KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Memorias Prohibidas.Capitulo 3

Volar tan alto y lejos, que olvidar no sea tan difícil.



—¿Un libro?



JaeJoong miró curioso el dichoso libro en manos de YunHo, el libro que aparentemente tenía demasiadas hojas, permaneció con la puerta abierta y apoyado en ella de manera indebida mientras hacía diversas muecas de curiosidad.



—Si, pensé que te gustaría. Es un buen entretenimiento si decides olvidarte del televisor.— YunHo le extendió el libro y JaeJoong le sonrió tomándolo entre sus manos.

—Muchas gracias, YunHo.

—De nada, bueno ahora me voy.



—¿Eh?— JaeJoong se odió a si mismo en ese momento por notarse tan sorprendido. —¿No vas a pasar?

—No, tengo trabajo y ya se me hace tarde. Léelo es de misterio y terror, uno de mis favoritos.



JaeJoong estaba a punto de protestar por que se quedara un rato más, pero cuando YunHo le sonrió, agitando su mano en señal de despedida. JaeJoong solo se vio capaz de sonreír. Una vez YunHo bajó las escaleras y se alejó de su vista. Kim suspiró, miró el libro en sus manos y decidió correr hacía la ventana.



Por suerte YunHo empezaba a subirse el auto, se colocaba unas gafas y abría la puerta del conductor. JaeJoong se apoyó en su ventana, casualmente YunHo giró mirando hacía su ventana. Y JaeJoong se maldijo por dejarse descubrir.



YunHo le sonrió una vez más y JaeJoong únicamente levantó su mano. Cuando finalmente YunHo se marchó, JaeJoong soltó el aire en sus pulmones, la aceleración en su corazón se detuvo y por fin se sintió curioso por el libro.



—El juego de Gerald…— Susurró vagamente el titulo del libro y arrugó el entrecejo. El género del libro era como el regalo de un amigo a otro. Kim sacudió la cabeza asustado ante sus pensamientos.



¿Qué más esperaba? Para Jung YunHo él era únicamente su paciente, a lo sumo un posible amigo. Y para él, YunHo era su Doctor y probablemente… Tan solo un amigo en el futuro.











—Espera, espera…



ChangMin se quejaba. Desde hace cinco minutos atrás cuando MinHo impulsivamente lo hubiera tomado de la mano y empezado a jalar por toda la playa. Las miradas sobre ellos y ChangMin ya empezaba a sentirse vagamente avergonzado ante el espectáculo.



—¡Ya llegamos!

—¿Me puedes decir que hacemos aquí?

—Tu solo sube.

—Pero…



MinHo no le dio oportunidad para negarse por que de inmediato lo empezó a empujar hacía el interior de la pequeña lancha. El sol estaba en todo su esplendor, y ChangMin ni gafas ni gorra tenía.



Choi se comenzó a mover demasiado rápido, soltó la cuerda que sostenía su lancha al muelle y para desgracia de ChangMin se adentraron demasiado pronto para su propio gusto, logró sostenerse de uno de los bordes con sus dos manos y despreció con todas sus fuerzas las manera tan violenta en la que la lancha se movía.



—¿Ya me puedes decir que hacemos aquí?— ChangMin tuvo que levantar la voz, entre el viento algo fuerte y su enojo, podía que Choi no captara su error al haberlo arrastrado hasta ahí. —¿Tengo que recordarte que todavía estoy convaleciente?



—No exageres. Ten— MinHo le extendió una gorra a ChangMin pero el muchacho pareció reacio en moverse, por lo que el menor solamente rodó los ojos y puso la gorra en la cabeza del más alto. –Si sobreviviste a la corrida de seguro sobrevives a un par de horas en mi lancha. A demás ya me aburrí de pescar solo.



—¡¿Qué?!— ChangMin arrugó el entrecejo –Yo escuché cuando decían por ahí que pescabas solo por voluntad propia y de todas formas si querías compañía hubieras traído a alguien que te sirviera yo no se nada de esto.



—Si, eso se nota.— MinHo vio divertido como el cuerpo de ChangMin se movía cada tanto debido a las olas –Desde que te salve supuse que eras un niñito rico. Pero eso no es lo importante, lo importante es que no dejo subir a cualquiera por que no quiero que nadie se entere de mis métodos a la hora de pescar.



—¿Me vas a enseñar a pescar?

—Pero por supuesto que si.



MinHo sacó una red de un pequeño baúl y ChangMin giró la cabeza de inmediato, el olor a pescado llego hasta sus fosas nasales y el resto no fue muy bueno. Se le revolvió el estómago y su piel tomó un preocupante tono verdoso. MinHo miró preocupado la situación.



—Oh, oh… Creo que no fue tan buena idea después de todo.









DongHae permaneció en su carro y suspiró.



La puerta del elegante edificio se abrió y al contrario de cómo hubiera esperado ver salir a Kim HeeChul, este salió caminando. Había esperado desde una clásica moto, hasta un extravagante auto último modelo.



Sacó la cámara con cuidado y fotografío al muchacho, el objetivo de la policía era el recién descubierto HeeChul. Y seguir sus pasos había sido la orden recibida. El muchacho paseaba con su perro San Bernardo por las calles. DongHae no notó algo extraño, por lo que decidió ahorrarse un par de fotos.



El camino hasta el parque más cercano fue corto. De ahí en adelante, con una inusitada alegría HeeChul comenzó a jugar con el perro, una pelota de hule y el perro iba de un lado a otro moviendo la cola, feliz de estar con su amo.



HeeChul recibió una llamada y DongHae retomó la tomada de fotos. La conversación no duró demasiado y el agente de policía decidió permanecer desde su lugar observando cada movimiento en Kim.



Cuando había seguido a JaeJoong la situación había sido distinta, por que JaeJoong se la pasaba visitando o recibiendo visitas de LeeSang. Y si no entonces se encontraba comprando algo o en el gimnasio. La vida banal de Kim JaeJoong fue incluso hasta algo que ya se imaginaba.



Kim HeeChul lo había sorprendido. Una niña cayó al suelo e inesperadamente el muchacho se acercó a socorrerla, le sonrió e incluso limpió con un pequeño pañuelo la rodilla un poco sangrante de la niña. El helado a unos centímetros de distancia en el suelo era el motivo más fuerte para las lágrimas de la menor.



Le tomó incluso unos segundos a HeeChul encontrar una heladería cercana, y con una sonrisa en el rostro compró dos helados, uno para la niña y otro para él. Sentados en una banca, luego de que el helado se acabara la niña se puso a jugar con el San Bernardo, HeeChul con una sonrisa tan solo los observó.



…Entonces DongHae sonrió.



Luego de unos minutos la madre de la niña apareció preocupada por que su hija había estado perdida por varias horas, le agradeció a HeeChul por cuidarla y él solamente hizo una seña de que no era nada.



Y las tardes seguían así. Se habían vuelto así. DongHae tras un muchacho que no estar implicado con LeeSang hubiera sido perfecto. Por que HeeChul practicaba natación, se encontraba con sus amigos, sacaba a pasear a su mascota, ayudaba a su vecina anciana a regar las plantas, se llevaba bien con los niños…



Pero lastimosamente, era visitado por LeeSang.



Y todo el dinero que tenía, muy probablemente venía de aquel hombre. Por que HeeChul no trabajaba y DongHae prefería no hacerse a la idea de lo que pasaba en esas horas que LeeSang lo visitaba y luego de esas visitas, Kim no volvía a salir, independientemente de la hora que fuera.









—Y este es el famoso museo Louvre con las mejores obras de arte que puedas encontrar en cualquier parte del mundo tales como las de DaVinci, Ferb…

—Si ¿Y que más hay?



YooChun se dedicó a fotografiar el lado contrario al Louvre y JunSu arrugó el entrecejo –Por acá esta el Louvre.

—Si, pero todo el mundo conoce el Louvre, lo he visto varias veces en fotos ¿Para que querría fotografiar algo que ya he visto tantas veces?



JunSu apretó sus puño –De acuerdo, entonces vamos al pasillo del redondel estatal de…

—Aburrido, ¿No puedes enseñarme algo más?

JunSu respiró profundo –Si, claro. Vamos al parque central de seguro te encantara hay varios monumentos aburridos.





¿Sabes que es lo primero que quiero ir a ver? Los monumentos de París. Son muy hermosos.





La voz de ChangMin hizo eco en su cabeza. Bajó la cámara y su expresión cambio por una nostálgica, pero de inmediato recordó la promesa que le había hecho al padre de ChangMin y sonrió. Haría este viaje por los dos.



—Esta bien, llévame ahí.



JunSu se mostró sorprendido. De repente Park había accedido por fin después de dos horas de infructuoso recorrido. Decidió no optar más y luego de un pequeño recorrido de menos de cinco minutos llegaron al hermoso parque. Estaba a punto de comenzar a detallar la vida histórica de cada monumento. Cuando Park solamente estiró su brazo deteniéndolo.



—Espérame aquí. Esto es algo que debo hacerlo solo.



Para su propio beneficio JunSu prefirió callar y observar a YooChun mirar las estatuas, leer la pequeña reseña al pie y fotografiar. Ocasionalmente el muchacho miraba al cielo y suspiraba. JunSu no entendía.



El muchacho había llegado pidiendo que fuer su guía. Y YooChun sería su primer único cliente. En la empresa solían mandarlo acompañado pues por que era un tanto distraído y solía perderse con facilidad. Pero YooChun sería su primer cliente guiado únicamente por él. Y JunSu sería muy feliz. Si YooChun no fuera tan antipático.



Desde que habían salido de la agencia. YooChun le había hecho la vida imposible, interesándose por cualquier cosa que JunSu no le enseñara. Y sin embargo ahora el muchacho parecía tan entretenido con aquellos monumentos.



Se sentó en una de las bancas y escondió las manos en los bolsillos de su abrigo. YooChun era muy extraño pero en este momento, parecía tan absorto en lo que hacía. JunSu suspiró y siguió con la mirada al azabache.



—¿Por qué luces tan triste Park YooChun?









ShinDong permaneció estacionado afuera del departamento sencillo de Kim JaeJoong, el asiento un tanto reclinado por comodidad, pero en cuanto las puertas del edificio se abrieron y JaeJoong salió por ellas. ShinDong se acomodo de inmediato. Encendió el auto discretamente y condujo lentamente.



Siguió a JaeJoong hasta la parada de autobuses, donde se sentó por un momento hasta que el autobús indicado llegó, levaba en sus manos una pequeña maleta. ShinDong observó la línea y de inmediato se colocó el auricular bluetooth mientras conducía tras el autobús.



—¿Qué sucede?

—Kim JaeJoong salió del departamento y muy probablemente se dirige hacía el hospital.

—De acuerdo. No lo pierdas de vista, cualquier cambio nos avisas.



ShinDong cortó la llamada sin contestar y giró en una esquina, estaba seguro, Kim se dirigía al hospital, por que había perdido la memoria y no conocía a nadie más a parte de Jung YunHo.









—Vamos apresúrense.



La voz de Rain logró que todos se movieran con más agilidad mientras Siwon ayudaba a YunHo a colocarse la bata. –Muchas gracias por todo, Doctor.— El hombre mayor asintió ante las palabras de Jung y sonrió.



—Si quiere le podría prestar mi bata.

—No es necesario, gracias.

—Entonces mande a bordar su nombre en ella, todo los doctores en este hospital tienen su nombre bordado.



YunHo asintió y el Doctor abandonó la oficina. Siwon hizo una nota mental de aquel detalle y le hizo un pequeño gesto a una de las encargadas que andaba por ahí para que se encargara de eso. Rain ajustó el audífono en su oído y arrugó el entrecejo.



—Está entrando al hospital.

Siwon se alejó –Bien, todos afuera.



YunHo respiró profundo en cuanto estuvo solo, revisó un par de cosas sobre el escritorio y antes de lo que esperaba un sonriente JaeJoong abrió la puerta –Hola.

—JaeJoong, que sorpresa. ¿Cómo así por aquí?



Encontrando primeramente el asiento tras el escritorio, YunHo se sentó. JaeJoong con una pequeña sonrisa en el rostro se sentó frente a él. –Bueno no sé… Es que me levanté con ganas de cocinar algo, así que instintivamente comencé a preparar un par de cosas y para cuando me di cuenta estaba haciendo el almuerzo. Así que te he traído un poco.



JaeJoong levantó el pequeño bolso en sus manos, YunHo sonrió y notó la particular manera en la que JaeJoong bajó un poco la cabeza, con una avergonzada sonrisa en el rostro –¿He de suponer que eres buen cocinero entonces?



—Mejor dímelo tú.— YunHo se dedicó a observar al muchacho, abría tranquilamente su pequeño bolso y ponía sobre el escritorio los recipientes que apenas comenzó a despertar inundaron la oficina de un agradable olor. YunHo hace mucho que no comía algo que no fuera comida rápida.



—Se ve y huele delicioso.— Tomó uno de los palillos y al ver todos los recipientes se decidió por un poco de pulpo, lo baño en lo que parecía ser la soya y lo metió a su boca rápidamente, tan solo para no ensuciar el escritorio.



Saboreó con gusto e incluso cerró los ojos. Estaba verdaderamente exquisito.



—¿Y?



—Esta delicioso, JaeJoong.— El ánimo de Kim mejoró visiblemente, una sonrisa más grande se posó en sus facciones y YunHo no pudo evitar seguir comiendo con gusto, probando cada bocado de lo que JaeJoong le había traído. —¿Por qué me miras tanto?



—Es que ese gesto de felicidad en tu rostro me gusta.

YunHo sonrió –A veces eres demasiado sincero.

—Quizá, pero me gusta mucho que mi comida te encante.



—¿No vas a comer?

—No. Gracias, yo probé un poco antes de venir.— JaeJoong se acomodó en su asiento mientras YunHo continuaba comiendo y bebiendo un poco de té. Esa expresión verdaderamente valía la pena.



—Mmh…— YunHo limpió su boca con una servilleta –No deberías gastar todas tus reservas en preparar tanta comida. Con algo sencillo hubiera sido suficiente.

—No importa, quise preparártelo.

—Te debo una entonces.



JaeJoong asintió con una sonrisa de niño pequeño y YunHo se extrañó un poco ante ese comportamiento. JaeJoong parecía particularmente feliz, pero Jung tuvo que admitir que estaba más estupefacto con esa deliciosa comida.



Ya incluso se había hecho a la idea de comer para variar, un sándwich de atún o de pollo como almuerzo. Era su costumbre desde hace ya algunos años y ahora JaeJoong le venía con tremenda sorpresa.



—He encontrado un trabajo.

—¿En serio? ¿Dónde?



—Bueno estuve leyendo el periódico, y como en mi situación no puedo aspirar demasiado por el momento, pues encontré uno de mesero en un pequeño restaurante. Llamé y dijeron que fuera para una pequeña entrevista.



—Que bueno por ti, JaeJoong. ¿Sabes como llegar?

Kim rascó un poco su nuca –Ese es el problema. Solo se como ir de aquí a mi departamento y viceversa tal y como me lo explicaste ayer. Así que me preguntaba si podías decirme como llegar.



YunHo bebió un poco de te —¿Tienes la dirección?— JaeJoong le extendió un pequeño papel y YunHo lo tomó con cuidado –Queda a unas cuadras de aquí, muy cerca en realidad. Tienes mucha suerte.



—¿En serio?— JaeJoong soltó el aire en sus pulmones, apretando sus puños en alto, lleno de alegría –Si, tienes razón tengo mucha suerte. Lo sé desde que desperté.

—¿Desde que despertaste?

—Si… “Por que te conocí” Por que estoy vivo después de todo ¿No?



YunHo asintió y continuó comiendo. JaeJoong hizo una pequeña mueca ante el pensamiento que se entrecruzó entre sus palabras y que por suerte no fue exteriorizado. Luego de unos minutos más YunHo terminó su almuerzo y conversaron por un rato más.



JaeJoong se sintió verdaderamente cómodo, pero al ver que ya daban casi la una, se levantó con una pequeña disculpa por que no debió interrumpir por tanto tiempo su trabajo y además por que debía ir al dichoso restaurante. YunHo incluso lo acompaño hasta la salida del hospital.



—Bien, caminas largo dos cuadras. Y luego giras a la derecha. Esa es la dirección.

—Muchas gracias, YunHo.— JaeJoong apretó el bolso en sus manos y YunHo asintió.

—Cualquier cosa tienes mi número. Si no sabes como regresar a tu casa puedes llamarme y…

—Tranquilo, YunHo. No soy un niño. Estos músculos deben servir para algo.



YunHo sonrió cuando JaeJoong le enseñó sus bíceps bien formados. –Como digas…— Un pequeño niño pasó de la mano de su mamá con un pequeño globo rojo y JaeJoong vio imposible despegar su mirada de aquella imagen. Una tierna sonrisa y un suspiro salió de sus labios —¿Qué sucede?



—Nada… Es solo que me gustaría poder pedir un deseo.

—¿Un deseo?

—Mientras preparaba el almuerzo, escuchaba un drama en la televisión. Era de un chico que soltaba los globos en una montaña y pedía un deseo por cada uno de ellos.



—Oh, si lo he visto. Más bien he escuchado a las enfermeras hablar de él. El chico pide deseos por su novia que esta enferma ¿Verdad?— JaeJoong asintió y volvió a suspirar.

—Ojalá las cosas se solucionaran así de fácil con un deseo.

—Pedir deseos… Mi madre me decía que pidiera deseos a las estrellas.



JaeJoong sonrió ante las palabras de YunHo y empezó a bajar los pocos escalones. –De todas formas gracias por todo, YunHo.

—Gracias a ti por el almuerzo.



JaeJoong agitó la mano y se alejó por el camino que YunHo le había indicado, desde su lugar YunHo observó como un auto arrancaba en una velocidad considerable, desde el asiento de conductor ShinDong lo saludó con discreción y YunHo le sonrió asintiendo con pasividad.



Respiro profundo y metió un mano en el bolsillo de su bata. Siwon se acercó de repente, colocando una mano sobre su hombro y viendo al igual que él como Kim se alejaba —¿Todo bien?



—Solo me trajo un poco de almuerzo.

—Bien, vamos a tu famosa oficina. Rain dice que la encargada ya tiene tu nombre bordado en una bata.



YunHo asintió y junto a Siwon caminó de regreso al interior del hospital.











JunSu apretó sus puños. La imagen etérea que había tenido de Park YooChun hace unos minutos se había borrado demasiado pronto, cuando luego de terminar de fotografiar los monumentos le hubiera pedido que fueran a otro lugar.



—Si señor además no entiendo por que estamos perdidos se supone que es mi guía.— El hombre mayor negó con la cabeza y YooChun lució desamparado.

—Ha tenido una mala suerte joven, pero le puedo asegurar que París es un país muy bello. Consiga otro guía y le aseguro que me dará la razón.



—Si tiene razón, este guía ha sido de lo peor.— YooChun volvió a mostrarse desamparado y el hombre le dio unas palmadas en el espalda en consideración. JunSu se levantó molesto de su lugar.



—¡No estamos perdidos! Deja de decir tanta estupidez junta.

—¿Se dio cuenta? Mire como me trata…

JunSu emitió un pequeño grito de exasperación ante las palabras de YooChun y agarró su pequeña mochila –Perfecto, entonces has lo que te de la gana, yo me largo.



—Y de paso deja a su cliente a expensas, perdido en un lugar que no conoce.

—Si desea yo lo puedo acercar a un lugar, mi hijo trabaja cerca y nos podría llevar en su auto. Hay que ser amable con los turistas, además déjeme recompensar la mala imagen que este muchacho le ha dejado de nuestro país.



JunSu arrugó el entrecejo, tomó a YooChun del brazo y lo hizo levantarse para que lo siguiera. Caminando casi a zancadas YooChun se dejaba jalar por el más bajo quien obviamente ya tenía su paciencia casi agotada.



—¡¿Cómo pudiste dejarme como un completo idiota?!



Ese comentario le recordó mucho a ChangMin así que inevitablemente YooChun rió y JunSu por unos segundos se paralizó ante esa radiante sonrisa –Vamos, no es para tanto. Ese hombre tal vez nunca más lo vuelvas a ver.



—¡Aun así! Soy guía turístico y me estas dando mala fama.— JunSu se trepó en un bus, YooChun miró de un lado a otro. Kim ni siquiera había visto al bus que se subía, pero quiso suponer que JunSu era lo suficientemente profesional como para conocer la ciudad que guiaba y más que nada saber a donde subía. Así que decidió seguirlo.



Especialmente por que él no conocía Paris.



—¿Se puede saber por que te has dedicado a arruinarme el día?— JunSu se había sentado con los brazos cruzados y la mirada fija en el asiento de adelante. YooChun únicamente sonrió, guardando la cámara en su mochila.



—Quería vengarme. Dañaste un celular que era muy importante para mí.

—¿Desde cuando un celular es tan importante?

—Desde que me lo regalo alguien muy importante para mí. Tenía muchas cosas valiosas de esa persona ahí.



—¡Eso no justifica todo el día y lo que me has hecho pasar!

—¿Quieres dejar de gritar?— JunSu abrió la boca dispuesto a hablar, pero YooChun vio con gusto como volvía a cerrarla. Sonrió sintiéndose victorioso y miró curioso el lugar. —¿Dónde estamos?



—¿Eh?— JunSu por primera vez desde que subieron al autobús miró hacia la ventana, observó el lugar con cuidado y sonrió nervioso —…No sé.



Un denso silencio se esparció en el ambiente.



—¡¿Cómo que no sabes?!

—No sé. ¡No vi a que bus me subía, estaba muy enojado!

—¡¿Qué clase de guía eres que no sabes a donde te subes?!

—¡Deja de criticarme!



El chofer del autobús lo miró por uno de los espejos y arrugó el entrecejo –Señores ¿Podrían guardar silencio?— JunSu y YooChun se irguieron de inmediato y algo avergonzados solo alcanzaron a asentir. YooChun fue el primero en pronunciar un susurro.



—¿Qué clase de guía turístico eres?

—Uno muy enojado con su cliente.

—Apenas este a salvo de ti.— YooChun impertinente golpeó ligeramente el pecho de Kim –Quiero que me rembolsen por lo que he pagado.



—¡¿Qué?!



JunSu miró al conductor y tapó su boca al notar la mirada enojada del hombre. Miró a YooChun y este ya parecía entretenido con las fotos en su cámara. JunSu suspiró y miró por la ventana. Esperanzado de que en algún momento viera algún lugar conocido.









MinHo miró su reflejo en el espejo y sonrió. Salió del baño con la toalla todavía secando su cabello. Y se dirigió a la cocina por un vaso con agua. ChangMin no había respondido tan bien como esperaba a eso de la pesca. Había vomitado y exigido que lo regresara a tierra firme.



A Choi le había tocado postergar su pesca de ese día, por que no había querido dejar solo a ChangMin. Luego de que Shim tomara una ducha, se lavara la boca y se metiera entre las sábanas de la cama. MinHo se había metido a bañar también.



Camino silenciosamente hacía su habitación, que aparentemente ChangMin le había robado y lo encontró ya dormido. Se acercó con la misma cautela para no despertarlo y se colocó en cunclillas justo frente al rostro dormitado de Shim.



MinHo analizó con cuidado sus facciones. El rostro pacífico de Shim y su respiración profunda. MinHo se descubrió a si mismo acariciando inconsciente el rostro perfilado del mayor. Un movimiento por parte de ChangMin y MinHo alejó su mano.



ChangMin solamente se acomodó mejor en la almohada y de esa forma MinHo suspiró aliviado –Hyung… Me encanta tu voz ¿Lo sabes, verdad?— MinHo miró curioso la forma en la que ChangMin hablaba dormido y rió tapando su boca para no emitir sonido alguno y despertar de ese modo a Shim —…En vez de director hubieras sido cantante… Chunie…



MinHo se levantó y decidió dejarlo dormir. No sabía de quien estaba hablando el mayor pero prefería no interrumpir su sueño. Por que muy probablemente a través de sus sueños. ChangMin podría recordar.



Lo miró por última vez y cerró la puerta de su habitación. Una noche más en el mueble de la sala. Si ChangMin recordaba entonces, pronto también recuperaría su cama. Debería estar feliz… ¿No?









DongHae entró a su oficina y deposito la cámara sobre su escritorio, masajeó suavemente su entrecejo y suspiró. Estaba relativamente cansado. Kim HeeChul era un muchacho muy activo y el día de hoy a parte de reunirse con sus amigos, salir con su perro, ir al gimnasio, practicar yoga. Había agregado ir a nadar.



Se sentó en el borde de su escritorio y miró en su cámara la foto de un sonriente HeeChul acariciando el pelaje de su mascota. La manera en que el cabello del muchacho se había movido de su lugar y como en cunclillas le sonreía al perro. Le arrancó una sonrisa.



Kim HeeChul tenía un algo que atraía demasiado.



—DongHae tienes…



Siwon se detuvo al notar lo concentrado que se veía el muchacho, arrugo el entrecejo cuando de inmediato Lee escondió la cámara tras su cuerpo y borró la sonrisa de estúpido que había tenido en el rostro.



—Dime Siwon.

Choi enarcó una ceja —¿Tienes alguna noticia nueva sobre Kim HeeChul?



—Bueno aparte de lo que sabemos. No. Pero te tengo una excelente noticia.— DongHae camino hacía su escritorio sacando de uno de los cajones unas cuantas fotos y extendiéndoselas al mayor –A diferencia de JaeJoong, HeeChul no realiza ningún trabajo para LeeSang. Él nunca lo busca, es todo lo contrario. LeeSang es quien siempre lo termina buscando a él.



—Si no trabaja para él ¿Para que lo busca?— DongHae colocó una obvia expresión y Siwon solo sonrió –Ya veo.



—JaeJoong visitaba y era visitado por LeeSang, HeeChul en cambio parece ser casi una obsesión para LeeSang por que es él quien lo busca, lo llena de regalos y de vez en cuando lo manda a seguir.



—¿No te han visto?

—En ningún momento.

—Así que LeeSang si tiene su punto débil. Lo quiere solo para él. Por que a JaeJoong jamás le prestó tanta atención como a él.



—JaeJoong y HeeChul son sus favoritos. Pero indudablemente la belleza de JaeJoong lo envolvió. Sin embargo siempre desde el primer momento HeeChul ha sido quien ha tenido total control sobre LeeSang. Si logramos ponerlo de nuestro lado, LeeSang caerá antes de lo planeado.



—Bien, ve a la oficina de Rain. Tenemos una pequeña reunión acerca de nuestro próximo paso con Kim HeeChul.

—Enseguida…— DongHae se detuvo —¿No vienes?

—Voy en un momento.



Siwon vio a Lee asentir y salir de la oficina. Observó todas las fotos de Kim HeeChul realizando diversas cosas, miró curioso la cámara que hace un momento DongHae hubiera estado contemplando y la tomó entre sus manos.



Kim salía acariciando a un perro. Con una sonrisa en el rostro y el cabello algo revuelto. Admitiendo lo bien que se podía ver el muchacho, Siwon decidió sacudir un poco la cabeza y decidió dejar la cámara donde estaba.



—Solo espero que DongHae no cometa el error de verlo de otra manera. Es un policía y tú estas demasiado involucrado con ese criminal— Miró las fotografías que DongHae le había entregado de HeeChul y suspiró —Los sujetos como tu solo destruyen la cordura y alma de los demás.



Sin agregar algo más, salió directo a la oficina de Rain.











Ya había anochecido cuando fingiendo que conocía el lugar, JunSu se bajó del autobús con un inseguro Park YooChun a su lado –Bien ¿Dónde estamos?

—En una plaza ¿Qué no es obvio?



YooChun rodó los ojos y decidió fingir que le creía. La gente aglomerada en el centro de la plaza. Llamó su atención, habían varios asientos desocupados, así que decidió sentarse en las ultimas filas sin fijarse si Kim lo seguía o no.



—¿Por qué te marchaste de esa forma? Casi te pierdo de vista.



JunSu habló bajo por respeto a las personas que había adelante. Observando con atención a los muchachos que sobre una improvisada plataforma actuaban —¿Qué hacen?

—Son obras de teatro ambulante. Un grupo de estudiantes que los fines de semana se reúnen para actuar en las plazas.



—Oh… Eso es muy bueno.

—Estas en una de las ciudades donde el arte, el romanticismo y la inspiración se pueden incluso hasta palpar en el aire.



YooChun miró de reojo a JunSu. Era la primera vez que le hablaba como un verdadero guía turístico, o mejor dicho era la primera vez que en realidad le prestaba atención a algo de lo que el muchacho le decía.



Uno de los actores se arrodilló, tapó el rostro con sus manos mientras su amada salía de la vista del público. El hombre levantó su mirada hacía la luna y estiró sus brazos, en una triste pose de plegaria.



—Donde ya no te tengo se marchó la alegría sin poder despedirse de mí y hay un trozo de alma, donde ya no te tengo que pregunta por ti.— El hombre miró hacia el lugar donde su compañera había salido y una vez más estiro su brazo. –Donde ya no te tengo, se apagó el firmamento y cayó el cielo encima de mí y hay un trozo de alma en mitad de este infierno que aún pregunta por ti.



Las luces comenzaron a parpadear y el sonido hueco de una tormenta se escuchó en pose a la escena, el hombre se levantó, tapando con una mano su rostro y con otra elevada al cielo, la cabeza gacha y el hombre dejó escuchar su grito dolido y profundo.



—¡Que te perdone Dios, que yo no puedo!— La escena en ese momento era intensa, JunSu parecía absorto ante la estupenda actuación y YooChun escuchaba con atención cada una de las palabras. El hombre cayó de rodillas, con la cabeza gacha y en esta ocasión con una voz más apagada pero igual de audible. —Que te perdone Dios… Que yo te quiero.



Las luces se apagaron con aquella última escena, y varios aplausos se escucharon el lugar, todos atentos y ansiosos por la próxima escena. YooChun miró divertido la manera tan entusiasmada en la que JunSu aplaudía.



Pensó entonces que de estar a su lado, ChangMin habría aplaudido de esa manera tan elegante que él tenía, pero sus ojos brillantes de emoción lo delatarían. Haciéndole ver a YooChun lo mucho que le gustaba la obra. De haber estado ChangMin a su lado, ese pedazo de poesía no habría calado tan fuerte en su alma.



—El amor… ¿Qué es el amor después de todo?

—Señorita… Por favor regrese al baile, su padre se enojará si no la ve.

—No tiene sentido Nana, yo solo quiero verlo a él. Y él ni siquiera me toma en cuenta.



Las dos mujeres caminaban por el escenario, la una más joven que la otra. Hablando con una comodidad tan amplia ante el público que YooChun pensó que serían excelentes estrellas de cine. Pero gente que hacía esto de manera publica sin dinero de por medio.



Era gente bohemia, que le gustaba lo que hacía y lo hacía por simple placer.



La mujer mayor tomó de la mano a la más joven y la encaminó a lo que sería el palacio o el baile Real, donde supuestamente el amor de la niña rica estaba. Disfrazado entre la gente como hombre de negocios para pasar desapercibido, para verla solo a ella. Después de tantos supuestos años.





¿Que palabras debería haber utilizado para comunicarme mejor con tu corazón?





La tonada comenzó lenta y vaga, como una típica canción romántica de cualquier historia de amor, de esas que hacen suspirar a cualquiera por su letra y su lentitud. Y si la canción no iba acompañada por los suaves y elegantes toques del piano. Entonces no sería una historia de amor.





Pude sentir que si acumulábamos esas voces riendo, podríamos continuar caminando juntos.





YooChun desde entonces se concentró más en la bella canción que sonaba en el dichoso baile que en las miradas que se daban los enamorados. La banda que interpretaba tan bella canción envolvía el ambiente. Pero YooChun perdió fácilmente el hilo de la historia de amor imposible.





Tú eres quien se ha apoderado de todas las palabras importantes.





Su mente le jugó sucio, por que se dedicó únicamente a la tonada delicada, a esas voces adecuadas y su profunda letra. Su mente lo traicionó, por que para cuando YooChun pudo darse cuenta, miraba vacío hacía adelante. Con los recuerdos todavía vivos en su mente.



..::..::..::..



Eres esa mano que deje ir sin poder decirle todo lo que me hubiera gustado decirle.





YooChun fingió estar molesto. Se cruzó de brazos y cerró los ojos. ChangMin sin embargo rió divertido y comenzó a jalar de las mejillas del mayor con una risa audible y divertida.



—Vamos, Chunie. ¿No me digas que de verdad te molestaste?

—Niño desconsiderado. Mira que decir que el actorcito ese está mejor que yo. Mentir es malo Shim ChangMin.







Todavía te recuerdo, incluso ahora, quiero decirte gracias una vez más.





—Es la verdad. Y que importa si es más apuesto. Hay muchas personas más apuestas que tu o que yo en el mundo ¿Y que importa? Quien me gusta eres tú y a quien le gusto eres tú. Eso es lo único que me importa.



ChangMin estiró los dos brazos y YooChun se acercó lentamente, Changmin cerró sus brazos alrededor del cuello de YooChun y dejó que los labios de Park buscaran los suyos, que se apoderaran de ellos. Cerrando los ojos ChangMin se entregó a esa deliciosa caricia.





Cuando extiendo mi mano la puerta de los recuerdos se abre, por que realmente… Te extraño.





—¿Crees que la película es buena?— YooChun no se separó demasiado de ChangMin, ambos sentados sobre la cama del mayor en total confidencia.

—Por supuesto que si, YooChun. Tu trabajo siempre es el mejor.



—¿Por qué siempre dices que mi trabajo es el mejor, casi perfecto. Pero nunca te refieres a mi de esa forma? ¿No soy perfecto también?

ChangMin rió, sin soltar todavía a YooChun –Yo no miento, Chunie.





Y es muy probable que el día de hoy te recuerde también.





En el momento en que la mirada indignada de YooChun fue visible. ChangMin volvió a reír. Abrazando con fuerza a YooChun. En especial por que lo que diría era un poco vergonzoso y prefería no mirarlo a la cara en esos momentos.



—No eres perfecto. Nadie lo es. Pero si eres amable, divertido, cordial, tienes un gran corazón y aunque a veces eres verdaderamente fastidioso. Eres una maravillosa persona.— ChangMin acarició el cabello de YooChun –Y me gusta de ti la manera en la que me miras, lo que siento cuando me tomas de la mano, Tu voz cerca a mi oído cuando me levantas.





A pesar de que los días que vivimos juntos se van alejando rápidamente, tú sigues viviendo en mi corazón.





YooChun apretó un poco más el abrazo –A mi me gusta todo de ti, ChangMin. Incluso hasta ese horrible instinto de superioridad que tienes a veces sobre mi.

—No es instinto de superioridad. Es que a veces me asustas.

—¿Te asusto?



ChangMin apoyó la cabeza en el hombro de YooChun –Me gustan tantas cosas de ti. Te quiero tanto que el solo hecho de ser consciente de eso. Me asusta.

—Entonces somos un par de miedosos. Pero mientras estemos juntos todo estará bien.

—¿Siempre juntos entonces?

—Siempre.





Incluso si estamos separados por una gran distancia, vamos hacia ese futuro que esta lleno de recuerdos.





Park se alejó un poco tocó la punta de su nariz y ChangMin sonrió ante el gesto, sabiendo lo que eso significaba se acercó, de manera que la punta de sus narices se tocaron. Cerraron sus ojos y YooChun fue el primero en hablar.



—SarangHae…

—Aishiteru…

—I love you…





Quiero expresar estos sentimientos de agradecimiento hacia ti.







Abrieron los ojos, sin moverse y con la voz unida, ambos al mismo tiempo, con una pequeña sonrisa en los labios a través de un breve suspiro dejaron escapar un profundo –Te amo.— Que duró lo suficiente como para que ninguno se moviera por un buen rato.



ChangMin besó los labios de YooChun y Park se dejó envolver por esa maravillosa calidez.



..::..::..





Cuando cierro mis ojos, recuerdo los momentos que pase contigo y ellos me llevan a esos recuerdos de nosotros dos.



YooChun se encorvó repentinamente, con la vista nublada y una mano tapando su boca, la música no ayudaba y su pobre corazón se volvía a sentir igual de vacío que unos días atrás. Sintió que las lágrimas no tardarían en escapársele y su fuerza duraría muy poco.



Se levantó sin siquiera importarle la escena que en ese momento se estaba realizando. Intentó bajar la cabeza lo suficiente como para que nadie se percatara de su estado de ánimo. Camino rápido entre la gente y aprovechó lo solitario que se encontraba esa vereda a unos pasos más allá.



Se apoyó en la pared y levantó la cabeza, mirando el cielo. Y suspirando honda y largamente. Ya en ese momento no importaba si una lágrima se le escapaba. Respiro profundo y mordió su labio inferior. La dichosa noche estrellada en Paris estaba ante sus ojos.





Suavemente encuentro un poco de calor el día de hoy.





—YooChun… ¿Qué sucedió?



La voz de JunSu demasiado cerca no lo sorprendió, lo que le sorprendió fue aquel tono tan suave y pacífico en el que se dirigió a él. YooChun únicamente negó con la cabeza —…Nada.—Y la única lagrima que se le escapó. Pareció ser el final de su momento de debilidad.



—¿Seguro?



Por primera vez desde que se hubiera levantado, YooChun miró a JunSu y su expresión preocupada. Sonrió para intentar reafirmar sus palabras, pero repentinamente la imagen de un sonriente ChangMin se le vino a la cabeza y YooChun volvió a bajar la mirada.



Inesperadamente JunSu soltó la maleta en sus manos y se acercó con cuidado al mayor. Con las manos un poco temblorosas e indecisas. JunSu optó por abrazar a YooChun. Con movimientos lentos pero conciliadores, JunSu cerró el abrazo.



Y en ese momento el sollozo de Park YooChun fue audible. JunSu sintió su corazón achicarse al oír el sufrimiento de aquel hombre. No podía entender todavía el por que de tanto sufrimiento en YooChun.



No sabía que más hacer y por eso lo abrazó más fuerte. Por que muy probablemente en medio de su ignorancia hacía los sentimientos de Park, eso era quizá lo único que podría hacer. YooChun respondió al abrazo con fuerza. Y lloró.



Lloró probablemente por más de media hora. Desahogando todas esas lágrimas que había querido no derramar.





Suavemente en mis recuerdos, encuentro un poco de calor.













El timbre de la puerta y JaeJoong alejó la mirada del libro que estaba leyendo. Colocó el separador de hojas en el lugar que se había quedado. Y dejó el libro sobre la mesa. Abrió la puerta con tranquilidad y se molestó un poco al notar que no había nadie.



Estuvo a punto de cerrar la puerta cuando un llamativo globo en el suelo, amarrado a un pequeño ladrillo llamó su atención. JaeJoong se agachó un poco y leyó divertido el pequeño texto escrito en el globo.





‘Suéltame en el aire, pide un deseo y puede que al chocarme con una estrella. Tu deseo sea escuchado.’





Su mente le gritaba: YunHo. Y sabía que no se equivocaba, una sonrisa hermosa se posó en sus labios, trató de no ser tan evidente en su alegría por si el hombre se encontraba cerca. Pero por más que trato esa sonrisa en sus labios no desapareció.



Soltó el globo del ladrillo y lo sostuvo entre sus manos. No había alcanzado a llamar a YunHo para contarle que había conseguido el trabajo y ahora tenía entre sus manos la excusa perfecta para llamarlo.



Tomó el teléfono de la pared y marcó el número. –Acércate al balcón.— La contestación de YunHo fue inmediata sin darle tiempo a JaeJoong de hablar. Para cuando se acercó, pudo observar el auto de YunHo estacionado en la acera de en frente a su edificio. Y a YunHo apoyado en el automóvil.



—¿Fuiste tú?



¿Tu que crees?— YunHo sacó un globo de su auto, igual de rojo que el que JaeJoong sostenía entre sus manos en ese momento. –Pide tu deseo, Jae…— YunHo cerró los ojos y luego de unos segundos lo soltó. El globo se elevó en el aire, perdiéndose por ahí.



JaeJoong cerró los ojos también, demoró un poco más que Jung pero finalmente soltó el globo, JaeJoong lo observó alejarse durante un buen rato hasta que la voz de YunHo llamó su atención. –Muy probablemente tu deseo se cumpla antes que el mío. Tu estas varios metros más cerca de las estrellas… Dulces sueños, Jae.



Una última sonrisa y YunHo cortó la llamada, agitó su mano en señal de despedida. Y se alejó en su auto. JaeJoong se quedó unos minutos más en el balcón. Observando la noche y el lugar por el que los globos habían desaparecido.



Llevó una mano a su corazón, cerró los ojos y suspiró.



Jung YunHo había provocado una vez más. Esa maravillosa calidez en su interior.

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