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Arualthings

Ai Maid Café. Capitulo 18

Una herida en el corazón, jamás se olvida, jamás se borra. Solo cicatriza.



YooChun decidió que había sido suficiente.



Se levantó del suelo, arregló como pudo su ropa y pasó una mano por su cabello. Respiró profundo y decidió que a veces la paciencia tenía un límite y él parecía haber alcanzado a la suya.





—Muy bien, Su. Tú te lo buscaste. Voy a llamar a los bomberos y no me importa que estés desnudo. Bueno, si me importa no quiero que nadie más que yo te vea desnudo, pero ya estoy demasiado preocupado como para pensar.





Sacó el celular de su bolsillo e incluso empezó a marcar uno de los tres dígitos. Notando que al parecer JunSu ni siquiera se había inmutado ante su amenaza.





—¡Estoy empezando a marcar!





Y como si JunSu pudiera verlo, levantó el celular en sus manos.





—¡Junsu te lo advierto! No recuerdo el número de los bomberos, así que por tanto va a ser peor y voy a terminar llamando al único número que recuerdo, ¡El 911!





La puerta se empezó a abrir lentamente, por un momento pensó en que su estupidez había servido y una bella sonrisa iluminó sus labios. Volvió a guardar el celular y mientras la puerta se abría, arregló como pudo su ropa. Con una hermosa sonrisa en sus labios.





—Baby, Don’t you understand I can’t function without you?





Su voz fue ligeramente suave y conciliadora, por que de algún modo sabía que necesitaba ser así. Pero la sonrisa en sus labios se borró cuando la imagen de un desprotegido JunSu lo recibió. YooChun no necesitó más de dos segundos para saber que algo seguía estando mal.





Por que JunSu ni siquiera lo miraba, por que mantenía sus ojos en el suelo y sostenía el pomo de la puerta con demasiada fuerza. Apenas vestido con una camisa de algodón y un pantalón de dormir, JunSu lucía tan desprotegido que YooChun sintió su corazón hundirse por un breve momento.





No lo pensó, ni siquiera tuvo la intención de detenerse. Tomó a JunSu de las mejillas y levantó su rostro por un segundo que le bastó para reconocer el paso de las lágrimas que había.





Fue sutil y calmado, cerró los labios y besó aquellos labios de JunSu con cuidado, con cuidado de no ser rechazado y de que JunSu entendiera de que a más de transmitirle fuerza, quería mostrarle lo mucho que lo había necesitado.





Y para su suerte JunSu no se negó, e incluso accedió a retroceder un par de pasos hasta que finalmente YooChun pudiera cerrar la puerta con ambos dentro. Los cálido labios de JunSu se aferraron a los de Park y sus manos sostuvieron con fuerza la camisa del mayor.





Darse cuenta de ello, para YooChun no fue difícil, por eso lo apretó más contra su cuerpo y cuando sintió un suspiro entre sus labios, uno que se perdió y formó un ambiente cálido. YooChun entonces decidió separarse un poco y acariciar el rostro del menor.





—JunSu… No me importa lo que tu padre te haya dicho. No le hagas caso por favor. No siempre nuestros padres tienen que estar en lo correcto. Eres grandioso, debes saberlo. Por algo estás saliendo conmigo ¿No?





Entonces JunSu decidió exteriorizar una pequeña sonrisa, abrazándose al cuerpo de YooChun y apoyando la cabeza en su pecho, con un suspiro de sus labios y una lágrima que cayo prácticamente involuntariamente.





Sin gemidos de dolor o algo, simplemente aquella lágrima se escapo.





—No quiero perderte YooChun, ni a ti ni a mis sueños. Pero tampoco quiero perder a mi familia.





JunSu incluso abrazó con más fuerza a YooChun, quien no entendió sus palabras, pero al parecer decidió no moverse por el bien de ambos. Por que mientras JunSu lo abrazaba, YooChun perdía la noción del vacío en su interior, que su ausencia le había provocado.















ChangMin sintió que el mundo se abría a sus pies.





Por que la intuición le decía a gritos, que la presencia de esa mujer no podía traer algo bueno, y por que de repente YunHo parecía estancado entre el paso frente a él y el presente a su lado.





Rain tomó su mano levemente, mirándolo con duda, preguntándole que debían hacer, por que de repente el silencio se había alargado y ChangMin sabía que en ese lugar no debían estar. Miró entonces a HeeChul y él asintió, confirmando su idea. Aunque no hubieran palabras de por medio entre ambos.





—Lo mejor será que nos vayamos.





Habló bajamente, Rain pareció de acuerdo y decidió no preguntar más por el momento. ChangMin le regaló una última mirada a YunHo quien continuaba observando a Seulgi. Pero quien más le preocupó a ChangMin fue JaeJoong.





JaeJoong y su mirada preocupada hacía YunHo, y que él en ese momento parecía no notar.





Y no pasó demasiado tiempo antes de que HeeChul hiciera lo mismo junto a Siwon. Antes de que el sonido del motor de una moto y un auto rompieran el silencio y en el medio de la noche. Seulgi avanzara un par de pasos hacía los únicos dos muchachos que habían quedado presentes.





El sonido de sus tacos en el cemento únicamente logró que un terrible dolor de cabeza para JaeJoong empezara. Por que de repente todo en ella le desagradaba y por que de repente ella lo miraba como si él, no perteneciera e incluso estorbara.





Fue inconscientemente, miró a YunHo una vez más. Contempló su perfil serio mientras veía a la hermosa mujer acercarse, mientras esos cabellos se movían un poco debido al viento y mientras JaeJoong pensaba que seguramente Seulgi se encontraba más hermosa que la última vez que YunHo la vio.





Por que su pecho en un momento inadecuado se llenó de un frío atroz que incluso le provocó un leve escalofrío. Por que no era justo. ¡No era justo! Él había pasado con YunHo por demasiadas cosas, por demasiada aceptación de parte de ambos.





…Como para que ella apareciera de la nada, y lo arruinara todo.



…No era justo.





Y JaeJoong sintió que debía hacerlo. Tomó la mano de YunHo una vez más, él pareció reaccionar de su letargo y lo miró. Gloriosa atención que le sirvió para regalarle una sonrisa y que él hiciera lo mismo. Glorioso momento que provocó que aquella mujer se detuviera y arrugara el entrecejo.





—YunHo…





El hecho de que tuviera que llamarlo para que YunHo volviera a posar sus ojos en ella, logró en JaeJoong una inusitada confianza, por que YunHo en esta ocasión apretó su mano con más fuerza. Y JaeJoong se sintió como la fuerza que a Jung parecía faltarle en este momento.





—¿Qué haces aquí, Seulgi?





Las palabras de Yunho fueron secas, desprovistas de algún sentimiento y JaeJoong solamente la observo, ella había optado por suspirar levemente y meter las manos en los bolsillos de su caro abrigo, con una sonrisa débil en los labios mientras agachaba la cabeza.





Era demasiado hermosa, y JaeJoong sentía miedo.





—…Yo…— Seulgi intentó pronunciar más palabras que murieron en su garganta, por que sus ojos viajaron hacía varios lugares, por que mordió su labio inferior varias veces. Por que de pronto había perdido todo el valor. —…Necesitaba verte YunHo.





¿Han visto esas películas de amor imposible y eterno?





Pues JaeJoong en ese momento pensó que se encontraba en una, pero no como el protagonista. Sino como el estúpido amigo que termina enamorándose de alguien a quien ya no le pertenece su propio corazón por que se lo ha entregado a alguien más.





Por que sería tan fácil que Yunho la perdonara, sería tan fácil que su historia sobrepasara la distancia y el tiempo. Sería tan fácil que JaeJoong saliera sobrando entre ellos. Entonces JaeJoong se enderezó y apretó la mano de YunHo un poco más.





—No entiendo la razón por la que tú y yo debamos hablar. Creo que la última vez que nos vimos dijiste todo lo que tenías que decir. Expresaste lo que pensabas y querías. ¿O es que acaso estás dispuesta a escuchar mi parte de la conversación, quieres escuchar mis reclamos, resentimiento y dolor?





Seulgi bajó la mirada por un momento, luego sin embargo la volvió a levantar. Dispuesta a enfrentar a aquellos ojos de YunHo que la miraban tan fijamente que parecían incluso atravesarla, por que en el fondo ella sabía que YunHo ya no era el mismo.





—¿Me odias YunHo?

—Odiarte sería seguir sintiendo algo por ti. Y créeme, Seulgi, ya no siento absolutamente nada por ti.



—Pues el tono de tu voz te traiciona, YunHo. Por que es obvio que aún estás dolido. Y he venido hasta aquí, te he buscado y he recorrido medio mundo solo para…— Seulgi respiró profundo y miró a YunHo directamente a los ojos, acercándose un poco más él. –He venido para pedirte disculpas, para decirte que eres maravilloso y no merecías lo que te hice.





—No necesito que tú me digas que soy o no soy. Tus palabras ya no tienen valor alguno. Tengo mejores personas a mi alrededor, personas cuyas palabras si tienen efecto en mi. Personas verdaderamente maravillosas.





JaeJoong no pudo evitarlo, una pequeña sonrisa cubrió sus labios y tuvo que respirar discretamente, por que de pronto esta conversación le estaba robando la respiración. Pero él seguía junto a YunHo, y YunHo seguía tomándolo de la mano.





—Hablemos, por favor… Solo eso te pido, déjame resarcir el daño que te provoqué, déjame que…

—No necesito que intentes arreglar nada. Alguien más ya se encargó de curar las heridas que dejaste en mí. Seulgi no quiero sonar cruel, por que no soy como tu. ¿Pero te has dado cuenta que seguí sin ti, que quizá estoy mejor sin ti, que estoy bien sin ti?





Y esas palabras fueron como un leve aliciente que provocaron que la mirada de JaeJoong se elevara una vez más hacía YunHo, de que respirar una vez más se volviera algo normal. Por que justo en ese momento se sintió incluso más enamorado que nunca.





Seulgi lo miró, tan brevemente que incluso hasta fue soberbia. Pero JaeJoong no se molestó, por que probablemente no faltaba mucho para que la verdad le cayera en la cara a la mujer. Y JaeJoong no abriría la boca, por que esta conversación les pertenecía a ellos. Y él únicamente era el apoyo incondicional de YunHo.





—¿Podemos hablar?

—Creí que eso es lo que estábamos haciendo.

—A solas. Creo que al menos eso merezco.





El mutismo por parte de YunHo lo incomodó un poco, pero cuando YunHo lo miró por un momento y luego de eso suspiró. JaeJoong supuso lo que pasaría a continuación. YunHo soltó su mano y le sonrió levemente.





—Por favor JaeJoong, vete en el carro. Yo voy en una media hora. No te preocupes por mi.





Le extendió las llaves y JaeJoong las tomó con tranquilidad, por que podía refutar el hecho de querer quedarse ahí. Pero no le daría el gusto a Seulgi de pensar siquiera que él en realidad si temía por su presencia repentina.





…Por que confiaba en YunHo, y quería que las cosas continuaran siendo así.





—Ok, nos vemos. Entonces.





Caminó lentamente, dejando atrás a YunHo y Seulgi que habían empezado a hablar una vez más. Por que JaeJoong veía sus propios pies caminar sobre el cemento, por que internamente no quería irse y por que cuando regresó su mirada Seulgi intentó tocar el brazo de YunHo, y él solo la miró y luego educadamente alejó su mano.





Por que a pesar de eso, la inseguridad, se aferraban a él. Y JaeJoong perdía el horizonte de lo que estaba haciendo. Por eso se detuvo, apretó las llaves en sus manos y levantó un poco la voz. En ese momento poco le importaron las consecuencias.





—En realidad, Seulgi. Alguien que se marcha sin mirar atrás, no solo esta reclamando su derecho a la libertad sino que conlleva el deber de saber que ha perdido más de lo que ha ganado y que un día aquella situación le pasara factura. Los ‘Yo merezco’ ‘Yo puedo’ o ‘Yo quiero’ ya no puedes usarlos más. Los perdiste todos cuando decidiste marcharte sin pensar en todo y todos a los que dejabas atrás.





Seulgi pareció paralizarse con sus palabras. Por que las facciones en su rostro perdieron vitalidad y YunHo apenas le regaló una pequeña sonrisa de alivio. JaeJoong optó por no decir algo más. Giró una vez más caminando hacía el auto y respiró profundo.





Por que se sentía mejor.



Y por que Seulgi no lograría hacer, lo que pretendía hacer.





Por que JaeJoong sabía, lo mucho que YunHo lo amaba. Por que sus ojos cuando lo miraban se lo decían, y por que en este momento. Respirar profundo fue su único aliciente para saber que a veces si puede confiar ciegamente en alguien. Y él solamente quería no equivocarse.















Berlín, Alemania.







JooHee movió un poco el arroz que había dentro de la olla arrocera y sonrió complacida cuando notó que toda el almuerzo de esa mañana estaba ya casi preparado, dejó las cosas sobre el mesón y suspiró levemente apoyándose en el mismo con un su mirada perdida en la pared de la cocina.





—Mira… Mira…





La pequeña niña de tres años que llegó corriendo, con sus pasitos sonando graciosamente logró que la mujer se distrajera de sus pensamientos y bajara la mirada con una sonrisa en el rostro. Miráh llevaba en sus manos una pequeña hoja de papel.





Entonces ella decidió colocarse en cunclillas solo para poder ver mejor.





—¿Qué traes ahí?

—Es un dibujo, esta eres tú, esta es Seulgi, este es KimTae y este tu esposo.

—Oh, es un lindo dibujo. ¿Serás una artista cuando crezcas?





—¡Por supuesto que si!





La niña regresó a la sala corriendo y JooHee miró el dibujo con algo de nostalgia y tristeza en los ojos. Por que el tiempo se le acortaba a Seulgi y ella seguía sin aparecer.





—Eres una inconsciente Gi, ni siquiera has llamado para saber como está.





Suspiró una vez más, pero en esta ocasión decidió dejar el dibujado en la puerta de la nevera sostenida por un imán. Contempló el dibujo por un tiempo más y sonrió. Por que la pobre de Miráh merecía su familia feliz.





Escuchó el sonido de unas llaves en la puerta y su nostalgia se transformó en alegría. Su esposo acababa de llegar y una gran sonrisa se posó en sus labios.





—¿Amor?

—¡Esposo de JooHee!

—¡Miráh, pequeña! ¿Cómo te ha ido hoy?





Salió de la cocina y observó como TaeSoon sostenía entre sus brazos a la pequeña. Se apoyó brevemente en el resquicio de la puerta y pensó entonces que cuando Seulgi se decidiera a llamar, le gritaría hasta el cansancio.

















Akihabara, Japón.





—…Solo pienso que Onew podría tener razón en eso de que unirse a un equipo podría ayudarme a mejorar mis créditos para la Universidad. Además que sería divertido perder el tiempo un rato en algo así, aunque Key dijo que no necesariamente tenían que ser deportes. Cualquier tipo de crédito cuenta.





MinHo asintió algo contrariado ante la constante charla que TaeMin había empezado, no por que le molestara o algo parecido, simplemente que en ese momento MinHo solo podía pensar en las palabras de Key resonando aún con fuerza en su cabeza.





¿Lo amaba o no?





—Los muchachos dijeron que con algo de baile estaría bien, pero la escuela creo que no tiene nada parecido. Según ellos soy muy bueno bailando. ¿Tu que opinas?





Aunque bueno, siendo sincero, él tampoco había tenido el valor de peguntarle absolutamente nada a su mejor amigo. Por el simple hecho de que no estaba seguro de que era lo que deseaba escuchar.



O pensar siquiera si estaba preparado para escucharlo.





—¿MinHo?





Continuó caminando sin percatarse en que TaeMin ya se había quedado atrás mirándolo con extrañeza sin saber exactamente lo que ocurría.





—¡MinHo!





Se detuvo. Y miró al menor quien ya arrugaba el entrecejo y tenía una pequeña mueca en el rostro, confuso. MinHo optó por rascar un poco su nuca y sonreír avergonzado por su falta de atención.





—¿Tan aburrido soy que ahora hasta me ignoras?

—No es eso es solo que…

—Todo el día has estado extraño, no se lo que te sucede y como tampoco quieres hablar yo…





—¿Es cierto que estas enamorado de mi?





TaeMin soltó el celular en sus manos, con su rostro inconvenientemente sorprendido. Y MinHo sabe que fue un error preguntar así de repente como si nada. Pero su mente había colapsado y en este momento solo podía pensar en el palpitar acelerado de su propio corazón y en que al parecer…





TaeMin no estaba preparado para responder.

















YooChun besó los cabellos de JunSu.





Y luego continuó acariciando su cabello suavemente mientras el muchacho dormía abrazado a él sobre la cama, aparentemente ya un poco más tranquilo de cuando apenas había abierto la puerta. YooChun suspiró.





Lo amaba demasiado y se sentía incluso hasta inútil por no poder ayudarlo, pero por el momento se conformaba con saber que había podido calmar un poco su dolor logrando que conciliara un poco el sueño.





—No es justo que te hagan esto mi Su.





Continuó perdido entre el cabello suave del menor, entre sus manos enredándose con cada hebra y entre la respiración tranquila y suave de JunSu. YooChun empezó a sentir el cansancio también, sabiendo que pronto, en cualquier momento, se quedaría dormido también.

















JaeJoong bebió un poco más de agua, sentado en la mesa de la cocina y con las luces encendidas no podía, aunque intentaba distraerse en cualquier cosa. Miró la hora en su reloj y la media hora prometida por YunHo había pasado ya hace más de veinte minutos.





Se preguntó. ¿Si estaría mal continuar esperándolo?





Pero optó por solo unos segundos más. Y cuando finalmente escuchó la puerta del departamento abrirse, fue casi hasta inevitable. Se levanto de su asiento y caminó hacía el lugar donde YunHo colgaba el abrigo y dejaba las llaves.





Sostenía el vaso casi vacío en sus manos, casi inconsciente de que lo hacía. Cuando YunHo lo miró y le sonrió. JaeJoong no se movió, solo trago duró y esperó por que YunHo dijera o hiciera algo primero.





—Hola…





Lo tomó por el rostro y besó sus labios con lentitud. JaeJoong se sintió complacido con aquello. Sonrió un poco y YunHo volvió a arreglar ese mechón de su cabello. JaeJoong amaba que hiciera eso, y suponía que Yunho lo sabía.





—Ya todo está arreglado, Jae. Hablé con ella y…





Sin embargo JaeJoong dejó el vaso a un lado y se dedicó a besarlo, con sus brazos alrededor de su cuello e intentando que YunHo comprendiera lo mucho que le había costado pasar por toda esa etapa en la que se había enamorado de él. Por que entendiera lo mucho que lo amaba.





—No me importa YunHo. No me importa lo que haya pasado con ella, por que ella es tu pasado y yo ahora soy tu presente. Y eso, es lo único que importa.

—…Te amo, JaeJoong.





Cuando la sonrisa de YunHo antecedió a su beso, JaeJoong sintió nuevamente la calidez en su cuerpo. Por que se pegó al cuerpo de YunHo y por que comenzaron a retroceder directo hacía la habitación.





Y por que entre besos, abrazos y caricias, esa noche JaeJoong amó a YunHo. Y YunHo lo amó a él. Entonces, no importaba nada más.















Rain dio vuelta en una de las esquinas de la cuadra del vecindario de ChangMin y cuando se encontraba a una cuadra sonrió ampliamente cuando lo divisó parado en la vereda de su calle, aparentemente esperando por él.





—Hey niño, buen día. Ando buscando a una persona que al besarme me haga olvidarme del resto del mundo. ¿Conoces a alguien así?

—Mmh… La verdad no lo sé, tal vez debería probarme.

—Esa es una muy tentadora invitación, ChangMin. Cuida tus palabras.





Shim sonrió ante la amenaza del mayor, y cuando Rain bajó del auto con las llaves en sus manos, apoyándose un poco en su propio auto respiró hondo.





—Bueno, como ayer no pudimos ir a visitar a JunSu y YooChun por la presencia de Seulgi, pensé que podíamos ir hoy. Llamé a YooChun y me dijo que mejor otro día porque Su necesitaba descansar y como no hay Maid. Supuse que podríamos pasar el día juntos. Hice el desayuno.





ChangMin sonrió como un niño pequeño y levantó la pequeña mochila donde guardaba la comida y Rain sonrió levemente.





—¿Sabes cocinar?

—Se hace el intento.

—¿Y la escuela?



—¿Por qué pones tantos pretextos, acaso no quieres ir?





ChangMin hizo un pequeño e inesperado puchero en sus labios y Rain rió un poco, enternecido con aquello. Alcanzando a ChangMin por el rostro y besando su rostro.





—Solo por hoy romperemos las reglas. ¿Bien?

—De acuerdo.





Se subieron al auto de inmediato y Rain por un momento pensó que sería un magnifico día, y que tal vez se lo diría más adelante a ChangMin, cuando dejara de sentirse presionado con que todo saliera bien entre ambos cada vez que salían juntos.

















—Ya está.





HeeChul sonrió satisfecho en cuanto notó que había logrado hacer bien el nudo en la corbata de Siwon. Lo miró atentamente y respiró profundo, cuando lo vio tan elegantemente vestido para su entrevista de trabajo.





—¿Cómo me veo?

—Demasiado bien.

—¿Seguro?



—¡No seas vanidoso, Siwie! Si, te ves demasiado bien.





Siwon rió un poco y besó a HeeChul en los labios mientras tomaba sus pertenencias sobre el mesón. La luz del sol llegó hasta su rostro desde una de las ventanas y supuso que sería un buen día.





Se dio ánimos mentalmente y miró a HeeChul quien permanecía aún con su ropa de dormir, y cruzado de brazos lo miraba nostálgicamente.





—¿Estas seguro de que quieres que haga esto?

—Eso deberías preguntártelo a ti mismo, Siwie.

—Quiero hacerlo.





—Perfecto, entonces. ¿Qué esperas?





Siwon asintió y cuando giró, HeeChul aprovechó para darle una nalgada, a lo cual Siwon sonrió levemente antes de marcharse y cerrar la puerta. Dejando a HeeChul en un absoluto silencio que lo hizo suspirar y que lo llevó a sentarse en el mueble de la sala y encender el televisor.





No es que le mintiera a Siwon, pero simplemente quería omitir el pequeño detalle de que tal vez lo extrañaría demasiado. Cambió de canal una última vez y se apoyó en el sillón con una sonrisa en los labios y abrazándose un poco a sus piernas, viendo sin mirar en realidad la televisión.





—Te voy a extrañar demasiado, Siwie. Por que estoy seguro de que conseguirás ese trabajo.

















JaeJoong estuvo a punto de abrir los ojos esa mañana simple y sencillamente por que los rayos del sol dieron directamente en su rostro. Abrazó un poco más el torso desnudo de YunHo y decidió que quería quedarse así un rato más.





—Buen día, Jae…





Y cuando esa voz algo suave y calmada llego a sus oídos, acompañado por un beso en la frente. Con una sonrisa en los labios a JaeJoong no le quedó más que abrir los ojos y levantar un poco la cabeza solo para que YunHo lo pudiera besar una vez más, esta vez en los labios.





—¿Dormiste bien?

—Si… ¿Y tú?

—También.





Esa corta conversación arrancó un suspiro de los labios de JaeJoong, y mientras seguía abrazado a YunHo, cuando sintió las manos del mayor jugar con su cabello sonrió.





—Le dije a Seulgi que se alejara, que te amo solo a ti. Y que he decidido no ver hacía el pasado, solo quiero al presente en mi vida. Y a un futuro en el que, quien esté a mi lado, seas solo tú.





JaeJoong se apoyó en los codos de su brazo y se levantó, YunHo lo miraba y volvió a colocar ese mechón tras su oreja una vez más. El tacto de YunHo sobre su oreja lo hizo sonreír y besarlo una vez más.





—Gracias, YunHo.

—¿Por qué?

—Por quererme tanto.





Volvió a abrazar a YunHo, y a quedarse cubierto apenas por la delgada sabana de la cama, por que ese día no planeaba levantarse de ahí, hasta muy entrada la mañana.





—Entonces yo también debería agradecerte, Jae.

—¿Por que?

—Por quererme y salvarme de mi estado idiota de vivir en el pasado.





Se acomodó un poco mejor y cerró los ojos. Por que el sonido del latido del corazón de YunHo era agradable y por que así, lejos de ese pasado que amenazaba con destruir su presente, JaeJoong se sentía feliz.





…Aunque mañana tuviera que enfrentarla nuevamente.



















Es algo… Que simplemente tú no puedes entender. Es amor de verdad. Y no quiero que arruines esto, no como arruinaste lo que un día sentí por ti.



Seulgi apretó la taza con café en sus manos y arrugó el entrecejo, recordando las palabras de YunHo la noche anterior y sintiendo una vez más. Que de haber sabido antes lo que ese chico significaba para YunHo, entonces no habría perdido la oportunidad de cachetearlo.



Por entrometido, por estar donde no debía. ¡Por adueñarse de algo que no le pertenecía!





Solo déjame en paz, Seulgi. Por tu propio bien, por el mío, y por si de verdad estás tan arrepentida como dices estar. Solo, déjame continuar rehaciendo mi vida de la forma en que he decido y no intervengas más.









—¡Agh, maldito mocoso!



Lanzó la taza de porcelana contra la pared y respiró agitada, molesta. Furiosa.





Por que ese muchacho menor que ella y YunHo no dañaría, algo que ella estaba segura aún vivía, muy dentro de YunHo aunque él mismo se negara a admitirlo. Observó los pedazos rotos de la taza y bufó con molestia.





No se daría por vencida, por supuesto que no. Por que ella era bella, inteligente y astuta. Y ese muchacho no le robaría lo que por derecho le pertenecía. Por que ella podía contra él y cualquiera que se interpusiera entre ella y su camino.





Por que lo había notado en los ojos del tal JaeJoong, su regreso lo había alterado, lo había puesto nervioso. Y si era así, es por que JaeJoong notaba que ella era una digna enemiga. Y Bae Seulgi no perdería ante él.







JaeJoong… Es lo más importante en mi vida ahora, y siempre.



















YooChun esa mañana se despertó impulsivamente.





De repente sus ojos se abrieron y de la nada su corazón latió acelerado. Buscó con la mirada a JunSu, pero pronto se percató que se encontraba absolutamente solo en la habitación y que quizá hace mucho JunSu no se encontraba ahí.





Bajó de la cama y comprobó que eran las ocho de la mañana, revisó el celular y había un mensaje de YunHo avisando que no habría Maid, así que descartó la idea de JunSu hubiera ido a trabajar.





—¿JunSu?





Recorrió el departamento del menor con algo de un tranquilidad disimulada, habitación por habitación, sin siquiera encontrar alguna nota que le dijera por que había salido, o cuando menos cuando regresaría.





—¿Dónde has ido, JunSu?

















El entrenador del equipo de futbol miró consternado la espalda de su mejor jugador alejarse por la cancha y al parecer irse con un paso seguro, sin dubitativas en sus palabras y con la confianza de saberse en lo correcto.





Las canchas ese día estaban repletas de estudiantes y jugadores que practicaban un poco, observó la hoja en sus manos y recordó el fresco momento hace unos minutos cuando el muchacho se hubiera inclinado hacía él, con aquella tan simples palabras.





—¿Entrenados sucede algo?





Su asistente se acercó a él con algo de preocupación, y el hombre únicamente alcanzó a divisar a lo lejos a su mejor jugador salir de las canchas quizá para siempre.





—¿Entrenador?

—Mi mejor jugador nos acaba de abandonar.





El muchacho a su lado lo miró extrañado y él solo suspiró con tristeza y resignación.





—¿A que se refiere exactamente?

—Kim JunSu, acaba de renunciar al equipo de futbol y a cualquier evento o actividad relacionado con esto.



—…No puede ser.





El muchacho negó levemente y él tan solo le extendió el papel firmado por JunSu, su asistente lo leyó, aún sin creer en aquellas palabras, de aquel muchacho que tanto le apasionaba el fútbol.





Para cuando el entrenador intentó buscar con la mirada una vez más a JunSu, él ya no estaba.



La carrera de Kim JunSu como futbolista, había terminado esa mañana.



Por que al parecer, ya había tomado una decisión.

1 Comentarios:

  1. ohhh no madito seulgi.. ahora que es lo que pretendera hacr.... ademas quien es la niña que esta en berlin??? No me diran que es hija de la bruja esa....

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