Marionette cap 7

La Búsqueda

La mañana parecía pintar como en su último sueño, lleno de nubarrones grises seguida de una ventisca un poco brusca pues movía a los árboles de tal manera que le arrancaba las hojas de sus ramas. Y ahí estaba él, parado frente a su ventana mirando aquel lúgubre paisaje de una ciudad llena de enormes construcciones, unas muy bien conservadas y otras que se veían como si el aire fuese a derrumbarlas. Todas eran de color gris, pues era la piedra que mas se usaba; incluso unas tienen el tejado de color marrón.

Suspiro algo cansado por todo ese asunto, en especial de que ya no podría dormir a gusto; muchas veces deseaba con soñar cualquier cosa, ya que no podía disfrutar de una cómoda cama. Antes de que ocurrieran todos esos eventos, el solo se acostaba en su cama y cerraba los ojos para después abrirlos y notar que ya era de día. Ahora deseaba que siguiera así, pero lamentablemente tendría que soportar esas pesadillas y visiones por mucho tiempo más.

Su rutina fue la misma, ir a cambiarse y arreglarse, bajar para tomar un delicioso desayuno a lado de su familia; normalmente el padre contaba sus experiencias, siendo domingo descansaba medio día y muchas veces prefería en domingo trabajar en la noche. ‘Para atrapar a los pillos’ ese era su lema.

-Y yo le dije….-

-¿Puedo trabajar contigo hoy en la noche?- Interrumpió el pelinegro mientras lo miraba de manera sería con una sonrisa muy falsa en sus labios. Hay pero que niño, tan buen actor es.

-Ah…. hijo… me sorprende que estés ‘entusiasmado’ pero no me interrumpas cuando estoy hablando-

-Discúlpame, es solo que… lo eh meditado mucho tiempo- Giro su mirada hacia el techo, levanto un poco los labios y meneo la cabeza de un lado a otro jugando con sus dedos entrelazados entre si mientras volvía a dirigir la mirada a su viejo. –Y realmente me encantaría ayudarte… además escuche con tu asistente que necesitas alguien que busque archivos viejos…-

-Pero no quiero que mi hijo sea un simple archivero, tú estas hecho para mandar, para ser líder como yo…Te buscare un puesto mejor-

-Padre… recuerda que debemos de ser nobles… además por algo debo de empezar… velo de este modo, no tendrás que pagarme; ¿somos de la familia no?-

-¿Y para que quieres el trabajo si no quieres que te pague? ¿Qué es lo que buscas?-
El joven nervioso, no sabia que responder, titubeó un poco y solo suspiro.

-Esta bien, me haz atrapado… la verdad… no quiero casarme con la pueblerina padre-

-¿Cuántas veces te he dicho que no la llames así?-

-Pero padre, dices que quieres que sea el mejor y ve con que ‘desgracias’ vienes a aventarme-

-….uhmmm… Hagamos un trato, tú me ayudas a buscar los papeles y te casas con quien quieras. PERO… te daré una lista de las jovencitas de las que me gustaría fuese tu esposa.-
“Perfecto…”

-Mas inteligente no podrías ser…- sonrío un tanto cínico y después se levanto arreglándose su chaqueta de color vino. –Bien… será mejor irme, los documentos no se van a ‘encontrar solos’-

-Espera espera…- dijo aquel señor buscando de su bolsillo del pantalón algo para después entregarle en la mano una llave de color plata.

-¿Y esto?-

-En mi oficina, tengo un listado de los archivos que necesito. No quiero que ninguno los leas, son clasificados… ninguno ¿entendiste? y haz el favor de llevarlos cuando los encuentres a la calle que te indica.-

“Con esto…. podré encontrar a Yunho”

-Esto no es parte del trato…-

-Bueno cambiamos… tu no metas tu nariz donde no te llaman y yo dejo que te cases con quien quieras-

-Creo que suena mas razonable- Aquella sonrisa se marco mas en su rostro, se despidió de su madre que siempre guardaba silencio y de su padre quien solo estaba orgulloso de cómo su hijo se parecía mas él.

No era necesario subir al carruaje, ya que el edificio de la policía quedaba solo a unas cuadras caminando. Siendo un domingo con lluvia era normal que la ciudad y en especial la plaza principal estuviera deshabitada.

“Como mi sueño” – suspiro y subió las escaleras para la entrada del establecimiento lentamente, sus pasos eran pesados y sentía como las gotas hacia un sonido hueco en sus zapatos de piel. Cuando abrió la puerta se percato que a lo mucho solo existía el guardia de seguridad dentro.

“Todo esto… es igual… de lo que me mostró Jaejoong”

-Ah disculpe- le preguntó al guardia en turno -¿Y los demás?-

-Es su día de descanso-

-¿No se supone que es la jefatura de policía?-

-La jefatura esta al frente, aquí solo se archivan los expedientes de todo tipo-

“Eso… no lo sabia, no puedo creer que hagan tantas tonterías, crear un edificio de puros archivos”

Le mostró al guardia la llave pues fue suficiente para identificarlo como hijo del jefe, aquel sitio estaba mas grande de lo que creía, sin gente toda se podía apreciar bien. Las paredes blancas con columnas ornamentadas, un enorme cuadro del alcalde y varios cuadros que conmemoraban el lugar. El piso liso de color negro que se extendía al final de u largo pasillo que contaba con diferentes puertas de caoba. Todas estaban cerradas, era idéntico a lo que Jaejoong le mostró, por mucho que quisiera echar un vistazo a las demás habitaciones no podía, todas estaban bien cerradas con llave.

Subió las escaleras contemplando un edificio vacío en todos los sentidos, con muy pocos muebles u objetos que lo decorasen. Llego a la oficina de su padre, metió aquella llave de plata y abrió lentamente.

Y después de tanto caminar por un lugar tan insípido llego a la oficina elegante de su padre, todo estaba muy bien decorado y organizado. Todo de color marrón con alfombra verde, un enorme escritorio de caoba como su puerta y sus libreros, cerró la puerta detrás de él para después caminar rápidamente buscando aquellos archivos en esos cajones y libreros.

“Circo Oriental…. Circo Oriental…”

Pero nada, todo lo que tenía su padre archivado era lo mas reciente o por lo menos de ese año. Se maldijo una y otra vez acomodando de nuevo esos papeles, se sentó en esa enorme silla tan cómoda de color negro y volvió a meditar todo de nuevo.

-Ya estoy aquí… ahora ¿Qué hago?- Miro de golpe hacia la ventana pues las gotas de lluvia se intensificaban y recordaba que todo estaba detrás de una puerta de metal. -¿Pero…. donde esta?-
Sus ojos regresaron al escritorio, a una pequeña hoja bien doblada con tinta muy marcada y fina letra, siendo la lista que su padre le había comentado, pero algo que no sabia era que los dos buscaban lo mismo.

‘17 de Noviembre de 1868 – El escándalo del Homosexual’
‘19 de Noviembre de 1868 – Muerto en el Circo Oriental’
‘22 de Noviembre de 1868 – Desaparece el elenco del circo clandestino’
‘14 de Julio de 1869 – Se detiene la búsqueda del asesino acerca del circo’
‘Todos los archivos entregarse al siguiente domicilio; Buckelayle #14’

-¡Eureka!- Grito Yoochun mientras guardaba la hoja en su chaqueta dirigiéndose a buscar aquella puerta metálica, recorrió por unos minutos por las oficinas, se había cansado de estar buscando de un lado a otro, hasta que al girar a la derecha en el tercer piso la encontró. Estaba al fondo de un pasillo pintado de color amarillo, daba un tono un tanto tétrico por la poca luz que tenía y sin ventanas el lugar. La alfombra era roja con decorados dorados en forma de rombo.

No quiso perder más tiempo y al tocar la manija la sintió totalmente helada, pensó que era solo por el tipo de material, pero poco después podía divisar su aliento como si estuviese fumando.

-¿Qué esta… Jaejoong?- Se giro para ver de nuevo aquel pasillo pensando que lo encontraría pero no había nada, aun así la temperatura comenzaba a bajar empezando él a temblar.

Movió la manija y empujo aquella pesada puerta la cual a su vez hizo un enorme sonido metálico, un chirrido de bisagras junto con eco. Al entrar, se dejo guiar por la tenue luz del pasillo divisando con mucha dificultad una vela la cual encendió e ilumino ese cuarto solo un poco. Decidió dejar la puerta abierta pues así le ayudaría a buscar mejor los documentos.

Todo el cuarto estaba lleno de mesas de madera y enormes cajas con archivos mal organizados, las hojas podían verse desordenadas incluso algunas llenas de polvo. Yoochun tosió un poco y suspiro acercándose a buscar otra vela o al menos un quintero que lo ayudara, por suerte pudo encontrar uno y lo encendió con aquella vela, ahora la luz era mas intensa que la llama de una simple cera a punto de apagarse.

“Esta será una larga búsqueda”

Perdió la noción del tiempo y el sueño le estaba ganando, buscaba entre esos papeles las fechas que mas se le acercaban pero ninguno daba por ello… cuando por fin se iba a dar por vencido, la puerta se cerro de golpe haciendo que su corazón de nuevo se acelerara y volteara bruscamente; eso hizo que tirara uno de los expedientes al momento de levantarlo noto una fotografía, la misma de él.

-¡Jaejoong!- se agacho esparciendo las hojas y tomo esos archivos que estaban muy bien guardados en una especie de encuadernado de piel de color negro, parecía la portada de un libro pero sobre él de color dorado tenía la leyenda de ‘Secreto’

Quito el broche dorado que detenía la gran parte de las hojas, lo abrió lentamente para después alegrarse al notar toda la información, hablaba del accidente del caso sexual sadista, el asesinato y como todos escaparan al circo Oriental.
Pero había algo que lo dejo helado, al estar hojeando el archivo, se percato de una segunda foto.

“¡Yunho!”

Cerró el expediente y sentía como su corazón se aceleraba del miedo a ser atrapado husmeando en los archivos, todavía no terminaba de leerlo, asustado de que alguien toco la puerta de golpe, lo guardo de nuevo en su chaqueta y recogió los demás archivos colocándolos sobre la mesa. Jalo la pesada puerta para poder salir al exterior pero el destino le tenía una maravillosa sorpresa al toparse con la persona que jamás creía volver a ver.

-¿Tú eres Yoochun?-

-Así es…- estaba desconcertado ahora si no sabía que hacer. -¿Y tú eres…?-

-Mi nombre… es Junsu-

Continuara