Defectos Secundarios.
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—¿Te irás?
Cuando HeeChul asintió, con una sonrisa indescifrable en su rostro y mirando el café dentro de su taza, YunHo sintió que HeeChul volvía a romper su corazón una vez más. La primera había sido cuando se descubrió enamorado de él, y a la vez descubrió que HeeChul no estaba listo para el amor y tal vez nunca lo estaría.
—Mi padre quiere que vaya a estudiar al extranjero.
—Pero la educación aquí es buena y…
—Yo sé, pero no te voy a mentir YunHo, no me gustaría dejarte por que eres mi mejor amigo, pero la idea de estudiar fuera… Me gusta, mucho.
YunHo comprendió que no podía cortar las alas de HeeChul.
—Tienes razón, es una gran oportunidad.
Y plasmó en sus labios una sonrisa, aunque por dentro solo sentía ganas de gritar y llorar, de pedirle que se quedara y no lo abandonara… Jamás.
—¿En serio no te molesta?— HeeChul rascó un poco su nuca y sonrió. –Pensé que la idea aunque sea te incomodaría.
—No me gusta, pero es una gran oportunidad para ti y la respeto. Además siempre está el teléfono y el internet. ¿No?
HeeChul asintió entusiasmado, con una radiante sonrisa en los labios y YunHo con un suspiro en sus labios comprendió que solo serían unos años, que HeeChul regresaría y que entonces quizá, HeeChul cambiaría de opinión y tal vez solo tal vez, le podría corresponder.
—Ne, YunHo. Te voy a extrañar mucho.
—Yo también, Chul. Yo también
Por que aunque se amaban mutuamente, no era el tipo de amor que a Yunho le gustaría compartir con alguien más.
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El auto de YooChun se encontraba estacionado desde hace aproximadamente veinte minutos frente a la residencia Shim. JunSu tenía su cuerpo girado un poco hacía YooChun, con sus manos en la espalda del mayor y con sus labios emitiendo cortos suspiros cada vez que YooChun mordía levemente su cuello.
Oh, por que JunSu sentía que nunca antes lo habían besado así.
Por que cada vez que YooChun lo besaba, JunSu sentía la necesidad de quedarse así de por vida si pudiera, por que los labios de YooChun eran suaves y tenían un sabor a sandía que probablemente era culpa del coctel que bebió en la recepción.
Abrazó al mayor con fuerza cuando el aliento de YooChun golpeó en su clavícula, su aliento cálido y envolvente lo hizo cerrar los ojos y suspirar. Por que la voz de YooChun cuando sonaba suave y susurrante era algo así como embriagante.
—Quédate conmigo esta noche.
Y la verdad es que se moría por soltar un ‘si’ de sus labios, pero las cosas si debían marchar bien, debían marchar tranquilamente. Sin contar con el hecho de que no había estado en su casa en todo el día.
—No lo creo YooChun… Además Mir está en tu departamento.
—Él tiene muchos amigos con los que quedarse.
JunSu en esta ocasión se alejó un poco y sonrió. Observando el rostro de YooChun y acariciándolo un poco en el proceso, por que amaba su rostro tan sereno como en estos momentos.
—Mejor otro día. ¿Bien? Además ya pasamos todo el día juntos.
—¿Y está mal que quiera seguir junto a ti o ya te aburriste de mi?
—Resulta que tengo una familia a la que no he visto en casi veinticuatro horas y se pueden preocupar por mí.
YooChun entonces tuvo que sonreír ligeramente y asentir, mientras se agachaba un poco y escondía el rostro en el hombro de JunSu para poder suspirar y aceptar lo que JunSu acababa de decirle.
—De acuerdo, pero nos vemos mañana.
—Por supuesto que si.
Levantó el rostro con una pequeña sonrisa en los labios y las manos de JunSu pasearon por sus mejillas antes de depositar un corto beso en los labios que por un segundo lo desestabilizó.
Por que YooChun no comprendía, por que los besos más sencillos de JunSu lograban derrumbar todas sus barreras emocionales. JunSu terminó por tomar su celular y bajar del auto con lentitud. Cerró la puerta y se arrimó un poco en ella.
—Lindos sueños, Chunie.
—Lindos sueños, Su.
JunSu le sonrió y en medio de la oscuridad de esa noche caminó hasta la entrada de su casa con una gran sonrisa en los labios. YooChun solo lo observó por un rato más y suspiró, colocó las manos en el volante del auto y se preocupó, por que su corazón latía apresurado y la esencia de JunSu aún permanecía dentro del auto y en sus labios.
El menor entró y YooChun optó por arrancar de inmediato, la sonrisa se borró de sus labios e intentó, por todos los medios recordar que su relación era un trabajo más para él, trató de recordar que JunSu en cualquier momento le podría romper el corazón por que cambiaba con facilidad de parejas.
Por que como se comporta con él, también se ha comportado con muchos más. Trató de recordar también que su relación tiene un tiempo de vida muy corta, por que durara hasta que ChangMin y MinHo se logren casar, entonces YooChun sabe que tendrá que desaparecer.
…
…
Siwon se encontraba besando sus labios con una sensualidad casi asombrosa.
JaeJoong sentía que hace mucho que no lo besaba así, por eso se acomodó un poco mejor sobre la cama y cerró los ojos con lentitud, por que mientras Siwon pasaba sus manos por la nuca de su cuello, mientras acariciaba su cabello, JaeJoong sentía que debía responder.
Por eso lo besaba y abría los botones de su camisa con lentitud, y su cuerpo entre el edredón y las almohadas se volvió a mover un poco más, le quitó la camisa a Siwon y sonrió un poco cuando Choi hábilmente lo hizo levantar las manos para poder quitarle la camisa también.
Y fue Siwon el que lo incitó a volver a recostarse, su cabello se sacudió un poco cuando calló sobre la almohada e incluso arqueó un poco su cuerpo cuando los calientes labios de Siwon tocaron su estómago.
JaeJoong cerró los ojos y apretó con fuerza el edredón bajo su cuerpo. Algo no estaba bien, por que debería sentir algo más que ese extraño vacío en el pecho, por que incluso sentía que engañaba a Siwon si lo hacían de esa forma.
Entonces se volvió a sentar y lo alejó de si.
—Jae… ¿Qué sucede?
—No lo sé, creo que estoy cansado o algo así. No lo sé…
Desarregló su cabello un poco, sintiéndose frustrado por la situación, pero Siwon únicamente besó su frente y le sonrió amablemente.
—Esta bien, si esta noche no tienes ganas. No hay problema.
—Lo siento, Siwon. Es solo que…
—Yo te entiendo, ha sido un día un poco pesado. ¿Verdad?
JaeJoong asintió y sonrió levemente, por que sencillamente no hallaba la forma de decirle que en realidad no había sentido nada y que sus labios únicamente se habían sentido como hielo atravesando la piel.
—Vamos a dormir…
Siwon se encargó de mover el edredón y de recostar a ambos en la cama con tranquilidad, JaeJoong se acostó y cerró los ojos. Siwon lo abrazó por la espalda y arropó ambos cuerpos bajo el edredón. Apretó su mano a la de Siwon y suspiró.
Por que con cada día que pasaba, JaeJoong sentía que su relación cada vez más y más se estaba yendo hacía el barranco. Y no estaba seguro de querer hacer algo para cambiarlo.
…
…
YunHo sacudió un poco su cabello mojado y suspiró.
Apenas vestía una toalla alrededor de su cadera cuando salió del baño e ingresó a la habitación. Las sábanas de la cama se encontraban completamente revueltas y la ropa de HeeChul y la suya se encontraban completamente esparcidas por el lugar.
Se sentó un momento en el borde de la cama y dejó la pequeña toalla con la secaba su cabello sobre sus piernas. Su amistad—relación—amor con HeeChul era por demás extraña, eso lo sabía incluso desde mucho antes que HeeChul viajara al exterior.
Y habían crecido, y se habían acostumbrado a que su amistad podía encontrarse aparte de sus relaciones ocasionales. Y tampoco le vieron nada de malo ha incluir un poco de sexo a su relación.
Sinceramente, aunque a veces le dolía el corazón. YunHo sentía que de algún modo era la única manera que tenía para tener a HeeChul tan cerca como le gustaría. Y lo único que esperaba es que en algún momento HeeChul se cansara de jugar y decidiera amar a alguien.
…Y rezaba por que ese alguien fuera él.
Mientras tanto su relación continuaría así, los dos siempre juntos, pero con amantes de por medio que les permitirían salir un poco de la rutina. Cerró los ojos por un momento y recordó el desfile de hace unas horas.
La imagen de JaeJoong recorriendo la pasarela vino a su mente, tuvo que admitir que el muchacho se veía realmente bien y que de algún modo su forma de ser había logrado captar su atención. JaeJoong le gustaba, por que era diferente a las personas con las que estaba acostumbrado a tratar.
—¿En que piensas que sonríes tanto?
HeeChul salió del baño, con un albornoz que cubría su cuerpo casi por completo. Con su cabello húmedo mojando algo de su cuello y una sonrisa en los labios.
—No es en que, sino en quien.
—Mmh… ¿Debería sentirme celoso?
—…Tal vez.
De una manera u otra, HeeChul a veces mostraba indicios de no querer compartirlo con alguien más, pero al final HeeChul nunca decía algo y YunHo no pararía de jugar, hasta que ambos lo hicieran.
Kim caminó con pasos lentos y cuidadosos hasta él, con aquella sonrisa en los labios y se sentó sobre sus piernas, con los brazos cruzando los hombros de YunHo y con sus bocas extremadamente cerca.
—Entonces Yunnie… ¿Es que ya me quieres cambiar?
—Eso sería imposible y lo sabes.
Desde esa posición, para HeeChul fue muy fácil besarlo, y para YunHo fue mucho más fácil correr un poco el albornoz que HeeChul llevaba puesto y dejar uno de sus hombros al descubierto para que sus labios pudieran jugar con su piel una vez más.
—¿De nuevo?
—De nuevo.
HeeChul soltó una limpia risa ante la seguridad en las palabras de YunHo y justo antes de que pudiera decir algo, YunHo lo agarró por la cintura y lo hizo quedar sobre la cama una vez más. Con los labios de Jung sobre su cuello, HeeChul cerró los ojos y ahogó un gemido que una pequeña mordida le provocó.
Amaba a su mejor amigo, y no tenía dudas de eso.
…
…
Cuando Mir salió de su habitación, con un bostezo en la boca y su cuerpo siendo estirado por completo el olor a un desayuno recién preparado le llegó fácilmente a la nariz. Restregó un poco sus ojos y volvió a bostezar.
—¿Estamos de buen humor?
—¿Por qué lo dices?
—Por que tú solo cocinas cuando estas de buen humor.
Se sentó tranquilamente mientras veía a YooChun moverse de un lugar a otro en medio de la cocina, que el jugo, que las tostadas, que los huevos revueltos. Mir se apoyó un poco en la mesa y sonrió.
—¿Llegaste a primera base con JunSu? ¿Ya tenemos unos miles asegurados?
Por un momento los movimientos de YooChun cesaron como si se hubiera incomodado con sus palabras y si no es por que estaba a espaldas de él, Mir pudo haber jurado que hasta dejó de sonreír, pero tan pronto como se detuvo, YooChun volvió a moverse y cuando giró hacía él tenía la más grande de las sonrisas.
—Pues si, oficialmente estamos saliendo.
—Eso es bueno.
—Es más que bueno. Ya tenemos el dinero de la pensión tu instituto para todo lo que queda del año escolar.
Mir movió negativamente su cabeza pero YooChun no pareció darse cuenta de ello puesto que empezó a servir la comida en los coloridos platos y cuando finalmente se sentó frente a él, soltó un corto suspiro.
—¿Y lo vas a ver hoy?
—Si, hoy es la clausura del muro que estábamos pintando.
—Eso es bueno, tienes que hacer algo memorable, por que ahora ese muro es de ambos. Así se conocieron después de todo.
YooChun pareció analizar sus palabras y mientras asentía con una sonrisa en los labios lo señaló con el tenedor que tenía.
—Tienes razón. Tengo que decir o hacer algo memorablemente cursi.
—Cuando estés con él, ahórrate la palabra cursi.
Al parecer YooChun tomaba en cuenta sus consejos, por que volvió a asentir mientras bebía un poco del jugo de naranja, pero aún así Mir continuaba encontrando extraño tanta felicidad por parte de su hermano.
—Por cierto… ChangMin ya es estudiante universitario. ¿Verdad?
—Si, por lo que tengo entendido no le falta mucho para graduarse.
—Tiene que ser muy inteligente.
Y Mir había cometido un grave error, por que su voz había sonado algo anhelante y su mirada se había perdido por unos momentos en la pared del departamento con el tenedor en sus manos.
Las alertas de YooChun se encendieron de inmediato y limpiando un poco su boca, YooChun enarcó una ceja y miró fijamente a su hermano menor.
—¿Qué fue eso?
—¿Qué fue, que?
—Ese tonito cuando hablaste de ChangMin.
Mir se movió incomodo en su asiento y sonrió nervioso. YooChun en esta ocasión arrugó un poco el entrecejo.
—Es solo admiración. ChangMin es muy educado, amable…
—…Inteligente, sofisticado y está MUY enamorado de Choi MinHo. Un niño a su nivel y con el cual planea casarse.
Cuando vio a Mir perder el nerviosismo en su rostro y cambiarlo por uno completamente vacío, YooChun supo que quizá había sonado un poco cruel, pero sabía que debía hablarle a su hermano con todas las letras para que le entendiera.
—Eso lo sé, YooChun. No tienes por que recordármelo.
—Tengo, por que parece que de repente tú lo has olvidado. Esos dos están haciendo muchas cosas, arriesgando demasiado, por que se aman y quieren casarse. Yo no quiero que salgas lastimado por que aún estas a tiempo de evitar un gran error, Mir.
—Hablas como si me hubiera enamorado de él, ya te dije es solo admiración.
—Eso espero, Mir. Por que no quiero problemas con…
—¡Ya entendí! ¿De acuerdo?— Mir se levantó de su lugar, había perdido el apetito. –No necesitas repetírmelo como loro, soy inteligente. Sé perfectamente que la razón por la que ChangMin y MinHo te contrataron para que conquistaras a JunSu es para que ellos se casaran. Lo se muy bien.
Y Mir había jugado sucio. YooChun lo supo muy bien por que el menor se marchó a encerrarse en su habitación azotando la puerta y YooChun se quedó ahí, con aquellas palabras en la cabeza que le recordaban que lo suyo con JunSu era solo un trabajo más.
YooChun al final de todo, esa mañana, perdió el apetito también.
…
…
La leche había rebosado la olla inesperadamente.
JaeJoong corrió a apagar la hornilla y mover la olla de lugar, bufó con molestia al ver el caos que se había formado en su perfecta cocina y soltó el pequeño trapo en sus manos, pasó una mano por su frente y cerró los ojos.
—Hyung… ¿Se encuentra bien?
—No, voy a salir un rato.
Se quitó el delantal, y se lo extendió al ayudante de cocina a su lado. Necesitaba tomar un poco de aire, así que abandonó la cocina del hotel con demasiada rapidez y caminó hacía el parque que se encontraba enfrente por un poco de paz.
Lo pasado la noche anterior con Siwon lo tenía todavía confundido. Se suponía que Siwon era su pareja, y por más ‘Open mind’ que fuera su relación, al menos debería sentir un absoluto deseo por él.
Por que Siwon era y es, uno de los hombres más atractivos que hay, pero aún así. JaeJoong seguía sintiendo ese vacío, y le preocupaba no poder tener sexo con Siwon. Por que era el detonante que faltaba para poder darle la cuenta regresiva a su relación.
Se sentó en una de las bancas y pasó las manos por su rostro. Quería a Siwon. El problema es que ya no estaba muy seguro de cuanto lo quería. Los autos empezaron a estacionarse frente a la luz roja y JaeJoong suspiró levemente.
—DongHae deja la estupidez.
—¿Yo? Pero si tú eres el aburrido~
Sus ojos viajaron directamente hacía aquel convertible azul estacionado. A unos metros de donde él se encontraba sentado. HeeChul se encontraba en el asiento del copiloto y un muchacho castaño conducía, con una gran sonrisa en el rostro.
Si no se equivocaba, aquel muchacho era hermano de la muchacha que había comprado a HeeChul durante la subasta del día anterior.
—¿No vas a besarme?
—¿Por qué debería hacerlo?
—Por que hace mucho que no nos vemos.
HeeChul había sonreído, con su mano apoyada en el resquicio de la ventana del auto y DongHae no había tenido que hacer mucho esfuerzo por robarle un beso, por que simplemente lo había tomado por la quijada y lo había besado con toda la naturalidad del mundo.
JaeJoong incluso se levantó de su lugar, molesto, muy molesto. Por que si bien tenía entendido que YunHo y HeeChul mantenían una relación abierta, no era justo para YunHo nada de esto. ¡No era justo!
Apretó los puños con fuerza, y estaba dispuesto a gritarle de todo a HeeChul, entre ellos que dejara de jugar con alguien como Yunho, pero el semáforo le gano la partida cuando cambió su señal y el auto arrancó.
Con la molestia aún instaurada en su interior y sus puños apretados, JaeJoong optó por ir por el su auto al garaje y salir de ahí cuanto antes.
…
…
MinHo comió un poco del helado de vainilla en sus manos y continuó boca abajo en la cama mientras intentaba terminar de leer los apuntes de ese día en la clase de Administración. Changmin a su lado permanecía sentado leyendo un libro de Kafka.
El pequeño silencio en el que se encontraban absortos era reconfortante. Incluso hasta algo inverosímil viniendo de ambos, al encontrarse solos dentro de una habitación. Pero ChangMin había insistido en que se pusiera a estudiar y MinHo sabía que cuando se trataba de estudios ChangMin siempre era muy serio con esas cosas.
Finalmente y luego de demasiado tiempo, MinHo cerró los apuntes y se sentó frente a ChangMin quien comía tranquilo el pequeño helado de chocolate en sus manos, le sonrió un poco y Shim pareció notarlo, por que tranquilamente despegó la mirada del libro.
—¿Terminaste de estudiar?
—Si, listo para la lección.
—Espero un nueve.
—Tendré un diez.
ChangMin sonrió ante la seguridad en las palabras de MinHo y se acercó un poco al menor, pero cuando vio a MinHo cerrar los ojos, aprovechó su pequeño helado para pegarle un poco del chocolate en la nariz.
—¡Oye!
—Era demasiado tentador.
MinHo limpió el chocolate en la nariz y miró molesto a ChangMin quien reía abiertamente.
—¿Molestarme era tentador? ¿O yo te parezco tentador?
—Ambas cosas.
ChangMin se posó sobre su cuerpo con lentitud, entre besos y caricias que prontamente el helado en sus manos fue casi como un estorbo. MinHo llevó su mano desocupada a la nuca de ChangMin y él emitió un pequeño gemido que le resultó incluso placentero.
Sin embargo el teléfono sonó y ChangMin se levantó.
—No contestes.
—Puede ser algo importante.
MinHo dibujó una mueca en sus labios mientras volvía a sentarse y ChangMin con el helado todavía en las manos, descolgó el auricular, hablando oportunamente y comiendo el helado de vez en cuando.
—¿Si?… Oh, es para lo de la cena… Si, yo soy Shim ChangMin… Mmh, no se preocupe yo me puedo comunicar con él. ¿En que restaurante es la reservación?
ChangMin le daba la espalda en ese momento, MinHo mordió su labio inferior. No era cómodo oírlo planificar una cena con alguien que no fuera él. Y menos aún si se trataba de alguien tan apuesto como Mir, así lo de la subasta hubiera sido por hacerle un favor a su hermano mayor.
—De acuerdo, muchas gracias.
—¿Era para lo de la subasta?
ChangMin asintió, mientras empezaba a mordisquear un poco el cono de helado.
—Si, ya ves que el club nos otorga una cena gratis y toda la cosa.
—¿Y por que no me llevas mejor a mi?
—Por que sería injusto para Mir, además siempre nos puedes acompañar.
MinHo abrazó por la espalda a ChangMin y suspiró. Los celos no eran bueno y él confiaba ciegamente en ChangMin, así que no tendría que haber problemas. ¿Verdad?
—No, tranquilo. Ve tú con él.
—¿Seguro?
—Si, confío en ti y Mir es un chico agradable.
ChangMin lo besó, agradablemente sorprendido por la actitud tan madura por parte de MinHo. Y aunque para Choi en ese momento el pequeño apretón que se sentía en su pecho era un poco insoportable, la sonrisa de ChangMin valía la pena.
…
…
—¡Bravo!
Los aplausos se esparcieron por el lugar y la champaña se regó un poco, pero aún así todos sonreían complacidos con el trabajo realizado. YooChun miró de reojo a JunSu y él incluso parecía brillar al ver el trabajo recién terminado.
Boa tomó un micrófono y llamó la atención de los demás.
—Bueno, es un verdadero placer para mí, dar por inaugurado este maravilloso trabajo del que todos hemos formado parte. Todos hemos puesto nuestro granito de arena, y muchos hemos encontrado algo más que gratificación en ayudar a los demás. Recuerden nunca es demasiado tarde para decidir ayudar solo un poquito más a nuestra sociedad.
Los aplausos se volvieron a esparcir y YooChun sonrió ante aquello, Boa tenía razón aunque trabajar en este proyecto había sido para acercarse a JunSu, en el fondo todo se sentía demasiado bien como para simplemente ignorarlo.
Entonces pensó, que de vez en cuando acompañaría a JunSu en otro de sus proyectos.
—¿Qué tal? Tu primer trabajo culminado.
—Todo quedó increíble. Pero más allá de todo, en verdad lo que más agradezco es poder haberme encontrado contigo.
YooChun chocó su copa con la de JunSu y él le sonrió a modo de respuesta.
—¿Me acompañas a un lugar?
—Por supuesto.
…
…
Y bueno, esto no es lo que YooChun tenía en mente, pero de algún modo no le terminaba de sorprender. Por que sencillamente JunSu era así, y aquello le empezaba a agradar demasiado, hasta el punto de no querer alejarse de él nunca más.
—Buenos días. ¿Cómo han estado?
—JunSu… A los años, niño ¿Dónde has estado?
—He andado un poco ocupado.
Se encontraba en un pequeño asilo, JunSu sonreía y parecía llevarse muy bien con todos los adultos mayores que habían por ahí, JunSu lo miró por un momento y le sonrió, pidiéndole que se acercara.
Y aunque YooChun se moría por besarlo otra vez, de algún modo esta faceta de JunSu lo enternecía hasta el punto de creer que los besos en una relación no eran tan vitales como tomarlo de la mano y estar junto a él.
Quizá JunSu lo estaba convirtiendo en un cursi, pero de vez en cuando era incluso hasta agradable llegar a pesar de esa forma.
—¿Qué dices si jugamos un pequeño juego de ping pong?
—¡Claro!
—Oh, no JunSu. Siempre pierdes contra él.
YooChun sonrió cuando la mujer le pidió a JunSu que no jugara e incluso hasta le pareció divertido ver como JunSu aseguraba que esta vez si ganaría.
—Y si pierdes, ya sabes.
El hombre golpeó a JunSu con la pequeña tabla y el muchacho dio un salto.
—¡No voy a perder!
—Oiga, usted. No haga eso.
Se movió hasta JunSu, tomándolo por el brazo y alejándolo un poco de aquel hombre que se atrevía a tocarlo, la mayoría de las mujeres y enfermeras rieron ante aquello y JunSu incluso hasta se sonrojo un poco.
—Oh, pero quien es este muchacho tan apuesto que no nos los has presentado.
—Él es Park YooChun. Y es un exagerado.
—Mucho gusto.
Se inclinó un poco y prontamente varias de las mujeres ancianas se acercaron a saludarlo y preguntarle que tan amigo era de JunSu, y aunque la situación fue un poco extraña en un principio, al final YooChun se encontró a si mismo brindándoles un pequeño concierto a las mujeres y a las enfermeras.
Otro rato se encontró jugando naipes y ajedrez con los hombres. Viendo el futbol y las luchas, apostando y perdiendo de vez en cuando. Sin fijarse en el momento exacto cuando divertirse de pronto le pareció tan fácil y sonreír no solamente fue cuando veía o tomaba la mano de JunSu.
Por que de pronto descubrió, que JunSu no solo estaba haciendo parte de su mundo. JunSu le estaba enseñando una manera diferente de vivir, una mejor manera de aprender a ser feliz. Y YooChun empezaba agradecérselo.
—Parece un buen muchacho.
—Lo es señora Hang, lo es.
JunSu abrazó a la anciana a su lado y continuó mirando a YooChun pelear contra uno de los hombres por que había hecho trampa jugando pocker. Y era hasta incluso divertido ver a YooChun discutir con el hombre que le sacaba la lengua de vez en cuando a Park.
…
…
YunHo leía un par de contratos de algunos distribuidores cuando la puerta de su oficina se abrió con fuerza y JaeJoong ingresó cerrando la puerta una vez más. No es que su oficina fuera extremadamente grande, pero el ruido por supuesto que se encerraba.
Arrugó el entrecejo confuso y dejó los papeles sobre el escritorio levantándose en el proceso y mirando a un alterado JaeJoong que parecía buscar las palabras adecuadas mientras se movía de un lugar a otro.
—¿Cómo le permites que te haga esto?
—¿De que estás hablando?
—¡De HeeChul! Hoy lo vi con un tipo besándose en su auto.
YunHo pareció por un momento levemente afectado, pero el momento fue tan corto, que fue algo casi hasta imperceptible al ojo humano. Por lo que luego de un momento YunHo sonrió levemente y enarcó una ceja.
—HeeChul y yo mantenemos una relación completamente abierta, lo que él haga mientras yo no este presente me tiene sin cuidado y viceversa. Así que no te atribuyas enojos que no te pertenecen.
—¡¿Por qué demonios no te molesta su comportamiento?!
—Si no me molesta a mi, ¿Por qué te molesta a ti?
JaeJoong mordió su labio inferior y suspiró.
—Por que yo ya pasé por eso y es horrible ese sentimiento. No quiero que sufras por él, no cuando se nota que lo amas tanto.
—¿Pasé por eso? ¿Es que ya no amas a Siwon? ¿Por qué hablaste en pasado?
—¿Eh?— JaeJoong, que no había captado el poder de sus palabras, retrocedió un poco y negó levemente. —¿Que?… Yo… No… ¿Que?
YunHo sonrió un poco más y camino hacía JaeJoong con una lentitud poco acostumbrada que JaeJoong no comprendió, pero tampoco hizo nada por detenerlo.
—Es curioso, tú y Siwon mantienen también este tipo de relación, pero tú nunca has sacado provecho a eso.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?
—Fácil.— YunHo de pronto estuvo muy cerca, pasando lentamente sus labios demasiado cerca del cuello de JaeJoong, sin rozarlo apenas. –Hueles a fidelidad por todas partes. Aunque curiosamente ya no hueles a amor.
JaeJoong cerró los ojos, con el pulso acelerado y el olor de YunHo empezando a rodearlo. Su vientre sufrió una pequeña punzada cuando una de las manos de YunHo estuvo en su espalda.
Sentir los labios de YunHo sobre los suyos de pronto supo tan bien, corresponderle de repente fue tan fácil. Y pasar los brazos por los hombros del más alto hizo que su corazón latiera incluso un poco más rápido.
Las manos de YunHo lo sujetaron por la cintura, con demasiada habilidad, la suficiente como para que lo pudiera elevar un poco y sentarlo sobre el escritorio. La inhibición de JaeJoong se perdió en alguna parte de sus besos.
Por que abrió las piernas y YunHo se pegó todavía un poco más a su cuerpo. Besándolo con la misma pasión y JaeJoong no sabía si YunHo se estaba desquitando por lo que HeeChul le había estado haciendo en la mañana.
El mismo no sabía si lo estaba haciendo por que quería desquitarse por todos estos años que según YunHo no había aprovechado. Solo sabía que en este momento deseaba a YunHo y YunHo lo deseaba a él.
Provocando todas esas emociones que le hacían falta el día de ayer.
Sus manos esa tarde viajaron en el cuerpo de YunHo, entre sus músculos desnudos y sus besos que se esparcieron por todo el cuerpo del más alto, por esa tarde JaeJoong sintió las manos de YunHo recorrerle incluso hasta un poco del alma.
Por que sus gemidos se compartieron y por que esa excitación no desapareció ni siquiera cuando el último suspiro salió de sus labios y abrazado a YunHo cerró los ojos justo sobre aquel sillón dentro de la oficina de Jung.
Por que JaeJoong esa tarde olvidó lo que estaba bien o mal. Por que JaeJoong esa tarde, se entregó a la pasión que la presencia de Jung YunHo le provocaba, casi desde el mismo instante en que lo conoció.
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Cuando Yunho tenía aproximadamente veintitrés. Volvió a sentir lo que era quedarse solo una vez más. La lluvia caía esa tarde de enero y su traje negro ya se encontraba completamente empapado de agua.
El cabello cubría su frente y desde hace un par de horas que todos los familiares y amigos habían abandonado el cementerio, pero él seguía ahí, parado frente a la tumba de su padre como si temiera que al alejarse sus lazos se rompieran.
Las lágrimas invadían su rostro, y la ventaja de que lloviera en ese momento le proporcionaba el que aquello no fuera tan notorio. Por que estaba cansado de llorar, y haberse encargado de todo había sido un golpe duro.
Por que YunHo había olvidado que solo eran su padre y él, y ahora nada más era él.
Un auto se estacionó con brusquedad en uno de los parqueaderos y YunHo giró un poco solo para ver a HeeChul salir del elegante mercedes, con su rostro preocupado y cubierto apenas con un costoso abrigo que le llegaba hasta las rodillas.
En ese momento a HeeChul pareció no importarle la lluvia, por que únicamente corrió hasta él y se detuvo a mirarlo unos segundos, con su respiración agitada y los labios rojos por el frío, con su cuerpo algo tembloroso por la impotencia, HeeChul se abrazó a él.
—Lamento haber llegado tarde, el vuelo se atrasó. ¿Por qué no me llamaste para contarme?
—No quería molestarte, Chul. Estabas ocupado con tus estudios.
—¡Y tu padre era como un padre para mi!
HeeChul lo cacheteó con una fuerza que YunHo desconocía, y por varios segundos lo único que se atravesó el denso silencio entre ambos fue el golpe de la lluvia al estrellarse contra el suelo, los ojos de YunHo se inundaron en lágrimas y finalmente volvió a abrazar a HeeChul y llorar.
—Lo siento… Chul… Solo, no quería que me vieras así.
—Eres un idiota, YunHo. Y nunca me podrás quitar de tu vida, por que ambos tenemos un lazo especial, que nadie más podrá compartir.
YunHo asintió, sin mediar alguna otra palabra y con las manos de HeeChul en su espalda comprendió que el muchacho se quedaría junto a él un tiempo más antes de volver a salir del país.
Y si, YunHo estaba devastado. Pero justo ahora, sentía un poco más de paz.
HeeChul lo llenaba de paz. Y recordó entonces por que se había enamorado de él.
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