Fairies and WHAT?! - cap 1

La Vida Solo Se Hizo Un Poco Más Complicada…

Jaejoong sabía que su tiempo había llegado. Él formaba parte de las mágicas criaturas llamadas Hadas. Las Hadas tenían típicas características de Hadas: piel suave que parecía brillar, orejas puntiagudas, labios tentadores, cuerpos perfectos, alas translúcidas, magia, etc. Son conocidos por ser promiscuos y egocéntricos, pero una vez que estaban listos para reproducirse se volvían monógamos; algo que pasa repentinamente, como un gatillo disparado que los preparaba para su pareja de por vida ya que no todas las especies toleraban la poligamia. Ellos alcanzaban la madurez a la edad de 23, pero conservaban por siempre su juventud y belleza tras la edad de 20. Necesitaban esperar 30 años a fin de alcanzar la capacidad reproductiva, punto en el cual partían de su comunidad en busca de sus parejas. Iban por todas partes buscando la imagen de una pareja perfecta para ellos y una vez la encontrasen consumaban la unión que los ataba para siempre a ese ser. El género no interesa cuando se trata de elegir una pareja; por consiguiente, es el hada quien por lo general necesita cargar con el feto hasta su término si ambos géneros en la relación son masculinos (ya que un humano no sería capaz de conducir un embarazo). No importa si la pareja está inicialmente dispuesta o no, el hada lo seducirá con cada arma en su arsenal hasta obtener lo que desea…

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Jaejoong se paseaba por la discoteca en busca de una posible pareja. Había salido dos semanas seguidas y no había encontrado a nadie todavía. Cuando en el mundo de los humanos ellos tenían que hacer uso de su magia para ocultar el brillo de su piel, sus orejas puntiagudas y sus alas: era un verdadero fastidio realmente, pero necesario si querían atraer a sus parejas en este mundo. Estaba moviéndose al compás de la música cuando sintió una mano aterrizar en su trasero y un cuerpo acercarlo de un tirón, sus rostros casi tocándose.

“¿Qué hace algo tan lindo como tú solo en la pista de baile?” El hombre preguntó, su respiración apestando a alcohol y mal aliento.

Jaejoong tuvo que contener las ganas de vomitar y apartó al hombre de un empujón. “Mejor solo que contigo,” escupió con veneno en su voz y se alejó a zancadas del hombre desagradable. Eso casi fue suficiente para hacerlo perder la fe en esta ciudad y seguir su búsqueda en otra, pero aún así decidió probar un club más antes de tirar la toalla.

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Changmin no quería salir. Él únicamente estuvo de acuerdo porque había perdido una apuesta y tenía que pagarla. Se miró al espejo y rodó los ojos. No entendía cómo se las habían arreglado para vestirlo así. Observó la negra camisa desabotonada que traía puesta. Deseaba abrochar los cinco botones que lo habían obligado a dejar abiertos. Sus jeans azul marino hacían a su atuendo parecer más casual, pero la camisa lo acercaba más a casual elegante. Habían estilizado su cabello en una maraña de pelos revueltos y lo habían hecho usar un collar que atraía la atención a sus tonificados y bronceados pectorales. A pesar que la camisa era de manga larga, las había enrollado para exponer sus masculinos antebrazos, sus venas visibles.

“¡Changmin! Ya vámonos. ¡La noche no se hace más joven!” Minho vociferó.

Changmin tan solo rodó los ojos antes de replicar, “Ya voy, ¡ya voy! No necesitas apurarme.” Se miró al espejo una última vez y corrió hacia la puerta.

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La estaba pasando bien en la pista de baile. Había dejado la búsqueda por ahora y solo estaba bailando con un joven que se lo había pedido amablemente. Estaba en el proceso de devolver el movimiento de caderas al chico que tenía detrás cuando la entrada del club se llenó con un grupo de universitarios riéndose a carcajadas. Se detuvo a mitad del baile solamente para observar al nuevo grupo. Había ocho jóvenes en total, pero solo uno atrajo su atención.

El tipo era alto, más alto que cualquier otro tipo del club a esta hora de la noche. Su piel se veía tan tersa como la de un bebé y su cabello parecía tan suave, incluso con aquellos productos para el cabello encima. Bajó la mirada, pasando por su pecho, el cual tenía su mayor atractivo en los músculos por debajo de la ropa, a sus brazos que parecían poder alzarlo si fuera necesario. Finalmente deslizó sus ojos descendiendo por las largas piernas de muslos fuertes. Estaba complacido con que aquellos músculos exhibidos fueran del tipo atlético, haciendo al joven parecer ágil. Se disculpó con su compañero de baile y se dirigió a la barra. Simplemente observar al Adonis al otro lado de la pista de baile hacía que le temblaran las rodillas. Finalmente había encontrado a su pareja.

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Changmin estaba demasiado aburrido. Quien haya dicho que un club era emocionante probablemente había estado drogado. Podría haber sido el hecho de que no le agradaba mucho la gente, con coraje de más producido por las excesivas cantidades de alcohol ingerido, acosándolo…eso sin lugar a dudas factorizaba la reducción de lo emocionante que puede ser un club. Acababa de rechazar a otra mujer ebria cuando algo en la pista de baile captó su atención. Podría haber jurado que vio un destello de luz proveniente del centro de la pista de baile. Sacudiendo la cabeza, talvez ya había bebido de más, examinó la pista de baile de nuevo pero no vio ningún destello esta vez. Su canción favorita sonó justo en el momento en que sus ojos se quedaron clavados al tipo en el centro de la pista de baile.

Piel blanca, cabello castaño oscuro que hacía juego con aquellos ojos marrones que parecían atravesarlo con la mirada, y gruesos labios rojos captaron su atención primero. El tipo lo observó fijamente al tiempo que llevaba una mano a su cabeza y lentamente la desplazaba por un lado de su rostro, bajando por su abierta camisa borgoña, hacia su muslo, solo para desaparecer tras él mientras se movía al ritmo de la sensual canción. Changmin de repente sintió demasiado calor dentro del club, pero no pudo apartar sus ojos de la atractiva vista que aquel hombre suscitaba. Jamás había cuestionado su orientación sexual…hasta ese momento.

Los movimientos de aquel hombre derrochaban sensualidad, sensualidad que se disparaba al cielo en tanto pequeñas gotas de sudor se hacían visibles en su rostro y pecho. Changmin siguió el recorrido de una gota semejante que rodó por la sien del hombre a un costado de su cuello, para luego desaparecer bajo su pecho y al interior de la abierta camisa. La boca de Changmin se tornaba seca por el repentino deseo de seguir el rastro dejado por dicha gota con su lengua y hacer círculos alrededor del rosado pezón oculto en aquel pálido pecho.

El hombre se humedeció los labios, de manera lenta y sensual, y Changmin tuvo que reprimir un gruñido al contemplarlo. Finalmente fue capaz de romper el contacto de la sensual visión y se dio cuenta que no era el único cautivado por la vista. Sintió una opresión en el pecho ante la repentina punzada de los celos que había sufrido y tuvo que sacudir la cabeza para aclarar sus pensamientos. No era lógico que sintiera celos, especialmente ya que el extraño no le pertenecía a él.

Cuando la mirada de Changmin volvió hacia el hombre sobre la pista sintió pánico al no verlo. Frenéticamente examinó la pista de baile con los ojos y lo vio salir del club. Dejó el dinero por los tragos consumidos sobre la mesa y prácticamente corrió tras él.

Una vez estando afuera miró a la izquierda y entonces a la derecha. No le preocupaba estarse comportando como un acosador; todo lo que deseaba era alcanzarlo. Finalmente lo ubicó al doblar éste hacia un callejón a su izquierda y corrió a ese punto. Andaba a ciegas, el callejón prácticamente tan negro como la noche, y estaba sorprendido cuando alguien lo empujó contra la pared.

“Hola...te estaba esperando,” dijo una voz grave y de pronto unos labios estaban sobre los suyos, devorándolo; pasión y lujuria nublando su mente.

Sintió un extraño tirón y un cambio en la temperatura de sus alrededores, pero no podía preocuparse por ello en tanto aquellos labios calientes le robaran el alma...

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Jaejoong no podía esperar más tiempo. Necesitaba tener al Adonis y lo necesitaba ya. Los transportó a ambos a su departamento tan pronto como distrajo a su pareja lo suficiente. Tenía todo lo que podría necesitar en su departamento, así que era el lugar ideal para llevarlo. Lo transportó directo a su recámara. Su cuarto estaba oscuro, así que su pareja no notaría la diferencia entre el callejón y su cuarto; excepto talvez por la temperatura de la habitación.

No sabía qué hacer con sus manos; las pasó por todo el pecho de su compañero, espalda y cabello. Ronroneaba como un gato cada vez que las manos de su compañero lo tocaban con el mismo tipo de desesperación que sus manos lo tocaban a él. Cuando sintió la succión en su cuello no pudo contener un gemido al mismo tiempo que se aferraba al cuello de su compañero con fuerza para mantenerlo en su sitio.

“¿Cuál es tu nombre?” Le preguntó sin aliento, un ocasional gemido escapándosele en tanto las manos de su compañero apretaban su trasero especialmente fuerte mientras presionaba sus erecciones una contra la otra.

“Changmin…¿cuál es el tuyo?” Changmin preguntó igual de jadeante, un gruñido escapándosele en tanto las uñas del extraño atormentaban ligeramente sus pezones.

“Jaejoong,” fue todo lo que dijo antes que sus labios atacaran los de Changmin de nuevo. Comenzó a desvestir a Changmin con apresurados movimientos. Estaba en celo y la paciencia se le estaba agotando.

Se las arregló para deshacerse de los pantalones de Changmin, dejándolos caer tan pronto pudo bajar la cremallera junto a los boxers de éste. Y ya que se encontraba de rodillas decidió que quería probar a su pareja. Mojando sus labios, tomó el endurecido miembro frente a él y le dio una lamida tentativa, gimiendo ante el exquisito sabor que su pareja poseía.

Changmin gritó y sus rodillas casi se colapsaban ante la sensación. Habría caído al suelo de no ser por la pared y la mano de Jaejoong que le servía de apoyo a su cadera. Nunca había sentido este intenso placer antes y el hombre de rodillas ni siquiera lo había envuelto completamente aún.

Jaejoong movió su mano de arriba hacia abajo lentamente, solo una vez, disfrutando la sedosa textura de Changmin, antes de envolver sus gruesos labios sobre la corona del miembro de éste y succionar ligeramente. Sintió como las piernas de Changmin colapsaban y a Changmin mismo deslizarse por la pared hasta el piso. Jaejoong ajustó su posición para dejarle espacio y hacer que se siente, mientras aún mantenía contacto con su piel. Una vez Jaejoong se sintió cómodo de nuevo, procedió a pasar su lengua por toda la vena que destacaba en el miembro de Changmin e hizo remolinos con su lengua en la corona un par de veces.

Changmin estaba perdiendo la cabeza por el placer. Había tenido mamadas antes, pero nunca se había sentido fuera de control en ellas. Sus jadeos hacían eco y el sudor brillaba sobre su cuerpo mientras él trataba de no sujetar la cabeza de Jaejoong para acelerar el proceso.

Jaejoong movía la cabeza de arriba abajo, alternando entre succiones y lamidas, hasta que su paciencia se quebró y no pudo esperar más. Dejó ir al pene de su boca con un audible ‘pop’ y se levantó.

“¿Q-qué estás haciendo?” Changmin se escuchaba sin aliento, la voz ronca, intentando calmarse a sí mismo

“Ya verás,” fue todo lo que Jaejoong dijo antes de proceder a quitarle la ropa. Buscó en un cajón cercano el lubricante que sabía estaba allí y se acercó a Changmin de nuevo.

Changmin deseaba que hubiera luz, así podría ver al hermoso espécimen ante él.

Jaejoong destapó el lubricante e hizo un trabajo rápido al prepararse a sí mismo. Le temblaban las manos con la sola idea de tener a su pareja dentro de él y alcanzar el punto de quiebre. Sin molestarse en embadurnar el pene de su pareja con lubricante, montó a horcajadas a Changmin y lentamente adentró el miembro de Changmin en su cuerpo.

Ambos dejaron escapar un largo gemido echando sus cabezas para atrás.

Jaejoong apoyó la cabeza sobre el cuello de Changmin al mismo tiempo que comenzaba a moverse por encima de él. Primero giró sus caderas en un pequeño círculo, y entonces dio inicio a los superficiales movimientos de arriba hacia abajo con ellas. Las manos de Changmin encontraron sus caderas y él ronroneó de aprobación, su boca cerniéndose sobre el cuello de Changmin mientras él se mecía.

Sentir la estrecha tirantez que lo rodeaba tenía a Changmin envuelto en un delirio. Se apropió de las caderas de Jaejoong para guiarlo a la velocidad que él deseaba y oyó lo que únicamente podía ser considerado como el ronroneo de un felino salir de labios de Jaejoong al mismo tiempo que sentía una succión en su cuello. Changmin no duraría mucho tiempo a este paso, por lo cual decidió acelerar un poco las cosas.

“¡AH!” Jaejoong gritó mientras el placer se abría paso a través de él. Changmin había incrementado el ritmo de sus caderas al tiempo que sujetaba las suyas con fuerza y el nuevo ángulo estimulaba su manojo de nervios tan completamente que sintió ver estrellas.

Changmin estaba tan cerca, tan cerca que podía sentir sus bolas tensarse y un hormigueo comenzar desde los dedos de sus pies viajando para más arriba. Tomó el descuidado miembro de Jaejoong entre sus manos y lo escuchó murmurar algo que no podía comprender entre desesperados gemidos. Su ritmo se tornó a casi frenético.

Jaejoong sabía que estaban cerca y comenzó a recitar el encantamiento mágico para reclamar por completo a su pareja. Esto aseguraría que su pareja permaneciera siempre a su lado y que nadie más pudiera reclamarlo.

Changmin no pudo contenerse más y con un último grito de ‘JAEJOONG’ se vino en el interior de dicho hombre, su agarre provocando moretones, al tiempo que sentía a Jaejoong morder su cuello justo antes de que dijera ‘para siempre’ y cubriera de semen toda su mano.

Jaejoong no dejó de moverse hasta haber sacado de Changmin todo lo que tuviera para dar y luego desplomarse sobre dicho hombre. Sintió como Changmin se suavizaba en su interior, la sensación enviando escalofríos de placer por todo su cuerpo.

Sus jadeos hacían eco y Jaejoong alzó la cabeza perezosamente antes de besar a Changmin lo más profundo posible, su lengua explorando la caverna de Changmin, y liberando sus labios con un suspiro.

Changmin comenzó a sentir mucho sueño. Qué extraño, usualmente no quedaba tan agotado después de tener sexo. Cerró los ojos lentamente y se sumió en la oscuridad.

Jaejoong besó los labios de Changmin suavemente antes de separarse de él con un ‘pop’ al tiempo que se desacoplaban por las caderas.

“Ah, en qué maravillosa pareja y padre te convertirás.” Dijo antes de usar su magia para llevar a Changmin a la cama. Arropó a Changmin dentro de las cobijas y le dio un beso en la frente, una tierna sonrisa dibujada en sus labios mientras se arrellanaba junto al hombre dormido.

Su sonrisa se hizo más grande al sentir la nueva vida conectar con su línea de la vida. Acarició gentilmente su vientre, era demasiado pronto para verlo, pero ya podía sentir a su bebé creciendo dentro de él. ‘No puedo esperar para conocerte bebé’, dijo antes de que él también siguiera a su pareja al mundo de los sueños.

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