- ¿Qué has dicho?
- He dicho que me gustas-sonrió encantadoramente y Mir sintió como de pronto su cuerpo se hizo gelatina. Yunho rió a sus anchas- ¿Qué tanto de raro hay en eso?
- Es que… Yunho hyung…-tartamudeó. Tras unos segundos de silencio aclaró su garganta como pudo y prosiguió- Yo no puedo gustarte.
- ¿Y por que no? –murmuró suave, acercándose. Elevó su mano y la colocó en el mentón del menor, obligándole a mirarlo. Mir no se resistió- Chulyong.
- Apenas me conoces…
- Pensé lo mismo –sonrió nuevamente- pero luego recordé que tengo toda la vida para conocerte de lleno, ¿no?
- Pero, Yunho hyung…
- Calla –y lo silenció por completo al colocar uno de sus largos dedos sobre los sonrosados labios menores, que no volvieron a replicar. Yunho carraspeó y formuló una leve sonrisa seductora antes de seguir hablando- Sólo dime si aceptas ser mi novio.
Y de pronto todo el aire de sus pulmones se extinguió, secando su garganta y quitándole el aliento, sólo siendo capaz de oír su corazón que retumbaba con absoluta ferocidad en su pecho.
¿Jung Yunho pidiéndole noviazgo?
No podía creerlo. No podía concebir que uno de los mayores líderes e ídolos del país y continente se le estuviera declarando. A él. Precisamente a él. A Bang Chulyong; un casi adolescente de dieciocho años que aún construía sueños a cumplir.
Y le pareció tan absurdo.
Yunho carraspeó con suavidad para intentar llamar su perdida atención, y aunque Mir lo escuchó no pudo hacer nada por intentar responder a su llamado. Estaba demasiado atónito con la reciente noticia como para siquiera lograr armar un sólo pensamiento coherente. Todo giraba en su cerebro, reproduciendo una vez tras otra la esplendida e inverosímil declaración que acababa de recibir. Una, tras otra, tras otra vez.
¡Y no lograba terminar de creerle!
Llegando hasta el punto de pensar que el tan afamadísimo U-know simplemente le jugaba una broma. Una muy pesada y enfermiza broma. Nada más que eso.
- Deja de bromear, hyung.
- No estoy bromeando- aclaró, tornando su hasta entonces suave faceta en una severa y circunspecta- Mir.
- ¿Cómo puedes no estarlo? –murmuró apenas, ocultando su compungido rostro bajo un anaranjado flequillo de su cabello. Yunho mordió su labio sin estar realmente seguro de lo que debía hacer a continuación- No puedes estar hablando en serio.
Suficiente.
Ya harto con la situación y ya harto de tener que esperar a asegurarse de cuando el pequeño pudiera estar listo; atrapó su rostro entre sus manos y lo levantó hacia el propio. Sus miradas se encontraron entonces, y antes de que la duda escapara de los deseados labios del pequeño Bang Chulyong; lo besó.
Cazó sus labios en el ósculo mas hermoso y repleto de sentimientos que alguna vez le pudieron otorgar en la vida. Y todas las dudas se disiparon, dándole un único espacio a la vergüenza que terminó por corroerle.
- Lo siento, no lo resistí.
- No… -murmuró apenas, y Yunho creyó por in instante que ese “no” no era más que una negativa a su “propuesta” de noviazgo- Yo no…
- ¿Aceptas?
Como si fura tan estúpido como para rechazarle.
U know mordió su labio más nervioso de lo que podría estar dispuesto a admitir, observando casi en cámara lenta los torpes e inseguros movimientos de Chulyong. Él le sonrió inmerso en alegría, y antes de que alguno de los dos lograra adivinar el por qué; puso sus pies en puntillas hasta robarle al tan adorado líder un segundo beso. El segundo que compartían.
- Acepto.
Yunho sonrió.
*******************
¿Dónde demonios estaba Yunho?
Ya lo había buscado por el backstage, los vestidores, las duchas, el baño, y cada mínimo y recóndito espacio dentro de la exagerada enormidad del estadio donde se habrían presentado hacia no más de una hora. Pero no encontró ni rastro de él.
Nada, de nada.
Bajó las escaleras hacia la cafetería donde un muy animado Byunghee le saludó, pero al instante desvió su atención a una figura que llamó poderosamente su atención. No por algo bueno, ni por algo que pudiera concernirle, si no por que el Yoochun que se le quedó observando y que en algún momento de la noche se lo llevó del backstage cuando juró haber oído la voz de su líder parecía saber mas sobre la situación que él mismo.
Micky siempre estuvo al tanto de las intenciones que tenia con U-know, además de ser el mejor amigo del mismo. Por lo dicho, le parecía ilógico que no supiera de su paradero.
Quizás por eso se le acercó, importándole un verdadero carajo que Thunder estuviera sentado junto a él, mirándole como si fuera un turista.
- ¿Dónde esta Yunho?
- ¿Y tú das por hecho que te lo diré? – rió- Iluso.
- Solo dime donde está –rogó, pero Yoochun no pareció conforme con la escueta respuesta- Tengo un asunto pendiente con él.
- Si tú me dices de qué se trata el “asunto”, tal vez te lo diga.
Quiso gritarle que no, que se metiera su información por donde mejor le cupiera; pero la necesidad casi asfixiante que le recorría por conocer el incógnito paradero de su futuro compañero de cama podía mucho más que él. Y tuvo que aguantarse sus comentarios cáusticos y morderse la lengua para no despotricar en contra del sonriente Micky Yoochun.
Cheondoong comprendió la situación plenamente en el mismo instante que vio aparecer la resplandeciente y maligna sonrisa de su hyung de TVXQ, levantándose de su lugar disimuladamente para dejarle espacio a la posiblemente acalorada conversación que tendrían. No le apetecía formar parte de un barullo como aquel, no porque Joon o Yunho –del que se consideraba fan- le desagradaran, si no porque dentro de lo que podía adivinar por la maliciosa sonrisa que le entregaba su tan querido Bi Rain a la distancia; supo que tenía de propuesta algo inmensamente más satisfactorio. Colosalmente más satisfactorio.
Entonces los dejó, y Yoochun entendió a la perfección que tendría que darle una explicación al guapo –Y que Dios lo castigara por admitirlo- Joon por mucho que le desagradara el hacerlo.
- Yoochun… - no pensaba rogarle. Tenía orgullo, después de todo, y ni siquiera Jung Yunho le valía el perderlo- Sólo dime donde está.
- Si yo llegara a ayudarte… -meditó en voz alta. Joon lo miró con la ilusión a flor de piel y tuvo que aguantarse la risa que de pronto quiso liberar por ver al chiquillo tan esperanzado por algo tan insignificante – Me deberías una bien grande.
- Lo que sea.
- ¿Seguro?
- Si… -fue un susurro inseguro, que ni siquiera oyó el mismo Yoochun. Entonces aclaró su garganta como pudo y antes de darse la oportunidad de dudar, habló- ¡Lo que sea!
***********
La soledad no era algo a lo que estaba demasiado acostumbrado. Y si era honesto consigo mismo y con el resto; no lo estaba ni tan siquiera un poco. De hecho, lo odiaba. Detestaba estar solo casi tanto como detestaba al tonto y “ligero” – MUY ligero, si le preguntaban- Lee Joon.
Porque siempre tuvo novios y novias que se derretían con solo verle sonreír y que no pasaban ni un día sin adorar el piso por el que caminaba. Siempre, siempre presentes con caricias u obsequios, con detalles y galanterías, malacostumbrándolo más de lo que pudiera llegar a soportar estando en plena soltería. Así como estaba entonces. Soltero.
Solo, solo, solo.
Su último novio no le duró más de dos meses, y eso fue tan solo gracias a que el susodicho sujeto podría ser considerado como el mismísimo clon de Yunho. Yunho, su ex novio. El único chico que podría decir sin mentir que fue capaz de romper con Kim Jaejoong. El único hombre sobre la faz de la tierra que logró romperle el corazón.
Quizás ese era uno de los tantos motivos por los que odiaba a Lee Chang Sun. Porque el descarado muchacho se le ofrecía cuanto y como podía a Yunho, de aquella misma manera con la que quiso hacerlo él cuando rompieron. Quiso insistirle y rogarle que no lo dejara porque estaba tan absolutamente enamorado de él que ni siquiera lograba concebir la idea de respirar si no lo tenía a su lado; Insistirle, insistirle, insistirle aun si debía seducirlo y reconquistarlo de nueva cuenta. Pero no dejar las cosas de lado como lo hizo.
Y aunque el tema ya era pasado y la relación tan hermosa que mantuvo con Yunho ya casi no le afectaba; debía admitir que verlo tan repuesto y “enganchado” con Mir le dolía un poco. Tal vez porque él no pudo seguirle el camino e intentar ser feliz de nuevo, tal vez era otro el motivo. Por el momento se conformaba con alejarlo de las malas juntas – Lee Joon, Lee Joon- y verlo feliz con el maknae de Mblaq.
No perdía nada intentándolo. Dentro de todo era apuesto, amable y sabía cocinar mejor que muchas mujeres; lo más probable es que dentro de un futuro no muy lejano encontrara pareja.
Bebió entonces otro sorbo de la copa entre sus dedos, observando la puerta de su habitación de hotel con absoluta calma. Esperando algo, no sabia bien qué. Sólo quería alguna distracción o cualquier cosa que lograra distraerle de toda la porquería –relacionada con Lee Chang Sun- que le rodeaba durante ese último tiempo. Algo, lo que fuera.
- ¿Se puede?
Elevó la mirada que hasta el momento observaba el oscuro líquido de su copa y sonrío al recién llegado, apenas consciente de su presencia en la habitación. Seungho sonrió con sorna mientras se paseaba por el amplio cuarto, balbuceando cual burrada se cruzara por su mente seriamente afectada por el alcohol. Mismo que no se avergonzaba de mostrar entre sus dedos, con aquella botella de whisky que al instante sedujo la inquisidora mirada de Kim Jaejoong.
Seungho amplió su alegre mueca, antes de acercarse al mayor y acariciarle los hombros con algo más que compañerismo.
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ohhhhhhhhhhh no que no le pase a jae lo que estoy imaginandome
ResponderEliminarJae con... AAHH! muerooo! xDDD
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