Me había enamorado de su hermano mayor, tenía dos años más de nuestra edad, Jung Eunho.
Me habían empezado a gustar los hombres, incluso en ese entonces cuando aún no había sido capaz de comprender plenamente el concepto. Pero no era como si me hubiera sentido alguna vez perdido o molesto por el hecho. Dejo que la vida salgan afluya como lo hace el agua, o el tiempo.
Se dio cuando yo había dejado que mi corazón vagara a su antojo, me desperté y descubrí que me había enamorado de alguien del mismo sexo, eso es todo... Yo no estaba particularmente contento o descontento con la situación.
En aquel entonces, su hermano estaba a punto de presentar sus exámenes de acceso a la universidad. Yo acababa de haber conseguido ser aceptado en esta escuela prestigiosa de alta etiqueta. Pero me llamó la atención los rostros agotados de los alumnos de tercer año, para los que el examen fue a la vuelta de la esquina, fue suficiente para que me surgiera la duda si eran realmente humanos.
Lo que estaban haciendo superaba la devoción, sino que eran como máquinas que nunca dejaban de funcionar. Se movían sin vida. Sus ojos de ellos me dictaron inmediatamente que yo seria rechazado, lo que estaban pasando parecía ser uno de los obstáculos que todo el mundo tendría que enfrentarse en algún momento de sus vidas. Pero él era diferente. Incluso en ese entonces, él era muy popular con las chicas, siempre se veis bien y elegante. Era el Presidente del Consejo de Estudiantes y constantemente en el centro de atención.
Por primera vez en mi vida, sentí como mi corazón latía frenéticamente por alguien. Pero, yo no creía que su muerte tuviera algo que ver conmigo, porque su muerte fue una coincidencia, un accidente. Es sólo que pasó a ser en la noche del día en que yo había sido capaz de reunir todo mi valor y declarármele. Yo todavía no puedo aceptar o comprender el hecho de que había estado en un accidente. Cuando lo había encontrado, la mitad de su cuerpo había sido atrapado aplastado debajo de los neumáticos. Su rostro estaba lejos de ser reconocible cuando se había recuperado el cadáver.
No era la cara de la Eunho Jung que me había gustado y anhelado.
Lloré hasta que caí inconsciente.
Y cuando abrí los ojos, su hermano menor... Jung Yunho estaba de pie frente a mí.
Los dos no eran similares en todos. Supongo que ahora que los comparo bien…
Son tan diferentes.
A pesar de compartir la misma sangre, físicamente no se parecen demasiado.
Jung Eunho daba la impresión de ser un caballero en todo el sentido de la palabra, algo de Jung Yunho sólo gritaba "hijo problema".
A pesar de que nunca hubo alguna acción disciplinaria grave en su contra, seguía siendo una persona que se convertía en el tema candente entre los estudiantes por lo menos una vez cada semana.
Empecé a tomar interés en el hermano de Jung Eunho, Jung Yunho de diecisiete años, que sin duda, no tenía sentido del auto-control.
El día en que pusieron las cenizas de Eunho cenizas en la urna.
-¿Eras su amigo?, ¿De que clase eres?-
-Clase ocho...-
-Ah… eres el de la clase ocho… el cutie-
-Sí-
Yo siempre había sido bien atendido por los chicos en lugar de las chicas, a pesar de que nuestra escuela era mixta.
En ese momento, mi padre había estado corriendo en la oficina. Cuando este hecho se extendió en toda la escuela, me trataron un poco mejor y fui capaz de hacer algunos amigos a causa de ello.
Había sido nuestro momento cuando nos había sido desbordante la pasión y lujuria juvenil, cuando se puede excitar rozando a alguien del pasado.
Debido a esto, es natural que este tipo de estilo de vida parecía una respuesta obvia para alguien como yo, que había sido llamado el "Cutie" entre la población masculina.
Ante mi respuesta, la de Jung Yunho fue que se echó a reír en voz alta, como si hubiera olvidado que estábamos en un lugar de duelo solemne, lleno de esos vestidos de negro de pies a cabeza.
-Hyung dijo que eras bastante bonito-
A pesar de que mis sentimientos por él no habían sido muy profundos, nunca me atormente. Sin embargo, el que había cuidado de mí no era Eunho, pero su hermano menor, el hombre que me había amado con todo su corazón joven.
Si Jung Eunho era suave y tranquilo, Yunho era fuerte y apasionado. Empecé a sentir como si la imagen de ese hombre perfecto que había estado buscando, se ajustara mejor a Jung Yunho en lugar de su hermano.
Debido a esto, fui capaz de tropezar hacia Jung Yunho, como un niño que había estado en pie por primera vez, y él estaba allí esperando a cogerme por si me caigo. Era una escena natural y pintoresca que parecía deslumbrantemente hermosa incluso a mis propios ojos. A su lado, tuve la oportunidad de brillar más de lo que había sido antes.
A veces, sin embargo, en alguna ocasión, me encontré pensando en él mientras miraba a Yunho.
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Un dolor, lo suficientemente agudo para mi, me llenó. Era muy posible que mi amor se suicidara.
Las imágenes en mis sueños siguen siendo: quemado vivo delante de mis ojos.
Desperté mirando fijamente al techo, mi corazón en realidad se sentía más ligero como no lo sentía desde hace mucho tiempo.
A pesar del hecho de que él y yo habíamos compartido la cama juntos toda la noche lo sentía completamente ausente. Las manecillas del reloj que colgaba de la pared marcaban las once de la mañana.
Dirigí mi mirada por un tiempo al lugar vacio a mi lado.las sabanas estaban frías, como si hubiera pasado mucho tiempo desde que su calor había dejado la cama.
Me dejé caer en el terreno donde Yunho se había acostado la noche anterior. Me abrace a la almohada de Yunho como tratando de detectar algún débil rastro de su aroma. Me había dormido toda la noche, no dieron resultado ninguno de mis coqueteos. Ese hijo de puta.
Yunho se había ido sin siquiera haber tomado atención a la rigidez de mi erección.
Yo estaba realmente sorprendido de cómo me había convertido en una antigüedad al igual que mi entorno, y ahora que tenía la oportunidad de ver de manera adecuada la habitación gracias a la luz del mediodía, era… Sofisticada y elegante, la habitación parecía el interior de una casa europea.
Los candelabros de bronce que decoraban la habitación, los muebles de caoba, los jarrones caros, pinturas de alta gama, la alfombra mullida bajo mis pies, y la luz solar que filtraba en la habitación a través de la cubierta de las cortinas, era como si aquella habitación reflejara su alma, que parecía ser imposible de odiar.
Sentir compasión por el enemigo es lo mismo que abrirse para el ataque.
Esa mujer, brillante y resplandeciente como la luz... me pregunto si habrá en este mundo alguien así para mi. Sentí que mi corazón suavizaba, empujaba hacia afuera los sentimientos de desprecio y rivalidad.
Me acerque a la ventana y vi a Yunho, volvió la mirada hacia mí, se puso de pie en medio del jardín infinitamente colorido, con una mano en la espalda y la otra agarrando una manguera con la que estaba regando las plantas. Escuche que ella le gritó algo a través del cristal fino de la ventana.
La forma de sus labios mientras hacía las palabras de 'Sólo un minuto’, fue muy lindo. Parecía totalmente alegre.
Ella estaba encantada. Supongo que debían estar contentos de que hubiera alguien allí con ella, incluso cuando ella estaba haciendo las tareas que estaba acostumbrada a hacer todos los días. Supuse que pasar el tiempo mientras Yunho estaba fuera, con sólo su bebé antes de nacer no era una cosa muy divertida.
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A pesar de que sólo habíamos pasado un rato juntos, ella y yo estábamos en condiciones de intercambiar pequeñas y silenciosas sonrisas como si fuéramos conocidos desde hace mucho tiempo. Los músculos alrededor de la boca temblaban cada vez que no había ninguna necesidad particular de las palabras. No me parecía molesto en absoluto.
-¿Podría darme un poco de hielo?-
-¿... Perdón?-
-Ah... Es que la inflamación no ha bajado desde que me quitaron la muela...-
-¿El dolor de la muela?-
-Sí. Me duele mucho... –
Sacó una toalla pequeña de uno de los cajones. Coloco el hielo en la parte superior, y la dobló de una forma que era adecuada para su uso como una bolsa de hielo. Me volví hacia el sofá con el paquete en la mano. El cuero del sofá chirrió. Descansando el mentón en la parte superior de las rodillas, encendí el televisor. Abrí el pequeño paquete y se metí un trozo de hielo en mi boca. Estuve rodando el hielo alrededor de mi diente, ella volvió a salir de la cocina con una bandeja.
-¿Quieres un poco de hielo de nuevo?-
-... ¿Por qué?-
-Ah... Es que la toalla puede estar sucia...-
-Está bien...-
Dirigí la mirada a la televisión, chupando el pedazo de hielo distraídamente. Aunque no era muy grande, muy pronto, el hielo me había adormecido la lengua lo suficiente y me encontré con dificultades para la formación de pronunciaciones adecuadas. A pesar de que esperaba que ella no dijera nada, me dirigió una mirada interrogante. Empujé el pedazo de hielo en un rincón de mi boca y volví la mirada hacia ella.
Senderos Whispy de vapor fueron saliendo de la taza de avena que estaba descansando en sus rodillas.
-Ayer... no me dio un cepillo de dientes...-
-Oh... lo siento. Supongo que se me debe haber olvidado...-
-Está bien-
Tenia que ser cuidadosa, sabiendo que todo lo que comía se destinaba al bebé.
Odiaba la mirada de confusión que tenían sus ojos ante mis palabras. Cogí la bandeja que ella había colocado en frente de mí.
No había manera de que pudiera permanecer sentado después de haber sido tratado como un completo inválido. Mientras estaba sentado pensando cómo podría ejecutar mi venganza, su mano toco la mía. El contacto breve, en lugar de dejarme con una sensación de pánico o confusión, me dejó con la clara sensación de su feminidad. El calor que había rozado un poco más allá de mi piel había sido tan perfecto que me encontré queriendo sentirlo de nuevo si alguna vez tuviera la oportunidad. Fue algo especial acerca de una mujer que nunca voy a tener.
La observe como si no hubiera nada más ocultos detrás de estas acciones, procedió a enfriar la cucharada con bocanadas de su propia respiración. Sus dedos eran blancos y delgados.
Una vez más, ella me estaba ofreciendo su bondad genuina. Soplando Al calor que de la taza caliente se desprendía. En ese momento, sentí como un poco de cordura goteaba de nuevo en mi mente, en sustitución de mi anterior furia, feroz pero irracional.
-Hay una gran cantidad de pinturas en la casa...-
-Oh... Es que me agradan mucho-
-¿Las obras de arte más importantes?-
-Sí-
-Te gusta la música?....-le pregunte-Piano?-
Ella respondió con timidez.
-Violín-
Era un instrumento elegante y muy agradable. Me encantó el sonido de un violín, era el tipo de melodía que se negaba a desaparecer, incluso mucho después de escucharlo. Ella realmente lo tenía todo. Se merecía un hombre como Yunho. Hermosa, elegante, sofisticado, inteligente, y...
En ese momento, finalmente me di cuenta de que había estado alabándola todo este tiempo. Todo había sido hecho inconscientemente.
Como era de esperar, admitir que realmente me agradaba me hacia sentir horrible. Una cadena de maldiciones escapó de mis labios. Mordisqueando los pequeños bultos en el interior de mi boca, lance una mirada de atención hacia ella. Mi garganta comenzó a arder intensamente a pesar de que aún ni siquiera había ingerido ni una gota de su avena. Sentí que mi pecho se calentaba. Odio las cosas calientes
-¿Qué estás haciendo?-
Agarré un puñado de hielo tumbado en la toalla, y lo tire en la taza llena de su avena. El líquido espeso salpico por todas partes, su vestido y la parte superior de mi pie también. Lo limpie con la punta de mi dedo. Lo examine con la yema del pulgar, el roce entre mis dos dedos. Un blanco, espeso líquido
-... Ah... Este es-dije-Hace calor hoy. Y esto está muy caliente...-
La contracción en la parte baja de mi estómago estaba acompañada de una sonrisa.
Parecía haber perdido la oportunidad de responder, ya que respondió en tono de broma. Se sentó recuperando el aliento, la mano sobre su corazón como si estuviera tratando de calmarse. Ella se limpió la papilla de la falda con un pañuelo.
Metí una cuchara al recipiente lleno de hielo. Varios pedazos de hielo se empujaron fuera del tazón, la bandeja se había convertido en un desastre.
Después metí la cuchara en mi boca, la sensación del metal frio me hizo temblar y tirar la cuchara a la bandeja.
-Uf... Muy fría!-
La superficie de la bandeja vibró por segunda vez con un ruido fuerte. Sus hombros temblaban mientras ella estaba sentada como apretando su pecho, estudiándome cuidadosamente con sus ojos muy abiertos como en shock. Sus ojos se redujeron ligeramente. Yo sin decir palabra le advertí que dejara de mirarme como una especie de paciente en un Hospital Psiquiátrico.
Intermitente, con una sonrisa reconfortante, le pregunté educadamente.
-¿Puede calentar la avena otra vez para mí por favor?-
Esa sustancia espesa, blanca sabia muy rico.
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