Besos con sabor a Sangre cap 3

La esencia del pequeño inmortal me despierta la siguiente noche. Me visto rápidamente y salgo en su búsqueda. Esta noche no deseo usar mi vehículo, te buscaré como un depredador busca su presa. Salto de edificio en edificio, tu olor me desespera, hay algo familiar en ti. Finalmente te veo. Me miras desde la azotea de un edificio, pareces feliz. Me acerco a ti, eres un vampiro hermoso, pero algo joven. Me saludas con una reverencia y sin hablar me guías hacia tu habitación.

Tu departamento es elegante, casi tanto como el mío. Me miras apoyado desde una esquina y pareces asombrado por algo.

- Me habían dicho que eras atractivo, pero no pensé que tanto –dijiste, incluso tu voz es joven.
- ¿Me conoces entonces? –te digo, te estremeces un poco. Me río internamente.
- Te buscaba de hecho – no te mueves, la luz de la lámpara alumbra tu hermoso rostro.
- Espero que tengas una buena razón para haber entrado en mi territorio – me pongo de pie.
- Supongo que buscar a mi propio hermano es una buena razón –mi cuerpo se pone rígido, de pronto entiendo todo, el aroma familiar que sentí en este vampiro y dejo que los celos se apoderen de mi.

Me lanzó contra ti y te dejo atrapado contra la pared, te tomo del cuello y ni siquiera pareces asustado a pesar de la fuerza que ejerzo. Me sonríes y ladeas tu cabeza mostrándome tu cuello como si fuera una invitación. Sin pensarlo, hundo mis dientes en ti y bebo tu sangre con rabia. Te aferras a mi espalda gimes alzando tus piernas para rodear mi cintura. Te mueves sobre mí, dejando que la sensación de placer que te proporciono te invada. Sin embargo, .las primeras imágenes que entran en mi mente me dejan sorprendido y me enojan aún más. Te lanzo contra el sillón y tu me miras asustado. Siento mi pecho agitado y te miro con odio, se que no es tú culpa, pero no puedo dejar de sentir esta rabia.

- Así que Antus te hizo el amor –le preguntó, entiendes lo que sucede y sonríes divertido.
- No sabía que eso te perturbaría tanto –es cierto, yo tampoco entiendo la razón de mi comportamiento.
- Aléjate de mí pequeño, no quiero matarte –le digo caminando hacia la salida.
- Antus te amaba mucho Jae y te temía al mismo tiempo –me soltó deteniéndome – no puedes culparlo por huir de ti, tú gran poder le habría hecho perder su autocontrol, con tú poder Jae, lo habrías tenido a tu merced. No, no lo entiendes, pero el placer que eres capaz de entregar al beber la sangre de alguien es exquisitamente adictivo, yo mismo lo acabo de comprobar.
- Eso es absurdo, Antus era un cobarde –te miro de reojo, y sigo mi camino.
- Me matarán si me dejas Jae –me volteó completamente para ver tu rostro, dices la verdad.
- ¿Cómo te llamas?
- Soy Changmin –Tú nombre es casi perfecto para ti, con esa cara de niño y cuerpo de hombre. Te levantas y miras por la ventana- me han estado siguiendo desde algunos años, ya no puedo seguir escapando de ellos.
- ¿Ellos?, ¿A qué te refieres?
- Es un grupo de cazadores, su nuevo líder esta empeñado en capturarme, se llama Junsu y a pesar de que jamás me he metido con ellos, él parece obsesionado conmigo.
- El Grupo Tsubasa –pareces sorprendido de que conozca el nombre de esa agrupación, pero yo mismo tuve que escapar de ellos en mis primeros años de vida, después cuando me hice más fuerte, fui yo el que los cazaba y les daba muerte. Después de un tiempo y dado que me temían dejaron de buscarme - ¿Dónde está Antus?
- No lo sé, desapareció hace unos años –la respuesta no me sorprendió.
- Bien Changmin, este no es mi problema, aléjate de mí.
- Jae, moriré si me quedo solo.
- Morirás sino desapareces de mi territorio.

No puedo dejar de sentir celos enfermizos por ti, eres un niño comparado conmigo y Antus te prefirió. Me marcho de tu habitación dejándote con una sensación de abandono, probablemente pensaste que yo te protegería por ser hijos del mismo creador, que gran error.

Sé que no te marcharás, estás demasiado asustado. Esta noche sólo deseo dormir, porque me siento deprimido.

La siguiente noche me despierta el grito de terror de Changmin. Mi oído agudo me avisa del peligro que te rodea y sin pensarlo corro hacia ti. La imagen me deja boquiabierto. Tú atrapado entre un grupo de diez hombres armados, la manera en que te rodean y te tienen arrodillado me llena de ira. Me subo a la copa de un árbol y observo.

- Por fin te encontré –dijo un hombre de unos veintidós años de edad, rubio, muy atractivo.

Tomo el rostro de Changmin y éste lo mira sonriendo.

- He llegado a pensar que estás enamorado de mí –dice Changmin, me sorprende lo tranquilo que estás.
- Te crees muy listo, ¿verdad? –dice el muchacho rubio- te llevaremos ante nuestros superiores y veremos si ahí sigues estando tan tranquilo.
- A ver si entiendo –Changmin lo mira directamente a los ojos, me preguntó por qué no te defiendes –¿crees que me dejaré capturar en este momento por ti para que después me lleves ante tu jefe para que me torturen?. ¿Creí que eras más inteligente? –forcejeas con los cuatro hombres que te tienen atrapado y noto entonces la herida en tu costado.
- Maldito vampiro –dice el rubio y apunta con su arma la frente de Changmin- hasta aquí llegas demonio.

Segundos antes de que apretaras el gatillo, me lanzo contra ti y te arrebato el arma con un movimiento demasiado rápido para tu vista mortal. Luego te doy un empujón lanzándote contra un árbol dejándote aturdido. Hago lo mismo con los cuatro hombre que te tienen prisionero sin dejarles tiempo de reaccionar, te tomo en brazos y huyo del lugar, con la misma rapidez, dudo mucho que hayan sabido qué los atacó. Te aferras a mí, y dejas escapar un gemido de dolor.

El olor de tu sangre es penetrante, corro con rapidez hacia mi departamento. Ingreso por la ventana y te recuesto sobre mi cama. Respiras agitadamente visiblemente dolorido. Te quito la camisa para ver tu herida y es profunda. Una bala sin duda, pero era una bala extraña porque no te atravesó. “¡Me quema!”, gritas. Traigo agua y la lanzó sobre tu herida, gimes de dolor, pero necesito saber dónde esta la bala y ahí la veo, una bala transparente derritiendo tu piel lentamente abriéndose paso. “¿Qué clase de balas han inventado ahora?” pienso. Tomo unas pinzas y las hundo en tu abdomen. Gritas y te aferras a mis brazos tratando de impedir que siga, pero lamentablemente pequeño, yo soy más fuerte que tú. Finalmente te quito la bala dándote una sensación de alivio. Muerdo mi muñeca para abrir una herida y dejar que mi sangre caiga sobre tu abdomen. Veo con fascinación cómo tu cuerpo se regenera, esto era nuevo, no sabía que mi sangre pudiera hacer esto en cuerpos de inmortales. Luego me acerco a ti, tomo tu cabeza, sé que estás débil y te acomodo para que puedas beber de la herida en mi brazo. “Bebe”, te ordeno, y tu reaccionas con esa mirada bestial que nos caracteriza cuando hemos pasado nuestro límite sin beber sangre. Te dejo beber a pesar del dolor que me estás proporcionando. Finalmente estas satisfecho y te duermes cansado. Mientras tanto, siento la debilidad en mi cuerpo, necesito alimentarme pronto. Salgo nuevamente por la ventana, busco a una victima que me permita saciar mi rabia y mi hambre. Y ahí está, en un callejón oscuro un estúpido humano intentando violar a una joven mujer. Observo la escena por un momento, debo confesar que me causa cierta fascinación ver la brutalidad del hombre, al final siempre son como animales frente al sexo. Golpea en el rostro a la mujer quien llorar histérica, destroza su delicado vestido mientras con torpeza mete su mano por su entrepierna lamiendo el rostro de la chica que no sabe como defenderse. Me lanzó sobre él asqueado por la imagen, tomo al hombre de sus ropas y lo lanzo hacia los contenedores de basura que están detrás de mí. La mujer esta confundida, me mira sorprendida mientras yo le ayudo a levantarse, “Corre, ve por ayuda”, le ordeno. Cuando me aseguro de que ha llegado a un lugar más iluminado miro a mi victima tras de mí, tratando de ponerse de pies, después del golpe que recibió. Me mira confundido mientras yo me acerco a él con lentitud. “¿Te divertías?”, le pregunto, no pareces entender lo que esta sucediendo, pero tu cuerpo te indica que debes huir y eso es lo que intentas. Te dejo ir un par de pasos antes de caer sobre ti, eso lo hace más divertido. Tomo tu cuello y te golpeo contra la pared, y sin que puedas evitarlo hundo mis dientes en tu cuello. Te escucho gritar, disfruto de ese sonido mientras intento causarte el mayor dolor posible antes de que pierdas el sentido y luego mueras. Forcejeas, tratas de liberarte, pero no hay forma de que puedas librarte de mí. Extraigo de ti hasta la última gota de sangre, veo tus recuerdos y no me sorprende saber que esta no era la primera vez que violabas a una mujer, pero sin duda es la última maldita escoria. No pongo cuidado en la manipulación del cuerpo en mi mano y lo llevo hasta el lago cercano a la cuidad, lo lanzó esperando que con el tiempo lo encuentren. Obviamente jamás podrán saber qué lo mató.

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