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Contrato de sangre - Cap. 7


Yunho caminó sigilosamente por la casa como un hombre poseído. Su preocupación por Jae se había multiplicado un millón desde que Sully entró en su oficina. Antes de eso, sólo había estado preocupado porque Jae se había alejado de él, y él no sabía por qué. Ahora, la salud de Jae era su mayor preocupación.

Yunho irrumpió en su habitación luego a la puerta que conducía al lugar donde Jae dormía. Hizo una pausa un momento con la mano en el picaporte de la puerta. Yunho de repente se sentía inseguro. ¿Jae lo ignoraría otra vez y lo alejaría?

Tal vez podría utilizar el contrato como una manera de llegar a Jae a través de él. Tenía que comer para mantener bien su salud. Sí, eso sencillamente sería grandioso. Yunho rodó los ojos a sí mismo. ¿Por qué no simplemente entraba en la habitación y empezaba a llamar a su vaca de sangre? Sería equivalente a la misma cosa.

Yunho respiró hondo y luego llamó suavemente a la puerta. Esperó unos instantes y luego volvió a llamar. Cuando Jae no respondió esta vez, Yunho abrió la puerta y entró.

—¿Jae? —Yunho recorrió la habitación hasta que sus ojos se posaron en una gran pila de almohadas apiladas en un extremo de la cama. Un mechón del pelo marrón suave rubio dorado sobresalía de la parte superior de las mantas justo en el borde de la almohada.

Yunho corrió hacia la cama y se sentó. Empujó la pila de almohadas fuera del camino y luego tiró de la manta hacia abajo hasta que pudo ver la cara de Jae.

 —¿Jae? —preguntó mientras acunaba el lado de la cara de Jae—. ¡Joder! —Yunho gritó. El rostro de Jae estaba blanco pálido, pero caliente al tacto—. Sully, trae tu trasero hasta aquí. Jae está ardiendo de fiebre.

Yunho tiró de las mantas fuera de Jae. Recogió a Jae levantándolo en sus brazos y lo llevó al cuarto de baño. Sentando a Jae sobre el mostrador y sosteniéndolo con una mano, Yunho metió la mano y encendió la ducha, asegurándose de que el agua estuviera fresca pero no fría.

Yunho se volvió hacia Jae y empezó a tirar de la sudadera, luego la camisa y, por último, sus pantalones. Una vez que Jae estuvo desnudo, Yunh ose metió en la ducha, apretando los dientes cuando el agua fría empapó sus ropas y golpeó su piel.

Jae de repente inhaló, y sus ojos se abrieron de golpe. Yunho supo de inmediato que algo más grave que una simple fiebre estaba pasando. Los ojos de Jae estaban brillantes y aturdidos. Eso en sí mismo no era muy alarmante, sino el hecho de que los ojos de Jae eran de color rojo sangre.

—¿Jae?
—F… F…. Frío. —Jae se contoneó mientras sus dientes comenzaron a castañear juntos, y se acercó más a Yunho. Era como si estuviera tratando de enterrarse en el pecho de Yunho.

Yunho le dejó, pero dio un paso más completamente bajo el chorro de la ducha. Su corazón casi se rompe cuando Jae comenzó a pelear con él. No porque Jae le estaba pegando con los puños sino porque Jae estaba tan débil, Yunho apenas lo sentía.

Yunho sostuvo a Jae bajo el chorro de la ducha durante varios minutos y luego se acercó y la apagó. Para el momento en que salió de la ducha, Sully lo estaba esperando con un par de toallas. Yunho las tomó, envolviendo una alrededor de Jae y la otro alrededor de sus propios hombros.

Llevó a Jae de vuelta a su habitación. Caminó pasando junto a la cama de Jae y entrando en su propia habitación, colocando cuidadosamente a Jae en su regazo mientras se sentaba. Tomó la última toalla que Sully le tendía y seco a Jae para luego entregarle la toalla.

—Llama a mi médico —dijo Yunho, mientras tomaba una sábana y la envolvía en el cuerpo desnudo de Jae. En este momento no le importaba que Sully estuviera viendo a Jae desnudo. Él gruñiría y bufaría al respecto más tarde. La salud de Jae era lo primero—. Lo quiero aquí ahora mismo.

—Estoy en ello. —Sully salió corriendo de la habitación.

Yunho se volvió y acomodó la espalda contra la cabecera de la cama, acunando a Jae en sus brazos.

—Oh, chéri —susurró Yunho mientras retiraba los rizos de la cara de Jae—. ¿Qué te ha pasado?

Los ojos rojo sangre de Jae parpadearon hacia él.

—¿Es hora de donar otra vez?

—No, chéri. —Yunho sintió ganas de llorar—. No necesito nada de sangre en estos momentos.

Jae frunció el ceño y miró a su alrededor como si estuviera confundido.

—Debería regresar a mi habitación.

—No, Jae, debes quedarte aquí.

—N… No puedo —susurró Jae—. No se supone que deba estar aquí.

—Oh, Jae. —Yunhoapretó los ojos cerrados y acercó a Jae a él, apoyando la cabeza contra Jae—. Puedes estar aquí si quieres.

—No. —Jae negó con la cabeza, dejándola caer débilmente contra el pecho de Yunho—. No quiero traerte vergüenza. Tienes que seguir las reglas.

—A la mierda las reglas —dijo rápidamente Yunho mientras abría los ojos y miraba a Jae—. Quiero que estés aquí.

—¿Por qué?

Yunhosonrió.

—Porque te amo.

Jae abrió los ojos por un momento, y entonces comenzó a luchar.

—¡Jae! ¡Detente!

—¡No! ¡No! ¡No! —gritó Jae.

—¡Jae! —Yunho estaba choqueado por la respuesta de Jae a sus palabras, y lastimado. Su corazón se rompía porque Jae estaba tan molesto por sus palabras. Si Jae no quería su amor, entonces no lo forzaría en él, pero todavía necesitaba asegurarse de que Jae estuviera bien.

Y entonces dejaría ir a Jae.

No importa cuánto Yunho quería a Jae, él nunca obligaría al hombre a quedarse. Le había tomado mucho esfuerzo reconocer sus sentimientos, especialmente cuando ellos eran tan nuevos. Él nunca antes había amado a nadie. No se imaginaba que volviera a amar a alguien más. Jae era para él. Sencillamente era una lástima que Jae no lo quisiera.

—Ssshhh, Jae, cálmate. —Yunho envolvió la sábana apretadamente alrededor del cuerpo de Jae, asegurándose esta vez que los brazos de Jae estuvieran debajo de la sábana, cortando efectivamente cualquier lucha del hombre—. No lo diré otra vez, Jae. Lo prometo. Sólo cálmate.

Jae luchó con Yunho durante unos minutos más, y luego simplemente se quedó inerte. El corazón de Yunhodio un vuelco en su garganta cuando el cuerpo de Jae no se movió. Rápidamente tomó el lado de su cara para mirar hacia abajo a él, inhalando bruscamente cuando vio las lágrimas de sangre roja corriendo por su rostro.

—Oh, Jae, lo siento —murmuró Yunho—. Nunca quise que fieras lastimado de esta manera. Te lo juro, tan pronto como estés mejor voy a dejarte ir.

—N… No puedo. —Jae se pasó la lengua por los labios—. C… C… Contrato.

—A la mierda el contrato, Jae —gruñó Yunho—. Eres más importante que cualquier estúpido contrato.

—Só… sólo una vaca.

Era oficial. El corazón de Yunho se estaba rompiendo por todo el suelo. Acercó a Jae a él y envolvió sus brazos alrededor del frágil hombre. Podía sentir algo que pensaba que podrían haber sido lágrimas empezando a correr por su rostro mientras escuchaba el suave llanto de Jae.

Por primera vez en los cientos de años que había vivido, Yunho odiaba el hecho de que él fuera un vampiro. No sólo estaba rompiendo su corazón, su necesidad de sangre estaba destruyendo al hombre que amaba. Yunho sentía ganas de arrancar sus colmillos.

—Tú no eres una vaca, Jae —susurró Yunho contra la cabeza de Jae mientras su mano acariciaba suavemente el costado de Jae—. Eres mucho más que eso. Eres inteligente, hermoso y lleno de vida. Y no sólo me devolviste mi salud, me enseñaste que había algo más en el mundo que sólo beber sangre y liderar mi aquelarre. Me diste luz y risa y emociones y... y todo, Jae.

Cuando Jae no respondió, el corazón de Yunho comenzó a hundirse de nuevo. Él inclinó la cabeza hacia atrás para poder ver la cara de Jae, sólo para gritar al ver que Jae estaba inconsciente. Tanto costó derramar su corazón. Y Jae no había oído una palabra de eso.

Yunho suspiró y tiró de Jae de nuevo hacia él. Tal vez fue para mejor. Jae, obviamente no lo quería. Prácticamente lo había gritado. El amor de Yunho era un amor no correspondido.

—¿De verdad crees eso?

Yunho se tensó y se volvió para ver a Sully de pie detrás de él.

—¿Creer qué?

—¿Lo que le dijiste a Jae? —dijo Sully, luciendo un poco pálido—. ¿De verdad lo amas?

—Lo hago.

La frente de Sully se arrugó.

—¿Qué se siente?

Las cejas de Yunhose alzaron por la sorpresa.

—¿Amar?

Sully asintió.

—No lo sé —dijo Yunho—. Es confuso. Quiero que Jae tenga todo lo que siempre ha querido en la vida, pero quiero ser el único que se lo dé. Saber que él está enfermo desgarra mi alma, sobre todo porque no puedo remediarlo. Y estar lejos de él... —Yunho tragó saliva y negó con la cabeza—. Prefiero que me saquen mis colmillos y nunca saborear la sangre de nuevo que separarme de él.
—Yunho miró de nuevo a Jae, reuniéndose más lágrimas en sus ojos—. Y sin embargo, sé que voy a dejarlo ir porque eso es lo que él quiere.

—¿Por qué alguien alguna vez quiere sentir eso?

Yunho sonrió con tristeza.

—Porque es la sensación más increíble del mundo.

Yunho casi se salió de su piel cuando Jae de repente se dobló en el aire y gritó. Trató de aferrarse a él, pero Jae estaba luchando como si su vida dependiera de ello. Ni siquiera él y Sully juntos podían sostener al hombre.

Tomó las manos de Jae y las retuvo en la cama, deslizando una de sus piernas sobre los muslos de Jae para mantenerlo en su lugar. Jae se arqueaba en el aire, lloriqueando. Sus ojos estaban desencajados, frenéticos, mientras se lanzaban salvajemente alrededor de la habitación.

—Por favor —se quejó Jae—. Duele.

—Ssshhh, te tengo, chéri —susurró suavemente Yunho—. No dejaré que nada te pase. —Miró a Sully—. ¿Cuándo es que el jodido médico va a estar aquí?

—Iré a comprobarlo. —Sully se levantó de la cama y salió corriendo de la habitación.
Yunho volvió su atención hacia el hombre atrapado debajo de él. Extendió la mano y acarició con ella un lado del rostro de Jae, frunciendo el ceño cuando Jae giró hacia su mano, gimiendo. Casi parecía estar buscando el toque de Yunho.

Decidiendo ir con su instinto, Yunho comenzó a pasar sus manos por todo el cuerpo de Jae, moviendo su mano debajo de la sábana cuando Jae empezó a calmarse.

 —¿Esto se siente bien, chéri?

Jae asintió.

—Ardiendo —Jae jadeó pesadamente.

Yunho se detuvo.

—¿Estás ardiendo?

—Caliente.

Jae tenía razón. Tenía la piel muy caliente al tacto.

—¿Te duele cuando te toco, Jae?

—No. —La cabeza de Jae se dejó caer de lado a lado—. Se siente bien. Fresco. Hace que el ardor desaparezca.

Yunho arqueó una ceja, pero empezó a mover las manos sobre la piel de Jae de nuevo. Su mandíbula casi cayó cuando Jae suspiró profundamente y se inclinó hacia él, calmándose. Yunho se deslizó más cerca de Jae y luego continuó moviendo sus manos sobre la ardiente piel del hombre. Entre más piel tocaba, más calmado se ponía Jae. Era una reacción extraña, una que preocupaba demasiado a Yunho.

Por otro lado, si eso es lo que hacía falta para calmar a Jae, él lo haría. Y no era como que Yunho tuviera ningún problema tocando a Jae. Él lo deseaba. Sólo quería que Jae estuviera lo suficientemente consciente para disfrutarlo.

Cuando se abrió la puerta del dormitorio, Yunho se volvió para ver a Sully entrar escoltando a su médico. Yunho suspiró agradecido, pero no se movió de donde estaba ni dejó de acariciar Jae.

—Hola, Doctor. Gracias por venir tan rápidamente.

—¿Cuál parece ser el problema, señor?

—Algo está mal con Jae.

—¿Asumo que él es Jae? —El médico asintió con la cabeza al hombre en brazos de Yunho.

—Sí.

—Sully dice que es su donante de sangre.

—Sí —respondió Yunho de nuevo—. Pero es más que eso. —Yunho sonrió a Jae mientras apartaba el pelo de un lado de su cara—. Es mucho más que eso.

—Ah, ¿entonces usted se ha acoplado entonces?

—Uh... —Yunhofrunció el ceño al médico—. No. Él es humano.

El médico se rio entre dientes.

—Eso no es una barrera para el acoplamiento, señor.

La mandíbula de Yunho cayó.

—Los humanos no pueden acoplarse con nosotros.

—¿Desde cuándo?

—Desde... ¿siempre? —Todo el mundo lo sabía.

—No sé lo que ha oído, pero eso simplemente no es verdad. Los vampiros tienen la capacidad de acoplarse con cualquier persona. —El médico puso su pequeño bolso negro en la mesita de noche y se sentó en el borde de la cama—. Ahora, vamos a ver a su hombre aquí.

—Él está ardiendo, doctor —explicó Yunho mientras se inclinaba hacia atrás, dándole espacio al médico para examinar a Jae. Estaba un poco sorprendido cuando Jae gimió y trató de seguirle.

—¿Cuánto tiempo hace que está así?

Yunho se avergonzaba de decir que no lo sabía, pero él no lo sabía. Miró por encima del hombro.

—¿Sully?
—No sé acerca de la fiebre, pero el personal de la cocina dice que ha estado comiendo menos y menos cada día y casi nada en los últimos dos días. También hubo señales en el cuarto de baño que ha sido incapaz de retener nada.

Todo esto era nuevo para Yunho, pero había una cosa que sí sabía.

—Jae dice que mi toque le tranquiliza. Siente como si su piel estuviera ardiendo, pero cuando lo toco, se enfría. —Yunho casi gruñó cuando las cejas del doctor se alzaron bruscamente. No vio esto como una buena señal.

—¿Ha tomado alguna otra cosa?

—Nada, excepto sus vitaminas —dijo Sully—. Eso parece ser lo único que come de sus bandejas de comida.

—Hmmm.

El doctor buscó en su bolso y sacó una pequeña pluma linterna. Se acercó a Jae, poniendo sus manos sobre la cara de Jae e iluminando con la luz los ojos. Los gritos de Jae sacudieron las ventanas.

—¡Jae! —gritó Yunho mientras trataba de calmar al hombre. En el momento que Yunho arrastró a Jae de nuevo en sus brazos, lejos del doctor, y acariciando con la mano por el lado de la cara de Jae, donde el médico lo había estado tocando, Jae se calmó—. ¿Qué demonios pasa con él, doctor?

—Me gustaría hacer un pequeño experimento antes de decir nada, señor, si no le importa.

—¿Un experimento? —espetó Yunho—. No, si va a lastimar a Jae.

—Por favor, señor. No lo puedo diagnosticar con precisión sin conocer todos sus síntomas. Le prometo que será rápido.

—Bien —gruñó Yunho.

—Recuéstelo nuevamente en la cama, por favor.

A Yunho no le gustaba, pero hizo lo que el médico le pidió, recostando a Jae nuevamente sobre el colchón. Jae comenzó a gimotear en el momento que Yunho se apartó de él. Yunho miró al doctor.

—Ahora toque su brazo.

Yunho se acercó y tocó el brazo de Jae. Jae se calmó instantáneamente.
—Suéltelo y retroceda.

Yunho le gruñó al médico pero soltó a Jae y retrocedió. Jae, una vez más comenzó a gemir y a moverse inquietamente bajo la sábana. Yunho apretó sus manos en puños cuando el doctor se agachó y agarró el brazo de Jae en el mismo lugar en que él lo había hecho. Jae gritó y comenzó a luchar contra el doctor.

Yunho esperó todo el tiempo que pudo, que fue cerca de dos segundos, y luego apartó de un tirón al médico lejos de Jae y acurrucó al pequeño hombre en sus brazos. Sostuvo a Jae cerca de su pecho mientras se movía de un lado al otro de la cama.

—¿Esa es su idea de un pequeño experimento? —le espetó al médico—. ¿Ha encontrado lo que quería saber? Él está gritando de dolor.

—De hecho, he descubierto un poco acerca de la condición de Jae de este pequeño experimento —dijo el médico mientras ponía la pluma linterna en su bolsa y sacaba un pequeño aparato negro. Se lo ofreció a Yunho—. Necesito una muestra de su sangre.

—Entonces, tome una.

—Me temo que cualquiera que toque a Jae además de usted le hará más daño que bien. Usted va a tener que sacar la sangre.

Yunho resopló y se sentó en el borde de la cama. Acunó a Jae cuidadosamente en su regazo y luego levantó su mano. Agarrando el pequeño dispositivo, pinchó el extremo del dedo de Jae, extrayendo un par de gotas de sangre. Jae ni siquiera gimió. Yunho le devolvió el aparato al médico, luego envolvió ambos brazos alrededor de Jae.

—¿Qué pasa, doctor? —preguntó—. ¿Qué pasa con Jae?

El médico levantó un dedo.

—Deme un momento, señor.

Yunho volvió a acariciar la caliente piel de Jae mientras observaba al médico presionar varios botones en el dispositivo y luego fruncir el ceño mientras lo miraba a él. El corazón de Yunho comenzó a latir más rápido.

—¿Qué?
El médico suspiró profundamente, recordando a Yunho uno de los suspiros de Sully. Colocó de nuevo el dispositivo negro en la bolsa y se giró para ver a Yunho. El ceño fruncido en su rostro no tranquilizó a Yunho en lo más mínimo. De hecho, lo preocupó aún más.

—Me temo que hay dos diferentes cosas pasando aquí, señor. —Hizo un gesto con la mano hacia abajo, donde Jae estaba tratando de enterrarse en Yunho—. La primera cuestión es que de alguna manera usted ha iniciado el proceso de unión de acoplamiento con Jae.

Yunho se quedó sin aliento.

—¿Acoplamiento conmigo? ¿Cómo? Él no es un vampiro. Ni siquiera tiene el gen vampiro.

—No, eso es cierto. Él no tiene el gen vampiro. Eso sencillamente significa que no se convertirá en un vampiro. Él seguirá siendo humano, incluso si está acoplado a usted.

—¿Cómo? —Yunho miró a Jae con aprehensión cuando el hombre gimió—. ¿Es por eso que está enfermo?

—Jae está sintiendo la necesidad de acoplarse con usted, y debido a su ignorancia en esta situación, esa necesidad ha sido negada. Sólo su toque lo tranquiliza. Alguien más tocándolo sólo le traerá dolor.

Yunho gruñó. Sabía que él tenía la culpa aquí, pero a no le gustaba que el médico se lo señalara. Asimismo, no se dio cuenta de lo mucho que tenía la culpa hasta ahora.

—Usted dijo que teníamos dos temas. ¿Cuál es el otro?

—Jae ha sido envenenado.

Yunho sostuvo a Jae cerca de su pecho, negándose a recostar en la cama al hombre. Parecía que la única vez que Jae estaba tranquilo y no llorando de dolor era cuando   sostenía. Yunholo sostendría para siempre si eso es lo que se necesitaba para evitar que Jae tuviera dolor.

Él aún estaba conmocionado por el conocimiento de que de alguna manera había comenzado el proceso de unión con Jae. Ni siquiera sabía que era posible. Aunque, no sabía lo que habría hecho con el conocimiento, si lo hubiera sabido. Si fuera sincero consigo mismo, Yunho sabía que aun así podría haber comenzado el proceso de unión. Él sólo habría hablado con Jae primero.

Ahora, estaba sentado en la parte trasera de su SUV sosteniendo a Jae en su regazo mientras corrían hacia lo que Yunho esperaba fuera de ayuda. Sully se quedó atrás en su finca tratando de descubrir cómo fue envenenado Jae y por quién.

La preocupación de Yunho era por Jae. Por supuesto, quería desgarrar la garganta de quien había envenenado a Jae, y planeaba hacer exactamente eso, después de que supiera que Jae iba a vivir. Hasta entonces, nada más importaba.

Con el estímulo del doctor, Yunho había roto todas las reglas de etiqueta y llamado al príncipe de otro aquelarre, el Príncipe Park Yoochun. Los aquelarres no se asocian entre sí. Era una especie de regla básica para un vampiro. Ellos se reunían una vez cada cien años, pero eso era todo.

Sin embargo, esto se trataba de una emergencia, y Yunho haría cualquier cosa para sanar a Jae y mantenerlo a salvo, incluso romper todas las reglas del aquelarre. Infiernos, él dejaría de ser el príncipe de su aquelarre si eso significaba mantener a Jae seguro. Y de verdad que lo estaba considerando.

En un lapso de un par de semanas, Jae se había convertido en la cosa más importante en la vida de Yunho. Si Jae lo aceptara, Yunho movería cielo y tierra para quedarse con el hombre. Sólo tenía que mantenerlo con vida en primer lugar.

—Casi hemos llegado, señor.

Yunho asintió con la cabeza al guardia sentado en el asiento delantero. Estaba inquieto acerca de ir con el príncipe de otro aquelarre. Podría ser considerado débil por algunos y una excusa para tratar de tomar el control de su aquelarre.

A Yunho simplemente no le importaba.

El médico dijo que el Príncipe Yoochun había sido envenenado una vez antes, y él también se había acoplado a un no vampiro. Su compañero, Changmin, era un hombre lobo. No era del todo humano, pero no era un vampiro acoplándose con otro vampiro. El médico creyó que el príncipe podría ayudar a Jae, y Yunho tomaría cualquier ayuda que pudiera obtener.

Yunho sólo había traído cuatro guardias con él. Primero, porque podrían viajar más rápido. Y segundo, porque no quería ser visto como una amenaza por el príncipe. Necesitaba la ayuda del hombre, no su desconfianza.

Los ojos de Yunho se abrieron como platos cuando se dirigieron a la entrada de una finca bastante grande. Mientras viajaban por el camino y se detuvieron frente de la gran mansión, Yunho miró por la ventana, sorprendido de ver al príncipe en los escalones de la entrada y a un gran hombre de pelo castaño asomándose detrás de él. Supuso que era el compañero del príncipe.

Yunho envolvió las mantas con más fuerza alrededor de Jae, luego se deslizó del vehículo cuando uno de sus guardias abrió la puerta. Se sentía ansioso mientras caminaba por las escaleras, deteniéndose varios escalones abajo del príncipe.

—Principe Yoochun, gracias por acceder a verme. —Yunho inclinó la cabeza respetuosamente—. Pido disculpas por romper la etiqueta, pero no pude evitarlo.

La boca de Yunho cayó abierta cuando el príncipe simplemente agitó la mano desestimándolo.

—Olvida todas esas tonterías —dijo el príncipe—. Trae a tu pareja al interior. Tengo una habitación preparada para él y he llamado a mi médico.

—Traje a mi médico.

—Bueno, entonces tal vez los dos puedan poner sus cabezas juntas y averiguar lo que está mal con tu pareja.

—Jae no es mi pareja. —Yunho tragó saliva—. Aún. —Dios, oró que fuera un todavía.

—Eso es absurdo. —El príncipe hizo un gesto con la mano otra vez. Yunho estaba empezando a ver que era algo que el príncipe hacía a menudo. Se preguntó cómo su compañero lo toleraba. El gesto le llevaría a la locura—. Él es tu compañero, incluso si no lo has reclamado todavía. Es algo que simplemente sabemos.

—Yo no.

—¿Oh?

—Pensé que los vampiros sólo podían acoplarse con otros vampiros. —Yunho deseaba haber mantenido sus palabras para sí mismo cuando el hombre alto detrás del príncipe súbitamente gruñó y se puso delante del príncipe, desnudando los dientes y agitando sus garras—. No quise faltarte el respeto.

—¿Entonces por qué dices eso? —gruñó el hombre—. ¿Eres un especista?

Yunho parpadeó. ¿Incluso era una palabra?

—¿Un qué?

—Crees que las especies sólo se acoplan en el interior de su propia especie? ¿Que no se acoplan fuera de su especie?

—¡No! —espetó Yunho, luego se sonrojó cuando el hombre lobo arqueó una ceja—. No, en absoluto —dijo Yunho un poco más tranquilo—. Yo realmente no sabía que era posible. Y estoy encantado de que sea así. Quiero que Jae sea mío, pero en primer lugar tengo que salvar su vida.

—Muy bien —dijo el príncipe mientras caminaba al lado de su compañero. Él sonrió, y en realidad era una sonrisa amistosa.

—. Mi compañero es un poco sensible a estas cosas. Trae al interior a tu pareja, y vamos a acomodarlo mientras esperamos que llegue el médico.

—Gracias.

Yunho estaba un poco sorprendido por el interior de la mansión cuando entró. El exterior se jactaba de una riqueza increíble. En el interior, mientras seguía siendo bien cuidado y decorado con gusto, era más que cualquier cosa algo cómodo. Estaba muy lejos de la opulenta mansión en la que él vivía. Yunho no podía dejar de preguntarse si Jae preferiría algo como esto en lugar de sus antigüedades y muebles de lujo.

—Esto es muy agradable.

—Gracias —dijo el príncipe mientras conducía a Yunho subiendo por un tramo de escaleras—. Changmin dijo que el lugar era demasiado estirado así que él y mi mayordomo, Albert, decidieron redecorar. —El príncipe se echó a reír—. Para decirte la verdad, estaba un poco preocupado cuando empezaron el proyecto, pero ahora me gusta bastante.

—Tal vez ellos puedan venir a ayudar a Jae a redecorar mi casa una vez que esté de nuevo en pie.

—Oh, estoy seguro de que a ellos les gustaría eso. —El príncipe se echó a reír—Sólo asegúrate de guardar lo que quieras conservar. Hubo muebles volando por las ventanas con estos dos.

Yunho parpadeó.

—Está bien, tal vez no.

—Aquí, puedes ponerlo en la cama.
—En realidad, prefiero sostenerlo. Jae se pone inquieto si no lo sostengo.

—¿Oh?

Yunho suspiró cuando comenzó a revelar lo inmensamente idiota que realmente era.

—El doctor dijo que de alguna manera había comenzado el proceso de unión. Y, porque yo no era consciente de ello, Jae estaba siendo negado por su compañero.

Yunh ose preocupó cuando el príncipe palideció de repente. Junsu corrió hacia él e inmediatamente envolvió sus brazos alrededor del príncipe. Yunho pudo ver que se trataba de un gesto reconfortante y se preguntó si esa era la razón por la que Jae parecía querer estar tanto en sus brazos. ¿Necesitaba el consuelo o el contacto cercano?

—Lo siento, ¿he dicho algo malo?

—No —respondió Changmin mientras sostenía el príncipe cerca de él—.Chun y yo tuvimos algunos problemas al principio cuando nos acoplamos que nos mantuvieron separados por un tiempo. Causó que Chun se enfermara, y que casi se muriera.

El corazón de Yunho tronó en su pecho mientras miraba a Jae.

—¿Al igual que Jae?

—Creo que nuestra situación era un poco diferente —dijo el príncipe—. Como no tenías conocimiento de la posibilidad de que los vampiros se acoplen con los humanos, esto es algo que necesitas saber.

Yunho tragó el nudo que se formaba en su garganta. Sentía como si estuvieran a punto de decirle algo que podría alejar a Jae de él. Él estaba muerto de miedo.

—¿Qué?

—Una vez que te acoples con Jae, no puedes beber de nadie más. Te va a matar.

—No nos hemos acoplado todavía —insistió Yunho.

—Creo que lo has hecho —dijo el Príncipe Yoochun—. También creo que es por eso que Jae está en el estado en el que está. El proceso de unión se ha iniciado.
—Pero él no es un vampiro.

—Es cierto, pero ¿quién puede decir cuál será su reacción si el proceso de acoplamiento se ha iniciado y él es negado por su pareja? Sabes que es un hecho, como un vampiro, que podemos volvernos salvaje y que nos tienen que
sacrificar si se nos niega a nuestros compañeros. No importa qué sea, humano, cambiaforma, o vampiro. Ellos son nuestras parejas.

—Sentimos la misma necesidad de acoplarnos que los vampiros —dijo Changmin—. La atracción por una pareja es innegable. Si esa atracción se nos niega, podemos volvernos salvaje al igual que lo puede hacer un vampiro. En este caso, ya que Jae es un humano, su cuerpo no sabe cómo lidiar con ellos, así que simplemente se está apagando.

—Jae necesita que lo reclames, Yunho.

—Jae.
_______________________________________________

Jae gimió y agitó las manos a la voz que estaba tratando de sacarlo de su sueño. Quería quedarse en su sueño. Le gustaba allí. Nada duele, y Yunho estaba allí. Jae quería quedarse donde Yunho estaba.

—Jae.

—¡Aléjate!

—Por favor, chéri, por favor abre los ojos para mí.

«Chéri». Jae conocía esa palabra. Era cómo Yunho lo llamaba en sus sueños. Abrió los ojos y miró hacia arriba.

-Yu…Yun….Yunho

—Así es, chéri, abre los ojos.

—Dónde...

—Estamos con amigos, chéri. Ahora estás a salvo.

Jae se preguntó si eso era cierto cuando los ojos de Yunho se oscurecieron, y una solitaria lágrima de color rojo sangre cayó por su mejilla. Nunca había visto llorar a Yunho antes. Tomó toda la fuerza de Jae levantar la mano y limpiar la lágrima.
—¿Qué sucede?

Yunho se rio, pero parecía ser una risa nerviosa, no una feliz.

—Estás muy, muy enfermo, chéri.

Jae tragó saliva.

—¿Qué tan enfermo?

—Te estás muriendo.

—Estoy mu… —Jae intentó tragar saliva, pero no era capaz de superar el nudo en la garganta. Su corazón se empezó a acelerar, golpeando en el pecho—. ¿Có… cómo?

—Es mi culpa —le susurró Yunho.

Jae frunció el ceño cuando más lágrimas de roja sangre comenzaron a fluir por el rostro de Yunho. Había aprendido un montón de cosas acerca de Yunho en el momento que lo conoció. Sabía que el hombre tenía mucho valor, y su sentido del honor era casi legendario. Al igual que su temperamento. Yunho podría ser un verdadero salvaje cuando se le provocaba.

Pero la única cosa que sabía Jae era que Yunho no era un asesino. Yunho nunca le haría daño. Jae acunó su mano alrededor de un lado de la cara de Yunho.

—Dímelo.

Yunho cogió la mano, volvió la cabeza y dio un beso en la palma de la mano de Jae.

—Yo… lo lamento tanto, Jae. Nunca quise que fueras lastimado. Yo no lo sabía. Te juro que no lo sabía.

—¿Sabes qué?

—Eres mi pareja.

Jae frunció el ceño y se devanaba los sesos para una definición de lo que eso significaba, pero se quedó en blanco.

—¿Qué significa eso?

—Esto significa que el destino decidió que debemos estar juntos.

Jae estaba tan confundido.

—¿Y es por eso que me estoy muriendo?

—Sí y no.

—Dices mucho eso. ¿Podrías ser más específico?

—Yo no sabía que los vampiros podían acoplarse con los humanos, Jae. Creía que sólo se podían acoplar a otros vampiros, por lo que no actué de acuerdo a la necesidad que sentía por ti. Traté de convencerme de que era sólo debido a tu sangre.

—¿No fue así?

Una risa rota salió de los labios de Yunho mientras negaba con la cabeza.

—No, chéri. La necesidad que siento por ti es porque somos pareja.

—Pero todavía necesitas mi sangre, ¿verdad?

El corazón de Jae empezó a hundirse cuando los ojos de Yunho cayeron. Su sangre era casi lo único que tenía para dar a Yunho. Él no era rico. En este momento ni siquiera tenía una educación universitaria. Eso había quedado en suspenso cuando empezó a enfermarse. Jae simplemente había perdido interés. Todo lo que tenía era su sangre. Si Yunho ya no necesitaba su sangre, ya no necesitaría a Jae.

—¿Yunho?

—Una vez que estemos completamente acoplados... —Yunho hizo una mueca—. Si te emparejas conmigo, entonces seré incapaz de beber de otra persona por el resto de mi vida.

Yunho miró a Jae, con aprehensión clara en sus vívidos ojos cafés

—. Si bebo de cualquier otra persona, me va a matar.

Jae empezó a gruñir ante la idea de Yunho muriendo, hasta que las palabras del hombre realmente se hundieron en su cabeza, y luego su mandíbula se abrió en shock.

—¿Yo soy el único que puede alimentarte?

—Si nos convertimos en pareja, sí.

—¿Y si no lo hacemos?

—Entonces no lo hacemos. —Los ojos de Yunho cayeron de nuevo—. Hasta que nuestra unión esté completa, todavía puedes decir que no.

—Dile el resto de esto, Yunho.

Jae saltó sorprendido cuando alguien habló desde el otro lado de la habitación. Se inclinó y miró por encima del hombro de Yunho a Sully sentado en una silla junto a la puerta. Parecía como si hubiera estado allí por un rato. También se veía desaliñado y agotado.

—¿Estás bien, Sully?

—Estoy bien, mequetrefe. Sólo un poco cansado. —Sully sonrió débilmente y luego hizo un gesto con la mano a Yunho—. Haz que te cuente el resto de ello.

—¿El resto de qué? —Jae volvió a mirar a Yunho—. Yunho, ¿de qué está hablando?

Yunho sonrió y le plantó otro beso en la palma de la mano a Jae. —No es nada, chéri. Sully sólo está siendo demasiado dramático, como de costumbre.

—Maldita sea, Yunho—gritó Sully mientras saltaba de su silla y se paseaba por la habitación—. Dile la maldita verdad antes que lo haga yo, y todos sabemos la lengua suave que tengo.

—¡No! —gruñó Yunho.

El sonido de la voz de Yunho levantándose asustaba de muerte a Jae. Cuando Yunho de repente se dio la vuelta y le siseó a Sully, Jae simplemente se quedó allí y lo miró fijamente. ¿Había visto alguna vez a Yunho así de enojado?

—¿Alguno de ustedes me dirá qué demonios está pasando?

—Nada, chéri —dijo Yunho mientras rodaba hacia atrás, suavizando sus rasgos mientras miraba a Jae.

—Tiene que haber algo más o Sully no estaría volviéndose loco por ello.

—No es nada, de verdad.

—Yunho—gruñó Sully—. Lo digo en serio. Habla con él o yo lo haré.

—¡No! —gritó Yunho mientras se volvió hacia Sully de nuevo—. Jae decidirá si se empareja conmigo o no, pero no voy a tener su decisión influenciada porque siente lastima por mí.

—Yunho—dijo Sully—, vas a morir.

—Sully —gruñó Yunho—, te lo advierto.

Jae se acercó y golpeó a Yunho en la parte posterior de su cabeza. Yunho gritó y se volvió para mirar hacia él, frotándose la cabeza.

—¿Por qué has hecho eso?

—Sully es tu amigo. Sólo está cuidando de ti. —Jae le entrecerró los ojos a Yunho—. Ahora, dejen de discutir, y díganme todo. Si quieres que decida algo, entonces necesito saberlo todo. No actúes como mi padre. Así es como me metí en esta posición en primer lugar. ¿Recuerdas?

Yunho apretó los labios. Jae rodó los ojos y miró más allá de Yunho a Sully parado mirando hacia abajo a Yunho.

—Bueno, ya que parece que no es capaz de encontrar su lengua, es mejor que tú me lo digas.

—El vínculo entre ustedes dos ya ha comenzado. —Sully cruzó los brazos sobre el pecho. Sus hombros se hundieron como si parte de la pelea hubiese salido de él—. Ya sea que te emparejes con él o no, ya es demasiado tarde para Yunho. Él ya se ha emparejado contigo. No hay vuelta atrás.

Jae podía sentir su mano temblando mientras se giraba para mirar a Yunho, pero el hombre no quiso devolverle la mirada. Yunho sólo dejaba colgar su cabeza.

—¿Qué significa eso?

—Si tú lo niegas, él morirá. Él ya no es capaz de beber de otra persona.

Jae volvió a mirar a Sully.

—Nunca le he negado mi sangre.

—Él necesita algo más que sangre, Jae. Yunho te necesita a ti.

Jae se estremeció en aprehensión. ¿Qué demonios sabía él de compañeros y vampiros? Sully le podía alimentar con una pila de mierda de un kilómetro de largo y él no sabría la diferencia.

—¿Por qué?

—¡Suficiente! —espetó Yunho mientras se deslizaba de la cama y se levantaba. Señaló a la puerta—. Vete, Sully.

—Yun…

—Dije que te vayas. —El tono áspero de Yunho no admitía discusión.

Sully suspiró profundamente y luego dio media vuelta y salió de la habitación, dejando a Jae y Yunho solos. Jae se quedó allí en la cama, esperando que Yunho dijera algo, cualquier cosa. Cuando simplemente se acercó a la ventana y apoyó las manos contra el marco, mirando a través del cristal, el corazón de Jae comenzó a hundirse.

—¿Yunho?

—¿Sí, chéri?

—¿Es verdad lo que dijo Sully?

—Sí.

—¿Por qué no quieres que yo lo sepa?

Yunho dejó caer uno de sus brazos y se frotó la parte de atrás de su cuello.

—No es que no quiera que lo sepas, chéri. Quiero que me elijas porque eso es lo que quieres. No porque sientas lástima por mí.

El corazón de Jae empezó a latir más rápido. Escondió las manos bajo las sábanas cuando comenzaron a temblar. Estaba tan nervioso que su estómago estaba apretado.

—¿Pero quieres que yo te elija?

La boca de Yunho estaba abierta cuando se dio la vuelta.

—Por supuesto que sí.

—Entonces te elijo.
—Jae, no… —Yunhoapretó los labios.

—¿No qué? ¿Lo sé todo?

Yunho asintió.

—¿Hablabas en serio cuando dijiste que me amabas? —Jae rezó para que él no se hubiese imaginado esas palabras pronunciadas en voz baja.

—Sí —susurró Yunho sin dudarlo.

—Y eso es todo lo que necesito saber.

Yunho dio un paso adelante y se detuvo como si quisiera ir a Jae, pero tuviera miedo de hacerlo.

—Tú te alteraste tanto cuando te dije.

Jae se encogió de hombros.

—Pensabas que era ganado.

—No, no lo hice —protestó vehementemente Yunho.

—Sí, lo hiciste. Lo dijiste.

La frente de Yunhose arrugó mientras fruncía el ceño.

—¿Cuándo?

—Te oí con mis propios oídos —dijo Jae. Todavía le dolía pensar en lo que Yunho había dicho—. Dijiste, “Jae no va a gobernar el aquelarre a mi lado, Sully. Es mi donante de sangre, nada más”, ¿recuerdas?

—Oh cielos, Jae. —Yunho se pasó la mano por la cara—. Tú entendiste mal lo que quise decir.

Jae se quedó boquiabierto.

—¿Cómo se puede entender mal eso?

—Yo simplemente quería decir que tú no gobernarías el aquelarre, Jae. Esa no es tu responsabilidad. Es mía. Hay otras cosas que quieres hacer con tu vida, como terminar tu educación. No es tu trabajo liderar el aquelarre.

—Bien. —Jae apretó los puños. Podía entender esa parte. Él en realidad no quería liderar el aquelarre de todos modos. Eso era una cosa de vampiro—. Pero, ¿cómo explicas la parte donde dijiste que yo no era nada más que tu donante de sangre?

—Porque, en ese momento, no eras nada más que mi donante de sangre. Yo esperaba más, y pensé que estábamos trabajando hacia eso, pero de repente decidiste dejar de hablarme. Imaginé que era tu forma de decirme que no querías ser otra cosa que mi donante de sangre.

Jae gimió cuando se dio la vuelta y miró hacia otro lado. Tantas oportunidades perdidas debido a un simple malentendido. Si Yunho sólo le hubiese explicado lo que había dicho, ninguno de los miserables días pasados habrían sucedido jamás.

—Jae, ¿estás bien?

Jae negó con la cabeza cuando sintió que la cama se hundía a sus espaldas. Podía sentir las lágrimas comenzar a reunirse en la esquina de sus ojos. Bajó la cabeza y extendió la mano para secarlas, con la esperanza de que Yunho no las viera. Eran vergonzosas.

—¿Quieres que te deje ir, Jae?

—¡Claro que no! —Jae se dio la vuelta y miró hacia Yunho—. Estoy cansado de todo el mundo tome decisiones por mí sin decirme nada. Por una vez, me gustaría que alguien me diera toda la información, parcial o imparcial.

Yunho suspiro mientras bajaba la vista para mirar sus manos.

—Te diré lo que sé, pero ni siquiera yo lo sé todo.

—Bien, entonces dime lo que sabes, y vamos a averiguar el resto a medida que avanzamos.

—De alguna manera, durante nuestro tiempo juntos, un vínculo se inició entre
nosotros. No sé cómo ocurrió ni cuándo. Sólo sé que empezó.

—¿Un vínculo como el que tienes con Sully?

—Sí y no.

Jae arqueó una ceja. Yunho se rio entre dientes, sonrojándose su rostro.

—Sí, es parecido a ese vínculo, sólo que más.
—¿Más?

—Somos compañeros, Jae. En mi mundo, eso cuenta con más distinción que incluso uno de tus matrimonios humanos. Nuestras almas se funden, como lo hacen nuestros hilos de vida, cuando nos acoplamos. Nuestras vidas se entrelazan para siempre. Podrías vivir tanto como yo.

—¿Eso significa que puedo hablar contigo mentalmente como Sully puede?

—Así es.

Jae sonrió. Yunho se rio entre dientes.

—Eso realmente te molesta, ¿no es así?

Jae sintió que su rostro se ruborizaba mientras miraba hacia abajo a sus manos.

—Tal vez.

—Jae, no todos los vampiros tienen la capacidad de hablar telepáticamente. Nunca he oído hablar de otro vampiro que sea capaz de comunicarse de esta manera. Parece ser algo que sólo ocurre de forma natural en mi línea familiar. Tú no serás capaz de hablar con Sully.

—No quiero hablar con Sully —resopló Jae—. Yo quería ser capaz de hablar contigo.

Yunho se rio entre dientes.

—Y si estamos acoplados, lo harás.

—Espera. —Jae dio una palmada en el pecho de Yunho—. Pensé que ya estábamos acoplados.

—No, chéri. El proceso se ha iniciado, pero no está terminado. Hay algunos pasos más que deben suceder primero.

—¿Por ejemplo? —Jae tragó saliva ante la sonrisa salvaje que apareció en el rostro de Yunho.

—Tengo que reclamarte y finalmente descubrir si ese lindo trasero tuyo es tan perfecto como creo que lo es.

Jae tragó saliva.

—Oh, demonios.

Jae abrió los ojos ampliamente cuando Yunho se tendió en la cama junto a él y acarició el costado de su cuello. Probablemente fue la caricia más suave que Jae había sentido en su vida y, sin embargo, tenía el poder más intenso.

—Te voy a morder aquí, Jae, como lo he hecho en el pasado, sólo que esta vez, la marca no va a desaparecer. Se va a curar, pero siempre estará ahí, marcándote como mi pareja. —Yunho tiró del collar alrededor del cuello de Jae—. Ni siquiera tendrás que usar esto. Todo el mundo sabrá que eres mío.

Jae abrió mucho los ojos mientras cubría el cuello con la mano.

—No, me gusta mi collar.

—Te dije que era tuyo, Jae. Si quieres usarlo, entonces úsalo. Eso depende de ti.

Jae chupó su labio inferior y lo mordió.

—¿La gente todavía me tratará como a un donante de sangre? Porque tengo que decirte, que no es un lugar muy feliz para estar.

Yunho se quedó quieto.

—¿Qué quieres decir?

—Ustedes, los vampiros son gente arrogante.

Las cejas de Yunho se alzaron.

—¿Arrogante?

—Tratan a los donantes de sangre, las personas que les dan la sangre que necesitan para vivir, como si fueran ganado. Incluso los llaman ganado. No estoy diciendo que tienen que ponernos en un pedestal ni nada así, pero no les haría daño ser agradable de vez en cuando. Nadie de tu aquelarre siquiera habló conmigo.

—No está permitido, Jae.

—¿Por qué diablos no?

—Porque no lo está.

—Eso no es lo suficientemente bueno, Yunho—espetó Jae—. Somos personas, como ustedes. ¿Cómo te sentirías si nos acoplamos y alguien me trata como ganado?

—Los mataría —gruñó Yunho. Sus ojos se oscurecieron, amenazando con volverse rojos.

—Bueno, así es exactamente cómo me han tratado en tu casa, ¿y tú honestamente quieres que me acople contigo y regresar a eso? Puedo amarte, pero ya he vivido en una casa donde me trataron como a la mierda antes. No lo haré otra vez.

—Tú... —El cordón de músculos en la garganta de Yunhose movía arriba y abajo al tragar—. ¿Me amas?

—Ese no es el punto, Yunho.

—Eso es en gran medida el punto —dijo Yunho mientras saltaba a Jae y rodaba con él en la cama hasta que se asentaron en el extremo más alejado, Jae sentado sobre Yunho. Yunho deslizó una mano alrededor del cuello de Jae y lo atrajo hacia sí—. Ese es el punto más importante.

Los ojos de Jae se redondearon cuando Yunho reclamó sus labios, y luego gimió cuando sus ojos se cerraron. Besar a Yunho era como besar a una estrella fugaz. Envió los sentidos de Jae directamente al espacio exterior.

—Yunho. —Jae jadeó mientras de mala gana se apartó de los labios de Yunho—. Todavía tenemos que hablar.

—Vamos a hablar, chéri, lo prometo. —Los ojos de Yunho le rogaron a Jae—. Sólo déjame reclamarte primero.

Jae se mordió el labio por un momento mientras miraba a los ojos de Yunho.

—¿Me prometes que hablaremos?

—¡Sí! Cualquier cosa —gritó Yunho—. Voy a renunciar al aquelarre si eso es lo que quieres. Podemos viajar por el mundo y ver todo. Podemos hacer lo que quieras.

Jae dejó caer su cabeza sobre el pecho de Yunho. Si bien apreciaba el entusiasmo de Yunho, Jae quería asegurarse de que Yunho entendía de dónde venía. Se negaba a vivir en un hogar en el que no estaba cómodo, pero  también sabía que Yunho era necesario como el príncipe de su aquelarre.

—Tu aquelarre te necesita, Yunho. Entiendo eso, y nunca me interpondría entre tú y el aquelarre. Pero las cosas tienen que cambiar. No está bien que los donantes de sangre sean tratados como ganado. Si significamos tan poco para ustedes, entonces ¿por qué es que no pueden tratarnos mejor?

—Jae, yo nunca he pensado de esa manera, tienes que creerme. —Yunho rápidamente levantó la mano cuando Jae abrió la boca—. Pero nunca he hecho nada para detener a otros de tratar a los donantes de sangre de esa manera tampoco, y debería haberlo hecho. No va a suceder en una noche, pero me comprometo a hacer cuanto esté en mi poder para cambiarlo.

Jae consideró a Yunho cuidadosamente durante varios minutos y luego se echó hacia atrás hasta que estuvo sentado, a horcajadas sobre la cintura de Yunho.

—Bien, me puedes reclamar. —Jae rápidamente movió su dedo a Yunho cuando el hombre comenzó a sonreír—. Pero te juro que si no hacemos algo para solucionarlo, voy a patearte el trasero.

Yunho arqueó una ceja.

—¿Quieres un contrato?

—No. —Jae se rio entre dientes—. Confío en ti.

—¿Lo haces, Jae? —Yunho de repente se puso serio—. Ser mi consorte no será fácil. Primero es peligroso. Ya has sido envenenado una vez y…

Jae parpadeó.

—Espera, ¿qué? ¿Fui envenenado?

Yunho se sobresaltó por un momento casi como si fuera atrapado en algo y no pudiera moverse, y luego su rostro se enrojeció.

—¿Se me olvidó mencionar esa parte?

—Huh, sí.

—Yo estaba tratando de decírtelo, pero luego perdimos el hilo y…

Jae agitó su mano en un movimiento circular.

—Regresa a la cosa del envenenamiento, Yunho.

—Es por eso que no podías retener nada —dijo Yunho—. Alguien puso veneno en tus vitaminas.

La boca de Jae cayó abierta.

—¿Alguien trató de matarme?

—Bueno, en realidad, después de hablar con el médico y el Príncipe Yoochun, Sully y yo llegamos a la conclusión de que alguien estaba tratando de matarme a través de ti.

Jae parpadeó confundido.

—A través de tu sangre, chéri.

—Oh —dijo Jae cuando la bombilla de repente se encendió en su cabeza—. Entonces, ¿ellos me envenenaron con la esperanza de que te enfermaras por beber mi sangre?

—Sí.

—Entonces, ¿por qué no te enfermaste?

Yunho negó con la cabeza.

—Nadie lo sabe. Lo único que puedo pensar es que mi cuerpo se acababa de reparar, y tenía tanta de tu sangre pura en mi sistema que luchó contra el veneno.

—Así que, ¿básicamente estás diciendo que me debes tu vida? —Jae sonrió.

—Puedes tenerla. —Yunho sonrió—. Es tuya.

Yunho no podía haber borrado la sonrisa de su cara si lo intentaba. Se sentía como si hubiera ganado la lotería. Jae lo amaba. Jae había aceptado ser suyo.

—Hay una última cosa que necesito explicarte, Jae.

—Te estoy escuchando.

—El veneno se encuentra todavía en tu sistema.

Jae frunció el ceño.

—Pero no me siento enfermo como antes.

—Eso es debido a que el médico te ha dado algún tipo de beta bloqueador que detuvo temporalmente el veneno que está en tu sistema. No va a durar mucho tiempo.

Jae palideció.

—¿Todavía voy a morir?

6 Comentarios:

  1. jejeje en verdad que Yunho ama a Jae... mira que ir en contra de las reglas con tal de salvarlo, dice mucho de su amor por él....

    jejej ahora tendra que complacer a su Cheri en todo lo que quiera ^^

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  2. quien lo abra envenenado y que dorpresa ver a junsu con el principe yoochun osea su padre tambirn lo negocio a el o_O jae lo vera despues? q dira?

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  3. omggg "reclamarlo como suyo" suena tannn lindoo y sexyy xd pero en mi caso solo cuando es yaoi, creo q si alguien hubiera dicho lo mismo en forma hetero creo q me daria asco y repulsion xP desde q soy fujoshi repelo el "otro tipo" de relacion, solo acpeto boyxboy hehe =D

    waaa ya kiero leer parte lemonn!! y yunjae 4ever n_n

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  4. Casi eh muerto con todo lo q trajo este capitulo~~ *^*

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  5. Porfin se aclaran ^_^… ..que pasara ahora con jae??? #*#

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  6. Uuuf Que alivio, al fin salió ese amor a flote, Si Yunho si Jae no te daba sus zapecillos yo si le daba mi voto a Sully para que te diera tus pataditas por lento, aquí Jae sufriendo y tu dandole vuelta a la vuelta. Aaaay Yo juraba que era JunSu el consorte de Mi Chunnie, y vaya cosaaaa¡¡¡ se trata de un YOOMIN😍😍😍 y minie es un Lobitoooo aaahhh,entonces porque Junsu esta ahí???

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