Dando una segunda oportunidad
El lugar a pesar de las altas horas de la noche seguía con el más profundo de los sonidos, la gente disfrutando y bailando sin pensar en detenerse o en la hora que ya era. Algunos disfrutaban de aquellos momentos con la persona amada, las parejas por doquier bailaban, se besaban y toqueteaban si era que la relación fuese más intima.
Nadie se fijaba en si estaban cansados, o en otro tipo de cosas, bueno casi nadie. Changmin estaba a punto de caer rendido por la cantidad increíble de canciones que había bailado con aquel chico japonés Kamenashi. Sus piernas dolían horrible y su respiración estaba tan agitada que no podía expresar ninguna palabra, necesitaba descansar, necesitaba tomar agua.
El menor de los chicos detuvo al otro por un momento indicándole que lo que necesitaba era descansar, así que los dos caminaron hasta la barra para poder hidratarse. Se sentaron en el lugar que habían estado ocupando antes y los dos pidieron algo bien frio para refrescar sus gargantas. Kame pidió un poco de whisky, mientras que Changmin solamente pidió un vaso de agua, sabía que el alcohol a pesar de tener hielos no le refrescaría como él esperaba. El cantinero dejo los dos vasos en los lugares correspondientes y se retiro a seguir atendiendo a los otros clientes.
Kame no dejaba de observar al menor, era un chico muy apuesto y ciertamente su tipo. Era tímido, y si, ese era un inconveniente, pero con un poco de tiempo eso pasaría. ¿Cómo podía ser que aquel chico no tuviera pareja?... era simplemente increíble.
Changmin a pesar de la compañía del chico no podía dejar de pensar en aquel chico, dios como lo extrañaba… pero debía dejar eso atrás, las cosas habían cambiado y era tiempo de superarlo. En ese momento recordó que había llegado con dos chicos locos que no había visto desde asía un rato, de hecho era demasiado tiempo para su gusto. Miro a todos lados, pero no pudo visualizar a nadie, sin duda esos chicos o ya se habían ido, o estaban bien escondidos porque con la atención que siempre los ingenuos estudiantes de su loca escuela les ponían, era simplemente extraño que no estuvieran asiendo algún tipo de show. El chico se paro rápidamente y si no fuera porque roso el cuerpo de su acompañante, no se habría dado cuenta de que seguía con él.
-¿Changmin? –pregunto el chico algo confundido
-lo siento, tengo que hacer algo –dijo este sin esperarse a obtener una respuesta
Salió del local y rápidamente se dirigió al estacionamiento, camino hasta los últimos lugares en lo más alejado de aquel gran lugar, entonces si su mente no le fallaba, había llegado al lugar donde se suponía debía de estar el caro auto de su amigo Junsu. Debía, ya que no estaba, busco por todos lados dándose cuenta que en efecto, ese mendigo se había largado sin él, quien sabe igual también se había ido sin Jae y tal vez seguía adentro en el local, pero entonces recordó a YunHo, si era seguro que estaba con él, conociendo a su hyung, era lo más probable.
Se quedo por un momento en el estacionamiento como en un estado de shock, pero no precisamente porque sus “amigos” lo habían dejado completamente solito, no, si que la razón había sido aquel momento en el que sintió algo extraño. Un chico pasaba frente a él, su corazón comenzó a latir fuertemente, no supo la razón, pero en un momento corrió hasta donde el joven y rápidamente lo tomo de la mano asiendo que el otro chico volteara a donde él. Su corazón volvió a revolverse, se había equivocado…
-lo siento –dijo el chico apenado –creí que era un amigo mío –soltó la mano del chico y simplemente hizo un reverencia para disculparse adecuadamente
-no hay problema –pronuncio el otro -¿Cómo te llamas niño? –esa sonrisa, dios si la mente no le fallaba a Minnie estaba seguro que aquel chico estaba coqueteando con el
-jajaja –rio nerviosamente –creo que será mejor que me vaya, con permiso –dijo antes de salir corriendo de aquel lugar
El joven solo sonrió al ver como se había puesto el chico. Camino hasta su auto, y salió de aquel lugar.
Los chicos habían llegado a aquel hotel de una manera que ni siquiera recordaban, no les había importado andar en la calle abrazados caminado desesperados, y hasta besándose. YunHo había pedido una habitación con la mirada cómplice del empleado del lugar que al parecer parecía sospechar la razón por la cual aquellos chicos estaban en el lugar. Una botella de champan se les fue otorgada junto con las llaves. La botella que contenía aquella sustancia casi caía a causa de los toques que los dos chicos se daban en el transcurso de su caminata. El ascensor era demasiado lento así que usaron las escaleras y rápidamente llegaron hasta el quinto piso que era el que les correspondía. Buscaron la habitación viendo los números que tenían las puertas, hasta que lo encontraron, ahí estaba el lugar que presenciaría su entrega, aquel que quedaría impregnado con sus olores.
El lugar no era nada modesto, se podía notar el lujo en todas partes, los muebles, la cama, el baño, todo era hermoso. Jae quedo anonadado con tanto esplendor, era increíble que YunHo pudiera pagar aquello, sin duda había sido muy caro.
El chico entro al lugar despacio al ver todo aquello sus movimientos se habían vuelto lentos. Hasta que sintió a YunHo, el chico le sostenía por detrás asiendo que su trasero tocara su miembro ya erecto. Las manos del menor se posaban en la cintura de Jae viajando por su estomago y llegando hasta su pecho. Las sensaciones eran grandiosas. Y no podía evitar sentirse como un adolescente al sentirse de aquella manera, solo con aquel toque del otro su libido estaba comenzando a despertar, estaba comenzando a doler.
El gran silencio de la habitación que solo era opacado por las respiraciones agitadas y aquellos leves gemidos que se dejaban escuchar de las dos gargantas. Jae simplemente se dejaba hacer, YunHo movía sus manos por todo su pecho intentado según sus pensamientos, tentarlo. Y lo estaba logrando estaba sintiendo unas ganas incontrolables de tocar aquel moreno cuerpo de chocolate. Pero simplemente aquella posición no se lo permitía. Los labios de YunHo comenzaron a bajar por el blanco cuello de Jae, su mojada lengua pasaba una y otra vez por aquel lugar que tanto le encantaba al igual que todo el cuerpo del rubio. Una de sus manos quitaba los rubios hilos del cuello del mayor, el otro quería besarlo por completo y aquellos se lo impedían. Las mejillas del rubio parecían dinamita, estaba sintiendo tantas cosas con aquellos toques que le proporcionaba el chico que mas amaba. Sentir las manos del más chico sobre su pecho, viajando debajo de su camiseta, rosando aquella piel con la propia, por fin después de mucho tiempo sabía que su amor culminaría en aquel acto que ya una vez le había llevado al paraíso. Estaba arto de las interrupciones, estaba arto de no poder terminar lo que comenzaban y el hecho de saber que esa noche por fin podría sentir al menor como aquella vez en la playa lo estaba poniendo muy nervioso, muy deseoso pero a la vez muy feliz.
Sus manos comenzaban a quitar la chaqueta que el mayor llevaba en su hermoso cuerpo. Estaba había quedado en el piso a una distancia considerable de los dos chicos.
En esta ocasión las manos del menor se movían con más destreza viajando por todo el blanco pecho de su JaeJoong. El cuello de este ya había sido probado en su totalidad, ahora el chico moría por probar otras partes del mayor, por probar nuevamente aquel cuerpo como asía mucho no lo probaba.
Despego una de sus manos del pecho del chico y la llevo hasta su rostro, tomo la barbilla del chico y lo volteo hasta quedar de frente listo para poder invadir aquella cavidad que le pedía ser besada.
Se miraron por un momento como intentando descifrar aquel misterio, como intentado responder a todas las preguntas a las cuales aun no tenían lógica. Al momento que Jae cerró los ojos YunHo entendió que esas cosas ya las vería después, lo que ahora le importaba era besar aquellos rosados labios que ya habían sido mojados por la propia lengua del más grande. Sus deseos fueron concedidos. Sus bocas se movían a un ritmo acompasado, el movimiento era sutil y en ocasiones estos quedaban atrapados en los del otro. La lengua de YunHo jugaba con los labios de Jae, quería que el otro le permitiera el paso para poder consumir su amor de una manera que los llevara hasta mil lugares descubriendo mil sensaciones.
JaeJoong no tardo en darle gusto al chico, abrió su boca permitiéndole el paso a esta. La lengua del menor se entrelazo con la del rubio moviéndose descontroladamente, probándose. Sus sabores mezclándose formando la más deliciosa de las esencias. Sus cabezas moviéndose al compás de sus lenguas, llegando a lugares que solo podían probar en el otro.
Sentían que sus respiraciones no aguantarían por mucho, tenían que consumir oxigeno, pero los labios, el sabor del otro era adictivo, eran su droga. Leves gemidos se perdían en las dos bocas que seguían moviéndose frenéticamente. YunHo había comenzado a tocar los pezones de Jae logrando que este gimiera de placer al sentir esos dedos apretar y pellizcar sus sensibles botones. Las sensaciones se tornaron mas fuertes asiendo que sus bocas se separaran al momento en que YunHo había apretado y jalado los dos pezones del chico de una forma que lograron un grito en el rubio.
No asía falta ninguna palabra, sabían lo que querían y esta vez no pararían hasta lograr llegar al momento decisivo. El castaño se separo un poco del cuerpo del otro para poder de una vez quitar aquella incomoda camisa que el mayor llevaba. Al momento de sentir que su camisa era levantada el chico alzo los brazos permitiéndole al menor quitar por completo aquella sensual prenda. El pelilargo veía embelesado la figura del rubio, podía ver como este temblaba sintiendo la vergüenza en cada poro del mayor.
Con algo de destreza quito de su ropa la camiseta que llevaba puesta. Jae escucho cuando esta cayó al piso y sintió como sus músculos se tensaban. Estaba muy nervioso, no era la primera vez que lo asían, pero sentía algo que no había sentido la primera ni aquella vez en el baño. Se sentía como si esta fuera a ser su primera vez, como si este fuera el paso a un nuevo mundo junto a YunHo, junto al amor de su vida.
Su piel se erizo al sentir las frías manos de YunHo sobre sus hombros, le estaba tocando con tanta delicadeza, estaba intentando calmarlo porque sentía que de otra forma no podría continuar con aquello. Su mirada viajaba por aquella espalda, sonreía ante la evidente excitación que el mayor estaba teniendo, incluso sonreía al sentirse a el mismo de la misma forma que el rubio. Jae respiro fuerte al sentir las manos de YunHo tocar su estomago y pasando sus manos sugestivamente por la pretina de su pantalón. Los labios del chico ahora se encargaban de besar con pasión el hombro del mayor, saboreando aquella piel tan hermosa que tanto le encantaba. Jae estaba desesperado, quería algo más de contacto con el chico, pero simplemente en ese momento su vergüenza se lo impedía.
Las manos de YunHo estuvieron tocando la pretina del pantalón de Jae una y otra vez, se acercaban a su botón y zipper para volver a subirlas a su estomago. Sus carisias se asían más constantes y sus besos aumentaban pasando por toda la piel descubierta del mayor. No quería apresurar las cosas, pero su miembro estaba doliendo, y sentía la necesidad de atenderlo, quería que el rubio lo hiciera. Al despertar de aquellos pensamientos y notar las sonrojadas mejillas de Jae y los leves gemidos que podía notar salían mas constantemente, asiendo que su piel fuera aun más sensible, se olvido de todo, olvido de atender su sexo y solo se concentro en hacer sentir bien a ese chico de piel blanca que le rogaba por atención, por una atención más intima.
En esta ocasión no jugó más con Jae, poso sus manos en el botón del pantalón de este y lo desabrocho, el zipper fue bajando lentamente sintiendo como ya el erecto miembro del rubio le impedía el paso a aquel pedazo de metal. Con calma introdujo su mano dentro del pantalón del chico sin pasar de su ropa interior. Acariciaba de una forma tan tierna y dulce la virilidad del chico que este se preguntaba si aquel chico era YunHo, pero lo era, era simplemente que en esta ocasión estaba asiendo las cosas de una forma diferente, de una forma que le agradaba, ya que sentía la preocupación por no hacerlo daño, sentía aquella calma con la que el chico disfrutaba su cuerpo. Se sentía tan bien…
Su cuerpo termino en la gran cama del centro de aquella habitación. Su pantalón hasta las rodillas y la mano de YunHo tocándolo de una forma increíble. Abría los ojos en ocasiones topándose con la mirada brillante del moreno. El menor estaba encima de él en una posición que le permitía manejar por completo el otro cuerpo. Su mano seguía atendiendo el sexo del mayor ahora viajando por debajo del calzoncillo de este. Podía sentir como aquella parte tan privada de Jae estaba caliente, podía sentir como el ahora duro sexo del chico palpitaba pidiéndole, rogándole por un movimiento más rápido. Pero se lo negó. Saco la mano de la prenda del chico y con una sonrisa bajo hasta quedar a la dirección de esta.
Su mirada era llevada hasta el bulto que era tapado por aquella prenda color azul, sonrió al notar como Jae solo lo miraba expectante, vigilando que hiciera el trabajo de una buena vez.
Sonrió antes de dar algunos tiernos besos por encima de la tela azul al sexo de su amante, sintió como el chico se estremecía al sentir esos labios encima de su cuerpo. Eso fue suficiente para convencerse de que si no asía algo, Jae era capaz de morir de placer.
Bajo hasta las rodillas el calzoncillo del mayor, veía como el miembro del otro estaba completamente despierto y duro, sentía como el mayor comenzaba a mover sus caderas esperando que hiciera el trabajo de una buena vez. Saco su lengua dando leves lamidas al sexo del mas grande. Jae no podía articular palabra, sentía miles de escalofríos en su parte baja y todos ellos le estaban proporcionando demasiado placer. Quería gritar, quería pedirle que se diera prisa, pero no podía, los jadeos eran demasiado fuertes y no le permitían hablar. Su pecho subía y bajaba intentando regular su respiración, quería hacer algo, quería moverse y llenar de placer a YunHo de la misma forma que él lo estaba haciendo con su cuerpo. Entonces recordó, dios como agradecía a aquella revista para adultos que había encontrado ya asía unos meses.
-Yun… mmh… YunHo espera… -pronuncio el chico entre aquellos jadeos
-¿Qué pasa boo? –YunHo apenas si se había desapartado del miembro del otro para poder preguntar aquello, estaba ansioso por seguir con su trabajo
-Yun… -pero su respiración aun seguía algo agitada, quería decir aquello pero en esas circunstancias le estaba costando
-date prisa boo, me está doliendo y no creo que pueda aguantar por mucho
-yo… me gustaría intentar algo nuevo –soltó el chico sintiendo como sus mejillas ardían por la vergüenza
-¿algo nuevo? –YunHo no entendía a que se refería exactamente el mayor -¿Cómo que algo nuevo boo?... ¿con que?
-YunHo esto es muy penoso, si… mejor déjamelo a mí, yo me encargo –YunHo veía como el chico se levantaba de donde había estado acostado. Podía ver que aquello que quisiera hacer el chico le estaba costando, sus mejillas sonrojadas lucían tremendamente bien –recuéstate –El menor hizo lo que Jae le había pedido aun con una cara de completa confusión. El rubio observo por un momento el cuerpo de YunHo que ahora se encontraba recostado en la cama, dios lucia tan sexy, pero aun faltaba algo, algo que era sumamente importante –primero quitare esto –dijo el chico
YunHo solo veía los movimientos de Jae, el chico se puso a horcajadas de su cuerpo y muy, muy lentamente comenzó a acariciar la piel desnuda del moreno. Sabía que tenía que apresurar las cosas ya que su erección necesitaba de la atención que el otro le daba hace unos momentos, y sabia también que el otro joven lo necesitaba.
El cinturón del menor estaba siendo quitado con tranquilidad, mientras realizaba el trabajo, el mayor aprovechaba para poder tocar el sexo de este el cual se podía notar a distancia que estaba bien parado y duro. Esos pequeños roces provocaban en YunHo escalofríos que le daban un sinfín de sensaciones. Se sentía algo extraño al no poder hacer sentir bien al chico y tampoco se sentía muy bien que el chico temblara con cada movimiento que hacía y no hiciera el trabajo rápidamente.
“¿Qué estoy asiendo?” se preocupaba el rubio al ver y sentir como sus manos temblaban sin poder detenerse y al darse cuenta que el chico tenía una cara de ‘date prisa’ “dios tengo que hacerlo”
Respiro profundamente hasta que tomo todo el valor posible para quitar rápidamente aquel cinturón que lo privaba de todo el ser de YunHo. Sus manos aun temblaban, pero intentaba hacer las cosas rápidamente para poder esconder aquello. El cierre del moreno era bajado en aquel momento y este solo podía sonreír al ver la determinación del rubio.
Cuando por fin el cierre estuvo abajo y su voz se ajito aun mas al sentir el miembro de YunHo por encima de aquella ligera prenda. Se sentía tan duro, se sentía tan grande. Respiro hondo al volver a retomar el trabajo que estaba asiendo algunos momentos atrás. Con ayuda del moreno pudo bajar los jeans de este y sin darse cuenta el pantalón ya había quedado con las otras prendas que hacía unos momentos se habían quitado. La única prenda que cubría el cuerpo de YunHo fue bajada lentamente hasta que desapareció de aquel cuerpo. El menor se había sorprendido al notar la rapidez con que su bóxer había quedado en el suelo.
Jae seguía con parte de la ropa encima de su cuerpo así que sin esperar a que YunHo realizara algún movimiento se acomodo para poder deshacerse de aquellas molestas telas. Su bóxer estaba ligeramente mojado por su propio pre semen que había salido ligeramente de su cuerpo al sentir la lengua de YunHo en el.
Al quedar los dos completamente desnudos el mayor volvió a colocarse en la misma posición que estaba asía unos momentos, a horcajadas en las caderas de moreno. Su miembro moría por atención, moría por sentir nuevamente la lengua del chico en el, pero no podía dejar al castaño con aquel dolor en su entrepierna mientras él era complacido.
Comenzó a mover sus caderas lentamente sintiendo como su sexo se rosaba con el del otro. Sentía como su duro miembro era friccionado por el otro y eso le estaba provocando un tremendo placer que de verdad le estaba volviendo loco. Su mirada se mantenía en los ojos de YunHo, podía notar como estos tenían un brillo, aquel brillo de placer y deseo que conocía, que ya había conocido.
Sus caderas comenzaron a moverse mas desenfrenadamente, quería brindarle algo de placer a aquel chico que tanto le fascinaba. De repente sintió como el menor comenzaba a pellizcar sus pezones, sentía como aquellas manos presionaban con gran fuerza sus botones rosados, pero también sentía un gran placer al sentirlos en ellos.
Después de abrir nuevamente los ojos el rubio observo los de Yunnie, se veían ansiosos por algo más de contacto, y podía sentir de igual forma como sus mejillas ardían. Debía de estar como tomate al igual que las mejillas de su YunHo.
Mordió su labio inferior antes de poder mover su cuerpo, cerró sus ojos fuertemente al quedar en un momento frente al miembro del moreno. Lo observaba, estaba tan enorme que en un momento se asusto de pensar en sentir eso dentro de el, era enorme y sabia que le dolería.
-aaaahhhhhhmmm…. –estaba tan concentrado en aquello que no se dio cuenta de cuando el chico había tomado su miembro y había comenzado a engullirlo
El miembro de Jae quedaba frente a su rostro expuesto a todo lo que se le pudiera ocurrir. Había tomado las caderas del joven con las dos manos acercándolas más a su rostro para poder alcanzar aquel sexo de tan dulce sabor. Al parecer eso le había sorprendido al mayor ya que por su grito parecía en otro mundo. YunHo sonrió ante aquellos excitantes gemidos que salían de aquella boquita acaramelada. La húmeda boca de YunHo mojaba todo su sexo y sentía como aquella lengua presionaba su miembro para poder incrementar el placer al doble. La única voz que se escuchaba en aquella habitación era la de Jae, la cual no podía dejar de gemir ante tal acción del moreno. Pero su plan no era ser el único que disfrutara de aquello, así que después de gemir por última vez tomo el miembro de YunHo con las dos manos y sin pensarlo engullo aquel pedazo de carne, que tenía el sabor más dulce que alguna vez Jae haya probado.
El gran sexo del moreno era movido por su dueño de una forma que Jae sentía tenia vida propia. Intentaba mojar toda aquella parte de carne para poder saborear aun mas aquel delicioso sabor, tragando saliva constantemente asía que el sabor del menor se impregnara en su garganta.
Los gemidos eran ahogados en sus propias gargantas, no querían dejar de provocar aquel placer que sabían sentía su compañero. Los movimientos de YunHo eran más frenéticos y expertos, tanto que varias veces el mayor se veía obligado a abandonar aquella delicia para poder gritar de placer, haciendo que su voz retumbara en toda la habitación.
Después de ver que YunHo no se estaba deteniendo ni un segundo, el mayor desidia no tener compasión por él. Acelero sus movimientos asiendo realidad de esa forma todas las fantasías del menor. Y es que con solo tener aquella lengua moviéndose rápidamente, frenéticamente asía que sus sentidos desaparecieran, y el menor no pudo evitar abandonar el miembro del rubio, para poder gritar y gemir como le estaba asiendo sentir aquel blanco cuerpo. Jae sonrió en sus adentros al escuchar aquello, se sentía tan bien ser el que provocara aquellos gritos en la garganta del menor.
Los segundos fueron pasando y con ellos algunos minutos más que los chicos disfrutaron intensamente. Pero el orgasmo estaba demasiado cerca, y sus movimientos asían que este llegara aun más rápido. Unas cuantos lamidas mas fueron suficientes para que los dos chicos terminaran derramándose en la boca del otro. Los dos tragaron rápidamente ya que necesitaban recuperar el oxigeno rápidamente. Después de que toda la semilla del contrario quedo en su estomago los chicos se tranquilizaron, tratando de regularizar su respiración.
YunHo estaba aun algo agitado, pero su miembro comenzó a despertar cuando sintió como Jae lo tomaba entre sus manos para comenzar a masajearlo. El moreno sonrió ante aquel acto del rubio, no cavia duda que este se estaba luciendo con aquellos toques y no cavia duda que estaba igual de deseoso que el por completar aquella acción.
Esta vez con los movimientos que hacia YunHo el mayor entendió que debía de acomodarse en otra posición. Rápidamente una de sus piernas fue movida quedando ahora de frente pero aun encima del joven. Sus manos habían comenzado a tocar el cuerpo de aquel chico que respondía ante el más simple de los roces del rubio. Jae estaba completamente feliz por eso, pero YunHo no era de los chicos que se dejaban dominar, no permitiría que el pequeño Jae tomara el control de todo aquel acto. Después de ver los ojos del más grande y sonreír al notar aquel deseo que sabia se debía ver en sus propios ojos, el chico volteo rápidamente al cuerpo que había estado encima del suyo, dejándolo a su completa disposición. Jae se había sorprendido por el repentino movimiento de su YunHo, pero al notar como su miembro ya estaba completamente erecto entendió la razón.
En ese momento se dejo hacer al antojo de aquel chico.
Las paredes blancas de aquel cuarto eran iluminadas solamente por las lámparas encendidas de las dos mesitas de noche. Los besos, las caricias, todo era desenfrenado, cada parte de aquella piel era lamida, cada parte de aquel cuerpo era tocado. El placer había pasado a un nuevo nivel. Su cuerpo era besado con desenfreno, y su cuerpo que ya había despertado se estaba desesperando. Ni uno de sus músculos se movió al ser completamente de aquel chico, el placer no le dejaba reaccionar y esas cálidas manos estaban encendiendo su cuerpo de una manera que no pasaba en meses. Los labios del moreno besaban el pecho del rubio que aun contenía algo de su propia semilla, se la llevo toda a la boca tragando la poca sustancia que según él no era tan deliciosa como la del rubio.
Después de pasar toda su lengua por aquel pecho y dejar nuevamente duros los hermosos botones rosados del rubio, el moreno bajo hasta llegar a la intimidad de este.
Abrió sus piernas como si de un objeto muy delicado se tratara. Sonreía al ver aquella parte tan intima del mayor, sonreía al verla mojada por su propio semen y lo que más le provocaba aquella sonrisa era ver como esa parte de Jae temblaba levemente al sentir el deseo y la desesperación por atenderla.
Después de una última mirada al más grande, el moreno se agacho nuevamente para poder comenzar con aquel acto que sabia los volvería locos. Las piernas del rubio ahora eran sostenidas por el propio Jae, era un poco cansado sostener sus rodillas, pero sabía que aquello valdría la pena.
YunHo abrió la cavidad del mayor con sus dos manos, asiendo que aquel acto le dejara ver la rozada y delicada piel de aquella parte. Acerco su rostro hasta el trasero del joven y con la mirada expectante de Jae sobre su cuerpo comenzó a lamer aquella deliciosa parte del cuerpo del rubio.
-aaahhhhmmm… -gimió el mayor al sentir la lengua del moreno dentro de su cavidad
Se sentía tan bien sentir la húmeda lengua de YunHo dentro de él, se sentía de una manera deliciosa, era increíble como el menor podía darle todo aquel placer con tan solo esos movimientos.
Tenía toda aquella parte mojaba y caliente. La lengua del pelilargo se movía con desenfreno llegando hasta lo más que podía de la cavidad dulce de aquel rubio. Estaba mojándola por completo, aquel acto también servía para poder dilatar aquella parte y hacer que su miembro entrara fácilmente. Lamio sus labios levemente antes de soltar el trasero del chico y llevarse uno de sus dedos a su boca, lo humedecía rápidamente para después introducirlo dentro del lugar que antes ocupaba su lengua. Jae apretaba los ojos intentando no parecer un niñito al demostrar que aquello le estaba doliendo. Dos dedos mas se unieron al trabajo moviéndose en círculos dentro de Jae, salían y entraban dejando aquella deliciosa parte del chico del tamaño adecuado para la invasión de su sexo. Al notar que era suficiente el menor se levanto de donde estaba y se acomodo entre las piernas del mayor. Jae estaba muy agitado y sentía que en cualquier momento explotaría, tenía que sentir ese gran pedazo de carne en su interior aunque eso le provocara un gran dolor. El moreno roso su miembro con la cavidad mojada del rubio, pero no asía nada, estaba jugando con Jae y eso el mayor lo noto al instante… se vengaba…
-YunHo… -se escuchaba su voz agitada y jadeosa
-eres hermoso boo –término pronunciando el pelilargo antes de rosar la punta de su sexo para por fin introducirla lentamente. Aquel movimiento era leve, Jae aun no podía gemir, pero de repente el moreno enterró todo su ser dentro de la pequeña cavidad del rubio, arrancando un gran gemido de placer y dolor.
El grito había sido escuchado por casi todo el piso de aquel lujoso hotel. Jae estaba sintiendo un gran dolor que a pesar de lo masoquista que sonase, le estaba gustando, le fascinaba sentir aquel gran sexo en su interior y le encantaba que el otro fuera tan atento al esperar a que su cavidad se acostumbrara a la invasión.
Las punzadas que subían por todo el cuerpo del rubio eran increíbles. Las piernas del chico le temblaban y sentía que si fuera de otra manera terminaría cayendo al piso por lo entumidas que estas se encontraban. YunHo no podía aguantar mas, así que con la mirada le pidió permiso al mayor, el cual le fue concedido por una linda sonrisa.
El pelilargo había comenzado a moverse de una manera lenta y pausada, los ojos de Jae estaban comenzando a aguarse ya que aun no estaba para nada acostumbrado, su virginal cuerpo solo había sido profanado una vez en el pasado, la cual había sido con el mismo moreno que ahora tenía encima de él. Y ahora esta, era la segunda vez que alguien tocaba su cuerpo y la segunda que ese gran sexo entraba en el.
YunHo comenzó a aumentar de velocidad, embistiendo con más fuerza al rubio. La cavidad del chico dolía tremendamente, pero no quería detener al menor, sentía que de esa forma todo se arruinaría.
La electricidad comenzaba a vagar por su cuerpo y el dolor aunque lentamente, estaba desapareciendo. YunHo tenía los ojos cerrados fuertemente ya que la cavidad del mayor era tan estrecha que le daba demasiado placer. Entonces pensó en lo que había pasado en la playa, el chico era virgen y por lo que ahora podía sentir no había sido tocado más que por el. No estaba cambiando de opinión, pero eso de verdad le había puesto a pensar un poco en el chico, en ese que en estos momentos gemía descontrolado, el que en estos momentos le estaba asiendo gemir y le estaba dando un gran placer, uno que estaba por terminar ya que su miembro estaba demasiado duro y caliente.
Seguía moviéndose desenfrenadamente ahora siendo ayudado por el rubio, sintiendo como el chico llevaba su mano a su miembro y se daba placer a el mismo. Quería atenderlo como era debido, pero sus manos en esos momentos sostenían las piernas del chico para de esa forma hacer de las embestidas algo más fuerte y constante. Al ver la cara roja del chico y oír esos gemidos que habían aumentado si es que era posible, de intensidad. Entonces dejo por un momento la fuerza de las embestidas para poder atender aquel sexo caliente. Jae enredo sus piernas en la espalda del joven, dirigiéndolas poco a poca al trasero de este. De esa forma el mismo empujaba aquellas caderas para que ese sexo se moviera de una forma más placentera en su agujero.
La mano del más chico se movía frenéticamente en el miembro del rubio, el placer en sus cuerpos les asía sostenerse el uno del otro. Jae dejaba marcas y algo de sangre en la espalda del moreno. YunHo solamente apretaba aun más el sexo del chico, y con la otra mano se sostenía de las sabanas blancas de aquella cama.
Jae estaba sintiendo algo increíble, sentía el gran sexo de YunHo en su interior y a la vez sentía aquella electricidad corriendo por su sexo, sintiendo las ahora cálidas manos del más chico recorriendo sus partes más intimas.
Las embestidas cada vez se asían más profundas, las sensaciones se incrementaban y los chicos no dejaban ni un momento de gemir de placer, aquel acto era aun mejor que el paraíso, aun que no lo conocieran, sabían que mil veces preferirían estar junto al otro, sintiendo aquellas manos sobre su cuerpo, sintiendo aquellos besos y aquel placer, a ir a ese lugar. Porque no había comparación con lo que podían lograr estando el uno con el otro.
El orgasmo estaba llegando y sus cuerpos se estaban contrayendo. Entonces el menor término derramándose en la estrecha cavidad del mayor, Jae aun no se corría, pero unas cuantas lamidas por la lengua de YunHo fueron suficientes para que su semilla terminara en los dos cuerpos, así como en la boca del moreno.
YunHo cayó rendido encima del cuerpo de Jae, los dos chicos aun no se recuperaban del pasado orgasmo y sus cuerpos necesitaban un respiro para poder recuperarse. Quería decir algo, quería darle un beso y decirle que lo amaba, pero estaba cansado, estaba tan cansado que sus ojos se estaban cerrando aun cuando él no quería.
Entonces el chico subió hasta el rostro de Jae y rápidamente beso sus labios, dándole a probar de su semilla. El rubio se encendió ante aquel acto, precisamente era lo que había estado pensando, y ahora que el otro lo había hecho no podo evitar llorar de emoción, eso y el cansancio del pasado acto, hizo que se dejara abrazar por los brazos de Morfeo, siendo seguido por el pelilargo.
Los dos cuerpos sudados quedaron en la cama, las lámparas de las mesitas de noche fueron apagadas cuando el moreno aplaudió antes de caer al lado del cuerpo de Jae. Sus ojos se cerraron de la misma manera que el rubio y entonces ya no pensaron en nada…
Las luces de colores seguían iluminando aquel lugar. Al entrar nuevamente el chico no pudo evitar ver nuevamente a los lados, dándose cuenta que no tenía sentido, que los chicos se había ido.
-pero si seré idiota, si ya me lo habían hecho una vez, ¿Cómo pude caer en la trampa nuevamente?... pero si serán esos descarados, mal amigos, si ahí están diciendo que Min ayúdame a esto, que Minnie tengo un problema me puedes ayudar, que pásame los apuntes de la escuela, necesito que me escuches tengo problemas con YunHo, y esos mendigos descarados me dejan solo en un maldito antro, con un montón de niños estúpidos que no hacen más que tonterías creyéndose la gran cosa, malditos…
-¿Quiénes? –Kame se acerco al chico que había estado hablando solo
-eh? –Min se quedo viendo al chico ya que había estado en sus ensimismamientos y no había puesto nada de atención
-pues estabas diciendo que malditos y no sé qué tantas cosas, por eso te pregunto ¿a quién te referías? –el chico mantenía su mirada de niño bueno que siempre tenía cuando hablaba con el otro joven
-no a nadie, nada más a los descarados de Junsu y Jae que se fueron sin decirme nada y ahora no tengo en que regresarme a mi casa, como el enano nalgón era el que traía coche… pues aquí estoy varado aquí–dijo el chico con el mismo rostro de molestia de asía unos segundos
-jajaja ya veo, bueno si quieres yo te puedo llevar
-no lo sé, no debes de molestarte
-no es molestia, vamos, además no creo que sea bueno que te quedes aquí, a estas horas no pasaría ningún taxi y no permitiré que te vayas caminando, así que deja de discutir y vámonos –Changmin iba a seguir protestando, pero el chico ya había comenzando a jalarlo entre la gente que seguía bailando como locos en el antro
Después de nada los chicos llegaron hasta el estacionamiento y ya estando ahí buscaron el auto de Kamenashi, un Ferrari negro que se encontraba esta el fondo del lugar salió apresurado.
Changmin no estaba muy cómodo siendo llevado por el joven, pero en esos momentos estaba más ocupado en maldecir mentalmente a sus dos “amigos” que en prestar atención al otro chico. Pero kame no era de los que se quedaban callados, no era del tipo de chico aburrido, así que no se detuvo para poder seguir conversando con el chico moreno.
-no te preocupes Changmin, para mí no es ninguna molestia llevarte a tu casa –decía el chico con una sonrisa en el rostro y con la vista al frente de la carretera
-perdón por las molestias –dice el otro un poco avergonzado
-jajaja, bueno, oie, ¿te puedo preguntar algo?
-dime –Changmin voltea a ver al chico que conduce con calma
-es sobre Junsu, ¿le pasa algo?... no se, lo noto demasiado extraño –se notaba la preocupación en la voz del chico, asía tanto que no veía a su amigo, pero no era un estúpido para no darse cuenta que algo no estaba bien, y sabia que el moreno estaba al tanto
-bueno… -respiro profundo –no creo que sea bueno que te lo diga yo, si le pasa algo, pero la verdad es algo complicado y sería mejor que el nalgón te lo contara –dijo el más chico con un deje de tristeza, no le gustaba ver a su amigo de esa manera y sabia que todo lo que estaba viviendo le estaba afectando de sobremanera
-tienes razón… solo quiero saber si debo preocuparme o si debo solo estar cerca de él –le contesta el chico impresionando a Changmin por la madures de sus palabras y aquella afectividad –ese niño es alguien que vale mucho, además le prometí a su hermano que estaría al pendiente de el
-¿su hermano te pidió eso? –pregunta el chico algo confundido, sabia de los problemas de su amigo pero era una buena señal que el gemelo de su amigo se preocupara por Junsu
-sí, la verdad es que no entiendo que es lo que está pasando, la verdad es que no tengo ni la menor idea, pero no importa, después le preguntare a Junsu e intentare ayudarle jaja esos chicos son unos idiotas y no saben cómo actuar, a cosas que ellos desconocen
-¿entonces si sabes algo? –pregunta el chico algo curioso
-pues no, no se mucho, pero sé que es un problemas de ellos dos, como te explico, JunHo siempre cuida de Junsu y que le pida a otra persona que lo haga, eso sí es extraño –Changmin ya no dijo nada, ese chico tenía toda la razón y sabia que lo que pasaba con los dos chicos Kim era algo serio, algo que tenía que solucionarse y solucionarse lo más antes posible
-supongo… -termino diciendo antes de recargarse en el asiento descansando un poco
Kame volteo a donde el chico quedándose por un momento en silencio, el menor de los chicos lucia tremendamente apuesto, era verdaderamente guapo y el chico no podía dejar de ver aquellos delgados labios que le estaban rogando por un beso. Su mirada iba de la carretera a aquella persona que lucía extremadamente apuesto con las luces de la calle llegando hasta su rostro. Dios tenía que dejar de verlo porque si no podía que sufrieran algún tipo de accidente y no esperaba que las cosas se quedaran en eso.
Entonces por fin pudo distinguir los edificios que sabía era el lugar donde vivía el joven por las indicaciones que le había dado. Era raro, sentir algo como aquello por una persona que no conocías, tener aquellos sentimientos que conocía a la perfección, los tenía, los había tenido. Pero en ese momento no podía dejar de pensar en aquel joven que se encontraba en su auto casi durmiéndose a causa de la gran fiesta de la que venían.
-“no puedo querer a dos personas, ¿o sí?” –su mente trabajaba a mil por hora, pensando en aquella persona que significaba tanto para él, pensando en esos sentimientos que ahora tenía por este chico tan moreno y tan encantador –supongo que eso lo sabré con el tiempo… -susurro antes de estacionar su auto en un lugar en el que no estorbara para que el menor pudiera bajarse –llegamos Changmin –dijo el joven moviendo un poco al menor sacudiendo su hombro
-¿Qué? –dijo el chico algo confundido, nuevamente se había sumido en sus pensamientos y de repente no sabía dónde estaba
-jaja que ya llegamos Changmin –contesto el otro riendo por la cara de confusión del menor, la cual lucia extremadamente tierna
-ah? Ha sido rápido
-es solo que te quedaste dormido –seguía con una cara de felicidad
-bueno –bajo del coche –gracias por traerme, te invitaría a pasar, pero es demasiado tarde y creo que lo mejor será que descansemos –su voz parecía de lo más amable, no podía evitar pensar en lo caballeroso que era aquel chico
-está bien… mejor… ¿Qué te parece si el próximo sábado salemos a algún lugar? –sonreía aun más dulce, como esperando que con su linda sonrisa lograra hacer que aquel chico moreno dijera que si
-está bien –y lo logro, Changmin admiraba demasiado la forma de ser de aquel joven, por alguna extraña razón le pareció familiar la forma en la que las mejillas de ese chico se sonrojaban, se parecía a “el” -bueno nos vemos –dijo antes de dirigirse hasta la entrada del apartamento
El mayor de los jóvenes se quedo un momento en el lugar hasta que ya no vio la espalda del joven más chico. Su coche salió apresurado llevándose a casa una gran sonrisa que incluso sentía podía iluminar todo el lugar.
Changmin camino asía el elevador de su edificio, entro a esta después de una no muy larga espera. Cuando aquel llego hasta el cuarto piso salió y camino por aquel largo pasillo. Paso algunos números hasta que lo vio. Estaba frente al departamento de aquel chico que tenia confundido a Junsu, sentía la necesidad de entrar y decirle que no se rindiera, que Junsu le necesitaba en este momento más que en otro, tenía que hacer algo para ya no ver sufrir a su amigo. Pero entonces recordó “esos se olvidaron de mi y aun así les voy a hacer algún favor ha… primero que se disculpen” camino hasta llegar a su propio apartamento, saco la llave de este y entro sin encender las luces. Camino hasta su habitación y aun sin cambiarse callo rendido a los brazos de Morfeo que lo abrazaban de la forma más tranquilizadora que podía existir
El día por fin había llegado, los pájaros cantaban como lo asían todos los días, los rayos del sol entraban como de costumbre por las ventanas. Las conversaciones de las personas que se podían escuchar asta aquellas habitaciones. Su cuerpo removiéndose entre las blancas abanas percibiendo un aroma tan conocido, un aroma que le fascinaba y que le volvía completamente loco. Su cuerpo desnudo que solo era cubierto por una sabana tan ligera como la seda. Se sentía más vivo que nunca, sentía que había algo en su cuerpo que ya había sentido, pero en esta ocasione era diferente, será diferente… era lo que el chico quería creer…
Una sonrisa se asomo a sus labios ante sus pensamientos quizás un poco infantiles, pero quería estar seguro, quería estar seguro que su felicidad tenía razón, y que nunca terminaría, quería saberlo, así que abrió los ojos topándose con el techo blanco de aquella habitación, volteo su cuerpo con tranquilidad y sus ojos se aguaron, no por una decepción, no por algo que le doliera en el pecho. Estaba tan feliz de verle, estaba ahí y era real. Limpio sus lágrimas respirando profundo y sin esperar ni un minuto más se recostó en el pecho desnudo del amor de su vida. Todo su aroma recorriendo su cuerpo y podía oler su propio en el cuerpo del otro. Una sonrisa volvió a escapar de su boca y sus labios comenzaron a jugar con la piel del joven dándole tiernos besos que no quería dejar de otorgarle.
YunHo sonrió entre sueños, los toques de Jae le estaban asiendo cosquillas y se sentía de alguna extraña manera bien. Después recordó donde estaba y con quien se encontraba, abrió los ojos encontrándose con los rubios cabellos de aquel chico. Su semblante cambio por completo, no cavia duda que se la había pasado de maravilla, pero era Jung YunHo, simplemente estaba aterrado por las cosas que había dicho e incluso por las que había hecho. Era un chico orgulloso y sabia que meterse con algo como el amor era sin duda peligroso. Pero entonces la vio, vio aquella sonrisa que le daba Jae y vio sus ojos rojos “había llorado” se preguntaba el chico, ¿Por qué? Eran cosas que pasaban por su mente, pero no le prestó mucha atención ya que la sonrisa que le estaba dando el rubio podía opacar cualquier señal de dolor o de lo que sea que ocasionara.
-despertaste –“que voz tan dulce” pensaba cada vez que escuchaba aquel melodioso sonido
-… -estaba anonadado con tanta belleza y por un momento tuvo aquel pensamiento que le pareció por demás tonto de despertar todos los mañanas de esa manera –si –le contesto algo frio. Esos ojos le causaban tanta confusión, tanto temor
-me la pase genial YunHo –dijo el joven moviéndose por completo quedando encima del cuerpo del su compañero
Con ternura sus labios fueron besados, seguían desnudos y aquella presión podía provocar algunos sentimientos en YunHo que no podría controlar. Sin esperar más se lo quito de encima dejando al rubio un poco confundido. YunHo vio algo de tristeza en esos hermosos ojos, no pudo evitar sentirse tan culpable.
-yo… -estaba de rodillas encima de la cama con Jae no muy lejos de él –perdón, es solo que sentirte de esa manera estaba logrando que mi “amiguito” despertara y no sé, me pareció un poco fuera de lugar que eso pasara –dijo un poco apenado, no era del todo mentira, mero sin duda no era lo que en ese momento había pensado
-jajaja ya veo, pero no tiene nada de malo que ese chico despierte, de hecho es mejor –cambio su semblante tierno a uno más sensual
-mmm… pues si tu lo dices, creo que no habrá ningún problema… pero por qué no disfrutamos de una buena ducha boo –lo tomo de la mano para poder llevarlo al baño
-jajaja está bien Yunnie
-¿Yunnie? –se detuvo el menor al escuchar aquel sobrenombre
-¿no puedo?... entonces qué te parece Yun… -dijo el chico con una sonrisa
-muy japonés –reprocho el pelilargo
-Yunni – (ese le pertenece a mirai sshi)
-parece como si fueras un niño chiquito, y yo fuera tu nni-chan… está bien con Yunnie
-jajaja bueno vamos a la ducha –volvieron a retomar el rumbo de asía unos segundos -Yunnie…
Junsu se revolvía entre las cobijas de su cama, eran las nueve de la mañana y el no tenía nada de ganas de levantarse, ni siquiera le había importado perder el desayuno o abrirle a su nana cuando esta se lo trajera hasta la puerta de la habitación. Su cabeza está hecha un lio, y lo único que deseaba en esos momentos era regresar a la escuela y ver a sus locos amigos para que aun que sea por unos instantes pudiera olvidar sus problemas, pero entonces recordaba que también estaban dos de ellos en aquel lugar.
Changmin por alguna extraña razón que no comprendió despertó en la cocina de su apartamento, y eso no fue lo que más le preocupo si lo el hecho de encontrarse con un emparedado en su boca. “estoy poseído o ¿Qué?” pensaba el pobre de Min al no dar con razón lógica por la cual se encontraba ahí y de esa forma “creo que soy sonámbulo” seguía pensando mientras terminaba de devorar su rico emparedado de mermelada.
Junsu… Junsu… y era en lo único que podía pensar, Junsu, Junsu… todo su mundo giraba en torno a aquel chico de risa estruendosa y de mirada tan tierna que podía derretir hasta al más frio de los icebergs. Despertó con mucho esfuerzo y lo primero que hizo fue entrar al baño al darse cuanta que ver aquellas imágenes de Junsu en traje de borreguito sexy no era nada bueno para la salud, ni para cierta parte de su cuerpo que le encantaba recordar aquellas escenas tan candentes que había vivido con su niño, y que por razones ya explicadas no había podido concretar.
La ducha estuvo refrescante y pudo retirar aquellos malos pensamientos que no dejaban de abordar su mente. Después de eso fue con pocas ganas hasta la nevera de donde saco algunas cosas para poder prepararse un desayuno decente. Casi se corta un dedo al intentar cortar un poco de lechuga, cuando cortaba el jitomate que llevaría su sándwich término con todos los dedos vendados. Las banditas de colores se asían ver en cada uno de aquellos cinco dedos que fueran usados.
Después de poder comer aquel pequeño pero nutritivo desayuno, el chico recordó que en su departamento asía falta algo, estaba callado, estaba tranquilo, estaba ordenado, se sentía relajado, estaba en completa calma, y como si algo hubiese hecho click en su cabeza recordó que estaba sin Jung YunHo.
-¿y ese a donde se a habrá metido?... -camino hasta la habitación del joven encontrándose con que estaba completamente vacía -mmm… que raro, ese no es de los fiesteros, de hecho solo va para poder usar sus dotes de danza, pero que no venga a dormir sí que es extraño, y creo que yo soy más extraño hablando solo “bueno si lo pienso no parece tan demente… ahora en que estaba… así, es raro que ese niño se desaparezca… ” –entonces recordó al lindo rubio –“aahhhh… mira que será sonso ese niño”…
Salía de la habitación y entonces se encontró con su amigo en la estancia. Analizo un momento al chico, los ojos demasiado vivitos que le indicaban que no había dormido bien, ese olor en su cuerpo que no era para nada suyo, su cabello seguía mojado lo que indicaba que se había bañado. ¿Y por que estaba bañado? … había hecho algo que requiriera bañarse fuera de casa.
-¿en dónde estabas?... –pregunta el chico algo curioso
-en un hotel… -le responde este dejando caer su cuerpo en uno de los sofás de la estancia
-con…
-con Jae babo… ¿con quién mas podría estar? –tomo el control remoto y encendió la televisión
-mmm… entonces va enserio lo de usar su cuerpo o será que alguien ya cayó ante los encantos de ese chico… -dijo pícaramente el joven
-… -YunHo se lo pensó, y no supo la razón de por qué en un momento dudo de la respuesta –claro que solo es por su cuerpo, si serás idiota –le dijo rehusándose a verlo a los ojos
-mmm… bueno entonces deberías de pensar un poco más, no quiero que te arrepientas como lo hago yo con Junsu, te arrepentirás amigo –hablo con voz triste
-si lo que sea… -fingió no prestar atención
La casa de Jae estaba en silencio, el chico entro calladamente para que nadie notara su presencia. Después de apenas cruzar la estancia y llegar a las escaleras, una voz se escucho en la cocina.
-JaeJoong –era la mamá del joven
-ma’… jajaja –sonrió el chico graciosamente
-¿te quedaste en la casa de Junsu? –pregunto la señora algo molesta, ya que eso no era muy común
-si ma’… te había dicho ¿no? –seguía nervioso
-no por nada, espero que asía haya sido, no se hijo, pero normalmente, las pocas veces que has dormido en casa de tu amigo, el chofer te a traído, o incluso el chico –decía seria
-lo que pasa es que tenía algo que hacer, me dejo aquí cerquita, además ejercicio en la mañana es algo bueno para la salud
-mmm… está bien hijo… -Termino la señora volviendo a la cocina y dejando a su hijo subir a la habitación de este
La semana había pasado más tranquila de lo que esperaban. Los chicos no dejaban de hablar de la gran fiesta, así como de las calificaciones que habían tenido en sus exámenes, que para algunos eran motivo de alegría, mientras que para otros eran un gran motivo de tristeza y reflexión, o por lo menos solo hasta que se disculpaban con sus padres. YunHo estaba en otro mundo, todos esos recuerdos de aquella espectacular noche no le dejaban tranquilizarse, ni siquiera cuando recibiera sus calificaciones de matemática y física, así como las de contabilidad que habían sido de las más bajas de toda la escuela. A diferencia del resultado de Ingles que había sido de los mejores así como los de deportes y el taller de danza en el que estaba.
Su mente no dejaba de intentar procesar sus propias palabras, todo era extraño, no tenía que ser de esa manera, pero es que al ver los ojos ilusionados de aquel chico no supo por qué no pudo actuar como él esperaba, indiferente o como lo había hecho aquella vez en la playa. Todo su cuerpo estaba paralizado y no podía más que pensar en todas aquellas sensaciones que había tenido hacia apenas unos días. Con decir que hasta olvido tomarse su jugo de mango.
Yoochun estaba igual o peor que el moreno, su mejilla seguía teniendo aquel beso del pequeño Junsu, el recuerdo de aquella noche en la que había descubierto que el joven seguía guardando algo de amor, porque esa había sido la razón de aquel “acercamiento” tenía que ser eso, era la única respuesta lógica. Su mente comenzaba a divagar en su ex relación, unas sonrisas comenzaban a salir de su garganta al pensar que ahora si tenía una oportunidad con el chico. Recordaba los besos y las caricias que se habían proporcionado, recordaba lo mucho que se habían amado asía tiempo y lo tanto que tenían que darse ahora. Pero esperaría, esperaría un poco más a obtener una respuesta de él, no le presionaría, pero no le dejaría solo. Para que de esa manera se pudiera dar cuenta de que lo suyo iba enserio, que siempre había sido enserio. Pero su sonrisa desapareció, se quedo con los ojos como platos al ver las calificaciones que tenía, según el apunte del maestro había sido uno de los más bajos. Volteo a ver a YunHo y se dio cuenta del estado en el que este estaba, entonces sin su permiso tomo sus notas y no pudo evitar reír al darse cuenta que tenia escasos puntos más que el mayor.
Changmin no se sorprendió al ver aquella A con ese el mejor de su grado, al cual ya estaba acostumbrado. Estaba feliz pero después de la discusión que había llevado con sus dos amigos no podía evitar sonreír mas y mostrarles aquellas A’s continuas que se mostraban en sus notas. El rostro de Junsu cambio por completo, su amigo no le había hablado muy bien desde el lunes, pero ver que seguía siendo el mismo sarcástico y “presumido” Changmin no reprimió una sonrisa. A Jae le pasó lo mismo, se sentía mal por no haberle avisado al menor que se irían sin él, pero ahora las cosas estaban mejor, o eso parecía.
*************A LITTLE FLASH BACK*************
-buenos días Minnie –sonreía Jae mientras caminaba a donde el mencionado
-buenos días Min –Junsu no parecía estar muy bien, su semblante era algo cansado, se veía que no había dormido bien
El menor no contesto, ni siquiera los volteo a ver, simplemente comenzó a caminar asía el edificio. Los otros dos chicos se quedaron viendo de una forma extrañada, era demasiado raro que Changmin actuara de esa forma, y eso de verdad que les preocupaba. El chico no se detuvo cuando Jae le dijo que lo hiciera, así que los dos chicos solo caminaron detrás del menor, esperando una queja o algo que les dijera la razón de su enojo. Pero no llego, pasaron las horas y Changmin no les decía nada de porque estaba molesto.
-Min… vamos dinos que te pasa –le pedía Junsu con un puchero para ver si asía le llegaba al chico
-si Minnie dinos… nos disculpamos y ya –le secundaba Jae intentando parecer adorable (como si no lo fuera)
-¡¡¡ por qué no mejor van y le preguntan a Kamenashi-Kun que es lo que me pasa!!!... digo como el tan amablemente se ofreció a llevarme a mi casa después de que unos me dejaran solo –touché
-Min…. Oh Min de mi alma lo siento, lo olvide por completo… -lloriqueaba Junsu hincándose ante Changmin y abrazándose a sus pies
-¿lo dejaste solo Junsu?… por dios que desobligado eres, como le puedes hacer eso al pobre de MinMin…
-LA CULPA ES DE LOS DOS Y YA CALLENSE… -entro el chico al salón dejando a sus dos compañeros con los ojos de par en par
-no fue mi culpa Jae, estaba algo mal y… además tu podías haberlo esperado, ¿Dónde estabas?
-con Yun… además si no hubiese estado con él, eso significaba que también me hubiese dejado a mí, MAL AMIGO… mira como te importamos…
-pues tú no te preocupaste por avisarnos que te ibas, ya ves lo que ocasionas por lujurioso
-¿yo?... vamos Junsu el coche no era mío, así que toda la responsabilidad recae en tus hombros, lo siento amigo, pero así son las cosas, acepta tus responsabilidades
-AHHHH… dios ya solo falta que me pie un perro… -en la mente de Junsu aparecía un perro que asía sus cosas en su pantalón –no, no, no… luego si me castigan por mis errores y si pasa lo del perro, no mejor ya no digo tonterías…
************END FLASH BACK*************
Y si también una que otra sonrisa desapareció en ese salón al ver las calificaciones. Junsu estaba normal, solo había salido mal en la clase de Física y de ingles había tenido un 70 así que lo había pasado por pocos puntos. Jae tenía una gran F en examen de Ingles, igual no esperaba más, en los demás había salido más o menos, agradecía tanto a los acordeones de sus hermanas que le habían salvado la vida. Changmin no dejaba de burlarse de los dos chicos. El no era de ese tipo de chicos, que se divertían con el dolor de otros, pero ellos tres se tenían esas confianzas así que no había ningún problema.
De esa forma muchos se fueron con grandes sonrisas a sus casas, la mayoría presumiéndoles a sus padres de las excelentes calificaciones y recibiendo esos “sin duda esa es la mejor escuela de todo Seoul” y aquel 1% de los estudiantes recibiendo ese, “no se para que me molesto en gastar en ti, si no le echas ganas” pero a la vez recibían la contestación de sus hijos “es publica papá, tu no gastas mucho dinero”.
Los padres de Jae no le dijeron mucho, sabían que nunca mejorarían sus notas de Ingles, pero estaban orgullosos de las demás materias en las cuales había tenido unas muy buenas calificaciones o por lo menos mejor que el año pasado.
Junsu no dijo nada cuando llego a su casa, por alguna extraña razón la melancolía le llegaba cuando estaba solo en su habitación. Era por eso que prefería pasar más tiempo con sus amigos de la escuela, ósea los dos locos Jae y Changmin, claro a los que ahora se había unido Kame.
El fin de semana había llegado nuevamente, Kame se estaba arreglando para su “cita” con Changmin. Habían quedado de ir al cine, así que se estaba arreglando con ropa informal. Estaba feliz, en su mente había tantas cosas que no podía borrar, aquella persona que creía amaba y ahora Changmin, estaba confundido, pero él no era del tipo de chicos que deja pasar las oportunidades, sabía que ahora estar con aquella persona seria difícil, y Changmin de verdad le encantaba.
La ropa que llevaba era sin duda increíble, se veía realmente bien y sabia que eso le encantaría al chico ya que por lo que había hablado con él en el transcurso de la semana se había enterado de muchos de sus gustos, entre ellos se había enterado que le gustaba que las personas se vistieran a la moda, pero que él prefería la ropa recatada, con estilo y no simplemente trapos que según muchos decían estaba a la moda. El chico estaba usando un estilo europeo, a su parecer se veía muy bien, y es lo que pudieron comprobar los empleados de su mansión ya que se sorprendieron al verlo de aquella forma.
Changmin había decidido algo tranquilo, pero como el ya lo había dicho a la moda (tipo wrong nunber).
El corte de pelo que ahora llevaba le asía ver sin duda una persona muy apuesta. Salir no era algo que le gustara mucho, pero no vio nada de malo en disfrutar de una linda tarde con aquel chico. El era buena persona y sentía que podían ser muy buenos amigos. Estaban bien las cosas con el joven, pero el chico no podía evitar pensar en aquel chico, se ponía tan triste cuando eso pasaba, pero sabía que ese no era el momento para estar lamentándose. De esa manera prosiguió con lo que estaba asiendo.
Junsu y Jae habían quedado de ir a la casa del segundo, los chicos estaban muy alegres de pasar tiempo juntos, ya que asía algo que no se reunían. El primero llego a la casa de su rubio amigo con una gran sonrisa. Jae se sorprendió algo al verlo ahí, pero al recordar de que le había invitado a su casa se arrepintió, y es que con lo despistado que era había olvidado que también había invitado a YunHo y este para no dejar solito a su buen amigo Yoochun, se lo había traído con él.
Jae solo observo como su amigo entraba a su casa con una sonrisa, solo se golpeo mentalmente y cerró la puerta de su morada. Camino hasta la sala encontrándose al instante a su amigo paralizado viendo a los dos jóvenes sentados en uno de los sillones de la estancia. Jae quería morirse en ese momento, no era su intención crear ese tipo de situación, pero de verdad era un chico despistando.
Yoochun se quedo de la misma manera que el otro viendo con algo de desconcierto al joven que se encontraba detrás del sillón donde ellos estaban sentados. Jae no encontraba en donde esconderse, había metido la pata y bien al fondo del asunto. YunHo no dijo nada, solo observaba las caras graciosas de los chicos. Yoochun como diciendo “nuestro destino es estar juntos, pero en este momento me das miedo” Junsu decía “OMG… si estará en todas partes este chibolo” y Jae… oh Jae lucia de lo más sexy con ese cara de preocupación.
-Junsu ¡¡hola!! –Hablo el moreno para relajar la atmosfera que de verdad se había puesto tensa -¿Cómo has estado? –se levanta del sillón asiendo que su amigo Yoochun también se levantara con el
-ahh… -pero el chico estaba en otro mundo que ni siquiera las palabras de YunHo tenían algún significado para sus oídos… solo sabia q le hablaba, pero no entendía lo que estaba diciendo
-Junsu… -insistió el pelilargo –jajaja –ok no sabía que mas hacer si Jae no le ayudaba en ese momento no sabía si se pondría a bailar o hacer cualquier tipo de show para que esos tres chicos despertaran de su mundo de fantasía
-jajaja chicos miren que coincidencia que estemos casi todos aquí, jajaja falta Minnie, pero bueno jajaja… -reía nerviosamente el mayor de los cuatro chicos al notar que los otros dos seguían viéndose con una expresión que no le agradaba para nada
-Junsu ven siéntate acá –dijo YunHo caminando y jalando al chico asta uno de los sofás, donde se sentó junto a este
-jeje –Jae imito a YunHo sentándose en el sofá en el que los chicos estaban antes
Yoochun seguía parado mirando a donde su amigo se había llevado a Junsu. En un momento fue sentado por Jae que solo lo jalo asiendo que este callera en el sofá junto al mayor.
-bueno… en este momento está algo en la estufa, así que mientras esperemos –sonrió el mayor
-la vez pasada que comimos en casa de Junsu me dejaste impresionado con tu comida, la verdad es que eres increíble Jaeboo –le devolvió la sonrisa el moreno
-qué me dices tú Yoochun ¿te gusto como cocino? –el chico no era nada modesto cuando se trataba de su forma de cocinar o su sazón, sabía que a la mayoría de las personas les fascinaba -… -no había obtenido respuesta alguna, en ese momento no le importa que no se conocieran mucho o que le doliera, pero sin pensarlo dos veces pellizco una de sus piernas asiendo que este volteara a verlo con cara de sorpresa y dolor –esta rica ¿verdad?
-¿eh? –el chico se quedo confundido
-mi comida, ¿verdad que mi comida esta rica Chunnie? –touché… una venita se comenzó a notar en la frente de Junsu
-eh… si, tienes razón tu comida esta riquísima Jae –sonrió tiernamente el chico
-por cierto… el otro día, bueno de hecho fue hace algunas semanas te vi bailando en el gimnasio –se dirigió al castaño claro –la verdad es que me dejaste impresionado, eres muy bueno Junsu –sonrió tiernamente asiendo que el castaño se sonrojara levemente
-jaja gracias –no era por que el chico le gustara, bueno no iba a negar que era muy guapo y ¿sexy?, pero que le hubiese visto bailando y que aparte le haya parecido bueno era un motivo para sus sonrojadas mejillas –yo también te he visto, la verdad es que eres muy bueno, la primera vez que te vi bailando fue en el primer festival de la escuela en el que participaste, desde entonces me interese bastante en lo que asías –también sonrió tiernamente
-¿enserio?... jajaja bueno me he fijado y tu estilo y el mío son muy diferentes, la verdad es que me encanta lo que haces…
-jajaja –sus mejillas se pusieron aun mas rojas, esta vez siendo notado por los tres chicos. YunHo solo puedo reír, su amigo tenía razón, el chico era muy lindo
-¿Qué te parece si un día nos reunimos para ensayar, no se, deberías de unirte al club de danza, eres estupendo y nos traerías mucha buena suerte –dijo el joven acercándose un poco más a Junsu
-estoy en el equipo de futbol, la verdad siempre había querido unirme al club de danza, pero por ciertas razones no había podido… igual lo tendré en mente, el baile es algo que me fascina
-bueno te digo que deberíamos de juntarnos un día, así podemos compartir conocimientos –ok, se estaban olvidando de los dos chicos que los observaban con el ceño fruncido, Jae no dejaba de ver a YunHo y la forma en la que se acercaba a Junsu, por el momento no parecía nada grave, pero prefería que no comenzara. Yoochun estaba de la misma manera, veía las mejillas de Junsu y no podía evitar sentir su sangre hervir
-tal vez la próxima semana pueda quedarme a una clase de danzan te veo bailar y podemos ensayar juntos –sonreía ya un poco más tranquilo
-seria genial… jajaja bueno creo que será muy divertido –reían los dos acompasadamente y hubieran seguido a no ser de los carraspeos de los dos chicos al sentirse completamente ignorados
-Junsu es un cabeza hueca, siempre le he dicho que se meta a ese club, pero el futbol es su vida y siempre termina por escoger eso –dijo Jae con un tono de voz molesto, pro ninguno de los dos chicos se dio cuenta
-jejeje… -rio un poco el pequeño ante lo que decía su amigo –no me hagas quedar mal frente a YunHo, Jae… -entonces, dios el castaño aun estaba en otro mundo que se olvido de Yoochun, se olvido de él, que no pensó en las consecuencias de sus palabras –Yunnie es un chico muy guay así que déjame quedar bien con el –sonrió un poco mas fuerte con la intención de hacer enojar a su amigo
-oie es mío así que no digas mas –dijo el mayor algo molesto. Las mejillas de YunHo tomaron un leve color rojo, aun se sentía extraño con ese tipo de comentarios
-oie y quien dijo que soy tuyo –pronuncio el moreno. Jae abrió los ojos sorprendido –yo soy libre de escoger de quien quiero ser –abrazo ligeramente a Junsu sabiendo que eso molestaría a Jae, y ese acto relajo un poco al mayor, ya que por eso se había dado cuenta de que era una “broma”
-creo que será mejor que yo me vaya –los tres chicos voltearon asía donde el joven Park estaba –con permiso –se levanto y con una expresión sombría comenzó a caminar
-¡¡¡espera Yoochun!!! –YunHo se levanto de donde había estado y siguió al pelinegro –Yoochun perdón… -dijo cuando los otros dos ya no lo escuchaban –no lo hice porque… bueno me entiendes, solo quería que boo se molestara… perdón…
-YunHo estaba bien, eso no importa, por lo que veo al que no le importo es a Junsu –dijo el chico con un deje de tristeza
-mira mejor… regresemos si –el mayor poso una de sus manos en el hombro del pelinegro dándole algo de confianza –ven… –así lo dos regresaron al living, donde al parecer estaban Junsu y Jae sonriendo pero no precisamente tiernamente ni con sentido de complicidad, tal parecía que ellos también habían tenido la misma charla que los otros dos chicos tuviesen
-bueno… la comida estará en poco, así que por qué no la terminamos juntos –dijo Jae alegremente
-buena idea boo –sonrió de igual forma el moreno
-bien… let’s go… -los tres chicos se levantaron siguiendo al mayor que estaba algo emocionado, o que fingía estarlo en realidad era demasiado confuso para su amigo
El menor estaba saliendo del elevador preparándose para salir del edificio. Mientras caminaba arreglaba algunos de sus cabellos, su miraba en cada espejo o algún tipo de vidrio, veía su figura. El moreno era un chico que no le gustaba salir ni vestirse demasiado extravagante, pero cuando lo hacía de verdad que se veía genial y se preocupaba de sobremanera ya que no era muy normal en el. Una sonrisa se formo en su rostro al ver que los empleados del edificio no dejaban de verlo. Él lo sabía, sabía que se veía genial con la ropa que había escogido, así que coquetear un poco no le aria daño a nadie.
Seguía caminado de una forma que ni el mismo se lo creía, los chicos y chicas no dejaban de verlo como cuando están en una pasarela viendo a las personas más hermosas. Pero aquellos volvieron a lo suyo cuando el moreno desapareció del lugar. Al salir del edificio el joven escucho un claxon y rápidamente dirigió su mirada al lugar. Sonrió al encontrarse con el auto de Kame, rápidamente corrió hasta llegar a este y subió al asiento del copiloto. Los dos chicos se sonrieron cálidamente, después vieron como iban vestidos y no pudieron evitar reír un poco mas fuerte ya que sus estilos eran completamente diferentes, pero no podían negar que el otro se veía genial.
-¡¡vaya!! –Menciono el mayor de los chicos –sabes que me vestí así porque creí que esto te gustaría jaja –seguía hablando el joven con una sonrisa
-pues yo también me puse esto por la misma razón –contesto el moreno riendo de igual forma que el otro joven –te ves increíble –dijo ahora más seriamente pero sin quitar aquel buen humor
-tú también Min… ¿te puedo decir así? –pregunto el chico con un brillo especial en los ojos
-claro que puedes, me agrada que tomes confianza conmigo así como yo la estoy tomando contigo –sonrió cándidamente
-jejeje bueno, ahora que ya estamos aquí, déjame preguntarte una vez más, estás seguro que quieres ir al cine, bueno tal vez podríamos ir a algún otro lugar, o primero a comer, o saliendo podemos ir a cenar, dime –sonrió el chico
-bueno creo que lo mejor será ir primero al cine, después nos vamos por ahí, ya sabes algo improvisado jajaja –los dos parecían pasarla bien con el otro, en realidad siempre era cómodo hablar con el otro chico
El auto arranco y por fin los chicos pudieron salir de aquel lugar. Con una sonrisa que podía lograr hacer sonreír asta a la más triste de las personas.
Jae estaba preparando algo de comida, el movía una la comida del sartén que se encontraba en la estufa, mientras YunHo cortaba las verduras. Junsu estaba recargado en el lavamanos de aquella limpia cocina, ya que el mayor de los chicos lo había castigado, porque según él, era un inservible para la cocina, y no quería que su mamá lo matara por incendiarla.
Después de asegurarse que la comida no se quemaba, el mayor se dirigió al mismo lugar donde estaba YunHo. Comenzó a ayudar al menor con las verduras, siendo observados por dos pares de ojos. Yoochun simplemente se había quedado en el mismo lugar que su Susu. Después que YunHo se acercara a Jae y lo abrazara por detrás, los chicos se habían quedado con los ojos de par en par. YunHo veía todo lo que asía Jae y en ocasiones besaba el cuello del chico, besando también sus cabellos.
Junsu se quedo estático, podía notar la cercanía que tenían los chicos, lo que le demostraba que sus problemas se habían arreglado. Sonrió ante aquello, de verdad le ponía muy feliz que las cosas para el chico fueran bien, y que por lo menos el estuviera disfrutando. Yoochun a diferencia del castaño, no sabía que pensar, lo que decía su amigo y lo que estaba asiendo en estos momentos era completamente contradictorio. Sentía que había más que placer carnal, pero YunHo no era de esos chicos que mintiesen, el no era de los que decía cosas solo por decirlas. Entonces, que tenía que pensar de todo aquello.
-hhhmmm –un casi inaudible gemido fue escuchado por los oídos de los dos chicos
Las mejillas de Junsu se sonrojaron, al igual que las de Yoochun, nunca habían presenciado un momento en que ellos se apapacharan y la verdad aquello les parecía demasiado extraño. Solo podían ver la espalda del menor y el cabello del mayor. No querían ni imaginarse lo que fuera que asían del otro lado.
Junsu no podía mover ningún musculo, ver a su amigo tan ¿entregado? al otro de verdad que lo había dejado en shock. Yoochun por otra parte no podía pensar en otra cosa que no fuera “exhibicionistas” o en por qué comían pan frente a los hambrientos.
Después de aquello su mirada llego a Junsu, el chico tenia las mejillas de un color encantador, pero al recordar la razón, no supo porque, ni de donde saco la valentía para hacer tal cosas. Tomo una de las manos del castaño y rápidamente lo saco de aquella cocina.
-jajaja Yunnie eres un malvado –dijo en rubio separándose un poco de este
-te gusta que sea así boo, y no lo niegues –volvió a abrazar ese blanco cuerpo
-basta Yunnie –le dijo el rubio –los chicos están en casa –rio
-jaja ya se boo, pero después de lo que vieron no creo que duden que queramos hacer algo más provechoso –insistió el más alto
-esta es mi casa Yunnie, sabes que hacer algo así no estaría bien, así que mejor sigamos cocinando porque si no te quedaras sin comida –tomo nuevamente el cuchillo y siguió cortando los vegetales
-pero si tu eres mi comida favorita boo…
-yunnie…
Estaban ahí, Yoochun seguía sosteniendo la mano de Junsu y sus mejillas seguían con el más rojo de los colores. Su mano temblando, estaba invadiendo un terreno muy, muy peligroso. Entonces lo olvido, en un momento todo desapareció. Todos sus pensamientos acerca del engaño, acerca del rompimiento… todo se fue. Estaba de frente al chico que amaba, estaba ahí y no pudo evitarlo, vio aquellos hermosos labios que lucían aun mas deseables que antes, vio aquellas mejillas y aquellos ojos que siempre le habían vuelto loco.
Porque lo hizo, es algo que no sabe, se arrepiente, tal vez no… Sus labios estaban tocando los del otro, en el momento que menos se lo esperaba había jalado un poco ese cuerpo asía el suyo, y ahora sus labios estaban rosándose, sus respiraciones mezclándose y aquella sensación de bienestar invadiéndoles.
Junsu también lo olvido, en lo único que podía pensar en ese momento era en ese chico que tenia frente, ese que siempre había cuidado de él y que ahora le estaba regalando un beso como asía mucho no lo asía. Sus labios aceptaron aquellos, su lengua se acostumbraba a la otra, se reconocían, como diciéndose “que ya estaban aquí” como en el pasado, como siempre debió de ser.
El mayor era dulce, sus lenguas recorría su cavidad tranquilamente, despreocupadamente. Sus ojos cerrados tratando de asimilar todo aquello. Porque se sentía tan familiar y tan diferente a la vez. Algo era diferente, algo había cambiado, tal vez el, tal vez Yoochun. Pero de algo estaba seguro, estaba completamente seguro que aquello era lo que quería. Volver a sentirse amado, volver a sentir esos brazos protegiéndole, volver a sentir a Yoochun cerca de él. ¿Por qué?... de repente algo de cordura volvió a él, ¿Qué estaba haciendo? Pensaba el chico. Con todo el dolor de su alma, separo aquel cuerpo del suyo. La respiración agitada y las mejillas como tomate.
Corrió…
El mayor no podía dejar las cosas ahí, lo había sentido, sabía que el menor había hecho aquello porque así lo quería, sabía que tenía oportunidad, y ahora sabia que aun tenía que luchar por aquel joven, lo aria. Quería creer que tenia la lucha ganada así que corrió…
No lo dejaría ir, no otra vez, no como siempre, demostraría su valor como aquella noche en la discoteca… no le fallaría ni una vez más…
La mano de Junsu fue tomada bruscamente por la de Yoochun, el chico se veía agitado y ni siquiera se había detenido por un segundo. Al llegar a la esquina de la calle Junsu supo que no valía la pena seguir escondiéndose, sabía que tenía que enfrentar sus problemas y ponerles punto final.
Sus mejillas seguían ligeramente sonrojadas, aun estaba asimilando aquel beso que le hizo revivir tantas cosas. Después vio esos ojos, tenían algo que nunca había visto, sabía que lo había intentado, pero en esta ocasión había más determinación… su corazón se estrujo al ver aquello.
-Junsu… sabes que te amo, siempre lo he hecho –dijo el chico tristemente –me he disculpado por lo que paso, Junsu ya no se que mas hacer para que me creas… ya no se que mas decirte, que mas demostrarte, para que te des cuenta de que he cambiado –decía mirando directamente los ojos del castaño
-… -no sabía que decir, que contestar
-y creo que no me voy a rendir, no hasta que tú me digas que me odias y que no significo nada para ti, no hasta que sepa que esas palabras son ciertas y que yo para ti no significo nada…
-… -mentira, ¿Cómo podía decir algo así?... ¿Cómo podía decirle que no sentía nada por él? Tantas noches en vela, tantas lágrimas que había derramado, tantos deseos que había desechado
-pero yo sé que no es así –sonrió melancólicamente –lo note, Junsu, tus labios me dijeron que sigues amándome de la misma manera que yo a ti, de la misma manera que en el pasado, yo se que… que tú no quieres seguir así, yo se que tu también estas sufriendo, que tal vez sufriste más que yo en el pasado… -sus ojos entristecieron aun mas -por eso te pido disculpas, perdóname por lo que paso, perdóname por haberte fallado, perdóname Junsu
-es que entiende Yoochun, lo que me está pasando no es fácil, no es como que te pueda perdonar así como así… necesito tiempo –tenía que dejar de oír eso, lo lastimaba, le dolía que Yoochun estuviera asiendo algo, le dolía reconocer que él era un cobarde al no querer admitir sus sentimientos
-¿tiempo?.. –el chico pareció pensar un poco en las palabras que acababa de escuchar –Junsu, te he dado tiempo, siempre estuve esperando por ti, incluso lo que ha pasado antes y mis intentos por hablarte han sido señas de lo que sigo sintiendo por ti, aquellas pequeñas cosas que siempre asía por ti, incluso el estar hablándote solo para molestarte como lo asía antes, todo eso lo asía por que odiaba verte con alguien más… se que tal vez creas que soy un egoísta al no dejarte hacer tu vida, al estar siempre fastidiando tus, no se intentos de relaciones, pero es que no podía evitarlo, no quería verte con nadie más, no quiero verte con nadie más… pero no puedo evitarlo, no puedo evitar quererte solo para mi, querer que solo tu corazón, tu alma, tu cuerpo, tu… sean míos, no puedo dejar de quererte tan fácilmente, no puedo dejar de querer estar contigo tan fácilmente… y en todo este tiempo aprendí algo… -Junsu lo vio expectantemente –aprendí que es mejor luchar, luchar por que las personas se den cuenta de tus sentimientos, de aquellos sentimientos puros, aun que los confundas, aun que parezca que los confundas, porque de esa manera ellos sabrán lo que significan para ti, en cambio si estas como yo estuvo hasta hace poco, lo único que lograras es que crean que no te importan, como lo creías tu… Junsu simplemente yo te amo y no puedo permitir que me dejes a un lado, no puedo porque sé que tu también sientes lo mismo por mí, se que tu también te mueres por estar conmigo como lo estábamos antes, mejorando y aprendiendo en nuestra relación, porque de eso se trata, de aprender de nuestros errores para mejorar… -los ojos del castaño no podían estar más rojos a causa de las lagrimas, porque sabía que lo que Yoochun decía era cierto, porque sabía que esto pasaría tarde o temprano… porque estaba asustado –Junsu no huyas… por favor no huyas mas… -pero Yoochun sabía que si presionaba tanto al pequeño sería peor –puedo esperar a que lo pienses, de verdad puedo esperar a que lo pienses, porque te amo… -se acerco lentamente al chico que estaba llorando frente a él –solo piénsalo y se valiente…
-¿y si no hay nada de que ser valiente?... ¿y si ya no te amo, y lo de querer que te alejes de mi es cierto?... ¿Qué harás Yoochun?... –sus palabras no se podían entender claramente, estaba asustado y su respiración se estaba comenzando a entrecortar
-me alejare… si no sientes nada por mí, me alejare… -no quería llorar, no quería que Junsu sintiera ese sufrimiento, no por ser egoísta, no por ser un machista… quería darle fuerzas, quería que no sintiera miedo, quería que se diera cuenta de que las cosas estaban bien –pero… -no tenía sentido, ellas salían, ellas no podían ser contenidas mas, no querían ser contenidas mas –yo sé… yo sé que eso no pasara, porque yo si estoy seguro de lo que nos pasa, yo sí creo en nuestro amor… Junsu, ¿tú crees en nuestro amor?...
-no lo sé… quiero creer, de verdad que quiero creer… pero no es tan sencillo, no lo es cuando te han lastimado tanto… -su vista en el suelo, las lagrimas llegando al piso, marcando este con las más dolorosas y saladas de las gotas
-déjame sanar ese dolor que e causado, déjame quererte, déjame cambiar esa opinión que tienes de mi… -quería tocarlo, quería darle fuerzas con un apretón, pero tenía miedo, tenía miedo a la reacción del chico
-si…
Los ojos del mayor se abrieron de sobre manera, ¿había escuchado bien?... ¿le había dicho que si?... quería hablar y comprobar aquello, pero el shock era increíble, estaba congelado analizando las palabras que este había pronunciado, ¿Qué seguía ahora?... ¿Qué le tendría que decir?...
-¿sí?
-yo… -pero aun veía la duda en sus ojos, aun sentía el miedo a lo que pasaba en esas orbes claras
-Junsu no tienes por qué contestarme ahora, si no estás seguro, si quieres despejarte…
-si… Yoochun podemos intentar perdonarnos –su respiración se había normalizado –creo que hace tiempo que lo hice… -una pequeña sonrisa de nostalgia se asomo por sus labios –ahora solo te pido tiempo para que vuelva a creer completamente en ti, por favor dame solo un poco de tiempo
-¿seguiremos sin ser nada?
-podemos ser amigos… podemos ser amigos y empezar desde cero
-si…
-ahora yo estoy cansando, creo que necesito que mi cabeza deje de doler para poder estar tranquilo, y hacer las cosas correctamente, ¿el lunes podemos hablar más tranquilamente? –ni él creía lo que sestaba diciendo, después de tantos desprecios, después de tanto “odio” después de todo, tan fácil como decirle “seamos amigos”, tan sencillo que asían ver las cosas tan estúpidas, tan sin sentido
-si… ¿quieres que te lleve a casa? –las lagrimas habían dejado unas marcas en sus mejillas, unas marcas en sus ojos
-no, yo… me iré solo, solamente iré a despedirme de los chicos –limpiaba sus ojos de las lagrimas que había estado saliendo asía unos segundos, de aquellas que parecían ya no doler tanto
-está bien… -Junsu comenzó a caminar adentrándose a la casa –Junsu… -lo llamo antes de que este se perdiera al entrar a la casa –te amo –solo cerró los ojos y no pudo más que sonreír dándole a entender que aun no estaba preparado para pronuncias aquellas difíciles silabas, aquellas simples, pero complicadas silabas
-nos vemos… -concluyo antes de entrar y perderse ante el chico
Después de que los dos se despidieron de los no muy interesados chicos, los dos carros salieron del lugar, los dos con destinos diferentes. YunHo y Jae sonrieron habían visto todo por una de las ventanas, y tal parecería que las cosas estaban mejorando, o por lo menos eso querían creer.
Dios, ¿Qué había hecho?... estaba completamente desconcertado, se suponía que asía unos meses lo odiaba y nunca pensaría en perdonarlo, solo había sido su mejilla, pero sentía que sus labios le ardían por aquel contacto tan dulce. Las lagrimas cayendo de sus ojos sin detenerse, sin importarles que eso le dolía, sin detenerse para que su cabeza dejara de dolor, nada importaba en ese momento mas que pensar, pensar en que hacer “pensar en pensar” se repetía el chico sin obtener respuesta, pero era imposible, en su mente solo se contenían aquellas palabras ‘Yoochun podemos intentar perdonarnos creo que hace tiempo que lo hice… solo te pido tiempo para que vuelva a creer completamente en ti, por favor dame solo un poco de tiempo’ ¿enserio lo había perdonado?... si, ese era la respuesta. Se sentía engañado, se sentía morir, pero lo perdono… ¿Por qué?... porque las cosas son de esa forma, amas tanto a la persona que es imposible que simplemente te sea indiferente, pero entonces… ¿Por qué necesita tiempo?... porque no es fácil volver a comenzar, necesita tiempo para aceptarlo nuevamente, necesita saber que en esta ocasión su corazón estará bien, necesita sentirse protegido…
-no quiero volver a perderte…
Pero aun no lo tenía, aun no eran nada más que “amigos” sabía que ni ese título se podían dar por el momento, sabía que las cosas tardarían, y que necesitaba de aquella seguridad para poder perdonar, de verdad la esperaba… ¿por eso se arriesgo?... es tan fácil decir que lo sigue amando, lanzarse a sus brazos y fingir que las cosas están de maravilla, pero no quiere parecer un chico fácil, o alguien al que le puedes hacer lo que sea y siempre te perdonara… él lo sabía, el sabia a la perfección que terminaría en sus brazos llorando y que le pediría que le perdonara su indecisión, porque lo quería, quería volver con el chico, quería volver a sentir aquella calidez que siempre le daba su cuerpo, quería reír todo el tiempo y deseaba hacerlo, reír aun que el sabia que sus chistes en ocasiones lo confundían, quería esperarlo por las tardes para volver a casa, quería acompañarlo a su trabajo del fin de semana, extrañaba tener que soportar sus perversidades, lo extrañaba tanto.
Su vista era nublada y apenas si podía ver las luces de la calle, podría sufrir algún accidente en cualquier momento, pero eso no le importaba, quería llegar a su casa y simplemente llegar a su cama y llorar como asía mucho no lo asía, como siempre lo estaba esperando.
Cada vez veía acercarse a la zona donde su mansión se localizaba, las tiendas y decorativos le eran familiares, estaba a punto de llegar a su casa.
En un momento las enormes puertas de la entrada se abrieron permitiéndole el paso a su coche, el auto blanco fue entregado al chofer de la mansión y el simplemente entro a la casa sin decir ni una sola palabra, subió las escaleras ignorando por completo las ordenes de su nana y de toda persona que se le atravesaba, ni siquiera le prestó atención a su mamá. Camino hasta el final del pasillo y en él una puerta se abrió paso al chico, la alegre habitación en ese momento parecía el lugar más triste y deprimente, el lugar perfecto para desahogar todas sus penas.
-el no está bien, tienes que venir
Junsu se quedo completamente dormido cuando los ojos ya no podían seguir resistiendo su peso, su cabeza dolía horrible y las ganas de seguir con aquella tortura se esfumo en un santiamén.
Cayo en un sueño profundo sin siquiera quitarse la ropa que llevaba puesta, nada tenía sentido en ese momento, solo descansar, solo dejar de pensar, solo no sentir.
Llego rápidamente al departamento, no tenía nada más que hacer en aquella casa, no le importa nada ni nadie, bueno en realidad en la única persona que podía pensar era en su Junsu, como podía soportar ver esas lagrimas, y no comprendía si era un egoísta al querer recuperarlo o si estaba asiendo lo correcto, porque lo ama, de eso no hay duda, pero el problema es, si no volverá a dañarlo, es algo que no se lo perdonaría, volver a hacerlo sufrir, volver a decepcionarlo. Pero lo aguantaría, ya se encontraba en aquella situación así que no tenia porque rendirse, pero dolía, dolía pensar en que nuevamente podía hacer que aquel ángel derramara esas dolorosas y tormentosas lagrimas.
Después de estacionar su carro en el lugar correspondiente el joven subió en el elevador hasta llegar al piso cuatro, entro a su apartamento el cual era el 207. Las luces estaban apagadas y de esa forma se quedaron, su abrigo quedo en el sofá de la estancia y rápidamente se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Necesitaba despejar su cabeza, tantas emociones concentrándose en él, y aquellas cosas que creyó nunca volver a sentir estaban volviendo. Junsu lo beso, lo beso, y aun que no haya sido en la situación que esperaba, sin duda le causo tantas cosas, tantos sentimientos que volvían a crecer en el. Sabía que lo mamaba, sabía que nunca lo dejaría, pero asía tanto que los labios del chico no lo tocaban que sentía los propios arder, ardían en el más desesperado de los fuegos, aquella sensación de cosquilleo y aquellas ganas incontenibles de salir a buscar a ese chico, besarlo y tomar lo que a él le ha pertenecido durante todo este tiempo. El era suyo, solo suyo, no importaba si otros brazos apretaban aquel pecho, no importaba si otros labios se posaban en aquellos rojos labios tan dulces, no importaba si el cuerpo de Junsu ya no podrá hacerlo solo suyo, el sabia que el corazón del chico no podían abandonarlo, sabía que todo el ser del castaño eran suyo, suyo y de nadie más.
El vaso vacio quedo en la mesita de noche de aquel oscuro cuarto. La ropa fue quitada de su cuerpo en un dos x tres. Su cuerpo cayó pesado en la cama y sin esperar a que si quiera anocheciera el chico se dejo llevar por Morfeo, los brazos que sabía podían tranquilizarlo, pero no eran aquellos que él quería… Junsu, en su mente solo vagaban aquellas dos silabas Junsu su pequeño niño, su ángel, su todo.
Esa noche incluso más que las pasadas, estaba seguro que no dormiría tranquilamente, estaba seguro que solo se desconectaría de la realidad, de Junsu, para seguir pensando en Junsu. Así era, así había sido, desde aquel día que su futuro se opaco, desde aquel día que vio por primera vez los ojos decepcionados de su niño, aquellas dolorosas lagrimas que salían de sus hermosos ojos, aquella tristeza…
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