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Arualthings

Eslabones cap 13


SACRIFICIO


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Roma, Italia
Plaza España

- por supuesto, el Dr. Hargitay no apoyaba la ideología del Zodíaco Púrpura, la única razón por la que se había infiltrado era encontrar la manera de desintegrar la organización, pero Chung Jin Ho es muy astuto e inteligente, así que no pudo engañarlo por demasiado tiempo, pero sí el suficiente para poner a salvo a los tres eslabones que sustentarán el Cristal de Luz…

- Cristal de Luz?...

- ése es justamente tu mensaje, Jaejoong, el Dr. Hargitay quiere que lo encuentres, hasta dónde me dijo, no será sencillo encontrarlo, pero una persona lo custodia… - el muchacho se puso de pie, ante la mirada reflexiva del pelioscuro que ahora parecía drenarse el cerebro en busca del mínimo rastro de ese Cristal de Luz que el Dr. Hargitay le pudiera haber mencionado durante los años que vivió con él… - me quedaría a charlar y hacerte enfadar preguntando acerca de cómo te fue con Yunho… - ese comentario con tono pícaro logró que el pelioscuro le mirara de nueva cuenta… - pero debo irme, no nos conviene que nos vean juntos, créeme cuando digo que en estos momentos la confianza es lo que menos debes tener… - y dejándolo con más inquietudes, Ban Soo dio la vuelta y comenzó a caminar lejos de él…

En lo alto de un Edificio Yunho lo siguió con su mira telescópica, igual que a Jae, sus palabras solo habían conseguido inquietarlo y sembrar nuevas inquietudes, de dónde resultaba ahora que existía un Cristal de Luz? Porque a Ban Soo le preocupó el hecho de que los vieran juntos, acaso alguien los vigilaba y eran blanco de alguna investigación? Además…

- espera!... – Jae se puso en pie y corrió hasta alcanzar a su amigo cuando llevaba ya varios metros lejos de él… - porqué el Dr. Hargitay dejaría tal mensaje contigo, porqué algo tan sin sentido o significado alguno?... – su amigo esbozó una sonrisa…

- porque ambos estábamos en el Zodíaco Púrpura… - el pelioscuro abrió los ojos de par en par, por más que quisiera que sus sorpresas y emociones no se expresaran, aquello simplemente no podía haber pasado sin que se diera cuenta, en lo mínimo… - sé que te sorprende… ve con cuidado Jae, porque la única razón por la que he venido hoy ante ti es porque le hice la promesa a Dann, y siempre he cumplido mis promesas… - mirada seria…

- así que ahora somos enemigos, no?... – Jae comprendía bien lo que los ojos de los otros podían decir, y los de su amigo en esos momentos le decían que la confianza que alguna vez pudieron tenerse, llegaba a su fin… y no pudo evitar concluir que una duda que había tenido antes se esclarecía en esos momentos… Chung Ban Soo debía tener algún parentesco con Chung Jin Ho…

- y no dudaré en quitarte de mi camino… - volvió a sonreír después de decir aquéllas palabras con frialdad… - ahora, me voy, cuídate Jae, cualquier día puedes toparte con un loco por la calle… - dio la vuelta sonriendo gentilmente, pero el pelioscuro supo que desde ese instante sería blanco de ataques para sacarlo del camino del Zodíaco Púrpura…

- muévete, veo a tres sujetos sospechosos que se dirigen hacia ti… - escuchó la voz del moreno hablándole al oído a través del dispositivo de comunicación…

Jae no se molestó en mirar y tratar de corroborar con sus propios ojos lo que el moreno le decía, confiaba en él… era el único en quien ahora confiaba, y se dejó guiar por sus indicaciones verbales hasta mezclarse con un tumulto de gente en una calle llena de cafés y vendedores ambulantes… pero Yunho podía ver que aquéllos tres sujetos no se rendían, que seguían limpiando la zona en búsqueda del pelioscuro, así que lo guió hasta el Edificio en el que él se ubicaba, y cuando Jae llegó, ya le esperaba a bordo de una motocicleta…

- no te lo había dicho, verdad?... – comentó mientras subía en la parte trasera de la moto…

- qué cosa?... – arrancando el poderoso motor de la máquina…

- odio las motos… - un fuerte agarre en la cintura del moreno, un arrancón a gran velocidad buscando inmediatamente las calles que los lleven a la avenida…

Rápidamente Yunho comenzó a zigzaguear entre los autos particulares y de mayor tamaño en la avenida, conduciendo hasta la autopista Roma-Nápoles, concurrida por decenas de conductores que iban y venían por toda la ciudad y sus alrededores. El moreno vio por los espejos laterales que dos autos y una camioneta cerrada les seguían el paso, con tanto tiempo de experiencia podían identificar claramente cuando eran perseguidos a cuando pudiera ser casualidad que les siguieran el paso… así que aceleró, el pelioscuro odiaba las motos por una sencilla razón, el poco espacio que parece quedar entre la máquina y los autos al pasar junto a ellos, y tal como Yunho conducía, eran apenas milímetros de distancia lo que evitaba que chocara contra ellos al arrebatarlos y dejarles atrás, mientras que quienes les persiguen realmente prestan poca atención a si ocasionan el frenar abrupto u accidentes de otros conductores.

El moreno siguió su camino sin detenerse ni bajar la velocidad, pero como Jae, podían ver que iban dejando una peligrosa estela de desgracia tras de sí… aprovechó el paso a desnivel que indica el Retorno a la ciudad y tomó ese camino, había poco menos de tráfico, pero seguía siendo peligroso… y lo fue aun más cuando aquéllos sujetos por fin parecieron hartarse de la simple persecución y comenzaron a dispararles… esa era otra de las razones por las que Jae odiaba las motos, son todavía más vulnerables a los ataques de proyectiles que un auto cerrado, porque ahí no hay puertas de metal ni nada que pueda amortiguar el impacto de las balas, salvo sus propios cuerpos…

Pero Yunho era el mejor, y casi como si pudiera ver el curso de los proyectiles, zigzagueaba esquivándolas al tiempo que evadía el impactarse contra algún auto, esos que no se salvaban de que las balas los alcanzaran… sabía que tenía que salir de ahí, ir a un lugar donde los civiles no queden en el medio de un ataque hacia ellos. Jaejoong ya estaba molesto con esos sujetos, así que haciendo casi malabarismos, se puso de pie, pasando luego una pierna hacia al frente al tiempo que se agachaba y pasaba la otra quedando al frente del moreno, viéndose a la cara…

- puedes ver bien, no?... – cuestionó sonriendo suavemente, casi con coquetería, y es que era que ni en esos momentos podía apartar de su cabeza el hecho de que Yunho se veía terriblemente sexy conduciendo esa moto con tal maestría…

- quítanoslos de encima, Boo… - respondió regresándole la sonrisa, sintiendo un ligero escalofrío cuando el pelioscuro tomó una de sus armas paseando su mano por su muslo… - eres un…

- ocúpate de conducir… - Jae le guiñó un ojo…

Y luego el pelioscuro buscó los disparos más certeros a los neumáticos de los autos que aquellos sujetos que no pueden identificar ahora conducen… y con un arma en cada mano pasando por sobre los hombros del moreno, acertó relativamente fácil cada disparo, ocasionando que uno a uno los tres autos quedaran en el camino, con los rines sacando chispas al friccionar contra el asfalto, generando también el frenar abrupto de otros que iban detrás de ellos, y en el espacio en que quedaban varados los oponentes el tráfico se había detenido, mientras el moreno aceleraba y se perdía por la autopista que da a la avenida rumbo al Hotel Mazcagni…

- estoy seguro que eso fue solo una advertencia… - subiendo a la habitación que comparten, el pelioscuro sacó su móvil para hacer una llamada…

- a quién llamarás?... –

- a ChangMin, no crees que debiéramos reunirnos con él siendo que es uno de los tres eslabones…

…………………………………………

Departamento de Shim ChangMin

Recostados sobre la cama del menor de los dos, Kregh y Min compartían dulces besos… y cuando el móvil de Shim vibró en silencio en la mesita de noche, ninguno se percató de ello porque estaban sumidos en esas caricias que tanto habían deseado desde esa mañana en el callejón…

- te extrañé más de lo que puedo decir, Kregh… - el menor se giró dejándolo bajo su cuerpo, tenía las mejillas sonrojadas y el cabello alborotado…

- me alegra saberlo, Min… - jadeó cuando las manos del menor se colaron bajo su camisa palpando sus pectorales…

- descubrí que el amor existe… - llevó una línea de besos por cada palmo de piel que iba dejando al descubierto mientras ascendía desde su ombligo y se deshacía de la prenda superior… - recordé un poco de mis padres y lo importante que es mi destino para la humanidad… - un beso en la clavícula, escuchando esos suaves jadeos que escapan de labios del pelicastaño… - comprendí que los motivos de la vida para que ésta no resulte una burda monotonía se encuentran en los sentimientos… - sus labios dejando cortos besos sobre ese mentón y su cuello… - sé ahora que mi motivo, mi fuente de amor… - un beso tierno en el otro juego de labios, sintiendo mariposas en el estómago al sentir el cariño con el que es correspondido… - eres tú, Kregh… - se acomodó mejor en su cuerpo, descansando un momento su rostro sobre el pecho del pelicastaño… porque había una duda que inquietaba su corazón, que no paraba de rondar su cabeza a pesar de que Nakamura le ha dicho que le ama… - quieres a Kyo?...

Y fue mejor preguntarlo de esa manera, aunque en sus pensamientos la palabra amor encajaba mejor… y el pelicastaño suspiró al escucharlo, porque comprendía que el menor tuviera esa duda, porque sabía que no había dudado en dar su vida por el chico de facciones aniñadas… porque tal vez se sentía en deuda con él por el dolor que le causó al no corresponder sus sentimientos…

- sí, pero no de la forma en que creo estás pensando… - sus manos acariciando el cabello del menor, tratando de transmitirle de esa manera su amor incondicional, de hacerle saber que a pesar de todo, nada ni nadie tiene su corazón más que él… - éramos grandes amigos, tuvimos algo que no puedo borrar de mi pasado, y de lo que, aunque suene cruel, me arrepiento, porque sé que Kyo me ama como yo no puedo amarle… y sí me interpuse entre él y sus hermanos, fue por el cariño que a pesar de todo no dejaré de sentir por él, Min…

- darías tu vida por cualquier persona?...

- es algo que me enseñaron, sí… pero si tuviera que elegir entre tu vida y la de alguien más, no dudaría en protegerte a ti… - el menor se levanta de su pecho para mirarle a los ojos… - Te Amo, ChangMin, no dudes de eso nunca, por favor…

- y tú no vuelvas a decir que morirías por mí, o por nadie… - volvió a apoyar su rostro en ese pecho, escuchando ese tranquilo palpitar que no quiere dejar de escuchar nunca… - porque aunque te salvé esta vez, presiento que no es algo que puedo hacer siempre… y me asusta la sola idea de llegar a perderte…

Kregh le tomó el rostro con las manos, instándole a mirarle nuevamente… besó sus labios con ternura, sintiendo una lágrima perderse en medio de ese beso… y sobraron entonces las palabras, los juramentos al aire que sabían no podrían ser cumplidos, porque estaban en medio de una guerra por la humanidad, y si sus vidas tenían que ser entregadas por la causa, ellos no se darían el lujo de meditarlo, lo harían sin dudar…

Y entonces se dejaron envolver por esa necesidad fehaciente de ser uno una vez más, de sentir el calor del otro arroparles el alma misma, porque si después de salir de ese lugar el destino los separaba en el camino, ellos querían recordar la calidez avasalladora de sus besos y caricias, de esa danza de besos dulces y los murmullos amorosos.

ChangMin sentía su desnuda piel ardiente vibrar al contacto con la de Kregh, y comprendía que ese amor que había crecido entre ellos era clave en lo que fuera que esté en el futuro para él, porque aunque ahora sabe que sus poderes sobrenaturales van más allá de una simple habilidad para comprender toda lógica y ciencia o tecnología, también tiene esa sensación de desasosiego ante la incertidumbre del desconocimiento del final de las cosas. Y se deja relajar por esos instantes bajo el calor de esos besos y caricias, de esas manos que ahora acarician su entrepierna y le arrancan gemidos bajos de placer…

Kregh quisiera saber más, poder tener mucho más poder y brindarle más apoyo del que le da ahora… pero sabe que las cosas se suceden como tienen que sucederse, porque la Sibila le dijo también que El Elegido lo cambiaría todo y le daría a la humanidad una nueva oportunidad de llevar el curso de sus vidas… y si su destino era ser ése en quien encontrara por lo menos el motivo que impulse sus acciones, entonces actuaría de acuerdo a las circunstancias… aún cuando tal vez su amor eterno sea más efímero de lo que ambos desean…

- hazlo, Kregh… - murmura el menor con la voz excitada, consciente de que ambos han estado sin querer demasiado perdido en sus pensamientos mientras sus cuerpos se entregan casi inconscientemente a la necesidad latente de sus sentimientos por amarse…

- somos novios, Min?... – colocándose en medio de las piernas del menor, viendo cómo las abre un poco más y deja al descubierto esa zona erógena que roza con sus dedos acariciando a su alrededor…

- ahh… - arrancándole jadeos de gozo ante esas caricias insinuantes… - sí, Kregh, lo somos… - se sonríen y entonces recibe en su boca esos dedos que piden ser humectados…

ChangMin los chupa y lame con paciencia, porque quiere alargar ese momento tanto como les sea posible… y cuando los libera clava sus ojos chocolate en los del pelicastaño, quien sin apartar su mirada de su novio, introduce el primer dedo en ese pasaje y cubre esos labios que liberan un incómodo gemido… lo mueve despacio, entrando y saliendo con suavidad para no lastimarlo, para darle tiempo de que se acostumbre… y segundos después agrega otro dedo, comenzando a hacer círculos, percibiendo cómo su entrada se dilata un poco más albergándolos, instantes después ya son sus tres dedos los que se mueven en su interior mientras ellos no paran de besarse, porque una vez más Min se sabe adicto a esos labios, y lo es tal vez un poco más ahora que sabe que son novios… y se jura a sí mismo hacer hasta lo imposible por permanecer juntos, por cumplir con el destino de sus genes…

Kregh aparta los dedos y coloca la punta de su miembro en la entrada de Min, las piernas de éste se enredan en su cintura esperando por sentir esa punzada que precede al placer del amor mutuo expresado en un acto carnal. Se desliza penetrándolo despacio, procurando la menor incomodidad posible, saboreando esa conocida estrechez de sus paredes comprimiendo su hombría… y gimen ronco al saberse unidos de nuevo, las manos del pelicastaño viajan por el cuerpo del menor entregándole solemnes caricias, y éste responde con sus propias manos memorizando cada recoveco de su torso, muslos y toda piel que alcanza a tocar… se incorpora abrazándolo con fuerza mientras se besan con encendida pasión, aún sin moverse en ese vaivén de caderas que los transporte al éxtasis…

- Te Amo, Kregh… - murmura en su oído antes de dejarse caer nuevamente sobre el colchón… - hazme perder la noción del tiempo…

Sus palabras son suficientes y todo lo que necesita el pelicastaño para comenzar con sus embestidas, lentas pero profundas, deslizándose dentro y fuera de ese pasaje estrecho que se siente tan caliente rodeando su virilidad, que en verdad el ya ha perdido noción de todo a su alrededor que no sea ese hombre bajo su cuerpo que gime cada segundo con más fuerza, diciendo cada tanto su nombre y pidiéndole más de esas estocadas que no duda en acelerar en ritmo y velocidad…

- ahh, Min… mhh, mhh, aahhh… - y siente que podría desfallecer por el solo hecho de amar y ser amado, de poder sentir en cada fibra de su ser el calor desprendido de esa unión…

- mhh, ahh, Kregh, ahh, aahhh, mhh… - y por el deseo profundo de sus pensamientos, ChangMin consigue algo de lo que no es consciente siquiera… que el tiempo se congele afuera de esas cuatro paredes, que el mundo literalmente se paralice suspendido en el tiempo por espacio de unos segundos…

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Tokyo, Japón
Distrito Taito, Parque Ueno
Núcleo de ZION

Y a la distancia, solo una persona es consciente de tal evento… Kirsten… porque la Sibila comprende que esa es la última señal que necesitaba para saber que el Elegido ha despertado completamente… y que la hora de que ella entregue sus dones es marcada a su vez por ese hecho…

Ya las instalaciones fueron evacuadas, solo ella permanece ahí, esperando sentada en su Oficina a que Alexia Peruzzi se haga presente… la rubia no se sorprende al entrar en aquél complejo vacío, con toda computadora o el sistema de seguridad apagado y seguramente formateado para que no haya quedado huella de todo movimiento que ahí se efectuó, sobre todo en los últimos meses… y camina sola por los pasillos rumbo a aquella sala donde sabe Kirsten le espera pacientemente…

- hace tiempo que no te veía, Kirsten… - y le saluda con una sonrisa autosuficiente al dar un paso dentro…

- Alexia… - sonríe y toma un sorbo del vaso de vino tinto que tiene a lado sobre el escritorio… - quisiera ser más cortés y decir que me da gusto verte, pero dado que conozco la intención de tu visita, permíteme evitar las cortesías innecesarias…

- oh, Kirsten, acaso te molesta saber que esta vez conseguimos ponernos un paso delante de ti, de tus propias predicciones…

- te equivocas, no estoy molesta, y sin duda, ahora estás un paso delante de mí, pero ello no significa que lo estés por sobre mis predicciones…

La rubia se le quedó viendo unos instantes, odiaba esa capacidad de la Sibila de conseguir que dude, de poner en inquietud sus pensamientos, de hacer que tambaleen sus planes con unas cuantas palabras… pero sonrió triunfante, porque ahora ella podrá tener lo que tanto han deseado decenas por décadas… el Don de la Sibila…

- sabes qué traigo conmigo... – dejó una caja negra rectangular, de un tamaño más o menos de 15x10 cms…

- sabes que sí…

- entonces evitemos las conversaciones falsas cuando tu vida está por extinguirse y entrégame lo que vine a obtener de ti…

- aún cuando tengas la visión de mis ojos, y yo perezca al entregarte mi Don, debes saber, Alexia, que lo que puedas ver de ahora en adelante pueden no ser más que el reflejo de tus ambiciones, te recomiendo no fiarte de las visiones que tengas con mis ojos…

Alexia ignoró esas palabras, y al abrir la caja sacó un cristal en forma de pentagrama de diamante negro de un tamaño regular que cabía perfectamente en la palma de la mano de la rubia, una joya tallada con las manos del artesano Seth Blazek, mismo que en esos momentos aún continuaba bajo custodia del Gral. Smith. Una Joya con el poder mágico de absorber la habilidad paranormal de la Sibila, porque fue tallada con la piedra preciosa obtenida de uno de los Templos de Apolo en Grecia. Y aunque La Sibila podría haberse opuesto a tal designio, sabía bien que ahora ya nada tenía que ofrecer a la causa, y que su sacrificio era la mejor opción contra el Zodíaco Púrpura…

Y cuando Peruzzi miró a los ojos a Kirsten, ella tomó ese cristal colocándolo luego en su frente, en medio de sus ojos, y éstos se tornaron blancos y un vapor en forma de niebla comenzó a emanar de sus orbes desprovistas de color, impregnándose luego en el cristal… lentamente su poder se fue concentrando en el cristal negro, absorbiendo así no solo su Don, sino su vida misma… y cuando ya nada quedó, el rostro de la Sibila cayó sobre el escritorio…

- parece demasiado fácil, pero no lo fue el orillarte a sacrificarte, Kirsten, porque si tu querido Kyo no hubiera ido tras de mí a Roma y Kregh no hubiera estado dispuesto a morir por él, El Elegido jamás se habría presentado dejando al descubierto su identidad y por tanto su ubicación… - tomó el cristal de la frente del cuerpo sin vida de Kirsten, todavía había un aro de niebla en torno a él, pero cuando lo llevó a su propia frente, el cristal brilló con una luz semioscura que cegó sus ojos entregándole el Don de la Sibila… - interesante la forma en que veías el mundo… - porque al abrir sus ojos de nuevo, ya todo lo que veía era diferente, porque cada cosa tenía tonos que nunca antes había visto, porque si lo pensaba, podía ver más allá del presente y observar las líneas de otros futuros… - Jin Ho estará feliz de saber que ahora podemos preveer cualquier obstáculo, y cuando tengamos a los tres Eslabones liderados por el Elegido, podremos hacer el mundo a nuestro voluntad…

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Praga, República Checa
Sede del Departamento de Seguridad de la ONU
Sala de Interrogatorios

- les he dicho mil veces que no hablaré con nadie que no sea la Directora General… - Seth Blazek permanecía sentado en una ruada silla en aquélla sala de espacio pequeño, seguro que para intimidarlo y sofocarlo con el calor que ya se cernía sobre la habitación…

- cuál es tu obsesión con ver a la Directora General?... – el Gral. Smith miró con sus penetrantes ojos al checo…

- es una mujer hermosa, y yo un hombre morboso que solo quiere molestar a las autoridades internacionales… - se mofó, sonriendo ampliamente al ver por fin la expresión de enfado en las facciones del hombre frente a él… y la puerta se abrió…

- la Sra. Natasha Parker viene en camino, ha estado al pendiente de su caso, Sr. Blazek, y está dispuesta a mostrarse ante usted si le dice lo que queremos saber… - Cameron entró a la Sala, sonriendo coquetamente hacia Seth, consciente de que tal vez el Gral. Smith no esté de acuerdo con su método… pero él mejor que nadie sabe que en tiempos de guerra, todo es válido…

- y usted ha venido a liberar un poco de la tensión que el Gral. ha dejado caer sobre mí en todas estas horas insistiendo… - la chica le sonrió sentándose en el escritorio cruzando las piernas, dejando al descubierto sus piernas pues llevaba falda corta…

- digamos que he venido a hacerle compañía en tanto la Directora General llega… - y entonces Smith salió de la habitación, dejándolos solos, en la Sala no había esos famosos espejos dobles que permiten la visión al otro lado de la sala, solo una cámara de circuito cerrado que grababa todo lo que sucedía ahí dentro…

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Roma, Italia
Departamento de Shim ChangMin

Ya el orgasmo les había sacudido el cuerpo y ahora estaban acostados entre las desordenadas sábanas de la cama, con la piel cubierta de sudor y la respiración alterada…

- maravilloso… - atina a decir el menor, sonriendo satisfecho por haber hecho el amor con el pelicastaño, porque esta vez, a diferencia de la primera, está seguro de que ello es lo que ha hecho al ser uno en cuerpo y alma con su novio…

- es porque tú eres perfecto… - murmura acomodándose de medio lado, apoyando su rostro en su mano, con el brazo flexionado apoyándose en su codo sobre el colchón, mirándole embelesado… profundamente enamorado…

- me siento raro que me digas eso… - susurra con un sonrojo de vergüenza, sintiendo cómo los latidos de su corazón se aceleran ahora por esa manera de su novio de expresarse de él…

- pero es la verdad… - lleva su mano libre a los cabellos largos de su novio, sintiéndolos húmedos por el sudor, apartándolos de su frente en donde se han pegado eróticamente…

- baka… - consigue decir, estirándose sobre el cuerpo de su novio, obligándole en el acto a recostarse otra vez sobre la cama, alcanza su móvil en la mesita de noche, porque su intención había sido tomar una foto de ellos dos, pero entonces se da cuenta de la cantidad de llamadas perdidas desde el número de Yunho y Jaejoong… y un mensaje de Hikaru - debemos irnos… - baja de la cama apresurado, buscando sus ropas para colocárselas, entonces el pelicastaño lee el mensaje que acabara de leer su novio…

-

- si fue Hikaru quien mandó el mensaje…

- lo sé, Kirsten ha entregado su vida… - el menor terminó de vestirse y fue al armario de su habitación, removió una tabla en el suelo de madera, y digitó una clave en una caja fuerte de tamaño regular, sacando de ahí un disco y una mochila que el pelicastaño no tiene idea de lo que contiene… - vámonos…

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Praga, República Checa

Yoochun y Junsu iban de camino al Aeropuerto para partir a Seúl, a donde el Gral. Smith le mandara ahora que ha investigado para él algo importante de la información que Wesley le diera acerca del gemelo del castaño… con la advertencia de que todo podía ser un peligro para el muchacho, y que el pelinegro estaba solo en esa nueva misión que ha tomado, porque la ONU no puede involucrarse en asuntos personales ahora…

- entonces, crees que sea mi hermano… - el castaño tenía entre sus manos un sobre amarillo que contenía una simple hoja que contenía la identidad de un joven de su edad que concordaba con una muestra de su ADN…

- algunos de los genomas concordaron, pero no al 100%, sin embargo, dado que tu propio ADN fue alterado, no sé realmente qué responderte, Junsu ah…

- no importa… - sonrió mirando por la ventanilla… - podría ser mi única familia…

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Seúl, Corea
Distrito Dongjak-Gu

Un muchacho de cabello pelirrojo y sonrisa amable caminaba por la calle, vestido con un pulcro traje negro y facciones parecidas a las del castaño… un maletín en su mano derecha… una sensación de confort al entrar en aquella casa que perteneciera a sus padres adoptivos… un sobre en el buzón de entrada, un nombre conocido impreso en el sello del remitente…

- Cassandra Park… - leyó, sonriendo disimuladamente, y entró a su casa, oliendo ese agradable aroma a hogar… dejó su maletín en el sofá y se sentó abriendo el sobre… - es momento de que tomes tu lugar, protégelo y confía solo en tu propia sombra… - era lo único que decía esa pequeña hoja de papel, en el interior del sobre, una llave… - qué abre qué cosa… - se preguntó, recargándose en el respaldo del sofá…

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