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Arualthings

Juego de niños cap 10

Un, dos, tres por...

Agitado y con la mente hecha un caos, se recargó sobre la puerta. El sonido de ésta al cerrarse aún reverberaba en su cabeza. Miró su cuarto tratando de vislumbrar algo entre la penumbra y de pronto se preguntó qué hacía ahí. Restos hirvientes del momento anterior aún yacían adheridos y le causaban un incómodo y punzante dolor.

¿Qué había hecho? Había tenido a Changmin caliente y dispuesto, todo para él y lo había dejado ahí solo porque Junsu y Jaejoong los habían pescado. Pero las astillas de enojo incrustadas en su plexo le decían amargamente que no hubiera podido ser de otra manera. Aún si pudiera regresar ahora y continuar no lo haría, cierta dureza en la boca del estómago se lo impedía.

Y ahora estaba ahí, solo, varado tieso entre las tinieblas con una molestia que clamaba atención, teniendo fresco el sabor de esa boca deseosa buscándolo, el calor del otro dispersándose después de haberlo envuelto cabalmente. Todo entre el silencio amenazador que lo aplastaba.

La pálida luz de la luna irrumpía en finos hilos en la habitación, perfilando la silueta de los objetos, recordándole la figura faltante, dibujándola detallada en su cabeza.
Puso el seguro de la puerta y se tendió en su cama. Un temblor líquido estremecía su cuerpo mientras estaba ahí tendido sobre el futón, esperando un contacto que no llegaría.

Inhaló hondo con trabajo y exhaló. Hacía calor. Se quitó la playera. Delineó lentamente su costado. Sensibilizándose, delineó su abdomen, hojas secas avivando una hoguera.

Piel rebosante de perlas saladas, de marcas de arrope, ofrenda de espinas llenando el ocre vacío de su sangre dura. Changmin levantando su copa, el obi verde olivo suelto, la yukata abriéndose y esa piel tostada asomando sugerentemente. Su mano bajó para desabrocharse el cinturón. Changmin abanicándose, abriéndose la ropa para aliviar su ahogo, acariciándose los muslos, que se mostraban para él. Su propia mano tocaba la piel en llamas, ahogando su aliento.

Lo vio encontrarse con él, tendiéndose sobre su cuerpo y recorriéndolo con manos de fuego, atándolo a él inexorablemente. El calor de su propio cuerpo podría haberlo desengañado pero él lo tornaba en ajeno y se solazaba. No era él quien se prodigaba placer, era el otro de ilusorio cuerpo, aquel que se le aparecía como un espejo distorsionado y robaba su alma.

La sangre hirviente fluía cargada de deseo frustrado envenenándolo. Cantidad de imágenes distintas, infinitamente eróticas girando alrededor de la misma figura, recuerdos, fantasías con el mismo rostro: la luz ambarina iluminando su propia piel; el caleidoscópico libamen levantándose y tomándolo a él ahora; el gesto suave y la triste melodía de aquella vez marcando el ritmo de las manos de Changmin, de sus propias manos; la cascada petrificada trémula levándose con los jirones de su respiración. Los labios, granadas abiertas derramando exquisitos jadeos. Gemía para sí, para su amante de bruma. Cerró los ojos mientras ese palpitante y tortuoso placer crepitaba y giraba vertiginosamente entre los espasmos de su cuerpo. Su voz ahogada, falta de eco, única resonando en el oscuro espacio, todo él desbaratándose bajo porosas líneas de plata luna.

Su cuerpo exhausto, cubierto de espuma se iba enfriando, atrayendo su soledad y su arrepentimiento para flagelarlo entre las paredes que se ensanchaban.

~ o ~

Salió. El contraste de su cuerpo caliente con el de la temperatura del vestíbulo le regaló una cómoda sensación que lo embargó.

Suspiró aliviado y fue hacia la bolita donde estaban Jaejoong, Changmin y Yoochun.

-¿Qué, ya planeando lo que vamos a hacer esta tarde?- preguntó animado.

-Sí, deberíamos salir por algo rico hoy- le siguió Changmin.

-Lo siento, chicos, yo no puedo, tengo un compromiso- explicó Jaejoong queriendo esconder una sonrisa.

Yunho lo miró desconcertado. Yoochun se removió incómodo.

-Qué mal, te lo perderás, nosotros iremos de todas formas- dijo este último en tono de broma para acabar con el tema.

-¿A dónde vas?- cuestionó Yunho inevitablemente.

Jaejoong sonrió pícaramente.

-A... ¡Ah!- exclamó mirando lejos-. Lo siento, ya me tengo que ir- dijo afianzando su mochila y se marchó con pasos largos.

Yunho lo siguió con la mirada para verlo encontrarse con la fotógrafa con la que habían tenido una sesión hacía tiempo. Una bolita de plomo se anidó en su estómago. Inconscientemente volteó a ver a Changmin en su desamparo y lo descubrió mirándolo también. Consciente de su gesto trató de componerse.

-¿Y esa chica?- preguntó Changmin sin cortarse un pelo.

Yoochun vaciló.

-Ah, este… Es una fotógrafa de la revista Duet.

-Se está viendo con ella- infirió el menor abiertamente, sin perderse la expresión del líder.

-Creo que sí- afirmó Yoochun un poco incómodo.

-Lo sabías y no nos habías chismeado- “bromeó” el menor s.

-Jiji, es que no quería causar malos entendidos- declaró sin poder evitar dirigirle una mirada significativa a Yunho.

-No importa, vámonos- dijo éste firmemente.

-Falta Junsu- puntualizó Yoochun.

Yunho miró para comprobarlo. Para su suerte alcanzó a verlo.

-Ahí viene.

-Perdón por hacerlos esperar. Y bien, ¿qué vamos a comer?

-¿Qué tal si vamos a Shin okubo a ver qué encontramos?- sugirió Yoochun.

-Buena idea- aplaudió Changmin con entusiasmo.

~ o ~

Un ligero cosquilleo lo hizo recordar en ensayo.

Ese día habían estado implementando cambios de lugar a la coreografía y, claro, habían tenido que pasarse las horas bailando en grupo, acomodándose, midiendo la distancia y el espacio respecto a los otros. Frente al espejo. Ese maravilloso objeto pulido que te puede multiplicar innumerables veces pero que también te puede engañar, transportar, conectar con otro. Así, Changmin y él habían estado en contacto todo el tiempo. Al principio lo miraba con reserva pero al notar que el otro también volteaba de vez en cuando se había sentido con más libertad. Después, mientras su cuerpo se agitaba guiado por la música, sus ojos no sólo se habían encontrado, se habían estancado en un momento incierto en el cordón del tiempo y al rememorarlo sentía que ese instante aún existía en algún punto del universo, convertido en astro. De ahí en adelante, el tiempo y sus encuentros se concatenaban en momentos de cristal biselados de furor.

Su cuerpo vibraba y se desenvolvía como de costumbre pero aquello que explotaba dentro que sí y que se proyectaba hacia la pulida superficie ya no era sólo suyo, le pertenecía también a aquel que se reflejaba un poco más lejos, unido a él con hilos de oro blanco y que le regalaba también el vaivén de su cuerpo deseado cubierto de líquidos diamantes y su libídine aura. Y mientras se movían manipulados por lo invisible no perdían detalle el uno del otro, claramente podía recordar la fluidez del cuerpo de Changmin, el brillo de su piel solar, la fuerza de sus movimientos arrastrándolo.

Estaba muerto de cansancio pero recordar aquello le proveía una extraña vitalidad. Sin embargo había algo que hacía menguar su ánimo. No entendía por qué pero se sentía un poco abrumado. Respiró hondo, llenando sus pulmones de una pesada carga a propósito para soltarla en una profunda exhalación.

Se sentó en la orilla de su cama y se dejó caer pesadamente, incapaz de decir a ciencia cierta por qué se sentía así. En la comida todo había estado normal, hasta Changmin se había comportado bien, como si nada hubiera pasado. (justo ahora le agradaba esa tendencia suya) pero persistía esa molestia en su plexo, cierta bruma nublando su frente. ¿Era acaso lo de Jaejoong?

Siempre lo había sentido tan cercano, era como algo seguro en su vida y por lo mismo nunca se había detenido demasiado a pensar en él. Hasta ahora caía en la cuenta de que aún estando con alguien Jaejoong nunca lo había hecho de lado, en cambio él, desde que había empezado el chisme de de Changmin se la había pasado encerrado en su propio mundo y en preocupaciones que eran sólo suyas. Incluso el día que lo había invitado al Otani Garden lo había hecho sólo para despejarse de lo que había pasado con el maknae; y cuando Jaejoong le había insinuado que fueran a algún lado, sin si quiera haberse atrevido a contestarle, lo había dejado con un palmo de narices y se había ido a tontear con el otro, sin pensar ni una vez en cómo se sentiría su amigo ni tomar en cuenta el tono apagado de su voz al preguntarle. Y a pesar de eso, Jae no había dejado de portarse bien con él.

Qué clase de amigo era, se preguntaba mientras jugaba girando el anillo en su dedo, aquél que era idéntico al de Jaejoong, la férrea promesa que cargaba siempre y que aún así había ignorado.

¿Qué había en la naturaleza del mayor que lo hacía ser así? Parecía distante y hasta frívolo al principio, pero era cálido y se preocupaba por los demás, especialmente por él, lo sabía.

Suspiró. Se levantó de la cama y bajó a la cocina.

Hurgó en la alacena y nada. No podían haber tomado todo ya, ¿o sí? Abrió el refri y ahí estaba el soju, para su alivio. Lo agarró y se cambió a la sala.

Se sentó en la alfombra y siguió pensando. ¿No había otra cosa detrás de su abatimiento, alguna razón oculta que lo inquietara?

No, a pesar de que se llevaban muy bien y de que le gustaba tenerlo, no pensaba en él de otra manera, eran the finest couple y todo eso, pero no había intereses románticos.

Se detuvo anonadado.

Entonces, ¿los tenía por alguien más? ¿Por Changmin tal vez? Un estremecimiento lo sacudió.

Esa era otra cuestión que no lograba aclarar. Lo deseaba… demasiado (a un extremo que lo sacaba de sí), quería tenerlo sólo para él y era consciente de que de haber sido Changmin en lugar de Jaejoong quien se hubiera ido con esa chica, simplemente no hubiera podido soportarlo, un volcán hubiera hecho erupción, pero aún así no se atrevería a decir que le interesara tener algo más con él. Aunque, ¿de qué otra manera podrían ser las cosas?

-¿Qué haces sólo acabándote el soju?- preguntó una voz hosca.

Volteó despacio y al verlo sintió su cuerpo endeble, con una ligera efervescencia en los bordes.

-Changmin-ah, ¿quieres?- ofreció con soltura. Debía ser el alcohol. Eso o ya estaba rematado.

El aludido pareció un poco sorprendido por el vocativo cariñoso pero no llevó su expresión más allá de sus ojos; se sentó a su lado con naturalidad, tomó la botella que le era extendida y bebió.

-¡Ah! Un sorbo más cerca de Corea- exclamó relajándose.

-Para mí es mejor que el sake, es más suave y el sabor se percibe mejor.

Changmin asintió volteando a verlo fugazmente con una mirada liviana que le agradó.

-¿Tú sabías que Jaejoong estaba saliendo con alguien?- preguntó de repente al no saber qué decir o quizá buscando inconscientemente una forma de descargarse.

-No- contestó el menor secamente- ¿Tú tampoco?- Yunho negó con la cabeza-¿Te duele?- las palabras brotaron inseguras.

-Mm… Quizá un poco, digo, somos amigos y no me dijo nada, mejor Yoochun lo sabía y él tampoco lo contó.

-Tal vez no quería hacer que te sintieras mal- sugirió acertadamente.

- ¿Por qué habría de hacerlo? Al contrario, me alegro de que tenga quien lo cuide, él siempre cuida de nosotros… ¡Ah! – comprendió de golpe. Recordaba la plática que habían tenido en el jardín, seguramente Yoochun todavía creía que él se traía algo con su Hyung y por eso lo había callado. No pudo evitar reír- Jaja, Yoochun tiene algunas ideas raras, pero las cosas no son así- dijo grácilmente, sin poder explicarse su propia despreocupación.

-¿Ideas raras?- preguntó como si nada, tomando otro sorbo.

Yunho hizo lo mismo cuando hubo terminado.

-Como que pensaba que Jaejoong y yo- rió-… Está loco. Yo lo dejé creerlo para que no se metiera en lo de nosotros- dejó escapar sin darse cuenta.

-¿Um?

¿Qué acababa de decir? ¿Qué podía decir ahora?

-Bueno, tú sabes- balbució.

Changmin rió afectadamente, giró el cuerpo hacia él y se acercó.

-Te refieres a- se inclinó hacia él peligrosamente y esbozó una sensual sonrisa al tiempo que recargaba la mano en su muslo con suavidad. Yunho tembló, inmediatamente su cuerpo se tensó expectante.- ¿Quieres otro trago?- invitó con una sonrisa “inocente”.

Asintió desconcertado y se empinó un gran sorbo que le hizo sentir la sangre muy liviana. Miró al menor de reojo morderse los labios. Y ese gesto, ¿había sido una incitación? Changmin también había bebido, quizá tuviera la misma sensación que él.

Jaejoong no estaba en la casa y Yoochun y Junsu seguramente estaban ocupados. No importaba que estuvieran en la sala y ya la sangre comenzaba a agitarse. Tomó aire lentamente y tocó los dedos de Changmin con cuidado (de verdad tenía que estar bebido ya); esta vez el otro no sólo no se alejó sino que sonrió secretamente y enlazó sus dedos trémulamente, volteó la palma y afianzó el agarre. El corazón le dio un vuelco: ¿por qué ahora sí lo había dejado?

Tomó la botella y dio un sorbo sin fijarse demasiado. El líquido rozo su lengua sedosamente, lo plugo el sabor suave, ligeramente dulce. Con la grata sensación esparciéndose en su pecho, volvió la cara a Changmin; sus miradas se encontraron y un vació demandante se extendió. Esas pupilas de cristalina canela clavaron mil alfileres encendidos por toda su composición. Tragó saliva. Los párpados comenzaron del otro comenzaron a plegarse despacio, haciéndolo vibrar, después vino la tibia respiración sobre sus labios y al fin el toque que esperaba. Entreabrió los labios inconscientemente para recibir esos carnosos y exquisitos entre los suyos y percibirlos enteramente. Lo tomó por los hombres por instinto y lo jaló, haciéndolo perder el equilibrio e irse contra él, entonces, Yunho se tendió suavemente en la alfombra, llevándolo consigo y acomodándose de modo que el otro quedó sobre él, entre sus piernas. Changmin mordió sus labios y profundizó el beso. El dejo dulce de soju que impregnaba su aliento lo hacía más exquisito. Ese delicioso sabor lo exasperó y comenzó a besarlo con un ansia que rozaba en frensí; metió las manos en su ropa para acariciarle la espalda: la aterciopelada textura hizo temblar sus manos sensibles; el peso de ese cuerpo, su figura, el sentirlo responder de esa manera desenfrenada lo sacaba de sí.

Era magnífico como nunca lo hubiera pensado el tenerlo, poder tocarlo a su antojo, poder probar su dulce boca cuando lo quisiera sin que el otro se resistiera. Tanto le gustaba que le costaba creerlo: ¿Cómo exactamente había terminado así? Se preguntó al sentirse colmado de la sensualidad del menor, encerrado en la cadencia de esos labios cerrándose contra los suyos y el incienso de su boca sagrada; la presión de su cuerpo pendiente que de vez en vez se unía al suyo.

Con una ternura proveniente del vacío, tomó su rostro despacio, acarició sus cabellos suaves. ¿Estaba loco? Se perdió en el contacto de su lengua tibia y suave, en el calor embriagante que manaba de su cuerpo increíblemente cercano, aún así no lo suficiente. Sintió deseos de ser éter y traspasar su piel. ¿Qué le sucedía, de dónde provenía el repentino deseo de fundirse en él mientras lo besaba así, lenta y profundamente? Pero la respuesta era tan clara por parte del otro. ¿De verdad Changmin podría sentir lo mismo, aquello que él mismo había buscado esconder?

Con una mano le acarició la nuca brevemente y bajó a través de su espalda, placido solamente con delinear su figura, sintiendo el vaho cálido que desprendía. Sintió luego esos dedos subir su playera y acariciar sus costados con una ligera brusquedad que lo hizo temblar deseoso. Trazó espirales sobre sus labios, lenes mordidas y toques aterciopelados. También él comenzó a subir la playera hasta dejar expuesto el divino manto que no podía sacar de su cabeza; lo recorrió con las yemas mirando cómo los ojos del otro se cerraban, escuchando su respiración profunda y controlada, especialmente mientras despertaba los botones de su pecho.

Changmin lo sorprendió de pronto con el vaivén lento de su cuerpo clavándosele en la cadera, arrancándole un jadeo lleno de deleite. Con la sangre comenzando a bullir, lo tomó de la cintura y trató de empujarlo para que se tendiera pero Changmin se opuso, tomó sus muñecas y presionó sus brazos, dejándose ir sobre él. En un instante estaba con las manos por encima de su cabeza, con el pecho plenamente expuesto a la presión del otro y esa tibia respiración de sobre su boca. Sus ojos se encontraron y se vio reflejado en ojos almendrados difuminando su imagen. Pero antes de que pudiera encontrarse de nuevo el contacto se rompió y fue suplido por la sensación de esos labios encendiéndose sobre su cuello y la plenitud de su piel suave. Su aroma sensual, su calor rodeándolo, infiltrándose en él para acabar con su conciencia, vertiendo los restos en el tramo de besos que eran regados sobre su pecho y sobre su abdomen, esas manos acariciando sus muslos y acercándose parsimoniosamente a su centro, inquietándolo, y al punto de quiebre alejarse, dejando caer su expectación a la nada. Volutas de fuego prendiéndose y apagándose en su vientre, ascendiendo vertiginosamente al tiempo que una sorpresiva presión alcanzaba su centro. Gimió notablemente, Changmin le dirigió una mirada satisfecha.

Evidentemente estaba jugando con él, seguramente tardaría en complacerlo, pero él no podía esperar, la sangre le hervía, y cubierto por el manto purpúreo se alzó y lo atrajo hacia sí, besándolo apasionadamente, captando gustoso su esencia, su cuerpo anhelado, atrapando el sabor de su boca, la delicia de sus labios henchidos por ser besados con tal arrebato. Su ser se perdía en los trozos de imágenes y de sensaciones que giraban frente a él. Ahíto de Changmin aún lo deseaba, y con más vehemencia si cabía tan expresión. Su mente fragmentada, todo el mundo era su propio cuerpo sensible ajumándose de ese elixir intoxicante.

Y se reconoció a sí mismo apenas, tocando la carne con avidez, pellizcando con dulzura los botones bermejos ya, deseando morderlos, desfogar su deseo desenfrenadamente. Su saliva envenenada marcando su cuello, la clavícula pura. Atarazar su hombro, saborear la carne entre sus dientes; la presión de su pubis contra su cadera insistente que frotaba su deseo, avivando la sangre que se agolpaba hasta enhestarlo. ¿Y luego qué? ¿Seguir, libarlo todo? Sí, tramo por tramo, dejar de pellizcar para lamer suavemente, morder despacio y dejar que la lengua curara esas heridas de placenteras dentellas. Magullar esas nalgas firmes y suaves, cuyo tacto desprendía jadeos, sonidos excitantes, expresados ardientemente en sus cuerpos uniéndose sin buscar una explicación más que la pulsión sensual.

Nada para él como ver su rostro coloreado de placer, el murmullo tibio de su voz quebrada y ese halo que parecía nacer de su pecho y unirse a él con una comodidad inefable. No importaba cuánto lo intentara, no podía satisfacerse con el contacto: una adicción peligrosa que lo cercaba y le provocaba esa sed insaciable porque había algo más que necesitaba, no se atrevía a decirlo pero rebozaba contra su voluntad al encontrarse con él. Algo se desprendía y lo buscaba, e increíblemente parecía encontrarlo en esas manos firmes que recorrían confiadas su cuerpo y lo agitaban, en sus besos que lo absorbían totalmente, emborronando todo a su alrededor. Ese algo innombrable se enraizaba en su sangre, exigiendo una respuesta, sólo encontrando una salida en apropiarse del otro y solazarse en el hecho de ser él quien lo provocaba para que el universo terminara desplomándose en el ínfimo espacio entre sus cuerpos enlazados.

~ o ~

Changmin llegó a su habitación con el cuerpo relajado y la mente atiborrada. Sentía que la ropa se le pegaba indeseablemente, su cuerpo quería estar libre de todo, de la tela, de los besos regados que permanecían en él, de esas telarañas que la confusión iba tejiendo. Se quitó la playera, la echó en la canasta y se metió a la regadera sin siquiera esperar a que se calentara el agua; las gélidas gotas golpearon su piel, haciéndolo sentir más fresco, limpiando los restos, pero las palabras perduraban.

“Lo de nosotros”. No podía quitárselo de la cabeza. Gruñó molesto, quedándose debajo del chorro de agua fría. ¿Le estaba tomando el pelo? Pensó despectivo. Como si pudiera haber tal cosa. Lo confesaba, por un momento se había sentido aliviado al pensar que Jaejoong estaba con alguien más. Ingenuo. Pero al ver la turbación en la cara de Yunho al enterarse le había quedado claro qué lugar ocupada él. Apretó los dientes con tanta fuerza que la quijada comenzó a dolerle.

Exhaló profundo. ¿Por qué se sentía así? No era que lo agarrara de sorpresa, ya sabía que Jaejoong estaba metido en todo eso pero… Cerró el puño y golpeó la pared. El dolor que se extendió por su brazo pareció un alivio.

Agarró el jabón, se lavó las manos (el suave aroma a té verde le disgustó), hizo espuma y se lavó el pecho, el abdomen… Los besos de Yunho florecieron, girando en él, hiriéndolo cruelmente. Respiró hondo. ¿Por qué había tenido que aceptar eso? Mejor hubiera ignorado las provocaciones de su Hyung, o en su defecto, cuando se había enterado de lo de Jaejoong simplemente lo hubiera dejado, pero no, había querido vengarse. Aunque de eso no se arrepentía, se odiaba por ser tan débil, por dejarse llevar a pesar de saber que no debía dejar que ningún sentimiento le incomodara. Pero le era difícil controlarse con Yunho cerca: su aura, su cuerpo, su aroma afectaban su razón y se hundía. Había buscado la manera de sacar el mayor provecho, sin embargo, al final solía sentirse hueco y frío, cubriendo la sensación de vahído con enojo.

¿Qué era lo que realmente quería? Ni siquiera se atrevía a pensarlo abiertamente. Había algo más fuerte que lo mantenía en esa posición: su orgullo. Lo había dicho y los sostendría: no se dejaría burlar por ninguno de esos dos. Bueno, en realidad Jaejoong ya no le preocupaba, tenía a otra persona y, además, últimamente se les veía lejanos. Sonrió con sorna al recordar cómo Yunho había dejado plantado al más grande para ir tras él y la cara de desconcierto y turbación de éste cuando los había encontrado fajando en la cocina. Lo había hecho todo a propósito y había funcionado (le agradeció mentalmente a Junsu su valiosa ayuda).

Se talló las piernas, los muslos, las ingles…

Exhaló pesadamente, concentrándose en el agua ahora caliente que se escurría por su cabeza y lo bañaba por completo. ¿Qué pretendía el otro continuando el juego, tomando su mano de esa manera, besándolo así? Era el colmo del cinismo. Sacó más espuma y se quedó mirando sus manos enjabonadas… Se limpió los brazos, cayendo en el detalle de que hasta su forma de bañarse resultaba desordenada ahora.

A lo mejor eran los restos del alcohol los que le estaban haciendo perder el temple. Puso una toalla en el piso y se sentó recargándose en la pared, tratando de relajarse y dejar que el agua arrastrara su desahucio y su frustración y dejara su mente en blanco.

~ o ~

La pureza del cielo albo apenas era interrumpida a lo lejos por una franja de ópalo brillante, cuyo borde de oro relucía como un tesoro escondido, el único adorno de ese orbe imperturbable, detenido en el frío del otoño.

-¿Sabías de este parque?- preguntó Yunho tranquilo, con el viento suave acariciando sus mejillas.

-La verdad no- respondió Jaejoong con voz ligera, tomando su rodilla con las manos enlazadas.

-Yo tampoco, hace nada que lo encontré de casualidad- explicó.

Sintió sus palabras tersas, todo fluía mórbidamente alrededor. Volteó a ver a Jaejoong lentamente; su rostro lleno de nubes de invierno, su boca grana, su cabello mecido por el viendo fresco. La fuente de su tranquilidad…o algo así. Y de golpe se interpuso la salvaje estampa de Changmin, quien lo exacerbaba y lo hacía andar en el borde: el desequilibrio, su pasión ilógica. El peso en su corazón se hizo presente.

La risa de Jaejoong llegó a sus oídos.

-¿Qué?- preguntó confundido.

-Es que últimamente te cargas una cara que..-dijo con la mano sobre la boca.

-¿De qué hablas?- frunciendo el ceño ligeramente.

-Tiene que gustarte mucho- soltó con ligera amargura; la mirada lejana, casi ausente. Yunho se desestabilizó. No supo qué decir. El mayor continuó-. Yo te entiendo- bajó la vista, su expresión rota-. Pero pensé que sería difícil seguir y me dije que era mejor dejarlo como estaba- contó con voz derruida, polvo triste llevado por un viento impiadoso. Yunho detuvo su respiración. Sabía de qué hablaba, y hasta ahora (ya tan tarde) sentía la fractura del puente entre ellos, pero ni una palabra se formaba en su cabeza- … Eso no importa ahora- declaró rompiendo el silencio con una contundencia casi hiriente-, uno debe tomar las oportunidades cuando vienen- una sonrisa suave se dibujó en sus labios, aunque en su gesto persistía cierta dureza.

Yunho sonrió también.

-¿Lo dices por la fotógrafa?

Jaejoong rió meciéndose ligeramente.

-En parte.

-Y no me lo habías contado- le reclamó pegándole juguetonamente en el hombro, con el fin de cortar la pesadez.

-Mejor ya vámonos, está comenzando a calar el frío- desvió el más grande tiritando apropósito y poniéndose en pie.

-No huyas- casi le gritó, parándose también y alcanzándolo.

Aunque se sentía un poco dolido por su declaración, prefería verlo sonreír como ahora.

Suspiró. Sí sería algo difícil, pero él no podría renunciar como Jae, él haría las cosas a su manera, las consecuencias eran lo de menos en ese momento, ya vería después cómo lidiaría con el resultado.

~ o ~

Yunho restregaba nervioso sus manos una contra la otra para calentarlas. Estaba afuera del edificio esperando a que saliera Changmin. Habían llamado a Junsu y a Jaejoong a Big Station y Yoochun estaba en una sesión de fotos para Pati Pati, así que sólo ellos dos regresarían a casa. No sabía si hacerlo así o sugerirle que fueran a comer a algún lugar.

Exhaló mirando de un lado a otro de la calle desierta y las gruesas gotas de agua que salpicaban el asfalto. Se sentía ansioso. ¿De verdad podría hacer lo que estaba pensando? Se sintió barrido por la ráfaga de viento que zarandeó las copas de los árboles, bañándolos de lluvia tupida.

Se estaba entumiendo. ¿Por qué no había esperado adentro en e1 vestíbulo? Simple: las paredes lo asfixiaban, necesitaba un espacio más grande para no sentirse sofocado por todo lo que se revolvía en sus adentros.

Tiritó al paso de una ráfaga más fuerte.

Al fin sonó la puerta y salió Changmin. Su cuerpo le pareció frágil.

-¿Ya nos vamos? ¿Quieres ir a comer algo?- dijo con voz trémula (bendito frío que podía justificarlo).

-No especialmente- Contestó el otro con indiferencia, haciendo el amago de seguirse. Yunho lo tomó del hombro.

- Vamos, hay algo que quiero decirte- en voz baja.

-¿Sobre qué?

Yunho se mordió el labio.

-Vamos a otro lugar- insistió.

-No seas dramático, dime qué.

Yunho suspiró evaluándolo un momento.

-Es que…- miró a Changmin inseguro- quiero que tengamos una cita- dijo muy serio, todo de corrido.

Changmin sólo lo miró confundido.

-¿Cómo para qué?- le preguntó secamente.

-Es que yo… Creo que…siento algo por ti- lava pura efervescía en sus venas.

Esas palabras penetraron en el menor como una flecha envenenada, encendiendo una flama fugaz, pero una repentina dureza en la tráquea la apagó. “¿Cree?”. Bufó despectivo. Un hilo de indignación se extendió por su columna vertebral, más la anticipación de sus palabras lo hizo relajarse. Se giró fluidamente para quedar de frente a Yunho, encarando esos ojos exigían una respuesta.

-¿Y qué quieres que te diga, que yo también?- preguntó con sardónica burla-. Mira, me la paso bien contigo pero, ¿cómo puedes esperar que acepte algo así?- esconder su rostro bajo la crudeza de sus palabras lo complacía de una manera enfermiza.

Yunho se descompuso. El frío del otoño dejó su cuerpo y se sintió tambalear hueco por un segundo. Desamparado trató de ahondar en el otro pero no pudo, como siempre su gesto era limpio, nada más que un dejo de crueldad resplandecía en él.

Changmin tragó saliva. De repente sintió que esa mirada desconcertada, esa expresión rasgada se le clavaban como una estocada. Inhaló suavemente para que no fuera audible, buscando una salida.

- Haré como si no hubieses dicho nada y si quieres puedes buscarme- dijo con voz tersa, tocándole el hombro brevemente y dejándolo atrás, reprimiendo sus estorbosos sentimientos y posicionándose encima.

Yunho se giró lentamente para verlo bajar las escaleras y parar un taxi. El vació lo hirió y estuvo a punto de caer. La humedad del aire se adhirió a sus pulmones robándole el aliento, dejándolo sin soporte para evitar el vacío que lo hirió de lleno. Se mordió el interior del labio con tanta fuerza que se sacó sangre. Respiró hondo queriendo contener el despecho y la ira que despuntaban amenazando con hendir su carne, tratando de ignorar el polvo de su corazón derruido que comenzaba a caer sobre él.

Su ser entero tenso, ardiendo secamente en medio de un desierto de ceniza, el eco de esa voz con su irritante tono de compasión y su asquerosa benevolencia. Mira que sentir lástima por sus sentimientos… “¿Está idiota?” Gruñó más que molesto, humillado.

No lo buscaría…

Tembló.

¿Verdad?

Fin

10 Comentarios:

  1. romina5/09/2011

    D: NO!?....T^T pero poqueeeeeeeeeeeeeee >.<
    yo queria que qedaran juntitosss y se amaran por siempre u.u
    puchas changmin ¬¬!! qwueiqwuei yunho!..porqueeee...y y y ya se acabó! :o
    *^*
    bueno aparte de mi drama allá arriba...este fic es de lo mas wenoo que eh leidooo!!!...siempre esperabaa con ansias la actualizacion :)!!!
    muy muy muy bueno :D!!

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  2. QUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?????????????????????!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Cómo que se termina así nada más?! O sea, era más que obvio que ambos sentían algo más que simple atracción. Esto tiene que tener una segunda temporada o un epílogo, si no me sentire muy decepcionada porque era un muy buen fic u.u

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  3. Anónimo5/13/2011

    no hay conti????? ahhhh pobre yunho!!!! porfa haz una segunda parte, tu fic me ha encantado.

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  4. Anónimo5/17/2011

    PERO QUE COÑOS LA FIC SE ACABA ASÍ? La mejor fic HoMin que ya he leído en mi vida tiene ese final tan abierto!

    jesus maría josé permiso voy a suicidarme porque mira, no puede seeeeeeeeeeeeeer!

    muy buena dios mío estoy triste de que haya acabado.

    lo siento por el español hecho mierda que tengo no sé hablar nada bien en esa lengua hermosa y todavía estoy justificando e ay...

    gracias por escribir algo tan guay!

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  5. Anónimo8/23/2011

    no puede terminar aqui .-. no puede no puede!!!! x,x me hiciste llorar!! y todo fue un mal entendido (?) por que tan cruel con mi Yunnie?! esto es horrible!!
    SEGUNDA PARTE PLEASE!

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  6. Anónimo12/07/2011

    debo decir ke el final me parecio malisimo >.< pero el resto me habia encantado >.<

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  7. ?????????????????????????
    Waeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!
    El fic definitiva mente esta GENIAL:
    Talvez con el final abierto. digas te lo dejo a tu imaginación...... pero no, no es así.......... no seas cruel............ por favor te pido conti o al menos un extra.
    leerlo hace que por lo menos tengamos una idea mas palpable y no una simple ilusión.
    Gracias!♥

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  8. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! ES QUE NO PUEDE TERMINAR ASÍ!!!!!!!!!!!!!!!! el fic es demasiado bueno pero el final ¿?¿? ..... bueno, de todas formas ameeeeee el fic definitivamente es uno de los mejores que he leído, escribes GENIAL!! ojala escribas otro como este siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! una persona como tu tiene el deber de escribir mas!!!!! jijii xD

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  9. Anónimo9/03/2012

    ahhhh por favor continuacion me has dejado con el alma en un hilo!!!
    que Minnie se quede con Yunho y que sea lo que le moleste, lo perdone o se amisten!!!
    Por favor!!!!!

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  10. Anónimo10/11/2014

    Aaaayyy noooooo!! Por favor no puede acabar simplemente asi noooo!!! Ambos sufren y Changmin le dice esoo nooo!! Tienen que acabar juntitos porfiii no nos dejes con la intriga denes escribir mas de esta historia pleaseee T.T

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