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Arualthings

Slave cap 3

ECHÁNDOTE DE MENOS

Junsu se secó esas lágrimas que humedecían sus mejillas antes de seguir mezclando aquel mejunje de color naranja en la cocina.

Dos semanas.
Dos semanas hacía ya que había dejado de ser el esclavo personal de Yoochun.
Desde esa noche extraña en la que se había entregado y que había terminado con el pelinegro furioso huyendo de la habitación.

Y las cosas no habían hecho más que ir de mal en peor.
Ahora ya no dormían juntos; compartía habitación con cuatro criados más que roncaban y se movían por las noches robándole el sueño.
Ahora ya no podía pasar los días sin hacer nada, jugando en el jardín o mirando las estrellas, pasaba todo el día encerrado en esa cocina o limpiando a los caballos.
Incluso sus ropas eran menos lujosas y estaban más sucias que antes.

Pero nada de aquello le importaba.
Lo único que provocaba que sus lágrimas no dejasen de empapar sus mejillas hora tras hora era que Yoochun ya no estaba a su lado.

Que ahora Yoochun ya no se reía con él por tonterías ni le recordaba que debía comer un poco más si no quería caer enfermo.
Yoochun ya no estaba allí para abrazarle cuando era de noche y habían tormenta.

Y lo echaba de menos. Terriblemente.
Porque el mayor siempre había sido su única familia y ahora parecía que le habían robado una parte de sí mismo.

Se sorbió las lágrimas cuando aquella criada que ahora era su superior llegó hasta él para probar la comida con cara de pocos amigos.

-No está mal…- Gruñó con una mueca desdeñosa -Puedes llevárselo al amo Yoochun- Y aquello le cayó como un jarro de agua fría porque recordaba perfectamente al pelinegro gritándole que no quería volver a verle.
Que desapareciera de su vida.

-N… No… Él no estará contento con eso…- Susurró asustado. Pero la mujer ya no le escuchaba y aquella bandeja llena de comida hecha por él. Suspiró cargándola y caminando despacio sin querer llegar delante de esa puerta que había sido su habitación durante toda su vida.

Inspiró profundamente.
¿Cuánto más podía doler aquello?

Levantó la mano dispuesto a picar a la puerta cuando esta se abrió de golpe; encontrándose frente a frente con él.
Con Yoochun.
Con ese Yoochun que ahora fruncía un poco el ceño y suspiraba profundamente.

-¿Qué haces aquí?- Murmuró de mal humor. Junsu tembló un poco preguntándose dónde estaba ese chico que decía quererle ahora.

-Yo… Le he traído la comida- Susurró bajando la mirada y entrando a aquella habitación mal iluminada para dejar la bandeja sobre ese mueble que siempre habían usado de mesa.

-¿Por qué me hablas así Junsu ah…?- Y esa caricia sobre su cuello que le estremeció -Soy Chunnie… Como siempre- Quiso llorar pero sólo inspiró fuerte dándose media vuelta sin atreverse a mirarle -¿Por qué me haces esto Su?- Susurró perdido en el cuello del menor.

-Yoo… Yoochun déjame volver…- Casi gimió notando como ya no podía contener todas esas lágrimas.
Como todos esos días de soledad comenzaban a pasarle factura no sólo a su cuerpo, sino también a su corazón.

-No estás comiendo bien… ¿Verdad?- Y esa caricia sobre su pelo que le hizo cerrar los ojos y suspirar rogando porque no terminara.

-Déjame volver… Te necesito Chunnie… Te quiero…- Yoochun también cerró los ojos ante aquellas palabras.
Y no era difícil creerlas.
No era nada complicado imaginar que tenían impregnado el significado por el que él se moría.
Que Junsu le quería como él lo hacía.
Que también se moría por verle despertar a su lado y sentir su piel cálida contra la propia y besarle cuando un suspiro le pareciera demasiado profundo y ver las estrellas con él y Dios! Que deseaba hacerle reír; no sólo sonreír; sino reír de verdad y perderse en sus ojos profundos sin tener porque decirse nada.

Pero la verdad dolía demasiado.
Demasiado como para ignorarla.

Porque Junsu no quería nada de todo aquello.

Y a pesar de todo seguía allí. De pie. Frente a él. Mirándole con la súplica callada en la mirada. Rogándole que no le apartara.

-¿Por qué te acostaste conmigo Susu…?- Y quería saber los motivos exactos. No le valía un “quiero que seas feliz” ni mucho menos un “eres mi amo” quería escuchar de sus labios que había sentido exactamente cuando le había besado, cuando había estado desnudo debajo de él. Cuando habían sido uno.
Y era una actitud boba y enfermiza; pero no podía evitar comportarse así.

-Yoo… Yoochun…- Pero ya estaba contra esa pared del pasillo aprisionado por el cuerpo del pelinegro y sin ser capaz de pensar coherentemente.

-¿Qué harías si te pidiera que volvieras a acostarte conmigo Junsu ah…? - Y sus respiraciones ya eran una. Ya compartían un solo aliento dulce que golpeaba sus labios una y otra vez.

-No… Chun qué…- Y quería decirle que era su hermano. Que aquello no estaba bien.
Pero le dolía; le dolía la mueca de dolor del pelinegro y por un segundo quiso besarle y abrazarle para no dejarle ir.
Quiso gritarle que siempre iba a estar a su lado; que no tenía porque sufrir.

-¿Y si te dijera que vinieses esta noche? ¿Vendrías Junsu ah…? Sigues siendo mi esclavo ¿no?- Y sus manos ya estaban en el cuello del castaño quien tenía los ojos lagrimosos fuertemente cerrados.

El beso comenzó necesitado. Ansioso. Su lengua se movía ansiosa contra la de Junsu que poco a poco comenzó a moverse algo insegura; le acarició el pelo e inclinó la cara intentando que el menor profundizara un poco más en el beso, recibiendo algunos gemidos suaves como respuesta.

Y sus manos habían bajado hasta la espalda del menor apegando su cuerpo al de él y sintiendo como ya no necesitaba siquiera el aire.
Sólo aquella calidez.
Sólo aquellos brazos abrazando inseguramente su cuello.

-¡Junsu ah!- Y esa separación repentina con un par de mejillas furiosamente sonrojadas y un suspiro frustrado.

-Taeyeon…- Gruñó Yoochun con desprecio entrando en su habitación y cerrando la puerta con un golpe seco tras de sí.
Junsu cerró los ojos apoyándose en la pared y dejándose caer hasta terminar sentado en el suelo aguantando esos sollozos que pugnaban por salir desde su garganta.

-Junsu ah…- Y sintió ese brazo de Taeyeon sobre sus hombros y como la chica se sentaba a su lado -¿Estás bien? ¿Te ha forzado?- pero él sólo pudo sollozar algo más fuerte.

-Es mi hermano Tae… ¿Por qué me hace esto? Sólo quiero… Sólo…-

-Lo sé- Murmuró besándolo suavemente sobre los labios y sintiendo como el menor suspiraba con cansancio.

-No entiendo…-

-Shh… Junsu…- Le susurró tomándole de la mano e instándole a levantarse -Voy a hacerte sentir bien… Haré que olvides lo que te hizo…- Y Junsu la siguió a pesar de que una parte de él le gritaba que no quería.
Que no quería olvidar lo que había vivido con Yoochun.
Que a fin de cuentas, aquel era su último recuerdo feliz con él.

Yoochun escondió la cabeza entre las piernas desde le otro lado de la puerta sintiendo como el dolor de su pecho se volvía casi insoportable.
Y de repente lo tuvo tan claro.

No tenía alternativa. Sólo le quedaba una opción.
Debía huir. Marcharse de allí.

4 Comentarios:

  1. Anónimo8/26/2009

    no se corta chunnie con sus insinuaciones
    eso me gusta

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  2. MarLLy4/19/2011

    maldita taeyeon!! ¬¬
    xq de todas las esclavas en el mundo tenia que ser ella??! u.u xD

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  3. Anónimo7/08/2012

    uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu,ese coment! hahahahahaha! yo tambien digo lo mismo jajajaja!!

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  4. NOOOOOOOOOOOO >.< Junsu lo amas no no porque siempre tiene que haber una zorra ashhh agvfsgags me enoja

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