Sin alas que protejan: Capitulo 15

Al día siguiente, en el transcurso de la tarde, le dieron de alta. Llegó a casa débil, bajó del auto, era ayudado por su madre que no le dirigía la palabra para nada, lo llevó hasta su habitación, se acostó con cuidado en su cama y en seguida su madre salió sin decir nada. Su rostro marcaba notables ojeras, estaba cansado. Posó su mano sobre su vientre donde sabía que ya no había nada y miles de emociones invadieron su persona, sentimientos de culpa, de odio, de ansiedad, de tristeza... todos.

-Bebé- Empezó. -No fui lo suficientemente fuerte para defenderte... Perdóname-

Changmin creía que, con todo lo sucedido recientemente, era el momento de decir toda la verdad más no sabía como, temía a la reacción de Jaejoong de que lo rechazara o que lo viera como un fenómeno.
Su madre volvió a su habitación con una bandeja con comida en ella.

-Come- Dijo indiferente. -La doctora dijo que tenías que alimentarte bien-
-No tengo hambre-
-Pues allá tú, no voy a rogarte- Dejó la bandeja en el pequeño escritorio y salió.

Era enserio que no tenía hambre pero sabía que no podía dejarse caer, tenía que comer aunque sea poco. Con cuidado se puso de pie y llegó hasta el escritorio y se sentó en la cómoda silla metálica. Era una comida simple pero apetitosa, una torta de huevo con un filete de pollo empanizado con salsa de soya como condimento, té helado, o eso parecía, para tomar y para terminar una ensalada dulce de col y zanahoria de postre conformaban aquella merienda. Tan solo basto el primer bocado para confirmar que iba a ser una comida deliciosa.

Su celular sonó. La llamada era de un numero desconocido y dudo en contestar pero lo hizo.

-¿Diga?-
-...-
-¿Diga?- Preguntó de nuevo pero nadie contestaba.

Quien sea quien halla sido colgó dejando la idea al chico de que había sido “numero equivocado”.
Cuando terminó, volvió a su cama y siguió pensando en como decirle todo a Jae pero poco a poco sus ojos se fueron cerrando hasta quedarse dormido.

...
En casa de Jaejoong el reloj marcaba las 6:19 a.m. del día siguiente.

-Buenos días Junsu- Saludo Yunho revolviendo el cabello del mencionado.
-Buenos días- Le respondió con pesadez.
-Buenos días Jae- Esta vez saludó al mayor.

El rubio estaba recostado sobre la mesa, ni siquiera había tocado su desayuno.

-¿Jae?- Preguntó. -¿Te sientes bien?-

El rubio se incorporó en la silla, talló sus ojos y suspiró.

-Si. Es solo que no pude dormir anoche-
-¿Pasa algo?-
-Es que... toda la noche no dejó de mandarme mensajes-
-¿Otra vez?- Preguntó indignado. -¿Y porqué no apagaste el teléfono?-
-No lo hice por que tal vez mi papá me podría llamar...-
-Hum...-
-¿De quien se trata?- Preguntó Junsu.
-Jae se refiere a...-
-No te pregunté a ti- Le interrumpió Junsu molesto.
-Lo siento Junsu yo solo...-
-Jae ¿De quien se trata?- Junsu ignoró la disculpa de Yunho.
-Que te importa Junsu- Dijo poniéndose de pie y arreglando sus cosas para salir. -Me voy, nos vemos Yunho-
-Será mejor que yo también me valla- Junsu tomó sus cosas.
-Espérame, Junsu, yo te acompa...- Pero al momento de colgarse su mochila el otro chico se fue ignorándolo por completo. -...ño- Salió detrás de él.

...
Changmin despertó tarde, este sería el segundo y ultimo día que no iría a la escuela. Sus fuerzas ya estaban en su totalidad recuperadas. Sus padres estaban en su habitación conversando sobre sabe que cosa, no le importaba lo que hablaban esos dos. Era una fría y nublada tarde, se levantó y bajó directo a la cocina para preparar café.

Su mente se perdía en el sabor de la bebida caliente. Levantó la mirada y a través de una de las ventanas de la cocina vio como pequeños círculos de color blanco caían del cielo.
Dejó la taza en una mesa y salió al patio trasero, extendió su mano, aquellos copos se derretían al contacto.

-La primera nevada del año- Dijo para sí.

Esto de alguna forma lo ponía feliz, por un momento olvido todo... incluso la reciente perdida de su bebé fue olvidada por un instante. Sonrío.

-Changmin- Habló su madre. -Entra, tu padre y yo queremos hablar contigo- Ordenó.

El chico obedeció. Su sonrisa se desvaneció ante la orden.

-¿Si?- Preguntó al entrar en la sala.
-Changmin- Empezó su madre. -Como sabes se aproximan las vacaciones por Navidad-
-¿Qué con eso?-
-Bueno es solo que...-
-Te iras- Completó su padre.

Changmin le miró al instante sorprendido de lo que acababa de escuchar.

-¿Irme? ¿A donde?-
-Te irás a la casa del campo-
-...- Bajo la mirada. -Pero eso... eso quiere decir que no pasaré Navidad...- Un nudo se formó en su garganta. -...¿No q-quieren que este aquí?-
-Por favor, no te pongas a llorar- Ordenó con enfado su madre. -Estoy harta de escucharte-

Changmin reprimía su llanto.

-Pero... ¿Porqué lo hacen?-
-¿Todavía te atreves a preguntar porque?- Dijo Han. -¿Te parece poco haberte embarazado de nuevo?- Se acercó lentamente a él y lo tomó con furia por los cabellos. -¡Te mandamos lejos para que esto no se vuelva a repetir! ¡Lejos de ese otro degenerado!- Gritó. -¡Tú eres un promotor del pecado! ¡Peor que una prostituta! ¡MALDIGO LA HORA EN QUE NACISTE!- Lo jaló aún más fuerte.
-Agh... Mamá, me estas lastimando-
-¡Quisiera que estuvieras muerto!- Le tomó del cuello con su mano libre. -¡Así dejarías de avergonzarnos!-

A Changmin le empezaba a faltar el aire.

-Tranquila, mujer- El señor Kun trató de calmar a su esposa. -Tranquila-

La señora Han soltó al chico y de la nada esta empezó a llorar. El chico empezó a toser.

-Ya estarás contento estúpido- Dijo Kun dirigiéndose a su hijo. -Ve a tu habitación-
-Por favor, no me lleven ahí- Ignoró la orden.
-¡¿No me escuchaste?! ¡VE A TU MALDITA HABITACIÓN!- Le tomó por la camiseta y lo aventó como si fuera una cosa cualquiera.

Changmin vio a su madre seguir llorando en los brazos de su padre y subió las escaleras. Al llegar a su habitación se sentó sobre su cama y empezó a llorar en silencio.

-No me quiero ir- Decía en susurro. -No me quiero ir-

La tarde pasó más aprisa, la nieve había dejado de caer, no se dio cuenta cuando sus padres salieron, tomó un abrigo y bajó al vestíbulo solo para darse cuenta que, para variar, lo habían dejado encerrado. Volvió por la copia de llaves que había conseguido días atrás y logró salir de aquella prisión en dirección a aquel parque.

Al llegar se sentó bajo un árbol y con la mirada perdida en el suelo, pensativo, sus padres no le querían esa Navidad con ellos aparte su madre le había dicho cosas muy fueres e hirientes.

“¡MALDIGO LA HORA EN QUE NACISTE!”
“¡Quisiera que estuvieras muerto!”
“¡Así dejarías de avergonzarnos!”
“Tal vez tienen razón” Pensó. “Tal vez es mejor que deje existir”.

De pronto unas pequeñas manos taparon sus ojos. Acto que le confundió.

-¿Quien soy?- Dijo una voz entusiasta.
-Ha...- Changmin reconoció la voz de inmediato. -...Eres Jun-
-¡Si!-

Changmin se giró y ahí estaba él. El pequeño niño con una chamarra abultada y pantalón de acuerdo a la temporada. Le sonrió.

-Hola, Jun-
-Hola, jeje- Se sentó junto a él. -¿Qué haces?-
-¿He? Nada, solo pienso-
-¿Piensas? ¿En qué cosa?- Preguntó curioso.
-En muchas cosas- Respondió.
-¿Como de qué?-

El mayor le miró, sonrió y empezó a reír.

-¿Eres periodista? Jejeje-
-Ham... perdón jaja. Es que suelo ser muy curioso- Se sonrojó.
-No te preocupes. Pensaba en que es lo que voy a hacer esta Navidad-
-¿Hu? ¿Pues que más puedes hacer? Pasarla de lujo con tu familia. ¿No?-
-Ese es el punto. Que esta Navidad la voy a pasar solo-
-Hum... ¿Porqué? ¿No tienes familia?-
-La tengo, solo que... bueno... no lo comprenderías-
-¿Es algo malo?- Preguntó preocupado.
-...Olvídalo. No quiero hablar de eso-
-Ok, si tu quieres- El niño le sonrió tristemente.

Hubo unos momentos de silencio.

-Por cierto. ¿Has venido solo de nuevo?-
-¿He? No. Esta vez he venido con mis papás, están sentados allá- Señalo.
-¿Y porqué no estas con ellos?-
-Es que...- Se volvió a sonrojar. -...Están de cariñosos y...-
-Jajaja Entiendo, entiendo- Rió Changmin.

Aquella charla con Jun lo hacía sentirse a gusto, era un niño muy carismático.

-Vamos- Jun se puso de pie.
-¿He? ¿A donde?-
-A que los conozcas-
-¿Conocerlos? Pero Jun...-
-No, no, no. Nada de “pero”- Lo jalaba del brazo.
-Ok, ok- Changmin se puso de pie, se sacudió y siguió a Jun.

...
-¡Jae! ¡Por el otro lado!- Gritó su padre.

Jaejoong subió las escaleras de una construcción abandonada y apuntó con el arma escondiéndose de los contrarios.

Con la mirada seguía su objetivo, el hombre detrás de Junsu. Su arma sonó y aquel hombre cayó sin vida. Los demás hombres que conformaban el pequeño ejercito de su padre siguió al resto de los contrarios hasta acabar con ellos.

-Buen trabajo muchachos- Felicitó su padre, su respiración era agitada. -Vallan a ver a los demás- Dijo y aquellos muchachos se fueron. -Tu no, Jae. Necesito hablar contigo-

Jaejoong y su padre subieron a un coche negro y se fueron directo a su casa. Jae no comprendía de que quería hablar su padre con él, había sido una misión exitosa como las demás, no había razón para un reclamo. Al llegar se encerraron en el despacho.

-Tu dirás, papá- Habló Jae.

El señor Sang suspiró.

-Jaejoong, ya estoy muy viejo y cansado- Dijo. -Ya no podré seguir en esto mucho tiempo-
-¿A que te refieres? ¿De qué hablas?- Preguntó confundido.
-Jaejoong, por eso estudias lo que estudias. No era el momento correcto para decirte esto pero... tu dirigirás mi emporio-

Jaejoong bajó la mirada, se sorprendió de escuchar eso.

-¿Y porqué no se lo pides a Junsu? Él...-
-Junsu es mi sobrino, pero tu eres mi hijo. Además él no esta capacitado para una responsabilidad tan enorme como lo es esta- Dijo. -¿Podrás hacerlo?-
-...- No sabía que decir. -No lo sé...- Sin avisar, Jae salió del despacho de su padre dirigiéndose a su habitación.

No conforme los problemas que tiene con Changmin ahora el destino le pone una tarea más difícil, dirigir todo lo que su padre ha construido con esfuerzo, es decir, no quería echarlo a perder en un abrir y cerrar de ojos. No se sentía listo, de hecho no sabía si seguir en eso era una buena idea.

...
-¡Mamá! ¡Papá!- Jun llamó a sus padres con ese tono entusiasta.
-Jun... ¿Qué pasa?- Preguntó su madre.
-Este es el chico del que les he hablado, Changmin- Dijo. -Bueno... tu ya lo conoces- Se refirió a su madre. -Pero mi papá no-
-Es verdad, eres ese muchacho del hospital- Le reconoció.

El esposo de aquella señora se levantó y se presentó.

-Hola, con que tu eres Changmin- Le sonrió. -Mi hijo nos habla mucho de ti y por lo que nos dice parece que eres un buen chico. Yo soy Yoochun, Park Yoochun- Aquella mujer se levantó de su asiento y fue abrazada por su marido. -Ella es mi esposa, Park Yeeun-
-Mucho gusto- Hizo una reverencia. -Mi nombre completo es Shim Changmin-
-Mamá- Habló Jun. -¿Podemos invitarlo a cenar a la casa?-
-Pues no lo sé. ¿Tú que piensas Yoochun?-
-Por mi encantando- Dijo sonriente.
-¿Qué dices Changmin? ¿Vienes?- Preguntó aquel niño con los ojos brillantes.
-Lo siento, Jun- Dijo en tono triste por arruinar el entusiasmo de Jun. -Tengo que irme-
-¡Ay! ¡Vamos, por favor!- Jun hizo un puchero.
-Enserio, no puedo-
-Jun, Changmin se tiene que ir. En otra ocasión será- Dijo su madre.
-Esta bien...- Acepto resignado. -Pero prométeme que un día si cenaras con nosotros-
-Lo prometo- Sonrió.

Se despidió del niño y de sus padres y se encaminó de regreso a casa.

Apenas entró se dio cuenta que sus padre ya había llegado, su coche estacionado lo confirmaba.
Entró con cautela, no alarmando de su presencia. No lo veía por ningún lado. Subió las escaleras y se aterró al ver la luz de su habitación encendida pero la curiosidad le ganó y entró. No había nadie, suspiró aliviado.

De pronto sintió como una fuerza superior le sujetaba de los brazos, lo lanzaba con furia a su cama dejándolo boca abajo y se posaba sobre él.

-¿Sabes lo que me alegra de todo esto, he?- Dijo su ebrio padre a su oído. -Que esta vez, ese bastardito no era mio-

Besaba y lamia el cuello de su hijo con lujuria.
Changmin, como siempre, trataba de librarse. Kun lo giró hasta quedar de frente con él.

-Shhhh Tranquilo, Minnie- Dijo. -Recuerda que para ser un buen niño tienes que hacer todo lo que yo te diga-
-¡Te odio!- El menor le escupió a la cara.

Kun solo se limpió y sonrió burlándose de aquel acto, lo tomó del cuello como su madre lo había hecho antes.

-Tal vez tu madre tiene toda la razón- Dijo. -Deberías estar muerto-

Su madre entrar a la casa hizo salir a Kun de la habitación del menor. Se levantó a cerrar la puerta con seguro y se quedó ahí parado, invadido de sentimientos negativos y preguntándose muchas cosas. Se sentía mal. Trató de olvidarlo durmiendo.

...
La mañana siguiente fue una de las peores, no había logrado dormir bien y eso lo tenía exhausto.

-Changmin, te estoy hablando-
-¿He? Perdón Karina, estoy perdido-
-Ya lo veo- Respondió. -Te pregunto que si quieres algo de comer-

Changmin negó con la cabeza sin decir nada.

-De acuerdo, enseguida vuelvo-

El chico se quedó sentado en borde de una jardinera, pensaba en todo y nada.
Escuchó como alguien se detuvo detrás de él.

-Hola, Changmin- Escuchó la voz de Jaejoong a sus espaldas.

El mayor se hincó detrás de él y mencionado no le volteó a ver pero tampoco salió huyendo de ahí, aquella voz perecía triste, vacía.

-Changmin, solo vengo a pedirte que... que me perdones por todo el daño que te llegué a hacer. Yo jamás te quise lastimar de esa manera- Su voz sonaba entre cortada. -Eres una persona muy importante para mi- Dijo. -Quiero darte una explicación-

Changmin escuchó atento.

-Si lograba que me hicieras caso, dejaría las drogas. Días antes que me dijeras que aceptabas ser mi novio me mantuve limpio y después también fue así-

No podía creer lo que acababa de escuchar. Todo lo había hecho por él.

-Pero Junsu- Dijo con furia. -Ese maldito arruinó todo. Me hizo recaer y fui muy débil para decir que no- Hizo otra pausa. -Changmin... Te amo. En estos momentos estoy confundido, han pasado tantas cosas que...- Lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro. -...Necesito de ti, necesito sentir tu apoyo, tu todo- Calló. -No te voy obligar a que vuelvas conmigo. Solo necesito saber que me perdonas, por favor-

Changmin no decía ni hacía nada.

-Entiendo- Jaejoong trató de calmarse. -Con tu silencio lo dices todo- Se puso de pie. -Discúlpame, no volveré a molestarte- Dio la media vuelta y se fue.

Caminó sintiéndose derrotado, seguía llorando, todo había acabado. Changmin jamás le perdonaría.
De pronto sintió como alguien le abrazaba por la espalda rodeando con sus brazos su torso.

-Yo también te necesito, Jae- Dijo el menor comenzando a llorar. -P-por favor, no te vallas-

Jaejoong se giró y se encontró con una Changmin destrozado emocionalmente. Le abrazó, le abrazó fuertemente como si su vida dependiera de ello. Acarició sus largos cabellos y su espalda.

-Mi niño- Dijo aún llorando.

Cuando se calmaron un poco rompieron el abrazo.

-Jaejoong- Empezó. -Tienes que saber muchas cosas- Dijo.
-¿A que te refieres?-
-Vamos a otro lugar... te explicare-

...
Karina les observo irse, la Ira la invadió por completo. Tenía que actuar rápido o sus planes se verían deshechos.

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