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Arualthings

One Incident cap 8

La calle estaba bastante transitada para ser un jueves pero Jaejoong y Yoochun encontraron que se trataba de hombres de negocios que viajaban desde sus lugares de trabajo hacia algún restorán y viceversa. La mayoría de los estudiantes se encontraban en las escuelas así que ninguno corría el riesgo de ser reconocido durante sus compras. Las tiendas a las que fueron destacaban por sus prendas de altas calidad y diseño. Habían caminado sólo por un par de horas pero Yoochun sentía como si hubiera dado la vuelta al mundo siguiendo al hombre mayor. Jaejoong tenía la intención de encontrar una tienda en particular en una avenida muy larga.

“Jaejoong ah, ¿estás seguro que no puedes recordar cómo se llamaba esa tienda?”. Yoochun miraba una cafetería mientras esperaba a que el semáforo cambiara de color para cruzar.

El mayor negó con la cabeza. “No lo recuerdo… mmm…”, se quedó cayado. Estaba realmente irritado por no poder recordar el nombre de la tienda que no pudieron visitar la última vez que estuvieron en Japón.

“Bueno, entonces, ¿por qué no tomamos un pequeño descanso y bebemos algo? Por ahí hay un lugar, podemos ir y entrar en calor.”

Jaejoong estuvo de acuerdo. La cafetería era pequeña y no muy concurrida. Era un lugar tranquilo y se respiraba un ambiente agradable. El salón estaba confortablemente caliente. Después de ordenar sus cafés, los dos hombres se sentaron en una de las mesas ubicadas en una esquina.

“Me pregunto qué estarán haciendo los demás”, reflexionó el rubio. Tomó un sorbo de su café con moca y saboreó el sabor con su lengua.

Yoochun se encogió de hombros. “Sé que Changmin fue a un templo budista al que nunca había ido pero no sé lo que Yunho y Junsu estén haciendo.”

Jaejoong posó sus ojos en el hombre más joven sentado frente a él. “¿No te parece que están actuando raro? Acabo de tener una sensación extraña como si algo estuviera pasando… No sé qué pero es como si tuvieran un secreto.”

Yoochun miró por la ventana, observando a la gente que transitaba por la calle corriendo para cumplir con su vida diaria. Eligiendo cuidadosamente sus palabras antes de decir la verdad. Suspiró antes de empezar. “Jaejoong ah, ¿te acuerdas cuando todos se fueron al club y yo me quedé en casa?”, continuó cuando recibió un guiño, “Bueno, también me di cuenta de que algo extraño estaba pasando. Junsu y Yunho pasaban mucho tiempo juntos, más de lo normal. Nada realmente muy notable pero entonces… Bueno, un día yo estaba en la sala leyendo un libro y pasé mi vista por el balcón cuando vi…vi a Yunho y a Junsu, juntos, ¿entiendes a lo que me refiero?” En ese momento Yoochun observó la reacción de Jaejoong. Las cejas del rubio se encontraron mostrando una ligera confusión, sus labios entreabiertos. “Más tarde le pregunté a Junsu. Estaba tan enojado Jae, realmente lo estaba. No pueden hacer esa clase de cosas, no en público, no entre ellos.”

“Bueno… ¿Y qué te dijo?”

Yoochun siguió diciéndole a su compañero exactamente lo que le había dicho. “Dijo que iba a ponerle fin pero… Sinceramente no puedo estar seguro de que lo haga. Se veía un poco avergonzado por tener que compartir el cuarto con Yunho así que tal vez sí lo terminó pero como he dicho, no estoy realmente seguro.”

Jaejoong había terminado su bebida y ahora jugaba con su taza vacía sobre la mesa. “¿Cómo sabemos si ya lo terminaron Yoochun?”

El otro hombre se encogió de hombros. “Estaba muy molesto con todo esto y avergonzado por dejar que sucediera. Junsu es inteligente y siempre ha sido honesto, así que espero que diga la verdad.”


*****


Yunho sonrió presionando los labios de Junsu. El beso comenzó lento pero creció en forma sostenida cada vez más frenético, ambos hombres con la intención de ahogarse en el momento. Junsu envolvió sus brazos alrededor del líder aferrándose a sus hombros. Yunho juntó aún más sus cuerpos, con sus pechos planos uno contra el otro. Junsu se retorció para quedar sobre el mayor, moviendo sus caderas contra el hombre debajo de él. El gemido de Yunho sofocado por la boca de Junsu. Los labios del joven se trasladaron hábilmente hacia la fuerte mandíbula y cuello del otro. Yunho frotó su muslo contra la ingle de Junsu, causando un suave gemido de su parte y en contra del oído del mayor. El líder juró que podía tener al más joven en ese momento.

Rodando sobre sí mismos, Yunho hundió su cara en la suave piel del enrojecido cuello de su amante. “Junsu…”, susurró con voz ronca. El joven se estremeció cuando el aliento del líder le hizo cosquillas en su oído. Yunho frotó su pulgar sobre el endurecido pezón de Junsu, causando que éste arqueara su espalda ante el contacto. Fue dejando una hilera de besos desde los hombros hasta justo debajo de la mandíbula. La respiración del cantante más joven era pesada mientras observaba al mayor deslizarse por su cuerpo. El contacto del hombre se sentía tan bien, tan bien en ese momento. Sus dedos entrelazados en el suave cabello de Yunho, gimiendo, cuando por fin legó a sus caderas. La lengua de Yunho recorriendo la zona y dejando mancas rojizas por aquí y allá, enganchando un dedo por debajo de la cintura del joven, en su bóxer.

Una serie de firmes golpes en la puerta hicieron saltar a los dos hombres. El corazón de Junsu latía irregularmente y se esforzaba por recuperar su compostura.

“Tienen que estar bromeando conmigo”, se quejó el líder sumamente enojado. Por suerte para ellos, el visitante no deseado había matado el estado de ánimo. Yunho abrió la puerta con una transparente irritación en su cara. “¡¿Qué quieren?!”, preguntó con brusquedad.

La pequeña mujer parada frente a él abrió la boca por la sorpresa. Yunho inmediatamente reconoció a la mujer como una de las mucamas y se sonrojó.

“Oh, lo siento, lo siento mucho”, pasó la mano por su cabello y suspiró. “Uhmm… ¿Podría esperar un par de minutos por favor?”. Yunho mentalmente se dio una patada en su culo al ver las sonrojadas mejillas de la mujer.

La mucama asintió con la cabeza, sus ojos clavados en el suelo.


*****


Después de disculparse profundamente y vestirse, Yunho y Junsu salieron del hotel. Ni siquiera eran las 11:30 AM, cuando se encontraron sentados en uno de los bancos de un parque cercano, con humeantes cafés en sus manos. El aire era frío, sus respiraciones formando nubes blanquecinas y fantasmales. El lugar estaba vació a excepción de una pareja de ancianos que caminaba de la mano lentamente a lo largo del sinuoso camino. El banco estaba situado frente a un pequeño estanque rodeado de árboles de Cerezos en flor. La escena sería más hermosa en torno a abril cuando el Sakura florecía. El agua de la laguna era clara pero profunda. Había poco o nada de vida nadando en sus frías profundidades.

Ambos hombres tomaban sus bebidas tranquilamente, saboreando el calor que circulaba desde sus gargantas hasta sus pies. Se sentaron dejando un pequeño espacio entre ellos, las piernas cruzadas de Junsu empujando de vez en cuando las piernas cómodamente estiradas de Yunho. Ninguno de los dos hablaba mucho, preferían disfrutar del silencio que los rodeaba. La caminata los había llevado a una cafetería y luego a un parque que aunque estaba descuidado era pequeño e íntimo. Conversaron poco. Conocían lo que estaba en la mente del otro. La sensación de sus pieles quemándose ante el mutuo contacto, el sabor del otro persistente en sus lenguas.

La moral de Junsu se desmoronaba. En cierto modo se sentía más ligero, sin preocuparse por la ética de su religión. Sabía muy bien que sin la interrupción hubiera cedido ante el placer, ante lo que sintió con la mirada que Yunho le daba, antes esos labios de color rosa que formaban esa sonrisa tan natural, ante esos dientes blancos y brillantes. Él se había derretido, se había amoldado con esa piel tan suave… y no se sentía culpable.

Sin embargo, sintió una opresión en su corazón al darse cuanta que una vez más le había mentido a Yoochun. No había manera de que los otros miembros lo aceptaran. No quería decepcionar a su mejor amigo pero no sabía que hacer. Intentó terminar lo que tenía con Yunho… pero fue inútil. “Yunho ah, ¿qué vamos a hacer?”, preguntó en voz baja, temeroso de que su voz rompiera con la tranquilidad que los rodeaba.

El líder, quien estaba esperando la pregunta tarde o temprano, suspiró e inclinó su cabeza hacia atrás. Él no lo sabía. No sabía qué decirle a Junsu. No sabía lo que decirle a nadie. No sabía exactamente qué era lo que estaban haciendo… o por qué. Lo único que sabía era que necesitaba del hombre más joven sentado a su lado, quien se mordía el labio esperando ansiosamente su respuesta.

Junsu honestamente no esperaba una solución pero en secreto rezó para que el otro pudiera aunque sea aliviar ligeramente su culpa. Yunho siempre había sido el apoyo del cantante más joven. Era él al que Junsu acudía cuando tenía un problema y no quería molestar a Yoochun. El otro ya se ocupaba de la mayoría de sus problemas cotidianos, sus conversaciones personales y demás. Ellos no tendían a irse por las ramas. Con Yunho era diferente. Yunho era capaz de manejar las cosas grandes. Los hombros de Yoochun eran lo suficientemente fuertes como para llevar la carga de la vida diaria pero Junsu odiaba molestarlo todo el tiempo.

Yunho no pudo responder a la pregunta. El ambiente era tenso. “Junsu yo… yo realmente no lo sé. Todo lo que puedo decir es que la respuesta vendrá con el tiempo. Por ahora, sólo vivamos. Vivamos como si no hubiera un mañana”, dijo con una pequeña sonrisa en sus labios. “Baila como si nadie estuviera mirando… Un beso no puede arruinar nuestras carreras.”

Junsu resopló. “Y ahí la arruinaste”, respondió el joven con sarcasmo. “Y eso que venías bastante bien… todo filosófico. Pero tenías que meter la última frase.”

El líder se echó a reír y extendió su brazo para descansarlo a lo largo de la parte posterior del banco, torciendo sus dedos en el oscuro cabello de Junsu. Se sentaron así por un tiempo. El estado de ánimo más ligero.

El hombre más pequeño sonrió torcidamente, riéndose por dentro por la forma en la que ambos actuaban en ese momento, así como niños tímidos en edad escolar, muy diferente al comportamiento nada inocente de una hora atrás. Una risa escapó de sus labios.

“¿De qué te ríes ahora? Ni siquiera he dicho nada”, preguntó Yunho.

La sonrisa de Junsu se ensanchó. “De esto”, dijo señalando el brazo de Yunho sobre sus hombros y el poco espacio entre ellos. “Juntos en un espacio público. Tan diferente de… esta mañana.”

Yunho se echó a reír otra vez. Él había pensado lo mismo, debatiéndose en si estaría bien poner su brazo alrededor de los hombros del otro hombre, así como lo hacía con las niñas que iban al cine con él cuando iba a la escuela. Sonriendo se inclinó hacia el joven, levantó su barbilla y lo besó suavemente.




N/T: En el capítulo siguiente se viene el Lemon~ :D

2 Comentarios:

  1. Anónimo5/23/2011

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Anónimo5/26/2011

    waaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    amo el hosu, pero, por que todos lo
    quieren destruir?? TT.TT
    pobres, jajajajaja tan lindo el capo, y
    que luego de aquella escena estaban tan inocentes,
    es obvio q ambos sienten algo por el otro y q nadie los separe tan lindos jajaja
    gracias por traducirlo sigue asi
    waa proximo capo el lemmon, que hermoso
    *¬*
    esperare por el

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