Placer a las 2:00 a.m. cap 4

-Joongie...tengo hambre...¿cuánto falta pa...- La escena que se desenvolvía frente a mí no me dio tiempo de terminar mi pregunta. Me quedé atónito, sin poder moverme de mi lugar, ni despegar mis ojos de aquel intercambio de besos y caricias apasionadas que en ese momento mis compañeros compartían.

- Te quiero ahora- Escuché decir al menor del grupo al momento en que lamía la oreja de Jaejoong sensualmente. Su tono de voz era uno que jamás, en todos los años que llevo de conocerlo, había escuchado.

Lo que ocurría frente a mis ojos era algo que estaba mal en muchos niveles, eso es algo obvio. Sin embargo, no podía alejar mi atención de tan excitante escena.

Se veía que lo disfrutaban mucho.

¿Cómo es que algo que te haga sentir tan bien puede ser malo?

Jaejoong comenzó a gemir cada vez más fuerte bajo las caricias de Changmin. Los dos parecían disfrutar tanto el contacto de sus dos cuerpos, que hacían fricción continuamente el uno con el otro.

Y por mi confundida cabeza pasó la idea de que, debe sentirse muy bien si los dos se veían tan...emocionados.

Seguía ahí, paralizado, cuando por fin mi cerebro reaccionó, diciéndome que éste no era el mejor momento para estar en la cocina.

Rápidamente salí de mi estado de paralización, girando sobre mi propio eje para abandonar la cocina, intentando no llamar la atención de mis dos compañeros.

Al parecer estaban tan concentrados en sus “asuntos” que no se percataron de mi presencia.

O por lo menos eso es lo que quiero pensar.

-¿Qué pasa, la comida aún no está lista?- Me preguntó Yoochun en cuanto llegué a la sala. Al no obtener respuesta inmediata se me quedó mirando extrañado y alzando una ceja, completamente ignorante a lo que nuestros compañeros estaban haciendo en la cocina.

-No..- respondí algo ausente. En esos momentos mi cabeza no me daba para más . Las escenas que acababa de presenciar aún seguían vívidas y claras en mi mente; la confusión cada vez más grande.

Acababa de ver a dos de mis mejores amigos haciendo cosas que…cosas qué sólo hacen las parejas.

No sé que es lo que debo hacer.

¿Acusarlos?

¿Fingir que no vi nada?
Lo que ellos estaban haciendo está prohibido. Ante Dios y ante la sociedad, los actos que acabo de presenciar son inaceptables.

Pero… lo que más me descoloca es el hecho de que ningún sentimiento de desagrado habita en mí, ni tampoco me pareció que lo que vi fuese algo malo, a pesar de que así lo marquen las pautas sociales.

-Tengo hambre…- se quejó Yoochun segundos después de escuchar mi respuesta. Sus cejas se arqueaban cada vez más hacía abajo mientras seguía haciendo zapping, hundido en el sofá de la sala.- ¿Sabes qué? Iré a ver porque Jae tarda tanto-

!Oh, no!…si Yoochun va a la cocina se dará cuenta de lo que esos dos están haciendo. Tengo que impedirlo…

- Nooo…no vayas, ya le falta poco- le expliqué lo primero que se me ocurrió, forzándolo a que permaneciera sentado en el sofá, colocando mis manos sobre sus hombros.

Yoochun me miró sospechoso, como inspeccionando mi extraño comportamiento.

-Hey…SuSu-

-¿Q…qué pasa?- los nervios me estaban traicionando, más porque sé que para Yoochun mi comportamiento extraño es evidente. No puedo creer que esté inventando excusas para salvarles el pellejo a Jae y Min.

-No te lo había dicho pero…estás muy rojo…- me dijo, acercándose peligrosamente y jalándome del brazo. Esto hizo que cayera sentado sobre sus piernas. Pataleé como loco, tratando de librarme de su agarre, pero lo único que logré con esto es que Yoochun me apretara más fuerte.- ¿Porqué estás tan nervioso, eh?- me preguntó, sus labios se aproximaban cada vez más a los míos y el cálido aliento proveniente de su boca acariciaba mi rostro suavemente.

Estar así de cerca con Yoochun…se siente bien.
Su fragante aliento acariciando mi rostro…su profunda voz inundando mis sentidos…
Algo en él…me atrae, como si fuésemos dos imanes…quiero estar aún más cerca, sentir más de Yoochun.

- Siempre has sido tan despistado Junsu-ah…- me habló quedito, sus labios hacían fricción con los míos mientras hablaba. Yo sólo atinaba a quedarme tieso entre sus brazos, sin saber como reaccionar, ni mucho menos que decir.

Su lengua salió furtiva de entre aquellos labios prominentes que lo hacían tan popular, y comenzó a acariciar mi labio inferior.

Traté de apartarlo, pero Yoochun continuó mojando mis labios con su lengua, apretaba fuertemente uno de mis antebrazos con una mano, mientras la otra se enredaba salvajemente entre mis cabellos.

-Haz estado así desde que llegaste de la cocina…- por un momento no supe a que se refería, hasta que apretó con firmeza el bulto que se había formado en mis pantalones.

Me exalté al sentir aquel contacto tan repentino, después de todo mi miembro estaba más “sensible” de lo normal.

-Dime…- empezó a decirme con una voz peligrosamente grave, mientras seguía apretando mi excitado miembro por encima de mis pantalones- ¿Qué es lo qué te puso tan caliente?-

Yoochun, bajó el cierre de mi pantalón e hizo a un lado mi ropa interior, exponiendo así mi erguido miembro. -Dime SuSu…¿Esto te excita?- Comenzó a acariciar mi sexo con maestría, haciendo que descargas eléctricas me recorrieran entero.

Sin darme cuenta solté un fuerte gemido de placer.

Las sensaciones que Yoochun me brindaban era algo que jamás había experimentado.

Lo había hecho con chicas, Sí. Pero…esto era totalmente distinto. Se sentía arriesgado, y sumamente excitante. ¿Será acaso la emoción de lo prohibido? Tal vez por eso Jaejoong y Changmin parecían disfrutarlo tanto…


Yoochun siguió repartiendo caricias y ,con el gran placer que me brindaban, mis gemidos eran cada vez más difíciles de acallar.

- Ahh…Chunnie…- gemí sin poder detenerme. Tantos estímulos me estaban volviendo loco.

- Junsu…dejáme tenerte…- sus manos viajaron bajo mi playera, apretando mis tetillas con firmeza. Un nuevo grito de placer salió de mis labios y Yoochun lo encubrió besándome de forma hambrienta - No quiero que nadie más escuche esa hermosa voz tuya-

-Ahhh…- gemí entre dientes. Yoochun devoraba cada centímetro de mi piel, humedeciendo todo mi cuerpo y dejando fuego por donde pasaba.

De pronto, como una ráfaga, me di cuenta de algo.

Lo que sentía no era sólo “la emoción de algo prohibido”. No. Había algo más…
Algo intenso y profundo. Algo que había estado en mi interior desde hace mucho, pero que no había despertado hasta ahora…

Pero…exactamente ¿Qué es ese algo?

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