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Arualthings

Our Love is True cap 10

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EL TUTOR part1





Las risas, los juegos, y aquellas palabras de ánimos que los chicos habían gritado sin parar desde hacia minutos atrás, se habían quedado en el silencio, sus gargantas estaban ya cansadas de tanto gritar y aprovechando que nadie había ido a reportarlos en la dirección, los chicos decidieron quedarse en el lugar hasta el final de la escuela, disfrutando de aquella frescura del día.
Aun faltaban mucho tiempo para que la hora terminara y así los chicos pudieran salir de la escuela, Junsu, Jae al igual que Changmin se habían quedado completamente dormidos debajo de la rica sombra en aquel hermoso y frondoso árbol. Entonces las cabecitas de los tres comenzaron a tener sus divagaciones por lo que estaban asiendo, lo que harían, y lo que habían hecho. Los pensamientos de Junsu eran relacionados con el plan que aquel sábado le había llegado mientras dormía, Jae solo quería que el tiempo pasara rápido para estar con YunHo y poder quitarse aquel peso de encima sobre las cartas de sus tormentos, mientras que la mente de Changmin, y un poco más profundo que la de los otros dos chicos, se había aventurado en aquel pasado que tantas veces le había hecho despertar en las noches desde que llegara a Korea, aquellos recuerdos que ni siquiera le habían dejado dormir cuando se encontraba en Francia, y aun inconscientemente no podía evitar las lagrimas al recordar cómo le habían separado de aquella persona tan especial, como le había conocido, y lo muy felices que habrían podido ser, porque aun que no podía negar que en aquellos momentos le encantaba su estadía en Seoul, quería regresar, quería estar con él y olvidarse de todo el mundo, solo él y aquella persona que tanto había significado en su vida… que tal vez nunca podría sacar por completo de su mente.

Y podía pensar en Junsu, Jae, Kame e incluso YunHo y Yoochun que en aquel pequeño tiempo se habían convertido en sus amigos que en aquel momento le habían hecho reír infinidad de veces y le habían ayudado a conciliar un poco de paz, solo un poco de aquella paz que aquel hombre le daba al abrazarlo, al sonreírle y decirle un simple “te amo”. Y dolía un poco más, dolía un poco mas pensar que ya nunca más podría tenerle, dolía pensar en aquellas cosas que ahora podría estar asiendo, dolía pensar en que ya no podría si quiera poder ver aquella mirada que llena de bondad y seducción le habían conquistado, como si de una estúpida película de amor de tratara había caído ante el encanto de la belleza de aquel corazón, ante aquellos hermosos ojos y aquella tranquilidad que solo él le había brindado en sus quince años de vida.
Pero a la vez no podía evitar una sonrisa cada que recordaba las cosas tontas que solían hacer, al recordar que no necesitaban de nada más que sus presencias para divertirse que de tan solo recordar el amor que le había tenido y que le seguía teniendo, se sentía la persona más afortunada por haber tenido aquel chance en su vida, por haber tenido la oportunidad de conocerlo y pasar tantos momentos, todos iguales de acogedores y significativos. Porque se habían convertido en sus más preciados recuerdos… Porque a pesar del arrepentimiento a pesar de las culpas y el dolor que la separación le habían causado, se sentía satisfecho por haberlo tenido, por tan siquiera haber disfrutado un poco de aquel hombre que cambiara su vida por completo, de aquel amase con todo su corazón, su alma, mente y cuerpo…

Entonces como todas las noches en las que no podía dormir, como todos esos días que el sentimiento le tomaba por sorpresa y las ganas de llorar lo invadían, su mente comenzó a recordar aquella vez cuando lo conoció, aquella vez cuando lo vio y supo que algo dentro de el había cambiado…
Recordando como de la forma más inimaginable había quedado prendado de aquella persona…



********* FLASH BACK **********


No era una sorpresa que las familias ricas como los Shim trataran de hacer de sus hijos unas personas de bien, personas cultas, educadas, personas por así decirlo, perfectas. Los hijos de esta gran familia eran obligados a llevar un sinfín de clases para que así crecieran adecuadamente, las dos hijas de los señores Shim asistían a un colegio para señoritas en el cual ya llevaban más de cuatro años. El hijo de ellos y mayor de los chicos, era Shim Changmin un pequeño vivas, educado y aunque muy por sus adentros, aventurero. La escuela en la que el chico asistía era un lugar hermoso, un lugar en el cual solo los hijos de los personajes más ricos y destacados de la sociedad francesa, podían asistir. Changmin era de los mejores alumnos de aquel prestigioso instituto, el chico participaba en muchos de los ‘talleres’ a los cuales todos los alumnos eran obligados a tomar; piano, violín, guitarra, coro, clases de lenguaje desde, Ingles, italiano, japonés hasta español, chino y tailandés, eran las cuales el chico tomaba sin ningún problema porque en realidad no era como que tuviera otra opción y al saber lo estrictos que eran sus padres, no le quedaba más que soportar el gastar todos esos momentos en los cuales se suponía debía descansar, muy en sus adentros Changmin maldecía aquella maldita vida que tenía que llevar, porque todos sus amigos no eran más que unos mocosos que se la pasaban presumiendo de las cosas que sus padres les compraban, de aquello que sabían o de simples estupideces de las cuales él prefería estar fuera.

A pesar de todo Changmin no era como aquellos tontos chicos ilusos que estaban en aquella escuela solo por el dinero de sus padres, era verdad que el pequeño nunca había trabajado para ganarse aquel dinero pero el contaba con no solo el dinero de sus padres, el dinero que se suponía debía de haber quedado a cargo de su adorado progenitor le había sido entregado después de la muerte de su abuelo. Aun no podía usarlo, pero a fin de cuantas aquel dinero ya era de él y ahora solo esperaba tener la mayoría de edad para poder disponer de él sin ningún impedimento. Cada que el chico recordaba aquel dinero y la presión que ahora llevaba al tener que estar al pendiente de los negocios que anteriormente manejaba su abuelo, eran un poco molesto, tenía que estar firmando papales y leer estos claro para así saber de qué era lo que se hablaba, su clase de economía era de gran ayuda en aquellos momentos y hasta eso no podía quejarse ya que disfrutaba de una grata pensión que su querido abuelo había aclarado en su testamento. Y ¿Por qué todo aquel dinero le había sido entregado a él y no a su padre, como suponía tenía que ser? Pues la razón era más simple de lo que las personas imaginaban, Changmin era muy cercano a aquel hombre canudo, y no solo por conveniencia, desde pequeño Changmin habido sido una especie de entretenimiento para el señor, desde cantar, tocar algún instrumento o simplemente hablar con el… Changmin lo hacía gustosamente. Esa podía ser una buena explicación, pero también había otra, el señor creía que su hijo era un completo estúpido y sin duda Changmin le agradaba, el menor recuerda que pocos días antes que el señor muriera este le dijo lo mucho que esperaba de él sabiendo de su talento y su gran ingenio para los negocios, la inteligencia del menor era increíble y el señor se había dado cuenta desde que miro a aquel bebe en el hospital. Tal vez era por eso que el chico nunca se oponía cuando sus padres querían que estudiara alguna otra materia extra o cosas por el estilo. Aunque en ocasiones aquella presión era demasiado y no podía más que aguantarse de gritar y decirles a todos que se fueran al demonio. Si… así era la vida de Shim Changmin…

Ese día después de las clases el chico llego a su mansión por demás agotado, ese día precisamente era cuando las clases se le juntaban y casi no tenía ni un tiempo para respirar.
Al momento fue recibido por las sirvientas que le quitaban la mochila y aquel suéter pesado que llevaba ya que en esos días el frio calaba hasta los huesos y el chico no quisiera enfermarse.

-señorito –hablo una de las chicas –su padre lo está esperando en la estancia –dijo mientras el moreno le entregaba aquella bufanda tan molesta

-gracias –sonrió dulcemente, normalmente el chico era muy amable con la gente que trabajaba en su mansión

Sin preocupaciones ni prisas, el chico comenzó a caminar a donde le habían indicado, y si, como la señorita había dicho ahí estaba su padre junto con su madre y… ¿Quién era ese chico? Se pregunto el pequeño, era un chico alto, era claramente apuesto y daba un aire demasiado fresco, era alguien… era perfecto, sus ojos oscuros, aquel cabello revuelto, y esa sonrisa tan seductora...

-buenas tardes –saludo respetuosamente el moreno

-hijo, me alegra que hayas llegado –sonrió el hombre y por aquella expresión en su rostro, Changmin se pudo dar cuenta que no era algo bueno

-… -el chico no dejaba de mirar a las tres personas que se encontraban en el lugar, era algo de verdad incomodo, y lo que era aun mas incomodo tener aquellos ojos tan penetrantes y negros viendo a su cuerpo, lo sabía, lo sentía, aquel chico lo estaba observando por completo, recorriendo su cuerpo desde los pies a la cabeza

-bueno Changmin… este joven aquí –dijo el hombre posando su mano en el hombro del joven retirándola rápidamente –es un sobrino de un gran amigo mío –dijo el señor emocionado –bueno el acaba de terminar su carrera como profesor y… y bueno se me ocurrió que su primer trabajo podía ser aquí, contigo –soltó el hombre y pudo darse cuenta que el pequeño no había entendido a que se refería por su cara de confusión -me refiero a que de mañana en adelante, este joven será tu tutor privado

-¿tutor? –se pregunto el chico más que sacado de honda

-veras… llegando de la escuela tendrás que hacer tu tarea como siempre –decía el señor seriamente –después de eso el joven vendrá a darte clases por cuatro horas

-¿cuatro horas? –interrumpió el chico

-sí, así es… bueno, tengo que volver a la empresa así que los dejo para que se conozcan –dijo el señor mientras se retiraba de aquel lugar y salía de la mansión con dirección a su compañía

-hola –pronuncio el mayor de los chicos mientras seguía sonriendo de aquella manera tan encantadora

-hola… -murmuro el moreno bajando la cabeza. Estaba algo molesto, no era justo lo que su padre estaba haciendo pero también estaba, ¿nervioso? Si lo estaba, no entendía porque aquella mirada tan… tan extraña le causaba esas cosas, de verdad que no lo comprendía

-mi nombre es Lee MinHo -saludo amablemente – ¿pasa algo, Changmin? –pregunto al ver que el chico no decía ni una sola palabra

-yo… tengo que hacer mi tarea –pronuncio queriendo irse de aquel lugar, ya no podía soportar seguir ahí, ya no quería seguir ahí

-ah… si está bien… bueno Changmin, nos veremos mañana, vendré a las tres de la tarde te parece… o preferirías otra hora –nunca, pensaba el menor

-sí, sí a las tres está bien –pronuncio antes de hacer una reverencia y salir de aquel lugar subiendo las escaleras hasta el segundo piso

-perdónelo –pronuncio la señora al ver la forma tan descortés con la que estaba actuado su hijo –es extraño que se comporte así, seguro que no tuvo un buen día en la escuela –intentaba dispensar a su pequeño

-está bien, señora –sonrió –bueno creo que será mejor que me vaya… cuídese y nos veremos mañana –y así aquel chico tan guapo salió de la mansión subiendo al instante a su automóvil

-que chico tan apuesto –murmuro la señora caminando hasta la cocina para ver si la cocinera ya había comenzado con la comida

En la habitación de Changmin el pequeño no dejaba de maldecir su suerte, apenas si podía con toda la maldita mierda de la escuela y ahora le querían poner un maldito tutor por cuatro fregadas horas, un tutor que para su maldita suerte era demasiado encantador porque de esa forma no podría hacerle la vida imposible, quería hacerlo, jugarle bromas o cosas así, pero no podía era tan… tan perfecto que eso no estaba bien, una y mil veces no estaba bien.
Después de terminar aquella tarea que siempre le dejaban, el chico comenzó a usar su computadora para así aprovechar su último día ‘libre’. Horas después el chico cayo rendido y sin más durmió como si no lo hubiera hecho por semanas.


Al día siguiente y después de salir de la escuela, el chico llego apresurado para poder terminar su tarea y así prepararse para sus nuevas clases, una hora después una de las sirvientas subió a informarle que el chico ya había llegado y que le estaba esperando en el estudio de su padre. El chico bajo con un poco de flojera, aun le daba lata pensar en que desaprovecharía cuatro horas en aquello.

-buenas tardes, Changmin –sonrió el chico mientras sacaba algunos papeles de su mochila

-buenas… MinHo -decía el chico con la cabeza gacha

-bien, bueno… dios no sé cómo empezar esta clase… porque no me dices con que materia quieres comenzar y me explicas que es lo que no entiendes de eso –decía amablemente

-bueno… podemos empezar con, matemáticas –la voz del chico era casi un susurro, cada que hablaba no sabía ni que decir ni cómo expresarse

-si esa es una materia sumamente importante… bueno, toma asiento –indico una silla del otro lado de una pequeña mesa, casi como un escritorio pero un poco mas chica

-si…

-bueno… según el grado en el que estas… … primero de preparatoria, ¿estás en preparatoria, ya? -pregunto sorprendido el joven

-si…

-vaya… bueno así será más fácil, eso quiere decir que eres un chico inteligente… -decía el joven sin dejar de sonreír y mostrarle ese lado tan simpático al pequeño Changmin –pero eso no quiere decir que no aremos nada –miro seriamente al chico –bueno, ahora si comencemos

-si… -¿Qué acaso el chico no conocía otra palabra, se preguntaba el mayor de los chicos, desde que había llegado y aparte de ese ‘buenos’ lo único que le había dicho era si, y matemáticas

Y de esa forma los dos chicos comenzaron revisando lo que el menor ya sabía, y cosas las cuales se le complicaban de esa materia, que realmente no era mucho, porque el pequeño era más que inteligente que incluso sorprendió al mayor.

-creo que me equivoque –se atrevió a pronunciar –sin duda eres muy inteligente, me sorprende demasiado, Changmin

-… -y por alguna extraña razón las mejillas de chico se encendieron de un hermoso color carmín

-¿Qué pasa? –pregunto curioso el pelinegro

-nada… -respondió Changmin demasiado nervioso

-eres gracioso, Changmin –el menor se sorprendió por lo ultimo dicho, el gracioso, si como no –quiero decir… por lo que me han contado de ti eres un chico dinámico, un chico participativo, fuerte en el sentido del liderazgo y ese tipo de cosas, pero… pero en este momento eres, muy lindo –sonrió

-… -entonces el menor se puso a pensar un poco, era cierto que demonios estaba haciendo se estaba comportando como un mocoso y eso no lo iba a permitir mucho menos que este chico se estuviera burlando de el –aff… -respiro profundamente –no –trago –no me considero alguien lindo

-hmm… parece que ya herí tus sentimientos… perdón…

-tampoco es eso, es solo que usted es… raro, es por eso que no me… agrada…

-ah… era eso, ya veo, pues entonces de ahora en adelante are mi mejor esfuerzo por caerte bien, Changmin –y ahí estaba esa maldita y perfecta sonrisa

-no me gusta que me llames así, solo mis amigos pueden hacerlo así que dime, Shim –contestaba el menor ahora un poco mas desenvuelto ante su nuevo tutor privado

-perdón… joven, Shim, será mejor que continuemos con las clases –dijo en esta ocasión serio, la verdad incluso le dio un poco de miedo a Changmin por su repentino cambio de actitud, aunque el también lo hubiese hecho

-si… ahora me gustaría un poco de, Ingles…

-está bien, sigamos con eso…


Y las semanas fueron pasando rápidamente mientras que los dos chicos sentían esa pared que habían creado el primer día de aquellas malditas clases. El moreno se sentía un poco culpable por eso porque si no hubiese dicho todo eso tal vez y aunque no estaba seguro, él y MinHo podrían ser amigos. El mayor no hacía más que llegar a las tres en punto y salir a las siete de la tarde sin pasarse ni un solo minuto, a menos que la señora Shim o el señor se lo pidieran.
Por suerte ya no le causaba tantos nervios estar cerca del mayor y ahora aunque el otro se portara fríamente el ya podía decir un poco más de lo necesario, suponiendo que estaba mejorando. A pesar de eso le hubiese encantado que las cosas no se pusieran tan tensas en aquel sentido con MinHo tal vez era tiempo de solucionarlo porque después de tantas semanas en silencio y solo resolviendo problemas tontos y hablando en diversos idiomas era molesto.

-bueno repasaremos lo de la semana pasada y podremos comenzar con el nivel 2 –decía el chico sin mirar al pequeño moreno

-no, no quiero repasar hoy –soltó el joven

-¿perdón? –pregunto sorprendido

-lamento… lamento la forma en la que le hable ese día es que… es que no sé que me paso… por favor perdóneme –dijo por fin el chico mientras bajaba la cabeza algo avergonzado por aquello

-está bien… pero eso quiere decir que…

-podemos ser amigos –decía el chico observando aquella sonrisa que hacía ya mucho tiempo no veía –digo… si usted quiere

-sí, me parece genial… bueno, pero si queremos ser amigos creo que debemos conocernos, que te parece si platicamos un momento y dejamos eso del repaso –el menor asintió y así rápidamente los dos chicos se sentaron en aquel sofá amplio –y dime… ¿desde hace cuando que estas aquí?

-pues… desde que tenía como 6 años, la verdad no recuerdo muy bien… pero pues según mis padres así fue… y tú? Tu eres?... bueno por tu facción pareces Asiático pero… nunca te he oído hablar en otro idioma… tu me entiendes (supongamos que hablan francés)

-pues soy Coreano igual que tu, yo nací aquí pero viví muchos años de mi vida en Corea, hace ya unos años regrese aquí para terminar mi universidad… tengo 22 años –decía el chico amablemente

-pues ya sabes yo tengo 14, en febrero cumpliré los 15 –un poco apenado por la gran diferencia que había entre el chico y el

-ya veo… entonces tendré que preparar tu regalo –los dos chicos comenzaron a reír –déjame decirte que mi tío, el amigo de tu padre, el se ha hecho cargo de mi desde hace mucho… mis padres murieron así que él me ha cuidado aun que… la verdad no creo que tu padre y el sean muy cercanos quiero decir, mi tío tiene un trabajo muy simple en tu empresa así que en realidad no son muy cercanos… es solo que tu padre se entero del lugar donde había estudiado y bueno de que buscaba trabajo y todo eso…

-si… igual mi padre no es de los que tengan muchos amigos… quiero decir no son más que socios de la empresa o personas influyentes en la sociedad, ¿me entiendes?

-es por eso que quiero trabajar duro, ya sabes para así sacar adelante a mi tío y tener un mejor futuro –dios, Changmin no podía pensar más que aquel chico era totalmente encantador

-te puedo decir algo, sin que te molestes –pregunto ya más animado el chico

-claro… dime

-tú me gustas –soltó observando cómo los ojos del mayor se abrían de sobremanera –no, no me refiero a… a, ya sabes amorosamente, quiero decir… me gusta tu forma de ser, y me gusta que eres muy… no lo sé, es como si enfrentaras a la vida –sonrió tímidamente –eso es… genial

-jajaja, me alegra que me digas eso… tu también me gustas –un pequeño sonrojo se presento en las mejillas del menor

-bueno… que mas quieres saber de mi –pregunto

-pues… ¿tienes novia?

-no… ya sabes como es mi papa, no tengo tiempo para tener novia y la verdad es que no sabría como tenerla, no lo sé… nunca, nunca se me ha venido a la cabeza cuando veo a una de mis compañeras de clases, supongo que aun no encuentro a la indicada –termino sintiendo la mirada del chico sobre la de el

-supongo que te entiendo –sonrió dulcemente - ya sé que no me has preguntado, pero… yo si tengo, si tengo pero como decirte… ya sabes, en ocasiones tu sales con personas por las cuales no sientes nada, en ocasiones es solamente por decir que tienes enamorada o por lo bonita que sea, otras es solo para, jajaja para ya sabes que…

-eh?

-si… eso el… el sexo –soltó sintiéndose incluso avergonzado –mi primera vez fue solo por, ya sabes solo por saber cómo se sentía, experimentar –decía aun apenado

-ya veo… bueno, espero poder encontrar a la persona indicada antes de que las hormonas se me aloquen

-pues espero que si…

Después de aquel día los chicos pasaban más tiempo hablando que realmente estudiando, claro que para no dar a sospechar, hablaban en otros idiomas diciéndoles a los padres del pequeño cuando estos los encontraban haciendo nada, que practicaban la materia de lenguaje para que así no les dijesen nada, y claro para que no despidieran a MinHo.

Pero las cosas no eran tan fáciles, porque cada que Changmin veía a su tutor no podía evitar que su corazón latiera fuertemente, se sentía como un tonto, ¿Cómo podía sentír ese tipo de cosas por… por su tutor? Además el chico era 8 años mayor que él, es solo que la forma en que sonreía, la forma en que hablaba, esa forma como caminaba, como se movía, todo era tan perfecto, tan varonil que no podía evitar sentirse tan, débil… tan frágil. Además de sus ojos, aun que era Coreano tenía ese extraño color oscuro, que si te le quedabas observando fijamente lo notabas. Aquellos labios y su cabello, todo le encantaba… La pregunta era ¿Por qué? Tal vez era porque le gustaría parecerse a él, tal vez era… tal vez era porque, ¿le gustaba? No podía, no podía gustarle un chico, su tutor… no podía, trataba de auto convencerse pero era simplemente difícil las reacciones de su cuerpo cada vez se presentaban más fuertemente, los temblores, cada que se ruboriza estando cerca de él o cuando lo tocaba aunque fuera sin intenciones.

-Changmin –hablo el mayor que explicaba una de las tantas teorías de la física

-si… -hablo confundido el chico

-¿estás poniendo atención? –pregunto algo preocupado, el chico parecía muy distante ese día, en realidad ya lo había notado desde hacia algunas semanas -¿te sientes bien?

-si… si me siento bien –sonrió intentando distraer al chico de lo que verdaderamente pasaba en sus pensamientos

-pues no lo parece… si quieres podemos descansar… sí, eso será lo más indicado –y precisamente en aquel momento iba llegando la señora Shim

-hola jovencitos –hablo la señora muy felizmente –vengan a la estancia, les serviré algo de té con galletas –tomo a su hijo de la mano indicándole al otro chico que los siguiese

-pero mama…

-vamos vengan, que nada les cuesta comer un poco y descansar de esas tortuosas clases –y sin más los dos chicos ya se encontraban en uno de los sofás con algo de té y una bandeja casi llena de galletas unas muy deliciosas por el buen gusto de la señora Shim

-gracias, señora, aunque no era necesario

-claro que lo era… bueno jovencitos, yo los dejo ustedes tómense su tiempo, además ya no falta mucho para que las clases terminen, bueno ahora sí, nos vemos –la señora salió dejando a unos confundidos chicos

-bueno… la verdad no tengo muchas ganas de comer –decía el menor viendo lo que su madre le había traído

-jajaja… -y de repente el celular del mayor comenzó a sonar –bueno… sí, estoy en la mansión Shim dando las clases… claro que no… jajaja le estoy dando clases a un chico… como sea, si… oh… -miro su reloj –si tienes razón ya es hora… claro, nos vemos… -de esa forma el chico apago su aparato y lo puso en la mesita donde se encontraba el té

-algo importante –dijo el menor viendo como el chico sonreía

-algo así… era mi novia –de repente el menor abrió los ojos levemente, sin duda eso le había dolido

-a ah… ya veo…

-sí, ya sabes cómo son de celosas las mujeres, pero bueno… me tengo que ir, Changmin –dijo el chico levantándose del lugar

-¿ya? – ¿había sonado así de dolido como le pareció?

-ya es hora, y tengo una cita con esa chica jajaja… bueno nos vemos, y dile a tu mama, que gracias por el té y las galletas

-está bien, aunque ni siquiera lo probaste –sonrió el menor intentando que su voz no se quebrara

-jajjaja, bueno, me voy –los dos se despidieron y por fin el mayor salió de la mansión

-aff… -suspiro el chico –su novia… ¿Por qué me molesta eso? No, no me molesta… no me molesta… no te molesta, Changmin… -en ese momento el celular volvió a sonar. El menor se sorprendió al ver el aparato, el mayor lo había olvidado pero seguro que ya estaría lejos así que cuando dejo de sonar lo tomo en las manos para ver de quien se trataba –‘mi amor’ –dijo en un tono no muy contento –debe ser su novia…

Quiso dejar el aparato ahí y simplemente irse a su habitación, pero no, algo en sus adentros le gritaba que viera esa cosa y que mirara todo lo que el chico tuviera en este. Mirando a todos lados el chico termino por tomar el celular y subió a la habitación lo más antes posible. Se sentó en su cama y así comenzó a ver primero las fotografías, había muchas de él con su perrito y algunas de su tío por lo que parecía, casi no había muchas donde salía con su novia pero… era muy bonita, pensaba el menor.
Después de terminar con eso, el chico siguió con los videos, no cavia duda que el chico era un encanto, varios de esos videos eran de ese lindo perrito al que él había llamado ‘Sunny’. Pero entonces se encontró con un video extraño, este no tenía nombre y la fecha no era muy lejana, la semana pasada…

-qué demonios –se quejo pasmado al ver al guapo tutor quitándose la ropa mientras una chica permanecía sentada en la cama casi sin ropa –dios… no puedo creer que…

Minutos después los chicos ya estaban teniendo sexo sin preocuparse de nada… Changmin estaba con la boca abierta pero no podía negar que su entre pierna comenzaba a despertar inconscientemente. Era tan excitante ver y oír al chico de aquella manera, la forma en que gemía, ver su sexo tan, tan grande y mojado, y si, odiaba a ese tipa la cual era embestida por ese perfecto y musculoso cuerpo, pero aun así su mano llego hasta su miembro completamente despierto.
El video termino y el chico ya se encontraba en su cama tocándose con desesperación, sus tetillas y aquel sexo erecto eran masajeados fuertemente intentado que aquel calor bajara de su cuerpo.

-MinHo -gemía, porque aquel video le había hecho imaginar al tutor sexy haciendo todas esas cosas a su cuerpo –si… así… hmm…

“Como pude olvidar mi celular” se preguntaba el tutor “lo deje en la mesa de la estancia”

El chico entro a la casa encontrándose con una de las sirvientas que lo vio buscando algo en la mesita y el los sofás.

-busca algo –hablo amablemente

-sí, deje mi celular aquí, ¿no lo has visto? –pregunto curioso

-bueno, pues tal vez el joven Shim lo tomo, debió de guardarlo hasta mañana para la siguiente clase

-tiene razón, ¿Dónde se encuentra? –decía amablemente y ansioso, tenía que llegar con su novia que casi lo mata cuando le dijo que había olvidado el aparato

-en su habitación, ¿quiere que lo lleve? –volvió a preguntar la señorita

-yo voy, pero gracias… -así subió las escaleras localizando la puerta del pequeño la cual ya había visto unos días antes -hm? Que es ese sonido –se pregunto al escuchar esos jadeos del otro lado de la habitación de Changmin

-ahmm… hhmm… mhh… hm… mas… -gemía el chico

El mayor abrió la puerta levemente y ahí estaba, Changmin completamente desnudo con sus dedos en su cavidad metiéndolos y sacándolos de aquel caliente lugar mientras su otra mano masajeaba su miembro frenéticamente.

“se está… se está masturbando” Entonces al voltear un poco su cabeza vio su celular en aquella mesita de noche, pero no podía entrar al lugar viendo como el moreno se masturbaba de aquella manera

-hhmm… mh… hhm… Aaahhh!! –se escucho al ver como aquel liquido blanquecino salía del excitado miembro del pequeño

Después de bajar sus piernas el chico saco sus dedos de su estrecha cavidad y acomodo su cuerpo en aquella cómoda cama. Respiraba tan agitadamente, su cuerpo seguía temblando por el pasado orgasmo y sentía su cabeza darle vueltas, se había masturbado pensando en su profesor, en ese chico.

El mayor salió de la mansión sin decir ni una sola palabra mas, no era como que sintiese algo por el chico pero vamos ver aquel hermoso cuerpo en aquellas condiciones le habían hecho subir un poco de temperatura. Estaba algo cansado y ya no importaba que su novia lo matase por no traer su celular, lo único que quería era llegar a su departamento y desahogarse con esa hermosa chica.

La siguiente semana las cosas no fueron para nada normal, MinHo se la pasaba mirando al chico de una forma que la verdad pensó nunca haría, cada movimiento inconsciente que hacia el menor le parecía tan, sexy… se sentía demasiado extraño así que intentaba no mirarlo mucho y mucho menos ver esos labios hablando, porque cada que lo hacía recordaba aquellos gemidos, aquellos excitantes gemidos…

-¿pasa algo? –Pregunto el menor algo curioso –ah por cierto, ayer olvidaste tu celular –entonces lo saco de su bolsillo para así poder dárselo

-gracias…

-¿pasa algo?

-no, nada Min…

-¿Min? –pregunto algo confundido

-si…. Bueno, como sea, no, no tengo nada… sigamos con la clase

-está bien…

Y así unas semanas pasaron sintiendo lo mismo, cada toque, cada mirada, cada pensamiento… las cosas no estaban bien. Porque ese cuerpo de repente le causaba tantas cosas que nunca había sentido por ningún otro chico, ni siquiera por una chica. Era por demás extraño y en ocasiones ya no era tanto ese deseo que había sentido días después de ver lo que vio en la recamara del moreno, de repente era todo lo que asía, cuando sonreía, cuando decía cosas sin sentido, todo acerca del chico le causaba curiosidad, si era esa la forma correcta de llamarle.

Ese día el estudio del señor Shim se encontraba mas callado que de costumbre, uno era que el mayor no hablara por aquellos nervios que sentía, pero ese día incluso Changmin se le había pasado pensando y tratando de encontrar la manera indicada para decir lo que sentía, quería decirlo pero al ver la forma como el profesor le estaba ignorando, se arrepentía.

Después de respirar profundamente el menor se quedo observando al otro chico que seguía resolviendo unos problemas mientras esperaba que Changmin terminara los que minutos antes le había puesto, pero el menor apenas si había puesto el primer número en aquellos por no poder concentrarse y sacarse de la mente a aquel profesor sexy.

-Min, tienes que terminar aquello –dijo el chico al ver que el menor no movía el lápiz que aun llevaba en la mano

-quiero… quiero decirte algo –soltó el menor tartamudeando

-¿Qué pasa? –pregunto algo confundido y a la vez nervioso

-bueno… te puedo preguntar algo –dijo

-claro Min, dime

-¿te parezco atractivo? –pregunto sintiendo ese calor incontenible en sus mejillas

-¿atractivo? ¿A qué viene esa pregunta, Changmin?

-bueno… solo quiero saber tu opinión, ¿crees que soy un chico que puedo gustarle a alguien?... ¿crees que pueda gustarle a otro chico? –pregunto esta vez un poco mas atrevidamente

-Min… ¿estás enamorado de un chico? –Pregunto confundido, ahora entendía porque cuando el chico se masturbaba metía sus dedos a su intimidad, sus mejillas comenzaron a enrojecer al recordar aquello -¿lo estás?

-… si… -contesto apenado

-ya veo… Changmin… -no sabía que decir, se sentía tan extraño, confundido, nervioso, ¿molesto? No sabía si interpretarlo de aquella manera pero se sentía por demás extraño –claro, claro que eres atractivo, eres un chico muy guapo y… y con mucho talento y eres simpático, pero…

-¿pero? –se confundió el menor

-Changmin, sabes que meterse en una relación de ese tipo es… es muy complicado, tus padres y, y bueno las personas no aceptan este tipo de cosas así como así, además tu eres un chico de sociedad, no creo que tus padres permitan algo como eso…

-pero me gusta, de verdad me interesa –interrumpió el menor –el es inteligente, simpático, amigable, apuesto, alto… es un poco mayor pero, pero eso no me importa porque si él me dice que si yo… yo estoy dispuesto a todo por el –miro los ojos del mayor –a todo…

-Min… las cosas… -porque sentía esos malditos celos, que le pasaba, de tan solo imaginarse a Changmin en brazos de un tipejo, algo no estaba bien –para empezar… es de uno de tus compañeros de preparatoria… todos ellos son algo mayores a ti, ¿cierto? –El pequeño negó con la cabeza –entonces… de quien se trata, quien es esa persona…

-sabes… eres un imbécil –sonrió el chico tímidamente bajando la cabeza –como… como no puedes darte cuenta de esto que siento, como no puedes darte cuenta que –el chico se levanto de donde estaba –que lo que siento –sin esperar volteo la silla del mayor (era de oficina) dejándolo frete a él –todo esto que desde que te vi –su espalda comenzaba a agacharse y su cadera comenzaban a apoyarse en las piernas del chico –te he… -su lengua lamiendo levemente sus propios labios, casi por simple inercia –te he querido…

Y así sus labios se posaron en los del mayor, pero no era un simple roce, no era una simple caricia. Su lengua acariciaba los labios del chico pero este estaba tan confundido que no correspondía aquel acto, entonces el moreno comenzó a acariciar una de sus telillas por encima de esa ligera camisa consiguiendo con eso que el profesor gimiera, en ese momento el chico aprovecho para meter su lengua en aquella húmeda boca y así probarla completamente saboreándola y encontrándose con la lengua del chico.
MinHo aun seguía desconcertado, todo era tan confuso, porque el menor se le había confesado entonces no podía pensar mas que era en el en quien pensaba cuando se complacía, era el causante de todo aquello y todo era una locura, era una maldita locura. Pero Changmin movía su lengua ya mas apasionadamente, nadie se abría dado cuenta que esa era la primera vez que el chico besaba y lo hacía de maravilla, para la mala suerte del profesor, lo hacía excelentemente bien.
Entonces comenzó a sentir las caricias un poco más intensas, el menor estaba completamente entregado a aquel acto y no era necesario que dijese ni una sola palabra más para que el mayor entendiera todo lo que estaba pasando. Pero las cosas no debían de ser de aquella manera, el profesor poso sus manos en los brazos del chico sintiendo su frágil cuerpo, aquel cuerpecito que aun tenía mucho por recorrer, mucho por crecer.

-no Changmin… no… esto… -pero el chico se presionaba mas en contra del cuerpo del más grande

-ahm… mmh… -jadeaba el más chico

-BASTA!! –empujo el mayor al moreno viendo como el chico caía al suelo con aquel tan brusco movimiento

-… MinHo por… yo… -pero todas las ideas se cruzaban por su cabeza y ninguna de ellas podía ser descifrada

-esto no está bien, Changmin… tu, tu no sientes nada por mí, estoy seguro que simplemente estas confundido, no está bien…

-y tu como sabes –grito molesto el chico –son mis sentimientos, yo sé que es lo que siento y yo… yo estoy enamorado de ti –soltó el chico más que indignado porque aquellas palabras y el golpe que había recibido, no le habían agradado en absoluto

-no Changmin…. Yo –trago duro antes de poder contestar –yo no siento nada por ti… tu no me interesas de otra manera que no sea como amigo –Changmin comenzó a sentir como su corazón se oprimía –no me interesas sentimentalmente –seguía diciendo viendo como aquellas dolorosas gotitas de agua salada comenzaban a salir de los ojos del moreno –perdóname, Changmin…

-yo… yo… por favor, dame, dame una oportunidad, te juro que… te juro que te hare cambiar de opinión, yo… te daré todo –el mayor entendía a la perfección a que se refería Changmin con ‘todo’ lo sabía y muy en el fondo lo pensaba, si lo había pensado… tener todo lo que el menor tuviera por ofrecerle, pero…

-no Changmin… aparte yo estoy con alguien –el menor seguía temblando en el piso, estaba siendo rechazado de la manera que menos espero –no puedo sentir nada por ti… no siento nada por ti… yo estoy aquí, yo estoy aquí solo porque es mi trabajo, porque tu padre me está pagando –de verdad que ese chico quería lastimarlo, le dolían tanto esas palabras

-ah… -intentado esconder aquellos sollozos –entendiendo… ya… ya entendí… -volvió a mirar los ojos del mayor –ya comprendí… por favor, de-déjame solo… -pidió gritándose mentalmente que no lo dejara, que no lo dejase ir

-si… -ver al pequeño de aquella manera hizo que su corazón se contrajera, como se le ocurría decir esas cosas tan feas, pero no está bien y de una forma tenía que hacer cambiar de opinión al menor

Y fue hasta que escucho el portazo de la habitación que estallo en lágrimas y sollozos. Se sentía de la peor manera que alguna vez pudo en toda su vida. La persona que amaba no se sentía de la misma manera que él, ¿Qué demonios podía hacer?

-¿Changmin? Hijo… ¿pasa algo?

-no, no, no pasa nada…

-está bien hijo… voy a salir, te veo en la noche

-si ma’…

Días después e igual que los otros días, MinHo no había ido a la mansión Shim, no tenía cara para ver a Changmin y seguir como si nada había pasado, no podía pero en esos pocos días algo le faltaba, extrañaba la mirada del moreno, extrañaba su sonrisa, sus conversaciones un poco raras y en ocasiones divertidas. Extraña esa mirada perdida y esos sonrojos junto con aquella sonrisa tímida que siempre recibía cuando se acercaba a él, ahora lo entendía, era por eso que actuaba de aquella manera, pero porque él estaba actuando también así, no encontraba una explicación y aunque la sospechaba no podía ser así, no podía estar sintiendo algo por aquel niño, no podía.

-amor… -hablo por enésima vez la novia del profesor

-eh?

-wow… por fin contestas… ya creía que estabas muerto –dijo la chica molesta por la actitud del joven

-¿Qué pasa?

-eso es lo único que sabes decir, “que pasa” ya te lo dije, estas muy raro, no estás conmigo… ni siquiera hemos hecho el amor… por dios desde hace como una semana que no hacemos el amor, ¿Qué te pasa a ti? –seguía diciendo casi obligando al chico a que la viera

-nada… no me pasa nada y ya deja de cuestionar cosas tan estúpidas

-ok… si no es nada entonces, hazme el amor, vamos… tengo tantas ganas de que me toques –cambio un poco su tono de voz mientras acercaba sus dedos al pecho de aquel chico –hm… que dices… vamos a relajarnos –y antes de que pudiera decir algo la chica ya se encontraba encima de él, besándolo apasionadamente

-pues… -y casi sede ante los encantos de aquella mujer, pero entonces imágenes de Changmin sobre de el basándolo, aquel cuerpo complaciéndose y la lengua húmeda del menor llegaron a su mente, ¿Por qué no podía sacarse de la cabeza a ese lindo chico que se le confesara días atrás? –Espera… -le pido a su novia

-otra vez… aff… ya van muchas veces que me rechazas y ya estoy… -pero sus palabras fueron interrumpidas por el tono de celular de su novio -¿ahora quién demonios? –Sin esperar a que el chico contestara, la rubia le quito el celular y hablo a la persona que se encontraba en la otra línea -¿Quién habla? –pregunto secamente

-soy, Shim Changmin, ¿es el celular de MinHo? –pregunto el menor confundido

-sí, ¿para? –que fastidiosa, pensó el menor

-lo busco por su trabajo en la mansión Shim –contesto algo impaciente -¿se encuentra ahí? Dígale que es muy urgente… demasiado –añadió

-claro… -la chica tapo la bocina –te hablan –el chico no pudo más que pensar ‘pues claro, es mi celular’

-digan –dijo después de quitarle casi a fuerza el aparato a su novia -¿Changmin?

-Sí, soy yo… ah… no te hablo para molestarte solo, es solo que papa se está preguntando la razón por la cual cuando el llega de trabajo ya no estás aquí, le he dicho que has tenido que irte un poco antes de la hora por problemas familiares pero… mama me ha dicho que está a punto de salir del trabajo y viene para acá… sabes como es mi papa y si se entera que no has estado viniendo el… bueno no se que sea capaz de hacer es por eso que… sería mejor que vinieras yo… yo… no te daré problemas, te lo aseguro solo no quiero que te pase algo… -decía el chico sintiendo su voz quebrarse poco a poco

-está bien –porque Changmin tenía razón, por los rumores que había escuchado del señor sabía que si no lo encontraba en su mansión, el hombre se encargaría de que ni una sola persona de Francia le volviera a dar trabajo –gracias… -colgó el teléfono y sin más tomo sus llaves ignorando los gritos de aquella rubia que seguía esperando en el sofá –mierda… olvide que mi carro se descompuso… tendré que ir en subterráneo –se quejo por su mala suerte

Pero también se quejaba por su mala suerte al encontrarse con el menor en aquellos momentos que se sentía tan vulnerable… tenía que enfrentarlo, lo aria… aunque lo lastimara, o se lastimara…


El chico venia corriendo desde aquella calle donde el subterráneo lo había dejado. Sabía que no debía de faltar a su trabajo o que por lo menos debía de informarle al señor Shim que ya no podía ir a su casa, pero es que no podía pensar en nada más que en aquellas caricias y aquellos labios, se maldecía tantas veces por aquello, se sentía como un miserable que abusaba de un pequeño para poder satisfacer sus más bajos instintos.
Al llegar a la gran mansión, el chico llamo al timbre siendo recibido al instante por el guardia que rápidamente le dejo entrar dentro del lugar, la puerta fue abierta por el mayordomo y por fin el chico pudo respirar tranquilamente después de aquella carrera que había hecho. La sirvienta le informo que el joven se encontraba en el estudio así que después de respirar una vez más, el chico llego hasta la puerta del estudio y muy lentamente su mano fue moviendo la perilla del lugar revelando la figura de Changmin que se encontraba sentado en su silla en aquel escritorio con un lápiz en la mano y una mirada que enfrió todo el lugar.

-¿tu padre? –intento preguntar pero la mirada de Changmin le asustaba

-según mama, llegara en unos minutos –dijo el chico –si viene creo que será mejor que nos encuentre estudiando…

-sí, tienes razón… pero… -su vista cayendo nuevamente a aquellos hermosos ojos -por las prisas olvide mi mochila –dijo un poco apenado

-está bien, podemos tomar unos libros de aquel estante –y así los dos chicos se sentaron con un montón de libros frente a los dos

Unos cuantos minutos pasaron cuando se escucho como unos pasos se acercaban al lugar, entonces los dos chicos tuvieron que ponerse a trabajar más arduamente fingiendo que llevaban en eso ya bastante tiempo. Así un dudoso señor Shim, entro al lugar.

-joven Lee tanto tiempo sin vernos –sonrió de una forma claramente fingida

-señor… pues aquí trabajando con su hijo… es un chico sin duda inteligente –menciono logrando que el menor lo viera con la misma expresión seria

-¿le ha pasado algo? Hace ya días que no lo veía por las tardes…

-lo que pasa es que he tenido problemas personales… mi novia a estado enferma y bueno usted entiendo que a las chicas hay que cuidarlas –dijo el chico como si nada estuviera pasando

-tiene razón, aun mas cuando quieres a esa mujer para compartir toda tu vida –añadió el señor sin notar la molestia de su hijo

-papa… no deberías de estar en el trabajo –menciono fingiendo estar sorprendido. El mayor volteo a verlo sabiendo que aquel comentario le había molestado

-cierto, le dije a tu madre que vendría por algunos documentos importantes que necesito para otra de mis juntas, le pedí que los sacara pero no supo cuales eran, bueno… déjenme tomar algo de aquí –se dirigió al escritorio central –listo… nos vemos chicos… sigan trabajando… nos veremos en la noche, hijo…

-sí, padre

Después de que la puerta se cerro, los dos chicos pudieron respirar tranquilos, Changmin tomo los libros que antes bajaran del estante detrás de ellos y nuevamente los puso ahí. Camino hasta uno de los sofás de aquella sala y sin más se sentó en este para poder descansar.

-Changmin… -hablo el mayor de los chicos algo confundido -¿Cómo estás? –tonto, como le preguntas eso después de lo que le dijiste, se reprochaba el chico

-pues… en lo que cabe estoy bien –dijo el joven cerrando los ojos -¿y tú? –resiste Changmin, resiste, tu eres fuerte, eres fuerte y el no puede controlarte, no puede… no puede, intentaba no caer el chico ante aquella cara de preocupación

-más o menos… Changmin –dijo el chico mientras se levantaba de aquella silla –escucha –antes de que el chico se diera cuenta, MinHo ya se encontraba frente al menor agachado con sus manos en los lados de aquel sofá –no sé qué me pasa, no sé porque no puedo sacarte de mi cabeza yo…

-¿Qué demonios haces? –Dijo el chico con los ojos cristalizados -¿crees que jugar conmigo es divertido?... te odio, lo sebes… te odio…

-pues… es una lástima, Changmin… porque, porque yo te amo –el menor se quedo completamente en silencio, había escuchado lo que creyó que había escuchado

-por favor… yo no bromee cuando te dije que te quería, de verdad que lo siento, pero tú no tienes que decirlo solo por lastima o por hacerm… -las palabras del menor desaparecieron en la boca del mayor cuando este se lanzo a sus labios para besar aquellos que desde hacía mucho deseaba por probar, por explorar

Sus manos llegaron a los brazos del pequeño para que así el chico no intentara separarse, Changmin no quería caer tan fácilmente pero, es que simplemente no podía resistirse, estaba tan enamorado de él, estaba tan prendido de sus labios, de esa lengua que ya recorrían su húmeda cavidad sin descanso, probando cada parte de esta, hasta el mas mínimo rincón de su boca. Después de unos segundos de aquel apasionante acto, el chico comenzó a tocar la mejilla del menor que ahora ardía de vergüenza.

-Min…Ho -jadeo el pequeño en el momento que sus bocas se separaron para tomar un poco de aire

Pero los chicos estaban tan prendados en aquel acto que no podían detenerse. Las manos del mayor comenzaron a acariciar el pecho del menor llegando hasta los botones de ese molesto cuello. No entendió la razón pero en un momento ya se encontraba desabrochando la camisa blanca del pequeño como lo abría hecho con cualquier otra chica. Pero no se sentía como en aquellas ocasiones, no podía sentirse de esa manera. Changmin gemía ante aquel contacto, las manos cálidas del mayor estaban tocando su pecho ahora completamente desnudo de una manera que jamás imagino alguien lo aria. La boca de aquel chico bajo hasta el cuello de Changmin, el pequeño ladeo su cabeza asía atrás dándole completo espacio al pelinegro de lamer por completo su cuello y pecho.

-ahh… -gemido el pequeño cuando sintió aquella húmeda lengua lamer uno de sus pezones –ahhmm… MinHo-gimió una vez más, entonces inclino la cabeza asía delante viendo como aquel pelinegro lamia su pequeño botón con devoción y como una de sus manos llegaba hasta el otro pezón dándole leves pellizcos y como sus dientes se aferraban al que antes lamia jalándolo sin hacerle daño pero si dándole un infinito placer –Min..Ho hm… mmh… por favor hm…

-Changmin… sabes delicioso –dijo lamiendo su otra tetilla mojándola al igual que la otra

-Lee espera… -pidió al sentir la mano del más grande bajar a la pretina del su pantalón

-Changmin… ¿Qué pasa? –pregunto con la voz algo agitada

-de… de verdad… me amas? –Pregunto aun con algunas lágrimas en los ojos -¿me amas?

-si… -y aunque aún no estaba completamente seguro lo sabía, desde que no pudo estar sin él, desde que necesitaba estar por lo menos cerca del moreno a pocos centímetros de distancia, lo necesitaba –Changmin te amo… escucha, si crees que es apresurado, yo puedo esperar… -sonrió mientras se levantada de encima del pequeño

-no… -sus brazos alcanzaron la nuca del mayor y de esa manera continuo con aquel apasiónate beso que ya dos veces los había llevado al cielo y de regreso

-te amo, Min –y sus manos retomaron aquel contacto salvaje con el chico

-yo también… te amo…

Mientras sus ropas eran dejadas en aquella alfombra café con símbolos antiguos… mientras se amaban…


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