Clasificación: De mayores de 13 a R. Mayores de 13 por este capítulo.
Resumen: Dos chicos fueron amigos de la infancia.
Yo, un bobalicón que responde al nombre de Kim Junsu
“Veo llorando a un hijito de mamá.” Un chico a quien todos llamaban ‘Hyungnim’ golpeaba la sien de Changmin a punta de patadas, lo suficiente como para hacerlo tambalear hacia un lado pero no como para ocasionarle daño a algo más que su orgullo. Sin embargo, un lujo como la llamada dignidad era algo que Changmin había aprendido a dejar ir durante los pasados meses, gracias al sarcasmo y a la constante humillación que había estado recibiendo del joven narcotraficante quien guardaba su verdadero nombre en estricta reserva. El costoso zapato siempre podía abrirse paso a su cabeza o cara, con el fin de mostrarle a Changmin la posición superior en la que se encontraba en lugar de herirlo de veras. Eso o el petulante muchacho solo necesitaba un juego, y aparentemente hacer a otros chicos crecer desesperados por algo que solo él podía proporcionar, y hacerlos sus subordinados a cambio, era definitivamente su juego favorito.
Changmin se quejó, odiaba cuando el jefe lo atrapaba rememorando algo del pasado. “Simplemente hazlo ya, dónde está mi trabajo.” Se frotó los ojos con el brazo, borrando el rastro de lágrimas para evitar que su jefe se burlara incluso más de él. No más acobardado, únicamente su claro resentimiento y enojo siendo demostrados.
“Wow, cálmate…¿necesitas inhalarlo tan pronto?” Hyungnim, quien obviamente no tenía la edad legal como para beber, tomó un sorbo de su lata de cerveza y eructó antes de apoyar su espalda contra el enorme muro de ladrillos y desnudando a Changmin con la mirada, subestimando al chico que había crecido acostumbrándose a eso. “Los hombres no lloran, imbécil.”
“Decirlo no basta.”
“Entonces será mejor que regreses con Hyukjae, le informaré que necesitas un polvo o dos. Te garantizo que te bastará…oh espera. O puede ser que llores suplicando por más-”
“Jódete.”
Hyungnim se burló y encaminó sus pies con dirección a Changmin, amenazando con patearlo. “Omo, ¿dónde está ese niño bonito balbuceando ‘Yoochun-hyung no me hagas esto’ en su siesta de la tarde?”
“¡Te dije que no mencionaras su nombre!” Changmin se levantó y cogió al mayor por el cuello, azotándolo con fuerza al muro. Sin siquiera un gesto, Hyungnim tiró su derramada lata de cerveza a un lado y de la nuca de Changmin un mechón de cabello. Sus ojos se entrecerraron al mismo tiempo que reducía la distancia entre ellos.
“Nadie me da órdenes." Le dio un puñetazo a la mandíbula de Changmin, haciendo que el chico más débil perdiera el equilibrio y cayera al suelo, encogiéndose de dolor. Para satisfacerse por completo, se paseó a su alrededor y estuvo a punto de pisotear la descuidada rodilla antes que el muchacho lo evadiera haciéndose a un lado y rápidamente se pusiera de pie, echando todo su peso sobre él y llevándose al traficante contra el suelo, montándolo a horcajadas entre sus rodillas y dándole un rozón con los nudillos en la mejilla antes de ser golpeado en el flanco y caer sobre su espalda. Hyungnim se abalanzó sobre el más joven, ambos se quejaban y gruñían mientras se revolcaban y luchaban uno contra el otro por hacerse del dominio hasta que el mayor finalmente se impuso sobre su subordinado y celebró su victoria dándole con el pie una y otra vez a la cabeza inerte.
Changmin respiraba dificultosamente por un poco de aire, su rostro enrojecido, el sudor cayendo gota a gota y los ojos húmedos por la rabia y el orgullo hecho pedazos mientras su jefe sacudía su propia camiseta, estabilizando el ritmo de su respiración y masajeando su amoratado pómulo antes de resoplar y lanzar una bolsa de plástico a los pies del perdedor. Sus ojos estaban llenos de disgusto.
"No llores. Ríete de las desgracias, diviértete con la vida de otras personas."
Frotándose los ojos por una última vez, el más joven se levantó y se metió la bolsa de plástico al bolsillo.
“Eso es exactamente lo que voy a hacer ahora.” Gruñó cínicamente.
Changmin había perdido la cuenta de en cuánto tiempo ser un perro al servicio de un traficante de drogas se había vuelto la única manera en la que él podía vivir su vida. Tiempo atrás en esa enorme mansión en la que solía vivir, ni una sola vez imaginó que su vida cambiaría tan drásticamente. Al principio, Hyungnim le daba heroína gratis, más que suficiente, para placer de Changmin, la mágica substancia podía hacerle olvidar todo lo que la vida había jugado con él. El narcotraficante además le dejaba comida y dinero los cuales el chico descaradamente disfrutaba a fin de sobrevivir sin preocuparse por los humillantes comentarios y actitudes, y le dio refugio, un pequeño cuarto de apartamento habitado por un adicto al éxtasis llamado Hyukjae, y por consiguiente haciéndolos compañeros de cuarto. Hyukjae fue repudiado por su familia ya que prefería el sexo que incluía introducir algo por la parte trasera más que por el frente, y casi se mete con cualquier depravado hombre de negocios gay como trabajo antes que Hyungnim lo encontrara y le ofreciera un mejor y definitivamente más placentero trabajo. A diferencia de Changmin, el chico rubio parecía disfrutar jodiéndose la vida.
“Tienes dinero, tienes comida, tienes status, tienes diferentes agujeros que probar cada día sin tener a tus padres metiendo las narices.” Hyukjae razonó. Y honestamente Changmin había estado demasiado acostumbrado a la escena de su compañero de cuarto batallando inapropiadamente y cabalgando sobre desnudos muchachos en la cama que supuestamente era para dormir, tan bien que incluso podía comer Jajangmyeon al mismo tiempo que escuchaba los gemidos de Hyukjae y las súplicas de quien sea ‘oh Hyung más adentro más fuerte’. En un primer momento estaba ciertamente asustado, pálido, ido, y otras manifestaciones del trauma que tú podrías nombrar el resto, antes de terminar encontrándose a sí mismo desnudo en la cama con un igualmente desnudo colega subordinado llamado Donghae, después de la última fiesta que tuvieron con algunas píldoras robadas del velador de Hyukjae. (En la cual Hyukjae vociferó furiosamente, “¡¡Te robaste a mi chico y mi X!! ¡No hay cama para ti esta noche! Y tú, te vas a arrepentir de esto Dong-pez, te voy a follar hasta que te desgarres y sangres y estés tan débil hasta para limpiar tu propia leche después” – Y Donghae solo sonrió satisfecho y alegremente, “Estaré esperando por eso”).
Gradualmente, el sexo se volvió algo tan natural para él que incluso no podía verlo como algo más que la fricción de dos cuerpos (bonus extra algunas sustancias viscosas muy convenientes). A veces las chicas o chicos a los que llevaba drogas de repente lo arrastraban a una esquina y de buena gana le ofrecían (o requerían) sus servicios, los cuales raramente rechazaba. Se siente bien de todos modos, pensaba. Sentía que desfogaba su furia y desesperación así también como una venganza hacia la memoria de Yoochun abusando de él, por lo que terminó haciéndolo brutal y sin piedad, lo cual sorprendentemente hacía a esos chicos volverse adictos y pedir por más. La última vez un colega subordinado llamado Taemin le hizo una paja ferozmente, Hyukjae lanzó unos alaridos sobre lo afortunado que era ya que todo gay no-frígido quería que Lee Taemin le pusiera las manos encima, pero Changmin solo se encogió de hombros y bostezó. El sexo nunca le interesó demasiado fuera de esos pocos minutos antes de llegar al orgasmo.
"No tiene sentido, cómo todos se inclinan ante él como perros fieles, solo es un chiquillo insignificante como la mayoría de nosotros." Changmin echaba humo un día, y obtuvo risitas disimuladas de Donghae como respuesta.
"¿Entonces por qué sigues aquí? Estamos en el mismo barco."
Necesitaba un lugar dónde quedarse, necesitaba dinero, necesitaba heroína, Hyungnim lo proveía de eso, y aparentemente ellos no eran más que chiquillos con la vida echada a perder que se negaban a la posibilidad de siquiera pensar en salir del hoyo.
Arrastrando sus pies perezosamente al lugar destinado para la transacción, Changmin reflexionó, recordando lo que otros drogadictos dijeron una vez acerca de su implacable jefe.
"Está podrido en dinero, ¿lo sabías? Su familia tiene influencias."
"Es immune a la ley. Matar gente ni siquiera lo acercará a la cárcel."
"¿Sabes qué es lo más gracioso? Sólo está en la secundaria. Y tiene algo de prestigio."
“No te hará daño siempre y cuando te sometas a él. ¿Por qué se te hace tan difícil? Es por tu propio bien.”
Después de uno o dos viajes en autobús (y algunas direcciones incorrectas en el camino) Changmin llegó a la puerta principal de una escuela privada secundaria solo para chicas, escrutando la multitud de estudiantes femeninas por aquella que se describía como ‘una belleza de cabello ondulado con un listón rojo con estampado de corazones sobre su cabeza. Changmin conseguía las direcciones donde se realizaban las transacciones; los números con los cuales contactar a los clientes así como los ilegales productos por Hyungnim, para los clientes y algunos para él como un soborno. Entonces le reservaba una cierta cantidad de dinero a su jefe y podía conservar el resto, dependiendo de su habilidad para la negociación, la cual Hyungnim solía etiquetar a menudo como ‘la peor, apestas’.
No pasó mucho tiempo antes que la muchacha previamente descrita apareciera de entre la multitud, lanzando su penetrante mirada a diferentes direcciones en busca de su ‘socio’. Changmin se aproximó a ella con una falsa y cálida sonrisa en su rostro, y le dio una palmada en el hombro haciendo que la chica saltara de sorpresa, no pudiendo ocultar el temor de ser atrapada comprando drogas por los alrededores.
"¡¡Oye!! Tanto tiempo sin verte. Te ves genial." Él actuó como si fueran conocidos. La chica al instante captó lo que el chico pretendía hacer y asintió nerviosamente. "G-gracias...Te ves genial también."
¿Qué, una amateur?
Changmin decidió no intimar con la chica por más tiempo, mucho menos divertirse con ella, y terminó la reunión antes que todo se pusiera feo. La transacción empezó tan pronto como encontraron un lugar tranquilo, y afortunadamente la chica le dio más dinero del que le había pedido, así que un largo y agotador regateo no fue necesario.
Sin embargo, la diversión de ese día recién comenzaba cuando pasó por cierto parque camino a casa y presenció el drástico cambio de apariencia en una conocida silueta de uniforme escolar.
Era su jefe.
Hyungnim siempre se quitaba el traje y se dejaba la blanca camisa desabotonada por encima del pantalón para hacer más creíble su imagen de chico malo siempre que se le echaba un vistazo al punto de encuentro de sus subordinados. Changmin dudaba que muchos hayan visto a su jefe con uniforme escolar completo, y se preguntaba si se habrían cagado de risa, murmurado, abucheado, o simplemente desmayado. Dicho de buen modo: parecía el presidente, de mal modo: un nerd de secundaria amante de los videojuegos. Su cerquillo asimétrico estaba peinado de lado, he ahí el por qué.
Escabulléndose tras un montón de arbustos, Changmin decidió espiar la escena cautelosamente, ya que allí estaba su jefe de pie y casi a un metro de él, vio a, una chica. Una maliciosa sonrisa se abrió paso por el rostro de Changmin.
“Continuaré mis estudios en América desde mañana, mi familia así lo quiere.” La muchacha bajó la mirada, girando el dobladillo de su blusa.
Changmin estuvo a punto de caer sobre su trasero cuando oyó a su jefe responder a la nerviosa muchacha de forma caballerosa como nunca hubiera pensado de alguien como él, “Ah…qué bien por ti." Su voz era suave, su mirada fraternal.
“Oppa..." La muchacha respiró profundamente. "Yo…yo…te amo tanto."
Changmin mentalmente se desternillaba de risa.
“Taeyeon..."
“No, está bien. Sé que nunca podrás amarme.”
“Lo siento mucho…” Hyungnim tocó el hombro de la chica y lo acarició confortablemente.
“Oppa, Lo sé muy bien, pero…pero...quiero recordarlo todo acerca de ti, podría...podrías..."
Changmin se sentía viendo un drama japonés. Contuvo la respiración, no queriendo arruinar el momento perfecto, el cual estaba disfrutando.
La muchacha vaciló. “¿P-podrías besarme? Y prometo que esta será la última vez que me veas…”
La mandíbula del subordinado cayó y volvió a subir viendo al tantas veces llamado ‘despiadado jefe’ rodear con su brazo el hombro de la chica, atraerla gentilmente hacia sí y dejar un suave beso sobre su mejilla. Changmin se mecía adelante y atrás, una mano en su rostro luchando contra sus carcajadas que amenazaban con echar a perder la dulce atmósfera. Había pasado un tiempo antes de encontrarse con algo tan divertido. Incluso el sexo con Kyuhyun no era tan entretenido.
“Oppa…te amo tanto…” la muchacha dijo entre lágrimas, ocultando su rostro más profundo en el pecho de Hyungnim.
Hyungnim acarició su cabeza cariñosamente y le susurró al oído, “Gracias, Taeyeonnie…”
Changmin siguió espiando la escena con una sonrisa de oreja a oreja hasta que la muchacha se fue corriendo, dejando solo a Hyungnim en el silencioso parque, agitando su cabello y suspirando antes de darse la vuelta para encontrarse con el calmado rostro de Changmin. Una mirada de sorpresa cruzó brevemente por su rostro antes de reemplazarla con una estoica- o eso era, antes que el descarado subalterno exhibiera una desagradable y fruncida cara, ceño fruncido y labios fruncidos.
“Oppa…te amo tanto.” Imitó la forma en la que Taeyeon se le declaró a su jefe.
Sonrojado y estupefacto, el narcotraficante solo pudo murmurar ‘Maldición’.
“Gracias Changminnie.” Changmin continuó, su voz fue incluso más dramática.
Hyungnim apretó los dientes y pasó por delante del chico. “Cierra la maldita boca imbécil.”
Changmin siguió al mayor, brincando y parloteando “Quiero un beso en la mejilla también.”, algo sorprendido de que su jefe no aterrizara un pie en su cara como respuesta. Asumió que la anterior muchacha verdaderamente lo preocupaba así que momentáneamente habría perdido todos sus hábitos violentos.
[Después de una hora…]
“Taeyeon es un bonito nombre.”
“¿¿¡¡POR QUÉ SIGUES AQUÍ!!??” Hyungnim estampó un golpe en la superficie de la mesa, haciendo que sus papas a la francesa se derramaran de su plato sin poder hacer nada cuando Changmin le arrebató una de ellas. Ninguno de los dos se preocupó por las perturbadas miradas de los que presenciaron tal alboroto.
“Estoy solo tú sabes…” Changmin ronroneó, masticando la crujiente papa que parecía venir del cielo.
“¿Y por qué se supone que debe interesarme? Solo lárgate, a donde sea, ‘vuela’, tírate a alguien, ¡¡DÉJAME EN PAZ!!”
“Dijiste que me divirtiera con la vida de otras personas…”
“¡¡¡CON LA DE CUALQUIER PERSONA, MENOS LA MÍA!!!”
“Bueno haberlo dicho antes, ahora es demasiado tarde…” Changmin se encogió de hombros y dejo de masticar papas francesas para observar la disgustada mirada de su jefe.
“Por qué esa cara.”
“Me sorprende que no estés cometiendo ningún abuso físico para ahuyentarme.”
“Si tanto lo deseas te lo daré después, justo ahora no estoy como para ensuciarme las manos con tus gérmenes.”
“Así que, volviendo a la chica.” Changmin robó más frituras. Hyungnim se quejó.
“¿Ella sabe que tomas drogas?"
“Por supuesto que no, Soy un estudiante respetable."
"Whoa. Creí que los adictos habían perdido la cordura."
"No soy un adicto. Aún."
Changmin formó una ‘o’ con sus labios, pensando que contrario a su temple, su jefe debía ser alguien con un excelente autocontrol. Estaba a punto de preguntar algo cuando un mesero vino trayendo chocolate. Lo sorbió felizmente y se inclinó hacia su jefe, “Pagarás por esto, ¿correcto?.” Hyungnim azotó su frente contra la dura superficie de la mesa, murmurando maldiciones.
“Por cierto nunca supe por qué estás haciendo todas esas cosas…ellos dijeron que no tienes problemas de dinero.”
Hyungnim tiró algunos billetes, que valían más que un plato de papas a la francesa y una taza de chocolate. Soltó un bufido y se fue. Pero por supuesto, Changmin no estaba dispuesto a perderse toda la diversión.
“¿Saben los otros lo dulce que puedes ser? Besando a una chica con el corazón destrozado para mitigar el dolor del rechazo.”
La carnada fue suficiente como para que su jefe se diera la vuelta, incapaz de ocultar su terrible mirada. “Oh, ellos no lo saben.” Changmin declaró, haciendo más grande su sonrisa.
“Escucha niño, no hagas que te saque los ojos con un tenedor.”
“¿A dónde irás después de esto?” Haciendo caso omiso de la amenaza, Changmin se atrevió a caminar lado a lado con su jefe. Incluso deliberadamente tomó parte cuando su jefe paró un taxi y de un paso entró en él.
“¿¿¡¡AHORA QUÉ DEMONIOS QUIERES!!??” Hyungnim rápidamente dirigió una mirada de disculpa hacia el pobre taxista el cual le valió una sonrisa llena de júbilo proveniente de Changmin.
“Quiero que me presentes a tu familia…”
“¡¡NO ERES MI MALDITA PROMETIDA!!”
“Sigo queriendo conocer a tu familia.” Changmin se desplomó en el confortable asiento del coche. “No te preocupes, no les diré nada.”
“Entonces ¿qué quieres?”
“Como dije, Estoy solo y aburrido.”
“Oh qué bien, y es mi responsabilidad entretenerte, oh grandioso.” Hyungnim puso los ojos. Changmin en realidad estaba tratando de acrecentar su mal genio, queriendo saber cuán lejos podría llegar antes que el chico usara su cerebro de alfombra. Esperó, pero a diferencia de lo usual, su jefe no dejó escapar más que gruñidos y quejas, parecía que la anterior muchacha no era solo una mera joven que lo molestaba demasiado.
Después de casi una hora de silencio en el carro, llegaron frente a un gran portal de color blanco con finos tallados decorando la superficie. Los ojos de Changmin se abrieron completamente al ver el enorme portal y las estatuas de imponentes ángeles a cada lado.
“Omo…Creí que algo así…solo aparecía en los dramas…”
Antes de que se las arreglara para hacer más comentarios, el portal se abrió, haciéndole retroceder de sorpresa. Un hombre de traje negro los saludó con una brillante limosina de color negro a su lado. Le informó algo acerca del conductor quien estaba esperando por su joven amo mientras dicho amo prefería tomar un taxi.
“¿¿Todavía no hemos llegado a tu casa??”
Hyungnim no hizo caso a ninguno de esos reclamos. Pasó al coche, de mal humor. Changmin lo siguió desvergonzadamente no sin antes gimotear, “Hyungnim, no me dejeees~~~”
En pocos minutos (los cuales Changmin pasó traspasando el cristal de la ventanas con una mirada llena de asombro) llegaron frente a una gigantesca casa de estilo Europeo (Changmin murmuró de nuevo, “¡Solo he visto este tipo de casa en el libro de texto Historia del mundo!") Una doncella abrió la gran puerta, sonriendo jovialmente a los muchachos. “Rara vez trae a un amigo de fuera, joven amo.”
“Este gatito no deja de seguirme, Noona.”
Changmin sonrió tímidamente a la doncella, suprimiendo un chillido al llamarlo a él 'gatito' y a la criada 'noona' sin percatarse de lo lindo que sonaba. Solía tener algunas pocas criadas en la residencia de Yoochun, pero las llamaba por su nombre. Era de suponer que su jefe tenía más sorpresas bajo la manga.
“¿Algo que pueda preparar para la comida? ¿O tal vez un baño tibio?” ofreció la doncella.
“No gracias, Iré directo a mi habitación.”
El salón parecía no tener fin mientras se dirigían hacia la mencionada habitación. Hyungnim caminaba a paso rápido y Changmin lo seguía detrás al mismo tiempo que observaba las pinturas alineadas a lo largo del papel tapiz que cubría la pared sumergido en la fascinación.
“¿Pintaste esas?” preguntó.
“Mi gemelo lo hizo.”
“¿¡Tienes un gemelo!?”
“Seee. Pero está muerto.”
“Oh.” Changmin hizo una pausa. Algo del otro lado de su cerebro pareció advertirle. ¿Por qué sentía como si esta no fuera la primera vez que trataba con alguien cuyo hermano estaba muerto? “Debes estar solo.” Comentó espontáneamente.
“Por supuesto.”
A Changmin le sorprendió un poco que la confesión se deslizara tan fácilmente. Supuso que su jefe estaba realmente fuera de sí ese día.
“¿A tu gemelo le encantaba pintar?”
“Sí.”
“A mí también.”
Hyungnim se dio la vuelta para mirarlo, frunciendo el ceño ante la información sin sentido. Estaba a punto de decir algo insultante, pero terminó suspirando y encogiéndose de hombros. “…Puedes tomar mis cosas entonces.” Se detuvo frente a cierta puerta, la abrió y entró. Changmin irrumpió de inmediato a fin de expresar su fascinación hacia cada aspecto de la lujosa habitación, ignorando a su jefe quien aún estaba sosteniendo la perilla de la puerta y hacía parecer como si hubiera abierto la puerta para él.
“Así queee…tomando en cuenta tu reacción, esa chica no era solo una chica.”
“¿¿¡¡QUIÉN TE DIO PERMISO PARA SALTAR EN MI CAMA ASÍ!!??”
Changmin dejó de saltar por encima de la cama ortopédica pero no hizo ningún esfuerzo por levantarse. “Déjame adivinar, en realidad la amabas pero…”
Hyungnim se quejó, pero finalmente respondió “Mi hermano la amaba. Como un loco. Ella no lo sabe.”
“…Oh.”
“Escucha, deberías estar agradeciendo que esté un poco dolido justo ahora, pero no esperes que siga así con respecto a tu insolencia mañana. No me importa romper algunos huesos, ¿comprendes?”
Changmin sonrió. “Lo comprendo, Hyungnim.” Continuó paseando la vista por sus alrededores y posó su mirada en algunos utensilios de pintura alineados prolijamente en la esquina de la habitación.
“¿Qué tal si te las llevas y te vas?" Hyungnim ofreció, su voz rebosando sarcasmo.
“¿Qué tal si dibujamos algo juntos?”
“Mejor vete al infierno.” El jefe tiró su bolso del colegio al piso. "¿Qué tal si las usas como te plazca y mantienes la boca cerrada mientras yo hago lo que tengo que hacer?“ Rebuscó el contenido de su bolso y sacó un libro y una cartuchera.
"¿Y eso es para trazar el mapa de tu estrategia para conquistar el mundo?"
Hyungnim resopló. Changmin lo molestaba a propósito pero no obstante estuvo de acuerdo con la sugerencia. Comenzó eligiendo algunos tubos de la caja y desparramando envolturas de lienzos, escogiendo uno del tamaño adecuado. Se sentó en una silla frente al lienzo mientras su jefe suspiraba de alivio y se sentaba frente a su escritorio, pasando las páginas de su libro de texto. Tenían sus espaldas una contra la otra a la distancia de un radio de 3 metros. El silencio ocupó la habitación por un momento antes de...
"¿Hyungnim?"
"Qué."
"No puedo encontrar el óleo."
"Está sobre el velador."
Changmin arrastró su silla, provocando un chirrido. Hyungnim se estremeció y se quejó. Cuando el silencio volvió, suspiró y se dispuso a continuar con la lectura que le habían dejado como tarea, pero…
"¿Hyungnim?"
"¿¡Qué de nuevo!?"
"¿Por qué no hay azul?"
"¿Cómo diablos se supone que voy a saberlo?
"Ah, está aquí."
El pobre escolar estampó su frente contra la mesa, apresando entre sus manos el libro, al que estaba arrugando. "Deja que me concentre, ¡¡tengo tarea que hacer!!" admitió sin reparos mientras su imagen de delincuente se hacía pedazos.
De nuevo, algo golpeó la mente de Changmin. Como un Deja-vu, sintió que alguien también lo había regañado una vez por el tema de los deberes y este definitivamente no era Yoochun.
El silencio volvió.
"¿Hyungnim?"
Esta vez Hyungnim lo ignoró, por lo que Changmin se acercó de puntillas a él y le dio un golpe en el hombro, causando que el mayor volteara furiosamente y explotara, "¡¡¡MALDITA SEA TE MATARÉ!!!"
"No puedo abrir la tapa." Changmin inocentemente le mostró a su jefe el tubo de pintura azul con pintura seca cubriendo la base de la tapa. Para su alegría, Hyungnim le arrebató el tubo toscamente y giró la tapa en un airado movimiento, resopló y la puso de vuelta en la mano de Changmin. "¡¡AHÍ LO TIENES!!" espetó.
Ahora sin más problemas a la vista, Changmin comenzó a practicar su viejo pasatiempo, deslizando colores sobre la blanca superficie mientras tarareaba una alegre melodía. Sorprendentemente Hyungnim no comentó nada acerca de su interpretación. Probablemente mi voz no está tan mal. Changmin pensó. Lo que el pequeño no sabía, era que de hecho el jefe estaba tirando de su pelo en diferentes direcciones al azar.
"Imbécil…abre el cajón que está a tu lado.” Hyungnim finalmente habló después que Changmin terminara un coro o dos. Changmin hizo como le dijo. Encontró algunas diminutas píldoras dentro de un frasco de cristal. “Prueba eso.” Hyungnim ofreció.
“¿Qué es?”
“Dietilamida de Ácido Lisérgico, LSD, ácido. Alucinógeno.”
“Uh…No quiero ser adicto a demasiadas cosas tú sabes…”
“Te hace ver cosas. Algunas personas dicen que solo te mostrará viajes sin sentido, pero algunos dicen que puedes ver el resumen de tu vida de una vez y hacer que tus recuerdos más profundos salgan a la superficie, probablemente de una forma distorsionada.” Hyungnim se echó a reír viendo los ojos de su subordinado hacerse más grandes. “¿…Repican las campanas?” se inclinó hacia adelante y observó la desafiante mirada. Nunca supo mucho acerca de la vida de Changmin, no es que le preocupara, pero sabía que el chico tenía problemas con dos palabras: ‘memoria’ y ‘Yoochun’. Sin embargo, esos murmullos bajo la influencia de las drogas y el alcohol no explicaban nada. “Pruébalo. Ponlo en tu lengua.” Le persuadió.
La mirada vacilante en los ojos del más joven desapareció e hizo exactamente lo que su jefe le dijo. Hyungnim continuó con sus estudios, a sabiendas de que Changmin definitivamente se volvería mudo por las siguientes desafortunadamente pocas horas. Y lo hizo.
No pasó mucho tiempo antes que el ardor en sus ojos y el cansancio vencieran al Ricky Ricón que cayó dormido encima de su libro de texto, olvidando al más joven que estaba justo detrás de él.
Pasada la medianoche, se levantó debido al dolor de cuello y decidió tumbarse en su cama en vez de padecer en la silla. Notó que Changmin seguía dibujando.
“Dios, ¿no has terminado?”
Recibiendo nada como respuesta, se dirigió a paso lento hacia el pintor y dejó salir un débil grito de asombro ya que Changmin seguía dibujando bajo la influencia del ácido. Tomó asiento cerca al chico, pasando sus ojos del lienzo al rostro de Changmin y de vuelta al lienzo, revisando si había allí alguna expresión de cambio debido a ciertas pinceladas, solo para encontrar que no había ninguna. Observar inusuales comportamientos era también uno de sus pasatiempos, sin embargo.
“Honestamente malo no eres. Hazlo tu trabajo cuando termine de usarte.” Hyungnim bostezó, mirando el reloj. “Solo no me dejes ningún desastre mañana.” Se dejó caer sobre la mullida cama y quedó profundamente dormido.
El narcotraficante pasó la mañana siguiente gritándole a Changmin, diciéndole que dejara de llorar dentro de su baño, se largara y se inyectara en lugar de eso. Sobre el piso yacía una pintura tachada, la silueta de un hombre de cabellos ondeados alimentando a su perro fue destruida por algunas negras pinceladas llenas de furia.
*
*
Changmin se sentó frente a su recientemente culminada pintura, el dedo índice y el pulgar inútilmente frotando su barbilla, el ceño fruncido, una mano rascaba su cabeza y suspiraba con fastidio una vez cada pocos minutos. El último viaje que tuvo permanecía vago en su memoria; le frustraba tener que pintar acerca de algún asunto completamente ajeno a lo que
alcanzaba a recordar.
Sus labios todavía podían percibir el sabor de una tibiamente salada lágrima, su cuerpo sentía unos delgados brazos envolverlo, la lisa superficie de cabello lacio seguía presa en su mano, antes que la sensación de Yoochun todo sobre su cuerpo interfiriera, desconectándolo de esas sensaciones. Al final la pintura resultó ser un alado angelito orando frente a un cementerio, y esto lo torturó a fin de configurar el significado.
Se retorció de ansiedad y tomó en sus manos la anterior pintura hecha en estado de inconsciencia, comparándola con la última. La primera era un pequeño niño acuclillándose cerca a un grifo de agua, sosteniendo un sucio y andrajoso zapato en una mano y una escobilla para lavar en la otra. La escena se sintió familiar incluso después de reponerse de la influencia de las drogas, y cuando pensó que había recobrado algo, la siguiente pintura que supuestamente lo ayudaría a armar el rompecabezas lo confundió incluso más.
La primera vez que probó LSD, vio a Yoochun. Tan claro como el agua. Vio a la persona que más amaba en el mundo, su estudio, su dormitorio, su perro. Sintió su calidez y su esencia, escuchó su ronca voz cantando y sus melosas palabras y a decir verdad experimentó aquellos, todos esos momentos de nuevo – esos abrazos, esos besos, e incluso esos horribles dolores. El chico necesitaba desesperadamente a su amado hermanastro tanto así, que probó su segundo viaje con ácido solo para ver y sentir a su ser querido, incluso sabiendo que tendría que soportar el dolor al final.
Desafortunadamente su segundo viaje fue completamente diferente a lo que él esperaba. Se encontró a sí mismo en una habitación que no era la de Yoochun, caminando hacia la puerta y abriéndola para que un pequeño niño cuyo rostro no podía ver tirara de él y lo estrechara en un abrazo. Vio la espalda del niño al mismo tiempo que irrumpía en la habitación antes de que todo cambiara, los colores empañaban su visión, la imagen de Yoochun se produjo.
Sabía que Yoochun le había mentido acerca de su pasado, y ahora se daba cuenta que había perdido algo importante a causa de eso. Lo molestaba cómo no podía controlar lo que veía y dibujaba, y cómo la visión de Yoochun siempre lo atormentaba en cada viaje y no lo dejaba recordar nada. Seguramente habían cosas que se sobreponían dentro de su cabeza y él se estaba muriendo por desenredar los hilos.
“Creo que a la parte de las alas les falta un efecto de sombreado…”
Y le era mucho más difícil debido a cierto Ricky Ricón justo frente a él.
“¿¡Podrías por favor cerrar la boca!? ¡Estoy pensando en algo!” Changmin se quejó.
Hyungnim agarró una espátula de cocina del tamaño de una brocha de pintura y le dio con eso en la cabeza, obteniendo un sonoro ‘Au’ del muchacho más joven. “Vete a la mierda. Soy el dueño de este lugar, Puedo hacer lo que quiera.” Dejando salir un indiferente suspiro, se levantó y tomó una de las pinturas que Changmin había hecho. “Me voy a casa.”
Desde el borde de la cama, Hyukjae solamente pudo sacudir su cabeza observando a su jefe dirigiéndose a la salida y azotando la puerta para cerrarla. “Es un tipo raro.”
“El maldito viene a robar mi trabajo. Y esta no es la primera vez.”
“Pero es muy raro que venga hasta aquí solo para eso.”
Changmin solo resopló, sintiéndose aliviado, al menos Hyukjae estaría tranquilo siempre y cuando no tuviera sexo.
Pocos meses pasaron desde que Changmin se obsesionó con las alucinaciones inducidas por el ácido. Su ansiedad por dos sustancias a la vez era peligrosa, observar los síntomas de abstinencia en algunos de sus compañeros le hizo darse cuenta de ello. Aún así, necesitaba excavar en sus memorias tanto que prefería los crueles y fallidos viajes con ácido a la euforia de la heroína. Lo asustaba cada vez más al notar que la dosis usual no funcionaba. La ansiedad torturaba su cuerpo, pero al mismo tiempo esos lienzos que pintaba le daban esperanza, lo hacían confiar en que había un destino al cual llegar. Que había una vida allá afuera esperando por él, fuera de la que Yoochun había destruido. Ignoró el hecho de que las drogas podían destruirlo completamente incluso antes de llegar a tal destino.
Fue una tarde, en el medio de una subida en la adicción, cuando se enteró de las noticias. Se esparcieron como fuego en la pólvora entre el grupo que Hyukjae fue capturado en un club y la policía estaba de camino a diseccionar la red de narcotráfico. Los chicos se lamentaban de cómo Hyungnim escaparía fácilmente con la influencia de su familia y todo eso, mientras que no había escapatoria para ellos. Algunos de ellos corrieron, algunos de ellos solamente atinaron a llorar pasivamente y a algunos ni siquiera les importó. Aparentemente Changmin pertenecía al último grupo.
Apagó su celular después de leer el mensaje de texto de Donghae en el que le avisaba que la policía estaría allí en menos de media hora. No sabía por qué, pero así como temía no ser capaz de tomar LSD en la cárcel, su sentido común, la lógica más sana en mucho tiempo, le decía que probablemente esto era lo mejor. Estaba a punto de tomar una siesta cuando alguien golpeó la puerta con fuerza.
Pensó que era la policía, así que se arrastró perezosamente hacia la entrada y abrió la puerta. Inesperadamente era su jefe, el dolor dibujado por todo su rostro.
“Hyungni--” Las palabras fueron cortadas cuando el poderoso jefe de repente se precipitó hacia su pecho haciendo que se quedara estúpido por un momento antes de dar unos pasos hacia atrás. “Who-¡¡whoa!! Me asustas, ¡¡hombre!!” Chilló.
“¡¡Soy tan animaaaall!!”
Changmin se quedó boquiabierto con el abrupto reconocimiento. Medio aturdido, apartó al mayor de un empujón pero el cuerpo inmóvil se pegó a él como lapa. “Uhm…tú nunca jamás honestamente…oh. Bebiste.” Afirmó lo obvio, olfateando el olor que despedía su jefe.
Mirándolo fijamente contrariado, Hyungnim sacudió a Changmin por los hombros vigorosamente, haciendo que el más joven retrocediera un poco para mantener el equilibrio. “¡¡¡Todo es mi cuuuulpa!!! ¡¡He arruinado tu viiiiida!!” El jefe se quejó tristemente.
“Bueno…ya sabíamos eso también, así que…“
Hyungnim chilló antes de enterrar su rostro en el pecho de Changmin por segunda vez.
Changmin se quejó en voz alta, “…¿¿¡¡QUÉ TAL SI TE ME QUITAS DE ENCIMA!!??” Sabiendo que no iba a llegar a ninguna parte, empujó al ahora-fuera-del-personaje jefe hacia el vacío cuarto de apartamento y lo hizo sentarse en el borde de la cama, tratando de calmarlo. El jefe lo siguió obedientemente mientras hipaba y se frotaba los ojos, antes de darle las noticias que ya sabía. “La policía está de camino aquí…”
“Lo sé. Donghae acaba de avisarme.”
“Entonces debes escapar--”
“No es necesario, No me importa de todos modos...”
“¡¡ESTÚPIDO!! ¡¡vas a ir a la caaarrcel!! ¡¡¡A la maldita caarrcel!!! ¡¡¡CAAARRCEEEL!!!”
Changmin se estremeció ante la alta frecuencia pero no tuvo más remedio que aceptar el repentino y pegajoso comportamiento y no hizo ningún ademán por liberarse de los brazos que estaban por todos lados. En cambio, sus ojos se precipitaron por los alrededores a fin de buscar algo de agua fría para ser salpicada sobre el mayor. Puso los ojos cuando no pudo encontrar nada. “Ugh…Hablando de eso, no crees que es mejor que te vayas—“
“¿¿¿¡¡POR QUÉ!!??? ¡¡Arrástrame contigo!! ¡¡Diles a todos acerca de tu Hyungnim!!”
Changmin se rió disimuladamente, aún asombrado de cuán maravilloso el efecto del alcohol era. Además era la primera vez que observaba los rasgos faciales de su jefe de tan cerca, lo suficientemente cerca para notar que en realidad tenía lindos ojos y adorables hileras de dientes.
Acercó sus nudillos para golpear ligeramente la frente del ebrio muchacho. “Tus padres encontrarán el modo de liberarte de cualquier forma…” Cruzó los brazos sobre su pecho. “…pero no sabía que me amaras tanto…” bromeó.
“¡¡TE AMO, ESTÚPIDO!! ¡¡¡ERES MI ÚNICO AMIGO!!!”
“…Ah.” Changmin pensó que sus oídos estaban jugándole una broma. “¿Eh…? ¿Disculpa…?”
Hyungnim respondió con un tremendo “Booohooohooo” y se arrojó sobre Changmin (de nuevo),
“¿¿¡¡...HAH!!??”
Changmin juró que era la segunda declaración más impactante dirigida a él después de la traición de Yoochun. Un tipo que lo trató como un diamante por 10 años de repente le dijo que lo había vendido, mientras un tipo que lo trató como basura por casi un año de repente le dice que lo amaba, ¿¿cómo exactamente funciona el mundo??
“¿¿¡¡AMIGO!!?? ¿¿¿¡¡GOLPEAS A TU AMIGO Y LO VUELVES UN ADICTO Y UN TRAFICANTE!!???”
“POR ESO DIJE QUE SOY TAN ANIMAL ¿¿¡¡¡POR QUÉ NO COMPREEEEEENNDDES!!!??” Hyungnim se liberó y comenzó a cachetear a Changmin con ambas manos e impacientemente.
“Está bien, está bien comprendo, así que ahora…..¡¡YA!! ¡¡¡DEJA DE DILATAR LAS VENAS DE MI CARA!!!. ”
Hyungnim se quedó pasmado y le lanzó la mirada de un niño que acaba de recibir la confesión de sus padres de ‘en realidad no eres hijo nuestro’. “Lo siento…Lo siento tanto....” Trató de apaciguarlo. “Lo arreglaré…”
“¿Ah si? ¿Cómo?” Changmin lo desafió divertido.
Hyungnim bajó la mirada y juntó las palmas de sus manos antes de contemplar a Changmin con genuinos ojos brillantes, por los cuales la necesidad del más joven por querer vomitar emergió. “Seré el mejor de los mejores compañeros, tu hombre de confianza, la próxima vez que llores de nuevo…¡¡Estaré allí cuando necesites un hombro sobre el cual llorar!!”
“…Honestamente la imagen mental de un viejo bailando en bikini suena mejor que yo llorando sobre tu hombro…”
“Entonces…entonces…¿¿¿Entonces qué debo haceeeeer???”
Changmin tarareó por un momento antes de ver accidentalmente un lapicero y un pedazo de papel tirado en el suelo, prendiendo el foco en su cabeza. Las tomó y escribió algo de prisa y sin cuidado sobre el papel, lo cual resultó ser:
Yo, un bobalicón que responde al nombre de______________
Juro con sangre que por el resto de mi vida haré como reza lo siguiente:
1. Alimentaré a Shim Changmin con comida nutritiva.
2. Le proveeré de un lugar para vivir gratis.
3. Le proveeré de sus necesidades artísticas.
4. Lo entretendré con la danza de los oompa loompa con vestuario y peluca tricolor incluidos siempre que esté decaído.
Poniendo mi honor en juego.
Terminando de garabatear, puso el papel en la cara de Hyungnim. “Llena el espacio en blanco y firma esto.” ordenó. El mayor tomó el papel entre sus manos obedientemente, frunciendo el ceño ante el contrato como si sus cláusulas fueran tan serias como las de la OMS.
“…Si…si firmo esto, ¿me perdonarás…?”
“Por supuesto, Soy un hombre compasivo después de todo.”
Hyungnim tomó el lapicero e hizo como le dijo sin quejarse, mientras Changmin solamente sonreía triunfalmente y trataba con todas sus fuerzas, en verdad con todas sus fuerzas, de luchar contra las ganas de reír como un loco y correr desenfrenado por todo el vecindario gritando tonterías, especialmente cuando leyó el anteriormente confidencial nombre de su jefe y encontró comprensible que lo guardara en secreto. Era demasiado lindo para un aspirante a ganster.
“Lo que significa que puedo llamarte por tu nombre ahora.”
Hyungnim suspiró casi demasiado dramáticamente, cruzando los dedos con Changmin al estilo de una recién iniciada amistad de niñas. “Incluso puedes llamarme por mi apodo del jardín de niños el cual desencadenó en un trauma de la infancia.”
“¿En serio? ¿Cuál es ese?”
“Trasero de pato.”
Retener la risa a veces era mucho más doloroso que el estreñimiento, de veras.
“Seee…Supongo que te lo llevarás…” se mordió los labios y le echó una mirada al reloj. Sabiendo lo que iba a pasar a continuación, silenciosamente lo jaló por los brazos y lo arrastró hacia la puerta de salida.
“Changmiiiinnnn…”
“Debes irte. La policía estará aquí pronto.”
Hyungnim sacudió su cabeza. “No quiero…No quiero que vayas a la cárcel….”
“Me sorprende que me hicieras vender drogas sin pensar que al final me llevaría a—“ Changmin detuvo sus palabras al ver los ojos de su jefe llenarse de lágrimas. “Está bien está bien, pero honestamente no es la gran cosa para mí….” Acarició el suave cabello y se rió tontamente por lo que ya había hecho.
“Nooo…No quiero….”
Changmin no tenía miedo. La imagen de una oscura y tenebrosa celda, la imagen de sí mismo muriendo de hambre, la terrible de enormes tipos golpeándolo o incluso violándolo, no lo asustaban ni un poco. Había tenido peores.
Secó las lágrimas del muchacho llorón, la primera persona que le declaró su amistad y amor, la misma persona que destruyó su vida. El mundo funciona de un modo bizarro.
“Date prisa, Junsu.”
*
*
*
Changmin llegó a casa por la noche, su cuerpo congelándose por la abundante lluvia y la boca adolorida por fingir demasiado una risa fraternal, para encontrar a Junsu tendido sin vida sobre su estómago, sin nada cubriendo su parte superior y dominando la cama, roncando ligeramente. Puso los ojos con una mano en la cintura observando cierto sobresaliente trasero.
“Caray, trasero de pato…cogerás un resfriado.” Rebuscó el bolso de Junsu por un suéter pero no encontró ninguno. En cambio, una caja envuelta se deslizó accidentalmente fuera de este. Frunció el ceño y leyó la tarjeta pegada en la caja.
Feliz Cumpleaños.
Ahora que tienes 20, búscate una relación estable y dame un respiro.
Changmin inconscientemente sonrió leyendo el mensaje. Su cumpleaños se acercaba a pocas horas y Junsu le había preparado un regalo mientras él ni siquiera había recordado la fecha.
Con mucho cuidado lo metió de vuelta a la bolsa, decidiendo fingir que no sabía, y se acercó a Junsu para mejorar la posición de sus piernas. Nada podía hacer para mover ese pesado trasero pensó, por lo que supuso tenía que acomodarse en el pequeño espacio al borde de la cama para dormir.
Tiró la manta sobre Junsu, haciéndolo balbucear incoherentemente, “Imbécil ese cheesecakebbrsaudhsudfd…Mío...brgtrgtgb…”
Los ojos de Changmin se suavizaron. “Oye.” Apoyó una mano en la cabeza de Junsu.”Gracias por…todo.”
OH DIOS MIO!
ResponderEliminarESTE FIC ES EL MEJOR QUE HE LEIDO!! EN SERIO!
por mis 5 dioses! Juro que ni siquiera queria pestañear! No se que decir! me quede sin palabras! este fic esta GENIALOZO!! Waaaaa!! Muero por conti... por mientras lo leere de nuevo :3
hahaha amooo este fic, es tan nice llerlo al español xD! en vivo y en directo sin subtitulado xD!! lolz, haha amo la relacion del Sumin, hhehehe me encanto la tarjeta y la actitud de junsu haha digo hyunim nose pk esto me causa risa
ResponderEliminar“¿Pintaste esas?” preguntó.
“Mi gemelo lo hizo.”
“¿¡Tienes un gemelo!?”
“Seee. Pero está muerto.”
“Oh.” Changmin hizo una pausa
hahaha, siempre supe que era junsu JUUUUUUUUUNSUUUUUUUUUU IMBECIL JUUUUUUUUUUNSUUUUUUU xD!!!
La mayoría pensó que Hyungnim era un SUJU...por cierto la autora se disculpa por los papeles de los SUJUS y de Taemin...Taemin nooooo, por cierto Hyungnim es algo así como Hyung pero con más respeto. Ojalá les haya gustado aunque solo haya habido menciones de Jaemin. Gracias por leer ^^. ¡¡¡Umeboshi heart es lo máximo!!!
ResponderEliminarque genial!!
ResponderEliminarespero que actualizen seguido
es que es como una droga... xD
Wuuuuuuuuaaaaaa ni siquiera cuando lei que tenia un hermano gemelo reparé en que era junsu el jefe de chang!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEsta genialisimo este fic, espero con ansias la continuación!!!
ah que lindo entonces asi se conocieron los dos me alegro tanto pobre min si supiera que la persona que mas lo ama y lo espera esta muy cerca del jae encuentralo u_u
ResponderEliminarwaaaa amo este fic cada capitulo esta tan bien escrito y si es demasiado adictivo leerlo
ResponderEliminarespero actualizen pronto pliz!!!!
me encanta est fic >_> siempre me ah gustado el tema de las drogas jajajajajaja y keria escribir uno pero no me atrevia >_> me encanta! >o< (en mi vida pasada seria drogadicta? lol)
ResponderEliminarYa!!!!!!!!!!!!! El que lo metio en todo de las drogas, es ahora su amigo... jajajaja no me lo creo... es demasiado...es que, que complicada vida!!!!
ResponderEliminarEn fin veremos que pasa en el sgt capo....
Gracias x traducirla, y agradece a la autora por este fic tan complicado, dramatico, humoristico, y sobre todo a su imaginación!!! ^^
junsu no me parece el gran heroe tampoco /suspira*
ResponderEliminaresto esta tan enredado.
¿Porque una perosna con tanto dinero?
¿npo pudieron pagarle un psciologo y listo?
Bueno, es obvio k junsu esta enamorado de Min y bueno aunk se reformo al final....
no se...
NECESITO DE MAS XD *ya estoi como changmin*
BESOOOSS!!
OMGGGGGGGGGGGGGGG!!!
ResponderEliminarJAMÁS EN MI JODIDA VIDA HUBIESE SIQUIERA PENSADO QUE HYUGMIN ERA JUNSU!!!!
OMGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!!!
JAJAJAJAJ CHANGMIN ES LO SUFICIENTEMENTE LADILLA COMO PARA QUERER TIRARSE DE UN PUENTE! XDDDDDDDD
Yo no c ustedes pro yo m asuste cuando lei esta parte... "para encontrar a Junsu tendido sin vida sobre su estómago" yo dije..como? cuando? donde? waaaaa!!! jajaja
ResponderEliminarEsta muy bueno voy a seguir leyedo!!
ooooooooooooowww!! Que lindoooooooooo!! TT-TT el que destruyo su vida, es el que lo ama O: wooooooooow!! ºôº ahí por Dios que morí con este capo xD estuvo buenísimo xD
ResponderEliminarBueno seguiré leyendo xD
MORI DE TERNURAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Junsu tan lindoooooooooooo~~~~~ lo quiere, obvio es su mejor amigooooo OMG enserio este cap estuvo genial!!!!
ResponderEliminar