Aun confundidos por no tener en claro lo que ese par de acontecimientos preparaba para ellos, los chicos volvieron al pueblo, tomaron sus cosas y orbitaron otra vez.
Montes Wicklow. Irlanda.
Y de la llamada Verde Erín se reconocía su abundancia de lagos y turberas, y en el viento danza el aroma de su clima oceánico, y es en aquéllas tierras donde los inviernos son clementes y los veranos frescos. La humedad de la atmósfera los abrazó con sutileza y les dio la bienvenida a las landas pobladas de brezos en las colinas y hermosos prados.
Se hospedaron nuevamente, antes de ir al lugar correcto, esperando que alguno recibiera ese peculiar “llamado” con el que Jae y Yunho ya habían obtenido la bendición para el control del agua (visce) y la tierra (talamh), y eran designados los elementos por su nombre en antiguo gaélico.
De los ocho chicos, el de corazón más inquieto y alma acongojada era Yoochun, pues esa sensación de desesperanza seguía asentada en su estómago. Y aparte era el que la esencia del dragón siguiera intentando cada tanto emerger y tomar control de su mente para ir en búsqueda de su venganza contra el mago oscuro.
El pelinegro salió de la ducha con la toalla sobre sus hombros, pero llevaba el pecho descubierto, unos pants y los pies descalzos. Junsu se levantó de la cama, sonriendo con esa ternura que le caracteriza y se encaminó hacia su novio para mimarlo y procurar despejar su mente. Pero apenas si un par de pasos los separaban, el ratón sintió una vez mas ese frío descomunal correr por su espina dorsal, y un fuego encenderse en sus ojos, y era el alma del dragón tratando de fluir otra vez.
Gimió ahogando un grito, sus manos sujetándose la cabeza y su cuerpo ligeramente encorvado hacia delante, sus sentidos aturdidos por la repentina invasión de la magia del dragón.
- Chunnie… - el pelirrojo se apresuró a él para ayudarle, pero el pelinegro levantó la mano, haciendo que se detenga en el acto…
- no me veas así… - un nuevo quejido, sentía como si la mente le fuera a estallar en cualquier momento… - solo… dame un minuto…
- pero, Chunnie…
- no!... no quiero que te asustes de nuevo si me ves así…
Entonces el pelirrojo comprendió, porque él mismo se lo había dicho en Gizeh, que lo había asustado… pero Junsu no quería que su novio pasara por aquello solo, ni que pensara que en los momentos en que atravesara por esa especie de crisis de identidad, él quiere alejarse de su lado.
Esquivando hábilmente los intentos del ratón por evitar que se acercara, el pelirrojo lo abrazó dejando sus manos en su espalda, y el calor que emanaba de ellas menguaba el frío que le recorría la columna.
- déjame ver tus ojos… - pidió con voz suave, mirándolo directamente a la cara.
- pero… - cómo decir que en ese momento no son precisamente sus orbes?
- por favor…- y besó cada párpado con infinita ternura.
Yoochun sabía que su delfín siempre conseguía calmarlo más rápido de cómo lo conseguiría haciéndolo por cuenta propia. Dubitativo por la reacción que su novio pueda tener, el pelinegro abrió sus ojos, Junsu vio esos orbes oscuros atravesados por un destello iracundo de fuego, pero no le temió…
- Te Amo, con todo lo que hay dentro de ti… - el tono de su voz conmovió al pelinegro, porque había conseguido darle una demostración más del amor que le tiene, y sintió el alma del dragón tranquilizarse y dormir nuevamente en su interior, cuando el pelirrojo cobijó sus labios con un dulce beso.
- Junsu ah, eres mi luz en el camino, el ángel que me cobija con sus alas… - y conforme soltaba esas palabras inspiradas por su amor, ese mal presentimiento que tenía se asentaba con una fuerza indomable en su interior… y dolía… - nunca permitiré que nada te separe de mí… - y las tiernas caricias depositadas en las mejillas del pelirrojo ya no bastaban para sentirse bien… sentía la necesidad de unirse a él y recordar que se pertenecen mutuamente, que nada ni NADIE lo arrancará de su lado.
- ámame, Chunnie… ámame una vez más… - porque la inquietud había traspasado la voluntad de su novio, y había reflejado su temor. Junsu no sabía de dónde nacía aquel mal presagio… pero sentía la apremiante necesidad de saberse suyo otra vez.
Y los besos comenzaron a depositarse a diestra y siniestra por sus cuerpos, las prendas de sus cuerpos salieron lentamente conforme Yoochun deseaba apartar alguna, separándola con su poder telepático para que sus manos pudieran acariciar cada palmo de piel al descubierto, sintiendo esos escalofríos deliciosos cada que entran en contacto; escuchando ese húmedo sonido de los besos apasionados, los suspiros exhalados cuando las caricias se volvían suaves, gemidos roncos cuando sus puntos más sensibles eran alcanzados.
Aun de pie, completamente desnudos, con sus cuerpos friccionándose mientras más cerca querían sentirse entregados en un beso fogoso remarcado por las manos del pelirrojo desordenándole el cabello al ratón y éste acariciando con lujuria su trasero. Comenzaron a caminar a tientas hacia la cama, sonriendo simplemente por saber en esa candente situación, conscientes de que en cualquier momento podrían llegar a buscarlos. Por eso, haciendo uso de su magia, pusieron un campo telepático para que nadie pudiera escucharlos, ni verlos, no cuando la puerta estaba encantada para no ser abierta.
Yoochun levantó las cobijas con sus solos pensamientos y las cortinas se tiñeron de un color rojo para dar un poco de oscuridad en la habitación, recostó suavemente a Junsu, aún besándose y deslizó su cuerpo sobre el de su delfín, sintiendo sus erecciones rozarse, arrancándoles un nuevo gemido.
El delfín tomó el rostro del pelinegro, y mirándolo directo a esas oscuras orbes, le dijo…
- esto es amor… - por su mirada, su tierna sonrisa y el suave beso que depositó en sus labios, el ratón comprendió que era como un mensaje para el dragón. Porque no es solo ira lo que mueve una buena acción, y no es solo venganza lo que los motiva a luchar contra Michael.
……………………………
- hola?
- Yoo Hwan?... – y es que esa era la tercera vez que el chico llamaba desde un nuevo número…
- sí, Yumi, te interrumpo?... – el menor Park no había resistido la tentación de escucharla una vez más, porque sentía que mientras más en contacto esté con la chica, más se aleja de pensamientos de odio y muerte.
- no… - aseguró la chica con una sonrisa nerviosa… - estaba terminando un ensayo…
- oh, si estás haciendo tarea…
- descuida… - lo interrumpió, y se tapó la boca al hacerlo, pero realmente le gustaba hablar con él, conocerlo un poco más… - Yoo Hwan, volverás pronto de tu viaje familiar?
- bueno… - el adolescente miró por la ventana… - no lo se, en realidad, Yumi, pero espero que sí sea pronto… - se levantó de la cama y caminó hasta el ventanal, corrió las cortinas y observó algunas personas caminando, pisos abajo, tranquilamente por las calles, autos transitando como seguramente es la rutina…
- está todo bien, te escuchas pensativo… - escuchó la voz dulce de la chica, ella, que parecía poder adivinar sus estados de ánimo con solo escucharlo, y sentía que el lazo establecido con ella se hacía más fuerte… y a la vez peligroso…
- no te preocupes…. – y negó también con la cabeza, como si pudiera llegar a verlo… - estoy bien… dime, sobre qué trata tu ensayo.
Y prefirió sumergirse en una trivial conversación, lo que fuera, siempre que pudiera seguir escuchándola e imaginar sus acciones. En su habitación, sentada en esa silla de madera que ella misma decoró, tal como le dijera en otra de sus charlas, con un brazo apoyado en su escritorio, el móvil sostenido en su oreja con la otra, mirando el cielo a medio atardecer por la ventana mientras él observa la mañana en esa parte del planeta. Sonriendo cuando dicen algo gracioso, mordiendo la pluma cuando le explica algo que tiene que ver con la escuela, mirando hacia su cama cubierta de peluches como si se negara a dejar de ser una niña, porque no quiere dejar de soñar, y los adultos de los que ella se ha rodeado lo hacen. Suspirando involuntariamente cuando la varonil voz del chico le hace sentir cosquillas en el estómago y termina recordando ese único primer beso que se dieran días atrás.
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Junsu tenía bajo su cuerpo al pelinegro y su boca estaba jugando ya en su ombligo, después de haber cubierto con su lengua y sus labios la piel en su cuello, sus hombros, su pecho, sus costados y pectorales, sintiendo contra su propio pecho la prominente erección de su novio; así que siguió hacia abajo, tomando con gentileza su virilidad, llenándola de besos antes de que su lengua jugara con la punta y se deslizara después por toda su extensión.
Yoochun adoraba ver su expresión, porque el sonrojo en sus mejillas remarcaba su imagen tierna e inocente, pero sus ojos dejaban al descubierto el deseo por él. y era su pequeño angelito jugando con el fuego de la pasión el que arrancaba sus más sonoros gemidos cada que sentía su boca subiendo y bajando por su miembro, su lengua calida arrastrándolo a un mundo de gozo desenfrenado que no habían probado, porque en ese momento sentía todos sus instintos a flor de piel, y a Junsu disfrutando de tenerlo sometido bajo sus encantos.
El pelirrojo había sentido mucha vergüenza de meter en su boca la erección de su novio, pero la curiosidad por sentirlo de aquella manera había podido más, después de todo hasta el momento nunca había llegado a eso. Su excitación estaba llegando al límite al escuchar los roncos gemidos del ratón, su nombre pronunciado con voz exaltada, notar cómo las manos del pelinegro afianzaban con fuerza las cobijas motivado por el placer. Apartó su boca un instante, para sentir ese caliente trozo de carne entre sus manos, y siguió masajeándolo con rapidez, detectando la humedad con que estaba cubierto, sintiendo su peculiar sabor en su boca. Notó cuando los músculos comenzaron a tensarse en su novio y su respiración se volvió más acelerada, y supo que estaba por terminar, así que llevó otra vez su boca a su miembro, engulléndolo por completo, segundos después la esencia de Yoochun se perdió en su garganta.
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Takeshi llegó a un Edificio en Seúl, sede del Concilio Escarlata.
Hiro con él.
- Tanaka ha llamado, dice que entregará a Iwasa Mayuko a cambio de su propia hija… - Xia Lee caminaba a su lado mientras entraban a un ascensor… - no tiene sentido, si antes la acusó de traidora e incluso atentó contra ella, porqué es que ahora la quiere de vuelta…
- tal vez Aki Tanaka aún tiene algo que él quiere… - el híbrido miró unos papeles que la china le pasó, mientras que Hiro se quedaba pensando en el nombre de la chica, porque la conocía… - Mimi te habló ya de cada uno de estos dibujos?
- sí, pero ella no reconoce ninguno, dice que simplemente los dibuja, pero no sabe realmente qué significado tengan… Tanaka quiere hacer el intercambio en toda una escena de película… - salieron del ascensor y siguieron por el pasillo de la derecha… - no se exactamente que demonios pretende, pero habrá cámaras y prensa alrededor del lugar que él impuso, no nos está dando espacio ni siquiera para respirar…
- entonces no tenemos más opción que hacer lo que quiere… -
- disculpen, de qué va todo esto?... – se atrevió finalmente a preguntar el adolescente… los magos le miraron con cierta preocupación.
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Por encima del murmullo de mares, montañas y bosques, le llegó una voz suave que surcaba los cielos con el sonido del viento huracanado pero la sutileza de la dulce primavera.
Minnie apartó la vista de su portátil, en donde seguía tratando de encontrar nuevos significados de los papiros obtenidos en Gizeh, escaneos que Xia Lee le hizo favor de enviarle una vez que se hizo de su laptop. Esa voz seguía llegando a su oído, y por lo que puede notar, es el único que la escucha, puesto que Kenryu está recostado sobre la cama, con los ojos cerrados, al parecer muy concentrado en algo. Ahora que lo piensa, su novio debe tener sed… ha pasado ya tiempo desde que bebiera de su sangre…
- Ken… estás bien?... – el menor se acercó hasta él, la voz en su mente haciendo eco, como exigiendo su atención, pero ahora tenía que cerciorarse primero de que su lobo esté bien…
- no te preocupes, Minnie, estoy bien… - el castaño abrió los ojos y sonrió para su novio, aunque no pasaría demasiado tiempo antes de que su sed lo obligara a tomar sangre…
- seguro? Si tienes sed, puedes… -
- puedo soportarlo, Minnie, no quiero pasar la vida mordiéndote cada que tenga sed…
- pero ya sabes que no me importa ser tu donador personal… -
- lo sé… - besó suavemente sus labios… - algo nuevo?... – apuntó con la cabeza hacia la portátil…
- nada, pero… - nuevamente la voz atrayendo sus sentidos… - acompáñame…
- a dónde?... – cuestionó mientras cruzaban la puerta…
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Y mientras ellos marchaban en busca tal vez del siguiente elemento, Michael entretejía sus negros pensamientos y deseos ambiciosos de poder, y sumía su propia mente en sombras impenetrables por la luz del corazón más calido.
Khaly Park descansaba en un sueño profundo recostada sobre una cama cubierta de sabanas blancas, las heridas que se ocasionara anteriormente estaban casi sanadas, pero sus sueños no eran tranquilos, porque aun en ellos podía sentir avecinarse la oscuridad sobre la tierra. Y recordaba en penumbras las últimas palabras que el ojiazul pronunciara antes de encantarla…
- bailarás y cantarás para mí, Khaly, a menos que no tengas confianza en tu propio hijo para salvar al mundo del cruel destino que acaeceré sobre él… - y recuerda el tono venenoso de su voz… y el dolor en su corazón, porque sabe que su hijo puede derrocarlo, pero a cambio su vida tener que entregar.
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Yoochun besaba con ansia su boca, hacerle el amor a su delfín era la cosa más bella del mundo, pero a cada beso, a cada caricia, a cada suspiro y gemido, temía con más fuerza el perderlo, esa maldita sensación de pesadumbre no le dejaba en paz, y al mismo tiempo más lo impulsaba a unirse a él por eternos instantes.
Sintió la mano de Junsu tomar la suya y llevarla a su boca para humedecer sus dedos, sabía que quería sentirlo dentro, él sabía que deseaba esa calidez cubriendo su erección. El pelirrojo podía leer en sus ojos el temor, y le partía el alma saber que tal vez esa sería la última vez que pudieran hacer el amor, porque si algo sale mal solo hay un final para ellos.
El pelinegro llevó sus dedos a la intimidad del pelirrojo, dilatando gentilmente su entrada, besándose una y otra vez hasta que el aliento les falta, deslizando su lengua por su cuello, bajando furtivamente por su pecho, dirigiéndose con parsimonia hasta la virilidad del delfín, besándola y lamiendo con tranquilidad a la vez que lo prepara para su intromisión. Atesorando cada gemido y suspiro saliendo de labios de su novio. Cuando sintió que ya estaba listo, apartó sus dedos y se acomodó entre las piernas del delfín, introduciendo su erección lentamente, sintiendo esas estrechas paredes apresarlo con su calidez, arrancándole gemidos suaves conforme se desliza hasta el fondo. Quedándose quieto para que el delfín se acostumbre a su intromisión.
Entregándose una vez más a besos con sabor dulce y un dejo de amargura, con ese temor asentado ya en ambos, por más que el pelinegro hubiera querido luchar contra ello para que el pelirrojo no lo notara. Y comenzó con embestidas suaves, pausadas y lentas, queriendo disfrutar lo más posible de ese ser uno que tan dichoso lo hace sentir. Hasta que envueltos por la pasión, y con los ojos de Yoochun refulgiendo con un brillo de fuego, aceleró cada movimiento de caderas en un vaivén que los hacía gritar de placer, sintiendo las piernas de Junsu afianzadas a su cintura, impulsándose de esa forma al mismo compás lujurioso de entrega.
Queriendo sentirse completamente pegados en cuerpo y alma, se abrazaron con recelo, el ratón embistiendo con fuerza, haciendo de cada estocada un profundo encuentro de pasión, sus bocas encontrándose frecuentemente en nuevos besos, sus ojos procurando no perder el contacto, las manos del delfín aferradas a su espalda, las del ratón en sus caderas. Las alas de fuego de Junsu volvieron a surgir desde sus omoplatos, cubriéndolos bajo su calido cobijo, Yoochun sintió un calor emanar desde un rincón de su mente y sus ojos se llenaron de un intenso rojo fuego que no intimidó a ninguno de los dos. Y el orgasmo los alcanzó tal vez demasiado pronto, porque ellos quisieran poder amarse así siempre.
Las alas de Junsu volvieron a ocultarse, y las orbes de Yoochun a tomar su color oscuro. Con sus cuerpos aun temblando por los espasmos, se recostaron tratando de normalizar sus respiraciones y el tono muscular. El delfín apoyado en su pecho, escuchando ese latir apresurado causado por su acto, tratando de conservar en su memoria el mínimo detalle de ese momento.
- Te Amo, Junsu ah… - y sus manos se paseaban por el rojizo cabello de su novio, pensando en la mejor manera de poder estar así por siempre.
- y yo a ti, Chunnie… - sus labios se encontraron en un beso más, cargado de amor, de ternura, de un mutuo deseo de volver a repetirlo muchas veces más.
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Minnie y Kenryu llegaron hasta un claro bordeado de montañas y ríos que desembocaban en el mar, ahí, perfilándose desde el horizonte surcando las aguas y soplando en el viento, la voz que el menor estuviera escuchando se hizo sutil y armónica, sus cabellos se mecían suavemente, y un aire calido comenzaba a rodearlo gentilmente. Su novio no podía más que observar, estaba claro que el tercer elemento había elegido a su conductor temporal.
Fue rodeado por un remolino que tomó color por unos brillos azulados que se esparcieron por sus ráfagas, y cada fibra de su ser era impregnada por sensaciones de ligereza, capacidad de flexibilidad, de movilidad, de liberación de toda atadura y represión… de alcanzar el equilibrio de todo lo existente.
Gaoth es el nombre del viento en antiguo gaélico, elemento de armonía que se mueve libre por el mundo, fluyendo con el todo.
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La avenida estaba cerrada por patrullas de policía, había gente alrededor que movida por la curiosidad estaba presente, estaban también camarógrafos y reporteros… Tanaka había conseguido hacer de aquello algo público, porque sabía que no se atreverían a actuar con magia de por medio, una cosa era pasar desapercibidos por un pequeño grupo de personas y luego borrarles la memoria, muy distinto con miles de ellas enterándose por televisión.
- Mimi, no tienes que hacer esto, podemos seguirlo y…
- no… - cortó la muchacha… - si mi padre me quiere de regreso, entonces iré con él… además, es la única forma de saber sus motivos… dudo mucho que sea justamente por amor…
La castaña comenzó a andar esos metros que la separaban de su padre, en el extremo de la avenida, Mayuko vio a su amiga dirigiéndose hacia ellos y quiso poder haber evitado aquello, aun cuando tampoco sabía el porqué Tanaka actuaba de esa manera. Sintió que el hombre la empujaba soltando su brazo, indicándole que era libre de irse.
Había mucho en juego si intentaban cualquier cosa, Tanaka había armado bien su plan y podría irse de ahí con su hija sin que pudieran hacer mucho por detenerlo, a pesar de que Xia Lee ya tenía un equipo listo para iniciar la persecución, el punto era que realmente necesitaban saber con certeza qué había movido al mago para tener a su hija.
- bienvenida, hija mía… - el hombre la instó a subir en el asiento trasero de una camioneta, para inmediatamente después de abordarla, el chofer arrancara partiendo a gran velocidad.
- qué es lo que quieres, padre, no hace mucho me llamaste traidora y tuviste valor para intentar matarme…
- estaba molesto, solo eso… - pero por su mirada, la castaña supo que aquellas palabras no eran ciertas, y veía también que ese hombre no era aquel que recordaba de años de la infancia.
- Mayuko, estás bien… - el chico había abrazado a la chica con fuerza apenas llegó hasta la vaya en donde estaban.
- sí, Hiro, gracias… - pero se sentía preocupada por el paradero de su mejor amiga.
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Gales.
Tierra mítica de dominio celta, se reconoce también por su terreno elevado, de rocas primarias, erosiones arqueadas, glaciares y picachos volcánicos. En sus bosques los árboles se alzan imponentes a metros impresionantes de altitud; en tanto landas y tierras de pasto montañoso cubren el macizo.
Y al aparecerse en aquel lugar, Jae recordó perfectamente su última premonición
…La virgen espesura del color de la nieve adornaba aquellos castos mantos verdosos que se extienden en terreno gaélico, y Michael estaba cerca de aquel monumento de piedra blanca como el mármol, y la madre de Yoochun recitaba las palabras exactas para abrir el Sello de Nemeton Nertomáros…
Solo que ahí no había nadie más que ellos, aún así se sintió intranquilo. Pero no era el único, porque Yoochun sentía que el mal presagio se adueñaba de sus sentidos a cada segundo.
Y una nube oscura cubrió de pronto el lugar, poniendo a todos en alerta, Jae, Yunho y Minnie sentían el vibrar de sus elementos en sus cuerpos. Y de la nada, de entre las sombras de esa nueva oscuridad surgieron varios magos, entre ellos, Tulkas y Michael. Y un nuevo encuentro de fuerzas mágicas se sucedió entonces.
Tulkas tenía un solo objetivo: Yoo Hwan. Y Michael: Junsu. Por eso gran parte de los vasallos del ojiazul se cernieron sobre el pelinegro para evitar que pudiera proteger a su pelirrojo, Inamoto y Kenryu también habían sido separados del grupo, el castaño sintiendo la ira crecer en su interior, nadie podía tocar a su novio.
Jae terminó cerca de un río, de donde podía hacer uso de sus aguas para defenderse de los hechizos de ataque, Minnie se movía en lo alto, esquivando a magos con la capacidad de levitar que le seguían de cerca. Yunho levantaba paredes de piedra, o hacía emerger estacas de filoso mármol que usaba como defensa. Yoochun no podía ver claramente, porque cada que evadía a un mago ya tenía a otro sobre sí.
Junsu se sintió aturdido por un hechizo que no alcanzó a evitar, y lo siguiente que supo era que estaba siendo observado directamente por los ojos de Michael, y en su mirada había un encantamiento que lo atrapó sumiéndolo en un trance poderoso del que no pudo escapar, y le era imposible encontrar otro destino que no fueran los brazos del ojiazul.
Al mismo tiempo, Tulkas logró someter a Yoo Hwan, más que nada por su inexperiencia, puesto que en magia tienen el mismo nivel, el adolescente solo supo que de un momento a otro sus pensamientos eran transgredidos por el mago y una imagen en específico quedaba clavada en su mente.
- illusio mortallis… - pronunció, y en Seúl una chica cayó desvanecida por el efecto de su hechizo.
Yoo Hwan tuvo el presentimiento, y sin pensarlo desapareció de ahí.
Con Junsu entre sus brazos, con los ojos nublados y vacíos, Michael anunció la retirada, y esperó hasta que todos sus vasallos desparecieran para que Yoochun pudiera ver como desaparecía llevándose a lo más sagrado para él.
- Junsu… - pero aunque el pelinegro orbitó hasta donde se encontraba el ojiazul, cuando llegó ya no estaba… y la ira y la desesperación dieron vida a ese mal presagio que había venido sintiendo desde hace días.
Y el grito desgarrador que lanzó resonó en las montañas con ecos terribles de dolor. Y sus ojos tomaron la forma de los de una bestia, y su propia ira se unió a la cólera milenaria del dragón escarlata. Y se sacudieron montañas, y la tierra tembló, y desde el corazón del planeta emergieron ríos de lava que pugnaban por salir y abrirse paso en el exterior. Y de sus manos nacía fuego, y su aliento era frío, y su llanto una ventisca. Porque era tan grande su temor de perder al amor de su vida que perdía el control de sus acciones sumido en su dolor.
Los chicos podían entenderlo, porque saben sentirían igual de estar en la misma situación. Yunho se concentró para controlar las grietas que comenzaban a abrirse en el suelo, así como Minnie menguaba las ráfagas provocadas, y los incendios surgidos por la ira del pelinegro socavados por lluvia que Jae vertía sobre ellos. Kenryu e Inamoto solo podían observar, porque parecía que no importaba lo que hicieran, el lamento de Yoochun no sería consolado por ninguno de ellos, porque solo Junsu era capaz de apaciguar su dolor.
- te odio, Michael… - escupió con enojo, después de eso, los otros solo pudieron verle desaparecer sin saber hacia dónde exactamente habría orbitado el pelinegro.
Y ahora no sabían qué pasaría, porque Yoo Hwan tampoco estaba y no sabían a dónde había ido, y Yoochun había hecho lo mismo, y Junsu estaba ahora en poder de Michael…
- Junsu… - murmuró el pelioscuro con pesar, porque una vez más no había podido proteger a su hermano.
gracias por este nuevo capo me gusta mucho tu fico realmente son refana del yoosu y amo esta couple.. el junjae no se queda atras bueno espero un nuevo capo siiiiiiiiiiii
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