La cena en casa de los Shim había terminado muy bien, aunque claro, el Sr. Shim les pidió amable y respetuosamente una cosa, que le dieran tiempo de asimilar mejor la relación entre ellos, puesto que aunque acepta y les da su bendición y apoyo, no sentiría cómodo el verles a los besos, tolera el que se tomen de las manos o hasta se abracen, solo no muestras más afectivas ante él.
Claro que, Kohei y Min, aceptaron esa condición gustosos. De ninguna manera el bailarín iba a ir contra su suegro, hay que ganárselo de a poco, hasta que les vea como una pareja de enamorados normal, común y corriente; más allá de los prejuicios sociales. Se sentía más que contento, porque el menor le estaba demostrando más que con palabras, con hechos, que realmente lo ama. Ahora solo toca esperar que la oportunidad de él presentarlo con sus padres llegue; y tal vez en algún futuro reunirse ambas familias en alguna especie de ceremonia matrimonial o algo así.
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Junsu y Yunho ya habían llamado a sus respectivas familias también, obteniendo el mismo resultado que Yoochun y JaeJoong... esperar a que el trabajo de sus padres les permita tomar algunos días de descanso y viajar a Seúl.
- cómo quieres que hablemos con ellos, Boo, por separado o juntos... – el moreno estaba dándole un masaje en los pies, ambos en la habitación acostados para que su novio descanse mejor.
- no sé, tú qué crees que sea mejor... – se sentía realmente maravilloso recibir ese masaje por parte de su novio, el embarazo lo está matando de cansancio (y eso que no hacen nada) y se le hinchan muy fácil los pies y los tobillos, pero el moreno siempre (a pesar de lo cansado que llegue de la disquera o algún concierto) tiene la atención de hacerlo sentir cómodo y querido.
- francamente?... – se miraron a los ojos, el castaño oscuro asintió... – por separado, sea que primero hablemos con tu familia o con la mía, es solo que, podríamos evitar, pues, ya sabes, algún conflicto entre ellos cuando les digamos todo...
- de acuerdo... – el castaño oscuro bajó la vista, estaba serio y pensativo...
- estás preocupado, verdad... – su novio levantó la mirada otra vez... – se te nota en tu carita, no has sonreído desde que hablaste con tu madre... – para toparse con esos expresivos ojos que no tenían más que amor...
- es que... – mirada avergonzada... – siento que debí escucharte y hacer caso de lo que decías respecto a esperar a que nacieran los bebés antes de hablar con ellos, siento que me precipité y tú me diste por mi lado solo para no reñir y que yo me fuera a alterar... – el moreno dejó el masaje, trepó por la cama hasta colocarse sobre su novio, sin dejarle su peso encima claro...
- Boo, yo no te di por tu lado... – comenzó a hablarle con esa voz tan amorosa, tan segura, que hacía que el castaño oscuro se sintiera relajado... – no en el amplio sentido de la palabra... – sonrió al notar que su novio le hacía un puchero... – eso ya no importa realmente ahora, estoy contigo, estamos juntos y pase lo que pase con nuestras familias eso no va a cambiar, te voy a seguir amando y tendremos a nuestros bebés y seremos felices... – le dio un corto beso en los labios, logrando una sonrisa en su novio... – JaeBoo, Te Amo y voy a cuidar de ti y nuestros hijos, de nuestra familia... – le acarició el vientre, pasando su mano por debajo de la gruesa playera que lo cubre... – vamos a estar juntos siempre, Boo...
- ay Yunnie ah, Te Amo tanto... – un beso suave... – eres mi soporte, eres mi ángel en la tierra, eres, simplemente lo mejor que me ha pasado en la vida... – otro beso más profundo...
- y tú lo mejor de la mía... – sus besos se intensificaron de a poco.
Hace cuánto que no lo hacían? Una semana? pero debía controlarse, su novio no puede tener sexo cada que a él le entran las ganas porque sabe que sus trillizos lo tienen agotado. Así que, con todo y que sus hormonas ya clamaban acción, el moreno fue suavizando los besos, haciéndolos más lentos y tiernos, dando pequeños besitos en sus labios antes de separarse.
- quieres que te de un masaje en la espalda?... -
- quiero hacerlo, Yunnie, te extraño... – pero el castaño oscuro no pensaba igual. Él mismo ha sentido deseos de intimar desde la última vez, pero se había contenido porque en serio que la espalda lo está matando (como no, si trae en su vientrecito a sus trillizos, que tan sanos y lindos ya le pesan varios kilos que su columna ha resentido), sin embargo, ahora se siente lo suficientemente fuerte para una buena sesión de placer.
- pero Boo... – su novio no le permitió seguir hablando al apoderarse de sus labios y comenzar a acariciar su marcado vientre por debajo de la playera, incitándolo como solo él sabe.
Yunho ya no se pudo negar, porque él también lo extrañaba, eso sí, fue lo más suave y tierno que pudo, porque unirse con su JaeBoo es una de las experiencias más trascendentes que ha vivido.
Le desnudaba con parsimonia dulce, deslizando cada prenda como si fuera a romperse si jalaba de ella con más fuerza. Aprovechaba para besar cada centímetro de su piel, tan suave y blanca como siempre, logrando ese sonrojo de siempre en las mejillas de su novio, notando cómo poco a poco su respiración se iba acelerando, cómo se mordía el labio inferior cuando pasaba cerca de esas zonas en las que es más sensible.
Hacerle el amor a su novio era como hacer arte, se demoraba el tiempo necesario para que fuera perfecto, dejando en él sus más profundos sentimientos, marcándolo con delirante romanticismo, besando despacio cada recoveco de su cuerpo, degustando su erección con aquella lentitud apasionada que solo lo hacía gemir más fuerte.
Embistiéndole con el mayor de los cuidados, disfrutando de un vaivén suave y delicado, concentrándose en los besos largos y húmedos, en palpar su piel cual seda entre sus dedos. Mimándolo con sus caricias ardientes que arrancaban algunas sonrisas divertidas cuando llegaba a sus puntos débiles haciéndole cosquillas. Arrastrándose juntos al orgasmo que sacude sus cuerpos con espasmos de intenso placer.
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Jun Ho entró a la habitación de Ji Yong esa mañana dispuesto simplemente a averiguar, o tal vez sea mejor decir, a entender, la actitud de su novio, si es que puede decirse que lo son aún cuando el propio chico raro le afirmara que estaban juntos aquel día del incidente con el cesto de frutas que le enviara Kwan. <.idiota.>
Y es que desde aquel día en que el chico raro tuviera el encuentro con Seung en la oficina de éste, las cosas con el gemelo simplemente ya no volvieron a ser las mismas.
- buenos días... – saludó con una sonrisa, el chico raro se estaba atando las agujetas de su calzado sentado en su cama.
- buenos días... – correspondió cordialmente, pero la sonrisa de días atrás había desaparecido de sus labios, dejando en su lugar la tristeza.
- estás cansado?...
- no, porqué... – Ji Yong se puso de pie, caminó hacía él tratando de sonreír como siempre, pero no lo consiguió. El gemelo lo detuvo abrazándolo por la cintura antes de que saliera de la habitación. Se acercó para besarlo pero el chico raro giró el rostro en el último instante... otra vez... – porqué Ji Yong... porqué me haces esto... – pegó su frente a la de su, novio?
- es que... no me cepillado los dientes... – mintió. No podía apartar de su mente el recuerdo del beso con Kwan. Y sentía que si besa a Jun Ho solo se estaría engañando a sí mismo, y lo que es peor, lo engañaría a él. Entonces, porqué no simplemente termina esa relación? Es acaso que le quiere? Que lo necesita? Que no quiere herir sus sentimientos?
- no me vengas con esa, Ji Yong... – el gemelo lo soltó, sintiendo la molestia, los celos, la impotencia de no saberse dueño de su corazón, apoderándose de sus sentidos la rabia que le hace hervir la sangre... – y cuando estábamos solos en un pasillo de la disquera, porqué te alejaste, o cuando estábamos ayer en la cocina... o en cada una de las ocasiones de los últimos tres días en que me he acercado a besarte... – espetó subiendo el tono de voz, haciendo ademanes de frustración, porque es como se siente, frustrado.
- no me hables así, Jun Ho... – Ji Yong sentía que el pecho le dolía, sentía que la discusión podría terminar muy mal, y no quería... por alguna razón no quería que el gemelo se fuera a apartar de su lado.
- y cómo quieres que lo haga... – moduló un poco su voz, podía ver el semblante triste del chico raro y eso no le gustaba, le hacía sentir culpable a pesar de no serlo... – mírame... – pero Yong no hizo caso, el gemelo se exasperó una vez más... - ¡mírame! Mírame y dímelo... dime... que no me quieres... – empuñó sus manos, enrojeciendo por la ira... – pero no me tortures así, no me hagas sentir esperanzas si no las hay...
- Jun Ho, no es eso... – Yong levantó la mirada, tenía los ojos abnegados en lágrimas pero se negaba a dejarlas salir... – no es así, es que...
- es que, qué...
- estoy confundido...
- por ese idiota de Kwan?... – espetó a pulmón abierto. Suerte que Min no estaba, había salido a temprana hora.
- sí, por ese idiota... porque... porque ese idiota es mi primer amor... y creo que aún lo amo... -
- lo amas?... – cuestionó con un hilo de voz. Su corazón dejó de latir... no, aún late, pero agónicamente. Ahora que se ha enamorado de la forma en que Junsu le planteara hace algunas semanas, de esa manera en que estás dispuesto a entregarle el mundo a esa persona especial, le vienen a clavar un puñal en el corazón?
- yo... no lo sé, Jun Ho... necesito pensarlo...
- pensar? Y mientras que se supone que hago yo, me quedo esperando y viendo cómo ese imbécil te come con la mirada cada que te ve. Me pones un alto a mí pero a él pareces darle luz verde sonrojándote y temblando de emoción cada que le ves...
- yo no... -
- bien, piensa todo lo que quieras, pero no esperes encontrarme aquí cuando hayas terminado de pensar, porque tal vez para entonces mi corazón ya haya muerto... – se dio la vuelta enfurruñado, dolido. Todo el cuerpo le temblaba de coraje. Sentía deseos de golpear algo (o a alguien, alguien llamado Seung Kwan) hasta el cansancio, tenía ganas de llorar hasta que se le secaran los ojos, de gritar hasta que se le desgarrara la garganta. Se encerró en su habitación dando un portazo. Suerte que el JaeHo y el YooSu había salido a chequeo médico porque las contracciones ya habían comenzado a presentarse.
Se sentía como fiera enjaulada de sus propios sentimientos. Por un lado, se maldecía por haberse enamorado, por haber dejado que ese sentimiento creciera, hubiera sido mejor ignorarlo pero... ¡Uf! El amor es imposible de ignorar; llega, se presenta, toca a tu puerta, y si le abres, no hay manera de que abandone tu corazón una vez que se ha instalado en él.
De modo que, tampoco puede culparlo (aunque una parte de él lo hace) si Ji Yong realmente ama a ese
- te odio Kwan... – murmuró con los dientes apretados, estrellando su puño derecho contra el espejo de su habitación, que con un estruendoso ruido se hizo añicos, los pedazos de cristal cayeron sobre el buró. Sus nudillos comenzaron a sangrar por las cortadas ocasionadas... y de no ser porque su corazón duele más en ese momento, él habría sido consciente de lo que acababa de hacer.
- Jun Ho?... – murmuró el chico raro desde el marco de la puerta, misma que abrió de golpe pero que tampoco sacó al gemelo de sus pensamientos. Vio el espejo roto, la mano de Jun Ho recargada sobre la pared donde antes había un espejo del que solo quedaba pedazos prendados al marco. Sintió que el alma se le partía, se sabía culpable de aquel arranque de violencia. Con algunas lágrimas resbalando de sus blancas mejillas, Ji Yong fue rápido al baño, tomó el botiquín y volvió a donde el gemelo, le tomó la mano suavemente, logrando así que el gemelo saliera de su ensimismamiento... – déjame curarte... – su voz salió quebrada por el nudo que tenía en la garganta.
- no quiero... – el gemelo sacó su mano de un tirón. Primero le rechaza y ahora viene a tratar de ser amable con él, que no ve que eso lo lastima más.
- por favor... – el chico raro no le miraba a los ojos, se sentía tan miserable por haber llegado a eso, a lastimar a la única persona que le ha demostrado amor verdadero.
Jun Ho lo que menos quería era verle más triste, así que (aun cuando a él le doliera más) estiró su mano una vez más. El chico raro sollozó una vez, luego tomó una gasa que empapó en alcohol y comenzó a limpiar las pequeñas heridas que el impulsivo y adorable gemelo se ocasionara.
Está seguro de que Seung Kwan jamás haría algo así por él, aunque en la adolescencia llegó a defenderle de algunos sujetos que lo molestaban, nunca llegó a los golpes ni nada por el estilo. Kwan había sido un buen amigo hasta antes de aquel encuentro íntimo por el que sus vidas tomaron cursos diferentes. El chico de ojos claros le había ofrecido en aquel entonces seguridad, le había ofrecido amistad, le había hecho reír con sus bromas, le había animado a ver más allá de los libros, le había mostrado un mundo en el que podía divertirse... pero también le había roto el corazón. Merecía entonces que él aún le amara?... ¡no!... pero cómo luchar contra ese sentimiento que tan bien cimentado está en su corazón?
A veces se cree que es necesario luchar contra uno mismo, contra los propios sentimientos, pero... él siente algo por Jun Ho, lo sabe, tal vez no es amor, pero es un cariño fuerte, le duele pensar que lo dejará. Y no es por egoísmo, por no querer quedarse solo, es porque sabe en lo más profundo de su interior que si lo intenta puede amarlo con más intensidad de la que puede amar a Kwan.
Cuando limpió las heridas tomó una venda y la enredó cuidadosamente en la mano herida. Estaría mal retractarse ahora de sus anteriores palabras, dejar de pensar y hacer caso de sus sentimientos, no del todo claros pero que lo hacían feliz antes de que Seung apareciera? Jun Ho estaría dispuesto a aceptarle?
Sintió que la mano sana del gemelo le tomó el mentón, levantándoselo con suavidad hasta que sus ojos contactaron, sintió que las mejillas le ardieron cuando notó esa mirada tierna sobre sí.
- si necesitas estar con él para saber claramente si lo amas o no, hazlo... – el amor es así, duele, pero duele más cuando uno intenta aferrarse a espejismos e ilusiones, era preferible dejarlo ir para que descubriera su propio destino a tratar de retenerlo o encararle siempre su molestia.
El chico raro le miró con los ojos abiertos de par en par. Estaba dispuesto a dejarle ir con tal de no verlo triste? Tanto así le quería? Él quería realmente intentar algo con Kwan, sobre todo considerando el hecho de que el chico de ojos claros le considera ser JaeJoong?
- no!... – Ji Yong se aferró al gemelo, abrazándole por la cintura, enterrando su rostro entre su cuello y su hombro... – no me dejes ir, no me dejes caer otra vez en ese mismo pozo... – sollozaba en su hombro, pegándose más a su cuerpo, como si intentara hacerle ver que necesitaba de su protección, de su amor... – por favor Jun Ho, no me dejes ir, ámame... – el gemelo estaba en shock, realmente no sabía qué hacer o decir... – por favor, retenme a tu lado... – el chico raro se separó apenas un poco, dejando sus rostros frente a frente, mirándole con los ojos llenos de lágrimas, esas que habían dejado un surco de agua salada sobre sus mejillas, las que teñidas en carmesí, parecían ser el reflejo de sus palabras... – Jun Ho, quiero permanecer a tu lado... – comenzó a dejar suaves besos sobre los labios del gemelo, quien todavía no lograba reaccionar... – no quiero volver a sufrir... – dejaba sus besos por todo el rostro del gemelo... – no quiero volver a él, quiero quedarme contigo, por favor...
El gemelo comenzó a responder sus besos, dejando de a poco que sus sentimientos por el chico raro tomaran el control del momento. Hasta que el oxígeno les hizo imposible seguir en esa exquisita caricia.
- haré que lo olvides, Ji Yong, haré que me ames como te amo a ti... – le susurró sonriéndole con dulzura mientras acariciaba su mejilla, contento de ver una vez más esa sonrisa inocente en labios del chico raro.
- y quiero comenzar ahora... – volvió a besarlo, dejando un poco más de pasión en el beso, enlazando sus lenguas con premura.
Despojarse de sus ropas fue casi algo instintivo, se estaban dejando llevar por el ansía de sentir ese contacto piel a piel que los hacía enloquecer. Ji Yong se dejó caer sobre la cama del gemelo, arrastrando con él el cuerpo de su novio, porque aunque sin la pregunta de por medio, ambos sabían que eso es lo que eran, novios. Se dejó besar una y otra vez por esos labios que tanto amor le transmitían, dejando que le calentara el corazón y sanara con sus atenciones la herida de su corazón.
Las manos del gemelo agarraron su miembro ya despierto de tanta caricia previa, bombeándolo suavemente en tanto lamía su pecho dejando esa conocida estela de pasión. Gemía suave con los ojos cerrados, entregándose por completo a esa sensación de seguridad y placer. Quería llegar hasta el final, deseaba que nada interrumpiera ese momento esta vez. Con el rostro sonrojado y la respiración acelerada...
- Jun Ho, espera... – le pidió, tomando sus manos para que dejara de masturbarlo...
- qué sucede... – cuestionó confundido, con la voz excitada aún...
- quiero... quiero sentirte... – abrió sus piernas, dejando ver con ese movimiento a lo que se refería. El gemelo tragó profundo, toda la sangre que estaba en su entrepierna se fue derechito a su rostro haciéndole enrojecer violentamente.
Ahí donde ustedes lo ven, el gemelo se puso nervioso, tenía un pequeño problema al respecto. No! No es impotente, es solo que... es virgen de todo a todo, vale, no de todo a todo que se ha masturbado ya con Min (mejor no pensar en eso) y con ese chico bajo su cuerpo que ahora se le entrega por completo.
- se ve tan endemoniadamente sexy así, con esa sonrisa inocente, esa mirada cargada de deseo y con las piernas abiertas dejándome ver su... – todo pensamiento fue interrumpido por la voz del chico en cuestión.
- Jun Ho, qué sucede... – y es que el gemelo se había quedado ahí, hincado entre sus piernas viéndole detenidamente su intimidad, con el rostro sonrojado y sonriendo nerviosamente.
- esto... – bien, cómo decirle que nunca, pero nunca en su vida ha estado con nadie en la intimidad. Lo de la otra vez, bueno, masturbarse con otro chico es cosa sencilla, él siendo hombre sabe perfectamente cómo hacer aquello. Pero... de eso a... esto... o sea, cómo es que su... entra por... no, imposible. Compréndalo, nunca en su vida ha visto porno (a pesar de la influencia de Min) y definitivamente jamás ha tenido una conversación con su hermano ni ninguno de los chicos de DBSK al respecto, no con detalles de por medio, así que... realmente, no tiene idea de cómo seguir.
- Jun Ho... no sabes cómo... – sí, sí, el chico raro entendió lo que pasaba, recuerden que es muy inteligente, además, ese sonrojo y el nervio evidente en el cuerpo tembloroso de su novio se lo dejó más que claro. El gemelo le miró aun más avergonzado... – nunca has leído yaoi, por ejemplo... – el gemelo negó. Él leer esas historias? Nunca!... no le agradaba la idea de llegar a leer sobre su hermano o algún conocido suyo en esas situaciones... – dame tu mano... – le dijo suavemente, sonriendo con suavidad para no incomodar más al gemelo, éste, algo dubitativo le extendió su mano. El chico raro metió tres de sus dedos a su boca comenzando a humectarlos con su saliva. Jun Ho gimió ante ese contacto, la tibia lengua de su novio le hacía sentir esas corrientes eléctricas tan placenteras que le recorren todo el cuerpo. Cuando estuvieron lo suficientemente húmedos, Ji Yong los soltó y mirándolo con seguridad y una limpia sonrisa le dijo... – ahora, introduce primero uno en mi entrada... – el gemelo abrió los ojos de par en par, bien, tampoco está tan desinformado, pero siempre imaginó que aquello era simplemente una forma de decirlo para que sonara más erótico o algo así...
- seguro? Eso no es doloroso?... -
- al principio lo será, pero pasará después, tienes que dilatar mi entrada para que puedas penetrarme... -
El gemelo asintió, dirigió un dedo a la entrada de su novio y comenzó a introducirlo lentamente. En verdad él iba a entrar en ese pasaje tan estrecho? Vio que el chico raro se arqueó gimiendo ronco, pero no de placer sino de dolor, iba a retirar su dedo cuando el chico raro lo paró negando con la cabeza, sonriéndole nuevamente con confianza. Así que continuó... después de algún tiempo su dedo ya entraba y salía fácil de aquel lugar tan íntimo, agregó entonces el segundo dedo, notando otra vez la incomodidad y los gemidos de dolor mezclados ya con algo de placer en su novio. Finalmente agregó el tercer dedo, aún había dolor, pero ya no era tan nítido como al principio.
- ahora... ahora puedes entrar en mí... – le dijo Yong cuando él mismo sintió que los dedos de su novio entraban y salían fácilmente de su interior.
Jun Ho sacó sus dedos, y algo temeroso aún colocó su erección en aquel pasaje, deslizándose lentamente en su interior. Ji Yong se volvió a arquear con algo de dolor mezclado, algunas lágrimas resbalaron de sus ojos. El gemelo se apresuró a besarlas, a tratar de distraerlo del dolor besando también sus labios con dulzura. Llevó una de sus manos al miembro del chico raro y comenzó a masturbarlo, seguro de que esa sensación de placer le haría olvidar el dolor que su intromisión le había generado.
Algún tiempo después fue el propio Yong quien comenzó a mover sus caderas contra él, iniciando así el delicioso vaivén de embestidas que los fue envolviendo en el placer poco a poco.
Así que eso es hacer el amor? Sentir todo ese placer inundar cada parte de tu cuerpo. Sentir ese calor quemar todo tu ser, hacer que la sangre te hierva, gemir entre suspiros, que se te nublen los sentidos, que desees más y más escuchar tu nombre en voz alterada del otro mientras te besa con aquella desenfrenada pasión, pegarte al cuerpo ajeno deseando en verdad poder ser uno con él.
Ya sus cuerpos estaban perlados de sudor, dándoles ese toque erótico que los arrastraba juntos a unirse cada vez más. Ji Yong se aferró a sus caderas con sus piernas y le abrazó con fuerza por la espalda, gimiendo cada vez más rápido en su oído, besando sus labios con lujuria dejándole sentir todo ese calor del placer que a los minutos los llevó al primer orgasmo juntos.
Sintió todo su cuerpo tensarse, un calor concentrarse en su bajo vientre, después de eso, en una última estocada, su esencia inundó la cavidad de su novio mientras que la de éste bañó sus torsos al haber estado atrapada entre ellos. Ligeros temblores recorrieron su cuerpo y el de su novio aún entre sus brazos.
- gracias... – el chico raro dejó caer su cuerpo otra vez, recargando su cabeza en la almohada, recuperando poco a poco la respiración. Jun Ho cayó con él, recostándose sobre su pecho, feliz y cansado.
- es la primera vez que hago el amor... – soltó con una radiante sonrisa, escuchando el latir aún apresurado del latir de su novio.
- también yo... – comenzó a acariciar el cabello del gemelo. Él también estaba feliz, cansado, pero feliz.
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- mi madre ha llamado, dice que tal vez lleguen la semana próxima... – durante la cena, el ratón dio la noticia, no solo a su delfín, sino a todos, después de todo era algo en lo que todos estaban involucrados.... – será mejor que nos pongamos de acuerdo, para, a ser posible, cuando ellos vengan nos permitan hablar a solas con mis padres...
- por supuesto, Yoochun, igual todos tenemos que hacerlo, pero mientras menos gente, por lo menos en el primer encuentro, mejor... – comentó el moreno... – mis padres aún no me dicen nada...
- igual los míos... – acompañó Jae.
- voy por las mismas... – terció el delfín...
- por un lado mejor así, se imaginan que al final se nos fueran juntando todas las familias.... – opinó el menor...
- no seas ave de mal agüero... – el gemelo le dio un sape.
- ouch! Oye, no te pases, eh... – el menor lo fulminaba con la mirada, mientras que el gemelo solo sonreía como quien no ha hecho nada malo.
- niños, compórtense por favor... – naturalmente, ese fue Jae, recuerden que sigue siendo el umma.
- él empezó, umma, deberías regañarlo solo a él, yo solo dije que...
- sí, sí, ya sabemos lo que dijiste, no lo vuelvas a repetir, no vaya a ser que se haga realidad, te imaginas el caos, con las cuatro familias aquí al mismo tiempo, no, mejor ni pensarlo... – interrumpió el gemelo. El menor lo miró con el ceño fruncido, y luego decidió contraatacar.
- por cierto, aprovecharás la estancia de tus padres para decirles sobre lo tuyo con Ji Yong... – mirada pícara. La verdad, una vez que esos dos se formalizaron hace casi una semana, ya tampoco puede dormir tranquilo en el departamento con ellos, sus gemidos son peores que los del YooSu en su faena más pervertida, o la del JaeHo en su momento más apasionado.
- ya veré, depende cómo reaccionen con lo de Su, no quiero llegar a ocasionarle un ataque al miocardio a mamá... -
- gracias, preferible que se lo ocasione yo, no?... – falsamente indignado, el delfín participó de la conversación. Era raro, muuuy raro, ver a Yong y su hermano juntos, según dice Min, es como ver al JaeSu en acción... y eso como que le da ñañaras, él con su umma? Nunca.
- no dije eso, mamá seguro salta primero de felicidad porque va a ser abuela... – comentó el gemelo.
- soy su hijo, varón, no creo que ella vaya a saltar precisamente de felicidad, seguro primero se desmaya, papá se quedará en shok, cuando hayan despertado del letargo de la impresión comenzarán a las preguntas, papá dirá que como es posible si soy hombre y mamá pensará que alguien terminó por experimentar con su hermoso bebé... – todos se le quedaron viendo con una ceja levantada, excepto Ji Yong que volvía a tener esa sonrisa inocente en su boca.
- delfincito, creo que te hace falta descansar más amor... – el ratón le tocó la frente... -
- eh?... – luego todos se largaron a reír.... – espero que podamos reír así cuando se los digamos... -
- todo va a salir bien, Su, tranquilo...
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Ji Yong estaba en la sala de ensayos, había regresado porque se dejó el móvil por ahí y no se dio cuenta que no llevaba sino hasta que ya iban todos a abordar el ascensor.
- pero será posible, ahora sí que traigo la cabeza en otro mundo... – es que todavía podía sentir los besos de su novio, a pesar de que hace horas que no se han podido dar uno.
- te ves realmente atractivo vistiendo así... – esa odiosa voz que lo descolocaba lo hizo sentir un escalofrío. Ahí estaba Kwan, caminando hacia él con esa sonrisa seductora que tantos líos le hizo tener.
- te he dicho que no quería que me siguieras molestando... – el chico raro trató de ignorarlo, de mirarlo con desprecio a ver si así le dejaba en paz. No tenía más opción que pasarle por un lado si quería salir, pero nuevamente, el chico de ojos claros lo tomó del brazo, cerró la puerta e intentó acercarse a él para besarlo, pero el chico raro retrocedió... – déjame en paz, Kwan, o gritaré...
- ya te dije, te dejo en paz si sales una noche conmigo... -
- no tengo interés ni necesidad alguna de salir contigo... – viendo que ya había conseguido alejar lo suficiente a Seung de la puerta, el chico raro caminó rápido hacia esta para salir de ahí, pero cuando ya la había abierto el chico de ojos claros puso su mano en ella cerrándola de golpe otra vez, lo tomó por los hombros ejerciendo fuerza en ellos y lo empujó hasta la pared más cercana golpeándolo contra esta logrando que Yong se sofocara.
- sé que te gusto, se te nota en los ojos, en la forma en que tiemblas entre mis brazos, en el sonrojo de tu cara, JaeJoong... – el chico raro forcejeaba, no quería caer otra vez, no ahora que lo estaba intentando con Jun Ho y que todo marchaba tan bien, no estaba dispuesto a echar a perder algo tan hermoso que estaba formando con su novio solo por un amor del pasado que nunca fue correspondido.
- suéltame!... – pero el chico de ojos claros era más fuerte, y apegándose a él solo conseguía apresarlo entre su cuerpo y la pared, limitando más sus movimientos. Sacando fuerzas de vaya a saber dónde, el chico raro por fin logró empujarlo alejándolo de su cuerpo.
Pero Kwan no estaba dispuesto a dejarse vencer, tener su cuerpo por lo menos una vez se había convertido en un capricho del que no podía escapar, como no pudo hacerlo años atrás con quien fuera su amigo, Ji Yong. Volvió a tomarlo entre sus brazos por la espalda cuando el chico raro había intentado salir de ahí una vez más (dónde demonios estaban las personas que nadie escuchaba lo que pasaba ahí dentro). Seung lo empujó otra vez contra la pared y atacó de inmediato sus labios, besándolo con desesperación, pero Ji Yong no correspondió esta vez, sino que lo volvió a empujar y justo cuando le plantaba tremendo golpe en la boca rompiéndole el labio al chico de ojos claros, la puerta se abrió para dar paso a la figura del líder, que no necesitó preguntar para saber lo que estaba pasando.
- como te vuelvas a acercar a “Jae” desearás no haber venido nunca a este mundo... – el moreno le asestó otro golpe en el estómago, le había dado rabia ver lo que ese imbécil había intentado con su amigo, no solo porque de solo pensar que algo así le pudiera pasar a su Boo (recuerden que es su viva imagen, sin el vientre abultado), sino porque Yong es un crío más al cual proteger... – vámonos... – dejando a un adolorido Kwan de rodillas quejándose de los golpes, el moreno tomó al chico raro de la mano y salieron de ahí... – estás bien?
- sí, gracias... – Ji Yong suspiraba aliviado, así si alguien preguntaba (léase, Jun Ho) porqué había tardado en volver, podía decir tranquilamente lo que sucedió sin quedar como el que no intenta huir de las garras de ese idiota.
- si vuelve a intentar hacerte daño, pondremos una demanda en su contra por acoso sexual... -
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Ese era el primer fin de semana en que estaban libres de compromiso alguno. ChangMin por supuesto se había ido a pasar el día con Kohei. Ji Yong y Jun Ho habían ido a un parque de diversiones procurando pasar desapercibidos, que esa era como una cita entre ellos, aunque igual si eran reconocidos simplemente podrían tapar aquello con fanservice, no que anduvieron a los besos o manita sudada, pero como las fans con solo verlos juntos ya alucinan con que andan de pareja, cosa que es cierta pero no pública.
El YooSu y el JaeHo prácticamente no salían, excepto para las revisiones médicas o pocas veces para que tomaran aire fresco. Pero es que con tamaños vientres era toda una odisea andar fuera sin que miradas curiosas llegaran a posarse sobre ellos. Así que se limitaban.
- Yunnie ah, estoy muy aburrido amor... – sentado en la sala, Jae cambiaba una y otra vez de canal sin encontrar nada que llamara su atención. Su novio estaba en la cocina guardando los trastes limpios.
- quieres que te traiga alguna película?... – preguntó desde la puerta, asomando la cabeza. Traía un delantal con el estampado “Appa” en grandes letras, cortesía de su crío Min, que le dijo que era para que hiciera juego con el que le regaló a Umma cuando formalizaron su relación hace meses.
- no, ya vi todas las que me parecían interesantes... – seguía cambiando de canal, a pesar de que sabía que nada le iba a gustar.
- quieres jugar con la consola de Min y Junsu?
- no, tampoco me apetece...
- entonces?
- no se, solo se que estoy aburrido... – le respondió con un puchero.
El moreno sonrío pícaramente, se quitó el delantal. Les quedaban como dos semanas antes de que el embarazo llegue al octavo mes y entonces, adiós al sexo por dos meses y medio, el último de la gestación y la cuarentena después del parto.
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En la entrada del edificio de sus departamentos, cuatro familias se encontraron, sorprendiéndose en primera instancia por haber coincidido casualmente.
Los Sres. Park que acababan de llegar de Estados Unidos, con ellos su hijo Ricky que estaba emocionado por ver a su hermano en vivo, directo y a todo color después de casi año y medio de no verle.
Los Sres. Kim (padres de Junsu) habían tomado la decisión de viajar a última hora, aprovechando que le ofrecieron al Sr. la oportunidad de tomarse una semana de vacaciones.
Los Sres. Jung simplemente habían optado por darle la sorpresa a su hijo presentándose sin avisar.
Y los Sres. Kim (padres de JaeJoong) estaban ahí por insistencia de sus ocho hijas de tomarse el fin de semana y aprovechar para ver qué es ese algo tan importante que su hijo tenía que decirles.
Después de saludarse e intercambiar algunas palabras los ocho señores abordaron el ascensor mientras seguían conversando.
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- Yunnie, esta es una gran idea para distraerme... – el moreno ya lo llevaba en brazos después de haberle propuesto un relajante masaje que seguro terminaría en una magnífica sesión de romántico sexo. El timbre interrumpió su camino cuando apenas abandonaban la sala.
- esperamos a alguien?... – dejó a su Boo en el piso. Dudaba que fuera alguno de los chicos, ellos traen su propia llave.
- tenemos visitas?... – cuestionó Junsu, que acababa de ducharse en compañía de Yoochun, ambos vestidos ya decentemente.
- parece, pero no se quién... – había respondido Jae.
El moreno abrió la puerta y cuando vio a esas ocho personas, sus padres al frente, el alma le abandonó el cuerpo, quedándose congelado en su lugar.
- mi pequeño Yunho... – su madre fue la primera en entrar, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, después siguió sus pasos dentro hasta ver a los otros tres chicos, que igual que el líder, estaban paralizados en su lugar.
El resto de los padres de familia también saludaron a un pasmado Yunho que simplemente no estaba procesando lo que pasaba, cuando las cuatro parejas notaron ese algo raro en Jae y Junsu, la confusión inundó el departamento en un incómodo silencio.
Naturalmente, las Sras. sabían perfectamente que esos vientres abultados eran producto de un embarazo, si bien no podían explicar cómo es que sus hijos (en caso de las Sras. Kim) se encontraban en aquella condición; porque claro, esos eran sus hijos JaeJoong y Junsu.
Los Sres. por otro lado, estaban en estado de shok, podían notar que Jae y Junsu estaban “gordos”, pero, no acababan de verles en televisión tan delgados y trabajadores como siempre?
- cariño, hagan el favor de dejarnos a solas con los muchachos... – habló la Sra. Jung (ya sabemos de dónde sacó el carácter de líder Yunho), que con solo una mirada con sus congéneres supo que era mejor tratar aquello sin la presencia masculina que solo podría alterar y angustiar a Jae y Junsu, y saben bien que eso no es bueno en su estado.
- qué, porqué... – cuestionó todo confundido el Sr. Jung. Los muchachos recién saliendo de su estupor.
- solo esperen afuera, por favor... – las cuatro Sras. vieron seriamente a su respectivo esposo, haciéndolos salir estiladitos del departamento; todavía sin entender el motivo pero como conocen a sus esposas mejor hacer caso que enfrentar a sus mujeres enfadadas (n/a sí, poder femenino, jajajaja). Cuando los Sres. salieron del departamento, la Sra. Jung cerró la puerta incluso con seguro...
- hijo, vamos a sentarnos todos y platicar...
.........
Una vez afuera, los cuatro Sres. se miraban entre sí como esperando que alguno tuviera una explicación para lo que estaba pasando...
.........
- no deberíamos... – beso... – hacer esto... – uno más... – en el ascensor... – hablaba el chico raro entre beso y beso, mientras esperaban a llegar a su piso.
- no importa... – beso... – no hay nadie... – beso. Jun Ho adoraba tanto sus labios que no perdía oportunidad de perderse en ellos.
- alguien puede vernos... – beso... – cuando las puertas se abran... - beso
- no creo... – beso... – somos los únicos... – beso... – que vivimos en el piso... – beso.
Sonriendo entre besos y abrazados, los chicos salieron del ascensor cuando las puertas se abrieron en el piso correspondiente... – Te Amo... – le susurró sobre los labios.
- Jun Ho?! – soltó con los ojos abiertos de par en par su padre. Suponiendo (acertadamente) que era él puesto que acababa de ver a Junsu (aunque algo subido de peso) dentro del departamento.
- JaeJoong!? – había dicho a su vez el Sr. Kim (padre de Jae), pero no del todo seguro, su hijo también estaba dentro, y definitivamente no tiene un gemelo; pero, ese chico es la viva imagen de su hijo, así que... es él?
Ji Yong y Jun Ho se separaron de golpe cuando oyeron esa voces. El gemelo palideció... su padre ahí? Tan pronto, sin avisar? Le acababa de ver besándose con su novio? Por instinto, había echo que el chico raro se colocara a su espalda, por si venía algún golpe o algo.
Las puertas del ascensor (n/a en los edificios grandes e importantes suelen haber dos, no?... bueno, todo es para fines de la trama, jeje) se abrieron, de él salieron bromeando Min y Kohei (al menos no entre besos). Pero en cuanto sus ojos se toparon con aquella escena el menor soltó un grito de sorpresa parando de golpe.
La tensión que había caído en el pasillo afuera del departamento podía fácilmente cortarse con una espada.
O_____O dioooosssss de mi vidaaaaaaa!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAsí o mas cardiaco pudiste dejar el fic...... wuuuuaaaaaaaaa esto se está poniendo cada vez muchisimo mas interesante!!!!!!!!!!!!!!
debo confesar que ya me habia desilusionado pensando que no iban a continuar con esta historia, pero al ver la actua brinqué de la emoción y por supuesto no me defraudaron estan geniales los capis!!!!!!!!!!!!!!
Espero pronto el o los demás capis!!!! ^^
OH POR DIOS NO PUEDO SEEER O°O
ResponderEliminarahora si que todo se les junto no puedo creerlo aaaa ahora que va pasar y que van a hacer todo Es un vil dilema jajaja pero no inventes esta tan intrigante y emocionante todo esto que hasta me emociono xDD por favor por lo que mas queiras continua esta lindura DE FIC es tan lindo y romatinco todo no puedo creerlo me hace feliz leer fics como estos algo fuera de lo comun!!!
Aaaa esperare con ansias la continuacion si que si me muero por saber que va a pasar ahora
waaaaa me encanto pero ahora soy yo la que esta en tensión jajaja no puedo esperar a que continues el fic es grandioso XDDD
ResponderEliminarMugre Changmin!! Hecho la sal xDD
ResponderEliminarPor que nos dejaste con tanta tencion y emocion?? Quiero saber que sucedera >_<
jaaaaaa...ahi Minie es q tu y tu hermoza boca...wahh!,bueno almenos el Yunjae y el Yoosu la tenian un poco mas trankilo con sus senioras madres..pero el pobre de Jun ho,se las vio negras con todos los appas ahi afuera...xD,ahahahaha kiero sabes q va pasaaaar////
ResponderEliminarAHHHHHHHHHHHHHHHHHH---MUERO !!!! ahh pero q cosa esto es un verdadero caos..ojala las umas entiendan todo..y afuera no se haga una revolución con los apas..jejjeje ,,,AHHH CONTINAULO...esta interesantissimo!!!!..ñ_ñ!!!
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