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Arualthings

Placer a las 2:00 a.m. cap 6

-Min…- me llamó una dulce voz que conocía muy bien –Changmin…- volvió a llamarme pero yo estaba muy ocupado viendo mi sopa fijamente y recordando nuestro fogoso momento en la cocina. Sólo esperaba no tener una cara que obviara mis pecaminosos pensamientos a la hora de la comida, pero es que no puedo evitarlo. Jaejoong es tan sexy que me hace perder hasta la más mínima cordura.

Segundos después sentí como un par de delicadas manos se colocaban sobre mis mejillas, apretándolas. Miré hacia el frente, encontrándome con un par de ojos chocolate oscuro que me inspeccionaban con interés.

-¡Por milésima vez!- exclamó el dueño de aquellas bellas orbes apretando aún más mis mejillas- ¡Shim Changmin, come tu sopa AHORA, que se enfría!- alzó la voz, acercándose aún más a mi rostro. Las ganas de devorar sus labios ahí mismo no me faltaban, pero me controlé al recordar que Yoochun y Junsu estaban comiendo en la misma mesa, ignorantes a todo lo que Jaejoong y yo habíamos hecho antes de comer.

Tomé mi cuchara, en cuanto mi hyung liberó mis mejillas y comencé a alimentarme, hasta que escuché algo que casi me hace escupir la sopa…literalmente.

-Nuestro monstruo tragón no quiere comer…eso sí que es anormal…- comentó Yoochun con sorna mientras se acariciaba el mentón con gesto pensativo- ¿Será que algo pasó mientras Junsu y yo esperábamos en la sala?- finalizó el comentario que me dejó perplejo y un deje de malicia tintineó en sus ojos almendrados. No…no pudieron haberse dado cuenta de lo que Jae y yo hicimos en la cocina… ¿ó si?

Tal vez estén pensando: “Changmin, tú fuiste el que incitaste a Jaejoong y el que afirmaba que no le importaba si los veían o escuchaban”, pero es que Jaejoong me excita tanto que no puedo controlarme y pierdo todo mi pudor. Soy un tonto…no he pensado en las consecuencias que puede traer el que nos descubran y, si Yunho hyung ya lo hizo en tan poco tiempo…no sería tan raro que los demás se hayan percatado.

Sin poder evitarlo, un nudo se formó en mi garganta y, la sopa que pretendía tragar, se atoró, haciendo que empezara a toser fuertemente. Yoochun me miraba sonriendo de medio lado. Me daban ganas de golpearlo pero estaba más ocupado tratando de liberar mi garganta. Jaejoong se levantó de su asiento como si trajera un cohete y en pocos segundos se encontraba acariciando mi espalda mientras ponía frente a mí un vaso de agua.

-Minnie…no seas tan descuidado- me dijo en tono de regaño. Realmente a veces era como una madre, siempre preocupándose por los demás y regañándolos cuando obraban erróneamente. A algunos les parece molesto, pero para mí, es algo realmente adorable.

Comencé a beber el líquido del vaso lentamente y en unos momentos ya estaba más calmado. Yoochun seguía mirándome con esa sonrisa que gritaba “Lo sé TODO” y Junsu se notaba extrañamente nervioso. Evadía por completo las miradas de todos y sus ojos se paseaban inseguros por todos lados.

-Junsu… ¿estás bien?- pregunté mirándolo con preocupación, sus ojos se posaron en los míos por unos segundos, para después volver a divagar por cada detalle de las paredes de la casa.

-Sí, perfectamente- respondió de una manera algo tiesa, soltando una risita nerviosa que hizo que mostrara su blanca y alineada dentadura.

Junsu nunca había sido nada bueno para decir mentiras. Es tan transparente.

Aún así, decidí que lo mejor era no insistir más. Ya luego me contaría que era lo que lo tenía en ese estado.

Los minutos pasaron y cada quien seguía concentrado en terminar su comida, comentarios sin importancia eran intercambiados de vez en cuando, pero aquel aire de incomodidad y algo de tensión aún seguía flotando en la cocina.
Y, como si fuera poco, Yoochun no dejaba de mirarme con esa estúpida sonrisa impresa en su cara.

***********************

-Minnie- sus labios pronunciaban mi nombre mientras silenciosamente se aceraba a mí por detrás y sus manos se posaban en mi pecho.

Yo no dije nada, simplemente seguí tecleando en mi laptop, sin darle importancia a las caricias de Jaejoong. Tarea es tarea y este trabajo debía ser entregado en poco tiempo.

Segundos después escuché como mi hyung soltaba una especie de quejido y casi podía imaginármelo frunciendo el ceño e inflando los cachetes, sabía que quería atención, pero en estos momentos, por más que me doliera, no podía dársela.

Reacio a darse por vencido, sentí como las manos de Jaejoong bajaban un poco más, posicionándose suavemente sobre mis tetillas. Suspiré, pensando que mi hyung no se daría por vencido en poco tiempo.

Sus delicadas manos comenzaron a masajear mis tetillas cada vez con más fuerza, primero acariciándolas y luego torciéndolas de una manera que me excitaba completamente.

“No….Changmin… ¡Concéntrate!...” pensé y trate de seguir escribiendo como si nada.

-Hyung, ahora mismo estoy ocupado- le dije a Jaejoong para que se detuviera.

Segundos después sentí como sus caricias cesaron. No imaginaba que fuese a ceder tan rápido…

No, no cedería aún. Lo supe cuando sus manos tomaron los costados de la silla en la que estaba sentado y en unos momentos me encontraba encarando a mi hyung.

-Ocupado…ajá…- comenzó a decir poco después de que había girado mi silla-¡¿Y qué crees que estaba haciendo yo hace unas horas en la cocina?!, ¿¡ver el pasto crecer?!- soltó con sarcasmo- Ahora resulta que el Señorito puede hacer lo que le dé la gana cuando le dé la gana, pero cuando yo quiero pasar tiempo contigo estás “ocupado”- Bufó y una sonrisa sarcástica se dibujo en sus labios. Observé como su ceño se fruncía levemente y sus brazos se cruzaban sobre su pecho en un gesto de molestia. No pude evitar pensar que Jaejoong se veía adorable hasta cuando se enojaba.

-Jaejoongie…- dije con una voz dulce- No te pongas así, amor. Es sólo que este trabajo es muy importante y necesito una calificación alta, así que debo esforzarme- me puse de pie para posar mi mano sobre una de sus mejillas y acariciarla suavemente. Su gesto se iba suavizando con cada una de mis caricias, hasta que el enojo de hace unos momentos era imposible de percibir.

-Minnie…perdóname por ser tan insistente- me dijo haciendo un puchero que casi me derritió -Pero…- dijo mientras sus brazos me rodeaban cariñosamente- La verdad es que no puedo dejar de pensar en lo que hicimos en la cocina. Las imágenes de cuando me tomaste con pasión aún están frescas en mi memoria y…- sus brazos me apretaron, estrechando su cuerpo con el mío hasta que nuestras pelvis se rozaban una contra otra. Fue entonces cuando me percaté de su excitación- simplemente no puedo controlarme cuando te tengo cerca- finalizó en un susurro terriblemente provocativo. Su lengua danzaba por él lóbulo de mi oreja, dibujando una variedad de formas y figuras, yo comencé a temblar y un resoplido escapó de mis labios.

-¿Y crees que yo sí puedo controlarme?, de por sí cada vez que te veo me dan ganas de lanzarme encima tuyo, de besarte, tocarte y recorrerte entero- Le dije, sintiendo con mis dedos el suave relieve de sus labios-Incluso cuando los demás están mirando, a veces siento que mis impulsos me traicionarán y que cometeré una locura- mientras que mis manos viajaban para acariciar uno de los mechones de su sedoso cabello, mis ojos eran absorbidos por los suyos; oscuros, misteriosos y profundos.

-Changminnie…-pronunció mi nombre con cariño y sorpresa a la vez. Al parecer mi confesión había creado esa reacción en él. Sus orbes, tintineando ahora con algo de alegría, me miraban expectantes; sus dedos, largos y delicados, paseaban ahora por mi rostro; sus labios, parecían ofrecerse para que los saboreara y disfrutara al máximo -Siéntate- me dijo con tono demandante y sexy a la vez. Me senté en la silla que había ocupado anteriormente, observando como Jaejoong se arrollidaba ante mí, posicionándose exactamente entre mis piernas. Una sonrisa se formaba en sus prominentes labios color cereza y sus manos se colocaron en mis muslos acariciándolos sugestivamente.

Sin darme cuenta mi corazón comenzó a latir más rápido, esperando lo que estaba por venir. A este punto, el trabajo que debía entregar pronto era lo último en lo que pensaba.

-No tardaremos mucho…te lo aseguro…- me dijo posicionando su mano en el cierre de mi pantalón, llevaba una media sonrisa en su rostro. Yo me dejé hacer, pensando que después de todo, aquella tarea no era tan importante.

Observé con detenimiento cada una de sus acciones. En verdad parecía un majestuoso felino que, orgulloso de sus habilidades, cazaba a su presa con elegancia y suaves movimientos seductores.

-Jae…- resoplé cuando sentí el aire frío hacer contacto directo con mi miembro erguido. Mi hyung simplemente me sonrío, como cuando sonríen los niños justo antes de cometer una travesura.

Sentí sus dedos de delicada porcelana acariciar con una rudeza excitante a mi miembro. Quien pensaría que aquellas manos de apariencia tan pura y frágil se encontraban ahora brindándome el mejor de los placeres. Quien imaginaría que a aquellas manos, no les importaba en lo absoluto ser manchadas por el líquido blanco que mi sexo amenazaba con liberar; al contrario, buscaban la liberación de mi ser.

De pronto, cuando me sentía ya perdiendo el control casi por completo, sus caricias se detuvieron. Lo miré fijamente, mis ojos estaban aún entrecerrados y sentía el rostro arder como lava caliente.

-Hyung…- fue lo único que atiné a decir en aquel estado. La verdad, no pensaba que entendiera mi queja silenciosa pero, como se esperaba de Kim Jaejoong, lo comprendió perfectamente.

-No quiero que la diversión termine sólo así…- me dijo relamiendo sus labios, haciéndolos ver aún más deliciosos; si es que eso era posible- Mmm…¿sabes?...siempre he querido probarte…- pronunció con el tono más sensual de su repertorio y yo me sentí al borde del orgasmo con tan sólo escuchar su tentadora proposición.

Observé cómo, lenta y seductoramente, sus suaves labios color cereza se acercaban cada vez más a mi sexo y, al estar a tan sólo unos milímetros, sentí su caliente aliento rozar mi excitación. Estremecido, esperé a que sus labios tomaran mi miembro; la espera no fue larga ya que, en pocos segundos, Jaejoong repartía rápidos besos a lo largo de mi sexo.

-Jaejoongie…más…- dije entre dientes, tratando de callar los gemidos que podían salir en cualquier momento. Mi hyung me estaba torturando con el lento ritmo de cada una de sus caricias.

Después de unos cuantos besos más, Jaejoong se posiciona justo frente a la punta de mi sexo, rozándolo con su legua de nuevo. Yo siento su saliva resbalar por mi miembro erguido y un gemido de placer escapa de mis labios. El reflejo de apretar mis ojos por la excitación quiere apoderarse de mí, pero me resisto porque deseo observar cada detalle de lo que Jae hace para brindarme ese placer irresistible.

Sus labios lucen sumamente exquisitos y hasta se me hace agua la boca de mirar cómo se acercan hacia mi excitado miembro.

-Hazlo- le digo en tono imperativo, casi sin aliento. Ya no podía resistir más.

Jaejoong sólo me mira sonriendo de medio lado victorioso y procede a introducir mi sexo caliente en su boca de una sola vez.

Un grito de placer escapa de mis labios al sentir su boca pasear por la longitud de mi sexo. Primero lo hace lentamente, a un ritmo que es casi una tortura; luego la rapidez con la que toma mi miembro en su boca va aumentando cada vez más. Me reclino en la silla tratando de no alcanzar mi orgasmo aún, quería que aquel placer que sentía durara más tiempo pero, mi cuerpo me gritaba que cediera a la excitación y me arrojara a aquel abismo de liberación.

Resoplando con fuerza y apretando los costados del asiento, volteo a mirar a mi hyung y lo que observo es el detonante.

Jaejoong me mira fijamente, con aquellas profundas orbes que ahora reflejan lujuria; su boca, apoderándose una y otra vez de mi sexo, sube y baja posesivamente por su longitud ; y de su garganta salen las notas más hermosas que he escuchado de él: sus gemidos.

El pensar que mi hyung se excitaba con la acción de envolver mi sexo con su boca causó que mi piel se erizara y descargas eléctricas estremecieran mi cuerpo, yo no pude más y me dejé vencer por el orgasmo.

Mi líquido blanquecino brotó abundantemente dentro de la boca de Jaejoong, lo observé algo preocupado y, cuando estaba a punto de disculparme, vi como bebía hasta la última gota de mi semilla como si se tratase de un vaso de agua.

-Sabe delicioso…- dijo al terminar de bebérselo todo. Yo no cabía en mi sorpresa, nunca pensé que mi hyung hiciera ese tipo de cosas sólo para darme placer, estaba feliz y…miré hacia abajo para reafirmar mis sospechas…me había excitado de nuevo-Oh…y por lo visto hoy no podrás terminar tu tarea- comentó mientras señalaba mi sexo, que estaba erguido de nuevo. Yo no pude evitar el sonrojarme mientras fijaba mi vista en su rostro. Observándolo, noté como unas gotas de mi semilla se habían quedado en su mentón y esto sólo causó que me sonrojara aún más y además, mi excitación aumentara.

Segundos después, Jaejoong se puso de pié y lentamente fue acercándose hacía mi hasta sentarse sobre mis piernas.

Nuestros rostros estaban separados por meros milímetros y sus ojos me pedían a gritos que lo besara, que lo hiciera mío de nuevo.

-Jae…- susurro entre resoplidos para, segundos después, unir mi boca con la suya. El calor corporal que mi hyung expide comienza a quemar mi propia piel y sus caricias, tan placenteras, me ruegan que lo posea en ese mismo momento.

Y eso era exactamente lo que haría.


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Observo con detenimiento mi reflejo en el espejo del baño, sin poder evitar el notar aquella sonrisa de oreja a oreja que adornaba mi rostro. Después de aquel “ajetreo” que hubo entre Jaejoong hyung y yo los dos habíamos terminado sumamente sudados y agotados, así que decidimos darnos un baño para dormir frescos.

Yo le ofrecí a Jaejoong que nos ducháramos juntos pero, para mi desilusión, el se negó afirmando que terminaríamos haciéndolo una vez más en la ducha y que necesitábamos descansar para las actividades que tendríamos mañana.

Aquello me pareció un argumento razonable, así que ya no insistí más.

Aún así, no cabía en mi alegría. Desde el momento en que Jaejoong me pidió que lo poseyera he sentido como mi vida se ha ido llenando de una gran variedad de matices. Ahora, los días que parecían ser siempre iguales, rutinarios y aburridos, están repletos de espontaneidad y una especie de emoción; además poseo sentimientos tan fuertes, sentimientos que nunca imaginé experimentar a causa de nadie.

Termino de secar mi cabello con una toalla y salgo del baño. Camino directo a la cocina. Tanto “esfuerzo” me había dado hambre, así que necesitaba algo de comer pronto.

-Hey, sonrisitas. ¿Por qué tan feliz, eh?-

Casi derramo la leche que estaba vertiendo en el tazón de cereal cuando escucho que una voz profunda se dirige a mí. Sabía bien de que se trataba, pero ¿cómo había llegado ahí?

-Yoochun hyung…- digo, mientras me giro para mirar cómo se encuentra tranquilamente sentado en uno de los bancos de la cocina. Yoochun sólo sonríe, apoyando su barbilla en una de sus manos- No te había visto- confieso y suelto una risa algo forzada. El ambiente aún seguía raro y la verdad no tenía ni idea de que tramaba el “Dandy boy”.

- Que nuestro Min ande tan feliz y distraído es algo muy raro…- hace una pausa y se remueve sobre el banco para continuar hablando. Una gota de sudor frío recorre toda mi espalda- Eso sólo puede significar una cosa. ¿Estás enamorado verdad?- finaliza con una pregunta que casi logra que derrame todo el cereal sobre mis pantalones.

-¿E…enamorado?- pregunto algo nervioso y fingiendo incredulidad- No digas tonterías hyung…sabes que eso no puede pasar…no a un miembro de DBSK- miento, esperando que no haga más preguntas.

-Ya no trates de esconderlo, Min. Yo lo sé todo- Su sonrisa está ahí otra vez. Ésa misma sonrisa simplona que alardeaba con el hecho de saber un secreto.

Mis extremidades se paralizaron… ¿de verdad lo sabía todo…sabía lo que había entre Jaejoong y yo?

-No pongas esa cara…- me dijo, sin remover la sonrisa de su rostro- No creas que te juzgaré o veré de otra manera. Además, creo que es importante que sepas qué Jaejoong fue el que me contó todo-

-¡¿Qué?!- dije sin creérmelo- ¡¿Jaejoong?!-

-Así es- respondió Yoochun de lo más tranquilo- Somos SoulMates ¿recuerdas?- hizo una pausa para darle un sorbo al café que se encontraba a su costado- Jae siempre me cuenta todo y yo también le confio mis secretos. Así es cómo es nuestra relación-

Bueno…Yoochun tenía razón en eso. Ellos dos siempre acostumbraban hablar con el otro sobre todo lo que ocurría en sus vidas. Era su medio de escape y su apoyo.

Pero…nunca imaginé que Jaejoong ya le hubiese contado todo a Yoochun.

Y, sí le habla sobre todo…¿entonces también le contó sobre nuestros encuentros nocturnos?

Al pasarme esa idea por la mente, no puedo evitar que la sangre se me suba a la cabeza y un color rojo tiña mis mejillas por completo.

-Oh…¿estás pensando sí también me ha hablado sobre “esas cosas”?…- pregunta sonriendo pícaramente. ¡¿Por Dios, qué tanta intuición puede tener Yoochun?¡- Te seré honesto. Lo hizo-

Al escuchar esto lo único que se me ocurrió fue girarme para irme de la cocina. Ya luego hablaría con Yoochun.

-Espera- me llama, cuando apenas he dado un paso. Yo me volteo y lo veo con rostro exasperado.

-¿Ahora qué?- pregunto enfadado- ¡¿Quieres seguir molestando?!-

-No te enfades tan fácil. De hecho sólo estaba diciéndote esto porque quiero proponerte algo- me dice con un tono serio que contrasta con su expresión risueña.

-Aish… ¿de qué hablas hyung?- No tengo idea de qué le pico a Yoochun, pero seguro es alguna de sus tonterías.

-Bueno, quiero proponerte un intercambio de parejas-

No me estoy viendo en ningún espejo pero aún así sé que mi rostro estaba deforme por la confusión.

-¿Cambio de parejas? ¿A qué te refieres?-

-Pues es muy fácil. Préstame a Jaejoong por una noche y yo te daré a Junsu a cambio- me explica como si hablara de cualquier cosa y me dan aún más ganas de imprimirle un puñetazo en el rostro.

-¡¿Estás chiflado?!- grito enfadado y exasperado a la vez. Nunca se podía razonar con Yoochun hyung.

Después de unos segundos es cuando caigo en cuenta de la última frase que Yoochun había dicho “yo te daré a Junsu a cambio”.

¿A Junsu?...¡¿Junsu y Yoochun son pareja?!

-¿Desde cuando Junsu hyung está contigo?- pregunto, aún enfadado.

-Desde hace unas horas- responde con una media sonrisa y me hace pensar una vez más que es un completo descerebrado descarado.

-Junsu hyung nunca se prestaría para lo que propones- le digo muy seguro de lo que afirmaba.

-Mmm…tal vez tengas razón, pero yo me haré cargo de convencerlo. Y bueno, la verdad es que siempre he querido probar como se siente el estar con Jaejoong…míralo como una nueva experiencia, nada más-

“Ahora sí que le rompo la cara” Pensé y me dirigí hacía él con rapidez. Lo tomé del cuello de la camisa y cuando estaba a punto de estamparle un puñetazo escuché la voz de Jae hyung.

-¿Qué hacen?- preguntó, sin tener idea de lo que había ocurrido- Min…¿por qué estás agarrando a Chunnie así?-

Por reflejo suelto a Yoochun y me giro para responderle a Jaejoong. El problema era que no tenía idea de que decir.

-Sólo conversábamos- respondió Yoochun adelantándose a mí. Jaejoong sólo lo miró extrañado, pero ya no hizo más preguntas.- Entonces…piensa en lo que te dije Min- dijo dirigiéndose a mí con una sonrisa, yo fruncí el ceño sin contestarle nada y observé como se retiraba de la cocina.

No importa cuánto me insistiera. Jamás accedería a su loca propuesta, y eso era definitivo.

1 Comentarios:

  1. awww yoochun estas loooco
    hahahaha pobre min casi se vuelve
    loco de celos jae es solo suyo
    uhm y a veces me lo presta hahaha xD

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