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Arualthings

Ruby Red Kiss cap 9

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-¿Le amas?




La voz de Sungyeon resonó por todo el saloncito privado de la sala del hospital en el que ella y Yoochun se encontraban, apenas un minuto después de que excusara a su madre.

-¿De que estás hablando?

-Ya sabes de quién estoy hablando.- Su mirada ahora era fría, dura, pocas veces la había visto con esa mirada en los ojos, y jamás dirigida a él.
¿Estaba buscando que la recordara que nadie debía comportarse así con Park Yoochun?

-No sé a donde quieres llegar, abre ese maldito sobre de una vez.- Replicó, irritado. Ahí estaba la respuesta que le había quitado el sueño durante estos últimos días.

-Dijiste que nunca te atreverías a decirle la naturaleza de tu afecto por él. Que te llevarías el secreto a la tumba.- De pronto entendí que andaba sobre terreno peligroso. ¿Hasta dónde pretendía llegar con este tema?

-¿Qué tiene eso que ver con lo que nos ha traído hoy aquí?- Pregunté intentando desviar de nuevo al tema que me interesaba. Pronto descubrí que había sido un error.

-¿Qué qué tiene él que ver?!!- le gritó ella en un arranque de rabia, como si lo hubiera estado conteniendo durante mucho tiempo.- ¿Tratas de burlarte de mí??

-No, no le veo la relación.- Le contesté fríamente. Si había visto a través de mi, no tenía sentido este enfrentamiento.- Lee lo que pone en el maldito papel.

- ¿Cómo has convencido al chico de que se rinda a tus sucios deseos eh?- Preguntó con veneno en la lengua.-Ahora que le tienes, ¿pretendes librarte de mí como de tu ropa vieja?

Apretaba los gruesos labios para no perder el control. Pero sus ojos estaban fijos en el sobre que ella sostenía entre las manos. Nunca debería haber dejado que lo cogiera ella. Le traicionó el miedo, había tenido miedo de saber lo que ponía en el papel.

-No se a que vienen estas palabras, cuando te he tratado yo asi?- pregunté con tono dulce. Se me daba genial la interpretación.

- Oh, tu siempre has tenido mucha otra ropa sucia de la cual librarte, Park Yoochun. –Dijo ella con una amarga risa.- No te pedía nada, nada más que el afecto que me dabas. Has hecho cuanto te ha venido en gana. Porque te entendía, porque sabía que era la primera..... pero ese es justamente el problema... soy la primera... no el PRIMERO.

-Eso también lo sabias, tu escogiste tus propias decisiones. ¿Intentas decirme que me hiciste un favor?- Mi tono se volvió tan ácido como el suyo y la ví apretar los puños y entre ellos la carta que mostraba los resultados de la prueba.


-¿Ponga lo que ponga en esta carta te irás a su lado de todos modos, verdad?_ preguntó, abatida, con un tono de voz que indicaba derrota.

Y con ello mi vergüenza. No podía crearme en ella una enemiga. Habia significado demasiado en mi vida. Aún me dolía en el pecho la punzada de hielo de mi confusión.

Hacía tan sólo unas semanas esta situación habría sido imposible. Tener que elegir entre Sungyeon o Changmin. Era inconcebible....

Porque estar aquí, con ella y esa carta en su mano, era lo que deseaba con todas mis fuerzas.

Hace unas semanas.



¿Porque mi cielo se había convertido en infierno, por la gracia del amor verdadero?

Nunca lo imaginé de este modo.

¿Es que estaba tan ciego?

Aún puedo sentir la firmeza de este deseo en el que Changmin no estaba tan cerca de mí como ahora... mi corazón era feliz a pesar de eso....

¿como he podido estar tan equivocado??

¿Acaso no deseé sinceramente todo lo que tenía?


Ella me miraba como si tratara de leer mis pensamientos en mis ojos castaños. Su mirada era tan brillante que parecía como si fuese a echarse a llorar en cualquier momento.

-Tu mejor que nadie, sabes al lado de quien ha estado mi corazón durante todo este tiempo.- Reconocí.

-Entonces no te importa lo que ponga en esta carta.- Siguió ella, con un tono mas dulce, y más duro.

-¿Cómo que no?-Pregunté yo, alarmado.

-Lo que sea de mí y de mi vida, ya no es asunto tuyo. – Dijo como si con eso se terminara la conversación.

-¿Qué insinúas? No puedes tener un hijo mío sin mi consentimiento!!!

-Tú me lo vas a impedir? Y Qué harás?- Ella me retó con su mirada y su tono en la pregunta y por un momento vacilé.

-Esto no es justo.

-Tampoco es justo para mí perderte ahora.

-Déjame al menos verla, si ya sé que determinación vas a tomar.- Le pedí.

-No tienes derecho ninguno a pedirme eso, dime, cuando estábamos en aquél sofá en quien pensabas eh?? Con quién te acostabas en realidad??? Cerrabas los ojos y pensabas en su cuerpo.....? Acaso es así como se lo haces a él?


-Cállate la boca!!!- Troné, haciendo que callara de inmediato e incluso saltara un poco de la impresión.- No te atrevas a hablar así, ¿Qué demonios te pasa?

-Vas a volver llorando a mis faldas Park Yoochun.- Dijo ella como una oscura amenaza.- Sé que él te hará daño. Lo hará. Y tu no estás siendo sincero contigo mismo, te estás agarrando a una fantasía, estas construyendo tus castillos en el aire. Su calor te está robando el sentido común que te hizo volver a mí tras tu viaje a Usa.

“Su calor me ha robado mucho más que el sentido común” Pensé.

-Y aunque tu no quieras ver eso ahora, en el fondo de tu corazón sabes que él no te ama como le amas tu a él. Sé que renunciarías a todo menos a tu sueño por él. Pero para él las cosas son diferentes. Cambia de opinión mientras aún tengas tiempo.- Me pidió en tono de súplica. Yo no bajé la mirada.

-No puedo.

Desvié la mirada cuando ella no pudo contener un sollozo. Quería saber qué ponía en esa carta, tenía que saberlo. Pero de pronto comprendí lo que decía ella. ¿Acaso cambiaría mi decisión si lo supiera?

“no podría”

No podría decirle que no a Changmin. Jamás.

Dejé que se fuera. Cuando salió de la sala y me quedé de nuevo a solas, me senté en uno de los sillones.
Jamás reconocería que sus palabras eran ciertas. Sabía en el fondo de mi corazón que Changmin no podía sentir lo mismo por mí, pero eso importaba poco.

No quería que nadie ni nada me hiciera pensar en aquello. El cuerpo de Changmin era sólo mío. Al menos me bastaba con eso. Mi amor por él supliría el resto.







Estaba amaneciendo, y Changmin aún no había dormido. Ese mismo día le esperaba una dura jornada de trabajo, aun así, no había pegado ojo.
Shim Changmin nunca dejaba de dormir. Por nada, por nadie.
Shim Changmin necesitaba dormir para trabajar, trabajar para vivir. Su trabajo era su vida.
Y Shim Changmin no se tomaba su trabajo a la ligera, jamás.

Era un ejemplo a seguir para cualquiera.

Igual que Park Yoochun había sido el ejemplo de la pura anarquía. Solo que Yoochun sabía adaptarse a los malos tiempos. Y eso había ido cambiando. Aunque no del todo. Para yoochun no era raro pasar una absurda cantidad de tiempo sin dormir aunque eso le costase la salud, como había ocurrido otras veces.

Pero eso no le ocurría a Shim Changmin. Aunque quedaba apenas una hora para que vinieran a buscarles, el mas joven del grupo estaba aún en la ducha, frotándose la piel sin parar, los brazos, las piernas, la cara. Metódicamente, enérgicamente.

Pero las dudas, la confusión, no se borraban.

Las palabras de Yunho le habían quitado el dolor, pero no la inquietud.

Changmin nunca permitiría que pasara lo que pasara en su vida personal, esto afectara a su trabajo. Pero estaba teniendo serios problemas. Y Changmin no era alguien que contara sus problemas. A nadie.

Era mas como si alguno de sus hyungs lo intuyera, le interrogara o lo asumiera, y quizá le lanzaban un consejo al aire por ver si lo cazaba.

Yoochun hyung no daba consejos gratuitos, a nadie. Por eso se sentía cómodo en su compañía. Solo hablaba con franqueza, miraba con franqueza. Y eso Changmin lo apreciaba.

Hasta ahora. Hasta el momento en el que estaba intentando mentirle. Intentando.

Intentaba sacar de su mente, la mirada de Yoochun en la penumbra, entre las sábanas. Su propio miedo irracional a dejar de tenerle a su lado, de ser su prioridad.

Pero por más tiempo que pasaba en la ducha, por más que se lavaba, el ardor en su cuerpo, la sensación de tenerle dentro no se borraba.

Sentía que Yoochun al penetrarle le había dejado dentro algo más que su semilla. Algo que no se borraba. Que ya parecía formar parte de él.


Se sentía extraño, enfermo y estigmatado. Marcado.

Luchaba por que la imagen salvaje, sensual y descarada de Yunho desapareciera de su mente. Podría borrarlo como todo lo demás.

Todas las veces en las que había tenido a Yunho, en las que había poseído su cuerpo, en las que le había usado. Había creído que pensaba en Yoochun, que sustituía a Yoochun, que sentía a Yoochun.

Ahora que al fin sabía la diferencia real. Algo lo inquietaba.

Yunho jamás había sido Yoochun.

No lo había sido para sus sentidos, ni para sus necesidades. Ahora lo entendía.

Le había usado para vivir su fantasia, cierto, pero la presencia de Yunho era demasiado fuerte para compensar lo que nunca había tenido. Por eso se había encontrado tan incómodo en esa situación, sin saberlo, sin ser consciente hasta esa misma noche del porqué.

Algo que era tan obvio y evidente, era lo primero que había pasado por alto, lo que creía saber.

Todo este tiempo sintiéndose como si traicionara a Yunho, porque pensaba en Yoochun en todo momento. En realidad era a Yoochun a quien estaba traicionando.

Porque Yunho, no era Yoochun. No lo era.

Changmin no era celoso. No era caprichoso. No estaba en su naturaleza. No quería ninguna exclusiva.
Pero Changmin no mentía. No engañaba.

Y pedía lo mismo.

Yoochun podía seguir acostándose con ella, era evidente que él no podía ofrecerle en la cama lo mismo que una mujer. Pero no permitía que le mintieran.

Que quería ocultarlo de todos? Bien

Que quería ocultárselo a ella? Bien.

Pero la información, era algo de lo que no se podía privar a Changmin.

Si la gente no debe saber... bien, si ella no quiere saber, bien..... pero yo... decidiré qué quiero saber. Y quiero saberlo todo.

Y aquella condición no era opcional para nadie.

No era necesario para Yoochun saber lo de Yunho porque había quedado en el pasado. Pero no tenía problema en decírselo.

Escuchó que alguien había entrado en el cuarto de baño. En japón , aunque había dos, los seguían compartiendo. Menos Changmin. No quería compartir la ducha con nadie.

No quería mas comentarios sobre su vello corporal.
-Estoy yo.- Dijo en tono seco como si fuera una orden para que se fuera.

-¿Changmin?- Preguntó Yoochun inseguro.

Changmin apagó la ducha de inmediato y abrió la mampara que los separaba. La cara de Yoochun se nubló por completo al verle salir de la ducha, empapado y completamente desnudo.

Changmin no podía evitar sentirse satisfecho por la gama de gestos que se presentaba en la cara de su hyung.

-¿De donde vienes?- Le preguntó sin rodeos. Yoochun parecía tener que tomarse su tiempo en pensar.

Changmin avanzó hasta él tal y como estaba. Su hyung no podía mirarle a los ojos, completamente hechizado por la visión de su cuerpo. Se acercó hasta que apenas quedaba espacio entre ellos.

Yoochun contuvo el aire. Finalmente le miró a los ojos.

-Te he preguntado, de donde vienes.- Le dijo amenazante mirándole desde arriba, a pesar de su falta de ropa.

Yoochun le miraba con una expresión tensa, incapaz de encontrar alguna palabra con la que contestarle.

Sin decir nada mas, Changmin inclinó lentamente la cabeza para besar a su hyung en los labios. Tan pronto como sus bocas comenzaron a moverse, Yoochun no pudo reprimir un gemido. Ya sudaba por el calor y el vapor del lugar.
Changmin se acercó unos centímetros más, para presionar su escandalosa erección contra su compañero, haciéndole chocar contra el borde del lavabo.













Era esa erección molesta lo que había estado mirando Yoochun sin poder apartar la vista.

La lengua de Yoochun se movía dentro de su boca, rápida y viva, mientras sus manos recorrían veloces toda su piel mojada. Cuando Changmin dejó escapar el primer gemido, Yoochun liberó su boca y comenzó a acariciar su cuerpo con sus labios también. Parecía desesperado por probar cada parte de su piel, y bajó en su recorrido por su pecho y su vientre, hasta quedar de rodillas frente a él.

Desesperado, sujetó a su delicioso tonsaeng de las nalgas con ambas manos y devoró con la misma desesperación y ansiedad su miembro.

Cuando estaba a solas con Changmin, Yoochun ya no era él mismo. Era alguien desconocido. Incapaz de controlarse, succionaba y lamía el miembro que tanto deseaba con tal ímpetu, que no tardó en saborear el semen de su amante.

Se sentía tan satisfecho en aquél instante..... que saboreó la semilla con su lengua, haciendo que pequeñas gotas se escaparan de sus labios.

Cuando abrió los ojos tras su trance, quedó en shock al notar la situación en la que estaba.

Se miró, y miró el cuerpo húmedo y desnudo de Changmin, acalorado por el reciente orgasmo, quien le observaba desde arriba.

¿Por qué estaba de rodillas en el suelo?

Yoochun bajó la cabeza, nervioso.

Al fin estaba pasando... se estaba volviendo loco....




El fuerte brazo de Changmin le levantó del suelo, tirando de él.

-¿Está embarazada?- Preguntó casi en un susurro mientras lamía los restos de su propio semen de mis labios.

Mi propia erección dolía tanto que me nublaba el juicio.

-No lo sé. – Confesé cogiendo su mano y metiéndola en mis pantalones. –Fo***me....- Supliqué.

Supliqué. Park Yoochun, o la sombra de lo que ese hombre fue, suplicó.

-Sólo quedan 40 minutos para salir de aquí al trabajo.- me dijo sin dejar de estimular mi miembro. Yo ya estaba mareado de deseo.

-Hazlo rápido, no me importa... pero hazlo, hazlo....- supliqué de nuevo.

-Tsk tsk no eras tu el que decía....

-¡Que lo hagas!- Ordené fuera de mí. – ¿Quién crees que eres para recordarme lo que he dicho yo.... eh? He dicho que me fo**es ahora mismo, maldito niño.... – Los ojos de Changmin cambiaron.- aquí mismo....

Changmin no perdió un minuto. Sin dejar de mirarme a los ojos, con esa misma mirada fiera que sostenía la mía, sacó su mano de mi pantalón, para arrancar de un fuerte tirón los botones de mi camisa con ambas manos.

Sus dientes se abalanzaron sobre mis labios, mordiéndolos, su lengua presionó contra la mia hasta casi hacerme daño. Un daño tan dulce....

Destapó mi torso de cualquier manera mientras tiraba de mis pantalones hasta sacarlos de sólo 4 tirones, me sentó sobre la repisa del lavabo, era de mármol blanco.. estaba frío... de un empujón me recostó sobre el cristal y apoyé mis antebrazos donde pude. Abrió mis piernas y pasó su lengua lentamente desde mi entrada, dejándo todo húmedo de saliva a su paso, hasta terminar saboreando el presemen que se escapaba de la punta de mi miembro.

-No pienso esperar. – me dijo incorporándose mientras acariciaba su miembro, despierto de nuevo.

-¡¿Quién te ha dicho que lo hagas?!- Le repliqué, molesto.

Precipitadamente, abrió uno de los cajones y cogió lo primero que encontró sin dejar de mirarme a los ojos. Ninguno de los dos rompía aquella intensa mirada de rivalidad.

Nos retábamos el uno al otro a romperla, mientras Changmin no perdía un minuto. NO teníamos tiempo.

Changmin quería ver hasta donde estaba dispuesto a llegar, hasta donde iba a mantener mis palabras...y yo me moría porque me obedeciera, porque hiciera justo lo que yo quería . Y ver esa determinación en sus ojos, pensar que lo haría igualmente aunque me arrepintiera a medio camino.... me estaba matando de deseo.

Mis piernas temblaron de anticipación cuando noté entrar su dedo resbaladizo. Tan sólo fueron unos instantes. Porque su miembro ya estaba lubricado y dispuesto. Y ninguno de los dos iba a esperar. Solo teníamos 10 minutos más a lo sumo... y la fiesta estaba por empezar.

Temblé de nuevo cuando colocó el extremo de su endurecido y cálido sexo contra mi fría entrada. Quería que hiciera arder mi interior con el roce de su pene y lo quería ya.

Se lo decía con mi mirada, él me decía que no había vuelta atrás.

Levanté levemente mis caderas... le quería dentro y le quería ahora....

Si, grité....

No pretendía gritar, pero dolía mucho más de lo que esperaba. Se deslizó sin problemas, impulsada por la fuerza de las caderas de Changmin, la resistencia que oponía y todo aquél lubricante. Changmin sujetó mis muslos con una fuerza que no controlaba y empujó de nuevo mas... mas adentro....

Mas adentro....

Las palabras resonaban en mi mente.... y en las paredes del lugar: Estaba diciendo aquello en alto.

Golpeaba mi cabeza contra el espejo que tenía detrás, en un intento por distraerme del dolor.. ¿por qué mi erección era tan fuerte, entonces?

-Relájate.- Me ordenaba Changmin sin detenerse un minuto. Lo necesitaba tanto que tenía todo mi cuerpo en tensión por las ganas.

-Ahhhg ¡Que te relajes!- me gritó Changmin dándome un palmotazo en la parte exterior del muslo.
Tenía razón, él me sujetaba, no tenía porque estar en tensión...debía relajar las piernas, mi cuerpo...

Destensé todos los músculos que pude... y mis gritos se confundieron entre el dolor y el placer.
Los gemidos de pura agonía de Changmin se volvieron exquisitamente lascivos.

Necesitaba que me tocase.

Sudando, con el pelo pegado a mi frente, moví la cabeza y abrí los ojos. Le miré de nuevo, a través de mis párpados entreabiertos, borracho de dolor y deseo.

Le vi pasar la lengua por los labios mientras no perdía detalle de lo que me hacía, el tiempo se había detenido. Observaba su pelo mojado, brillaba entre el vapor y las luces, su piel morena, cubierta de una brillante mezcla húmeda de agua y sudor.

Las gotas corrían veloces por sus músculos en completa tensión, como si una incesante lluvia cayera sobre él.

Tenía que tocarme.... estaba contemplando el cielo...sintiendo el calor del infierno entre mis piernas....

Estaba en el Limbo. Si así era, quería permanecer así para siempre.

Acariciaba mi húmedo miembro lentamente, contrastando con el frenético ritmo al que se movía Changmin.Me torturaba acariciando mi glande con el pulgar. No quería terminar jamás....

Podría morir de placer lentamente de aquella forma. Moriría feliz.

Intenté reprimir mi orgasmo todo lo que pude... pero Changmin golpeó aquél punto detonante.. una vez, y otra y otra y me vine sin apenas haberme masturbado... un sentimiento de desilusión me invadió al notar el cálido líquido escurrirse entre mis dedos.

Changmin entonces se dio cuenta, Y volvió a mirarme a los ojos, sorprendido.

¿Demasiado pronto?
¿Cuánto tiempo había pasado?

-Córrete.- Le ordené sin moverme un ápice. Con mi tono de voz mas bajo, mas ronco, mas sensual de lo que habría sido capaz de decir en mi vida.

Changmin me sujetó de las nalgas esta vez, levantando mis caderas, ajustándome a su propio ángulo, y abrió la boca en un sordo grito, dispuesto a recibir su orgasmo.

Para mí llegó caliente.. casi espeso... habría jurado que tuve otro orgasmo en ese momento. Empujé mis caderas contra él mientras aún le veía terminar entre espasmos de placer.

¿Quién era yo?

¿Quién era esta bestia en la que se había convertido Park Yoochun?

Oh no, siempre había estado ahí. Me dijo esa voz en mi cabeza.

Este monstruo que sólo mi tonsaeng había despertado en mi.

Changmin rápidamente salió de mi, causandome un gemido de dolor. Agotado, exhausto, apoyó ambas manos sobre el lavabo.

-¿estás bien? – Preguntó sin aliento, mirándome de reojo.

-Sal de aquí.- Le dije, levantándome como pude de allí. Me dolía la cabeza de golpearme contra el espejo, los brazos me dolían de soportar las embestidas de Changmin, las piernas me temblaban por la postura, y al enderezarme notaba escurrir el cálido líquido de Changmin por mis piernas.

Mientras echaba a andar hacia la ducha, Cahngmin miró entre mis piernas de reojo. Un hilo de sangre acompañaba los fluídos que manchaban mi piel.

-¿Seguro que estás bien?- Preguntó incrédulo incorporándose.

Si changmin sabía donde había estado. Se acabó. SI pensaba que dejaba embarazada a quien él creía mi exnovia mientras me acostaba con él. Se acabó.

Ni merecía tenerle para mi solo, ni merecía mi cuerpo recibir el infinito placer físico y psíquico que su ser me proporcionaba.

Cada paso a la ducha era una tortura, pero qué importaba. Changmin me alcanzó cuando abrí la llave del agua.

POM POM

-Yoochun, Changmin y tú id al estudio 13 en tu coche, nosotros salimos ya. Yunho os cubre hasta el mediodía, tenéis vuestra parte a las 4. Pero ni se os ocurra llegar después. Dice que ya hablará con vosotros. Yo me voy- Escucharon la potente voz de Jaejoong tras la puerta, y tras eso, sus pasos alejándose.

Changmin apretó los puños, congelado en su intento de entrar en la ducha conmigo, al oír los golpes de la puerta.

-Rélajate, no llegaremos tarde.- Le dije gastando una mirada de reojo antes de proceder a enjabonarme el pelo.

Changmin se quedó mirándome en silencio durante unos instantes mientras yo parecía ignorar su presencia.

Cuando estaba a punto de decirle que cerrara, entró conmigo.

-No tienes que...

-Sal de aquí!- le ordené sabiendo que no me haría ningún caso.

-Yo tambien necesito limpiarme. Me has manchado de sangre.- Dijo con voz oscura. ¿Pretendía hacerme entrar en razón?

-Lo siento.- Le dije irónico, riendo. NO lo sentía en absoluto.
No me esperaba notar sus fuertes brazos rodeando mi cuerpo en un cálido abrazo.

Mi cuerpo tembló con fuerza entre ellos. Unos pasitos le acercaron a mi cuerpo. Me quedé inmóvil.

Acercó su boca a mi cuello, pretendía susurrarme... tuve miedo, no quería escucharle... no quería escucharle.

- Hace meses que me tiro a Yunho.- Dijo claramente en mi oído.

El agua caliente se volvió helada, y un afilado dolor me atravesó, mucho mas fuerte que el que sentía entre mis piernas.

NO podía estar diciendo la verdad.

-Tírate a tu novia si quieres, pero no me mientas Yoochun. No me mientas. – Dijo apretándome aun mas entre sus brazos, como una amenaza, robándome el aire.

Mis manos fueron a sus brazos para sujetarle y permitirme respirar con libertad. Entendí que no me soltaría hasta que no contestara.

Quería decirle mil cosas, quería golpearle, gritarle, quería decirle que no podía cambiar una infidelidad por otra, quería saber desde cuando, quería saber si yo le importaba, quería saber si estaba celoso por ella, quería preguntarle qué quería de mi, alejarle de mi....

Nada de eso salió de mis labios.

-Yunho....- lo que salía de mis ojos no era agua, eran lágrimas.- ¿Por qué él.... – Salieron esas palabras entre sollozos.- ¿Por qué Yunho....?

Si no había podido tenerte yo primero.... si yo no te había robado la inocencia, por qué no un galante desconocido? Alguien que yo no apreciara, alguien que no tuviera que ver cada día.....

De todo lo que me dolía, de todo lo que podía reprocharte....

No me dolía lo que hubiera pasado en si, me dolía no poder olvidarlo.

¿A qué punto había llegado?

Mi corazón ni siquiera consideraba el dolor de que hubieras sido de otro....sólo no poder olvidarlo...

¿Es que ni siquiera así podía olvidarte?

Me di cuenta de que mi corazón ya había elegido y estaba más encadenado a ti de lo que me atrevía a creer.

-¿Por qué Yunho??- me deshice en lágrimas. Noté como aflojabas tu agarre.

Me cubrí la cara con una mano.

-¿ En quién me has convertido Changmin? ¿Qué me has hecho?- Le pregunté sin mirarle. Él intentó apartar la mano de mi cara.

-Estoy llorando....¿Por qué no te saco a patadas de aquí?

¿Por qué no te odio?

-Yoochun- Dijo dándome la vuelta para mirarme a los ojos rojos.

-Dime, ¿Por qué estoy llorando en vez de partirte la cara? Contéstame!!- Ordené a pesar de mi posición, a pesar de que sabía que no podía responderme.

- Yoochun escúchame...- me dijo mientras yo sacudía la cabeza, intentando no mirarle a los ojos. Me duele... me duele el cuerpo y el alma....

Estoy roto, por dentro y por fuera.

Roto de verdad.

-Yoochun mírame... – me dijo sujetando mis mejillas, arrinconándome contra la esquina de la ducha.- Te quiero...

Mordí mi labio tan fuerte que lo amoraté.

Changmin me besó para detenerme. Lamió mi labio dolorido, bebió agua y saliva de mi boca.

-Changmin.- sollocé mientras me besaba.

ME atrapó por completo entre su terso cuerpo y la pared, coló una mano hasta mi trasero y se abrió paso entre mis nalgas.

-No, no no nono....- Supliqué. -Va a doler... no me toques.

Volví a gritar cuando comenzó a abrirse paso dentro de mí, suave pero firmemente. Forcejeé pero él pesa mas que yo. Arañé su pecho y grité mas, notando como el dolor se amortiguaba mientras me dilataba.

-Al final la prisa no era necesaria.- Dijo con tono cansado.- No voy a dejar que te hagas daño asi. – Me dijo seriamente. Ambos sabíamos que no sólo se refería a mi cuerpo. Yo seguía sollozando de dolor y de rabia, ahora con la frente sobre uno de sus hombros.

Le abracé.

Quería decirle que le odiaba. En vez de eso…..

-Te amo. – Dije apretando los dientes y clavando mis uñas en su espalda, estrechando el abrazo todo lo que me daban los músculos.

-No es lo que piensas….Yunho….

-No quiero oír nada!!- grité.

- Vas a oírlo igualmente. Yo tampoco quería oír nada sobre “ella”.- Dijo entre dientes. Ahora entendía lo que significaba cuando Changmin la llamaba así. Ahora podía notar cada nota de dolor en su voz.

“Él no podía, no podía estar celoso de ella... yo le...”

-Oh Changmin.....- Dije rindiéndome.

-Usé a Yunho para sustituír tu cuerpo. Cuando aún no era mío. Ayer fue la última vez.

-NO quería escucharlo.

-No lo hacíamos desde antes de lo de Las Vegas.....

-Cállate, me da igual!!- mentí. Eso significaba algo... pero mi dolor no me dejaba apreciarlo, no podía.- NO quiero saber nada...nada nada nada nada...

-Te quiero.- Repitió de nuevo.

-¿A quién quieres? A este monstruo en el que me he convertido?- Te pregunté buscando tus ojos.

-Es lo único que quiero. Me da igual quién sea este Yoochun. Es mío.

-Cúrame.- le pedí, esperando que recompusiera los pedazos de mi corazón. Acababa de hacerlo.

-¿No vas a volver a mentirme, cierto?- Me preguntó besándome en la mejilla. – NO me mentirás jamás por ella, verdad?

Yo negué con la cabeza, aún incapaz de contener mis lagrimas. El agua las borraba de mis mejillas con rapidez.

Se deslizó por mi cuerpo hasta que noté sus dientes atrapando la piel de mis testículos, suavemente.
Abría su boca y dejaba entrar en ella mi carne y el agua, pronto subió su lengua para despertar mi miembro dormido, agotado.

Observé como saboreaba mi glande, jugando con él entre sus labios.

Me miraba. Y le sujeté con una mano del cabello mojado. MI miembro se despertaba muy lentamente. Su dígito, inerte en mi interior era un alivio casi completo.

Quería sentir sus dientes rozando mi erección, tiraba de su pelo mojado que agarraba con fuerza entre mis dedos, para que mi pene entrara aún más profundamente en su boca.

Quería que se llenara la boca de mí, asi como yo a él le llevaba tan dentro que ni la traición podía arrancarle.

Yo controlaba el ritmo de la succión, no dejaría que jugara conmigo, que me hiciera esperar, sería como yo quisiera. Movía mis caderas para ajustar aún mejor el ritmo. Por momentos, mi pene se quedaba sin espacio en aquél cálido, humedo lugar.

Pronto mis caderas se movían rápidamente mientras mantenía la cabeza de Changmin en su lugar.

Comencé a escuchar sus amortiguados gemidos.

-Sí.... gime.- dije sin darme cuenta que hablaba en alto.- Gime hasta que te llene la garganta de mí. Aargg

Mis ordenes lascivas se convirtieron en entrecortados sollozos de placer. Solté su pelo para agarrarme a la pared clavando los dedos en ella inútilmente. Mis caderas se movían hacia delante solas, y Changmin recuperó el control sujetando mi miembro por la base.

Estaba completamente excitado de nuevo, me llevé las manos a la cabeza cuando me derramé sobre su lengua. Obedientemente bebió el agua y el semen que salpicó en su boca.

Siguió lamiendo mi fláccido miembro minutos después de haber terminado ya mi orgasmo. Me hizo algo de daño cuando sacó su dedo de mi interior.

Me dejé escurrir por la pared, hasta quedar de rodillas a su altura. Nuestras miradas se encontraron.

En sus ojos había incertidumbre, en los míos, dolor.

Me senté en el suelo de la ducha, mirándole. Él se sentó frente a mí.

¿Cuanto tiempo podríamos quedarnos bajo el agua tibia, compartiendo pura intimidad, compartiendo corazón a través de la mirada?

¿Cómo había podido imaginar una vida sin él?

Comencé a reír y él me miraba como si estuviera loco.

Quería decirle lo que pensaba. Pero mi mirada habló por mi.

Se levantó y me tendió la mano.

Se acercó a mi lentamente, como si fuera la primera vez. Y comenzó a frotar el jabón en mi pelo.
Cerré los ojos con una sonrisa en los labios.

-Odio que me toquen el pelo.- Me relajé notando sus fuertes dedos masajeando mi cabeza.

-Lo sé.-Besó mis labios suavemente y mi sonrisa se hizo mayor.

Cuando volví a abrir los ojos él también sonreía, se estaba lavando. Después salió con esa misma sonrisa.

Terminé de ducharme en cuestión de segundos. Me sentía mareado de estar tanto tiempo allí dentro.

Enfermo de emociones. Agotado. Dormiría 15 horas seguidas si me tumbaba en una cama.

A pesar de la prisa que me di, Changmin ya tenía listos nuestros sándwiches favoritos para el desayuno cuando me reuní con él en la cocina.

Ninguno de los dos dijo una sola palabra mientas desayunábamos. NI mientras íbamos en el coche. Ni durante el resto del día en el que estuvimos trabajando. Era un silencio cómodo. Dulce.







Esa misma noche volamos de vuelta a Korea, pero igualmente, no nos quejamos aunque ambos estábamos sin dormir.

Intenté borrar de mis recuerdos la pasada noche. La espera en la clínica, mis autodestructivas fantasías sobre Changmin tocando el cuerpo de Yunho.

Ni siquiera había mirado al líder a la cara desde que Changmin me confesó aquello en la ducha.

La noche anterior, eh?

Yo muerto de miedo.... y Yunho disfrutando de lo que era mío.

Si hubiera sido cualquier otra persona que no fuera Changmin, incluso Sungyeon, por ser Yunho, no me hubiera importado mucho.

Tenía gracia.


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