Boarding School cap 4

−Los labios de Yoochun seguían haciendo de las suyas. El más pequeño no dejaba de jadear y gemir. Las manos de Yoochun lo tocaban de aquella manera que solo el sabia, para Junsu el resistirse simplemente era algo que no podía y ciertamente no quería hacer, porque aquella era la única manera que podía sentir a Yoochun ahí, así, tan cerca de él, tan de él.

−Mmh… Yoo… Chunnie −gimió el nombre de su amigo una vez más.

Las caderas del mayor estaban haciendo presión al miembro del más pequeño. Estaba despertando, se estaba poniendo tan duro en tan pocos segundos. Seguía sin entenderlo, es que le era imposible entender cuál era la razón exacta por la que Yoochun provocaba en el tantas sensaciones; físicamente para él era un misterio. Había intentado estar con otros chicos, incluso antes de que todo este juego comenzara con Yoochun, el había intentando tener intimidad con otros chicos, pero era imposible. Para él era simplemente imposible tener este tipo de reacciones con aquellos, era por eso que no podía entender la razón por la que con Yoochun era tan diferente. Le volvía loco, le aterraba, pero le encantaba.

−Gime, sigue gimiendo mi nombre, Junsu –pidió el más grande. Su respiración se encontraba de la misma manera que la de Junsu. Para él, Junsu era como una dulce y tendera manzana, una que quería comer hasta no dejar ni un solo trozo.
−Quiero… quiero que me tomes, ya… −pido desesperadamente. Sabía que aun tenía la oportunidad de decir que no e irse, pero para que engañarse, irse era lo menos que quería en esos momentos.
−No necesitas decírmelo, hermoso –aquellos sobrenombres que Yoochun le daba cada que se encontraban en esa situación, no lograban más que ponerlo más triste ¿Por qué no le podía decir hermoso cuando no se encontraban en una cama, o simplemente apunto de coger? Eso quería decir que no significaba nada, ¿cierto?

Poco a poco la ropa de Junsu estaba siendo quitada de su cuerpo, aun en su cuerpo, pero ahora completamente a la disposición del chico. Se sentía de maravilla, para ambos, para Yoochun igual que para Junsu.

El menor sentía aquel fuego que solamente las caricias de Yoochun lograban encender en su cuerpo.

− ¿Escuchaste algo? –escucharon fuera, en el pasillo.

Junsu se congelo en ese momento, incluso creyó que su erección desapareció por el miedo al pensar que alguien podría descubrirlos. Yoochun sonrió un poco continuando con lo que hacia momentos antes, el más pequeño lo vio dudosamente, no como que no lo hubieran hecho incontables veces y que, de aquella misma forma, Yoochun fuera un descarado. Pero aun así, aquello era demasiado.

−¡¡Ash!! Seguro se trata de alguien cogiendo –se escucho detrás de la puerta. Por suerte se trataba de estudiantes, si hubieran sido profesores seguro que estarían en un gran problema.
−No te asustes, Susu –rio Yoochun divertido cuando se escuchara como aquellas personas se alejaban.
−Eres un idiota, y sabes que –empujo a Yoochun− ya se me fueron las ganas.
− ¿Qué estás haciendo? –hizo un puchero el pelinegro al ver como Junsu comenzaba a arreglar sus ropas.
−Ya lo dije, se me fueron las ganas así que –abrió la puerta pero no lo suficiente para que nadie viera al otro chico en aquellas condiciones.
−Tú no me puedes hacer eso, ¡Kim Jaejoong! –casi grito el chico.
− ¡ME LLAMO KIM JUNSU! –grito Junsu mas que ofendido.

Cerró la puerta sin esperar a que el otro dijese algo, claro que no pareció en realidad muy molesto, no podía darle a Yoochun entender que aquel error suyo le había dolido. Para Yoochun aquel grito no había sido más que un simple berrinche, juego de su gran amigo Junsu, pero para el pequeño había sido todos aquellos sentimientos que quería expresar libremente pero que no podía, no era lo suficientemente fuerte como para hacerlo, como para arruinar su amistad con el pelinegro y que este se alejara de él asustado de los sentimientos que Junsu tenía hacia su persona.

−Junsu…
−¿Eh? Hwannie –sonrió el castaño al ver al chico parado frente a él.
−Hola, ¿te encuentras bien? –le pregunta al ver el rostro algo agitado del mayor.
−¿Eh? Si, si estoy bien –le sonríe mientras toma su mano amistosamente.
−… −Las mejillas de Yoonhwan estaban completamente sonrojadas, no entendía exactamente la razón por la que el mayor hacia aquello, pero se sentía bien.
−Vamos a comer algo, tengo un poco de hambre –decía el chico mientras balanceaba sus manos entrelazadas.
−Sí, la cafetería tiene nuevo menú, seguro quieres verlo –y aun que un poco más relajado, se encontraba igual de… nervioso.
−Claro, será interesante… podríamos probar todos los platillos –ríe fuertemente.
−Ciertamente no creo que eso sea posible, sabes que siempre se están cambiando los platillos, pero… igual si comes mucho te pondrás…
−Gordo…
−Bueno, no como que eso me preocupe, tú te verías her… bien de cualquier forma –dice sonrojándose aun mas, estaba a punto de decir hermoso, pero claro aquello sería demasiado.
− ¿A dónde van ustedes dos? –se escucho la voz de Yoochun detrás de los jóvenes.
−Hola, hermano. Su y yo íbamos a comer algo –sonríe como sin nada el más pequeño.
−¿Tienes hambre, Junsu? Pero si ahorita te acabo de ofrecer comer conmigo y me dijiste que no tenías apetito –sonrió al ver el rostro de molestia en el castaño.
−Pues en ese momento no tenía hambre, Chunnie, pero ahora sí. Así que Hwannie y yo iremos
−Está bien, mientras iré a buscar a JAEJOONG, el seguro que si querrá comer conmigo –dio media vuelta y sin esperar a que ninguno de los otros dos contestara, se fue.
−¿Paso algo entre ustedes? –pregunta Yoonhwan algo confundido por la actitud de los dos mayores.
−No, no paso nada. Vámonos yendo –volvió a sonreír como si nada hubiese pasado.
−claro…

El mayor de los Park caminaba por los pasillos del instituto intentando encontrar a aquel rubio que le traía ‘arrastrando las sabanas’ bueno, ni tanto así, pero desde que el dijo que Jaejoong sería suyo, era porque tenía que ser suyo y lo seria.

−Creo que necesito un poco mas de esto –escucho una voz no muy lejos de donde se encontraba.
−Jaejoong –sonrió coquetamente cuando el mencionado le vio.
−Yoochun, y ese milagro, ¿Qué haces en el edificio de talleres? –le regresa la sonrisa acercándose cada vez más al joven.
−Desde que eres el presidente del club de diseño, pues creí que te encontraría por aquí –la distancia entre ellos era casi nula, eso no les molestaba en absoluto. A Jae siempre le encantaba sentirse deseado, y Yoochun simplemente lo deseaba demasiado.
−Pues pensaste bien, Chun, como siempre…

Jaejoong tampoco no era de la clase de chico que se dejaba seducir por cualquiera, pero se trataba de Park Yoochun, hijo de uno de los hombres más ricos de Corea, además que su madre era una mujer muy elegante y glamurosa, la suegra perfecta para cualquiera. Esa era una razón, otra de ellas era que el chico era simplemente muy sensual, le encantaba la forma en que le hablaba, la forma en que caminaba y la forma en que le trataba como si fuese la cosa más sexy de todo el planeta. Y por último, estaba simplemente molesto con aquel moreno estúpido por creer que podía hablarle como le diera la gana, y tenía ganas de distraerse por un momento. Así los labios del pelinegro terminaron juntándose con los del rubio que pronto poso sus brazos en la nuca del otro.

El beso no era nada santo, pero tampoco rebasaba la línea que Yoochun quería pasar, estaba a punto de lograrlo, pero entonces…

−No es bueno que den funciones en pleno pasillo, chicos –Jaejoon fue el primero en voltear, casi se cae de espalda cuando ve a su súper mega mejor amigo.
−¡Hola! –saludo dejando al pelinegro detrás y lanzándose a los brazos del joven Kim Joon.
−Hola, lindo ¿dando espectáculos en el primer día de clases? –le pregunta en su muy natural tono coqueto.
−No hay nadie mirando más que tu Joon, no deberías de ser tan fisgón –ríen los dos chicos.
−Sí, no deberías de ser tan fisgón Joonnie −se escucho por fin la voz del joven Park al cual le hervía la sangre. No podía ser que ya dos veces se la arruinaran en el día.
−Mmh… Park Yoochun, sabes que este lindo niño aquí es muy preciado para mí, no te gustaría hacerme enojar ¿verdad? –hablo retadoramente el otro chico.
−Eso debería de preguntarlo yo Kim Joon −Jaejoong permanecía callado. Le encantaba que los chicos se pelearan por él.
− ¿Tu? Tu Park Yoochun mejore deberías de irte con aquel niñito, ¿cómo se llama? Kim Junsu, seguro que si tienes aquel trasero junto a ti, no podrías aguantarte las ganas de cogértelo, deberías de prestármelo un día de estos ¿no? –ahora sí, Yoochun sentía unas ganas tremendas de golpear a ese maldito por atreverse a hablar de su amigo de aquella manera, pero vamos, estando Jaejoong ahí no podía armar una escena y mucho menos si se trataba de ¿proteger a Junsu?
−Mh… pues quien sabe, tal vez un día de estos le pregunto, igual a él le gusta que lo satisfagan
− ¿Y no crees que yo lo haga?
− ¿De verdad quieres que te conteste eso? –sonríe retadoramente.
−¡Okay! Como que esto ya estuvo bueno chicos…
−Tienes razón, porque no desapareces y nos dejas solos Joonnie…
−Como sea, nos vemos al rato, precioso –y sin vergüenza le dio un beso en la mejilla.
− ¿De verdad a Junsu le gusta que lo satisfagan? –pregunto Jaejoong algo molesto.
− ¿Eh? ¡Ah! Perdón por eso, solo lo dije para que se callara, ¿Cómo crees que yo voy a tener algo que ver con Junsu? –rio como si aquello fuera la última cosa que haría en su vida.
−Hajaha, tienes razón, bueno ¿Por qué no vamos a comer un poco? Tengo hambre… −hizo un pequeño puchero en sus labios esperando que el pelinegro le siguiera.
−Lo que tú digas son órdenes…

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− ¿Crees que podemos quedarnos un momento más aquí? –pregunto Changmin un poco apenado.
−El receso largo está a punto de terminar –dijo Yunho un poco triste, el también quería quedarse allí por unos minutos más.
−¡Oh! Bien, entonces creo que lo mejor será que nos vayamos –comento Changmin con una gran sonrisa en los labios.
−Changmin…
−Dime –voltea el menor a ver al mayor el cual parece un poco asustado.
−Ti-tienes un-una araña en el suéter –dice el chico mirando la espalda del pequeño.
− ¿A-araña? –el corazón del pequeño comenzó a latir fuertemente, no es que fuera un miedoso, pero una araña no era nada que se pudiera tomar a la ligera.
− ¿Es-es muy grande? –pregunto el chico con la voz entrecortada.
−S-si es grande, espera, déjame te la quito –pero ni en mil años el tocaría aquella cosa peluda y patona. Camino un poco hasta que encontró una barita por allí tirada.
−Ten cuidado, Yunho –por suerte el no podía sentirla ya que se encontraba sobre su ropa, pero de cierta forma podía sentir un peso sobre él, maldición, si que era enorme.
−Okay, déjame te la quito

El menor estaba temblando mientras sentía como el mayor se acercaba a él con aquella barita para poder retirar el animal de la espalda del menor. Yunho conto hasta tres y ahí se encontraba intentando quitar aquella cosa que obviamente no dejaba ser tocaba. Cuando el menor se levanto de donde estaba algo asustado por el revuelo de la lucha de la cosa esa con Yunho, para el ultimo le fue mas sencillo quitarla por fin del menor.

−Listo –respiro Yunho cansado.
−Jeje, gracias…
−No hay porque, bueno, supongo que es mejor que regresemos a las clases, no queremos tener faltas en nuestro primer día, ¿verdad? –el menor sonrió cándidamente.
−Tienes razón, vamos…

Los dos por fin dejaron aquel hermoso lugar para entrar nuevamente al instituto. Los chicos comenzaban a salir de la cafetería mientras unos que no tenía clase en aquella hora del día se sentaban cómodamente en las bancas o sofás de los pasillos.

−Hola chicos –después de las ultimas clases del día, todos ya se encontraban descansado en sus habitaciones o simplemente se encontraban explorando el internado.

En el caso de Junsu, Yoohwan y Yoochun, los chicos habían decidido descansar un poco en su habitación. Los dos primeros se encontraban leyendo unos mangas del mayor en el momento en que Yoochun había llegado.

−Hola, hyung ¿qué tal te fue con Joongie? –pregunta el chico algo divertido.
−Ni me lo recuerdes –dijo el pelonegro un poco molesto.
− ¿Pues qué paso? –volvió a preguntar.
−Estábamos en el punto, ya sabes, todo estaba perfecto creo que ya iba a caer, pero entonces llega su maldito amigo ese tal Kim Joon y nos interrumpió, ¿pueden creerlo? Dios, de solo recordar lo dulce de su cuello… de sus labios…
−Bueno, ya tendrás otra oportunidad, hermanito –sonrió el más chico.
−Claro que tendré otra oportunidad, y en esa me asegurare que nadie nos interrumpa –sonrió victoriosamente.
−Definitivamente eres raro, hyung ¿cómo puedes ser amigo de este? –pregunto Yoohwan al chico que se encontraba alado de él en su cama.
−Mh… no lo sé, creo que fue el único que me hablo cuando recién llegue al internado –contesto Junsu.
− ¿YO? Si mal no recuerdo, fuiste tú el que me hablo, de hecho no dejabas de hablar, todo el tiempo me seguías y aun que yo te rechazaba siempre, ahí estabas tú otra vez siguiéndome –decía con cara de eras tan fastidioso.
−Eso no es verdad –respondió el menor algo molesto.
−Claro que si…
−No es cierto… mentiroso…
−No lo soy, que no recuerdas todas las cosas que me hiciste perder por tu culpa, es que cuando estaba en algún lugar este llegaba y comenzaba a gritar como loco, hablaba, hablaba y hablaba así que solamente me iba, abandonando mis pobres pertenencias –dijo con melancolía.
−No seas mentiroso… -pero en realidad Junsu se estaba muriendo de vergüenza en aquellos momentos.

Era verdad, el siempre había sido algo molesto cuando era un niño, pero las cosas habían cambiado, ya no era un niño nunca más… claro que ya no era un niño. Recordaba todas las cosas que había hecho con Yoochun. Yoochun siguió hablando de lo molesto que había sido Junsu cuando eran pequeños, y aun que Junsu no hacía más que intentar callarlo, Yoochun seguía hablando sin importarle lo que su amigo dijese.

−Y esa fue la historia de cómo al final aquel molesto niño término siendo mi amigo –comento por fin después de varios minutos.
− ¿Enserio eras así Junsu hyung? –pregunta Yoohwan dejando a un lado el sobre nombre “Su”.
−Bueno, si, si era así, pero, pero no es nada del otro mundo, era un niño, todos los niños son fastidiosos de vez en cuando –dijo el chico ya en su cama.
−Pero tú sí que te pasabas, Susu –rio Yoochun muy divertidamente.
−Ya cállate, Chunnie –volvió a gritar.
−Hay, no se enoje mi Susu lindo –Hwan solo negó con la cabeza, ya comenzaba su hermano con sus tonterías.
−Claro que estoy molesto y no me digas Susu lindo tu señor chismoso…
−Ya no te enojes, Susu… −el menor entonces sintió los brazos de su ‘amigo’ Yoochun sobre su cuerpo.

Junsu estaba acostado boca abajo, y en ese momento Yoochun se encontraba casi completamente arriba del pobre castaño el cual no podía respirar apropiadamente. Pero no dijo nada, simplemente se dejo apapachar por aquel chico sin pensar realmente en que el hermanito pequeño de Yoochun se encontraba allí mirándolos con el ceño fruncido, ¿cómo se atrevía su hermano a tratar a Junsu así? ¿Por qué el no podía ser tan unido con Junsu? Todas esas cosas se preguntaba el menor mientras los otros dos permanecían allí sin hablar, oliendo el aroma del otro.

−Iré un momento a la cafetería –comento el menor de los Park− iré por un postre…

Salió segundos después al notar que ninguno de los otros chicos le había contestado, más bien parecía como si estuvieran durmiendo. Respiro un poco, si algo odiaba era la forma tan confiada en la que su hermano trataba a Junsu.

− ¿Por qué te molestaste? –susurra el mayor en el oído del otro cuando la puerta de la habitación se cerró.
−Mh…
−Dime…
−Chunnie… lo lamento, no debí gritarte así –habla Junsu algo apenado por la forma en que había reaccionado.
−Aun no me has contestado, ¿Por qué te molestaste? –vuelve a preguntar el pelinegro.
− ¿Qué quieres que te diga? –pregunta Junsu mientras intenta voltear su cuerpo, para encarar al chico.
−La verdad…
−La verdad –por fin el chico quedo frente al otro, claro aun su cuerpo debajo de este− ¿a ti te gustaría que alguien te confundiera? –pregunta sabiendo la respuesta.
−No…
−A mi tampoco…
−Mh…
−Solo no me gusto que me confundieras… no lo vuelvas a hacer…
−No lo volveré a hacer…
−Gracias. Aun que eso no quita el hecho de que siga molesto, no quería hacerlo ahí.
−Está bien. Yo sé que me porte mal, bueno de hecho no, pero sé que no debo obligarte si no quieres ¿me perdonas?
−Mh… no lo sé –Yoochun hizo un puchero.
−Solo bromeaba, Chunnie.
−Bueno, ya deja de bromear ¿Por qué no mejor lo hacemos? Me dejase con las ganas, ¿sabes?
−No, tu hermano podría venir.
−Pues podemos ir a otro lugar… −las manos de Yoochun comenzaron a tocar al chico.
− ¿Crees que regrese pronto? –pregunto el chico divertidamente.
−Mh… no, estoy seguro que se acabara todo lo de la cafetería, tendremos tiempo.

Junsu ya no dijo nada, no tenía nada que decir, Yoochun era simplemente su adicción, el único hombre que le había tocado y el único que no le daba asco. Pues esa era la verdad, hace años Junsu era, no lo sabía, no era gay, pero Yoochun siempre le había atraído de una manera más especial, se había sentido algo confundido pero sabía que con ni un solo hombre se sentía como con Yoochun. Ahora el pelinegro era su todo, hace años cuando se había enterado que Jaejoong le interesaba, había llorado por toda una semana. Ahora era esto, el amante de Yoochun, o eso quería creer.


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− ¿Deberías de dedicarte al modelaje? –comento el chico cuando vio a su amigo con aquella ropa.
−Ya lo sé, es lo que me dicen todos –rio un poco mientras posaba frente a su espejo.
− ¿Qué paso con el tal Yoochun cuando me fui? –pregunta el chico aun acostado en la cama del rubio.
−Pues estuvimos comiendo, hablamos un poco y se la paso diciéndome lo hermoso que era, ya sabes, lo de siempre.
−Lo odio…
− ¿Por qué te cae tan mal? –pregunta el rubio.
−Porque es un idiota ¿Qué no le has visto, coqueteando con todos?
−No seas exagerado, Yoochun es así.
−Ha, si como no. No deberías de ser tan confiado, JJ.
−No lo soy, si lo fuera ya me hubiera acostado con el –sonrió lindamente.
−Pues ya no te falta demasiado…
−No seas tonto, Joongie…
−No lo soy, pero de verdad él es muy lindo, la verdad me encanta…
−Pero no le amas ¿o sí?
−Nop, nunca me he enamorado.
−Pues entonces no seas tonto, lindo.
−Ya te dije que no lo soy…
−Bueno, está bien, ya deja de hacer pucheros…
−Es que eres un tonto, ¿Cómo me dices eso?

Jaejoong abrazo al chico fuertemente mientras el otro le devolvía el abrazo. Permanecieron por algunos momentos ahí abrazados hasta que escucharon un ruido en la puerta.

−Lamento haber molestado –escucharon la voz de Yunho− pero tengo que dormir…
−Pues duerme en otro lado, Jung Yunho… −grito Jaejoong, pero ya era demasiado tarde, Yunho ya estaba acostado.
−Comohhseah…
−Eres un fastidioso…
− ¿A sí que este es el chico que te ha estado molestando? –pregunta Joon algo decidido a no dejar a nadie lastimar a su Joongie.
−Sí, es un idiota –y sin más el mayor se levanto para obviamente, enfrentar a aquel moreno.

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−“wow, tiramisú” –pensó el moreno mientras se acercaba a la mesa para tomar aquella última rebanada.
−“No lo puedo cree, ese pastel luce delicioso” –pensó Hwan mientras caminaba a la mesa.
−Ah, lo lamento… −dijeron los dos cuando al intentar tomar aquel pedazo de tiramisú sus manos se habían tocado.
−No, no hay problema –hablo Hwan− puedes tomarlo.
−Ah, no, no me sentiría cómodo, tómalo tú.
−Hablo enserio, tómalo.
−Yo también halo enserio…
−Okay, ¿Por qué no mejor lo compartimos?
−Pues… si, por que no.

Los dos chicos se sentaron en una banca con el plato en medio de los dos. Al principio a ambos les daba pena tomar un pedazo del pastel, pero poco a poco fueron perdiendo la vergüenza.

−A propósito, mi nombre es Park Yoohwan.
−Yo soy Shim Changmin, mucho gusto…
−Un placer en conocerte, Changmin…

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