Dos hombres y un destino cap 2

Sábado por la mañana…

Me despierto ya que Jae ha decidido poner por 54846345 vez el disco de Beyonce a toda potencia. Me dirijo al salón donde encuentro a Jae ojeando una revista mientras Changmin, tirado en el suelo y en calzoncillos se intenta pasar la pantalla ultra zombie total del residente vil.
-Jae, ¿te importaría bajar el volumen? Que en vez de zombies parece que me estoy cargando a la hermana fea de beyonce; así no hay quien se meta en situación…-dijo Changmin mientras volvía a reintentar la pantalla.

``Ni rastro de Yunho y Junsu…´´

-Oye ¿ sabéis donde se han ido estos dos?-les dije un tanto inquieto.
-Pues Junsu se levantó temprano y en cuanto se despertó Yunho se lo llevo a la sala de ensayo para enseñarle algo que se le ha ocurrido… algo de un xhiatic o no sequé… vamos un baile…-me dijo Jae retomando de nuevo su lectura.
-ah…- dije mientras me volví hacia mi habitación para adecentarme un poco.

``No lo aguanto…me los imagino…allí solos, Junsu haciendo sus mejores movimientos, Yunho emocionado por su destreza…se pondrán los dos a bailar…que si se dan una ducha…Junsu se le acercara por detrás, le morderá el cuello mientras el agua resbala por sus cuerpos desnudos….AHHH!
¡No! Espero que no…´´



Intente mantenerme ocupado para que mi mente no volviera a pensar en ellos.
A la hora de comer llegaron entre risas y alabanzas a Junsu por su idea. Definitivamente. No te soporto Kim Junsu.

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-¡Nos vamos! ¡No nos esperéis despiertos! – dijo Yunho, ataviado con su ropa de salir favorita.
-¡Hasta luego!- y cerré la puerta de casa dejando dentro un Junsu que me miraba fijamente y seguro que maldiciendo mi existencia. Pero al fin es mío... sin interrupciones.

Intenté ponerme lo más apetecible posible aunque él me superó. Sigo diciendo que las camisetas de tirantes negras para este hombre tendrían que estar prohibidas y aunque llevaba una chaqueta encima, era imposible no vislumbrar aquella perfecta anatomía que yo me había atrevido a observar en cada cambio de ropa de los camerinos.

Esa noche me cercioré de que bebiera y mucho.
Yo creo que cuando le saque del local ya no sabía si se estaba sujetando en mi o en un árbol del parque.
Pero me encanta el Yunho borracho. Si de por sí suele ser un oso amoroso fuera de cámaras, borracho es el fundador de los osos amorosos, no hace nada más que abrazarme y besarme en el cuello y mejilla, cosas que a mi me vuelve loco aunque se que son por los efectos del alcohol. Le senté en el coche y conduje hasta un descampado que conocía desde hace mucho y era perfecto para lo que pretendía.

- ¿Ar donde me has trajido Chunchun? – me dijo con su media lengua de trapo.
-A que te de un poquito el aire, porque si te llevo a casa la vas a liar – le dije entre risas y disimuladamente le puse la mano en la pierna.

-¿Me jebaras a casa verda Chunchun?-dijo recostando su cabeza en mi hombro.
-Claro, ¿Qué voy a hacer sino?- subí la mano un poco más en dirección al interior de sis muslos, entonces hizo algo que me desarmó. Me miro con aquellos ojos, un poco rojos, llorosos pero los más bonitos del mundo muy abiertos.
- Yo confío en ti, se que no me harías nada malo. – y se empezó a reír tanto que solo se le veía aquella sonrisa tierna como la de un niño inocente. No podía hacerle nada. ¿Cómo me iba a aprovechar así de él?


Me le lleve a casa y le acosté. Prácticamente se quedo dormido en cuanto le eché en la cama. Quedó con la boca entreabierta, exponiéndome aquel lunar y… lo bese, no me pude resistir…Al levantar la vista vi a Junsu en el cerco de la puerta, sin duda de había levantado al oírnos llegar ya que no se fiaba de mi.

- Sal de ahí ahora mismo – me dijo denotando rabia a cada silaba.
Salí de la habitación y cerré la puerta. En cuanto solté el pomo, Junsu me copio por los hombros y me estampo contra la pared.
-¡¿Se puede saber que haces?! ¡Ahh! ¡Suéltame!
-¿No le habrás hecho nada? ¿No te habrás aprovechado de él?
-No he hecho nada que él no quisiera…-le sonreí maliciosamente y…me asesto un golpe en el estomago obligándome a encorvarme quedando apoyado sobre el.
-No juegues conmigo Park Yoochun-me susurro a la vez que me soltaba dejándome arrodillado en el suelo.
-No me… subestimes Kim Junsu…-le dije con voz algo entrecortada por el golpe.
Junsu se metió en su habitación dejándome allí tirado y dolorido en el pasillo.

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