo conocido que bueno por conocer. ¿No?
—Ok, entonces ¿Podrías decirme por que contratamos a YooChun y no mandamos a uno de tus malos conocidos con él?
—Por que en el caso de JunSu necesitamos a alguien con mucha paciencia, que en caso que lo termine mil veces, él vuelva mil y un veces por JunSu. ¿Me entiendes?

ChangMin se comenzaba a exasperar. —¡NO, Óyeme bien, NO, conoces a Park YooChun! ¿Cómo sabes que es alguien paciente?
—Cualquier persona aprende a ser paciente por veinte mil dólares.

ChangMin suspiró resignado. –No lo entiendo. No entiendo por que estoy aquí, planeando tanto para unir mi vida con alguien como tu por que sinceramente…
—¿Dónde se fueron?— ChangMin se sintió completamente ignorado. —¡Oh, ahí están!

Volvió a ser jalado una vez más. En serio, tenía que estar muy enamorado para hacer todo esto. Miró a MinHo y por la manera en la que esos ojos brillaban supo entonces que MinHo también estaba muy enamorado. Y si ambos se amaban tanto. ¿Que podía salir mal?

—¡YunHo, HeeChul!

MinHo agitó su mano un poco llamando la atención de los dos, quienes giraron un poco desde sus asientos en el bar del hotel. ChangMin rectificó, en realidad tratándose de MinHo y si no lo controlaba como debía, MUCHAS cosas podían salir mal.

Lastimosamente para cuando pudo darse cuenta, los cuatro ya se encontraban compartiendo mesa como buenos amigos, que no eran. Por que sencillamente, ChangMin apenas y los conocía.


..::..::..::..


—¡Yunnie!

La euforia de HeeChul fue palpable, desde su lugar Siwon no pudo identificar al famoso YunHo que ya esperaba en el aeropuerto a HeeChul, tampoco fue como si hubiera podido hacerlo si lo hubiera querido, por que casi de inmediato tuvo a JaeJoong abrazándolo.

—Siwon, te extrañé mucho. ¿Cómo te fue en París?
—Muy bien… Pero quiero hablar de algo contigo.
—Después, primero vamos a la casa a cenar. Mamá ha preparado una deliciosa además ChangMin acababa de decirnos que quiere hacernos un importante anuncio.

Siwon miró a JaeJoong y esa expresión sonriente en su rostro. Miró de reojo lo efusivo que MinHo saludaba a ChangMin, lo relacionó con lo mucho que su hermano menor se la había pasado mencionando a Shim y no tuvo un buen presentimiento.

Sin embargo decidió dejar todo eso para después. Debía encontrar las palabras exactas para decirle a Jae. Que su relación no podía continuar o cuando menos debía cambiar un poco.

—¿En serio?— MinHo se vio muy emocionado. —¿Le vamos a decir a todos que estamos saliendo?
—Si, Min. Pero déjame ser yo quien hable. ¿De acuerdo?
—Lo que tu digas.— MinHo se abrazó a ChangMin con fuerza y sonrió. Aprovechando que Siwon junto a JaeJoong se empezaban a alejar. —¿Cuándo?

—Hoy en la cena de bienvenida que mamá ha preparado para ustedes.

MinHo volvió a abrazarlo. Estaba tan feliz.


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